La fiesta de mi hermana Marta

La fiesta de mi hermana no resulto ser como esperaba.

Mi nombre es Marcos y os relatare lo que me ocurrió hace unos años. Tenía 18 años, pelo castaño, ojos marrones, alto y de cuerpo atlético. No destacaba especialmente entre las chicas, pero aun así ya había tenido alguna relación.

Mi hermana Marta tenía en esa época 21 años. Cabello largo y castaño, ojos marrones y un cuerpo de escándalo. Cintura fina, pero con un culo duro y respingón, pero no era lo único destacable, también una talla 100 de pecho. Una combinación explosiva.

Marta era muy sociable, tenía un grupo de amigos con los que siempre estaban organizando fiestas en casa de uno u otro y esa semana le iba a tocar a ella aprovechando que nuestros padres se iban a marchar 3 días de viaje para celebrar su 25 aniversario.

Lo tenía todo controlado, música, bebidas, aperitivos… todo menos yo, quería librarse de mí. Por este motivo, nada más salir mis padres por la puerta, se acercó a mi habitación para intentar convencerme de que le dejara la casa para ella sola durante una noche.

Marta: Hermanito… esto… quería pedirte un favor.

Marcos: Claro dime

Marta: Veras es que mañana quiero organizar una fiesta y quería pedirte…

Marcos: No sigas, quieres que duerma en casa de un amigo

Marta: Si, pero solo será una noche

Marcos: Joder eso se avisa antes

Marta: Lo sé, pero no me esperaba que fuéramos a estar solos estos 3 días

Marcos ¿Y que más te da que yo me quede aquí?

Marta: Hombre una fiesta con mi hermanito por casa… no es plan

Marcos: No digas que estoy en casa, me encierro en la habitación y problema resuelto

Marta: Pero como te vas a quedar encerrado toda la noche, no digas tonterías.

Marcos: Que si, pillo algo de comida y bebida, un buen videojuego con los cascos puestos y ya esta

Marta: ¿Tanto te cuesta irte una noche a casa de un amigo?

Marcos: Mucho, hace años que no duermo en casa de amigos y no me apetece

Marta: Joder hermanito…

Marcos: Que no, no insistas, si quieres aceptar mi propuesta bien y sino pues nada.

Marta: Bufff… está bien, pero te juro que como salgas de la habitación te la corto.

Llego la noche, con pizza en mano y algunos refrescos, fui repudiado de mi propio salón por mi hermana. Subí a mi habitación que estaba en la planta de arriba, junto al resto de las habitaciones y el baño principal.

La planta de abajo esta repartida de la siguiente manera, a la izquierda la cocina, en el centro un salón principal y a la derecha otro salón con tv. Las escaleras para subir estaban justo en el centro, donde el salón principal.

“Os cuento todo esto para que tengáis una referencia de la planta baja que será donde ocurren los hechos”

Desde la ventana de mi habitación, con las luces apagadas y un trozo de pizza en mi mano, veía como empezaban a llegar los invitados. En total 4 chicos y 4 chicas.

Había 2 chicas que me tenían loco, Sandra y Laura.

Sandra, una chica de cabello moreno, ojos oscuros, una cara angelical y unos labios carnosos con una textura como de caramelo. De su cuerpo destaco sus pechos, no tenía una talla 100 como mi hermana, pero al ser muy delgadita llamaban mucho la atención.

Laura, de largo cabello moreno y marrones, con un cuerpo muy parecido al de mi hermana. De ella me tenía loco todo y es que desprendía morbo a cada paso que daba, con cada gesto que hacía y su forma de vestir, siempre con ropa ajustada marcando culo o escote.

Las otras 2 chicas se llamaban Mónica y Verónica.

Mónica, era rubia, ojos marrones, una chica muy divertida y graciosa. Su cuerpo no me llamaba la atención, delgada, pecho normal, culo normal… todo normal esa es la palabra que describe su físico.

Verónica, rubia de ojos verdes, era “la patito feo” del grupo. No tenía mal cuerpo y tampoco es que fuera fea, pero no se sacaba partido.

