La fiesta
Las tres amigas, en una noche fiesta, prometimos convertir una inocente fiesta para celebrar el ascenso de Sofía en su trabajo, en otro tipo de fiesta... algo diferente.
**Este relato forma parte de un experimento de relatos compartidos con diversos autores & autoras, lectores & lectoras de TR**
La fiesta
Laura & Sylke
Todavía no me podía creer lo que habíamos hablado las tres amigas aquella noche de chicas hasta convertirlo en un plan. Creo que bebimos demasiado alcohol en una de nuestras salidas nocturnas, pero todo parecía ir muy en serio, al menos lo que empezó como broma, acabó siendo una promesa de las tres.
Aún seguía dándole vueltas a las primeras palabras de Sofía, mi gran amiga:
- ¿Alguna vez se os ha pasado por la cabeza follar con los novios de las otras?
- ¿Con qué novios, Sofía? - pregunté a mi amiga, que andaba bastante borrachilla, como yo.
- Joder, Laura, pues con los vuestros y vosotras con el mío – me dijo sonriente.
- ¿Pero qué dices tía? Deja de beber- comentaba Lisa tan alucinada como yo.
- Lo digo totalmente en serio, guapas. - comentó una vez más Sofía, dándole un trago a su copa - Decidme que no lo habéis pensado alguna vez.
Lisa y yo nos miramos alucinadas, porque no éramos capaces de asimilar las palabras de nuestra amiga, creyendo que seguía de broma o medio borracha. Jamás habíamos hecho nada ni por asomo y las tres parejas habíamos compartido, playa, cenas, acampadas, risas, bromas... pero nada llevado a ese extremo. Sofía afirmaba con la cabeza, confirmando:
- ¡No me miréis así, coño, que lo digo en serio!
- A ver, Sofía, ¿me estás diciendo que te quieres follar a nuestros chicos y nosotras al tuyo? - insistía Lisa.
- Pues sí.
- Eres una puta loca. - la comenté yo y reímos las tres.
- Loca, pero vosotras, reconoced que también lo habéis pensado. Ya sé que nunca hemos hecho nada, pero de las personas con las que no me importaría compartir a mi chico sería con vosotras dos, por eso había pensado en dejar de pensarlo y en hacerlo... experimentarlo. Me muero de ganas por probarlo.
Aquellas palabras dichas en un momento de exceso de alcohol eran toda una confesión y al final tuvimos que reconocer que nosotras también lo habíamos pensado muchas veces, incluso llegamos a confesar que nos habíamos pajeado pensando en los novios de las otras, aunque solo eso, en el pensamiento. Aun no sé cómo, a pesar de la locura de la propuesta, todas brindamos por ello en un futuro plan que sólo nosotras conoceríamos.
- Uf, yo me pongo cachonda con la sola idea de follarme a vuestros novios. - dije.
- Pues yo creo que a Lolo no le haría gracia que yo follase con otros.
- Yo creo que en cuanto esta le ofrezca esas tetas y ese cuerpo, Lolo cae como los demás y acepta seguro. - añadí yo refiriéndome a Sofía, la más impresionante de las tres.
- Jajaja... - reímos todas otra vez.
Una nueva ronda de copas, sentenció el asunto con un nuevo brindis y todas estuvimos de acuerdo en que pasara lo que pasara, no habría malos rollos y que disfrutaríamos al máximo de esa locura, con la excusa de la fiesta por el ascenso de Sofía en su trabajo programada para la siguiente semana.
¡AL fin había llegado el gran día! Llevábamos meses planeando esa famosa fiesta, para celebrar el ascenso en su trabajo de nuestra amiga Sofía, aunque solo nosotras tres sabíamos que había algo más que una fiesta.
Yo me encargué de alquilar un hermoso chalet para un día completo, sin incluir la noche, con piscina para el evento, mi novio Oscar se dedicó a todo el tema de música, iluminación y demás, porque le encanta, mientras que nuestra otra pareja de amigos, formada por Lolo y Lisa se encargaban del tema barbacoa al tiempo que Fran, el novio de Sofía, planificaría todo el fin de semana, los juegos, los regalos y todo eso.
Lo cierto es que siempre he envidado mucho a mi amiga Sofía, nuestra homenajeada y precursora de esa presunta orgía. La verdad es que es envidia sana, pero es que tiene una cara preciosa, además la tía es una chica esbelta con pelo largo, rubio y liso. Para colmo, la cabrona, además de simpática, tiene unos ojos que vuelven locos a todos los tíos, porque son azules como el zafiro y bueno, tiene un cuerpo espectacular, esta buenísima, tiene unas curvas bien proporcionadas y encima con grandes pechos, muy bien puestos. Yo sé que mi novio la pega unos buenos repasos visuales, pero no se lo reprocho, pobrecito, es algo natural, pues Sofía es un bombón. Otra de las cosas por las que envidio a mi amiga, es precisamente por su novio Fran, es impresionante... está más que bueno, de hecho, es nada más verle y hace que me moje las bragas, sobre todo desde el consabido plan. Es también rubio como su novia y con unos ojos verdes de alucine, con un cuerpo atlético, ya que el tío es Geo, como mi novio y son compañeros de curro, además de ser amigos de casi toda la vida. No, no... no tengo ningún tipo de queja de Oscar, mi novio, todo lo contrario, que mi chico, también está buenísimo, es bastante alto y fuerte, como Fran, pero a diferencia de él, Oscar tiene el pelo negro y con varios tatuajes por el cuerpo. Bueno, la verdad es que los dos están muy buenos y fuertotes, claro, haciendo tanto deporte... y preparación diaria por el tema de su trabajo. Bueno, es que es verlos juntos y me pongo bastante cachonda. No podía negar la de veces que dejé volar mi imaginación soñando con un trío entre los tres.
Luego esta Lolo, el que es pareja de Lisa y aunque no tiene el cuerpo de Oscar o Fran, también está muy bien, se cuida bastante y esta fuertecito, claro, es monitor de pádel. También me he hecho unos deditos a su salud con esa pinta que tiene de follar muy bien. Luego me encanta su pelo largo y sus ojos castaños, una boca muy sensual y unas largas pestañas que te impresionan al verlo. Lisa, su chica, es lo opuesto a Sofía, ella es la más bajita de las tres, pero con un cuerpazo muy bien proporcionada en todo, tiene el pelo cortito, negro como el carbón y sus ojazos marrones. A pesar de su cuerpo delgadito, tiene una buena talla de pecho y sobre todo un culazo, que tampoco le pasa desapercibida a mi novio, incluso alguna vez hemos bromeado en que le gustaría comérselo. Si él supiera lo que teníamos en mente las tres chicas...
Bueno, yo me dejo para el final, soy Laura, también soy una chica normalita, algo más alta que Lisa, pero mis ojos son de color castaño con ligeros reflejos, como gotitas de verde, el pelo largo, también de color castaño. En general, estoy orgullosa de mi cuerpo, y por supuesto, nada que hacer frente al de Sofía, pero, oye, tengo mis curvitas. Puede que lo que más destaque sea mi culo o mis muslitos, quizás me gustaría algo más de pecho, para ganar a mis amigas, pero estoy contenta con mi talla 90 y lo cierto es que a mi chico le vuelven loco mis tetas, bueno, sobre todo los piercings que tengo en mis pezones porque le encanta jugar con ellos.
Bueno, toda la pandilla nos llevamos genial, somos todos más o menos de la misma edad y hacemos muchas cosas juntos, por eso íbamos muy contentos Oscar y yo de camino al chalet para reunirnos con los demás. Especialmente yo, que estuve cachonda toda la semana y especialmente ese día, con el plan previsto. Me costó mucho ocultárselo todo a Oscar, ya que siempre le cuento todo, por muy fuerte que sea, pero esa vez, guardé el secreto y me llené de dudas de cómo se lo tomaría.
Cuando llegamos por fin, ya estaban todos nuestros amigos allí, riendo y charlando como siempre. Lolo y Lisa estaban en la piscina dándose un buen morreo, mientras que Sofía, con su espectacular bikini rojo, estaba preparando, las cervecitas y unos calimochos para animar el ambiente y su novio Fran, con ese bañador ajustado, estaba terminando de preparar las brasas de la barbacoa. El bulto que marcaba fue otra de las cosas en las que me fijé, como siempre, pero esta vez, creo que me mojé al hacerlo.
- ¡Hola gente! - saludé yo efusivamente mientras me quitaba el pareo luciendo mi nuevo bikini blanco que me había comprado para la ocasión.
- Joder Laurita, cada día estás más buena. - soltó Fran, siempre medio en bromas, pero eso volvió a humedecer mi chochito mientras yo me limité a sonreír agradecida por su piropo.
- Uf, por fin estamos aquí, no sabéis lo largo que se me ha hecho el camino - dije yo
- Que exagerada eres Laura –dijo riendo Lisa saliendo de la piscina y secando su cuerpo.
- Si, la verdad es que vivimos a la otra punta, vosotros ya os habréis bebido todo. - añadió mi chico echándole un buen vistazo al tanga de Lisa que marcaba su culito.
A continuación, Oscar se quitó la camiseta y se tiró de golpe a la piscina, salpicando a lo bruto, como hace siempre.
- ¡Joder! - se oyó gritar a Lolo, mientras mi chico reía con la broma.
