La fiesta

Es la fiesta de navidad. Me decido a actuar porque tú no lo haces. Ahora o nunca

Me animo a dar unos pasitos en la pista. El resto de la gente va a sus cosas. Unos hablan, otros se van yendo, otros miran. Yo miro. Te miro a ti.

Ponen una canción animadilla y se van formando parejas.

Entonces me acercas a ti.

  • Vamos a bailar.

  • Uf, Adela, que no sé bailar. Parezco un pato mareado. Me da vergüenza.

Como suele pasar en estos casos, el par de capullos con los que estabas hablando te empujan hacia mi

  • Venga hombre, a bailar se ha dicho- comentan riendo.

Muerto de vergüenza, me sigues.

  • Agárrame bien, que no se diga- te digo sonriendo.

  • Si te piso te aguantas, que te he avisado.

Tratas de seguir mis pasos. Tienes razón. Pareces un pato mareado. Pero te animo.

  • ¿Ves? No es tan difícil Pero mírame a la cara, o a los pies, porque si sigues mirándome las tetas si que me vas a pisar, jajaja!!

La sangre sube a tu cara, poniéndola roja.

  • Coño Adela, que bruta eres.

-Jajajaja. Como sois los hombres. ¿Crees que no me doy cuenta de como me miras cuando nos cruzamos o vienes por la oficina? Pero... ¿Sabes una cosa? No me molesta que tú me mires. Me gusta.

Se tranquiliza un poco. Se le bajan los coloretes y se envalentona. Sólo un poco.

  • Son bonitas. Al menos lo que se puede adivinar vestida. Uf, cuando tienes escote se ven preciosas.

  • A ver si te vas a poner cachondo aquí en medio! jajajaja, entonces si que te ibas a poner rojo, marcando paquete. Yo no tengo ese problema.

  • ¿Como?

-Jaja, que no marco paquete cuando me pongo...cachonda. Sólo se me mojan las braguitas. Ahora, por ejemplo, se me están empezando a mojar - te digo mirándote a los ojos.

Gracias a Dios termina la música, porque empezaste a ponerte cachondo. Te vas hacia una de las mesas vacías y te sientas, a ver si te  'calmas'. Te sigo y me siento a tu lado.

-Menos mal que terminó la canción. Ya empezaba a.. ya sabes.

Te miro con disimulo la entrepierna.

  • Si, ya sé, jajajaja

  • ¿De verdad estás mojadita?

  • Umm, sí. En cuanto llegue a casa tendré que hacer algo. A no ser que...

  • ¿A no ser que qué?

  • A no ser que quieras tú hacerme algo.

  • Uf. María. Te haría de todo. Si supieras las cosas que me hacer pensar.

  • Me encantaría saberlas...que me las hicieras. Me voy a mi casa.  Si te atreves, te espero.

Me levanto y me voy. Mi cabeza es un torbellino de pensamientos. Llevo deseándote mucho tiempo. Tus furtivas miradas me encienden. Los escotes me los ponía para ti. Pero no dabas el paso. Siempre tan formal. Por eso el paso lo he dado yo. Te he dejado bien clarito que te espero en mi casa para que me folles. Ya tengo el coño empapado. Y aún no has llegado.

Al poco, oigo el telefoníllo. Respondo.

  • ¿Si?

  • Hola, soy yo.

TRRRRRRRCHK-CLACK ( o como se escriba, jajaja) hace la puerta del portal cuando la abro desde mi casa. Entras y subes las escaleras...mi puerta está entreabierta... pasas sin tocar y cierras tras de ti.

  • Has venido - te digo, sonriendo, sentada en el sofá del salón.

  • Sí. Casi no vengo, pero al final me he animado. Ya sabes, tiran más dos tetas que dos carretas!

Los dos reímos. En la fiesta eramos muy valientes, pero ahora estamos cortados los dos.

Te sientas a mi lado. Nos miramos. Me acerco a ti, tú a mi y nos besamos en los labios suavemente. Luego, nuestras lenguas se acarician, la una a la otra.

Sin dejar de besarme pones una de tus manos en mi cintura.. luego vas subiendo hasta llegar a mis pechos.

-Ummm, al fin las tengo en mis manos. ¿ Puedo verlas?

-Claro.

Mi camisa es de botones, así que empiezas a desabrocharlos uno a uno. Entre los nervios y el estar al revés te cuesta. No tienes mucha experiencia desnudando mujeres.

