La fiesta continua con mi primo

Este relato es la continuación de "EL PADRE Y EL HIJO CONMIGO" no es necesario leerlo para entender la historia, pero si tiene alguna mención al anterior. Tras la marcha del padre, mi primo y yo nos montamos nuestra propia sesión de sexo.

Una vez que se fue mi tío, mi primo y yo decidimos darnos una ducha. Bajamos a la planta de abajo desnudos y nos metimos en la ducha, abrí el agua que empezó a caer por nosotros. No podía dejar de ver a mi primo con ese cuerpo fibrado y lampiño, ese pelo rubio ahora más oscuro por el agua, esos labios carnosos, esos ojos que me contemplaban, ese pene ahora relajado y gordo, ese culo redondo y duro y sobre todo ese cuello largo, al cual no me pude resistir y me lancé a comérselo como si fuese un vampiro.

Mi primo empezó a gemir, yo iba cambiando de lado y recorriendo con mi lengua por toda la longitud de su cuello. Lo pegué contra la pared y pude observar que ya volvía a estar empalmado. Agarro su pene con mi mano y mientras le sigo besando el cuello empiezo a hacerle una leve paja. Pasé a su boca y nos fundimos en un gran beso, nuestras lenguas se juntaban y jugaban entrelazándose el agua caía sobre nosotros. La cierro, echo un poco de gel en mi mano y empiezo a frotar sus costillas llegando a sus asilas y ayudado por la pared consigo levantarlo, él envuelve mis caderas con sus piernas a lo que su culo queda a mi entera disposición. Llevo mis manos y empiezo a enjabonar sus nalgas, las froto y aprieto, al rato me centro en su raja hasta llegar a su ano. Hago movimientos en círculos y acabo haciendo presión con mi dedo para introducirlo dentro de él.

La verdad que no hizo falta mucha fuerza para que entrase, pues aún lo tenia bastante dilatado de la follada de su padre. Mi primo no podía evitar lanzar unos buenos gemidos, los cuales ahogaba con mis besos. Su interior estaba muy caliente y ante su soltura le metí otro dedo y empece a acariciar su próstata. Estos movimientos no tardaron mucho en producir su efecto y mi primo se corrió sin necesidad de tocar su pene. Varios trallazos de leche salieron disparados hacia nuestras caras, las cuales acabaron salpicadas al igual que nuestros torsos.

Lo bajé, acabamos de ducharnos, nos secamos, nos fuimos a mi habitación y nos quedamos tumbados desnudos encima de la cama.

Primo: Caray, esta tarde de sábado fue muy interesante – dijo esto moviéndose y apoyando su cabeza en mi pecho.

Yo: Fue? Ya la das por finalizado? – empecé a acariciar su cabeza.

Primo: Por mi continuo mucho más.

Yo: Eso es bueno saberlo – con mi mano muevo su cabeza para que quede a la vista mi pene – pues cuando quieres eso esta esperando tu boca.

Primo: Pues a ello me pongo, por lo que me hiciste antes en el baño.

Como si le faltase el tiempo, metió mi pene en su boca y empezó a succionar mi pene aun flácido, en ese estado fue capaz de metérselo entero en la boca y apretó mi base con sus labios. Movía su cabeza y podía sentir como apretaba todo mi tronco desde la base hasta la punta como si fuese un bote de pasta de dientes medio acabado.

Su boca estaba muy caliente y al salivar sentía mi pene muy húmedo y poco a poco se fue empalmando llegando a su máximo esplendor, dureza y grosor. Esta vez ya le costaba metérsela en la boca pero aun así le ponía empeño en su tarea. Yo no podía evitar gemir y pasar mi mano por su cabeza para acompañar sus movimientos.

En un momento que abrí los ojos, me fije que él se esta pajeando. Le dije que se detuviese y se tumbará boca arriba. Me incorporé, me puse entre las piernas de mi primo y le puse un cojín debajo de sus caderas para levantarle el culito. Lleve mi pene hasta su agujero, me estiro hacia su oído y le digo “ preparado para tu segunda cogida del día ” a lo que el me response “ metémela ya primo, lo deseo

”. Me echo un poco para atrás y empiezo a meterle poco a poco, él empieza a abrir la boca al sentir como cada centímetro de mi pene iba entrando en él.

Noté que estaba más dilatado que la primera vez que lo habíamos echo, pero es normal después de la follada que le dio mi tío. Aún así su culo seguí estando apretadito y notaba como iba rodeando mi pene. Logré met

é

rselo entero, mi pubis tocaba sus huevos, y

durante unos minutos no me moví para que se adaptara a mi tamaño. Aprovechamos este tiempo para besarnos y yo agarré su pene y empecé a pajearlo. Con esa paja

él empezó a contraer su ano, lo que estrangulaba mi pene y me ponía a cien.

