La fiesta de mi hermana Marta 3

Continua la historia después de una fiesta y una venganza un tanto curiosa.

Nuestra relación había mejorado mucho, pasábamos más tiempo juntos, en la piscina de casa, viendo alguna película o pasando el rato hablando, tenía la sensación de estar con una amiga y no con mi hermana. Estar en vacaciones de verano, influye bastante en eso.

Otro de los cambios que note, es que veía más veces a Marta en ropa interior de forma “accidental”. No debería ser nada extraño, es lo normal cuando se convive tener este tipo de situaciones, pero en nuestro caso si era extraño. Ver a mi hermana en ropa interior, hasta antes de la fiesta, tenía que hacer mucha memoria para recordar, en cambio desde la fiesta, es raro que pase un día y no la vea en bragas, en sujetador o saliendo del baño con una toalla que apenas cubre sus partes.

Una tarde después del entrenamiento de atletismo, me disponía a darme una ducha. Al llegar al baño la luz estaba encendida, imaginaba que Marta acababa de salir. Cuando me disponía a entrar, unas braguitas blancas adornaban el suelo del baño.

Marta: Espera espera espera, no entres

Marcos: ¿Qué pasa?

Recogió sus braguitas del suelo

Marta: Nada ya esta

Me quede mirando durante unos segundos embobado

Marta: ¿Qué ocurre?

Marcos: Nada nada

Marta: ¿te has escandalizado por mis braguitas?

Marcos: Pero que dices…

Marta: jajaja te has puesto colorado

Marcos: Déjame anda, que me quiero duchar

Marta: Que pasa, que aún le das vueltas intentando saber si Laura o yo, yo o Laura…

Marcos: No he vuelto a pensar en eso

Marta: Por tu forma de mirar mis braguitas yo diría que lo estabas haciendo

Marcos: Si mira, justo las iba a utilizar para pajearme con ellas, pero ya me has jodido el plan

Marta: jajaja que cerdo…

La conversación quedo ahí, Marta se fue a su habitación y yo necesitaba una ducha fría.

Aunque había momentos de tensión con mi hermana, no era comparable a los que había con Laura. Con su amiga si que había cambiado mucho nuestra relación. En estas 2 semanas estuvo en casa un par de veces y se notaba tensión sexual, hasta Marta se daba cuenta. Ella no decía nada, pero tampoco nos dejaba ni un segundo a solas.

Un sábado noche, de madrugada, estaba con Marta en el salón viendo una película de acción ochentera. Estábamos solos, nuestros padres ya dormían desde hacía rato.

Estaba sentado en un rincón del sofá, mi hermana, estaba tumbada con sus pies encima de mis piernas. Era algo normal, sino fuera porque hace 3 semanas justas y a esa misma hora, estábamos en ese mismo lugar disfrutando de una orgia a ciegas. Por supuesto en total oscuridad.

Si la situación de por si ya era incomoda, aun podía empeorar. En la televisión empezó una escena de sexo bastante explicita. No quise mirar ni de reojo a mi hermana, pero si notaba como ella lo hacía durante unos segundos.

Nuestra ropa era escasa, unos pantalones cortos de deportes era mi única prenda. Marta, llevaba una camiseta larga que usaba de “vestido”. Solo con girar un poco mi cabeza hacia ella, podía ver sus braguitas de color morado. Aparte de sin pantalones, también era posible que no llevara sujetador.

La maldita escena llego a su fin, pero el argumento de la película daba a entender que tendría más momentos incomodos. Tal vez por eso mi hermana, decidió que era hora de irse a dormir.

Marta: Bueno hermanito… me voy a la cama

Marcos: Vale, que descanses

Marta: Tú ¿no te vas a dormir todavía?

Marcos: No, me quedo a ver como termina la película

Mi hermana se iba y no pude evitar dar un buen repaso con la mirada a su culito. Al llegar a la esquina, ella volteo su mirada hacia mí, me regalo una sonrisa y desapareció de mi vista.