-Déjame a mi.

Entonces mientras te miro, me voy quitando los botones, uno a uno, pero sin abrir la camisa.

  • Ya está.

Despacito, apartas la camisa, y ante ti aparecen mis dos preciosas tetas, aún atrapadas en el sujetador. Están apretaditas. Ves con alegría que el sujetador es de los que se abrochan por delante, así que quitas el presillo y me quitas las copas.

  • Wow!! que hermosura - me susurras mientras con una mano las acaricias, ya desnudas. Entre tus dedos, en la palma de tu mano, sientes mi pezoncillo duro.

  • ¿Te gustan?

  • Son preciosas. Están para comérselas.

  • Jajaja, pues venga, cómetelas.

Empiezas a besármelas, a lamérmelas. La punta de tu lengua dibuja círculos alrededor de mis pezones. Luego los atrapas entre tus labios. Los chupas... los muerdes tiernamente.

Acaricio tu pelo, apretándome contra mi.

  • Umm, que rico. - Llevo una de mis manos a tu entrepierna y aprieto. - Uf, como estás. Enséñamela

  • ¿ El qué?

  • Lo que tengo entre las manos.

  • Yo he sacado tus tetas... Sácamela tú.

  • Cabrito!. Ven ponte aquí de pie.

Te levantas y te pones de pie delante de mí. El bulto que se forma en tu pantalón queda cerca de mi cara. Mirándote, paso la mano, sintiéndola.

  • Veamos lo que se esconde aquí. - te bajo la cremallera y meto la mano dentro. Con dificultad debido a lo dura que está, te saco la polla. Me quedo mirándola.

-¿ Te gusta?

  • Es grande. Me va a llenar toda - te dices mientras la acaricio con la mano.

  • Adela, te presento a mi polla. Polla, te presento a Adela.

  • jajaja, ¿Qué dices?

  • Os presento. ¿No es una costumbre darse un beso cuando te presentan a alguien?

  • Hola Polla - y le doy un beso en la punta.

  • Dale un beso con lengua.

-Ah, tú lo que quieres es que te mame la polla.

  • SI

  • Pues pídemelo.

  • Adela, chúpame la polla.

Abro la boca y me meto la punta de tu polla en mi boca. Empiezo a lamerla, a darle chupaditas.

  • Umm, que rico. Pero espera. Quiero verte bien. Quiero ver mi polla entrando y saliendo de tu boquita. Ponte de rodillas.

Lo hago. Ahora tu polla queda un poco por encima de mi boca, y tengo que levantar la cabeza para poder chupártela. Así tienes una visión perfecta de la mamada.

  • ¿ Así? - te pregunto.

-Agggg, sí, sí. Además así veo tus tetas mejor. Acaríciatelas.

  • Veo que eres un viciosillo. Con lo buen niño que pareces en la oficina.

En tus ojos veo que te gusta lo que ves. Arrodillada delante de ti, con la blusa abierta, acariciándome las tetas y con tu polla entrando y saliendo de mi boca. De vez en cuando la saco y la lamo de arriba a abajo, para volver a metérmela en la boca, sin dejar de mirarte.

  • Sólo me cabe hasta la mitad en la boca. Me gustaría meterme toda. Me gusta tu polla. Me gusta chuparte la polla.

  • Uff, y a mi que lo hagas. Lo haces muy bien.

  • Estoy hirviendo. - La mano izquierda sigue acariciando mis tetas. La derecha la bajo y la meto por debajo de mi falda. Empiezo a acariciar mi coñito mientras te sigo chupando la polla.

-Agggggg, Adela, estoy muy caliente. Si sigues así harás que me corra. Para..

  • Yo también estoy a punto de correrme, ummmm, dámela toda. Ummm, córrete en mi cara. ¿ quieres? ¿ Quieres correrte en mi carita?

  • Ohh, si, si, claro que quiero. Lo deseo hace tanto tiempo.. aghhhhhhhhh

Yo también lo deseo. No es algo que haga a menudo, pero por como me miras sé que es lo que tú quieres.

Sacas tu polla de mi boca y la agarras con tu mano. Mirándome a los ojos empiezas a menearla cada vez más rápido. Sigo acariciándome el coño. Estoy a punto.

