La fiesta

Una noche de fiesta, Federico, su hermana, su amiga, su novio, todos juntos, todos mezclados . . .

LA FIESTA

Es continuación de relatos anteriores.

Así fueron pasando los días hasta que llegó el momento de asistir al evento que habíamos venido organizando todas juntas, Graciela, Liliana y yo. Todo estaba listo y preparado, por suerte el tema más difícil de resolver para las mujeres que vendría ser el vestuario a utilizar, estaba resuelto de antemano, ya que se trataba de realizar una fiesta nudista.

Ya estaba todo organizado, la gente ingresaría al lugar que habíamos alquilado y sería guiada hasta el vestuario, al que se accedía por una puerta y se egresaba por otra. Ya en el vestuario, habría comodidades suficientes como para desnudarse y colocar la ropa en un armario con cerradura. Una vez que la gente se hubiera desnudado y guardado sus pertenencias, pasaría a otro ambiente, en donde prácticamente se estaría a oscuras, ya que la escasa iluminación era difusa, en este lugar habría bebidas y algunos bocadillos como para acompañar las mismas.

Nosotras fuimos las primeras en ingresar, nos desnudamos y pasamos al ambiente principal. Una vez allí nos dió la sensación que ese lugar sería muy difícil de llenar, pero mas tarde, por suerte, pudimos darnos cuenta que nos habíamos equivocado en pensar eso. Sucedió todo lo contrario, el lugar resultaba más bien estrecho y faltaban muebles como para que la gente pudiese estar más cómoda.

El piso estaba alfombrado, junto a las paredes se habían dispuesto sillones, almohadones, cojines, en fin, había toda una batería de elementos acolchados, para comodidad de los presentes.

Al ingreso del local no se podía ver absolutamente nada, luego la vista se iba acostumbrando a la oscuridad y apenas podía ver algún contorno, pero nítidamente nada. Nos abrazamos las tres y nos preguntamos que sentido tendría al fin que todo el mundo estuviera desnudo, si no podríamos vernos siquiera?

  • Es el morbo de sentir que estamos desnudos y que todo el que está aquí está igual que nosotras, espera a que llegue la gente y ya verás - sostuvo Graciela.

Al rato se siente que se abre la puerta, creo que las tres dirigimos nuestras miradas hacia donde sentimos la apertura de la puerta, se vió una tímida luz que aparecía y desaparecía en segundos y dos siluetas que ingresaban charlando entre si, en medio de risitas nerviosas. Nos acercamos tomadas de la mano, hasta donde sentíamos que podría estar la gente que había ingresado, Gabriela iba adelante, yo en el medio y Lili me seguía tomándome de la cintura. Los recién llegados eran una pareja invitada por Gabriela, reconocieron la vos de mi hermana cuando ésta lanzó un "hola" y le contestaron:

  • Graciela, somos nosotros, Alicia y Julián

  • Son los primeros en llegar, en realidad los primeros después de nosotras, estoy con Vivi y Liliana, que es una amiga íntima nuestra - contestó Graciela.

  • Que buena idea tuvieron, tanto Alicia como yo, practicamos nudismo pero solo en ocasión de vacacionar.

Yo disimuladamente me acerqué para participar de la conversación, quedando al lado de Julián, quien con su brazo derecho abrazaba a su mujer y despreocupadamente con su mano izquierda tocaba mi cola, recorriendo la curva de mis nalgas, incluso intentando profundizar en mi zanja, todo mientras hablaba con mi hermana. Lili, que estaba apoyada en mi costado izquierdo, notó el movimiento de la mano de Julián, manteniéndose al margen de esa franela.

Seguía entrando gente y la fiesta se animaba, ya la conversación se transformaba en un murmullo general que se mezclaba con la música a medio volumen. El lugar empezaba a quedar chico, era inevitable chocar con el resto de las personas y aunque no se podía distinguir las caras de la gente, al tacto se notaba claramente si se trataba de un hombre o una mujer, por la piel, por el vello, por la firmeza o no del torso y fundamentalmente por la voz.

