La fiesta de mi hermana Marta 8 Final de temporada
Llegan los últimos días de agosto y con ello el fin de las vacaciones. Con algunas emociones fuertes la historia llega a su fin.
Un nuevo día en el horizonte, por desgracia hoy el sol ha querido tomarse un descanso y amanece la mañana nublada. Salgo de la habitación dirección al baño, Sandra se cruza conmigo en ese estrecho pasillo, la dejo pasar y roza su trasero con mi verga que ya luce una pequeña erección. Esto ya lo he vivido hace unos días, nos tomamos con calma bajar a la playa, el día no pinta para ello y tumbarse en la arena a descansar es lo poco que hoy puedes hacer allí.
Mis padres se han quedado en el apartamento, Marta, Sandra y yo pasamos el rato tumbados en la toalla recordando anécdotas del anterior viaje. Con la presencia de mi hermana, Sandra no puede evitar besarme en alguna que otra ocasión.
-Marta: Esto… chicos que estoy aquí
-Sandra: jajaja perdón….
-Marcos: ¿Porque no salimos esta noche a la discoteca del otro día?
-Sandra: ¿Pero aquí hay de eso?
-Marta: Si, estuvimos la otra noche, no es gran cosa, pero está bien para pasar el rato
Decidimos salir esa noche, pero Marta se queja de los “pelos de loca” que lleva desde hace días, necesita un peluquero. Sandra opina lo mismo de sus cabellos negros, aprovechando el día nublado hacen planes para ir por la tarde a una peluquería que hay cerca del apartamento.
Por la tarde después de comer, las chicas junto a mi madre se van a la peluquería, mi padre está dormido en el sofá, aburrido decido bajar un rato a la playa, son las 4 de la tarde y tardaran en volver. Ha empeorado bastante el tiempo, el cielo amenaza tormenta, pero aun así será más agradable el sonido de las olas que los ronquidos de mi padre mientras intento ver algo por la televisión.
Como me imaginaba la playa esta desierta, algunas personas a lo lejos y algún valiente en el agua a bastante distancia. Estiro la toalla en la arena cerca del agua, me tumbo y miro al cielo, quizás aguante un rato sin llover, me quito la camiseta cierro los ojos y empiezo a relajarme.
Un ruido no muy lejos interrumpe mi estado zen, es Melanie. Está sentada en su toalla a unos metros, lleva una camiseta de tirantes hasta el ombligo y las braguitas del bikini, me saluda con la mano y se da media vuelta con su cara en dirección a mí. Incapaz de evitarlo, miro su culo enfundado en ese bikini que apenas tapa una parte de sus nalgas, es la primera vez que se lo veo puesto o tal vez no me había fijado antes.
Noto en mis pantalones una fuerte erección, entre su culo, lo ocurrido la otra tarde y la fantasía que se está montando en mi cabeza, me resulta imposible impedirlo. Decido jugar un poco con Melanie, no tenía nada mejor con que entretenerme, mi móvil se había quedado en el apartamento.
Me paso la mano desde el torso hasta la goma de mi bañador, me lo bajo un poco y paso mi mano por mi verga para acomodarla, giro la vista hacia Melanie que no ha perdido detalle de mi movimiento y tiene clavado sus ojos en mi erección. Estiro las manos a la par que muevo un poco mi cadera hacia arriba para dejarme caer otra vez, vuelvo a bajar mi mano hasta mi vientre para dejarla allí y acariciarme un poco con los dedos.
Mi provocación consigue su efecto o quizás era lo que sucedió la otra tarde, pero cuando me levanto para ir al agua, ella decide seguirme.
-Marcos: Ufff esta fría el agua ¿no crees?
-Melanie: Que va está bien y muy tranquila
Nos vamos metiendo poco a poco hasta que el agua llega a la altura de mi pecho.
-Melanie: Impresiona un poco estar aquí metida, con este tiempo y todo tan desierto
-Marcos: Si… pero también tiene su toque morboso si estas bien acompañado
-Melanie: ¿Tu novia y tu sois muy dados a este tipo de juego?
-Marcos: ¿Te refieres a lo que paso la otra tarde? Se podría decir que si
-Melanie: Que envidia me dais la juventud de hoy en día, disfrutáis del sexo cuando, donde y con quien sea
-Marcos: Bueno… una mujer como tu estoy seguro de que ha tenido sus buenos momentos
-Melanie: ¿Yo? Que va, en mi vida, solo he tenido un hombre y desde hace 6 años ni eso
-Marcos: ¿Divorciada?
-Melanie: Se puede decir que si, se fue a Canadá y nos dejó tirados a su hijo y a mi
-Marcos: Vaya lo siento, no imaginaba algo así
-Melanie: Pues si, así fue, con un hijo y sola resulta difícil sacar tiempo para tener vida sexual
-Marcos: Pero alguna pequeña aventura…
-Melanie: Que no, nada, tú fuiste el primer hombre en 6 años que me ha tocado
-Marcos: Vaya… y yo me quejaba de llevar 8 meses sin sexo antes de las vacaciones
-Melanie: Si a tu edad ya te quejas, espera a llegar a la mía, porque ¿Cuántos años tienes?
-Marcos: Cumplí 18 en mayo
-Melanie: Madre mía, yo a tu edad aún era virgen. Lo hice la primera vez con el padre de mi hijo después de varios meses de relación
-Marcos: Entiendo por tus respuestas… que te lo pasaste bien con nosotros
-Melanie: Me dio un poco de apuro, pero me si estuvo bien
-Marcos: ¿Tanto como para repetir ahora?
