La feria (3)

Deslice el vestido hacia abajo hasta quedar en el suelo, entonces el tatuador me ayudo a terminar de quitarlo

LA FERIA-III

No fuimos alejando poco a poco de la atracción del toro mecánico, de vez en cuando, yo echaba una miradita hacía atrás , y vi como el gitanillo hablaba con otros encargados de las atracciones y me señalaba con el dedo, sin duda estaría contándoles lo que había sucedido, ya que de vez en cuando se le veía gesticular y sonreír.

Dejamos detrás las atracciones y empezábamos a caminar por una zona con menos gente, mas dedicada a la venta de golosinas y alguna que otra tómbola.

Cuando ya pensábamos más en marcharnos que en quedarnos a dar otra vuelta, vimos al fondo, medio escondida, una caseta, parecía no tener nada que ver con la feria, nos llamo bastante la curiosidad y fuimos a ver de qué se trataba.

Al acercarnos vimos que era una caseta pequeñita, sentado en la puerta, había un hombre esperando que alguien se acercara. TATUAJES CHINOS, rezaba en un letrero pequeño.

El hombre al vernos enseguida se levanto y nos hizo gestos de que entrásemos, yo dude, pero mi pareja no se lo pensó, aparto la cortinilla que hacía de puerta y se introdujo en la caseta.

Al entrar vimos que realmente era una caseta pequeña, tenía dos taburetes y las paredes estaban empapeladas de muestras de tatuajes, la luz era bastante tenue y hacía bastante calor.

Nos ofreció hacernos un tatuaje, eran de esos que se van a la semana mas o menos y tenia como una especie de rotulador para hacerlo, había muchos modelos y algunos bastante divertidos, a mi siempre me había tentado el tener uno y eso de que se fuesen rápido, estaba bien, porque si no me gustaba no tendría que dar explicaciones en casa. Le pregunte el precio y me respondió –‘balato’, ‘balato’- y como un resorte mi pareja dijo, - ya lo pago yo -.

Empecé a mirar los tatuajes y al final elegí una serpiente pequeña, mi intención era hacérmela alrededor del brazo, la sorpresa fue cuando el chino dijo que aquel tatuaje era para hacerlo alrededor de la cadera, no lo tenía muy claro pero al final asentí con la cabeza.

El tatuador se sentó en un taburete justo delante mío y me invito a descalzarme por si quería estar mas cómoda, supongo que al verme lo

s zapatos con el taconazo, pensó que estaría cansada de estar con ellos, pero el suelo estaba demasiado sucio y decidí dejarme los zapatos.

Y allí estaba yo, de pie esperando a que me hicieran el tatuaje, en aquella mini caseta, con una pareja que acababa de conocer y un tatuador chino.

El tatuador me hizo un gesto como diciendo que no me lo iba a hacer encima del vestido, aunque estaba muerta de vergüenza, no pensaba echarme a atrás. Mi pareja estaba justo detrás de mí, lentamente y no muy convencida me fui remangando el vestido hasta quedar por la cintura, no le veía la cara pero casi podía sentir sus ojos en mí.

El tatuador comenzó a pintar con esa especie de rotulador sobre la cadera pero con lon nerviosa que estaba se me resbalaba el vestido constantemente.

El tatuador me dijo que de esa manera sería imposible terminar el tatoo y que lo mejor era que me lo quitara, que no me preocupara que el era un profesional y que mi novio no se extrañaría-dijo sonriendo-, el problema es que aquel chico no era mi novio y empezaba a dudar de que el propietario del aquel chiringuito fuera un profesional, a pesar de ello y ante la insistencia accedí.

Deslice el vestido hacia abajo hasta quedar en el suelo, entonces el tatuador me ayudo a terminar de quitarlo, mientras yo levantaba cada pierna para sacármelo del todo, finalmente me quede solo con los zapatos y aquel tanguita que se me antojaba si cabe más pequeño, sobre todo al oír el suspiro de mi acompañante.

Me encontraba bastante cortada porque me sentía prácticamente desnuda, así que le pedí a mi acompañante que por favor esperar fuera, aunque al principio no quería, termino saliendo, no sin antes darme un repaso de arriba abajo, hasta ese momento parecía no haberse dado cuenta de que salía con una chica.

La pequeña serpiente recorría la cadera y su cabeza había de terminar, más o menos, por la ingle mientras que la cola justo donde la espalda pierde su nombre.

