La fiesta de mi hermana Marta 6

Los últimos días de estancia prometen momentos de alto voltaje

Un nuevo día y un nuevo objetivo en mente para el resto de tiempo que nos quedaba allí. Sandra era el objetivo, cada vez tenía más claro que empezaba a ser un quebradero de cabeza para ella, algo prohibido que no podía tocar, pero que, alguna como Laura no estaba respetando ese veto. Esa era la única baza que tenía para que ella se encaprichara conmigo e hiciera alguna locura.

Baje a desayunar, todos como una gran familia sentados en la mesa y algunos con una sonrisa de oreja a oreja. Era fácil adivinar quien había hecho travesuras esa noche. Me hice un hueco sentándome enfrente de Laura, me miraba y me regalaba una sonrisa pícara, a su derecha, Sandra me miraba con cara de pocos amigos ante el gesto de su amiga. Desconocía si le había preguntado a Laura alguna cosa, tampoco sabía hasta que punto vio algo de la despedida de anoche.

Hoy era un día para valientes, nos esperaba una jornada de puénting y una posterior visita a un pueblo cercano que había allí.

Llegamos al lugar, un grupo de 4 personas se despedía de los monitores, se les veía con la adrenalina a tope. Una pequeña plataforma por encima de la barandilla del puente sobresalía en forma de trampolín de piscina. Un equipo de primera calidad que te daban confianza para intentarlo, pero una altura que echaba atrás a cualquiera que se atreviera a saltar.

El monitor pedía al primer valiente, todos ofrecían de voluntario a la persona que tenían al lado, todos menos yo. Di un paso al frente y me ofrecí voluntario para abrir el camino a mis camaradas. Me empezaron a rodear todo tipo de cables y cuerdas, no sin antes preguntarme si quería tirarme sujeto a la cintura o bien a mis pies. Esto segundo imponía más, pero en cualquiera de los dos, el salto seria el mismo, solo cambiaba la forma de frenar y quedar colgado.

Mi hermana insistía a los monitores de que lo revisaran todo bien, la pobre lo estaba pasando fatal, uno de los chicos se la llevo de allí para que no me pusiera más nervioso de lo que ya podía estar. Empezó la cuenta atrás, 3 2 1 ¡Salta!

De que forma explicar como se siente uno al lanzarse al vacío, la sensación de notar el suelo cada vez más cerca y que la cuerda todavía no cumple su labor. Sencillamente no puedo. Detrás de mí, saltaron 3 chicos más, aunque solo uno atado por los pies. Verónica se aventuró a saltar también, Sandra fue la última que quiso saltar y atada por los pies. Oscar fue el único chico que no salto y según avanzaba el día empezó arrepentirse.

Con la adrenalina a tope, visitamos el pueblo, os podéis imaginar cual fue el tema de conversación que ocupo todo el tiempo, no solo durante la visita sino también durante las horas siguientes.

Llegaba la noche, parecía que más o menos todos estaban satisfechos con sus parejas, tal vez el subidón del puénting influía. Por suerte para mí, esa noche dormiría con Mónica y esperaba tener algo de sexo para rebajar esa adrenalina que aun podía notar. Subimos las escaleras hacia las habitaciones, me percate que detrás mío iba Sandra, una buena oportunidad para que se fijara en un detalle, en como mi mano agarraba brevemente el culo de Mónica. ¿Lo había visto? No lo sé, pero me divertía la idea de que me viera picoteando entre las chicas.

Entramos a la habitación, Mónica se agarró a mi cintura con una cara de niña traviesa.

-Mónica: Vaya día hemos tenido

-Marcos: Si, pero aún queda la noche

-Mónica: Creo que mereces un premio por aceptar dormir anoche con Oscar

-Marcos: ¿Que clase de premio?

-Mónica: De los que no podrás olvidar. Te acuerdas lo que te dije la otra noche en la piscina de tu casa mientras…

-Marcos: Mientras… ¿follabamos?

-Mónica: Si…

-Marcos: No, pero recuerdo unos bonitos pechos chocando con el agua

-Mónica: jajaja … intentaste meterme un dedo en el culito y te dije que no, porque nunca hice nada por ahí

-Marcos: Si, lo recuerdo, nunca nadie ha visitado tu puerta de atrás

-Mónica: Exacto. Tal vez te apetece probar, aunque no te garantizo que lo consigamos.