Justo cuando iba a ponerme a ayudar a Sofía a preparar las bebidas, ella tiró con su mano de la mía y con la otra de la de Lisa en dirección a las hamacas.
- Nosotras a lo nuestro, chicas. ¿Todas de acuerdo? - nos preguntó como última oportunidad para arrepentirse.
Lisa y yo nos miramos durante unos segundos y afirmamos estar conformes con el plan.
- Bueno pues como estamos ya todos, nosotras nos vamos a tomar el sol y que los chicos se encarguen de terminar todo lo demás- dijo Sofía riendo mirándonos con toda la complicidad.
Los chicos empezaron a protestar diciendo que teníamos mucha cara, que vaya morro y que siempre les tocaba a ellos lo más duro.
- Te salvas, porque es tu fiesta. - comentó Fran que se acercó a Sofía por detrás uniendo su pelvis en su culo y mientras le rodeaba el brazo por su cintura le dio un pequeño mordisco en su clavícula.
- Gracias cielito. - comentó Sofía empujando con su culo el bulto que se había formado en su bañador.
- Bueno, no os preocupéis preciosas, que nosotros nos encargamos de todo e incluso nos ofrecemos hasta para echaros crema para que esos cuerpos increíbles no se os quemen –dijo mientras besaba a Sofía detrás de la oreja y le daba una buena palmada en su culo.
Nos tumbamos las tres oyendo los silbidos de los chicos piropeándonos como otras muchas veces, aunque en esa ocasión estimulaban todavía más sabiendo lo que se avecinaba.
Yo me fijé en ellos hablaban de sus cosas y de vez en cuando nos miraban, ajenos totalmente a la jugada. Primero me fijé en Lolo, en esos brazos potentes, su pelo largo, en cómo sería tenerle comiéndome el coño o haciéndole una buena mamada, pero luego me fijé en el cuerpo de Fran y en ese bulto que se había formado restregándose con su novia. Volví a envidiar a mi amiga y la suerte de tener a ese chico tan guapo, pensando en si realmente me lo podría follar... luego miré a mi novio y me dije que tampoco iba mal servida y no noté nada de celos pensando en verle follando con ellas dos.
Sofia repartió las copas entre nosotras y empezamos a charlar animadamente, riendo, bromeando... como solemos hacer y sacándole los colores a Lisa por ese tanga fucsia tan diminuto que había traído. Sin duda, las tres nos habíamos puesto nuestras mejores armas con esos bikinis, pero lo mejor estaba por llegar, cuando Sofía activó la primera bomba, diciendo en alto para que todos la oyeran:
- Chicas, yo me voy a quitar la parte de arriba espero que no os importe es que me da mucho coraje que se me quede la marca. - añadió y sin más preámbulos, se quitó el sujetador de su pequeño bikini ante la sorpresa de todos.
Sus grandes tetas salieron a relucir y los tres chicos dejaron de hablar por un momento viendo ese espectáculo, especialmente mi chico que parecía estar babeando. No era para menos, pues esas tetazas llamaban la atención.
- Por mí no hay problema y creo que también me lo voy a quitar – dije yo, que normalmente no suelo hacer topless, pero esa vez, estaba decidida, claro.
También noté las miradas de los chicos a mis tetas, incluso los aplausos y silbidos de Fran, que siempre es el más bromista. Yo estaba algo cortada, ya que las no suelo enseñar demasiadas veces, solo en alguna playa remota y con bastante discreción, pero en el fondo me sentía bien exhibiéndolas allí.
- ¿Sabes que Fran siempre me dijo que quería ver cómo eran esos piercings de tus pezones? - me dijo Sofía en bajito.
Esas palabras me calentaron y volví a dirigir la vista a Fran haciendo mi movimiento más inocente, recolocándome los piercings como quien no quiere la cosa, pero sabiendo que eso le iba a encender.
Lisa se nos quedó mirando, luego dirigió la vista hacia Lolo que se encogió de hombros, como si le diera permiso y eso la animó para unirse a la fiesta.
- La verdad, a mí me da corte, pero si os lo vais a quitar todas entonces también me animo. - añadió Lisa, algo colorada y expectante por las miradas de los hombres.
Los tres no nos quitaban los ojos de encima y eso me calentó más todavía, pues miraban con descaro y comentaban algo entre ellos que lógicamente no alcanzábamos a escuchar.
Entonces Fran nos dijo sin cortarse:
- ¡Chicas que si necesitáis ayuda no tenéis más que decirlo!
- ¿Ayuda para qué? - preguntó Sofía riendo.
- Pues para que os eche crema y no se os quemen esas tetitas que tenéis tan increíbles
- Tranquilo que nos las arreglamos solitas - soltó Lisa.
Los chicos reían y le daban empujones en broma, como diciendo a Fran que tenía mucha cara, pero sin saber que nosotras estábamos poniendo todo en marcha.
- Pues la verdad es que Fran, es muy bueno echando crema. - dijo Sofía en tono insinuante. - ¿me puedes ayudar, cariño? - comentó levantando el bote en su mano.
- ¡Por supuesto! - dijo Fran y vino corriendo hasta donde estábamos nosotras.
¡Uf!, tenerle tan cerca con las tetas al aire y verle dirigiendo su vista a mis pezones, provocaba que estos se endureciesen. Entonces Sofía se dio la vuelta, tumbándose boca abajo y él se sentó a horcajadas sobre su culo para empezar a extenderle la crema por la espalda, mientras que los otros chicos seguían atendiendo las brasas de la barbacoa, charlando entre risas y comentando alguna burrada, seguramente, pero sin quitar la vista de las maniobras de su amigo sobre el cuerpo de Sofía. Todo estaba saliendo según lo previsto.
Cuando volví a mirar a la pareja, Sofía tenía los ojos cerrados y Fran estaba aplicando la crema en su espalda con toda la parsimonia y restregando esos grandes dedos por la fina piel de su novia. Luego bajó un poco hasta colocar su bulto en el culo de ella y aprovechaba para restregarlo incesantemente, hasta bajar sus manos, retirar la braguita y convertirla en un tanga y darle una buena tunda de masajes al culo de Sofia. Solo con ver eso, me cogí un calentón tremendo. De pronto me llevé un susto tremendo, cuando Fran le pegó una palmada fuerte en el culo a su chica y luego me miró fijamente con su gran sonrisa.
- Bueno, ya he terminado. Me voy a ayudar a esos - dijo Fran poniéndose de pie.
- De eso nada, guapo, ahora por delante, como tú sabes... para que no se me quemen las tetitas.
- Tetazas, dirás. - respondió el otro riendo al tiempo que Sofía se ponía boca arriba.
Cuando giré la cabeza vi a los dos chicos mirando fijamente la escena desde la barbacoa, seguramente empalmados, no era para menos porque yo estaba cachondísima .
En ese momento Lisa se levantó, algo colorada, seguramente tan caliente como yo.
- Me voy a dar un bañito. - me dijo, mientras Fran seguía atareado masajeando las enormes tetas de su novia.
Yo me quedé inmóvil con mi vista clavada en la pareja, observando como ella cerraba los ojos y respiraba agitadamente, mientras que él me miraba sin dejar de esparcir la crema por el cuerpo de su novia.
- Cuando termine si quieres también te echo crema y te doy un masaje. - me dijo Fran con descaro, observando mis tetas.
Aunque aquello no estaba en el guion, seguramente Sofía lo tenía pensado, pues conoce bien a su chico y sus bromas y esa sería una de sus respuestas esperadas. Mientras tanto Lisa salía de la piscina con sus tetas al aire y su cuerpo mojadito, ayudando a calentar el ambiente y a que los chicos se quedasen más alucinados cuando se acercó a ellos ayudándoles con la barbacoa. De vez en cuando notaba como ella pegaba las tetas sobre la espala de mi chico, ayudándole con la parrilla, como si fuera de forma natural y accidental, pero era totalmente intencionado.
En ese momento Fran parecía dispuesto a levantarse de la hamaca de su novia para reunirse con los chicos, cuando no se esperó las palabras de Sofía:
- Pero, cariño, ¿no le ibas a dar cremita a Laura?
- Yo...
- Claro, dásela también para que vea que manos más increíbles tienes.
Y la muy cabrona me guiñó el ojo, me sonrió y el otro se empezó a reír, poniéndose un poco rojo por la situación, pero la verdad, yo lo estaba deseando y creo que él también así que me animé:
- Por mí sí, sin problema, Fran si a Oscar no le importa claro... - dije mirando hacia mi novio.
- Espero que no tenga que cortarle las manos luego – comentó Oscar riendo sin darle importancia.
Fran se levantó dirigiéndose a mi hamaca y yo me tumbé boca abajo mientras él se sentaba en la parte alta de mis muslos, pudiendo notar su calor. Sus primeras caricias no se hicieron esperar y disfruté de sus dedos embadurnados de crema, repartiéndose por toda mi espalda, luego bajó hasta la parte alta de mi bikini, metiendo un dedo por la costura, mientras veía la cara de Sofía que se reía viendo a su novio en plena faena conmigo. En alguna ocasión bajó sus manos por los costados de mis tetas y yo me sentí en la gloria con sus sobeteos.