Por otra parte los chicos parecía que hubieran salido de una fotocopiadora, mismo corte de pelo aunque con tonalidades distintas, todos “fuertotes del gym”… en altura si que cambiaba la cosa, 3 de ellos eran de una estatura normal, en cambio el otro pasaba del 1.80, una altura parecida a la mía.

Desde la soledad de mi habitación, comencé la maratón de videojuegos. Las primeras horas estaba tan metido en lo mío, que me olvide que en la planta de abajo había una fiesta, pero eso pronto iba a cambiar.

Era las 12 de la noche y la curiosidad comenzó a rondar por mi cabeza. A los 10 minutos ya no pude aguantar más y decidí salir a espiar un poco para ver que estaban haciendo.

Gateando por el pasillo fui avanzando hacia la escalera, estaban en el salón de la tv todos reunidos y desde mi posición difícilmente podría escuchar algo sino me aventuraba a bajar hasta la mitad de las escaleras y eso fue precisamente lo que hice.

Había llegado justo a tiempo, mi hermana iba a explicar las reglas de lo que parecía un juego. Nada más lejos de la realidad, la finalidad de ese juego era una orgia a ciegas.

Las 5 chicas se quedaban allí y los 4 chicos se iban a marchar al lado opuesto de la casa, a la cocina, dejando el salón principal a oscuras. Se quitarían toda la ropa, apagarían el resto de luces y … lo que sucediera ya era cosa de cada uno.

El tiempo seria de 1 hora, pasado ese tiempo una alarma avisaría de que tienen 5 minutos para volver a su rincón.

Marta saco un adorno luminoso de navidad y lo colgó de la entrada de la cocina, para tener un punto de referencia y todos supieran que dirección tomar para volver a su lugar de inicio.

No podía dar crédito de lo que estaba escuchando, ahora entendía porque mi hermana no me quería en casa esa noche y el porqué de su amenaza para que no saliera de la habitación.

Estaba enfadado, pero muy tentado para hacer una locura. Una oportunidad como esta no la volvería a tener y tenía que decidirme rápido porque en cualquier momento empezaría la orgia a ciegas.

Analizando la situación no era tan descabellado el intentar colarme, podía unirme una vez las luces se apagarán y desaparecer cuando sonara la alarma. Que fueran impares y faltara un chico era otro punto a favor porque todos tendríamos pareja y dudo que se dieran cuenta si las reglas dicen “no se puede desvelar la identidad ni durante ni después”.

Los chicos abandonaron el salón de la tv y se fueron hacia la cocina, debía actuar rápido, fui a mi habitación y me desnudé. Mientras no podía dejar de pensar en como podía evitar toparme en la orgía con Verónica y sobre todo con mi hermana.

Pensé en positivo, estoy seguro qué sería capaz de reconocer a mi hermana, esas cosas se notan y con Verónica ya no me parecía tan mala opción si lo comparaba con mi hermana.

Regresé a la escalera, en cualquier momento las luces se apagarían, mi hermana Marta dio el pistoletazo de salida, es la hora de hacer mi entrada triunfal y comencé a bajar las escaleras.

Al llegar abajo y dar 2 pasos ya me tropecé con alguien. Escuchaba risas, notaba gente a mi alrededor y sin previo aviso note una mano posarse en mi pecho.

La mano bajo hasta llegar a mi entrepierna y agarrarme la verga, me asusté e hice un pequeño amago de escapar, pero ya era demasiado tarde. Su otra mano palpaba mi cabeza y continuaba con mi hombro derecho, como si quisiera intuir mi altura y tener una pista de mi identidad.

La orgia acababa de empezar y ya me sentía incómodo, no me atrevía a palpar a la persona que estaba jugando con mi verga y eso provocó que se me acercara para darme un húmedo y largo beso. Note sus pechos contra mi estómago y respire aliviado, es una chica.

Interrumpidos por otra pareja que estaba cerca, dio lugar a una pausa, me agarro de la mano con intención de llevarme a un lugar apartado de ese jaleo que nos rodeaba y puso rumbo hacia el salón de tv.

Me hizo sentarme en el sofá para después sentarse ella encima mío, colocando mi verga en su entrepierna para poder rozarse con ella y mientras con sus manos me echo la cabeza hacia atrás para lamer mí cuello.