-Marcos: Bueno… con paciencia y saliva se la metió el elefante a la hormiga

-Mónica: jajaja que tonto, creo no necesitamos de eso. Tu hermana me ha prestado algo…

De su maleta saco un pequeño consolador y un bote de lo que parecía ser un lubrificante, casi lloro de la emoción, iba a desvirgar por primera vez a alguien, aunque se tratara de su culito.

-Mónica: ¿Tú lo has hecho alguna vez?

-Marcos: Si, alguna que otra

-Mónica: ¡Vaya! ¿Enserio? Al final va a resultar que tienes más experiencia que yo en el sexo.

-Marcos: No creo, cuestión de suerte supongo

-Mónica: Solo te pido una cosa, si te digo que pares, para.

-Marcos: Por supuesto, tampoco te veas obligada a llegar hasta el final si lo pasas mal

-Mónica: ¡Que mono!

Nos desnudamos y se puso a 4 patas sobre la cama, si quería follarme ese apretado culo, debía tener mucha paciencia y estaba dispuesto a ello. Comencé por acariciar su rajita, para que se relajara, un poco de lubrificante para ese consolador, no tenía mucho mayor grosor que mi dedo índice, y lo lleve hasta la entrada de su culito.

-Mónica: Estoy nerviosa

-Marcos: Tranquila, tenemos toda la noche y si te agobias mucho hacemos otra cosa

-Mónica: No no, quiero intentarlo

-Marcos: Pues vamos a ya.

-Mónica: Estoy lista, aiiii

-Marcos: Shhh tranquila, solo he metido la puntita

Deje el juguete allí inmóvil mientras continuaba con mi otra mano acariciando su clítoris, poco a poco su pequeño agujero iba cediendo hasta que termine por metérselo entero. Se había olvidado del dolor y empezaba a disfrutar también de mis dedos en el interior de su coño. Metía y sacaba el consolador lentamente, Mónica no decía nada, ni siquiera gemidos, solo disfrutada, pero seguía estando muy tensa.

Con los minutos su culito se dejaba hacer, el ritmo de ese pequeño trozo de plástico aumentaba, también lo hacían mis dedos en su rajita que ya goteaba fluidos sobre mi mano y las sabanas.

-Mónica: aiii ai dios que gusto

Casi me corro solo de ver el orgasmo de Mónica, echaba su cuerpo hacia delante intentando escapar del consolador y de mis traviesos dedos, sus gemidos y gritos de placer eran tan fuertes que cualquiera detrás de la puerta podría escucharlo. Por suerte estaban todos tan ocupados esa noche que no tendrían tiempo para espiar.

Quedo tumbada sobre la cama con el aparato aun dentro de su culo, su respiración acelerada, sus ojos cerrados y por el interior de sus muslos se deslizaban fluidos de su coñito. Tuve que esperar un rato a que tuviera fuerzas para repetir, pero esta vez con una polla de verdad y no de plástico.

-Mónica: Joder Marcos, esto… esto es una pasada

-Marcos: jajaja si… casi me corro solo de verte

-Mónica: déjame que me recupere un poco y seguimos ¿vale?

-Marcos: Tranquila, puedo esperar

-Mónica: ¿Por qué no te tocas? Me da mucho morbo que lo hagan delante de mi

Esa petición, no me la esperaba, pero tenía tantas ganas de soltar lastre que no la pude rechazar, empecé a masturbarme a escaso medio metro arrodillado delante de su cara. Sin duda era la mejor opción, de no hacerlo, me hubiera corrido nada más empezar y hubiera retrasado el momento.

-Mónica: Ven acércate más

-Marcos: Te voy a poner la cara bonita de leche si me acerco

-Mónica: jajaja no pasa nada, hay confianza

Continuaba con mi labor que estaba a punto de finalizar, ella no le quitaba ojo a mi verga esperando que en cualquier momento saliera de allí un buen chorro de leche hacia su rostro. Eso fue precisamente lo que paso, su cara se empezaba a llenar de semen mientras ella capturaba algunas gotas para llevarse a la boca. Agarro mi polla y chupo la puntita para saborear sus últimos fluidos. Ahora era yo, quien necesitaba tiempo para recuperarme.

Minutos más tarde, era hora de empezar, el consolador de su culo fue sustituido por uno de carne. Hice el mismo proceso que antes, pero esta vez con mi verga, metiendo solo el glande, Mónica se quejaba y llevé una de mis manos a su entrepierna para acariciar su coñito que comenzaba a mojarse de nuevo. Poco a poco iba entrando, cuando la notaba relajada aprovechaba para meter un poco más.