Se quedo en silencio, veía como mi propuesta le había pillado por sorpresa. Me acerco un poco a ella quedando a un escaso metro, dudaba y mucho su respuesta, sus ojos y un gesto me dieron su aprobación. Metí la mano por su bañador, acaricié con mis dedos su vello púbico durante unos segundos antes de ir a su coñito, me agarra con su mano mi brazo, no para pararme y si para acompañarme más abajo.
Igual que la vez anterior, utilicé mis dedos para frotar toda su rajita, introduje mi dedo corazón en su sexo, un fuerte suspiro cerca de mi oído me hizo entender que le estaba gustando. Solo de pensar que llevaba 6 años sin que un trozo de carne hubiera penetrado su coño, me hacía excitarme mucho, apenas dos minutos después, me apretó fuerte el brazo y empezó a correrse entre gemidos y algún que otro espasmo.
-Marcos: Veo que estas muy sensible…
-Melanie: Si, lo siento ya te dije que llevo muchos años sin…
-Marcos: Tranquila, es lógico y más si nunca has vivido situaciones así
-Melanie: Quieres que te…
-Marcos: ¿Masturbe? No… en realidad yo había pensado follarte aquí y ahora
-Melanie: Ufff no sé, me apetece mucho, pero y si nos ve alguien
-Marcos: No creo, además tampoco creo que tardemos mucho
-Melanie: Es que no se… mírame te saco 20 años, podría ser tu madre
-Marcos: Con ese cuerpazo, no lo creo. Además, me pone mucho follarte con todo lo que me has contado
-Melanie: Esta bien, pero despacito que hace mucho que no lo hago
-Marcos: Tranquila, seré cuidadoso
Le agarré de su culo y la atraje hacia mí, nos besamos y jugamos con nuestras lenguas mientras mis manos exploraban el interior de la parte de atrás del bikini. Me saque la verga y le agarre sus piernas para que se subiera encima de mí, fue ella la encargada de encajar las piezas en su entrepierna. Empezó un sube y baja sobre mi polla, de su boca solo salían quejas, aunque en este caso eran de placer,
-Marcos: Joder que caliente estas
-Melanie: Aiii diosss aii que gusto
-Marcos: Aparta el sujetador, quiero comerte los pezones
-Melanie: Claro, toma… cómeme toda aiii
Chupaba sus pezones por turnos, cuando una vez más empezó a correrse, continuaba embistiendo fuerte a pesar de sus quejas, sus pechos, aunque algo caídos, eran una auténtica delicia. Las olas, me hacían perder el equilibrio a veces y empezaba a llover, la dejo pisar suelo, con mi polla aun dentro y agarrándola del culo fuerte hacia mí, seguía penetrándola allí los dos de pie.
Una nueva postura para mí, seguro que para ella también por como disfrutaba a pesar de que hacía pocos minutos se había corrido por segunda vez. Ella apoyaba su cabeza sobre mi hombro, un dedo jugaba con su ano, mi verga había reducido su recorrido, salía solo un poco y volvía a entrar con más fuerza.
-Marcos: Ufff te voy a llenar de leche, ¿quieres que lo haga?
-Melanie: Haz lo que quieras, pero no pares
Chorros de semen salían de mi polla hacia su interior, ella se quejaba de placer mientras la lluvia no dejaba de caer sobre nosotros, empezó a correrse intentando separarse de mí, pero en lugar de conseguirlo, aun la acercaba más. Exhaustos y bajo una tremenda tormenta, salimos del agua a recoger nuestras cosas, nos despedimos tomando direcciones opuestas, era su ultimo día allí y tal vez nunca nos volveríamos a ver.
Regrese al apartamento caminando, intentando retener cada detalle en mi cabeza, una nueva experiencia en un verano que sería muy difícil de olvidar. Al llegar, mi padre seguía dormido y las chicas no habían regresado aún. Son las 7 y decido darme una ducha, aunque fuera poco probable, temía que Sandra pudiera captar el más mínimo olor de Melanie, mucho jabón y despejar mi cabeza es lo que necesito para borrar todo rastro.
Son las 8 cuando regresan de la peluquería, se habían refugiado de la tormenta en una cafetería de al lado, no podían permitir que la lluvia estropeara su pelo. Sandra esta preciosa, su pelo liso había sido sustituidos por unos bonitos tirabuzones, Marta por su parte, se había cortado un poco las puntas y se había hecho un recogido.
Después de la cena y esperar mil horas a que terminaran de ponerse guapas, nos fuimos a la discoteca del otro día, la tormenta era historia y una noche despejaba alegraba un poco esa jornada de lluvia.
-Marta: Chicos… sé que tenéis muchas ganas de… digamos que, de disfrutar, pero no me abandonéis en un rincón toda la noche
-Sandra: jajaja no, no te preocupes, ¿verdad Marcos que no vamos a marginar a tu hermana toda la noche?
-Marcos: ¿Qué hermana?
-Marta: Serás….
-Marcos: Que es broma, no me pegues. No, no te dejaremos sola
-Marta: Bueno… si me ligo a un italiano guapo tampoco me importa que os perdáis
-Sandra: jajaja está bien, tu haz una señal cuando quieras que te dejemos sola
Entramos a la discoteca, casi se nos cae el alma al suelo, estaba casi vacía, no era de extrañar viendo el aspecto de la playa estos dos últimos días. El fin de agosto, estaba dejando el pueblo desierto. Fuimos a la barra, nos pedimos unas copas, hicimos tiempo para ver si se iba animando según pasara la noche.