No aguante mucho más y empiezo a sacar lentamente mi pene y cuando estaba casi fuera se lo metí de golpe. Ese movimiento hizo que mi primo gritase y diese un pequeño espasmo intentando zafarse de mi. Con mi peso conseguí que no se escapase, me detuve unos segundos y volví a repetir ese movimiento unas dos veces más. Tras el último, empecé un movimiento lento del “mete-saca” y viendo su cara fui aumentando el ritmo.

Se podía escuchar en toda la casa como mi pubis y mis huevos chocaban contra su culo. Mi primo fue elevando sus gemidos, pidiéndome más y que le dejase su agujero bien abierto. No se por cu

a

nto tiempo estuve así

pero de pronto siento que estoy a punto de correrme, mi pene se tensa y siento que el culo de mi primo se estrecha más. Con el ritmo que llevaba salen de mi unos buenos chorros de semen inundando su interior. Él puso sus ojos en blanco al sentir la calidez.

Suspiro del placer que acabo de sentir

y voy tumb

á

ndome encima de mi primo. Mi respiración es agitada y sentir el calor de su pecho me ayudaba a volver poco a poco a la normalidad.

Él paso sus manos por mi espalda dándome un suave masaje, que placer.

Primo:

Primo que placer más grande. Tengo el culo al rojo vivo.

Yo:

Y yo encantado de darte ese placer.

Primo:

Pero yo aun no acabé – es verdad podía notar su pene duro en mi barriga – No me dejarás así?

Yo:

Claro que no amor. Aquí llegamos todos al orgasmo. Ahora mi boca le dedicará su tiempo.

Primo:

Yo prefería hacer otra cosa – se queda callado.

Yo:

En que estas pensando? - levanto mi cabeza y lo veo directamente a los ojos.

Primo:

Quiero volver a darte por culo como antes con papá – se quedo preocupado esperando mi respuesta.

Yo:

Pues si eso es lo que quieres así sera – le guiño un ojo, me acerco a él le planto un beso y le muerdo el labio inferior.

Mi primo sin pensárselo se levanta y se pode detrás de mí, yo para facilitar su trabajo pongo el cojín entre la cama y mi pubis y espero a que él haga el siguiente movimiento, no sin antes decirle “

ahora mandas tú

”.

Siento como acerca su pene a mi raja y lo frota por ella como si estuviese cogiendo, lo agarra y noto su glande en mi agujero. Se detuvo por un momento y al siguiente noto como hace presión y va entrando a los pocos,

t

engo la suerte que dilato muy bien sin necesidad de

preámbulos, sin duda el grosor es el de su padre aunque su tamaño no (pero es normal aún esta en desarrollo). Una vez la tuvo toda dentro empezó un lento “mete-saca” y cuando se iba notando más cómodo iba acelerando su ritmo.

Esta vez lo hizo más despacio a comparación del anterior acto que pareció un perro en plena acción. La verdad que lo estaba haciendo muy rico, haciéndome sentir cada centímetro de su pene dentro de mi. Después de unos buenos minutos, minutos en los que los dos gemíamos y

suspirábamos

, noto como su pene engordó algo más de lo que ya estaba, él empieza a bufar y empujando afondo su pene en mí, noto algo caliente. Se

había

corrido aunque no con tanta cantidad como anteriormente en la ducha (normal ya llevaba cuatro corridas el pobre).

Me beso la espalda y se tiro a un lado de la cama quedando boca arriba

y con una cara de

satisfacción.

Yo:

Eres todo un campeón – lo beso – me diste mucho placer.

Primo:

En serio? - lo dice entrecortado (igual que cuando hablas después de una carrera – tanto como mi padre? - su pecho se infla y desinfla muy rápido.

Yo:

Bueno… no tanto como el tío – pausa – peeeeeroooo… vas por buen camino.

Tras estas palabras queda con una cara de satisfacción y de un buen trabajo echo. Lo veo y pienso “

Dios mío, como lo amo

”.

Primo:

Te quiero primo, eres el mejor.

Yo:

Yo también te quiero cielo – se acerca a mi y nos fundimos en un beso.

Nos quedamos tumbados en la cama hasta tal punto que nos dormimos abrazados.

Gracias por llegar hasta aquí. Espero vuestros comentarios. Y sobre todo espero que hayáis pasado un buen rato leyendo el relato.