-Mónica: Ufff duele un poco Marcos

-Marcos: Tranquila, ya está dentro del todo, la dejare ahí quieta un poco

-Mónica: Vale…

Tenía poco más de la mitad dentro, tuve que mentir para que no se pusiera nerviosa. Aunque no lograra meterla del todo, el pequeño recorrido que tenía era suficiente para disfrutar de ese estrecho hueco. Dejé de acariciar y empecé a meter mis dedos en su rajita, por unos momentos se olvidaba de su culo y empezaba a disfrutar otra vez, aprovechaba esos momentos para sacar un poco mi polla y volver a meterla un poco más que antes. Al rato conseguí meterla entera y ya empezaba con un lento y suave mete saca.

Cada embestida entraba con mayor facilidad que la anterior, Mónica me quito la mano de su entrepierna para tocarse ella y yo pude centrarme en seguir follando ese culito virgen que cada vez pedía más guerra.

Aumentaba el ritmo, cuando se quejaba, lo volvía a bajar y así sucesivamente, llego un momento en que dejo de quejarse y empezó a disfrutar. Estaba sorprendido, nunca pensé que ese pequeño culito pudiera darme tanto placer, me había acostumbrado al de mi hermana y Laura, eran más voluminosos y experimentados, pero ver mi verga dentro de ese agujero tan pequeño, parecía de locos.

-Mónica: Vamos… un poco más fuerte… aiii que gusto

-Marcos: Creo que te voy a llenar en cualquier momento

-Mónica: siii si siii me corro, aiiii

Aunque quisiera no hubiera podido evitar correrme de la forma que lo hice, deje mi polla metida en el fondo de su culito para que descargara todo lo que me quedaba dentro. Mónica era todo lujuria, todo placer que se retorcía con sus últimos instantes de orgasmo. Nos quedamos tumbados en la cama boca arriba mirando el techo y recuperando el aliento.

-Marcos: ¿Estas bien?

-Mónica: ufff esto ha sido la polla

-Marcos: jajaja si, mi polla fue la que te hizo esto

-Mónica: Estuve a punto de hacerte parar, pero es que también daba tanto gustito…

-Marcos: Supongo que es cuestión de excitación, a más excitada, más fácil aguantas el dolor.

-Mónica: No sé, pero quiero repetir, no hoy eh jajaja otro día

Nos quedamos dormidos al poco tiempo, había sido un día de muchas emociones y esto no tenía pinta de venirse abajo.

Un brillante sol nos daba los buenos días, desayuno en la cocina y un día de turismo y de risas nos espera, la idea era visitar una famosa reserva de animales que no estaba muy lejos de la casa. Animales sueltos en un inmenso paisaje verde, algún mono rebelde que intentaba robarte el móvil, osos, elefantes y muchos animales más, que pese a vivir en cautividad, parecían felices.

Estaba encantado de conocerme, Mónica con una sonrisa de oreja a oreja, Laura y sus gestos provocadores, todo esto bajo la atenta mirada de Sandra, que no entendía que estaba pasando. Durante toda la visita a la reserva, la tuve prácticamente a mi lado, no hablaba mucho, pero tenía la sensación de que buscaba continuamente rozarse conmigo.

Después de comer, el sol apretaba bastante, teníamos una piscina que casi no se había estrenado y decidimos volver a casa y pasar el resto del día allí.

Con una improvisada red, jugamos al vóleibol en la piscina, un 3 para 3, no todas las chicas quisieron jugar, solo Verónica se atrevió con nosotros y resulto ser muy buena. Jugaba en mi equipo, no pude evitar fijarme en su cuerpo cuando saltaba para rematar algún balón, tenía buen cuerpo y un culo interesante, pero seguía sin convencerme.

Durante el partido, podía ver a Mónica y mi hermana hablando, imaginaba por sus gestos y risas que le estaría contando detalles de esa noche.

La tarde fue pasando y la piscina se iba quedando vacía hasta quedar solos Laura y yo.

-Laura: Hoy es el día, lo tengo todo preparado

-Marcos: ¿En que pensaste?

-Laura: Sabes de la guardilla de arriba ¿no?

-Marcos: Si, aunque no he llegado a subir

-Laura: He dejado allí unas cositas para esta noche

-Marcos: ¿Vas a dejar plantada a tu pareja?

-Laura: Por como son las parejas de hoy, creo que no seré la única

-Marcos: ¿Quién más?

-Laura: Verónica lleva todo el día aguantando los vaciles de Luis, se ha enfadado y no creo ni que duerma con él

-Marcos: ¿Crees que, Mónica dormirá con ella?