Una nueva escena de sexo en la televisión y la despedida de Marta, provocaba una erección bajo mis pantalones. No pude evitar tocarme por un segundo, pero no era el lugar adecuado. Tal vez debía irme a la cama y disfrutar allí de las manualidades.

Apague la televisión, me levante del sofá y cuando puse rumbo a mi habitación, apareció mi hermana detrás de la esquina. Me quede petrificado delante del sofá. Estaba apoyada en el marco de la puerta, mordiéndose los labios a la par que me miraba de forma traviesa.

Con uno de sus dedos, empezó a jugar con el bajo de su camiseta haciendo que esta subiera y me dejara ver sus braguitas. Creo que quería celebrar el “3ª aniversario” de nuestra orgia.

Me acerco o no, le digo algo o mejor solo la sigo mirando, no sabía que hacer. Por suerte ella si tenía claro que hacer, se quitó la camiseta y la tiro al suelo. Como había intuido, no llevaba sujetador.

Mis ojos se recreaban viendo el cuerpo de mi hermana, pero las luces se apagaron. Notaba como poco a poco se iba acercando, mi pulso se aceleraba y mi erección aumentaba.

Su cara se quedó a escasos centímetros de mi cara, mi abultado pantalón hacia contacto con su tripa y sus pechos contra mi estómago. Me dio un lametón con su lengua en mi boca, otro en el cuello, en mi pecho, fue bajando hasta quedar arrodillada delante de mí.

Con sus manos agarro de ambos lados de mi pantalón, baje la mirada hacia ella, notaba que me estaba mirando, aunque la oscuridad no me dejara confirmarlo.

De un solo tirón, me bajo los pantalones, mi verga salió rebotaba hasta su mejilla. Me agarro con sus manos por la parte de atrás de mis rodillas, mientras con su boca, busco mi verga para tragársela. Tuve que agarrar su cabeza con mis manos para no perder el equilibrio, mientras ella empezaba con su mamada. Acompañaba su cabeza de atrás hacia delante, apretaba sus labios con fuerza y lo hacía muy placentero.

Estuvo así durante varios minutos, la saliva salía de su boca para acabar sobre sus tetas o eso imaginaba en ese momento. Mi tripa empezó a contraerse y mi verga a soltar semen dentro de su boca, era tal el placer de ese orgasmo, que era incapaz de quedarme quieto. Me ponía de puntillas, inclinaba mi cintura hacia atrás, pero ella no bajo el ritmo y continúo tragando todo lo que le daba.

Marcos: Joder hermanita…

Marta: Shhhh…

Su respuesta me daba a entender que no quería romper el silencio.

Después de esa mamada, imaginaba que esperaba su turno, agarrando sus brazos la levante y fui yo quien se puso de rodillas. Con mi boca a la altura de su entrepierna, le intente bajar las braguitas, pero no sin antes dar un par de lametones a su rajita mojada por encima de la tela. Resulto imposible bajar su ropa interior con los dientes y haciendo uso de mis manos, las baje de forma brusca provocando una ligera queja de Marta.

Puso su pie sobre el sofá, de esta forma me daba mejor acceso a su coñito. Me di un poco la vuelta y me senté de espaldas a ella, con la cabeza hacia atrás, de tal modo que mi nariz tocaba su ano mientras mi boca saboreaba su rajita. La cogí fuerte de las piernas y ella se agacho un poco para que me resultara más fácil, mi lengua recorría toda su rajita hasta llegar a su ano.

Marta no pudo evitar empezar a gemir de placer, tenía mi cara metida en su culo, movía despacito sus caderas de adelante para atrás. En ocasiones me costaba continuar, había tanto fluido saliendo de su coñito que me era imposible seguir lamiendo, pero estaba dispuesto a devolver a mi hermana el momento de placer que ella me había dado.

Por desgracia para ella, no todo es eterno y acabo llegando su climax. Fue tan bestial, que perdió el equilibrio cayendo sobre el sofá de espaldas, pero no por esas se escapó de mí. Mi lengua siguió a su presa hasta el sofá y volvió para rematar el trabajo.