Me besaba con Sandra ante la atenta mirada de mi hermana, no hace tantos días, en ese mismo lugar me estaba besando con ella en una noche difícil de olvidar. Intentamos evitar esos momentos para no incomodar a Marta, pero resultaba difícil. Al término de una ración de besos, un chico que no se dé donde había salido, estaba hablando con mi hermana, debía llevar rato ahí porque incluso se había sentado al lado de ella.
Marta nos presentó a su nuevo amigo, no era italiano, pero si era guapo. El chico era de Bilbao, lo intuí rápido por su acento y por algunas cosas típicas de la gente del norte, me pareció simpático, pero no me agradaba mucho ver como se ligaban a mi hermana en mi cara.
Sandra no perdió la oportunidad para llevarme a un rincón de la barra, me besaba y me metía mano por todas partes, pero no podía quitarle el ojo a mi hermana y su amigo que estaban a unos metros de nosotros. Me agarraba fuerte del paquete, mientras me susurraba al oído.
-Sandra: ¿Que te pasa? Estas muy tenso
-Marcos: Es que no me fio de ese tío
-Sandra: Vamos, parece buen chaval
-Marcos: Este lo que quiere es meterla
-Sandra: jajaja ¿me estás hablando enserio? Hace unas semanas se han estado follando a Marta cada noche
-Marcos: Pero era distinto
-Sandra: Vamos relájate, no me seas machista y deja que disfrute si es lo quiere
-Marcos: No se…
-Sandra: Vamos… además te debo una de anoche, de hoy no pasa sin llevarme a mi boca esto que tienes aquí abajo
Con los ataques de Sandra, consiguió poco a poco que dejara de preocuparme por Marta, su mano sobre mi pantalón frotaba mi verga y mis manos recorrían cada centímetro de su culo. Llevaba unos tejanos y una camiseta blanca ajustada con un buen escote, con tan poca gente, la oscuridad y en ese rincón, me costaba retenerme para no arrancar su ropa y follarla contra la pared.
En un descanso de tanta pasión, me fijo que no estaba Marta, me puse un poco nervioso hasta que Sandra me dijo que estaban liándose en otro pequeño rincón a unos metros de nosotros. Creo que sufría de celos, es cierto que, durante nuestro anterior viaje, se follaba cada noche a un tío distinto, pero verlo en directo me dejo bastante tocado. Quizás mis celos se debían a que nunca podría volver a disfrutar de ella, después la de madrugada en la azotea, parecía muy convencida de poner fin a nuestros encuentros.
Intente disimular con Sandra, pero no era tonta, sabía que me estaba poniendo malo de ver a Marta con ese hombre. Se la llevo al baño para hablar con ella, no esperaba que hiciera eso y podía meterme en un pequeño problema si le contaba a mi hermana que estaba rayado. Tardaron unos minutos en regresar, Marta se acercó y me aparto a un lado para hablar conmigo a solas.
-Marta: ¿Qué te pasa?
-Marcos: Nada…
-Marta: Vamos no seas tonto y dime
-Marcos: Es que no me esperaba que te fueras a liar con ese
-Marta: ¿Y si me apetece que problema ahí?
-Marcos: Nada déjalo, vete con el
-Marta: Estas celoso
-Marcos: Que no joder… que dices
-Marta: No disimules, ves porque teníamos que poner fin a lo nuestro
-Marcos: Que no pasa nada, mira hace unas semanas, lo hacías cada noche con uno y no decía nada
-Marta: Estabas demasiado ocupado para fijarte en mi
-Marcos: Repito, no me pasa nada, disfruta de tu noche con tu amigo
-Marta: Me ha invitado para irme con él a su apartamento, lo tiene en el mismo edificio que nosotros
-Marcos: ¿Te lo vas a follar?
-Marta: Si, así que cuando volváis al apartamento me dais un toque al móvil y os espero allí
Se fue a por su chico, se despidieron de Sandra y se fueron, me quede muy tocado, tanto que por mucho que Sandra intentara animarme de todas las maneras, no lo consiguió y opto por irnos de allí a pasear por la playa para ver si me despejaba.
Paseamos, hablamos de mil y una cosas distintas, mi mente volvía a centrarse en Sandra, me sentía culpable no solo por mi comportamiento en la discoteca, sino también por mi aventura en la playa con Melanie. Agarre a Sandra de la mano, para regresar al apartamento, eran las 5 pasadas de la madrugada, no nos merecemos terminar la noche así pensé, aunque sea a escondidas, algo tenemos que hacer.
Antes de entrar al ascensor, Sandra le hizo una llamada perdida a Marta, resulta que ese tipo tenía un apartamento alquilado junto a dos amigos en la primera planta. La vimos salir de su casa, al parecer se iban a marchar mañana, le dio su teléfono en una tarjeta, un beso y se despidieron. Subimos los tres al ascensor, nadie decía nada, al llegar a nuestra planta, mi hermana rompió la tarjeta que le había dado su amigo y la tiro al suelo delante mío. No dijo nada más y se metió dentro del apartamento, cuando iba a entrar yo, Sandra me detuvo.