-Laura: No sé, pero tu estate atento al móvil esta noche, te hare una perdida para que vengas

-Marcos: Si…

-Laura: Estas escuchando o me estas mirando las tetas

-Marcos: ¿Las dos cosas?

-Laura: jajaja eres un canalla, ¿intentas provocarme?

-Marcos: Que va… pero… ¿no te gustaría que metiera mi mano en ese bañador? Nos hemos quedado solitos

-Laura: Pues venga, hazlo

-Marcos: No, mejor luego

-Laura: jajaja dios como te odio

-Marcos: Bueno entonces, esta noche… que me decías

-Laura: Que estaré en la guardilla cuando te dé un toque al móvil, asi que subes directamente

-Marcos: De acuerdo, espera un momento no salgas del agua

-Laura: Uff… joder no metas la mano ahí o no respondo

Salió Laura de la piscina bastante acalorada, me pellizcaba en ambos brazos, esto no podía ser real. Una nueva noche de sexo y con Laura, que siendo ella podía esperar cualquier cosa y más después de mi pequeño juego.

Al terminar la cena, algunos se pusieron a ver una película, otros salieron al jardín y yo me quede sentando al borde de la piscina con los pies en el agua. No tarde mucho en estar acompañado por Mónica.

-Mónica: ¿Que haces aquí solo?

-Marcos: Necesitaba un poco de tranquilidad para mis oídos

-Mónica: Si, a veces tanta gente agobia un poco

-Marcos: Bastante y más cuando se crea mal rollo

-Mónica: Lo sé, pero ha sido una tontería que ya está arreglada

-Marcos: Me alegro

-Mónica: Tengo una mala noticia, Verónica me ha pedido que duerma con ella esta noche

-Marcos: ¿Me abandonas?

-Mónica: Solo por esta noche, me da un poco de pena, pero una amiga es lo primero

-Marcos: Lo sé, no te preocupes solo bromeaba

Con Mónica fuera de juego, tenía vía libre para mi encuentro secreto con Laura.

Pasaron las horas, el jardín y el salón se fue vaciando de gente, las ultimas en subir fueron Mónica y su amiga. Laura había subido minutos antes, no sé si a la guardilla o a su habitación para decir a su compañero, que ya podía hacerse una paja o dormir, que con ella no tenía nada que hacer esa noche. Tuvo que ver a las chicas ir a la habitación porque al minuto me hizo una perdida al móvil, era la hora.

Llegue al lugar indicado, una bombilla iluminaba el lugar, Laura con una camiseta ajustada y unos pequeños pantalones de deporte me esperaba. Muebles viejos amontonados en ambos lados, polvo, mucho polvo, una biga de madera en mitad de ese caos y unos juguetes provocadores encima de una mesa. Me acerco un poco, veo unas esposas y una pequeña vara de azotar, me fijo en que ella lleva algo extraño, como un sombrero colocado en su cabeza.

-Marcos: Vaya vaya vaya, que tenemos aquí

-Laura: Una pequeña colección de cosas para jugar

-Marcos: Que llevas puesto, ¿un tricornio?

-Laura: ¿Tricornio?

-Marcos: Es un sombrero que usaba o aún se usa, de la guardia civil. ¿Dónde lo has encontrado?

-Laura: No sé, estaba ahí colgado

-Marcos: Pues menos mal que no había colgada una escopeta porque si no ya…

-Laura: jajaja hubiera salido a cazarte

Me acerco y se lo quito, se me empieza a ocurrir un pequeño juego con ese objeto. Con el tricornio en mi cabeza, me siento un tío duro, agarro las esposas, me las coloco en el cinturón, agarro la vara y me dirijo a Laura.

-Marcos: Señorita, me podría enseñar su documentación

-Laura: jajaja estas de coña, ¿enserio?

-Marcos: ¿Le parece a usted que yo este de broma?, documentación y diríjase a mí con respeto

-Laura: Esta bien señor guardia, pero es que… no la llevo encima

-Marcos: Y que hace usted por aquí, no estará haciendo nada ilegal

-Laura: Si, tenía pensado hacer cosas malas ¿por qué? Me va a pegar con su porra

-Marcos: Nosotros no pegamos con porra a no ser que la situación lo requiera

-Laura: Pues que pena…

-Marcos: Por favor, de media vuelta, separe piernas y brazos que voy a proceder a cachear

-Laura: Como usted quiera

-Marcos: Veo que viene usted muy ligerita de ropa

-Laura: Lo sé, pero esta noche tiene pinta de hacer mucho calor

Sigue mis instrucciones al pie de la letra, por su cara puedo apreciar que esta excitada, pero no es la única, mi verga empieza a tener ganas de salir de los pantalones y pedir también la documentación. Me acerco, le doy un pequeño roce con mi paquete en su trasero y empiezo el cacheo.