Cuando empezó a pintar la cabeza, la mano de apoyo la puso sobre mi culito desnudo, abriendo la mano de tal manera que casi lo cubría todo, y a veces apretaba hacía él para que me acercara, la vergüenza me hacía estar callada y no decir absolutamente nada.

A pesar de que el tanguita cubría lo justo y era muy pequeñito, el chino me dijo que debería recogerlo un poco para que la cabeza de la serpiente quedara bien, yo estaba como atontada y pensaba que lo mejor era hacerle caso. Así que recogió un poco más el tanguita con una mano, mientras la otra seguía pintando, realmente la impresión que tuve fue que el triangulito del tanguita solo tapaba, el poco vello púbico que me había dejado a forma de rayita.

Finalmente y cuando parecía terminada la parte de la cabeza, note como alguno de sus dedos rozaba el vello, di un respingo, que el noto y dijo con voz calmada –tranquila y déjatelo así para acabarlo del todo-. Comenzó con la cola, así que tuve que ponerme de espaldas, pero con el tanguita lo mas recogido posible, ahora la mano que no pintaba me sujetaba por debajo del ombligo, mientras la cola de la serpiente parecía no tener fin.

-Quedara un poco mas hacía dentro de lo que creía- me dijo y entonces la mano que me sujetaba por el ombligo bajo para ponerse justo encima del tanguita que tapaba lo justo, mientras iba presionando para que no me moviese, lo que me temía sucedió.

Los broches que aguantaban el tanguita cedieron a la presión de la mano que empujaba y se desengancharon, quedando el tanguita sujeto solo por la mano del chino, volvió a repetir –tranquila, no te muevas ahora- y no me moví.

Cuando parecía que estaba terminando, movió la mano que sujetaba el tanguita hacia arriba y este callo finalmente del todo, justo en ese momento, volvió a poner su mano para sujetarme pero ya no había tanguita, así que me sujeto por debajo del ombligo y su dedo índice tapo el vello púbico, no llego a tocar el sexo. Por detrás ahora con el culito totalmente desnudo, termino de perfilar la cola , que como me había dicho se hundía mas allá de lo razonable, tuvo con la mano que abrirme un poco los cachetes del culo, de tal forma que quede en una posición cercana a ponerse en pompa, además los tacones ayudaban lo suyo.

Cuando acabo note que la cola de aquella serpiente, casi estaba donde empezaba mi sexo por detrás, entonces me dijo – ahora hay que repasar por encima con una crema para que dure al menos una semana-, que quería decir aquello?, ni más ni menos que algo similar a cuando has de barnizar algo, ya no era el trazo fino del dibujo, sino con la mano pasar por aquellos sitios donde estaba el tatuaje.

Se puso en el dedo una especie de crema, la paso con mucho cuidado por la cadera, después se puso en frente mío casi cara con cara y me hizo inclinarme un poco hacia delante, mi cabeza quedo apoyada sobre su pecho, empezó a deslizar el dedo por la espalda hasta que finalmente comenzó a ‘barnizar’ la cola de la serpiente, el dedo era lo suficientemente grande, y mientras lo iba bajando notaba como mi culo se iba abriendo, esta vez y como dijo el – para que quede bien- el dedo recorrió la cola hasta llegar a su objetivo final, cuando lo note , no supe decir nada y él lo empezó a introducir suavemente, no es que estuviera excitada porque no mojaba, pero no le dije nada y le deje terminar el ‘barnizado’ .Cuando siguió por la parte delantera me hizo sentar encima de él a modo de silla, con la sorpresa de que no sé en qué momento ni cómo pero se había despojado de los pantalones.

Al sentarme encima, encaje como una tuerca a su tornillo, notaba como su miembro iba entrando sin prisa pero sin pausa, termine totalmente sentada encima suyo, más o menos erguida sobre mi espalda y lo que me permitía su prominente barriga, mientras él con su dedo, barnizaba la cabeza de la serpiente.

Para terminar el ‘barnizado’ puso sus manos en las caderas repasando el tatoo, pero también obligándome disimuladamente a un movimiento de vaivén de atrás hacia delante, que incluso en algunos momentos salvaba su barriga para encajarse totalmente y notar como entraba tan hasta el fondo que tropezaba con sus testículos.

Vimos como la puerta se abría y me levante de golpe, el se tapo rápido y se dio la vuelta como el que ha terminado su trabajo [;-)] era mi pareja, se quedo de una pieza al verme totalmente desnuda solo con los zapatos.