Fran, viendo que no le ponía pegas, metió mi braguita del bikini entre mis glúteos, convirtiéndola en un tanga, como hiciera con la de su novia y empezó a masajearme el culo con todo el descaro. Yo podía haber parado toda esa locura diciéndole que no, que eso era demasiado, pero en cambio le dejé hacer, incluso cerré los ojos para sentir plenamente como esas dos enormes manos sobaban mi culo a conciencia. No podía ver la cara de mi chico, pero en ese momento era lo que menos me importaba. El bulto de Fran se chocaba entre mis posaderas incesantemente cada vez que subía las manos y notaba que había algo muy duro bajo su bañador. ¡Dios qué cachonda estaba!
- ¿Quieres ahora por delante? - me preguntó de pronto ese hombretón.
En ese momento estaba tan caliente que juro que iba a decirle que sí, pero fue Lisa, la que quería marcar el ritmo de la jugada y que Lolo no se mosquease por la situación, así que dijo en un grito:
- ¡Las primeras chuletitas ya están, chicos!, ¡Venid a sentaros a la mesa!
En ese momento me cortó un poco el rollo, porque esas manos me habían llevado al cielo, la verdad, y no sé qué hubiese pasado si Fran me habría embadurnado la crema por delante, sobándome las tetas como hiciera con su novia, pero el guiño del ojo de Lisa indicaba que todo iba muy bien. Fran y yo nos miramos fijamente durante un rato, sin decir nada y a la vez diciéndolo todo con nuestros ojos.
Los seis nos sentamos en la mesa a devorar aquellas ricas chuletillas de cordero y por supuesto todas nosotras con las tetas al aire, recibiendo las miradas de los tres chicos. Entonces mi novio me susurró al oído.
- Veo que has pasado un buen rato ¿no?
Yo me limité a sonreírle dándole después un piquito, pues sabe que enseguida me pongo cachonda y más con su compañero.
Mientras que comíamos no podía apartar la mirada de él y de imaginarme como sería sentir esa boca por mi cuerpo, así que podía de mover las piernas por lo mojada y caliente que me sentía. Temía que en cualquier momento se mojasen las braguitas de mi bikini. Lisa se levantaba de vez en cuando, para repartir las chuletillas o los chorizos, pero siempre rozaba las espaldas de los chicos con sus tetas, a veces restregándolas con todo el morro y en alguna ocasión nos guiñamos el ojo, viendo lo bien que se desarrollaba todo.
Yo, una de las veces la imité, levantándome y pasando mis tetas sobre la espalda de Lolo o de Fran, con la excusa de coger la sal o cualquier otra cosa. Y Sofía, todavía con más descaro, justo cuando mi chico estaba en la parrilla con unas alitas, se abrazó por detrás de su cuerpo, pegándole esas tetazas en su espalda para decirle.
- Qué bien haces las barbacoas, siempre... como lo hagas todo así...
Todos reímos por esa especie de broma, pero nosotras especialmente, sabiendo lo que había detrás de sus palabras.
En ese momento, siguiendo nuestro guion, Sofia se dirigió a Lolo estirando su mano.
- Acompáñame a la cocina, Lolo, que necesito tus brazos fuertes - comentó refiriéndose a algo que había en el horno, pero era parte de ese juego de seducción tan caliente.
Yo, mientras tanto, observaba el cuerpo de Fran sin dejar de imaginarle encima de mí, pero de repente mi novio se volvió acercar a mi oído y pegue un respingo al no esperármelo cuando me susurró:
- Relájate un poco que se va a dar cuenta que estas cachonda de mirarlo.
Creo que me puse colorada al oírle decir eso, pero acabé sonriendo y al final asentí, contestándole:
- Uf, cariño, ¿tanto se me nota?
- Ya lo creo. - dijo.
- ¿Tú no estás igual viendo tanta teta por ahí?
- Pues no.
Entonces estiré mi mano y agarrando el bulto de su bañador con disimulo, dije.
- Parece que tu polla no piensa lo mismo.
Lisa a nuestro lado, al oírnos, soltó una risa nerviosa. Entonces miré a mi chico y sabía que él estaba disfrutando de la situación sin imaginar lo que teníamos pensado nosotras. Con disimulo, metió su mano dentro de mis braguitas del bikini. Se volvió hacia mi oído y me volvió a susurrar.
- Joder, cariño tú también estas empapada.
Así que a la vez que el seguía con la mano dentro de mí braguita, yo adentré la mía en su bañador para tocar directamente su polla que se ponía más dura.
- Pues tú no te quedas atrás - dije y me empecé a reír-
- ¡Eh, tortolitos dejaros de susurraros guarradas, que no somos de piedra! - se oye gritar a Sofía.
Y de repente mi chico y yo sacamos nuestras manos y empezamos a reírnos todos, pero al girar la cara en dirección a Fran, lo pillé mirándome directamente a las tetas y pasando esa lengua por sus labios. A su lado, Sofía me guiña el ojo, indicándome que ya ha hecho el precalentamiento con Lolo, por lo que la cosa marchaba.
Una vez que terminamos de comer nos pusimos a recoger la mesa y a preparar los cubatas para la sobremesa.
Cuando yo estaba cogiendo el hielo y repartiéndolo en los vasos, me di cuenta de que Fran se acercaba por detrás de mí y acercando su boca a mi oído me dijo:
- Me muero de ganas de echarte la crema por delante.
A la vez que decía eso, me sujetó de las caderas pegando su pelvis a mi culo para que sintiera el bulto que tenía formado. Miré de reojo a su novia, que asintió con la cabeza, así que me giré y estuvimos frente a frente a escasos milímetros, notando como mis tetas estaban a punto de tocar su pecho y mis labios a punto de rozar su exquisita boca y le contesté en un susurro:
- Lo estoy deseando. - dije y acerqué mi pelvis restregándome con su bulto.
Nos sentamos de nuevo en la mesa a tomar las copas y seguimos charlando como hacíamos siempre, contando chistes, aunque nosotras siempre íbamos dándole pinceladas a la fiesta, hasta conseguir poner nerviosos a los chicos con continuas insinuaciones y movimientos de los más lascivos. Mientras Sofía se agachaba y dejaba sus tetas frente a los ojos de Oscar, que parecía estar babeando, yo me sentaba en el regazo de Lolo, jugando con mi culo sobre su paquete y Lisa parecía entusiasmada contando los abdominales de Fran y rozando con su teta sobre su hombro... todo de muy buen rollo, pero cada vez más caliente, según lo previsto.
- Bueno, yo me voy a tomar el sol – dije – por cierto, que Fran se ha ofrecido a darme crema por delante. ¿No te importa, cariño? - añadí mirando a Oscar.
- Pues no sé si lo veo... - dijo mi chico sabiendo que eso era uno de mis sueños.
- ¿Qué tal si a ti te ayuda Lisa a ti y yo dejo que me la de Lolo? Así, todos contentos - añadió Sofía, cambiando las parejas en un instante.
Hubo un silencio largo, casi angustioso, en el que yo pensaba que alguien pudiera protestar, pero en cambio nadie rechistó, ni tampoco pareció incomodarse con sus respectivas parejas, así que cuando me quise dar cuenta estaba tumbada sobre la hamaca y Fran sentado sobre mis muslos masajeando mis tetas entre sus dedos embadurnados de crema. ¡No me lo podía creer!
- ¡Que bonitos piercings! – me dijo tirando de ellos y de paso pellizcando mis pezones sin cortarse.
- ¡Ufff, cabrón, que salta la alarma de incendios! – le contesté al sentir esos roces.
Lejos de acobardarse me metió mano a las tetas con todas las ganas y yo miré por un momento a las otras hamacas, viendo a mis amigas en mí misma posición, Sofía siendo embadurnada por Lolo, que parecía disfrutar de sus tetazas, mientras que mi novio lo hacía con Lisa y también se ensañaba con sus pezones duros. Eso, lejos de molestarme, me relajó y disfruté de lleno del masaje de Fran.
Estaba tan caliente todavía con el masaje que me dejé llevar, cerrando los ojos para comenzar a suspirar bajito, disfrutando de esas maravillosas manos, pero de repente volvió a tirarme de los piercings, provocando que soltara un intenso gemido, así que abrí los ojos y giré la cabeza en dirección a mi novio para ver si me había escuchado. Sin embargo, él parecía muy entretenido y concentrado masajeando las tetas de Lisa, que disfrutaba como una loca con los ojos cerrados y suspirando. Me fijé en Oscar, mi chico, descubriendo el enorme bulto marcando en su bañador sentado sobre las piernas de Lisa, acariciando las caderas de ella y con la vista fija en las braguitas de su escueto bikini, seguro que imaginado las ganas de verlo en vivo y de saborearlo.
Antes de volver a girar la cabeza me encontré con la mirada de Sofía, que la muy cabrona sonreía y a la vez me guiñaba un ojo, pero no sabía si era porque me habría escuchado o porque tenía a Lolo tan pegado en su sexo que lo estaba feliz disfrutándolo.
- ¿Tienes más piercings por otras partes de tu cuerpo? - me preguntó de repente Fran en un susurro.
Volví a girar la cabeza para mirarlo y me encontré con su exquisita boca casi rozando la mía, así que me relamí los labios, provocándolo y supongo que tenía las mismas ganas que yo de besarme. Su mirada lasciva no se aparataba de mi boca y luego volvió a mirarme fijamente a los ojos.