Marcos: Veamos… ¿lleva algo que la pueda comprometer?

Laura: Que yo recuerde no, pero puede usted comprobarlo

Pongo mis manos sobre sus hombros, las paso por ambos lados de sus brazos, desde sus axilas bajo hasta la cintura y vuelvo a subir. Paso hacia delante posando mis manos en sus tetas, las agarro y compruebo que no lleva sujetador.

-Laura: Son de verdad, no son operadas

-Marcos: Seguro que no guarda usted nada ahí dentro

-Laura: No… que yo recuerde

Insisto con sus tetas, pasando mi mano por el interior y palpando cada centímetro. Mis manos vuelven a su cintura y bajan hasta uno de sus muslos, compruebo una de sus piernas de arriba abajo, después la otra y vuelvo a su entrepierna. Paso una de mis manos por su interior un par de veces, agarro su culo y llevo las manos a sus nalgas.

-Laura: Ya le he dicho que no llevo nada

-Marcos: Ni se imagina lo que las chicas pueden guardar en ciertas zonas

-Laura: Entonces… debería volver a mirar

Vuelvo a su cintura, la acerco hasta mi para que note mi verga dura bajo los pantalones, a continuación, paso mis manos hacia delante, desde su ombligo voy bajando despacio hasta su coñito, se notaba mojado.

-Marcos: Bueno, creo que va a tener que desnudarse, hay ciertas zonas que me mosquean un poco

-Laura: ¿Que zonas?

-Marcos: Su entrepierna y el pecho, me resulta sospechoso

No se lo piensa 2 veces, se baja los pantaloncitos y se quita la camiseta. Se tapa con las manos sus partes íntimas, intenta seguirme el juego, pero la excitación la traiciona y se tira a mi pantalón para intentar agarrar mi polla. Le agarro de ambos brazos, y la llevo hasta la biga de madera, cojo las esposas de mi cinturón y esposo sus muñecas rodeando sus brazos a la biga. Ya no se iba a poder mover de allí.

-Marcos: Señorita, lo que acaba de hacer está muy mal, debe respetar a la autoridad

-Laura: Lo se… merezco un castigo severo

-Marcos: Me temo que no deja otra opción, tendré que dar unos azotes a su culo con mi vara

-Laura: Con la que lleva en la mano o la que guarda en su pantalón

-Marcos: Lo que llevo en mi pantalón no es asunto suyo, de momento

Empecé a dar unos azotes, no le quería dar muy fuerte porque no sabía que grado de dolor propinaba esa vara, pero cuando iba por el quinto golpe… alguien aparece a nuestra espalda.

-Marta: Pero que cojones…

Allí plantada detrás nuestro estaba mi hermana.

-Marcos: Esto… esto no es lo que parece

-Marta: Pues yo creo que esta todo mi claro

Se acerca a nosotros, me quita la vara y el tricornio. Lo coloca en su cabeza y atiza la vara contra su mano, ¿pero que estaba pasando aquí? ¿es una pillada o está metida en el plan que me ha preparado Laura?

-Marta: Así que… haciéndote pasar por guardia civil

-Marcos: Es que encontró Lau….

Me atiza un golpe en mi brazo con la vara

-Marta: Acaso te he dicho que hables

-Marcos: No señora

-Marta: Pues habla cuando se te pregunte. ¿Está claro?

-Marcos: Si señora

-Marta: ¿Y esa guarra ahí esposada? Seguro que es la típica amiga que va follando con hermanos ajenos

-Laura: jajajaja aiiiii

Un nuevo azote, pero esta vez fue a parar al culo de Laura

Marta: Tú, proyecto de hombre date media vuelta, pon los brazos en cruz y separa las piernas

Marcos: Pero…

Marta: Ni, pero ni leches, que obedezcas

Me propino un nuevo azote en un costado de mi trasero. Me puse en la posición que me pedía Marta, empezó a cachearme, no fue tan sutil y morboso su cacheo como el que hacía unos minutos le hice a Laura. Dejo para el final mi entrepierna.

-Marta: ¡Alto! Que tienes ahí, ¿una pequeña porra?

