La fiesta de Navidad
Lo que ocurrió en la fiesta de Navidad
El año pasado llegó a mi trabajo una nueva compañera. Como era más o menos de nuestra edad la incluimos en un grupo que teníamos en el trabajo con el que de vez en cuando salíamos a tomar unas cervezas después de currar, o ir al cine, salir de fiesta, etc. Lo típico que hace la gente joven con trabajo y sin compromisos.
La nueva compañera encajó muy bien en el grupo y pronto empecé a hacer muy buenas migas con ella. Era una chica de esas con las ideas muy claras, feminista, de izquierdas, opiniones muy tajantes y contundentes con la que me gustaba mucho charlar porque coincidía en muchos puntos de vista con ella. Cuando quedábamos el grupo me gustaba hablar con ella con el plus de una buena cerveza de por medio.
Probablemente estéis pensando que mi interés por ella estaba motivado porque era además un pivonazo. Pues nada más lejos de la realidad, no se le podría considerar una chica guapa, de hecho era más bien feilla, aunque eso sí tenía unos ojos claros muy bonitos. Tampoco es que tuviera un cuerpo espectacular sus tetas eran bastante pequeñas, pero tenía un culo bastante redondito y apetecible que alguna vez me había encontrado mirando sin darme cuenta ni entender muy bien el por qué.
El caso es que cuando salíamos me encontraba muy a gusto hablando con ella, era una de esas chicas un poco contrarias a lo que marca la sociedad, con ideas propias y claras de esas chicas autosuficientes sin novio ni interés por tenerlo. Yo contaba con ella ya como una de mis mejores amigas en el grupo, sin ningún interés sexual en ella ya que había empezado a medio tontear con una chicha por una de esas apps de ligar. Hasta que llegó la comida de Navidad.
Mi empresa organizó un almuerzo y claro lo típico comiendo y bebiendo vino y después las copas mientras el DJ contratado ponía música típica de boda que todo el mundo odia pero al final todo el mundo baila. Bueno, casi todo el mundo porque ella no bailaba, a nadie del grupo le extrañaba porque nunca había sido de bailar así que de vez en cuando nos acercábamos a hablar con ella y después volvíamos a bailar. El caso es que llegado un momento el restaurante donde estábamos cerró pero claro nosotros teníamos ganas de más fiesta, por lo que pillamos unos taxis, y nos fuimos a una discoteca.
Allí continuamos bebiendo, bailando y charlando. El caso es que claro con la música alta para hablar había que acercarse mucho a la oreja del receptor para que pudiera escucharte. Yo bailaba y charlaba con todo el mundo hasta que una de las veces me acerqué a mi compañera para decirle alguna tontería, nos reímos y seguimos hablando pero en una de esas, no sé si sería el alcohol, ella se acercó y me tocó el brazo de una forma que me pareció muy erótica y acercó su cadera a mi entrepierna rozándome la polla que había empezado a despertar en mis pantalones.
Al principio no le di mayor importancia, pensé que era el alcohol que habíamos bebido los dos pero lo cierto era que se había creado una tensión sexual un poco extraña. Tanto es así que ella empezó a bailar al principio en el grupo, pero poco a poco se empezó a acercar a mí. El caso es que llegó un momento en el que no sé cómo, ella estaba bailando de espaldas a mí y yo no podía más que mirar cómo movía ese culo que de vez en cuando movía más de la cuenta con toda la intención buscando rozar mi polla a través del pantalón. Yo tampoco me quedaba atrás y en un momento en que pusieron una canción de esas de “perreo” empecé como en plan de broma a acercarme por la espalda y a rozarle el culo con mi polla y ella respondió acercándolo más y más contra ella.
A esas alturas de la noche yo ya tenía un calentón importante aunque realmente no creía que acabara follando con ella porque lo achacaba todo al momento de la fiesta y el alcohol (en mi cabeza yo me creía muy lúcido). Llegó un momento en el que algunos de los compañeros estaban cansados y alguno más borracho de la cuenta y decidimos irnos.