Estaba empezando a dejarme llevar por la situación y empecé a palpar, lo primero fueron sus pechos, grandes y muy duros lo que me hacía descartar a 2 chicas, Mónica y Verónica.

Fui bajando hasta su cintura hasta agarrar su culo, enseguida me di cuenta que no podía ser Sandra y ya solo me quedaban 2 opciones, Laura o mi propia hermana.

Mientras rumiaba de quien de las 2 se podría tratar, la chica dejo de lamer mi cuello para volver a meter su lengua hasta lo más profundo de mi boca, una de sus manos había bajado hasta su entrepierna para capturar mi verga y empezar a pajearme.

A pesar de tener un conflicto interior, no podía negar que estaba disfrutando como nunca y eso hizo que descartara la idea de que la chica misteriosa fuera mi hermana.

Estuvimos así varios minutos, notaba sus fluidos que salían de su rajita y se deslizaban sobre mis muslos. Solté una de mis manos de su culo y la deslice hacía su interior encontrando su ano. No pude resistir la tentación de intentar introducir un dedo en ese pequeño agujero.

Estaba todo tan mojado por ahí abajo que no me causo mucho trabajo introducir mi dedo hasta el fondo, durante unos segundos comencé un mete saca y mientras la chica hacia un leve movimiento de arriba hacia abajo.

Poco después ella se levantó, tenía ganas de más. Se puso de rodillas entre mis piernas apoyando sus codos sobre mis piernas, sin usar las manos agarro mi verga con la boca y se la metió entera en la boca duro varios segundos.

Me sorprendí a mí mismo que a estas alturas aun no me hubiera corrido.

Saco mi verga de su boca y se metió la puntita para saborear como si de una piruleta se tratara, no ansiaba que terminara rápido, pero si hacerme retorcer de placer en el sofá. Sus labios apretaban fuerte el glande y en ocasiones lo soltaba para lamer, estaba siendo la mejor mamada de mi vida y no sabía quién era la culpable.

Al final no pude retrasar lo inevitable, notaba el semen salir a cantidades industriales, lejos de sacar mi verga de su boca aún se la metía más adentro para que no se derramara ni una gota, mi cuerpo sufría de espasmos tan fuertes que casi me hacen soltar alguna palabra. Fue increíble, no hay otra forma de describir ese momento.

La chica se acomodó a mi lado, se tumbó en el sofá y una de sus piernas me indicaban con pequeños toques que era mi turno.

Sin tiempo para recuperarme me coloque encima de ella, primero para chupar esas tetas que aún no había degustado, eran tan redondas, tan perfectas que no podía dejar de chupar por turnos, pero no era eso lo que ella quería.

Poco a poco fui bajando por su cuerpo, a medida que lo hacía iba besando y lamiendo por donde pasaba, al llegar a su entrepierna tomé un desvió hacia uno de sus muslos, cerca muy cerca de su coño, la hacía sufrir, pero ella disfrutada con cada cosa que le hacía.

Sin avisar me fui directo hacia su coño, le di un lametón de arriba abajo, estaba muy mojada . Su cuerpo se arqueo hacia atrás y mi cabeza aún se hizo más hueco en su entrepierna.

Lo besaba, le daba lametones eternos e incluso intentaba introducir mi lengua dentro de su coño, todo le servía, a cada cosa que hacia, su cuerpo reaccionaba y ligeros gemidos salían de su boca.

No pasaron muchos minutos hasta que llego a su climax, sus piernas me hicieron prisionero, su cuerpo se arqueo hacia delante a la vez que con sus manos me empujaban aún más hacia dentro indicándome que estaba a punto y así fue, unos gemidos no tan ligeros y una respiración entrecortada pusieron punto y final.

Saque mi cabeza de su entrepierna mientras sus brazos me hacían que me colocara encima de ella. Durante unos minutos nos quedamos allí tumbados con el sonido de fondo de las otras parejas que disfrutaban de la intimidad que da la oscuridad absoluta.

Había perdido la noción del tiempo, no sabía si la hora estaba a punto de terminar o aun nos quedaba tiempo para seguir, por suerte mi pareja debía de pensar lo mismo y como si me leyera la mente empezó a besarme.