Los hombres creo que todos sin excepción hacían notar que lo eran, ya que al pasar refregaban sus vergas para dejar en claro su género, yo ya había sentido varias de diferentes tamaños y dureza. Algunas las pude tomar con mi mano y acariciar al pasar. Me crucé en un momento con don Ramón, lo conocí enseguida por su aroma corporal, por el tamaño de su cuerpo y él a mí, creo que por idénticas razones, me apretó contra él, me acarició un poco y me dejó, buscando otros aires.

Lo mismo me pasó con Julián, al notar que yo era un "chico", quitó su mano de mi cola y se alejó de mí.

Entré a moverme entre la gente, sentía y tocaba los cuerpos de las personas que dejaba atrás en mi búsqueda de Lili, quería juntarme a ella, tenía que saber si la estaba pasando bien. En eso estaba cuando alguien me toma de los hombros, apoya su panza peluda en mi espalda y me hace sentir el rigor de su verga sobre mi cola. Me detuve instantáneamente, me dejé abrazar por dos brazos gordos que apretaban mi pecho, empujaban mi espalda contra su pecho, de pronto sus manos notan que no había tetas que tocar, descubriendo mi identidad. El extraño se queda un instante quieto como queriendo descubrir mi reacción, en cuanto observa que no hay rechazo a su forma de abrazarme, decide ir mas lejos, me aplica un beso y un suave mordisco en el encuentro de mi cuello con mis hombros, lo que provoca que mi piel se erice, moría de calentura. El hombre me toma de la mano y me arrastra tras él, llegamos hasta un rincón en donde había lugar para estar mas cómodos, me hace sentar y se para enfrente mío, muy cerca, me hace sentir todo su paquete sobre mi cara, con su mano me acaricia el cabello, el rostro buscando mis labios, los recorre con uno de sus dedos y me los abre suavemente, siente mi lengua sobre su dedo e inmediatamente cambia su dedo por su verga, me la mete sin dudar, la deja quieta esperando que mi lengua entre en acción y yo se la chupo con ganas, es una verga gorda, se la siente circuncidada, la chupo con todas mis ganas porque siento que la verga crece, endureciendo mas y mas, empieza un entre y saca y se detiene, me saca la verga de la boca y me hace a un lado para sentarse al lado mío y una vez sentado me invita a que me siente arriba suyo, así lo hago, cuidadosamente, me acomoda apoyando mi cola sobre la punta de su verga que entra penetrándome en mi interior hasta el fondo, siento sus huevos y la presión de sus brazos en mi pecho, no quiero bajarme de donde estoy sentado, la tengo toda adentro, me sirvió de mucho el consejo de mi hermanita, me acuerdo cuando nos cambiamos y me decía: por las dudas, llénate el culito de gel lubricante, te puede llegar a servir y mucho. Y claro que me sirvió, me hace sentir una pija dentro de mi culo que disfruto muchísimo, estamos quietos los dos, pero siento la verga que late dentro de mi culo, el hombre me susurra al oído que me quede quietito, que está haciendo esfuerzo por no acabar, yo me quedo inmóvil, disfruto de esa verga como una loca, estoy empalada.

Al lado nuestro siento como otra pareja está totalmente decidida a coger pero no se deciden si hacerlos acostados en el piso, parados contra la pared o sentados como estamos nosotros, se sienten los gemidos de la chica, se que no es ni Graciela, ni Liliana y el tipo también me es desconocido, miro y no veo nada por la oscuridad que ahora es total, solo escucho y siento los movimientos de la pareja. El dueño de la pija que está enterrada en mi colita, hace movimientos como para sacármela y yo lo ayudo, porque empieza a dolerme la cola, hace rato largo que la tengo adentro. Me doy vuelta hacia mi hombre y consigo robarle un beso, me pasa la lengua por la cara, me pellizca y me aprieta contra él, con una de sus manos me toma la cola y mete uno de sus dedos, me hace calentar mas todavía, nos paramos y nos separamos, siento que se va mi hombre, lo dejo ir. Antes de irse me vuelve a besar, yo le acaricio la cabeza y descubro no solo que es pelado, sino de menos estura que yo.