Quedamos rendidos, en silencio y sin contacto físico salvo el de nuestros brazos que se rozaban. A los pocos minutos, note como se levantaba y recogía sus braguitas. Todo continuaba a oscuras, me puse el pantalón y a los pocos segundos se encendió la luz, mi hermana ya estaba completamente vestida y sin decir nada ser fue.

Me quedé allí un par de minutos recuperando el aliento y también puse rumbo hacia mi cama. Al pasar por el pasillo, salía mi hermana del baño, nos miramos mientras ella pasaba por mi lado, aunque estaban las luces apagadas, había la suficiente claridad como para ver nuestras siluetas. Sin saber porque, le agarre del brazo y la hice parar, pero Marta intento continuar dándome la espalda. Le agarre la cintura y la lleve hasta la pared.

Tenía a mi hermana prisionera con la cara pegada a la pared, frotaba mi verga con su culo, mis manos se metieron por debajo de su camiseta para agarrar sus tetas y empezar a estrujarlas. La situación era bastante comprometida, a escasos metros estaban nuestros padres dormidos y cualquier ruido podría despertarles.

Después de unos minutos, solté las tetas de Marta y le bajé sus braguitas hasta las rodillas. Me saque la verga del pantalón, la lleve hasta su coñito y la metí de un solo empujón. Mi hermana suspiro fuerte a la vez que se llevó la mano a la boca, no quería que algún gemido despertara a nuestros padres.

Me la follaba sin dejar el más mínimo espacio entre nuestros cuerpos, era un movimiento de abajo arriba que daba mucho placer, al no tener las piernas separadas hacia que todo fuera más estrecho. Volví a meter mis manos en su camiseta buscando sus pechos y con mi boca le daba pequeños mordiscos en su cuello.

Nuestros orgasmos se encontraron, provocando que nuestros cuerpos reaccionaran brutalmente el uno contra el otro, éramos conscientes del pequeño jaleo que estábamos montando y que el peligro acechaba a escasos metros, pero en lugar de asustarnos, disfrutamos del morbo que producía que alguien nos pudiera ver durante el climax.

Al terminar, nos despedimos brevemente.

Marta: Eres un capullo, me pillaste a traición

Marcos: Lo mismo puedo decir de ti antes en el salón

Marta: Bueno es que te vi un poco tenso después de la escena de sexo

Marcos: No inventes excusas

Marta: jajaja shhh anda tira a la cama

Desperté a la mañana siguiente relajado y perezoso, pero pronto iba a cambiar. Me di la vuelta en la cama y allí estaba Marta.

Marta: ¿Que tal ha dormido el bello durmiente?

Marcos: Bien, lo suficiente para recuperar fuerzas

Marta: Me alegro, pero tenemos que hablar

Marcos: ¿De lo que paso anoche?

Marta: Si

Marcos: Pero empezaste tu anoche

Marta: Joder porque me provocas

Marcos: Pero si no hice nada.

Marta: El otro día con las braguitas, me dijiste que tu intención era saborear y pajearte con ellas.

Marcos: De saborear no dije nada, además que te lo dije bromeando

Marta: jajaja está bien, me has pillado.

Marcos: Tampoco me empalme anoche con la película

Marta: Bueno da igual, había una tensión sexual entre nosotros y ya ha desaparecido

Marcos: Supongo

Marta: Ya podemos seguir con nuestras vidas

Me dejo muy confundido la conversación con Marta, pero ella se fue satisfecha del resultado y no quise darle más vueltas. Tenía una hermana loca y eso no se puede elegir.

Pasaron 3 días, la relación con mi hermana había vuelto a cambiar, volvía a ser como antes de la famosa fiesta. Desapareció esa tensión que teníamos, los vaciles, al igual que verla continuamente de forma accidental en ropa interior. Por un lado me tranquilizo, pero por otro me daba un poco de pena. Tratándose de Marta, no puedes nunca dar nada por sentado y menos en tan pocos días.