La chica acomodó sus piernas colocándo una a cada lado, bajo su mano para agarrar mi verga y dirigirla hacia la entrada de su coño. No se lo pensó dos veces y después de acompañarla hacia la entrada le di el golpe de gracia metiéndola lo más adentro que pude.

Esperé unos segundos para retroceder y dar una nueva embestida aún más fuerte que la anterior, repetí el mismo proceso varias veces, me encantaba escuchar esos leves gemidos cada vez que lo hacía. Me agarro del culo con sus manos, me pedía más guerra y eso fue lo que hice, aumentaba el ritmo dando una fuerte embestida cuando mi verga llegaba al final de su recorrido. Su boca busco mi boca para evitar que sus gemidos pudieran revelar su identidad pero eso ya daba igual.

Después de unos minutos cambiamos de postura, una vez más me sentó en el sofá y se subió encima dejando sus tetas a la altura de mi boca, subía lentamente sobre mi verga para dejarse caer con fuerza, yo me enganchaba a una de sus tetas sin dejarla escapar.

El ritmo fue en aumento al igual que sus gemidos, rodeo con sus brazos mi cabeza dejándome a merced de sus tetas, pero no era lo único que la estaba volviendo loca, uno de mis dedos se había colado dentro de su culo, entraba y salía a la vez que lo hacia mi verga dentro de su coño.

La chica acabo presa de un fuerte orgasmo, momento en el que aproveche para que un segundo dedo se colara en su culo provocando un mayor placer. No pudo evitar lanzar al aire un fuerte gemido de placer.

Después de correrse se quedó quieta durante un par de minutos, por desgracia para mi aún no había tenido mi momento de placer y es que me había centrado tanto en ella que me había quedado a medias. Mi verga continuaba completamente dura dentro de su coño esperando una reacción por su parte para continuar.

Me empezó a lamer la oreja y unas palabras suyas al oído (“quiero que me rompas el culo”) desvelaron su identidad y no podía ser más traumática, era mi propia hermana. Se levanto de encima mío para ponerse a 4 patas sobre el sofá.

Estaba confundido, cierto era que después de los descartes, la posibilidad de que fuera mi hermana era del 50% pero una cosa es eso y otra confirmarlo. Me quede congelado de pie, mientras ella con su mano me agarraba del brazo y me murmuraba que el tiempo se terminaba.

Tenía un gran dilema, rematar el trabajo o salir corriendo, el daño estaba hecho y las ganas de follar por primera vez un culo las tenía ahí. Casi guiado por su mano me coloque detrás de ella y agarrando mi verga la dejo justo a la entrada de su ano.

Poco a poco la fui penetrando hasta el fondo, de su boca empezaron a salir frases como “no te cortes y párteme en dos” o también  “quiero que me lo llenes de leche calentita”. Cada vez que la escuchaba me confirmaba más de que era ella, por si todavía me quedaba alguna duda.

Estaba cabreado, pero por otro lado ese cabreo se combinaba con placer, siempre había pensado que mi hermana tenía un buen culo, aunque claro de ahí a querer follarmelo hay un mundo. Que fuera algo prohibido y saber que nunca se enteraría de esto, hizo que empezara a darme mucho morbo y pusiera más interés.

Hasta ese momento las embestidas eran suaves, pero la cosa cambio, aumente el ritmo y la intensidad hasta el punto que de su boca salió un “ me haces daño no seas tan bruto”.

En una de las embestidas perdió el equilibrio y quedo tumbada sobre el sofá, no la deje levantarse y colocando un cojín bajo su vientre continué metiéndola aumentando más el ritmo.

Se intentaba librar de mí, pero lo evite dejándome caer sobre ella y sujetando sus manos. La situación no podía darme más morbo, cada vez que mi verga se perdía en su culo, mi cuerpo provocaba un choque contra sus nalgas, eran embestidas más torpes pero más placenteras y de esa forma acabe llenando su culo de semen como ella quería.

Me había corrido pero no dejaba de bombear su culo, ella no paraba de quejarse y de pedirme que parase ya, pero hice oidos sordos y continué unos minutos más.

Recupere el sentido común y pensé que me había pasado 3 pueblos, pero estaba equivocado, con mi verga  aun dentro de su culo, me agarro mi mano y la llevo hacia su coño pidiéndome que le metiera los dedos. Aunque sorprendido hice caso a sus indicaciones y así tumbado sobre mi hermana le introduje los dedos por su coño mojado.