No se puede caminar de la gente que hay, parece un colectivo en el horario de mayor concentración de gente. Una mujer me roza y con su mano toma mi pitito, que está algo durito por la calentura que tengo, de alguna manera la disuado para que busque otro chico, de todos modos, mientra la empujo lejos de mí, le toco el cuerpo para adivinar sus formas, es una chica medio gordita, no me imagino quien podrá ser.

Siento un torso peludo que pasa a mi costado, me estiro para tocar su verga, el hombre se detiene, nota que soy un chico, se separa pero yo no le suelto la pija, la siento latir, apoyándome en su cuerpo me agacho y llego con mis labios hasta su pija, me le meto dentro de la boca y se la chupo, el tipo me empuja contra la pared y se deja chupar, indiferente no está porque se la hice parar al máximo, le hago el movimiento de entre y saca y al tipo le gusta, me toma de las orejas y empieza a bombear dentro de mi boca, lo siento temblar y acabar, me llena la boca de leche, se la chupo toda, la trago, hago mi máximo esfuerzo por limpiar esa verga de todo vestigio de semen, el tipo me acaricia el pelo, se relaja, saca la verga de mi boca y me deja, salgo a buscar otra persona que me contenga.

Quiero encontrar un tipo que quiera estar conmigo, mientras camino tropiezo con una pareja que está acostada en el piso, caigo junto a la pareja, son mas de dos, por lo menos tres, no se donde apoyarme porque hay mas gente en el piso que está cayendo, siento tetas, culos, pijas que se aprietan contra los cuerpos de las personas, me quedo, trato de acomodarme, de acostarme de costado, haciéndome un hueco entre dos personas que están espalda contra espalda, se trata de un hombre y una mujer que están teniendo algo con otras personas, me doy vuelta hacia el lado del hombre y cuando paso uno de mis brazos sobre el cuerpo del hombre, este discretamente me retira el brazo, como desaprobando la relación conmigo. Me incorporo y gateando me salgo de esa posición y encuentro a mi hermana, la distingo por el perfume, estiro mi mano hacia su cuerpo, encontrando que ella está muy ocupada con un tipo, trato de seguir y Graciela me susurra:

  • Fede, perdón Vivi, no te vayas mmmmm, busca a Lili, hace un mmmmmm ratito me preguntó por ti mmmmmm ajjjjj ahhhh -  Graciela estaba cogiendo como una diosa, me había equivocado, no estaba con un tipo, estaba con dos, por eso me pidió que buscara a Lili.

Seguí gateando y encontré a Lili, estaba siendo asediada por don Ramón, éste a su vez no estaba solo, sino que había encontrado a un compañero mío de estudios, Simón era su nombre, que sabía desenvolverse muy bien con personas de su mismo sexo. Don Ramón, debido a su falta de roce, tenía problemas para relacionarse con las personas, pero una vez que lograba darse a conocer, la gente inmediatamente lo quería, mucho mas en el caso de Simón, un chico gay, me imagino que al encontrar al energúmeno de don Ramón habrá sentido tocar el cielo con las manos.

Según me enteré por Liliana, don Ramón percibió al conocer a Simón, que ese chico estaba en la fiesta solo para atenderlo a él, por lo que luego de cruzar dos palabras, amparado en la oscuridad reinante y en el descontrol generalizado, lo tomó entre sus brazos, giró su cuerpo apoyándolo contra una pared y lo penetró de parado sin siquiera pedir permiso. Por supuesto que Simón disfrutó y gozó todo lo que don Ramón le siguió haciendo, motivo por el cual no se separó del viejo por ninguna causa, hasta que apareció Lili junto a ellos, cuando al escuchar el léxico obsceno de don Ramón, se acercó para pedirle que bajara el tono, que escandalizaba a la gente.

Don Ramón, cuando sintió la dulzura de Liliana hablándole pegado a su oreja, la tomó a la joven, con la clara intención de cogerla a ella también, él podía hacer eso y mucho mas, pero Lili se negó en principio, trató de hacerle entender que lo haría con él en otro momento, tal vez en su casa o en la nuestra, pero ahora estaba con una amiga y no quería perderla. En eso estaba Lili con don Ramón cuando llegué yo, por lo que tuve que salvar a Lili, que salió a buscar a su amiga. Cuando don Ramón sintió mi presencia, no dudó ni un instante, sabía lo que tenía que pedirme.