Esa misma tarde después de volver de entrenar, me sorprendió no encontrarme a nadie en casa. Fui hacia la ducha, no sin antes entrar a la habitación de mi hermana a mirar. Al abrir la puerta vi que no estaba, ¿tal vez en la piscina?, me asomé a su ventana y efectivamente, estaba ella, Sandra y Laura. Mi hermana y Sandra estaban mirando la Tablet, parecían muy entretenidas, Laura en cambio estaba tomando el sol y mirando hacia la ventana. Pensé que le diría algo a Marta de que estaba en su habitación, pero no dijo nada, solo se limitó a darse la vuelta.

Me fui a mi habitación a poner el móvil a cargar y fui hacia el baño para darme esa deseada ducha. Entre al baño, cuando iba a cerrar la puerta la mano de Laura lo evito y entro conmigo cerrando la puerta con llave al entrar.

Laura: Hola, ¿Qué haces?

Marcos: Me iba a dar una ducha

Laura: Digo antes, en la habitación de Marta

Marcos: Nada, entre para ver si había alguien y mire también por la ventana por si estaba en la piscina

Laura: Ya… me ha dicho un pajarito que hace unas noches hubo fiesta privada

Marcos: Que rápido corren las noticias

Laura: jaja si… me lo contó a la mañana siguiente

Marcos: Espero que te contara también que fue ella quien lo empezó

Laura: Lo dejo en algo mutuo, pero bueno da igual, yo no venía por eso

Marcos: ¿Para que venias entonces?

Se iba acercando y me acorralaba contra la pared poco a poco.

Laura: Me preguntaba si ya habrías deducido que hiciste y con quien esa noche con tu hermana y conmigo

Marcos: Tengo mi teoría

Laura: y bien…

Mi espalda ya estaba pegaba a la pared y Laura a escasos centímetros, no dejaba de mirarme en todo momento y a mí me empezaba a poner nervioso

Marcos: El “acto final” fue con mi hermana, segurísimo

Laura: ¿Como estas tan seguro?

Marcos: Porque mi hermana no es tan buena actriz para fingir algo así.

Laura: ¿Y los otros “dos actos”?

Marcos: Tengo mis dudas

Laura: Te confesare algo… pero que quede entre nosotros.

Puso sus manos en mi pecho durante esa frase y fue bajando un dedo en zigzag hasta mi pantalón.

Laura: Cuando Marta me conto lo que había pasado en la fiesta, al principio no me lo creía, pero después me puso muy cachonda

Marcos: Te creo

Con su mano empezó a frotar por encima del pantalón mi verga, a esas alturas ya lucia una buena erección.

Laura: Le di la idea de como vengarse de ti

Marcos: ¿fue idea tuya?

Laura: jaja si, la idea era que fuera yo quien follara contigo y ella pusiera la voz, pero se puso tan cachonda al final que quiso ser ella la que rematara la faena

Marcos: ¿Le diste la idea por propio interés?

Laura: Si y no. Por un lado, creíamos que lo pasarías fatal y tendríamos que cancelar la venganza. Pero sino lo hacías, podía acabar en una noche excitante y dejándote con la duda para siempre

Marcos: Eres una chica muy “malota” por lo que veo

Laura: ¿Quieres ver cuánto?

Nos quedamos en silencio unos segundos y aunque no dije nada, ella intuyo por mi silencio que sí quería ver lo mala que era.

Dejo de frotar desde fuera del pantalón, para introducir la mano por dentro y agarrarme la verga. Empezó uno leve masturbación mientras con su mano me atrajo hacia ella para que la besara.

Laura: ¿Te está gustando?

Marcos: Mucho

Laura: Quítame la parte de arriba

Con mis manos libres, baje el sujetador del bikini dejando salir sus tetas. Eran algo más pequeñas que las de Marta, pero me gustaban incluso más.

Dejo de pajearme para agarrar mis manos y acompañarlas hasta sus tetas…

Laura: Te gustan eh

Marcos: Están muy bien

Laura: ¿Te gustaría que te pajeara con ellas?