-Sandra: Que te parece… si antes de dormir, jugamos un poco en la cocina
-Marcos: No se Sandra, aquí es muy arriesgado
-Sandra: Shhh déjame devolverte al menos lo de anoche
No me podía negar, entre otras cosas porque me apetecía mucho, quizás intentaba fastidiar a mi hermana, pero estaba decidido a disfrutar unos minutos antes de ir a la cama. Entramos al apartamento, apagamos las luces del salón y nos metimos en la cocina, el lugar más alejado de la habitación de mis padres. Con la luz apagada Sandra se agacho delante de mí, paso su lengua por mi pantalón e intentaba morder mi verga. Con mis manos apoyadas en ambos lados de la cocina, me baja el pantalón y me saca la polla de mis calzoncillos para meterla en su boca.
Miraba como se engullía mi verga, esos labios carnosos que tantas veces había soñado que me hacían una mamada, lo estaban haciendo. Notaba su lengua por la parte de debajo de mi verga cada vez que se la sacaba de la boca, succionaba el glande mientras una de sus manos masajeaba mis testículos.
-Sandra: ¿Te está gustando?
-Marcos: Bufff, no tengo palabras, me muero de placer solo de ver tus labios en mi polla
-Sandra: Tu y yo tenemos que follar, aunque no sea aquí, cuando volvamos
-Marcos: Cuando quiiierass aiii
-Sandra: Perdón, no me he podido resistir a morderte
Un susto fue lo que nos dio mi hermana al entrar a la cocina sin avisar, por suerte no fue ninguno de mis padres.
-Marta: Lo siento, perdonar, solo quiero un vaso de agua
-Sandra: Joder Marta casi me muero del susto
Me miró a los ojos, tal vez era mejor mirar ahí que, mirar a Sandra con mi verga en su mano esperando a que nos dejara solos de nuevo
-Marta: ¿Me dejas pasar por favor?
-Marcos: Si…
Se tomo su tiempo para coger un vaso, llenarlo de agua, beber, meterlo en la fregadera y salir de allí. Sandra estaba incrédula de como mi hermana se tomaba con total normalidad que yo estuviera con la polla fuera totalmente dura, pero también que yo en lugar de taparme siguiera allí como si nada. Nos volvió a dejar solos, no sin antes mirar mi entrepierna mientras cerraba la puerta.
-Sandra: De verdad… sois de los más raritos
-Marcos: ¿Ahora te das cuenta?
-Sandra: jajaja… oye no te enfades, pero me ha dado un morbo tremendo que Marta te viera así
-Marcos: Por dios Sandra, es mi hermana
-Sandra: Lo sé y lo siento, pero solo de imaginar a tu hermana aquí conmigo haciéndote una mamada uffff
-Marcos: Si quieres que esto se mantenga duro, no me expliques tus fantasías de incesto
-Sandra: Esta bien, te diré… que quiero tragarme tu leche, ¿te gusta más eso?
-Marcos: Pues ven aquí y métela en la boca que te vas hartar
Se la volvió a tragar, su ritmo era mucho más intenso y yo estaba mucho más excitado, no era ella la única que tenía en mente esa escena, imaginar a las dos chupándome la verga eran palabras mayores. Agarraba con sus dos manos mi polla y empezó de nuevo a succionar el glande con sus labios, dejaba caer la saliva sobre su escote y me miraba con ganas de leche, no la hice esperar mucho y empecé a soltar lo que tenía. Intento tragar todo lo que le daba, pero no fue capaz de tragar tanto y se le iba cayendo de su boca a su camiseta.
Entre besos y caricias, nos despedimos en el pasillo para ir cada uno a su habitación, estaba amaneciendo y mi mente estaba demasiado saturada como para ponerme a indagar entre mis pensamientos.
Nos dieron casi las 3 de la tarde, cuando mi madre me despertó, se iban a marchar mis padres toda la tarde de turismo a unos pueblos cercanos. Me levante de la cama ante la insistencia de mi madre en que tenía la comida en la mesa y se iba a enfriar. Me senté con los demás, Sandra me regalaba una bonita sonrisa, mi hermana a penas me miraba.
Mis padres se marcharon, hacia un día estupendo de playa, pero Sandra parecía tener otros planes.
-Sandra: Creo que tus padres han querido regalarnos una tarde de intimidad
-Marcos: Si, han debido de pensar que su hijo necesita follar con la amiga de su hija
-Sandra: jajaja puede ser
-Marcos: ¿Y que pasa con Marta?
-Marta: Marta se va a la playa, ya vi suficiente anoche, no me apetece ver mas
-Marcos: No tienes porque irte…
-Sandra: ¿Qué?
-Marcos: Quiero decir… que no vamos a echarte por hacer algo
-Marta: No me echáis… me voy yo. Disfrutar el momento que lleváis días esperando
-Sandra: ¿No te enfadas no? Por ir sola a la playa
-Marta: Que no par de tontos, aprovechar bien el tiempo y cuando acabéis si queréis hacerme compañía, ya sabéis donde estoy
Se fue y nos dejó allí solos, no parecía enfadada, quizás un poco molesta, pero ahora mismo tenía ese momento que llevaba días esperando.
-Sandra: Bueno corderito… llego el día de hincar el diente en ese culito tuyo
-Marcos: Yo vigilaría tus espaldas, no vaya a ser que el mordisquito te lo lleves tu
-Sandra: Desnúdate
-Marcos: ¿Aquí? ¿En el salón?
Me desnude en cuestión de segundos, tampoco tenía mucho que quitarme, salvo el bañador.
-Sandra: Pero que tenemos aquí, una serpiente traviesa, ¿muerde si la toco?