Ella empezó a moverse recreándose de tener sus dos agujeros llenos, pero algo paso, la alarma, en 5 minutos se iban a encender las luces y aunque intente escapar no me dejo, quería que terminara el trabajito.

Empezaron a llegar las primeras chicas, allí mismo donde estábamos nosotros, una era Mónica que al darse cuenta que estábamos sobre el sofá, se agacho delante nuestro y nos avisó de que el tiempo se terminaba.

Tal vez fue eso lo que provocó que mi hermana terminara rápido, notar que tienes a alguien al lado. También hizo que yo me volviera a poner cachondo. Estire la mano hacia Mónica para atraerla hacia a mí y meter mi lengua en su boca, aunque fue un breve beso porque no podía arriesgarme más.

No tarde ni medio segundo, cuando note que mi hermana había terminado de correrse con mis dedos en quitarme de encima suyo y salir corriendo. La oscuridad o el destino quiso que me diera un fuerte golpe contra la mesita del salón. Mónica y mi hermana empezaron a reírse al escuchar el golpe.

Guiándome por el adorno luminoso que había colocado mi hermana en la entrada a la cocina, pude localizar las escaleras. Antes de llegar arriba, se encendieron las primeras luces y por suerte para mí nadie me llego a ver.

Con las pulsaciones a mil por hora, me puse a correr por el pasillo hasta llegar a mi habitación y encerrarme allí. Para mi la fiesta había terminado.

(La historia a partir de este momento continuara desde otro punto de vista)

Se encendieron las luces y Marta aun con la respiración acelerada y goteando semen de su culo, tenía que aguantar las bromas de las demás chicas, sobre todo de Mónica.

Mónica: Joder nena lo tuyo es apurar bien el tiempo.

Marta: jaja y que quieres no me voy a quedar a medias

Mónica: no si ya, el pobre chico ha salido corriendo dándose un golpe con la mesa

Marta: pobre, ha huido, pero me a echo pasar una hora que…

Mónica: serás guarra, ¿que te hizo?

Marta: ya te contare, pero aún me tiemblan las piernas.

Mónica: ¿tienes idea de quién era?

Marta: creo que era Miguel

Mónica: como lo sabes, ¿te dijo algo?

Marta: no me dijo nada, pero era un chico alto y el único alto de los 4 es el

Mónica: y él, ¿sabe que eras tú?

Marta: si, he roto unas de las reglas y le hable, imagino que reconocería mi voz

Mónica: jajajaja estas echa una tramposa, ¿lo sabes no?

Marta: si bueno, que tu durante esta hora te la has pasado solo dando besitos

Mónica: besitos precisamente no, le he tenido más de media hora con su cabeza entre mis piernas

Marta: anda ya, ¿enserio?

Mónica: si, aunque bueno luego hemos cambiado

Marta: y de follar, ¿nada?

Mónica: que va, quede satisfecha con esa media hora y luego él tardo mucho en terminar

Marta: por eso has sido la primera en llegar aquí

Mónica: estaba aburrida ya jajajaja los últimos 5 minutos me los pase sentada

Marta: como ¿sentada?

Mónica: si sentada, cuando me lleno la cara de leche me fui a la cocina corriendo a limpiarme y al volver no le encontré jajaja

Marta: jajaja

Con las 5 chicas reunidas se escuchaban comentarios de todo tipo, parecía que todas tenían una historia que contar. Fue Marta, la que se extrañó que todas hubieran hecho algo, cuando solo había 4 chicos y ellas eran 5, algo no cuadraba.

Preguntó a la chicas intentando no ser muy explicita:

Marta: ¿Todas habéis estado con el mismo chico todo el tiempo?

Todas respondieron que si, salvo Mónica, que ya le había contado que los últimos 5 minutos perdió la pista a su pareja.

No puede ser se preguntaba Marta a si misma, alguna miente o alguien se ha colado en la fiesta. Su corazón dio un vuelco con este último pensamiento, la posibilidad de que su hermano hubiera hecho una aparición “ninja” en su fiesta empezaba a ganar peso.