-Marcos: Pequeña lo que se dice pequeña…

-Marta: Desnúdate ahora mismo para comprobarlo

-Laura: Chicos va, soltarme que no aguanto mas

Mientras me desnudaba, Marta se fue hacia Laura, le agarro del pelo tirando hacia atrás y le dio un fuerte azote en su culo, aunque esta vez con la mano. Me gire hacía ellas para ver mejor la escena y como seguía azotando su culo. Mi hermana me vio contemplando la escena, soltó a su amiga y se acercó a mí.

-Marta: ¿Qué pretendes hacer apuntándome con eso?

-Marcos: Nada…

-Marta: Ahora entiendo, tu querías robarme las bragas para saborear y pajearte con ellas

-Marcos: No señora

-Marta: ¿Pones en duda mi palabra?

-Marcos: Si… digo no señora

Se quito las braguitas y me las tiro a la cara, rápido pude comprobar lo mojada que estaban. Me ordeno que las oliera, que probara su sabor y que empezara a pajearme con ellas enrollada a mi polla. Mentiría si dijera que no estaba disfrutando de la escena.

Volvió hacia Laura para quitarle las esposas, se tumbó sobre el suelo a unos metros delante de mí y ordeno a su prisionera a comerle su coño. Desde mi posición veía el culo de Laura totalmente abierto, me eche un poco hacia al lado para ver la cara de placer de mi hermana. ¿Tal vez era este el secreto que tanto Mónica y Laura insinuaron?

Por la forma de comer su rajita, no debía de ser la primera vez que lo hacía, no aguante más y un gran chorro de leche mojaron las braguitas de Marta.

-Marta: Para un poco amiguita, por lo que veo el señor ha terminado.

-Laura: ¿Debería unirse a nosotras?

-Marta: Todavía no, además mira como ha dejado mi ropa interior

Mi hermana mando a Laura a por sus braguitas, no sin antes limpiar con su lengua todo lo que allí había dejado. No dejo ni rastro, mis ojos no daban crédito, me miraba mientras lo hacía y no pudo evitar darme un beso después. Volvió de nuevo a incrustar su cabeza entre las piernas de Marta para continuar con su labor. En apenas unos minutos, Marta empezó a retorcerse de placer en el suelo, creo que nunca la había visto disfrutar tanto. Notaba una nueva erección entre mis piernas, aunque en realidad no sé si deje de tenerla en algún momento.

Se recuperaba de su momento placer, Laura seguía comiendo de su rajita, mi hermana alzo su cabeza y vio que ya estaba a punto para una nueva escena.

-Marta: Creo que esta chica merece un premio por hacerme disfrutar, ¿no crees?

-Marcos: Lo lleva pidiendo toda la noche

-Marta: Pues acércate y rómpele el culo de una vez

Sorprendida por la petición de mi hermana, Laura se giró y me miro, sabía lo que le venía encima.

-Marta: Espera, no tan deprisa, tal vez debas lubrificar un poco tu porra antes de usarla

-Marcos: ¿En esa fuente que tienes entre las piernas?

Mi hermana aparto a su amiga a un lado, para que yo ocupara su puesto, me agarro de la polla y se la introdujo en su coñito. Laura nos miraba y aprovechaba para empezar a meterse un par de dedos en su ano, sabía que ante tal excitación era posible que no fuera muy cuidadoso con su trasero.

-Marta: Así vamos, moja bien tu aparato

Poco tardo mi verga en estar totalmente mojada por sus fluidos, Laura volvió a su posición, con su cabeza entre las piernas de mi hermana. Puse la puntita en la entrada de ese pequeño agujero y de un solo empujón se la metí hasta el fondo. Un grito de dolor que mi hermana tuvo que aplacar tapando la boca de su amiga, empecé a bombear despacio, pero con un fuerte golpe al final de cada recorrido.

-Marta: Te esta gustando eh zorrita

-Laura: Aiii dueleee no tan fueeerte

-Marta: ¿Cómo dices? ¿Mas fuerte?

-Marcos: Si… cre… creo que ha dicho eso

En pocos minutos Laura cambio su dolor por placer y lo que antes eran quejas ahora eran gemidos. Marta y yo nos mirábamos mientras no dejaba de follar el culo de su amiga, tenía la sensación de estar follando con ella y provocaba que aumentara el ritmo.

Me encantaría decir que estuvimos así durante horas, pero empezamos a caer, la primera fue Laura, al sentir como uno de mis dedos se introducía en su coñito, lejos de intentar escapar del climax, aun buscaba más mi polla golpeando su culo contra mí. No fui capaz de aguantar y acabe soltando un gran chorro de semen en su interior, por último, mi hermana ante esa imagen nuestra, acabo sucumbiendo al placer y una vez más se retorció por el suelo.