Marcos: No me importaría…

Usaba mis manos para masajear sus pechos, era una guía excepcional.

Laura: Que me dices de mi culo, ¿te gusta más que el de Marta?

Marcos: No sé, tengo mis dudas

Una vez más, uso sus manos de guía para acompañarme hacia su culo. Dejo mis manos libres para que fuera a mi aire mientras ella buscaba de nuevo mi verga. Las deslice suavemente por dentro de su bañador y agarre fuerte sus nalgas.

Laura: aiii no seas bruto

Marcos: Tienes un culito muy trabajado

Nos besamos mientras nuestras manos exploraban nuestro cuerpo, la situación no podía estar más caliente. Minutos después, soltó mi verga y se separó de mí.

Laura: Creo que es hora de que regrese con las chicas

Marcos: ¿Me vas a dejar así?

Laura: ¿y que quieres? ¿Que follemos con tu hermana y Sandra por aquí?

Marcos: Algo rapidito

Laura: No… aunque podemos quedar mañana si quieres, Marta se va a la playa con amigos de su universidad

Marcos: Por mi perfecto

Sin decir nada más, se puso bien el bikini y salió del baño. No sabía si ducharme o tocarme un ratito, no debía ser bueno quedarse con semejante calentón y decidí hacer ambas cosas.

Después de la ducha y mi momento de relax, me encerré en la habitación. Tumbado en la cama, reflexionaba de lo que me había contado Laura sobre mi hermana. Lo que conto tenía más sentido, que al escuchar la historia de mi hermana, se calentó y ofreció su cuerpo para la venganza, dejando que ella solo pusiera la voz. Aun así me sorprendió que Marta acabara por calentarse y querer para ella el plato fuerte.

Por supuesto también le di vueltas a los tocamientos y besos que hubo en el baño. Alucinaba con nuestro plan, solo esperaba estar a la altura de sus expectativas y no le diera también por follar a oscuras.

Entro mi hermana a la habitación y no se esperaba que estuviera allí.

Marta: Anda, ¿tú que haces aquí?

Marcos: Es mi habitación ¿y tú? Entrabas a cotillearme las cosas

Marta: jaja noooo…

Marcos: voy a tener que poner un candado a la puerta

Marta: jajaja que no jolines, es que me ha dicho la mama que te dijera que la cena ya esta y me ha sorprendido que estuvieras aquí sino te vi llegar

Marcos: He vuelto cansado. Me he dado una ducha y me he echado a dormir un rato

Marta: Vale… bueno no tardes en bajar.

Se marchaba de la habitación, pero volvió una vez más.

Marta: Se me olvidaba decirte que mañana voy a la playa con amigos de la uni, ¿te quieres venir?

Marcos: No puedo, he quedado… con un amigo… para correr un rato juntos.

Marta: ¿Estás seguro de que no puedes? Vendrá Lucia, Alba y María.

Marcos: Si me intentas convencer de que vaya usando a tus amigas estiradas de la uni, lo llevas claro.

Marta: jaja mira que Alba, es de las que hace topless

Marcos: Dioosss… borrar imagen, borrar imagen

Marta: jajaja me ha preguntado alguna vez por ti

Marcos: Tú quieres que me traumatice ¿no?

Marta: Pero si es muy buena chica, muy decente…

Marcos: Es fácil ser decente cuando se es fea

Marta: ¡¡¡Pero bueno!!!

Acababa de empezar una pelea de almohadas, después de sufrir varios golpes bajos, la agarre y la tire sobre la cama. Fui a caer a su lado, con mi cabeza encima de su espalda mirando en dirección a su retaguardia. El pantalón de su pijama le iba un poco estrecho, la camiseta un poco corta y dejaba a la vista gran parte de su espalda. Lo que me llamo la atención, fue que se le viera un poco la rajita del culo. Sin poder evitarlo, le pase la lengua desde la mitad de la espalda hasta esa rajita traviesa. Como si a cámara lenta se tratara, me tome mi tiempo durante el recorrido, mi hermana por su parte se limitó a no decir nada.

