La fiesta
Una fiesta que parecía aburrida...
La fiesta
Siempre he sido una chica normalita, ni guapa ni fea, del montón como la mayoría de la humanidad, sin llamar demasiado la atención de los chicos. Había tenido relaciones, nada serio, pero sí sexo, hasta esa noche más o menos divertido pero nunca me había hecho perder el control.
Cuando llegué a esa fiesta pensé media hora por cumplir y me largo, no conocía a nadie aparte de la dueña de la casa que había insistido mucho en que fuera. Me senté con un grupo de gente en los que estaba mi conocida y empecé a charlar de trivialidades, al rato note como alguien me miraba, detrás pero con tanta fuerza que me giré y allí había un tipo no muy alto, con el pelo rapado y unos ojos negros enormes que no dejaba de mirarme fijamente, no apartó la vista cuando le miré y siguió mirando, intenté seguir a lo mío pero ya no podía notaba su mirada en mi nuca.
Me levante para ir a por una copa, y al pasar por su lado me cogió de la mano y me dijo: Ven, nada más y yo sabía que era una locura pero me deje arrastrar por ese desconocido por la casa hasta una de las habitaciones, entramos, cerro la puerta y se puso detrás de mí abrazándome tan pegado que notaba su sexo en mis nalgas, empezó a mordisquear mi cuello, las orejas , a pasar las palmas de sus manos por mis pezones, ya como piedras debajo del sujetador y la blusa que llevaba, acerco su boca a mi oído y me dijo: Voy a follarte como nunca te han follado, como siempre has querido que lo hagan. Yo no entendía porque coño seguía allí quien era esa que estaba cachonda como una perra con un desconocido, intenté darme la vuelta pero no me dejo, empezó a desabrochar mi camisa desde atrás pegandome su polla al culo y luego los vaqueros, quitándome las dos prendas, metió una mano dentro de mi sujetador y empezó a pellizcar el pezón derecho y la otra dentro de mi tanga, buscando mi clítoris, a esas alturas yo ya tenía la respiración muy acelerada y había empezado a jadear. Saco la mano de mis tetas y note como se desabrochaba los pantalones y los dejaba caer, después los slips y ahí si note una polla enorme y muy dura entre mis nalgas, uffff, quería comerme esa polla sin haberla visto, metérmela en el coño, aún sin dejar que me diera la vuelta me quito la ropa que me quedaba y empezó a pasear su polla por mis nalgas, del culo a mi coño, yo estaba que no podía más necesitaba follarme esa polla.
Me llevo hasta una cama, me tumbo boca arriba se puso entre mis piernas y empezó a comerme el coño, lento, desde el ano al clítoris, paseando la lengua, introduciéndola en el coño me estaba volviendo loca, le dije que parara, que ahora me tocaba a mí quería ver bien esa polla, lamerla, acariciarla, metérmela en la boca, pero me dijo que no, que iba a darme mucho placer y siguió comiendo mi coño introduciendo dos dedos en el mientras succionaba mi clítoris
Le subí hasta mi boca y le bese, con el sabor de mi coño en sus labios, no podía mas, no piensas follarme? no piensas follarme?, chupo una vez mas mis pezones y puso su polla en mi coño, pensé que no me cabría era la polla más grande que había visto, la dejo ahí y empezó a empujar despacio, poco a poco, tenía el coño tan húmedo que fue entrando con facilidad hasta tenerla todo dentro, dios era como si me llegara al estomago y empezó a moverse adelante y atrás suave haciendo movimientos circulares con su polla, me volvía loca y me corrí, me corrí gritando como loca, el coño me palpitaba como nunca. El seguía con la polla como una piedra y me dijo ahora voy a descansar preciosa, follame tú, se tumbó y después de darle un repasito a su polla, dios, que glande, que polla, me puse a horcajadas y fui dejándome caer encima, poco a poco hasta tenerla toda dentro, empece moviéndome despacio pero no podía, quería mas duro mas fuerte, empece a saltar a moverme de arriba abajo en círculos, adelante y atrás como loca sin parar de gritar mientras el me tocaba las tetas, el clítoris, perdí la cuenta de los orgasmos, estaba desfallecida sin sacarla me tumbo de espaldas y empezó a empujar como loco, sus huevos chocaban con mi culo, gritando los dos, nos corrimos a la vez, quedando completamente exhaustos, dios, quién coño eres? Y dijo el príncipe del sexo que se merece alguien como tú.
Debí quedarme dormida después de eso, cuando me desperté ya no estaba, me vestí y salí aun quedaba un poca gente pero ni rastro, pregunté a mi amiga y dijo que no conocía a nadie así.
Aún sigo esperando encontrarle en alguna fiesta ¿eres tú?