Laura y yo caímos al suelo junto a Marta, mirábamos al techo mientras intentábamos recuperar el aliento. Hasta 20 minutos llegamos a estar allí, los 3, sin decir ni una palabra y solo nuestra respiración como sonido de fondo.

La primera en levantarse fue mi hermana, sin decir nada, se puso la ropa y se disponía a marcharse dejándonos allí solos.

-Marta: Luego no digas hermanito, que tu hermana no cumple sus promesas, te dije que te compensaría ¿no? Pues “de nada”

No supe que decir, pero por mi mirada, Marta entendió mi gratitud eterna por lo que había pasado esa noche en la guardilla. Quien iba a imaginar, que mi hermana me iba a preparar algo así, por mí ya podía terminar el viaje, no creo que nada pudiera superar esto.

Laura parecía aún muy excitada, sin decir nada agarro mi polla y empezó a chuparla. En mi mente aún seguía repasando cada instante de lo sucedido y no le costó mucho trabajo conseguir una erección. Se subió sobre mí y empezó a cabalgar, puso sus manos sobre mi pecho e intentaba llamar mi atención. Me estaba follando y yo seguía atontado en el suelo.

Al final consiguió que dejara de mirar al techo y la mirase a ella. Esas tetas se movían al ritmo que ella subía y bajaba, me estaban pidiendo guerra. Me reincorpore y ella quedo sentada encima mío, nos besamos un poco y lleve mi boca a una de sus tetas. Sus pezones estaban duros como piedras, chupaba de ellos como si de un bebe hambriento se tratara.

-Laura: Vamos lléname una vez mas de leche

-Marcos: Claro que si guapi

-Laura: jajaja no me hagas reir, aiii diosss

-Marcos: Joder Laura, como me pones

No me quedaba mucho más por dar, pero si lo suficiente como para que Laura notara algo de leche en su interior. Empezó a correrse dando unos últimos saltos que me destrozaron la verga, tal vez me estaba devolviendo el dolor anterior que sufrió ella.

Volvimos una vez más a quedar tumbados sobre el suelo, ya no sé cuánto tiempo paso, pero incluso nos estábamos quedando dormidos. Después de mucho insistir a Laura, logre que se levantara, era hora de volver a nuestras habitaciones.

La noche había dado mucho de si y conciliar el sueño fue tan fácil como poner la cabeza sobre mi almohada.

Empezó un día nuevo y se me pegaron las sabanas, no fui el único, Laura y Marta también. Tuvimos que darnos prisa en desayunar y ducharnos. El ultimo día de las vacaciones estaba dedicado a un descenso en barca por un rio un tanto violento.

Llegamos al lugar y unos monitores nos explicaron brevemente algunos conceptos, medidas de seguridad y otras cosas que no fui capaz de escuchar por el sueño que aun llevaba encima. Un sueño que desapareció cuando aquello se puso en marcha. Algo así era justo lo que necesitaba para despertarme, el agua entraba por todos lados, te golpeaba la cara, no te dejaba en ocasiones ni recuperarte cuando ya tenías otro golpe de agua por el lado contrario.

Al final de la actividad, anulamos el resto del plan. Volvimos a nuestro refugio a organizar una barbacoa y una fiesta de despedida del que sería el ultimo día allí. Entre comer, beber y disfrutar de la piscina fueron pasando las horas hasta llegar la noche. Por desgracia nos esperaba un duro camino en coche y no quisimos alargar la fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Las parejas empezaron a irse a sus habitaciones, tocaba un nuevo cambio y parecía que gustaba más a todos, menos a Laura que decidió quedarse un rato con nosotros en el jardín tomando el aire. Tal vez lo que ocurrió la noche anterior, la dejo saciada de sexo, del mismo modo me encontraba yo y aunque Mónica me insinuó subir murmurándome al oído, la rechace excusándome en que tenía malestar de estómago. No me lo podía creer, quien me iba a decir hace unos días que iba a rechazar una noche de sexo.

No se tomó a mal mi rechazo, pero me toco tomarme un antiácido que muy amablemente fue a buscar a la cocina. Ante la falta de conversación, nos fuimos todos a dormir. Apenas una hora en la cama, mi estómago empezó a doler de verdad, el antiácido no me había sentado muy bien y me estaba causando el efecto contrario o podría decirse que era el karma.