Cogimos varios taxis porque vivíamos por zonas distintas, pero yo y ella acabamos en el mismo junto con otro compañero. No íbamos tonteando pero yo notaba que ella se rozaba más conmigo de lo normal lo que hacía que mi polla reaccionase aunque lo atribuía a que iba muy borracha. Le dijimos al taxi que nos dejara cerca del piso de mi compañera ya que tanto mi otro compañero como yo vivíamos relativamente cerca como para irnos andando desde allí.
Pagamos el taxi, nos bajamos, nos despedimos y empezamos a andar cada uno en nuestra dirección. En ese momento, cuando mi compañero se había alejado ya un poco ella me preguntó: “¿Te importa acompañarme hasta el portal de mi casa que no me encuentro muy bien?” Como yo vivo muy cerca acompañarla no me suponía ningún esfuerzo así que accedí.
Andando hacia su portal pensé que realmente se encontraba mal porque iba agarrada a mi brazo porque casi no podía andar bien con los tacones, pero cuando llegamos a su portal me preguntó: “¿Te apetece subir a tomarte la última que no nos hemos podido tomar?” En ese momento mi polla reaccionó de nuevo y ella apoyada su cadera en mi pierna tuvo que notar como me crecía. Obviamente le respondí que sí.
Cuando entramos en el ascensor la miré a los ojos a través del espejo me acerqué a ella por detrás pegando mi polla a su culo y le dije al oído:
- Llevas toda la noche calentándome, ¿lo notas?
- Tú sí que me llevas calentando toda la noche rozándome con esa polla que noto debajo del pantalón-me dijo mientras restregaba su culo contra mi polla.
- Y bien que te gusta a ti rozarte con ella ¿eh?-dije mientras mordisqueaba y besaba su oreja y cuello.
- Pfff me tiene muy cerda, se nota bien grande por el pantalón y llevo toda la noche pensando en cómo sería intentar metérmela entera en la boca.
Decirme eso me calentó sobre mantera de forma que de espaldas a mí como estaba, la empujé contra el espejo del ascensor pegando su cara contra él.
- ¿Así que quieres atragantarte con mi polla eh? Notar mis huevos chocando con tu barbilla. ¿Eso te moja? – le preguntaba mientras le metía mi mano por el pantalón buscando sus bragas para empezar a masajear su clítoris a través de ellas. – ¡Joder! ¡Estás chorreando!
Empecé a masturbarla allí mismo en el ascensor y ella empezó a gemir y a retorcerse entre mis dedos.
- ¿Te gusta zorra? Mira la cara que pones, mírate en el espejo.
- Mmmmm, ¡joder cabrón! Mmm, Vamos a mi piso y empótrame fuerte joder.
Nos fuimos hacia su piso mientras yo seguía con su mano metida en el coño y le mordía y besaba cuello y oreja; ella suspiraba buscando las llaves en su bolso. Cuando atinó a abrir la puerta la empujé contra la pared del pasillo de su piso y empecé a comerle toda la boca mientras le seguía torturando el clítoris. Ella solo atinaba a retorcerse sobre mi mano y a gemir dentro de mi boca.
- ¿Quieres que te folle zorra?
- Mmmm, sí por favor fóllame, reviéntame el coño.
- Pues entonces gánatelo – dije mientras me desabrochaba el pantalón y la empujaba hacia abajo- Ahora me vas a comer los huevos y quiero ver que lo haces con pasión, en función de cómo lo hagas decidiré si te follo o no.
Nada más decir esto se puso a la tarea de comerme los huevos como si no hubiera nada más importante en el mundo. El morbo de ver a una chica tan autosuficiente, feminista y empoderada, allí arrodillada mirando hacia arriba con esos ojos claros suplicantes, con mi polla sobre su cara hizo que me dieran más ganas de follarla aún. Le agarré la cabeza y le metí la polla en la boca y empecé a movérsela bien rápido, no me importaba si respiraba o no, solo quería follarle bien la boca. En un momento pensé que igual me había pasado pero cuando me di cuenta la muy zorra me miraba con los ojos lagrimosos y el rímel corrido pero había empezado a masturbarse.
- ¡Serás zorra! No te da vergüenza masturbarte en el pasillo de tu casa con la puerta abierta de par en par.