-Marcos: Depende, con que parte de tu cuerpo lo hagas
-Sandra: ¿Con mi mano?
-Marcos: Si, creo que a tu mano le mordería
-Sandra: Y si la toco… ¿con mi lengua?
-Marcos: No, creo que con la lengua no mordería
-Sandra: Entonces la toco con la mano, me gusta que sean peleonas
-Marcos: Ai dios, no sé porque he respondido
-Sandra: jajaja, vaya… parece que esta revoltosa
-Marcos: Si, creo que esta resfriada, porque le apetece mucho estornudar
-Sandra: Vaya, precisamente en mi entrepierna guardo un pañuelo para que pueda estornudar tanto como quiera
-Marcos: Y tu… ¿Cuándo te quitas la ropa?
-Sandra: ¿Quieres que me la quite?
-Marcos: Seria un comienzo
-Sandra: Esta bien, siéntate y disfruta
Me senté en el sofá, Sandra empezó a desnudarse sin perder contacto visual conmigo. Empezó por quitarse la camiseta del pijama, no llevaba sujetador, se quitó el pantalón dejándome ver unas braguitas muy risueñas, se dio media vuelta mostrándome su trasero, se subía su ropa interior hacia arriba para que esta se metiera entre sus nalgas, mi corazón ya palpitaba a mil por hora y eso que todavía ni la había rozado.
Se acerco a mí y se sentó en mi regazo, mi mano que descansaba sobre su pierna fue conducida por ella hasta el interior de sus braguitas, estaba muy mojada, mis dedos casi goteaban en su interior, empecé acariciar su rajita, pero se levantó y se alejó de mí.
-Sandra: No tan rápido corderito, no quiero manchar el sofá, ven sígueme
Se fue hacia su habitación, delante de los pies de su cama, se bajó las braguitas y se las quito. Subida encima de la cama giro su cabeza hacia mi…
-Sandra: ¿Adivinas cual es mi postura favorita?
-Marcos: Si eres una lobita, está muy claro
-Sandra: Pues vamos, es la hora, no me hagas esperar
-Marcos: Madre mía… y yo que pensaba que iban a ser unas vacaciones aburridas
-Sandra: jajaja pues vamos a terminarlas bien
-Marcos: Claro…
-Sandra: Aiii ¿pero que haces? Por ahí no
-Marcos: Pensé que…
-Sandra: jajaja eres un cabron, me despisto un momento y me la querías meter por el culo
-Marcos: ¿Nunca lo has hecho?
-Sandra: Si, pero no con cualquiera
-Marcos: Vaya, gracias por la parte que me toca
-Sandra: Shhh tu tranquilo, pórtate bien y quizás…
No hizo falta que me dijera más, agarre mi polla y se la metí por su coñito. Mis ojos lloraban de la emoción, me estaba follando a Sandra, por fin. Mi verga entraba y salía a un ritmo frenético, con cada embestida el cuerpo de Sandra se movía hacia delante, se agarraba de las sabanas para evitar caer sobre la cama.
-Sandra: Vamoooss siii dame más fuerteee
-Marcos: Como tú quieras…
-Sandra: Aiii joder, joder jodeeerr que me corroo
Le agarre fuerte con mis brazos por su cintura para no despegar su cuerpo del mío, Sandra no gemía, gritaba de placer ante cada embestida durante su orgasmo. Tal espectáculo no fue ajeno a mí y termine por correrme dentro de ella.
-Sandra: Lléname por favor, lléname entera
Agotados por el primer asalto, caímos sobre la cama para recuperar fuerzas, teníamos un par de horas mínimo para estar tranquilos en casa y no las íbamos a desaprovechar.
-Marcos: Ufff ya era hora
-Sandra: jajaja me estaba volviendo loca ya
-Marcos: Tu llevas días, yo llevo años esperando este momento
-Sandra: ¿Queeee?
-Marcos: Quiero decir que…
-Sandra: jajaja no intentes excusarte
-Marcos: Bueno si, ¿que pasa? Llevo años fantaseando con esto
-Sandra: Aiii que rico, al final me vas a enamorar, vente conmigo
-Marcos: ¿Dónde vamos? A pedir fecha para la boda
-Sandra: jajaja no, a la ducha, me apetece hacerlo allí
Entramos al baño, bajo el agua de la ducha empezaron de nuevo los besos y caricias. Le acariciaba los pechos mientras ella me frotaba la entrepierna con su culo. Decidimos echar un poco de jabón sobre nuestros cuerpos. La primera víctima fue Sandra, masajeaba su espalda desde los hombros hasta su trasero, se dio la vuelta y repetí el mismo proceso, le dedico su tiempo a sus tetas mientras ella disfruta del masaje. Bajo hasta su sexo, pasando mi mano desde ahí hasta su ano, intento introducir un dedo en ese pequeño agujero, pero ella se resiste.
Me agacho y empiezo a llenar de jabón sus piernas, su piel es tan suave que mis dedos se deslizan con facilidad. Sandra decide que es hora de cambiar, empieza por mi pecho, baja por mi estómago para llegar a mi bajo vientre. Se llena las manos de jabón y empieza a masajear mi polla, mis testículos, alza la mirada y puede apreciar por mi rostro que disfruto de cada friega que me hace. No quiere que me corra y me da media vuelta, un mordisco en una nalga me hace dar un leve brinco, sube por mi espalda con sus dedos casi sin tocar, solo rozando. Un masaje en mis hombros mientras sus pechos se restriegan contra mí, pero cuando más estaba disfrutando…
-Madre: Marcos, ¿estás ahí?, ¿chicas?