Baje a la cocina a por un poco de agua para ver si me estomago se asentaba, allí con un pijama blanco muy ajustado estaba Sandra tomándose un refresco sin gas.

-Sandra: ¿Tampoco puedes dormir?

-Marcos: No, es mi estómago no le ha sentado muy bien el antiácido

-Sandra: No bebas agua, ten tomate mejor esto

-Marcos: Gracias.

-Sandra: No será una excusa para estar conmigo a solas ¿no?

-Marcos: Ojalá, pero no es así

-Sandra: Me tienes muy confundida en este viaje

-Marcos: ¿Por qué?

-Sandra: La noche del paseo con Mónica, me pareció extraño, llegue a pensar que había tema entre vosotros

-Marcos: No sé, me fui con ella igual que me hubiera ido con cualquiera

-Sandra: Dudo que nadie quiera dar un paseo por un camino a oscuras y tardar más de una hora en regresar

-Marcos: ¿nos perdimos?

-Sandra: Claro, buen intento. Después cuando Marta propuso el juego de las habitaciones os excluyo a los 2

-Marcos: Mas bien, no quisimos participar

-Sandra: Claro, pero una buena excusa para compartir habitación todos los días

-Marcos: Visto de esa manera si, pero no es el caso

-Sandra: Pero luego te veo con Laura la otra noche en el pasillo y os besáis, entonces ya no entiendo nada

-Marcos: Un beso tonto

-Sandra: Ese beso no tenía nada de tonto, era más bien un beso de “gracias”

-Marcos: No entiendo a dónde quieres llegar

-Sandra: Mira guapo, tal vez a tu hermana y alguno más de esta casa, se crean que eres un dulce corderito

-Marcos: Y si no soy un corderito que soy

-Sandra: ¿Un lobo camuflado con piel de corderito?

-Marcos: Que enrevesada eres Sandra, yo sé lo que te pasa a ti

-Sandra: ¿¿¿???

-Marcos: Lo que te fastidia es que este corderito vaya a salir del matadero sin que hayas podido hincarle el diente

-Sandra: Que yo sepa… todavía no has salido del matadero

Me acababa de dar un zasca de los buenos. Se acerco lentamente hacia a mí, puso su mano en mi pecho que fue bajando poco a poco por mi estómago dirección a mi entrepierna y su boca a escasos centímetros de mi oído. En voz baja y muy sensual me dijo…

-Sandra: Por la noche los corderitos se quedan en su refugio ¿sabes? Porque corren el peligro de que un lobo, o aun peor, una loba, le persiga y le deje atrapado contra una pared y … no queremos que eso pase ¿no? ¿Y que crees que ocurre si eso pasa? Tal vez le dé un mordisquito aquí, o tal vez aquí.

Empezó a darme pequeños mordiscos en el cuello a la par que su mano rozaba mi paquete más abajo, el dolor de estómago había desaparecido y mi verga parecía resucitar después de un día entero sin noticias de ella.

-Sandra: Entonces que me dices corderito, ¿te vas a rendir o vas a salir corriendo para intentar salvarte?

-Marcos: Al igual el corderito resulta ser un lobito buscando lo mismo que tu

-Sandra: Ya me parecía a mi…

Empezamos a besarnos, cuando un ruido en la escalera nos hizo parar.

-Marcos: Parece que el perro pastor ha venido a por el corderito

-Sandra: Hoy has tenido suerte, pero no olvides que una loba te tiene enfilado

Se marcho de la cocina, no sin antes echarme un último vistazo, el ruido de la escalera era de Verónica, bajaba a por un vaso de agua. Decidí volver a mi habitación no fuera a ser que ahora me encontrara con otra devoradora y no pudiera escapar.

Nuevo día y de regreso a casa, una gran pena inundaba mi corazón, la espinita de Sandra estuve a punto de quitármela la última noche, pero no siempre todo puede salir bien. Tengo confianza que la semilla que sembré anoche en ella crezca y de sus frutos.

Después de muchas horas de coche, música que al principio del viaje cantas y que terminas odiando, llegamos a casa, al mismo lugar donde empezó todo. Era tarde, las 11 de la noche y mi hermana invito a Laura y Mónica a dormir en casa, fue entrar por la puerta y todos de forma unánime decidimos ir directamente a dormir.

Aun tendríamos mañana todo el día libre antes de que viniera mi padre a buscarnos para reunirnos con mi madre y pasar juntos los últimos días con ellos. No suena muy divertido, pero si algo me estaba enseñando este verano, es que las oportunidades aparecen donde menos te lo esperas.

CONTINUARA…