  • Al fin te encuentro putito, mostrale a tu amiguito como se chupa una pija, a ver vamos, a ver como la chupas - mientras esto me decía me empujaba la cabeza hacia su verga, que no lucía inmaculada, no digamos a la vista porque no se veía nada, sino por el olor que se sentía, ya que había estado dentro del culo de Simón casi toda la noche, así que se la limpié como pude y resignado, se la chupé hasta que la sentí dura como en sus mejores momentos, que buena verga la de este hombre.

Mientras yo se la chupaba, don Ramón se entretenía con Simón, lo había hecho parar con las piernas abiertas sobre su cara, para poder chuparle el culo, estando él acostado boca arriba en el piso alfombrado.

Lili había encontrado a su compañera, fue en el peor momento, porque la encuentra teniendo sexo con un hombre que bien podría ser el que estuvo conmigo en el primer momento. Lo describió como gordo, peludo, de poca estatura y medio pelado, seguro tendría que ser el mismo. Lili estaba desconsolada, estuvo toda la noche con una chica, con la cual no pudo tener mas que unas pocas caricias, mínimas, superficiales, debido a su timidez extrema y cuando ya se había decidido se interpone don Ramón y ahí la otra chica es captada por el oso que me comí al principio de la noche.

Yo la abracé a Lili, que lloriqueaba a mi lado, por supuesto que seguía chupando la verga de don Ramón, jamás habría interrumpido esa tarea, al mismo tiempo la apretaba a Lili contra mi cuerpo y sobre las piernas de don Ramón. Este cuando la sintió, estiró sus brazos, lo apartó a Simón y como si fuera una muñeca la tomó a Lili para lamerle la concha con total desesperación, a punto tal que me liberó a mí también de la mamada que le estaba haciendo. Me abracé entonces a Simón y nos hicimos un lindo sesenta y nueve, yo no pude contener mucho tiempo mi verga dentro de la boca de Simón, así que le llené la boca de leche y esto hizo que Simón estallara de calentura y me acabó él a mi, fue delicioso, nos separamos para tratar de descubrir que estaba haciendo don Ramón y éste como era de prever, tenía a Lili sentada sobre su verga, clavada hasta el fondo, la tomaba de la cintura y la hacía cabalgarla y a Lili le gustaba porque gemía como una yegua, se soltaba mas y mas hasta alcanzar un rico orgasmo, que debe haber despertado a mas de uno.

Con la llegada de las primeras luces, la gente empezó a retirarse, las duchas no daban a basto, la noche fue muy entretenida. Nos juntamos con Lili, don Ramón, Graciela y Simón y nos fuimos los cinco a desayunar a casa de don Ramón, allí tuvimos una sorpresa, estaba el hijo de don Ramón, con lo cual comenzó otra historia que fue tan alucinante como lo vivido horas antes. Joaquín había llegado a casa de su padre a pasar la noche, luego de una salida al cine junto a su novia, al no encontrar a su padre decidió esperarlo y así fue que nos sorprendió a todos.

  • Pero se puede saber de donde vienen a estas horas? – nos lanzó a boca de jarro. Joaquín en realidad no estaba en condiciones de preguntarnos nada, ya que ni siquiera estaba vestido correctamente, nos hablaba semidesnudo, en ropa interior.

  • Y tu que haces por acá, como no avisaste que venías a dormir a mi casa – le respondió don Ramón.

  • Se me hizo tarde y me vine para acá, primero te llamé por teléfono y como no contestabas el teléfono, decidí venirme aprovechando que tenía la llave de tu departamento – mientras le contestaba a su padre, Joaquín que no era nada lerdo ni tímido, había clavado sus ojos en mi haciéndome señas para que me acercara a él.