-Marcos: Joder es mi madre
-Sandra: Mierda nos va a pillar
-Marcos: Shhh… Si, estoy en el baño terminando de ducharme
-Madre: Oye que hace toda esta ropa tirada en el salón
-Sandra: Ostia mi ropa
-Marcos: Nada, es que… le dimos la ropa a Marta para que la echara al cesto de la ropa sucia y dijo que … que no era nuestra criada y la tiro ahí
-Madre: ¿Y dónde está tu hermana?
-Sandra: Dile que en la playa conmigo
-Marcos: En la playa conmig… en la playa con Sandra
-Madre: Que sea la última vez que tiráis la ropa por el suelo
-Marcos: Si, lo siento ha sido mi culpa, ahora la recojo
La situación parecía salvada, lo que hizo que Sandra quisiera ponerme en un aprieto, agarro mi dedo, se lo metió en la boca y después se lo llevo a su culo para introducirlo en su ano, no me podía creer que ante semejante escena estuviera haciendo eso.
-Madre: Y tú, ¿porque no has ido a la playa?
-Marcos: Joder mama, porque me quería meter… digo duchar antes de ir
-Madre: Bueno, me voy que está tu padre esperando, que se ha dejado la cartera y hemos tenido que volver a por ella
-Sandra: Me vas a follar el culito a que si…
-Marcos: Si
-Madre: ¿Si que?
-Marcos: Que lo paséis bien
-Sandra: Vamos mi culito está listo para tu polla
-Madre: Esta noche iremos a cenar donde el otro día, el restaurante con vistas, díselo a las chicas que estén preparadas
-Marcos: Vale, se la mete… se lo diré cuando las vea
Mi madre se marchó y yo casi estaba al borde del infarto.
-Marcos: ¡Estas loca!
-Sandra: jajaja lo siento, pero es que estabas tan asustado que me pusiste muy cachonda
-Marcos: Joder… pero esto no se hace
-Sandra: Bueno… mira el lado bueno, te voy a dejar que me folles el culito un poco
Salimos de la ducha, nos secamos y fuimos esta vez a mi habitación, se subió a cuatro patas sobre la cama, me pidió ayuda con su culito y muy gustoso se la preste. Le tomé el relevo a su dedo que tenía metido en su ano, elegí el dedo corazón, me resultaba más romántico y largo. Lo metía y lo giraba, su agujero no necesitaba de mucho, el dedo entraba con mucha facilidad, con lo que apunte a esa excursión a mi dedo índice. La penetración era más costosa, se quejaba a pesar de sus intentos por no hacerlo.
-Sandra: Vale para para
-Marcos: Si te duele mucho lo dejamos
-Sandra: ¿Estas de coña? Espera un momento ahora vengo
Se fue al baño, imagino que para usar el jabón como lubrificante y dilatar un poco su esfínter. Al rato volvió con una cara de “misión cumplida”
-Sandra: Si, es hora de que pruebes mi puerta trasera
-Marcos: Te la meto así, directamente
-Sandra: ¿Claro como si no?
-Marcos: Tal vez si la llenas un poco de tu saliva…
-Sandra: jajaja anda ven que te la chupo un poco
Me tumbe sobre la cama aprovechando su postura, empezó a mamar dejando caer mucha saliva sobre mi polla.
-Sandra: Pues venga, ya está, date prisa antes de que “se cierre la puerta”
-Marcos: Buff lo que tiene que hacer uno…
-Sandra: Mete la puntita y luego la metes poco a poco
-Marcos: Si si… tu tranquila que yo controlo
-Sandra: Vale… Ahhhh para burro
-Marcos: Creo que es hora de vengarme por tu juego del baño
-Sandra: Joder nooo paraaa ahhh joder
-Marcos: Shhh relájate o me hago una pajilla y me voy a la playa
-Sandra: Como la saques te corto los… ahhhh
Mi mente se había nublado, me acorde de la escena con Marta el día después de la fiesta cuando con los ojos vendados la penetre sin piedad hasta correrme. Entraba y salía cada vez con más fuerza mientras con mi mano le daba alguna cachetada en su nalga. Sandra parecía empezar a disfrutar de ser sodomizada, apenas sacaba un poco mi verga de su interior, cuando volvía a meterla hasta el fondo. Sandra se llevó su mano a la entrepierna para meterse unos dedos, tenía que sujetar fuerte por sus caderas para que no fuera a caer al suelo con alguna embestida.
Ella empezó a correrse entre gritos y gemidos mientras le iba llenando su agujero de leche, entre espasmos caímos sobre las sabanas. Sandra me rodeo con sus brazos colocando su cabeza sobre mi pecho. Sin decir nada, dejamos pasar los minutos.
-Sandra: Vamos a la ducha, echamos el ultimo allí y luego… ¿vamos a buscar a tu hermana?
-Marcos: Me vas a dejar seco
-Sandra: jajaja creo que aun puedo ordeñar tu polla un poco mas
Sin darme tiempo a responder, me agarro de la mano y me llevo de nuevo a la ducha. En esta ocasión no perdimos mucho el tiempo, me agache ante su coño para capturar un poco el sabor de su interior, Sandra agradecía mi gesto, pero quería que la rellenara de nuevo. No sé si fue casualidad, pero agarro mi polla para frotarse un poco con ella en su rajita y después empezar a follar de pie. En dos días y probablemente a una hora parecida estaba haciendo la misma postura con dos mujeres distintas.