  • Venga, correte en mi cara ya, voy a correrme...AGGGGGGG

Y los dos estallamos. Siento en mi cara los chorros calientes de tu semen. En mi frente, en mis mejillas, en mis labios... sobre mi naricilla. Los dos gemimos, tenemos espasmos. Yo con los ojos cerrados, tú luchando por no cerrarlos y así poder mirarme.

Parte de tu leche gotea sobre mis tetas. Al  sentirla la esparzo con una mano.

  • Vaya corrida. Me has dejado la carita llena. ¿ Estoy guapa? - te pregunto, sonriendo.

  • Estas preciosa.

  • Dame la lechita.

  • Ummmm, creí que el viciosillo era yo

  • Jajaja, no eres el único con el alma caliente.

Con tu polla aún dura vas recogiendo el semen de mi cara y lo acercas a mi boca. Yo voy chupando y tragando.

-Ummm, que rica leche tienes. Espero que me des más de vez en cuando.

  • Te daré toda la que quieras.

Cuando tengo la carita limpia me levanto del suelo y te beso, apretando tu culo contra mi. En tu pecho sientes mis tetas.

-Adela, aún ne me has presentado a tu coñito.

Estoy chorreando. Me siento en el sofá y abro mis piernas. Ves mis bragas, empapadas. Aparto la pequeña prenda para que veas como estoy.

-Quítatelas.

-Quítamelas.

Te arrodillas y me juntas las piernas. Levanto el culito del sofá para que me las puedas bajar. Cuando las tienes en tus manos las llevas a tu nariz y las hueles. Casi me corro al verlo.

-Ummmm que rico huelen.

-La fuente huele mejor.

Abres otra vez mis piernas. Ahora mi coño está en todo su esplendor ante ti, abierto, esperando tus caricias. No sabes las veces que he deseado esto. Estar abierta de piernas ante ti, esperando a que me comieras toda.

No te haces de rogar. No hay preliminares. No hay besitos, no hay caricias. Ya estoy cachonda. Metes tu cabeza entre mis piernas y tu lengua recorre mi raja. Tu boca se llena de mi salado sabor. Cuando me masturbaba pensando en ti siempre lamía mis dedos, mojados. Imaginaba que eran los tuyos, después de tocarme.

En cuando empiezas a comerte mi coño, me doy cuenta de que lo haces muy bien. Tan formalito, tan buen chico, pero con alegría descubro que también eres un gran amante. Tengo que cerrar los ojos y gemir de placer cuando atrapas mi clítoris entre tus labios y lo chupas.

Me voy a correr. No puedo evitarlo. No quiero evitarlo. Temiendo que me dejes, llevo mis manos a tu cabeza y te aprieto contra mi coño, estallando contra tu cara. Pero no me dejas, sigues chupando, lamiendo, tragando los jugos de mi sexo. Todo mi cuerpo está en tensión.

Mi orgasmo va desapareciendo, pero tú sigues lamiendo. Te ayudas con dos dedos, que penetran mi vagina. También siento tu pulgar en mi pepitilla. Los mueves los tres a la vez. Es demasiado placer para mi. Vuelvo a correrme.

En pleno orgasmo sacas tus dedos de mi coño y metes tu dura polla. Mi orgasmo de redobla, partiéndome de placer.

-Agggggggggggg ¿Por qué no me habías follado antes? Hemos perdido tanto tiempo.

-Lo recuperaremos.

El resto de los compañeros estarán en la oficina, bailando, bebiendo. Yo estoy en mi casa, abierta de piernas y siendo salvajemente follada por ti. Tus manos en mis tetas, que tanto me has mirado y que tan cachonda me ponías. Y tu preciosa y dura polla taladrándome.

Nos miramos a los ojos. Los dos gemimos de placer.

-Adela..me voy a correr...

-Lléname el coño de tu leche...hazme rebosar de ti.

Noto la llegada de tu placer. Me la clavas hasta el fondo y en mi vagina estalla tu polla, llenándome de calor. Tu polla palpita mientras me vas llenando de tu esencia masculina. No te dejo solo. Te acompaño con un último y demoledor orgasmo.

No sales de mi. Te acercas a mi cara y me besas, con ternura. Nuestros cuerpos aún se estremecen de placer.

El próximo día que nos veamos en el trabajo, no sé que pasará, pero tengo localizado varios sitios en donde me podrás follar sin peligro.