- Puede ser que tenga más piercings, pero eso tendrás que averiguarlo. - le respondí retadora.
Fran tragó saliva y tras mirar hacia su novia, me volvió a decir:
- Estaré encantado de averiguarlo y de lamerlo con mi boca como con los de tus tetas.
Cuando me soltó eso Fran sonreí, me mordí el labio y le solté:
- ¿Con tu boca, Fran? - pregunté casi suspirando e imaginándolo.
- Si tú quieres, claro.
- Lo estaré deseando, pero mientras sigue con el masaje. - le animé moviendo ligeramente mis piernas y me empecé a reír un poco.
Él me sonrió, al verme tan lanzada y quiso vengarse moviendo su pelvis más adelante, hasta que entró en contacto con mi sexo. Abrí la boca para coger aire y es que me volvía loca sentir perfectamente esa dureza provocándome que gimiera cada vez más alto.
- Chicas voy a prepararme una copa ¿os apetece? - oí de pronto la voz de Sofía que se había puesto de pie y me miraba.
- ¡Joder! - se quejó Fran cuando me salí de debajo de su cuerpo.
Lisa me miró suspirando, pues debió de pasarlo bien con mi chico y parecía apenada como yo de apartarnos de esos masajes. Los chicos me pidieron también algo de beber y las tres amigas nos metimos en la casa.
Mis amigas ya estaban dentro de la casa y en cuanto accedí yo a la cocina se rieron.
- Joder tía, vaya pedazo de gemido que has soltado. ¿eh zorra? - me dijo Lisa sin parar de reír.
- Eso, cámbiate las bragas, so guarra, que seguro que estarán chorreando. - añadió Sofía acompañando las risas y yo me uní a ellas a carcajada limpia.
- Bueno, lo poco que os he visto a vosotras, creo que estas igual ¿o no? - las dije.
Las dos afirmaron con la cabeza y nos volvimos a reír, con un claro síntoma de nerviosismo y excitación.
- Tía, menos mal que has hecho eso y me has vuelto a tierra si no le hubiera dicho a Lolo que me follara allí mismo. - dijo Sofía acariciando sus tetas, bastante cachonda.
- ¡Que basta eres!, pero de fijo que mi chico te la hubiese metido. Estaba como un toro - le respondió Lisa
- Por un momento pensé que te podrías mosquear, pero te vi tan animada con el novio de esta que...
- ¿Yo? ¿Con Oscar? - protestó Lisa.
- Hija, que se te oía gemir también a lo bajito.
Entonces Lisa se puso colorada y me miró.
- Lo siento – me dijo.
- ¿Por qué? - la pregunté.
- Joder, porque yo también me hubiese dejado llevar y estaba deseado que me follara allí mismo tu novio.
Cuando iba a decirle que no me sentí mal por verla tan cachonda con mi novio, fue Sofía la que se adelantó:
- Pero si a este zorrón, le ha faltado medio segundo para haber cogido la polla de Fran y habérsela metido ella misma. - comento refiriéndose a mí.
Una vez que nuestra amiga soltó esa burrada nos volvimos a reír a carcajadas, mientras terminábamos de preparar las bebidas de todos.
- Chicas, ¿estáis decididas a seguir? - nos preguntó Sofia.
- Yo sí, Sofi, hasta el final. - dije decidida.
- Y yo también. - añadió Lisa.
Nos dimos un abrazo deslizando las tetas entre nosotras y decidimos que, de momento, para evitar mosqueos, volviéramos cada una con su pareja, no sin antes reírnos las tres en uno de nuestros abrazos locos.
Yo salí la primera al jardín y fui a sentarme con Oscar en su hamaca, le di un largo beso y le entregué su copa. De reojo volví a ver a Fran mirándome las tetas y los piercings que ahora tocaba mi novio tirando de ellos. Lisa se sentó en el regazo de su novio, que aprovechó para sobar el culo de ella a conciencia y Sofía se sentó con Fran, dándole otro buen morreo a su chico.
Me quedé por un momento anonadada viendo esa boca comiéndose la de Sofía y volví a sentir envidia de que no fuera la mía o de sentir esos labios en otro sitio, recordando lo que él mismo me susurró unos minutos antes.
Después hicimos un brindis en honor a Sofía, que al fin y al cabo celebrábamos su ascenso en el trabajo. La homenajeada, fue vitoreada y la animamos a decir unas palabras allí de pie, en la que ella nos habló de lo que suponía ese cambio en su vida, en su trabajo, su preocupación a tener que responder ante mayores retos comerciales... pero en realidad sus miradas hacia mí y hacía Lisa, indicaban que lo que le preocupaba era cumplir el objetivo planeado en esa fiesta.
- Con esas tetas, seguro que te va a resultar más fácil conseguir nuevos contratos - soltó Lisa riendo.
Y todos nos carcajeamos por esa ocurrencia.
- Oye, por cierto, parece que lo habéis pasado bien ahí dentro. - comentó Lolo de pronto embobado también con las perfectas tetas de Sofía que permanecía allí de pie.
- ¿Por? - preguntó ella.
- Joder, por las risas que se oían desde aquí.
- Ah, bueno, eso... estábamos hablando entre nosotras de si ibais a querer jugar a un juego.
- ¿Qué juego? - preguntó Oscar intrigado, mientras acariciaba mi cadera.
- El de los hielos. - soltó Sofía esperando ver las reacciones de todos.
Ante sus caras de no comprender, ella explicó en qué consistía dicho juego, que no era otra cosa que pasar un hielo de boca en boca, hasta que a alguien se le cayese y debería pagar un castigo ordenado por quien le hubiese pasado el hielo anteriormente.
Cuando todos estuvimos de acuerdo en ese atrevido reto, Sofía lo tenía todo bien atado y nos ordenó sentarnos en círculo sobre las toallas, de tal manera que cada pareja quedaba enfrentada, y siempre combinado por chica y chico. Y fue Sofía la primera en empezar. Sacó el hielo de su vaso, se lo metió en la boca y se lo pasó a Oscar entre sus labios que estaba sentado justo a su izquierda. Me sentí rara al ver sus dos bocas juntas enredándose por evitar caer el hielo, incluso con ayuda de sus respectivas lenguas, pero lo cierto es que era tan cachondo que no sentí celos de ver a mi novio comiéndole la boca a Sofía, sino más bien, ganas de seguir jugando. Mi chico, tras mirarme un segundo y con el hielo en su boca, se lo pasó a Lisa que estaba al otro lado. De nuevo las bocas de ambos jugaron a no dejar caer el hielo, incluso Oscar apoyó la mano en la cadera de ella, para ayudar a pasárselo. Lisa se lo pasó a Fran, que volvió a enredarse en esa boca de Lisa que parecía retrasar el momento, hasta que tuvo que pasárselo por fin ante algún silbido de protesta.
De pronto sentí la boca de Fran pegada a la mía y disfruté por fin de esos labios abarcando los míos y como nuestras lenguas se rozaron varias veces y es que lo que menos quería era que terminara de pasar el hielo a mi boca, porque estaba disfrutando de esa boca soñada, pero me di cuenta de que no podía retrasarlo más y al fin se lo pasé a Lolo que también rozó mis labios, aunque no fue tan atrevido con la lengua como hiciera Fran, pero también me gustó sentir sus labios. Él se lo pasó a Sofía que incluso se unió más a él juntando sus tetazas contra su hombro y al fin completamos la vuelta entera.
Sofía sacó la lengua, mostrando el hielo que había bajado considerablemente de tamaño y se lo pasó a mi novio nuevamente, en una segunda ronda, pero de pronto, estaba tan ensimismado con los labios de mi amiga y sus tetas rozando su pecho, que el hielo se le cayó al suelo.
- ¿He perdido? - dijo Oscar, que parecía no haberse enterado mirando al hielo sobre su toalla.
- Si, cariño. - intervine – ahora Sofía te pondrá un castigo.
- ¿Y cuál es ese castigo? - preguntó él.
- Pues deberás quitarte el bañador delante de todos. - sentenció ella.
- ¿Y quedarme en pelotas? - preguntó él alucinado.
- ¡Claro! - respondió Sofía riendo.
Se hizo un gran silencio y yo me quedé flipada por esa orden, pero no puse ninguna objeción cuando mi chico se puso de pie y tras mirar a todos, se fue bajando el bañador hasta quedarse como su madre lo trajo al mundo. Parecía algo apurado, pero Lisa y Sofía tenían los ojos como platos mirando esa polla, que estaba totalmente tiesa y es que el juego nos había puesto a todos a tope, no podría reprocharle nada, pues había unas chicas preciosas medio desnudas y cachondas, por supuesto, yo entre ellas.
Oscar se sentó, aunque se le veía más relajado viendo que yo le guiñaba el ojo, orgullosa de la polla que tiene.
La siguiente ronda comenzó y Sofía volvió a coger otro hielo pasándoselo a Oscar para que empezara él de nuevo, así que mi chico se volvió acercar a Lisa para entregarle el hielo con sus bocas, dándole perfectamente un morreo a ella, que parecía con la vista fija en ese pene erecto de mi novio, cuando por fin Lisa se lo pasó a Fran volví a ver esos labios tan tentadores la besaba muriéndome de envidia.
