La fantasía de Ramiro

2 amigas van al cumpleaños de Ramiro, é tiene una fantasía, ellas se la cumplirán como parte del regalo de cumpleaños. QUE LA DISFRUTEN. Gracias. Saludos. Martina pd: No dejen de pasar por mis otros relatos.

Amigo, se viene tu cumple y no sé que regalarte, pensé en un perfume, pero desconozco cuál es tu preferido, un bonito suéter quizás, pero no se tu talle, un libro? me re pregunté luego de meditar unos minutos, NO! Tampoco; no sé quien sean tus autores preferidos. Entonces? Que puedo regalarte?

Pensaba para mi interior mientras miraba la foto que nos tomamos aquel día que tanto nos divertimos, contando aquellas anécdotas de nuestra adolescencia.

En ese instante vino a mi mente una conversación que mantuvimos hace un tiempo atrás mientras compartíamos un café. Al romper con tu novia de ese momento recuerdo me decías que todas tus fantasías y tus sueños se veían truncados por aquella abrupta pelea. Entre algunas de las cuales recuerdo tenías como fantasía (obsesión) hacer el amor con 2 colegialas, dada tu edad tranquilamente podías cumplirla con alguna de tus alumnas, que a esa edad están a punto caramelo. Pero era entendible tu postura, no mezclar el trabajo con lo personal. La frase me quedó haciendo ruido en el interior de mi cabeza.

Al fin llego tu cumple querido amigo, mediante mensajito de texto te avisé que en media hora estaba por tu casa saludandote. Habrían pasado unos 45 minutos de aquel sms cuando estacioné el auto en la puerta de tu casa. Me recibiste contento, y con un beso en la mejilla agradeciste mi visita, saludaste a mi compañera, (mi mejor amiga) que ya conoces muy bien, y de la cual recuerdo que alguna vez mencionaste “lo buena que estaba”.

Fuimos vestidas discretamente las 2. Sutilmente atractivas. Nos invitaste a pasar y a sentarnos en el sillón blanco que da justo frente al ventanal de calle. Nos serviste unas copas de champagne, y cortaste la torta de cumpleaños que ya habrías compartido con algunas otras personas que se nos adelantaron porque le faltaban varias porciones.

Entre charlas y risas se nos paso la hora, agradable, divertido, pero mi amiga y yo teníamos en mente algo más… y también temíamos que alguna visita nos arruinara “la sorpresita”.

Ella esperaba mi accionar para seguirme los pasos. Inventamos una escusa tonta, (que se me había desprendido el corpiño) y como era bien conocido el camino al baño por mis tantas visitas, me dirigí a el, haciéndome de escolta Paola, una vez entradas al mismo sacamos de nuestros bolsos las diminutas polleritas tableaditas en una combinación de rojo y negro, las camisas blancas que se anudan debajo del busto, lencería blanca para Pao y negra para mí, cada una con sus portaligas incluido. Las mias eran de red y las de mi compañera traslucidas con algunos detalles a los costados. Las bombachitas diminutas al tono de las medias. (ñam ñam). Por supuesto que debajo de esa camisita no podíamos llevar corpiño, así que nos despojamos de ellos. Unas cintitas de raso ajustarían perfectamente nuestros cabellos dándole forma con 2 altas colitas cada una. Dando ese toque de colegiala fatal. Sacamos del bolso los zapatos de tacón, esos que a nuestros respectivos novios los calientan sobre manera, y con ellos completamos nuestra indumentaria.

Abrí la puerta del baño asomé la cabeza y grité, _apaga las luces Rami, te queremos dar tu regalo, pero con la luz apagada, sino pierde la gracia…. Espéranos sentado en el sofá.

Obediente como ninguno y ansioso por ver el regalo apagó las luces inmediatamente, quedando casi en plena oscuridad, de no haber sido por el ventanal que se encontraba levantado a la mitad. Creo que ni remotamente se esperaba lo que minutos más tarde ocurriría allí, y con él como primer actor de nuestro mejor guión.

Desfilamos hacia el living, la poca claridad que entraba dejaba ver su silueta sobre el gran sillón que minutos más tarde sería nuestro único cómplice y testigo. Ramiro estaba allí, inmutable, nos acercamos a él silenciosamente, cuándo intentó averiguar algo lo callé de pronto acercándome a su cara y sellando su boca con un beso, para mi sorpresa se entrego con mucho desparpajo. Pao del otro lado de su cuerpo acariciaba su torso, podía ver sus manos inquietas como subían y bajaban por debajo de su chomba, las sombras de nuestros cuerpos se desdibujaban a medida que bajaba el sol, nuestros cuerpos comenzaron a emanar olor a sexo, y más nos excitamos, mi mano busco su bragueta, (ya le explotaba) bajé su cierre y saltó como asfixiado su pedazo de carne deseoso de poseernos.

Cuando zafó de mis besos estiró su brazo alcanzando la mesita ratona que estaba pegada junto al sillón, y en un solo click encendió la lámpara que estaba encima. Sus ojos encandilados por la luz brillaban más de lo habitual, busco mi mirada para que le dijera algo al respecto, luego poso su vista en mi amiga y creo haberle visto un hilo de saliva chorreando por la comisura de sus labios, estaba obnubilado por nuestra apariencia y actitud.

Sus primeras palabras ante semejante sorpresa fueron _ me quieren matarrrrrrrr, Dios santo!!! que lindas que están, esto sí que es un verdadero regalo.

Con Paola ya habíamos hablado de cómo manejarnos una vez dada la sorpresa a mi amigo. Solo bastó una mirada para que ella dejara lo que estaba haciendo para arrodillarse frente a su gran pija, la misma era sorpresivamente generosa. A la misma vez yo hice exactamente lo mismo quedando su falo a merced de nuestras bocas.

El murmuraba por lo bajo, era tan grande su emoción que parecía hablar en otro idioma, porque no pude descifrar sus comentarios. Mientras; pasaba su mano por la entrepierna de Pao, que generosamente separaba un poco más sus piernas para que él hiciera con ella lo que quisiera.

Nuestras bocas y manos se adueñaron de la majestuosa pija, al llegar a la punta de ella Pao y yo nos comiamos la boca mientras lo mirabamos a la cara, y entre lamidas y sobadas nos regalo su primer orgasmo de los 3 de esa noche.