Me resultaba mucho más placentero en la ducha, y más cómodo, de cintura para arriba nuestros cuerpos estaban separados, lo que me permitía soltar una mano de su culo para acariciar uno de sus pechos, me sugirió que soltara la otra mano para no poner celosa a su hermana gemela. Fue Sandra la que se encargó de agarrarme del trasero y mantener el ritmo.
Era hora de cambiar la postura, primero salimos de la ducha, aun mojados, deja caer la toalla en el suelo y me pide que me tumbe, se sienta sobre mi verga, echa sus piernas arqueadas hacia delante y se apoya con sus manos en mis piernas. Empieza a cabalgar en esa postura quizás nueva para mí, con tanto sexo en estas vacaciones ya no era capaz de recordar. No pasan muchos minutos cuando empiezo a correrme, ella continua a lo suyo, mi leche empieza a salir de su rajita mientras ella no deja de subir y bajar sobre mí. Al final acaba encontrando su recompensa en forma de orgasmo.
Tumbados sobre ese suelo del baño, empezamos a reírnos de lo mucho que hemos tenido que pasar para tener nuestro momento, quizás por eso, cualquier cosita que hacíamos nos resultaba tan intensa.
Con una sonrisa de oreja a oreja, camino de playa nos encontramos con Marta sentada en un banco comiendo un helado.
-Sandra: Anda mira ella que bien se cuida
-Marta: A falta de sexo…
-Sandra: Que pasa que anoche no…
-Marta: Que va… se puso tan nervioso que eso no se levantaba
-Sandra: jajaja los tios se acojonan bastante cuando es una mujer quien les entra tan directa
-Marta: Bueno no todos, porque aquí mi hermanito aún se motiva mas
-Marcos: Ya sabes, tengo un gran poder
-Sandra: ¿Tan grande como para invitarme a un helado?
-Marcos: Deja que me mire el bolsillo… mira es tu día de suerte, toma tráeme uno a mi
-Sandra: Pero bueno… anda dame, que poco caballeroso eres
-Marta: jajaja veo que la tienes en el bote
-Marcos: Bueno… creo que hemos soltado mucha tensión acumulada
-Marta: ¿Sigues rayado conmigo?
-Marcos: No… es solo que…
-Sandra: Toma borde tu helado, para ti este que esta pocho
-Marcos: Gracias cariño
-Sandra: De nada amor
-Marta: jajaja entonces… ¿todo bien?
-Marcos: Si, por cierto, casi nos pilla la mama, suerte que estábamos encerrados en la ducha
-Marta: jajaja ¿No? ¿Enserio?
-Marcos: Si, encima esta no dejaba de provocar y casi le suelto alguna burrada a la mama
-Sandra: Oye, “esta” tiene nombre
Le terminamos de contar a Marta lo sucedido con mi madre, también el plan de la cena de esa noche. Al terminar los helados, volvimos a casa.
El día termino cenando de nuevo en ese fantástico restaurante, una buena forma de despedir la última noche de vacaciones. Al volver al apartamento, un beso a escondida con Sandra y todos a dormir, mañana tocaba recoger y cargar las maletas. Con un poco de suerte a la hora de la comida ya estaremos en casa.
El día siguiente era todo un caos, maletas, bolsas, menos mal que tengo un coche grande decía mi padre, después de horas recogiendo y bajando mil veces por el ascensor con los trastos, por fin subimos al coche de vuelta a casa. Al llegar tuve la sensación de estar en un palacio, después de 10 días viviendo en una lata de sardinas, llegar a casa y ver tanto espacio te emociona. Por desgracia todo no podía ser perfecto, Sandra ya no estaba.
Creo que estos días me había enamorado de ella, no podía estar tampoco del todo seguro porque es fácil engancharse al morbo y creer cosas que no son, pero tenía la sensación de que entre nosotros hay algo especial.
Pase la tarde ayudando con las maletas, sacando ropa sucia de la mía, encontré el tanga de Marta en esa bolsa de plástico que con tanto cariño guarde, y lo escondí en un lugar secreto de mi habitación. Entre salir y entrar del garaje sacando cosas del coche, paso Anna con su perro que venían de correr. Salí a saludar dándole dos besos de forma efusiva, me notaba raro me decía, aparte de más guapo y moreno. Mas que raro, había cambiado, mis experiencias en estas semanas, había hecho de mí una persona más decidida.
Llego la noche y con ella el descanso, tumbado en mi cama, a oscuras, con la única luz de la pantalla del pc encendida, disfrutaba de lo extensa que era mi habitación, parecía más grande, todo parecía más grande, disfrutando del silencio y creyendo que todos dormían, suena la puerta.
-Marta: ¿Duermes?
-Marcos: No, pasa
-Marta: Cuanto silencio… ¿Qué te pasa?
-Marcos: Estoy un poco triste que ya todo se acabe
-Marta: Lo sé, tengo esa misma sensación al final de cada verano
-Marcos: Bueno tu al menos… sigues quedando con tus amigos y vuestros juegos
-Marta: jajaja, si eso si, creo que ahora ves a tus amigos muy infantiles comparando a los míos
-Marcos: Bastante la verdad, es como pasar de un formula 1 a una bicicleta
-Marta: Bueno no exageres… además… estoy segura de que te invitaran alguna vez a nuestras fiestas
-Marcos: Eso espero, me lo he trabajado mucho este verano
-Marta: jajaja eso ha sonado raro, pero si repetimos fiesta en casa, estas invitado
-Marcos: Y… ¿Cuándo es…
-Marta: Pero bueno, deja que descansemos un poco ¿no?