Por suerte, llegó mi turno y una vez que el hielo está en la boca de Fran él se acercó a mi tanto que con una mano me agarro por la cintura y la otra la puso en el costado de mi teta derecha a la vez que unía sus labios conmigo, pero una vez que estaban ya juntos se formó como una lucha de lenguas deseosas de profundizar y de explorarnos. ¡Aquello era cachondísimo!
De repente Sofia dijo:
- Como sigáis así en vez de cubitos de hielo os tendremos que dar bloques.
Cuando cogí el hielo y nos separamos vi como Fran se llevó la mano a su bulto para recolocárselo, así que me giré hacia Lolo para pasárselo, pero estaba tan hipnotizado en las chicas que estaban a su lado que al pasarle el hielo se le cayó, aunque en parte fui yo la que se lo entregó mal, intencionadamente.
- Joder se me ha caído. - protestó Lolo.
- Eso te pasa por estar pendiente de otras cosas. - le comentó su novia riendo.
Entonces nos empezamos a reír todos porque de repente Lolo se puso rojo ante el comentario de su chica, pero siguiéndole el rollo, contestó:
- Es que es realmente complicado no estar distraído con los pibones de chicas que hay aquí.
En los que los otros chicos afirmaron energéticamente dándole la razón y aplaudiendo su comentario.
- Bueno Laura, ¿qué castigo le vas a poner a este? - comentó Sofía, guiñándome un ojo.
- Pero que sufra un poco por listo. - apuntó Lisa.
Yo me puse a pensar qué travesura ordenarle, pero fue Oscar el que me comentó:
- Cariño, no seas tan cruel que hay que entender el despiste que ha tenido. - comentaba y reía a la vez que nos señalaba a nosotras.
- Pues mi castigo será que Sofía te quite el bañador, pero sin que la puedas tocar. - dije decidida.
- ¡Ostras! - dijo Fran al oírlo.
Lolo se puso de pie en el centro del círculo, mientras Sofía arrodillada y mostrando a todos su precioso culo le soltó a Lolo el nudo del bañador con la boca mientras sus manos le acariciaban las piernas hasta llegar a la cinturilla, pero las volvió a bajar las manos como si estuviera dándole un masaje. Yo veía la cara de Lolo que era todo un poema, alucinando con esa belleza estaba a punto de desnudarle
Yo estaba tan concentrada mirando a esos dos que no me di cuenta de que Fran se había acercado por detrás de mí y con sus dos más manos me agarraba las tetas con todo el descaro, jugando con ellas, sin dejar de masajeármelas y tirar de los piercings de mis pezones, a la vez que me mordía el lóbulo de la oreja y me susurraba:
- Dios me muero por estar ya dentro de ti.
Aquello me encendió todavía más, porque él me susurraba eso sin parar de estrujarme las tetas, mientras yo, instintivamente frotaba mi culo contra su polla.
- ¿Antes tendrás que averiguar si tengo más piercings no? - le contesté sonriendo para provocarle todavía más.
- Estaré encantado – me contestó tirando de mis pezones y mordiendo mi cuello.
Entonces giré la cabeza en dirección a Oscar, por si nos estaba mirando, pero lo que me encontré fue a Lisa disfrutando como una loca, con sus ojos cerrados mientras mi chico la abrazaba por detrás, casi en la misma postura que Fran conmigo, pero a diferencia de que Oscar tenía la mano metida dentro de las braguitas de ella, al tiempo que ella le masajeaba su polla, haciéndole una paja lenta.
Una vez visto eso y de no haber sentido nada de celos, si no un calentón aun mayor, volví a girar la cabeza en dirección a la otra pareja para descubrir cómo Sofía le había bajado un poco el bañador a Lolo, pero lo suficiente para haber liberado su polla, que yo no podía ver del todo, pues tenía a mi amiga delante tapándome la visión. Me di cuenta de que Sofía no dejaba de torturarlo la muy cabrona porque a la vez que se lo bajaba muy despacio tenía la boca prácticamente a la altura de la polla, así que no estaba segura, pero parecía que le estaba haciendo una mamada.
Cuando por fin se lo quito Sofía dijo:
- Este ya está.
A continuación, todos nos separamos rápidamente y volvimos a colocarnos correctamente en cada uno de nuestros sitios, pero estaba claro que la cosa iba sin frenos y con un calentón máximo.
La siguiente ronda, la empecé yo, pasando el hielo a Lolo, observando por el rabillo del ojo su cuerpo desnudo y descubriendo que estaba muy bien dotado también. Dimos casi una vuelta completa, recargando las pilas y calentándonos cada vez más, pues todos unían bocas cada vez con más pasión y descaro, pero cuando el hielo volvió a Fran, su novia me hizo un gesto, que entendí a la perfección y justo cuando me lo iba a pasar a mí, retiré mi cabeza y logré que se le cayera al suelo, aparentemente de forma accidental, pero con toda la intención.
- Le toca mandar el castigo a Lisa, que fue la última que le pasó el hielo – dijo de pronto Sofía.
Pensé “maldita puta”, con lo que me hubiese gustado ser yo quien impusiera el castigo a su novio. Lógicamente Lisa de espaldas a mí, hizo lo mismo que Sofía en la ronda anterior y le quitó a Fran el bañador hasta dejar a la vista una polla enorme, sin duda la más larga y gruesa de todas, totalmente empinada, brillante, venosa... ¡Joder, qué preciosidad!
Los tres chicos se quedaron desnudos, tal y como había previsto Sofía y cuando parecía que la cosa iba a seguir, todos los hombres expectantes de que alguna de nosotras se quedase desnuda, Sofía dijo:
- ¿Os apetece un café? - dijo poniéndose de pie.
Ellos se quedaron algo decepcionados por esa pregunta, incluso yo, que quería continuar, pero el guiño del ojo de mi amiga, indicaba, que quería seguir siendo mala y nos invitó a Lisa y a mí a acompañarla.
En cuanto llegamos a la cocina, Sofía nos preguntó:
- Bueno, ¿Qué tal chicas?
- Joder, con un calentón que no me aguanto. - comentó Lisa.
- Ya te he visto, que mi novio te ha sobado el coño a base de bien mientras le hacías una paja – dije yo riendo.
- Bueno, tú con Fran te metiste mano de lo lindo. - me contestó.
- Ya, pero fuiste tú la que le desnudó y esta zorra, no me dejó hacerlo a mí. - dije dándole un azote a Sofía.
- Chicas, chicas... Por eso ahora viene la parte más delicada, para que no discutamos entre nosotras y haremos algo todas a la vez, ¿Os parece? - comentó la homenajeada.
Lisa y yo nos miramos, comprendiendo que estábamos en buenas manos, ante una nueva treta perversa de nuestra amiga que añadió:
- Dejarlo de mi cuenta, que hoy acabamos montando una buena.
Salimos las tres con los cafés, mientras los chicos seguían desnudos comentando entre ellos y se callaron al vernos.
- ¿Os apetece que hagamos una prueba? - dijo de pronto Sofía repartiendo las tazas de café.
- ¿Qué prueba? - preguntó Oscar.
- Cual de nosotras hace la mejor mamada.
- ¡Joder! - dijo Lolo alucinado, aunque lo estábamos todos.
- La ganadora será la que logre que su chico se corra primero.
Oscar y yo nos miramos riendo y él me guiñó un ojo, pues sabe que cuando me pongo se la chupo hasta hacerle correrse en muy poco tiempo, pero flipamos cuando Sofía puntualizó.
- Claro, no podremos hacerlo con nuestros respectivos novios, porque podríamos conocer demasiado bien sus puntos débiles, así, que, si os parece, yo se la chupo a Lolo, Lisa se la chupará a Oscar y Laura a Fran.
Al escuchar eso de labios de su novia, Fran se apretó la polla, mostrándomela orgulloso, como diciendo, “es toda tuya”.
- ¿Y cuál es el premio para la ganadora? - preguntó Lisa.
- Lo que ella quiera y con quien quiera. - apunto riendo, convencida de que iba a ser la ganadora.
Nadie puso objeción, pues todos estábamos deseando empezar ese nuevo reto y un minuto después los tres chicos se pusieron de pie y nosotras tres arrodilladas delante de cada uno de ellos. Ni me creía estar agarrando la polla enorme de Fran entre mis dedos, dispuesta a mamársela hasta que Sofía gritó:
- ¡Tiempo!
No me lo pensé dos veces, cogí rápido esa enorme polla y me la metí en la boca dándole lametones largos y profundos disfrutándola al máximo como si me estuviera comiendo un helado. ¡Qué ricura!, lo que siempre había soñado, lo tenía ahí delante de mí y mirándole de vez en cuando a la cara, era todo un sueño, tener a ese chico desnudo y yo a sus pies mamándosela.
Seguí disfrutando de cada lamida, de cada chupón, utilizando lengua, labios, comiéndole los huevos, al tiempo que mi lengua recorría todo el tronco, aunque lo único en lo que pensaba era en ganar y recibir el premio, que podría elegir libremente, así que me concentré engullendo como loca aquella tiesa verga, venosa, tan dura y grande como siempre había imaginado. Oía a las otras chicas chupar y engullir al mismo tiempo, pero yo no quería perder esa concentración, mientras que no paraba de chupar y apretar mis labios alrededor de esa magnifica polla y además hacer realidad unos de mis sueños. Volví a mirar hacia arriba para ver la cara de Fran y lo que me encontré fue tan caliente que me provoco que me mojara más todavía, tenía los ojos abiertos pero las pupilas tan dilatadas de lo cachondo que estaba y tenía un gesto contenido, presa de esos labios carnosos con los dientes como si estuviera intentando aguantar sin gemir en alto.