Marta: Bueno… será mejor que baje ayudar con la cena

Ahora si se fue de la habitación, me sentía culpable por lo sucedido. Después de 3 días donde parecía que ya todo volvía a la normalidad absoluta, voy yo y la vuelvo a liar. Me estaba temiendo una noche de oscuridad y sexo, pero no fue así.

Llego un nuevo día, mis padres trabajando, mi hermana en la playa con sus amigas y la casa para mi solito. Me tome una buena ducha y espere a Laura sentado en el salón con la toalla como única prenda. Espere un buen rato en el sofá, en realidad no dijimos una hora en concreto, pero mi madre salía de trabajar en 2 horas.

Sorprendida de verme solo con la toalla, entro a casa. Llevaba un vestido blanco muy ajustado que le hacia una figura y un escote que te hacían temblar. El vestido le llegaba un poco por encima de las rodillas y el tejido era elástico.

Laura: woowww vaya recibimiento.

Marcos: Pensé en ponerme de etiqueta, pero tengo el traje en el tinte

Laura: Bueno mejor con toalla, nos ahorramos tiempo

Marcos: ¿Quieres tomar algo?

Laura: No… vengo del dentista y aún tengo la boca dormida

Marcos: Ya decía yo que hablabas raro…

Laura: ¿Que tal si en lugar de seguir hablando, empezamos ya?

Marcos: Por mi bien, acompáñame señorita a mi habitación

Laura: Yo había pensado que mejor en la habitación de Marta

Marcos: Que dices, como vamos a follar en su cama

Se acerco Laura a escasos centímetros de mi oreja y me confeso susurrando que le daba mucho morbo esa habitación. No pude decir que no, entre otras cosas porque a mí también me lo daba.

Entramos a la habitación, cerré la puerta y al girarme vi a Laura quitándose el vestido como si de una camiseta se tratara. No llevaba ropa interior y eso me hizo quedarme unos segundos mirando sin escuchar lo que me decía.

Laura: holaaaa, aquí tierra llamando a Marcos me recibes.

Marcos: Perdona, me quede en blanco, no me esperaba que vinieras tan fresquita.

Laura: jajaja anda quítate la toalla y ven aquí

Me quite la toalla y fui corriendo hacia ella con tal mala fortuna que me pase de frenada y caímos en la cama. Sin dar tiempo a disculparme, se puso en postura para un 69, el paisaje no podía ser más espectacular.

Hundí mi cara en su culo y ella se metió mi verga en la boca. Comenzamos un 69 de una manera brutal, nos teníamos ganas. Su mamada era espectacular, al tener la boca anestesiada por el dentista provocaba que mi verga estuviera empapada de su saliva. Apretaba fuerte mi polla, no sé si por ansias o también por la anestesia, pero lo estaba disfrutando. La postura me resultaba incomoda, sentía que me quedaba atrás en esa carrera de dar placer y utilizando un par de dedos y mi lengua me puse en cabeza de nuevo. Cuanto más fuerte era mi ritmo, ella aun aumentaba más el suyo.

Al final gane yo, empezó a correrse y sacándose mi verga de su boca se inclinó hacia atrás hundiendo su culo en mi cara. Con mi polla aun en su mano, la pajeaba con mucha fuerza al ritmo de su orgasmo, provocando placer, pero también mucho daño. Al terminar me quito el culo de su cara y me invito a levantarme de la cama.

Laura: Ven aquí anda, que esto te va a gustar.

Marcos: Joder me has hecho daño

Laura: jaja perdón no me di cuenta, ven que te compensare.

Me puse de pie al lado de la cama, ella se arrodillo delante de mí, con sus manos agarro sus tetas y atrapo mi verga para empezar una cubana de lujo. La sensación era espectacular, pero la visión aun lo era más, mi polla estaba atrapada dentro de ese par de pechos. Dejo salir la puntita para chuparla mientras continuaba moviendo sus tetas de arriba abajo. Por desgracia no pude aguantar mucho, una parte del semen fue a parar a su boca, después se la saco y dejo que el resto de la leche cayera sobre sus tetas.