Cuando me acerco para saludarlo, me tomó de la cintura y me apretó contra él, apoyando su paquete en mi trasero. Al instante le comenzó a crecer, a endurecer y ahora me apretaba más fuerte y me daba besitos en mi nuca. Simón abría los ojos grandes mirando como me apretujaba Joaquín, se tomaba del brazo de Liliana y suspiraba. Eso fue lo último que ví de su expresión, ya que Joaquín me arrastró hacia su cuarto con claras intenciones sexuales.

  • Ven para aquí – me dijo – tengo algo para darte que yo se que te va a gustar.

  • Permiso – dije dirigiéndome a los demás – enseguida vuelvo a desayunar con ustedes.

  • No creas que te voy a largar enseguida y menos vestida de puta como estás – me dijo Joaquín en vos baja, metiéndome la lengua en el oído, provocando una descarga eléctrica en mi cuerpo favorable a su trato.

  • Ok Joaquín, lo que tu digas – le contesté ya algo mas cachondo y correspondiendo a su juego.

Entramos a la habitación, me empujó hacia la cama, luego me tomó de mis orejas y me hizo arrodillar en el piso para que le chupase la pija, que ya se le salía del calzoncillo, la tomé con mi mano y me la llevé a la boca, era un manjar, que pedazo de verga y que bien olía.

  • Vamos chúpala bien puta o te doy azotes, que hoy mi novia me dejó caliente y tu vas a pagar los platos rotos, vamos chupa así despacito, mmm, después te voy a coger tan fuerte que no te vas a olvidar de mi por mucho tiempo.

  • mmmm si amor, mmm ahhhh, que linda verga que tienes Joaquín

  • Ahhhh ajjjjj que buena que eres mamando la verga, mmmm sigue un poco mas y a la cama y en cuatro te quiero, mmm ahhhhh.

Se sentían ruidos de vajilla, mientras le chupaba la pija a Joaquín las demás personas estarían desayunando. En eso pensaba cuando Joaquín de golpe, bruto como era su costumbre, me quitó la verga de la boca y me ordenó me pusiera en cuatro sobre la cama, así vestida como estaba. Me bajó el jeans que llevaba, me corrió la tanguita y me escupió en la puerta de mi culito, a modo de lubricante.

  • Ahora aguanta puta que te apoyo la cabeza y te la mando de una, aguanta y no grites porque te pego un cachetazo.

  • Despacito amor, despacito, ahhhh, ajjjjj mmmm ahora empuja suave por favor, ajjjjj mmmmm – como era su costumbre cuando sintió que la cabeza estaba bien enfilada en mi culito, pujó un poco hasta notar que entraba y luego de un golpe y haciendo fuerza con sus manos en mi cadera, me la metió toda adentro – ayyyyyy  ahhhhh que animal, como me tratas.

Tan fuerte debo haber gritado que se vino don Ramón hasta la habitación a ver que estaba pasando.

  • Pero que está pasando aquí? Que son esos gritos, esas mariconadas?

  • Ayyyyy ahhhhh don Ramón, me va a matar su hijo, es un bruto, ayyyyy ahhhh mmmmm.

  • Ya está Papá, déjame solo con la mariquita, que me lo quiero culear bien culeado

  • Por que te voy a dejar solo, tiene la boca libre – don Ramón sacó afuera su verga y me la puso en la boca, ahora tenía a don Ramón en mi boca y a su hijo haciéndome el orto.

  • mmmmm ahhhhh mmmmm – estaba feliz.

Atrás de don Ramón vino mi hermanita, que también estaba intrigada por los gritos míos y ahora el silencio, no podía gritar mas con semejante verga dentro de mi boca, era obvio.

  • Pero que par de degenerados, el padre y el hijo, se lo están cogiendo a mi hermanito, pero estás bien Vivi, verdad? – preguntó mi querida Graciela, que venía tomada de la mano con Liliana, quien espiaba por arriba del hombro de mi hermana, con sus ojos abiertos casi desorbitados.

  • mmmmm si ajjjj ahhhh – le contesté como pude a mi hermana, ya que ni el padre, ni el hijo me daban posibilidad de contestar.