Cuando él me miro a los ojos soltó sus labios apresados entre sus dientes y me dijo:
- ¡Qué bien lo haces, sí, joder!... sigue chupándomela así que estoy en el puto cielo. No quiero imaginar cuando te folle por todos los sitios.
Lo que consiguió fue que le chupara más deprisa para que acabara cuanto antes, para tener mi premio que sería que me follara de una maltita vez.
Yo seguía enfrascada chupando esa polla, intentando cumplir mi objetivo, pero era inevitable escuchar cada vez más fuerte cómo gemían los otros chicos así, seguí pajeando a Fran, mientras giraba mi cabeza en dirección a Oscar, justo a mi derecha para comprobar que estaba con los ojos cerrados y en tensión lo que significaba que estaba tan caliente que pronto acabaría corriéndose. Conozco muy bien a mi chico y estoy segura de que, si me hubiese tocado él, se habría corrido el primero, porque conozco muy bien sus puntos débiles, como chuparle el frenillo, mientras acaricio sus huevos, eso nunca falla si quiero que se corra rápido. Por suerte Lisa no lo sabía y seguía con un mete saca profundo en su boquita sin dejar de mirarle. ¡Qué cabrona, qué bien lo hacía!
Seguí masturbando la enorme vega de Fran, para girar mi cabeza esta vez al otro lado, en dirección a donde estaba Sofía comiéndole la preciosa polla a Lolo y me encontré con sus habilidades con la boca y con la lengua de mi amiga, pero, además, con destreza, abarcando esa polla entre sus tetas, mezclando cubana y mamada, como toda una profesional, haciendo que Lolo se tambalease de gusto. ¡Será puta, claro, con esas tetazas! - pensaba yo.
Así que volví a concentrarme en la polla que tenía delante, para tragarla al máximo, intentando llegar a mi garganta y al mismo tiempo usar mi lengua bajo ella, acariciándola, para acompañando de un leve masajeo de sus huevos de Fran entre mis dedos y de vez en cuando acariciando su perineo.
Pero de repente sentí como la polla de Fran, se tensaba y crecía un poco más para escuchar con su voz temblorosa
- ¡Joder, no aguanto más!
Fue un impacto brutal, su primer chorro, explotando dentro, sin que yo dejara de chuparla, pero no me retiré ni un solo momento, esperando a que terminase de llenarme la boca. Miré a mis costados y mis amigas me observaban con cara con rabia por haber sido ninguna de ellas la primera, así que abrí la boca, para que comprobasen que Fran me había llenado de leche caliente, luego miré a los ojos de él, para tragarlo todo, mientras me sonreía agradecido por mi buen trabajo.
Seguidamente, empecé a oír a los otros chicos gritar, primero lo hizo Lolo, que gracias al masajeo de las enormes tetas de Sofía rodeando su polla, se corrió sobre ellas y también sobre su cara y justo después mi chico lo hacía dentro de la boca de Lisa, que le pajeaba al mismo tiempo que se la metía en la boca. Aquello parecía una peli porno en toda regla. No me podía creer que estuviéramos haciendo eso los seis, pero al mismo tiempo, de que todos los chicos se hubiesen corrido, pero yo, afortunadamente, había sido la ganadora.
- ¡Guau, felicidades Laura! - me dijo Lisa limpiándose los restos de semen de mi chico que se le escurrían por los labios.
- ¡Joder, mamona! - comentó riendo Sofía - no sé cómo lo has hecho para chupársela a este con lo que tarda en correrse - añadió refiriéndose a Fran.
- Es que mi putita, la chupa de miedo. - intervino Oscar.
- Ya lo creo, eso lo tendremos que probar - añadió Lolo.
Entonces se empezaron a reír todos, incluida yo, claro.... que no me importaba haber sido la mamona más puta, pero, al fin y al cabo, la mejor de todas.
- Bueno chica, ¿Y qué premio vas a pedir? - me preguntó Sofía.
- Pues déjame pensar... - dije haciéndome la interesante - como ganadora voy a pedir que Fran me desnude y que me coma el coño.
Cuando solté eso empecé a escuchar silbidos por parte de los otros chicos, ya que Fran se mordía el labio anhelando ese momento, mientras que Lisa decía.
- ¡Que cerda!
- Pues vas a ver lo que es que te coman el coño de verdad. - apuntó Sofía.
- ¡Oye! - protestó Oscar haciéndose el ofendido, que, por cierto, lo hace muy bien
- Jajaja - rió Sofía - bueno, luego comparamos...
Mi chico se acercó para decirme en el oído:
- Disfruta cielo.
- Lo hare, mi amor. - respondí.
- Eso y luego me dices quien te lo come mejor. - dijo guiñándome un ojo.
Oscar se retiró de mi lado, pero antes me dio una nalgada en el culo. Las chicas colocaron las toallas para ver ese espectáculo en primera fila, invitándome a que me tumbara en ellas. Fran se arrodilló delante de mí para acariciar nuevamente mis tetas y después mis muslos y decirme:
- Bueno, por fin voy a descubrir si tienes otro piercing.
Nada más soltar eso, agarro con sus dedos los laterales de las braguitas de mi bikini y fue bajándolas lentamente por mis muslos, haciéndome sufrir con esa lentitud, el muy mamón. Cuando por fin me las bajo al completo me di cuenta de que la mirada de Fran estaba en un punto fijo de mi coño y sonreía embobado.
- ¡Qué preciosidad! - dijo sin cortarse.
- ¿Mi coño o mi piercing? - pregunté por la bolita que adornaba la parte alta de mi clítoris.
- ¡Las dos cosas! - añadió sonriente.
Se hizo un largo silencio, mientras Fran estaba a pocos centímetros de mi sexo, a punto de devorarlo.
- Venga tío, veras cuando pruebes eso en tu boca, vas a flipar. - le animó mi propio novio que parecía impaciente.
Fran apoyó los codos en el suelo para decirme.
- ¿Estás preparada para disfrutar?
- Todo tuyo y si lo haces bien, igual dejo que me folles... que mola más.
Naturalmente me reí porque sabía que le dejaría que me follara de todas formas.
- Me lo vas a rogar. - dijo él con chulería, algo que me hizo mojarme más.
Cuando ya estaba totalmente tumbada, Fran separo mis piernas y vi cómo me acariciaba lentamente la cara interna de mis muslos y después por fuera mis caderas hasta ver como su mano se dirigía a mi coño que en ese momento parecía un volcar lleno de lava.
- ¡Joder, estas chorreando! - soltó él
Al momento acercó su boca y empezó a pasarme la lengua por todos los rincones de mi coño, sin dejar nada sin lamer, mientras yo me agarraba a su cabeza, cerraba los ojos y disfrutaba de su destreza con la lengua, gimiendo como nunca. El mamón, sabia como hacerlo, se tomaba su tiempo, dibujando mis labios mayores, mordiéndolos, pasando su nariz por mis ingles, pero siempre sin llegar a tocar mi clítoris.
- ¡Qué cabrón! - oí decir a Lisa que parecía atenta a esa operación y me imagino que con envidia.
El muy perverso, me ponía al límite, sabiendo que yo estaba como una olla expres a punto de explotar. Al mismo tiempo que lamía mi rajita, me metía dos dedos dentro y me follaba con ellos sin dejar de mirarme y luego volvía a atacarme con su lengua, hasta que por fin llegó a mi clítoris me pegó un bocado con sus labios tirando del piercing, con cierta fuerza, que parecía querer arrancármelo, mientras yo cerraba mis ojos y gemía cada vez con más fuerza, arañando su enorme y fornida espalda.
Abrí los ojos sin creerme estar viendo el rostro de Fran, entre mis piernas, comiéndome el coño. Él volvía a retrasar el momento, porque ya no había competición, sino que quería regalarme la mejor comida de coño de mi vida y el muy cabrón lo estaba consiguiendo.
Me volvía loca, pero yo también hacía por retrasar mi orgasmo al máximo, no quería correrme y así seguir disfrutando por más tiempo de su lujuriosa mirada, de sus habilidosos labios y su pérfida lengua una y otra vez.
Por un momento miré a un costado para ver las caras de los demás, pero me di cuenta, que habían dejado de mirar y parecían muy ocupados. En plena vorágine de cuerpos desnudos descubrí a Sofía comiéndole los huevos a Lolo sin dejar de pajearle mientras mi novio le chupaba las tetas a ella con desesperación al tiempo que Lisa arrodillada se la chupaba a mi chico y con su mano libre le metía dos dedos en el coño a Sofía. ¡Joder, todo parecía un sueño, pero era una orgía real!
Creo que aquella escena tan fuerte y la boca de Fran, dándome otro bocado y atrapando mi clítoris con mi bolita entre sus labios, acabé por explotar en un intenso orgasmo entre jadeos y convulsiones, mientras sus manos pellizcaban mis pezones y un escalofrío intenso me invadía por todo el cuerpo de forma rápida y violenta.