Los chicos se unieron a las chicas, ya todos vestidos se sentaron y bromeaban, aunque sin dar muchos detalles de lo que había pasado.

Pasaron varios minutos y la rayada iba en aumento, Miguel era el chico alto que Marta creía que era su pareja, no mostro la más mínima señal de complicidad. Ni miradas, gestos o una leve sonrisa que diera muestra de que hubiera sido él su amante esa noche.

El único chico alto que había en esa casa a parte de Miguel, era su hermano, y esto aún la preocupaba más. Marta no aguantaba la incertidumbre e ideo un plan para sonsacar a las chicas de una en una sin levantar sospechas.

Era el turno de sonsacar a Laura, que era precisamente la que estaba sentada al lado de Miguel y entre ambos si parecían tener cierta complicidad.

Marta le pidió ayuda a su amiga para ir a la cocina a traer bebidas para todos, una vez en la cocina, empezó el interrogatorio.

Marta: bufff vaya nochecita

Laura: ya te digo jaja de las mejores fiesta que hemos organizado

Marta: imagino porque lo dices…

Laura: ¿lo dices por algo en especial?

Marta: por la cara de felicidad que tienes

Laura: solo hablare en presencia de mi abogado jajaja

Marta: vaaa no seas borde hazme un resumen de los tuyos

Laura: jajaja venga vale… al principio solo nos enrollamos, tuve que ser yo la que llevara la iniciativa porque llevábamos media hora solo de besos y caricias.

Marta: aiiii pobre lo debías de estar pasando fatal

Laura: jajaja calla, no cortes mi resumen o no cuento nada

Marta: seré toda oidos

Laura: así me gusta, continuo, estábamos apoyados contra una pared, me separe de él y besándo poco a poco hacia abajo acabe con su verga en mi boca. Después de un rato chupándo me puso de cara a la pared y me follo. Fin

Marta: Que romántico… ¿tienes idea de quien pudo ser?

Laura: Si, lo tengo clarísimo era Miguel

Marta: ¿Miguel? ¿Como estas tan segura?

Laura: porque después de media hora con el cuello inclinado hacia arriba mientras le besaba, una da por hecho que se trata de alguien alto ¿no crees?

Marta: Si, tiene su lógica…

Laura: Bueno y tú, ¿que tal?

Marta: Bien bien, no tengo queja…

Laura: Niña lo dices con una alegría que cualquiera diría…

Marta: Es que me raya no saber quien fue mi pareja

Laura: jajaja pues de eso trata una orgia a ciegas

Laura abandono la cocina con bebidas en mano hacia el salón, mientras Marta se quedó pensativa. Dos detalles reforzaban la opción de que su hermano se había colado en la orgia;

1- que todas tuvieron pareja cuando solo había 4 chicos

2- Laura había estado con un chico alto al igual que ella y solo había 1 chico alto en la fiesta.

La forma de actuar de la pareja de Laura, encajaba mejor con el perfil de su hermano. Que no tuviera iniciativa era algo a tener muy cuenta y eso en principio tranquilizaba a Marta.

A las 7 de la mañana, la fiesta llego a su fin y tras despedir a sus invitados, Marta se fue hacia su habitación.

Al pasar por delante de la habitación de su hermano, no pudo evitar la tentación de abrir la puerta y entrar. Su hermano dormía como un angelito, sobre el escritorio un trozo de pizza, latas de refrescos y con la tv encendida con un videojuego en pausa.

Un detalle le llamo su atención y se acercó a la cama. Una herida reciente debajo de su rodilla, le hizo ver que su amante esa noche había sido su propio hermano. Recordó el momento cuando al marcharse, se dio un fuerte golpe con la pequeña mesa del salón.

La herida de su hermano y la nula complicidad con Miguel, confirmaba que su hermano Marcos fue su amante esa noche.

Era capaz de entender que su hermano se viera tentado a colarse en la orgia para intentar follar con algunas de sus amigas, incluso entendía que accidentalmente acabaron emparejados, pero lo que no podía entender es que escuchando su voz y desvelando su identidad, hubiera continuado con ella.

Abandono el lugar con la mente saturada y se fue a su habitación esperando que unas horas de sueño le despejaran.

Mañana será un día intenso…

CONTINUARA…