La fantasía de mi marido
Mi marido me sorprende con una fantasía que causa un efecto inesperado en mi.
Cogimos un fin de semana para nosotros en una casa rural. Dejamos a los niños con los abuelos y nos marchamos a disfrutar a solas, que hacía bastante tiempo que no lo estábamos.
Llegamos casi de noche, por lo que deshicimos la maleta y bajamos a cenar, siendo ya casi los últimos del restaurante y nos subimos a la habitación.
Los dos estábamos deseando ese momento y empezamos a acariciarnos, desnudarnos y demás. Yo notaba a mi marido especialmente nervioso y supercaliente, me besaba, me tocaba por todos sitios, me estaba poniendo a mil. Nos pusimos a follar, haciéndomelo como sabe que me gusta, muy duro, muy fuerte, muy cerdo, y acabé teniendo un orgasmo espectacular.
Mientras nos recuperábamos, sin dejar de tocarnos por todas partes, y con el calentón del momento, él me hablaba muy sucio. Muchas veces hablamos así, porque como he dicho me excita ese lenguaje mientras lo hacemos, pero esta vez era especialmente descriptivo y también me dijo que ponia a la gente caliente con mis nuevas tetas que me acababa de arreglar, ( y que, la verdad, me quedan espectaculares ).
Yo le decía que no sería para tanto, (
aunque sabía que era verdad, notaba las miradas de los hombres )
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También me dijo que me quería dar una sorpresa, -¿ una sorpresa?..qué sorpresa ? . -tranquila, cuando volvamos a casa te la diré - .
Por más que insistí , no hubo forma de hacer que me contara nada, por lo que desistí. Acabamos la noche con otro polvo más y nos dormimos rendidos.
Cuando volvimos a casa el domingo por la noche y al pasar por un area de descanso, se desvió, cogió la via de servicio y entró en ella, -¿ que haces ?, ¿ porqué te metes por aquí ?- No dijo nada, no me respondió. Le dije que qué hacía, que me daba miedo estar allí a esas horas, eran casi las once de la noche, noche oscura, y ni un alma por allí, sólo camiones aparcados. Aparcó entre dos de ellos bajo una farola.
--No querías saber mi fantasía ? Quítate la camisa
--Qué ?....qué dices ?.
Le miré con los ojos como platos, pero al mismo tiempo un latigazo recorrió mi cuerpo recordando las dos noches anteriores que tuvimos de sexo salvaje y las veces que me dijo que cuando me la dijera me iba a mojar entera. No sé si pensaría que no me iba a atrever, pero me la quité y cuando estoy en sujetador me pide que salga fuera.
--Jajajajajajaja, en serio ? , le pregunté , pero pude ver en sus ojos, que sí, que lo decía en serio. Me asusté un poco y me hice de rogar pero al mismo tiempo me excitaba la idea, así que dí un paso más y me quite también el sujetador, mirándole a los ojos,
-¿ mejor así, no te parece ?
Y sali fuera en falda y tacones para sorpresa de mi marido que , créo, no esperaba que me atreviese, y mucho menos que yo misma me hubiera quitado el sujetador.
Pasaron un par de coches que me pitaron, imagino que confundiéndome con una puta, y eso termino de encenderme.
Del camión de enfrente ví como se abría una puerta y salio el conductor, sin camisa y en pantalón corto, quizás los pitidos de los dos coches le habían despertado. Era lo contrario a lo que teoricamente me gusta, barrigón, peludo, era polaco, ó al menos la matrícula lo parecía. Se acerco a un par de metros de mi. Yo retrocedí un poco hacia nuestro coche. Mi marido pensaba que me habia asustado y me abrió la puerta, pero lo que hice fue mirarle fijamente a los ojos sin decir nada, quitarme la falda y echarla dentro por la ventanilla. Le estaba mostrando mi culo descaradamente a mi voyeur, dándome la vuelta otra vez hacia él , ahora en tanga y tacones.
Todas mis luces se habían activado, tenía los pezones totalmente tiesos, notaba como mi coño estaba totalmente empapado por la excitación del momento, por el morbo de la situación. El tipo se envalentonó y me toco un pecho con su manaza. Sentí como mi cuerpo se estremecia al sentir esa mano aspera sobre mi pecho. Se sacó la polla. Era gorda y venosa, no muy larga, y se empezo a masturbar. Yo no podía dejar de mirar su mano mientras se pajeaba.
Estaba superexcitada, todos los sentidos a flor de piel y a punto de agacharme para comerme ese rabazo cuando me llamó mi marido. En ese momento "desperté", me di la vuelta y entré al coche, aunque lo que hubiera deseado en esos momentos es que me hubiera ordenado que le comiera la polla, que me lo follara, cualquier cosa que me aliviara toda la tensión que tenía en ese momento.
Me senté en el asiento totalmente agitada, dándome cuenta en ese momento de que mi marido estaba también con la polla fuera pajeándose. !! en sus ojos veía que estaba totalmente excitado el muy cabronazo !!. El camionero se quedó al lado del coche mirándonos desde fuera. Volvió a coger su polla y volvió a iniciar su paja. Yo, mirándolos, una vez a mi marido, y otra vez a él, abrí mis piernas y empecé a tocar mi coño. Estaba chorreando, me metí un par de dedos dentro y me follé con ellos sintiendo como toda mi piel se erizaba. Tardé menos de dos minutos en correrme, gritando como loca y llenando el asiento de mis líquidos. Lo hice en el momento en que gimiendo y diciendo algo que yo interpretaba como " puta zorra ", el camionero se corrió también estrellando toda su lefada contra el cristal de la ventanilla.
Mi marido dejó de pajearse sin llegar a correrse, arrancó el coche y nos fuimos de allí.
No cruzamos una palabra en lo que quedaba de viaje. Yo no me puse ni el tanga ni la falda, sólo la camisa, y me fuí pajeando lentamente todo el recorrido, recordando la visión de cuando el camionero se corrió sobre el cristal.
Cuando llegamos a a casa nada más abrir la puerta, me tiró sobre el sofá, me rompió la camisa rasgando todos los botones y me metió la polla de un solo golpe haciéndome ver las estrellas del dolor. Seguía estando durísimo, no se le había bajado nada. Me mordía los labios, me follaba con golpes de cadera intensos, y en un minuto se corrió entero dentro de mi, sin darme tiempo a mí para nada, quedándose derrengado encima de mi.
Le aparté, le dije que nos fuéramos a la cama y que ya hablariamos.