Laura: te ha gustado ¿no?

Marcos: no tengo palabras

Fuimos al baño a limpiar un poco el estropicio que había armado. Mientras ella se lavaba la cara y sus pechos, no pude evitar la tentación de colocarme justo detrás de ella. Con mi verga aun mojada empecé a rozarla contra su rajita, no tardo en aparecer una nueva erección lo que hacía que el roce aun fuera más placentero para ella.

Laura: Por lo que noto, ya estás listo para continuar

Marcos: Si supieras la de veces que he fantaseado con esto

Laura: ¿Con follar conmigo?

Marcos: Si

Laura: Lo imaginaba, veía como me follabas con la mirada

Marcos: jaja no exageres

Laura: Déjate de hablar y volvamos a la cama que la anestesia hace que se me caiga la saliva

Según lo dijo, le pase mi lengua por toda su boca

Marcos: Asi estas mejor, más limpita

Laura: Joder como me pones

Me rodeo con sus brazos y me dio tal beso que un escalofrió subió por mi espalda. Sin perder mucho el tiempo me agarro e hizo que la acompañara de nuevo a la habitación, me tumbo en la cama boca arriba y ella se colocó sentándose encima de mi polla.

Laura: Estas preparado

Marcos: Siempre

Se introdujo mi polla y empezó a cabalgar. Sus tetas no paraban de subir y bajar, no pude evitar la tentación primero de agarrar y después de chuparlas. Me rodeo con sus brazos, paso sus piernas por detrás de mi espalda quedando sentada sobre mí, yo estire mis manos hasta su culo, agarre con fuerza y la ayude con sus movimientos de subir y bajar. Esa postura me encantaba, era la fusión total.

Laura: aii que rico

Marcos: joder Laura no creo que aguante mucho mas

Laura: Tu no pares, aunque te corras no paaa resss

Cuando todo parecía estar a punto de caramelo…

Laura: Para para para

Marcos: Que… ¿que pasa?

Se saco mi polla y se sentó sobre la cama ante mi atónita mirada.

Marcos: ¿que ocurre Laura? ¿estas bien?

Laura: ufff si, es que no quería correrme aun

Marcos: ¿Qué?

Laura: Espera dame unos minutos que voy al baño

Marcos: Estas de coña ¿no?

Laura: jaja tranquilo espera unos minutos

Se fue al baño y me dejo allí a medias, ¿tal vez le habían dado ganas de mear? Pasaron 5 minutos, pero nada, no volvía y decidí ir a buscarla. Al entrar vi a Laura gimiendo mientras se metía algunos de sus dedos en su culo.

Marcos: ¿pero que haces?

Laura: joder era una sorpresa

Marcos: ¿¿¿¿????

Laura: jajaja estoy preparándome para que me folles el culito

Marcos: ostia eso se avisa y te hubiera ayudado

Laura: da igual ya está, anda vamos.

Volvimos a la habitación, esperaba que se pusiera a 4 patas sobre la cama, pero no fue así. Me pidió que me tumbara, se puso de pie sobre la cama a la altura de mi verga y empezó agacharse poco a poco. Me di cuenta de lo que pretendía.

Marcos: No sería más fácil si te pusieras a 4 patas y …

Laura: Shhh calla, ya verás cómo te gusta más esto

Marcos: Que pena no tener el móvil a mano porque las vistas son ...

Laura: aiii joder, no lo tengo lo suficientemente dilatado

Marcos: ¿quieres que te ayude?

Laura: si coge tu polla y que no se mueva

Marcos: joder joder joder

Laura: aiii como duele

Marcos: un poquito más, que ya casi está dentro

Laura: no te muevas, aiiii , ya caaassiii

Marcos: creo que me voy a correr

Laura: Aguanta que ya está dentro, tu relájate

Las maniobras fueron de lo más excitante para mí, al ver como mi verga se iba introduciendo poco a poco y lo estrecho que era. Por desgracia para ella fue un mal rato, pero pronto se vería recompensada.