- ¡Ah, uh, sí, joder, cabrón! - le grité mientras me corría...
- ¿Qué te dije? - me comentó Sofía levantando su mirada, para verme todavía con la invasión de ese orgasmo interminable.
- ¡uf, joder, casi me muero! - le dije mientras ella sonreía.
A mi chico no parecía importarle el hecho de no haber ganado esa batalla, porque seguía enfrascado en comerle las tetas a mi amiga, tal y como siempre me había confesado y ahora su sueño se estaba haciendo realidad.
- Bueno, entonces, ¿lo he hecho bien? - me preguntó Fran, que se incorporaba para meter sus caderas entre mis piernas.
- ¡Eres un artista! - le dije - creo que si follas la mitad de bien... - añadí agarrando esa polla para empezar a pasarla por mi encharcado coño.
Fran puso mis tobillos sobre sus hombros y metió el glande primero, mientras mordía ligeramente mis pantorrillas... pero no acababa de metérmela, tan solo restregaba esa punta de arriba abajo, dibujando mi rajita y embadurnando nuestros sexos, alargando mi lubricación por todo su tronco, pero sin meterla.
- ¡Joder, qué gusto, cabrón! - le repetía yo...
Sus manos acariciaban mi culo y mis caderas y seguía restregándose sin llegar a metérmela.
- ¿No me vas a follar o qué? - dije casi desesperada, pues cada vez que su glande se acercaba a la entrada yo empujaba mi pelvis queriéndole dentro, pero él sonreía y se apartaba.
- Te dije que me lo ibas a rogar... - volvió a decir con chulería.
No podía creerme que me hiciera pasar por tanto gusto y tanta desesperación porque me la metiera de una vez. Volvi a girar mi cabeza y pude contemplar el cuerpo desnudo de Sofía a cuatro patas, con la cabeza de Lolo por detrás, comiéndole el coño, al tiempo que Lisa, boca arriba, se besaba con ella, de forma lujuriosa en una batalla de lenguas y labios, mientras que mi chico estaba comiéndole el coño a Lisa por detrás.
Regresé a mirar el rostro sonriente de Fran y luego a su polla cada vez más gorda y robusta, restregándose contra mi coño. Al sentir ese glande jugando con la bolita de mi clítoris, un nuevo escalofrío recorrió todo mi cuerpo y sabía que estaba a punto de estallar, por lo que estiré mis manos, agarrándole del culo y gritarle.
- ¡Fóllame, cabrón! - le dije clavando mis ojos en los suyos.
La estocada fue enérgica y brutal, tanto que al sentirme invadida por ese enorme trozo de carne abriendo mi coño, volví a explotar en otro orgasmo brutal, pellizcando ese culo fuerte que se encogía, cada vez que embestía para hacerme sentir como se llenaban las paredes de mi vagina en cada golpe de cadera. Sus huevos chocaban y el sonido de su pelvis contra la mía, marcaba un ritmo endiablado, salvaje y divino, mientras yo ponía los ojos en blanco, abría mi boca y gritaba de gusto, hasta que los propios músculos de mi vagina lo atraparon y empezó a correrse en mi interior, soltando unos cuantos lefazos, llenándome el coño de leche caliente, que acabó escurriéndose por la cara interna de mis muslos a medida que él se retiraba.
- ¡Joder, qué polvazo! - le dije acariciando sus brazos.
Apenas me estaba reponiendo, cuando sentí como alguien me sostenía por la cintura y me levantaba, una vez que estaba de pie sentí una polla jugando en mi culo mientras que con sus manos me agarraba las tetas a la vez que me susurraba:
- Ahora me toca a mí, preciosa... yo también me muero por hacerte mía. - la inconfundible voz de Lolo y su cuerpo desnudo pegado al mío por detrás, me encantaron.
Giré la cabeza para darle un beso a ese chico y le dije en un susurro:
- Encantada de que me folles.
- No te importa que te la robe un rato, ¿verdad Fran? - dijo al otro que asintió recuperando fuerzas.
Sin soltarme de ese abrazo, Lolo me fue llevando hasta las tumbonas casi medio en volandas, pudiendo notar su fuerza y la dureza de su polla entre mis piernas. Por el camino me dio tiempo para ver que hacía el resto y descubrí a mi chico disfrutando como un rey: Se encontraba tumbado sobre las toallas con el cuerpo de Sofía follándolo a lo amazona, en esa postura que sé que le encanta... al tiempo que Lisa estaba sentada sobre su cara, con los ojos cerrados y gimiendo como si estuviera ella sola allí , sin dejar de recibir unas cuantas intensas chupadas de mi chico en su coño. En lugar de mosquearme por ver algo así, me encantó verle disfrutar con mis amigas.
Cuando por fin llegamos a la tumbona Lolo se sentó en ella y con un solo gesto, me indicó que me arrodillara para comerle su verga, que apuntaba al cielo, así que con lo cachonda que estaba, no me costaba aceptar eso y obedecí encantada. Cuando me quise dar cuenta, tenía su polla en mi boca haciéndole una mamada de las mías...
Mientras estaba degustando esa nueva dureza, lubricándola con mi lengua y mi saliva, pude ver de reojo como Fran se acercaba y se colocaba a nuestro lado.
- La chupa bien la cabrona, ¿No? - le comentó a Lolo que estaba con los ojos cerrados disfrutando de mis técnicas bucales.
- Joder, tío, ya lo creo, ni te imaginas... como siga así me voy a correr prontísimo. - dijo por fin Lolo abriendo los ojos y soltando un gran suspiro.
- Pues a mí se me está volviendo a poner dura solo de pensar en tenerla de nuevo en esa boquita. - añadió Fran, al tiempo que estiraba una mano para pellizcar uno de mis pezones.
- La suerte que tiene el cabrón de Oscar de poder tener a esta guarra, que la chupa como Dios. - soltó el otro
Lejos de molestarme lo de que me llamase guarra, me motivó para apretar más mis labios y chuparla con más velocidad.
- Bueno, las nuestras no se quedan atrás. - dijo de pronto Fran.
Los tres giramos la vista y pudimos contemplar la escena en la que Sofía y Lisa le estaban comiendo la polla y los huevos a mi novio a dúo, lo que provocó las risas de los tres. Volví al ataque para comerme esa polla, pero Fran seguía jugando, dibujando mis curvas, cuando sentí como me colaba dos dedos dentro de mi coño. Al sentirlo, me tragué la polla del otro hasta el fondo y el pobre dio un largo gemido al sentirla tan adentro de mi garganta.
- Joder, basta, quiero follarte o al final vas a conseguir que me corra en nada. - dijo Lolo tirando de mi pelo para que dejara de chupársela.
Yo le sonreí y él me agarro de los brazos para colocarme a cuatro patas sobre la tumbona, para ponerse detrás de mí y empezar a embadurnar su polla restregándola coño chorreante.
- ¡Pero qué mojada estas, zorra! - me dijo dándome una palmada en el culo.
Nada más decir eso, de una sola embestida, me la clavó hasta el fondo provocando que gritara de placer sin que me importara una mierda que me oyeran los vecinos.
- ¡Ah, sí, joder, Lolo, sí, ¡qué bien! - le repetía y él iba cada vez más deprisa.
Como Lolo no paraba de clavármela por detrás, Fran rodeó mi cuerpo hasta sentarse delante de mí acercando su precioso y enorme miembro venoso ante mis ojos. No hizo falta que me dijera nada, porque estaba loca por volverme a meter en la boca ese sueño de polla, que ya había tenido el placer de haber probado a base de bien, pero que no creo que me pudiera saciar de ella nunca. Los tres íbamos acompasados, ya que mientras Fran me follaba sujetándose a mis caderas, yo tragaba y tragaba, agarrada a los muslos fuertes de Fran, disfrutando con el sonido de sus agitadas respiraciones. Era increíble, pero habíamos hecho dos tríos en un momento, yo con dos chicos y mi novio con dos chicas, la locura estaba al máximo.
Así estuvimos un buen rato, hasta que Fran dijo de pronto a su amigo.
- Joder, tío, siéntate y sigue follándotela, que quiero probar ese culito que tiene.
- ¡Qué cabrón! - dijo el otro – pero luego lo quiero probar también yo... - añadió
Lolo sacó la polla de dentro de mí, para sentarse en la tumbona como le pedía su amigo y a continuación me ayudo a subirme sobre él, agarrándome de las tetas. Rápidamente me sentí empalada de nuevo por Lolo y empecé a cabalgar sobre su polla. Fran se colocó esta vez detrás de mí, para jugar a meterme sus dedos, pero esta vez por mi culito.
- ¡Ah, qué gusto! - gemí al sentirlos mientras Lolo seguía follándome.
- ¡Joder que abierto lo tienes! - dijo Fran al meter dos de sus dedos completamente sin problema - seguro que te encanta que te lo follen.
Giré mi cabeza para sonreír y decirle mirándole fijamente a los ojos:
- ¡No te lo puedes ni imaginar!