Simón que había quedado solo desayunando, se unió a nosotros, llamado a los gritos por mi hermana, para que viniese a ayudarme con don Ramón y su hijo. Cuando vio como me estaban cogiendo, se lanzó a abrazar a Joaquín, le besaba las piernas, se las lamía, hasta que don Ramón le sugirió a su hijo que guardara algo de su energía para el muchacho.

Joaquín me sacó la verga del orto, dejándome en manos de su padre, decidido a darle a Simón unos buenos pijazos por el culo, muy recomendado por su padre.

  • Bájate la ropa que te voy a culear ahora mismo, putito, deja de lamerme y acomódate al lado de la mariquita, así en cuatro como está ella – le dijo Joaquín a Simón, éste obedeció enseguida, calladito la boca, la orden impartida.

Se acomodó al lado mío, apoyó su cabeza en mi brazo, tomándose fuertemente del colchón, como presintiendo la estocada que le daría Joaquín en su culo. Y así fue, sin lubricarlo, ni nada, Joaquín apoyó la cabeza de su verga en el culo del muchacho y la empujó hacia adentro, provocando un grito de dolor mezclado con algo de histeria.

  • Ajjjjj ahhhhhh ayyyyyy, pero como la metes así, eres un salvaje – protestó Simón.

Plaffff, se sintió un golpe fuerte en la nalga de Simón, propinado por Joaquín, que le dijo:

  • Cuando te dirijas a mi, que sea con respeto o te dejo el culo ardiendo, puto de mierda, me entendiste?

  • Si, ahhhh ayyyy, es que casi me partes el culo en dos – le contestó Simón.

  • Los putos tienen que aguantar lo que sea y si no te gusta me lo dices y te vas, entendido?

  • Si  ahhhhh   ajjjjjjj, entendido

Joaquín seguía cabalgando fuerte con su verga dentro del culo dolorido de Simón, que gemía de dolor, por las embestidas que sentía en su interior, cada vez mas fuertes, se sentían las nalgadas que le pegaba en uno y otro lado y los gemidos se fueron transformando en llanto.

  • Noooo, por favor, me haces mal, no puedo soportar tanto dolor, por favor, nooo Joaquín, más suave, ajjjjj – Simón lloriqueaba sin lograr que Joaquín disminuyera en su brusquedad, al contrario, mas se quejaba Simón, más fuertes eran las embestidas de Joaquín.

Hasta que cansado de tanta histeria, Joaquín le sacó la verga de golpe, lo tomó del cabello a Simón y lo cacheteó con fuerza, sacándolo de la cama y acomodándose detrás mío para penetrarme nuevamente, esta vez con mas violencia que como lo estaba haciendo con Simón.

Cuando sentí la cabeza de la verga en la puerta de mi culo, me quedé esperando la estocada a fondo y así fue, me mandó toda su verga con fuerza y furia y siguió dando bombazos en mi interior hasta que lo siento desplomarse encima de mí, mordiendo mi espalda, mi cuello, anunciando que estaba acabando, sentía yo en mi interior la leche caliente dentro de mi culo, que lo llenaba y como pude traté de mover mi culo para hacerle mas placentera la acabada.

Don Ramón al sentir que su hijo había acabado, me sacó la verga de la boca, lo que me permitió respirar mejor, luego Joaquín se apoyó sobre mi espalda y juntos quedamos abrazados sobre la cama, sentí que por un momento Joaquín era una persona dulce, me sentí querido por el, que me apretaba contra su pecho, sin sacarme la verga del culo, a pesar de que su tamaño había disminuido considerablemente.

Don Ramón lo llamó a Simón a su lado, se sentó en una banqueta que había en el cuarto y le hizo arrodillar al muchacho entre sus piernas, poniéndole la verga en la boca. Simón se dedicó enseguida a chuparla con todo esmero y don Ramón se relajó en una mezcla de cansancio y bienestar por el trato que Simón le daba a su verga.

Graciela y Liliana se habían quedado abrazadas en el piso, sobre unos cojines y aprovechando el silencio ahora reinante, dormitaban tras el cansancio después de una noche de fiesta.

Marcela   ( marce459@live.com.ar )