Me pidió que en todo momento me quedara quieto, mientras ella, después de unos minutos totalmente quieta, empezó a subir y bajar para que mi verga se acomodara bien a su nuevo hogar.

Unos minutos más y la cosa mejoro, las sutilezas acabaron para ella, empezó hacer sentadillas encima mío, ahora el que lo pasaba mal era yo, sentía placer, pero acompañado de mucho dolor.

Marcos: Para, para un poco me estás haciendo polvo la polla

Laura: ni de coña, es mi momento

Marcos: me vaaa aaassss a arrancar la piel

Laura: solo un pooooco más

Laura empezó a meter alguno de sus dedos en su rajita y yo no pude aguantar más y empecé a correrme. Al notar mi corrida en su interior, le llego su turno, se quedó parada con mi polla dentro y su coñito empezó a escupir fluidos salpicando sobre mi estómago. Nunca había visto algo asi, salvo en las películas X.

Quedamos tumbados durante varios minutos, éramos incapaces de mover ni un solo musculo.

Al rato nos fuimos a dar una ducha y volvimos a la habitación a por su ropa.

Laura: Va no te quejes que no ha sido para tanto

Marcos: No es broma, me duele de verdad

Laura: jajaja así estarás unos días sin poder hacerte una pajilla

Marcos: Que graciosa ella

Laura: Parece mentira que con la que hemos liado, no se aprecie ninguna mancha en las sabanas de la cama

Marcos: Eso me temía cuando terminamos.

Laura: Bueno… pues yo me voy ya

Marcos: Una duda que tengo… le contaras algo de esto a ¿Marta?

Laura: No y tú tampoco lo hagas o me matara

Marcos: ¿Por qué? Que más le da

Laura: Porque después de aquella noche, me dijo que no intentara nada contigo y no te dejara a ti intentarlo

Marcos: Sigo sin entenderlo

Laura: jajaja es muy fácil de entender, ella me toma por una pervertida y no quiere que te arrastre al lado oscuro

Marcos: Pues menuda fue hablar

Laura: uiii si yo te contara

Marcos: Cuenta

Laura: jajaja no… otro día tal vez, si me convences...

Marcos: ¿tendremos una próxima vez?

Laura: quien sabe…

Me fastidio quedarme con la intriga, no solo de si repetiríamos, sino de los secretos oscuros que parecía tener Marta.

Pase el resto del día en la piscina, entre baño y baño, tomaba el sol y veía las horas pasar. Sobre las 9 de la noche, apareció mi hermana y se sentó a mi lado.

Marta: ¿Que haces aquí tan solito?

Marcos: Disfrutar del silencio

Marta: jajaja ya me estas echando

Marcos: Es broma, cuéntame tu ¿que tal el día de playa?

Marta: Bueno normal, ¿y tú?, saliste a correr con ese amigo tuyo

Marcos: Si, nos pegamos una buena paliza corriendo, acabe hasta dolorido

Marta: No me extraña es que eres un bruto.

Marcos: Creo que durante unos días no correré más, me tomare un descanso

Marta: Haces bien, descansa un poco

Me resultaba gracioso y un poco cruel ver como una mentira podía tener tanto de doble sentido.

Marta se levantó y se sentó al borde de la piscina, metiendo sus pies en el agua. Me senté a su lado sin romper el silencio, era como una escena romántica, pero donde uno de los protagonistas no encajaba.

Marcos: En que piensas hermanita.

Marta: En que debe ser muy morboso follar en una piscina como esta, con la única luz de la luna y ante el peligro de que algún vecino te pueda ver

Marcos: Si vamos, lo típico en una noche de verano

Marta: jajaja, me voy a duchar que he quedado con las chicas

Marcos: ¿Tus amigas de la uni?

Marta: No, con Laura, Mónica y Sandra, noche de chicas

Mi corazón dio un vuelco al escuchar el nombre de Laura, iba a quedar como un idiota y un mentiroso si le contaba algo a mi hermana.

Continuara