Nada más decirle eso, Fran saco sus dedos de mi agujerito para sentir como colocaba su glande a la entrada de mi culo con la intención de follármelo. No había vuelta a atrás, por fin iba a hacer lo que siempre había soñado, tener dos pollas dentro de mí. Cerré los ojos, aspiré aire, relajé los músculos y pude sentir como entraba esa enorme polla abriendo las paredes de mi culo mientras iba entrando poco a poco. Nunca había tenido nada tan grande y curiosamente no me costó tanto adaptarme a su tamaño.
Una vez que Fran la tenía completamente metida, podía notar los latidos de mi corazón y como los músculos de mi esfínter se atenazaban rodeando esa enormidad.
- ¡Dios esto es una puta pasada! ¡te lo pienso reventar! - gritó Fran para empezar a bombearme al mismo ritmo que Lolo entrando en mi coño.
Esas palabras y tener esas dos pollas follándome sin descanso fue algo mágico, maravilloso... no tengo palabras para poder describirlo, pero era un sueño hecho realidad y seguí disfrutando empalada con esos hombretones, que me daban duro por mis dos agujeritos, sin descanso.
De repente Lolo se detuvo agarrado a mi culo para decir:
- Fran, colega, déjame probar a mí que estoy a punto de explotar.
A regañadientes, Fran se detuvo también para salir de mi culo y sentir un vacío tremendo, pudiendo notar mi esfínter dando espasmos y aunque no podía verlo, notaba mi agujerito más grande que nunca. Fran me colocó de nuevo a cuatro patas sobre la tumbona, acariciando mi espalda.
- Vamos tío, vas a probar el paraíso. Te va a encantar- comentó Fran a su amigo, que sin pensárselo me la clavó por el ano sin remisión.
No era tan grande como la de Fran, pero, aun así, sentía un gusto tremendo, ya que mientras Lolo me follaba por detrás, el otro jugueteaba con mi clítoris, arrancándome gemidos sin parar.
- ¡Joder, esto es la hostia! - gritó Lolo, al que notaba como estaba a punto de caramelo.
- Te lo dije, es una locura, ese culo. - respondió Fran, que se pajeaba con una mano y con la otra seguía hurgando en mi coño.
De repente Lolo me agarró de las caderas, empezando a bufar más fuerte y a aumentar la marcha de la follada dejándome seguramente alguna marca en las caderas, con tanta fuerza como me la metía. Era bien diferente a cuando me enculaba Oscar, siempre con cuidado y mimo, pero esa forma brutal de follarme, como lo hacía Lolo era tremenda. Mi amigo seguía frenéticamente con aquellos movimientos, sus largos gemidos, hasta que dijo.
- ¡Me corro, joder, me corro!
Y un segundo después, derramó innumerables chorros de semen dentro de mi culo, entre gritos, agarrándose a mis tetas y acabando exhausto, con su pecho sobre mi espalda.
- ¡Eres increíble, Laura! - me dijo acariciando mi espalda y sacando su polla de mi agujerito y llevando detrás de sí un río de leche caliente que se escurría entre mis muslos.
- Joder, la has dejado llena, cabrón - decía riendo Fran.
- Uf, toda tuya, que yo estoy muerto. - contestó el otro riendo también quedándonos solos Fran y yo.
Fran acarició mi cara, limpiando mi sudor, pues entre los dos, lograron que hiciera un buen ejercicio.
- ¿Te hace un bañito? - me dijo y tirando de mi mano, fuimos corriendo desnudos entre risas hasta zambullirnos en la piscina.
Sentir ese frescor me devolvió a la vida, pero sobre todo cuando me apoyé en el borde y noté de nuevo la polla de Fran en mi culo, bajo el agua.
Observé a mi chico, que en ese momento estaba follándose a Lisa sobre una de las tumbonas, mientras Sofía por detrás, no veía bien, pero o le estaba comiendo el culo o los huevos, o quizás ambas cosas... y eso volvió a calentarme, por lo que eché mi culo hacia atrás hasta ubicar la polla de Fran entre mis muslos.
- ¿Estás cachonda?
- Joder, mucho. - le dije girando mi cara y dándole un buen morreo.
- Pues espero que no estés cansada porque pienso follarte hasta que no puedas ni sentarte. - me soltó de repente pasando su polla incesantemente por mis zonas más sensibles.
- ¡Adelante, cabronazo, que mis agujeritos te están esperando! - le dije invitándole a darme caña.
Dicho y hecho, Fran me cogió por las caderas y levantándolas, me clavó su enorme polla por el culo nuevamente... y tampoco le costó entrar, no sé muy bien si por estar muy dilatada, tremendamente cachonda o por estar bajo el agua, pero la sensación era increíble y apoyando mis manos en el borde de la piscina, disfrutaba de esa forma de follarme y me encantaba sentir la pelvis de Fran golpeando mi culo sin cesar.
- ¡Qué follada tan rica! - dije yo.
Fran se motivó con eso y agarrándose a mis tetas empezó a moverse de una forma frenética dentro de mí, no me dejaba ni respirar y para colmo con sus dedos pellizcaba mis pezones sin darme tregua a gritar, a gemir y a lanzar no sé cuántas cosas que no soy capaz ni de recordar, hasta que provocó que me corriera entre convulsiones.
Cuando abrí los ojos, seguía viendo la escena de mi novio, pero esta vez corriéndose sobre las tetazas de Sofía, mientras Lisa le estaba dando un morreo. Aquello era tan cachondo, que el propio Fran, alucinaba conmigo, diciendo.
- ¡Esto es la hostia, tía!
Siguió bombeándome y haciéndolo con más brío, sujetándose a mis hombros para seguir taladrando mi culo, hasta que me dijo.
- ¡Joder, Laura, me corro!
- Venga córrete ya que yo no puedo más - le respondía, ya que mis piernas flaqueaban.
Entonces Fran al oírme llevo una de sus manos a mi clítoris y empezó a frotármelo hasta que exploté y segundos después él se corrió dentro de mí, convulsionando al tiempo que se aferraba a mis tetas...
Una vez que ya habíamos terminado y habíamos vuelto a recuperar el aliento, me giré, observando esos ojazos para fundirme en un nuevo beso intenso, abrazándole con mis brazos en su cuello y mis piernas en su cintura, cuando se oyó a Sofía decir:
- Joder estoy seca y reventada ¿alguien quiere algo?
A lo que todos le contestamos que sí, pues yo también estaba sedienta. Salimos del agua y yo me fui directamente hacia mi chico, que estaba sentado en una de las hamacas y me senté en su regazo, dándole un beso intenso.
En eso que Fran se sentó a nuestro lado y sin importarle que Oscar estuviera presente me soltó de repente.
- Laura, preciosa, con permiso de tu chico, me gustaría volver estar dentro de ti.
- ¿Te ha gustado como lo hace esta preciosidad? - le contestó Oscar a su amigo, mientras acariciaba mi cadera.
- Joder, tu novia es una bomba, macho. - añadió Fran.
- Pues tendremos que repetirlo, porque tanto tu chica como Lisa, me han encantado también ¿Verdad Lolo? - añadió Oscar dirigiéndose a su otro amigo que levantó una mano y un guiño confirmando sus palabras.
- Creo que tendrá que ser otro día, porque yo estoy rota. - dije.
Y levantándome, les dejé solos a los tres para irme dentro de la casa con las chicas para preparar las bebidas.
- Esto ha sido una locura. - comentó Lisa dentro de la cocina.
- Uf, locura o no, he disfrutado como nunca. - añadió Sofía.
- Yo igual tía. - dije.
- Además, tú eres la que mejor se lo ha pasado ¿no? - me preguntó riendo.
- ¿Yo sola?
- Bueno, sí, nosotras también, pero so guarra si hasta te han follado los dos a la vez, llenándote los agujeritos y gemías como una perra. - comentaba dándome un azote.
- Pues vosotras también gritabais como locas con mi chico, pedazo de putas. - dije yo.
Y nos empezamos a reír a carcajadas, dándonos un abrazo a continuación y después salimos a brindar con los chicos, todos en pelotas, con la promesa de hacer alguna otra fiesta, en la que sobraba decir que íbamos a montar una parecida.
Ya de noche, teníamos que dejar el chalet, aunque todos comentamos que nos daba pena, que se había hecho corto y que era un sitio ideal para pasarse todo el fin de semana.
- ¡Follando sin parar! - dijo Sofía y todos volvimos a reír.
Al final recogimos todo, nos vestimos y a la puerta, antes de subirnos cada pareja a su respectivo coche, Fran me cogió por la cintura, dándome un piquito.
- Gracias, preciosa. Tenemos que repetirlo. - me dijo mirándome a los ojos.
- ¡Muchas veces! - comentó Oscar guiñándole un ojo a su amigo.
- Sí, muchas veces. - repetí yo.
- No te pases, puta, que el próximo día Fran me toca a mí. - me digo gritando Lisa, entre la risa de todos.
Ya en el coche con Oscar de camino a casa, cada vez que nos mirábamos nos reíamos, sin creernos todavía todo lo que había sucedido.
- Lo teníais bien planeado ¿eh cabronas?
- Pues sí.
- No me contaste nada de nada...
- Mejor así, de sorpresa, ¿no?
- La verdad es que sí. Todavía no me lo creo...
Al llegar a casa, mi chico y yo aun tuvimos tiempo de echar un polvazo antológico en nuestra cama, sin dejar de recordar cada momento vivido y la promesa de repetirlo.
Laura & Sylke