El darse cuenta de lo que estaba haciendo lejos de avergonzarla hizo que empezara a masturbarse más rápido y a clavarse más mi polla en su garganta, llegando a poner los ojos en blanco. Tuve que pararla porque a ese ritmo y con esa visión me iba a correr.
- Para zorrita que vas a conseguir que me corra y todavía quiero follarte. Vámonos al salón -dije mientras cerraba la puerta y nos íbamos desnudando. Me sorprendió que llevara un tanga de encaje negro con sujetador a juego, pensé joder con la tía empoderada hoy venía buscando polla.
- Necesito que me claves la polla hasta los huevos cabrón- me dijo mientras se ponía a cuatro patas en el sofá y movía su culo enfundado en el tanga negro.
- Te vas a enterar zorra- dije mientras me ponía un condón (seguridad siempre ante todo) y le clavaba la polla hasta el fondo de una embestida fuerte.
- Aaaaaaah joder cabrón me encantaaaaaa
- Ahora vas a ser tú la que muevas el culo zorra, quiero que seas tú la que te empales en mi polla al ritmo que te marquen mis azotes.
- Oh dios cabron, aaaaah así joder uf tírame del pelo mmmf aaaah sí joder, más rápidos los azotes cabrón, quiero follarte más fuerteeee
En este punto la follada se había convertido en una cabalgada salvaje yo le tiraba del pelo y con la otra mano le azotaba el culo y ella lo movía clavándose mi polla hasta el fondo sin parar. Ver ese culo rebotando en mi polla era una visión magnífica, tan redondo y rotundo, con mi polla entrando y saliendo de entre sus nalgas sin parar. Pero quería verle también las tetas. Le saqué la polla del coño y me senté en el sofá, ella se quejó hasta que le dije:
- Cabálgame zorra que quiero comerte los pezones
Ella se sentó a horcajadas en mi polla y se la metió hasta el fondo, yo por mi parte empecé a magrearle las tetas. Eran bastante pequeñitas pero sus pezones reaccionaban muy rápido poniéndose bien duros. Ella empezó a subir y bajar sobre mi polla yo por mi parte le lamía los pezones y los mordisqueaba, sacaba mi lengua y esperaba que sus tetitas rebotando la rozaran mientras con una mano de vez en cuando azotaba su culo a lo que ella respondía con un gemido.
- Joder cabrón que bien me comes las tetas mmmm me encanta clavarme en tu polla hasta los huevooos aaaaah joder como siga así me voy a correr aaaah
- No te corras zorra aguanta
- Cabróooooon, si quieres que aguanteeeeee aaaaaah no muevas tú las caderaaaaaaaas mmmmme vooy a coorreeeeeer.
La levanté de nuevo y la tumbé contra el sofá boca abajo y empecé a follarle el coño bien fuerte desde allí contra el sofá, sus gemidos quedaban amortiguados contra el sofá al estar boca abajo pero su mano había buscado las formas de tocarse el clítoris.
- Aaaaaah joder me voy a correeeer, mpppppf aaaaah noto tus huevos rebotándome cabrooooon aaaaaaaaah
- ¿Te gusta zorra? ¿Te gusta que te folle así contra el sofá? ¿Eso es lo que querías?
- Sí cabróoooon joder, joder, joder me corro no pares no paaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah
Notarla correrse debajo de mí moviendo su coño contra mi polla fue el último detonante que yo necesitaba
- Joder puta me corro me corrooooooooooooooo
- Mmmmmpffffff aah mppff- dijo ella mientras seguía teniendo los últimos espasmos de su orgasmo y yo le daba las últimas embestidas con mi polla descargando en el condón.
Lo último que recuerdo es sacarle la polla para quitarme el condón a lo que ella respondió con un último respingo y un gemido quedo. Después de eso creo que me tumbé junto a ella desnudo y nos echamos una manta encima.
Cuando me desperté desorientado, miré el reloj de la pared del salón y vi que eran las 12 30 de la mañana. “Menos mal que la comida fue un viernes” pensé. Al recordar la noche anterior mi polla empezó a reaccionar debajo de la manta, a lo que su culo respondió acercándose.
-Mmmmmm buenos días - ronroneó ella.
Allá vamos otra vez pensé yo.