-Marcos: ¡Era broma!
-Marta: Tu ahora… tienes que volar solito y buscar tus propias experiencias, Anna tal vez
-Marcos: ¿La vecina? Es imposible
-Marta: jajaja ¿con cuantas chicas imposibles lo has hecho este verano?
-Marcos: Tienes razón, pero no se
-Marta: Si sabes, has cambiado mucho, incluso a mí me tienes sorprendida, has pasado de casi esconderte de mis amigas cuando estaban en casa a…
-Marcos: Con Marta me llevaba muy bien
-Marta: Porque era otra como tú, insegura por una relación
Mi hermana se tumbó a mi lado en la cama
-Marta: ¿Me vas a contar ya, lo que te paso conmigo la otra noche?
-Marcos: Fue raro, nunca había sentido celos, supongo que cuando pusiste el fin de nuestra relación en la azotea…
-Marta: Lo sé, he pasado por lo mismo desde que llego Sandra al apartamento
-Marcos: ¿Enserio? Y porque no dijiste nada
-Marta: Porque yo soy la hermana mayor, tengo que dar ejemplo
-Marcos: Creo que la decisión de cortar nuestros “encuentros sexuales” lo estropeo todo
-Marta: Si, por eso te voy a dejar a ti decidir que hacer, en este asunto siempre he sido yo la que decidía, ahora te a ti
-Marcos: Pero no puedo decidir algo que al igual a ti no te apetece
-Marta: Ahora mismo estoy al 50% tú decides
-Marcos: Decido… dejar que las cosas surjan, sin abusar, siendo precavidos y siempre que no empeore nuestra relación de hermanos
-Marta: Me parece bien, una decisión madura
-Marcos: Porque yo soy ahora un hombre maduro
-Marta: Vaya… nunca lo hice con un hombre maduro, ¿te apetece…?
-Marcos: Me apetece
-Marta: Pues levanta y cierra con llave la puerta
Me fui como un rayo hacia la puerta, cerré y al darme la vuelta estaba Marta de pie al lado de la cama. Se empezó a quitar la ropa, su camiseta, el pantalón de pijama, por un momento se detuvo, esperaba a que yo la imitara y empezara también a desnudarme. Tan solo tuve que quitarme una prenda, mi bañador, ella se quitó el sujetador dejándome ver sus pechos que tanto tiempo hacia que no veía, se bajó las braguitas y se sentó sobre la cama.
Se metió la mano en su entrepierna, pasando su dedo por su rajita y me miraba, empecé andar lentamente hacia ella, disfrutando atentamente de sus acciones, me quedé a un metro de ella, de pie, se estaba tocando con su mano frotando su culo sobre mis sabanas. Me quede allí mirando, como si de una película X se tratara, Marta empezó a meterse sus dedos y suspirar levemente, en mi mente imaginaba que estaba sentada sobre mí, restregando su trasero. En cuestión de minutos, llego su orgasmo entre gemidos y fluidos, se sacó los dedos de su coño y los alzo hacia mí para probar su sabor.
Le chupe los dedos completamente mientras ella con su otra mano me agarro la verga, la frotaba suavemente para después meterla en su boca, con sus manos agarradas a mi culo me acerca a ella y empieza a mamar, su saliva es generosa y recorre toda mi polla. Me agarro de su cabeza y acompaño sus movimientos mientras sigue chupando, o más bien succionando, en apenas unos minutos, me empiezo a correr, Marta no deja de tragar, de acercarme más a ella evitando que mis espasmos me hagan sacar mi miembro de su boca.
Tirados en la cama, recuperándome un poco, Marta se sube a horcajadas sobre mí y empieza a frotarse con mi verga, me agarra mis manos y se las lleva a sus pechos para que los acaricie, no tardó mucho en recuperar mi erección, mi hermana aprovecha para llevarla a su entrada, roza el glande varias veces con su rajita antes de meterla y empezar un mete saca muy lento.
-Marta: Así, despacito, quiero follarte lento
-Marcos: Ufff no sé si puedo aguantar esta falta de ritmo
-Marta: Shhh relájate, no te impacientes, me lo agradecerás al final
Continua con un mete saca lento, pero a veces cambia sus movimientos, con mi verga dentro, mueve sus caderas encima mío haciendo que note las paredes de su sexo, de su interior vuelven a salir fluidos que caen sobre mí. No recuerdo durante cuánto tiempo estuvimos así, fueron minutos que parecían horas. Al final Marta encontró su orgasmo, fue entonces cuando acelero un poco el ritmo, estaba tan caliente y tan mojada que no me extraño ver la intensidad de su climax.
Sin noticias de mi orgasmo, continuaba moviéndose a su ritmo, hasta que por fin note la leche recorrer a toda velocidad por el interior de mi polla saliendo a borbotones hacia el interior de Marta, ella dio unos pequeños botes encima de mi haciendo del momento más placentero.
Y así tumbados en la cama, se terminaba el verano, el mes de agosto y dimos la bienvenida a septiembre.
Hasta aquí llega esta parte de mi historia y todo lo que dio de si “la fiesta de mi hermana Marta”. Este relato, es solo el comienzo de un despertar sexual y de una vida llena de momentos intensos y morbosos que volverán en forma de nuevos relatos e incluso una nueva serie, mientras me despido con un HASTA LUEGO.