La Fantasía de Kili

Qué tan arriesgado crees qué eres?, déjame contarte una historia, en la que yo Amanda y mis Amantes, Kili, una Diosa de piel canela escultural y Esteban un chico con una verga portentosa, tiramos como desquiciados, mientras conducíamos por una carretera algo vacía. Sigue nuestra historia e intenta sentir tantos orgasmos leyéndola como los que tuvimos nosotros ejecutándola

Hola, me recuerdas, soy Amanda, una chica un tanto traviesa, que nació para el sexo (si quieres leer un poco más de mi: http://www.todorelatos.com/relato/58387/ ), si no, déjame que te comente algunos detalles acerca de ésta, tu servidora. Soy una mujer joven de 24 años, baja de estatura, pero fogosa en la cama. Mido 1.60 metros y Esteban, mi pareja y el amor de mi vida, dice que mi figura es fatal. Lo que más le gusta a mi hombre, son mis tetas, pues he dedicado parte de mi vida a cuidarlas, son mi gran tesoro, grandes y firmes como un par de suculentos melones; coronadas por unos delicados pezones rosados que siempre están como lanzas listos para ser chupados. Mi piel es de color blanco, pero no te imagines que soy de esas mujeres totalmente carentes de sol que son casi transparentes y parecen fantasmas; no, mi piel es blanca pero con un ligero tono bronceado que la hace bastante seductora. Esto contrasta, con unos profundos ojos color azul turquesa, mi mirada es considerada un arma letal. Mi rostro no es el de una modelo de comercial, pero Esteban me dice que desde el primer momento en que me vio, se enamoró de mi, algo especial ha de tener y la verdad siempre me he considerado y me he comportado como una mujer bonita, sobre todo como una mujer sensual. Mi cabello hasta los hombros solía ser castaño y un poco ondulado, pero ahora lo llevo totalmente liso y negro, para que resalten mis ojos de mar. Tengo una cintura de avispa y un vientre plano que me ha costado horas eternas de duro gimnasio, pero creo que el esfuerzo ha dado sus frutos. Mis nalgas son grandes y paraditas, fuertes gracias a eternas sesiones de spining y tersas como un par de duraznos bien jugosos; si, soy una mujer voluptuosa, a la que sin duda te detendrías a mirar en la calle.

Esteban es el amor de mi vida, ya tenemos casi tres años de relación y vivimos en una luna de miel eterna, nuestro sexo es el mejor, de él, me encanta su cuerpo atlético, sus ojos miel y su carita de niño bueno e inocente que no rompe un plato. Es bastante apuesto y como es alto es bastante popular entre las chicas. Pero si he de confesarte, que es lo que más me gusta de él, es su deliciosa verga, un asta de más de 20 centímetros, gruesa y venosa; es tan gorda que cuando la tomo con mi mano, no alcanzo a cerrarla sobre ese delicioso tronco; su hermoso glande en forma de hongo que me llena la boca es liso y perfecto, sobra decir que me vuelve loca, soy adicta a darle sexo oral en todas partes y a todas horas. Le he mamado su deliciosa verga en los sitios más inusuales que te puedas imaginar, en centros comerciales, vestieres de almacenes, en los baños de las discotecas, etc; soy adicta a su portentosa polla, siempre está parada y lista para la acción, esperando para regalarme una descarga de delicioso semen cuando yo plazca.

Pero te he de confesar, querido lector, que no somos una pareja común. Hace exactamente un año, conocí en el gimnasio a Kili, una morenaza de piel canela de infarto, esbelta, alta y de una elegancia sin igual. Desde la primera vez que la vi, me cautivaron sus ojos verdes y su rostro de muñequita, nariz, respingada, unos jugosos labios y un cuerpo de infarto. Kili, tiene unas tetas deliciosas, también grandes y exuberantes; totalmente firmes y paradas, coronadas por unos pequeños pezones canela que me encanta chupar casi tanto como la polla de Esteban. Su culo es de infarto, típico de las mulatas mágicas de su raza, no necesita de mucha dedicación ni ejercicio, para que se mantenga así; firmeza y perfección serían las palabras más adecuadas para describir semejante ejemplar de colección, de solo pensar en el cuerpo glorioso de mi Diosa de ébano, se moja mi ropa interior. Si, como te habrás dado cuenta, Esteban, Kili y yo somos un trío consolidado y feliz, cómplices siempre, amantes dedicados y profundamente enamorados el uno del otro.

En contraste a mi forma de ser, Kili es bastante recatada, viste a la moda, de una manera elegante, pero nunca mostrando algo más de lo debido, siempre he pensado que esto se debe a que es un ángel de mujer, dulce como ninguna y en las cosas de la vida (a excepción del sexo, claro está), un poco inocente. Sólo le gusta hacer el amor en casa, nuestro espacio íntimo, pero allí se desinhibe y disfruta abiertamente del sexo. Entre nosotros no hay tabúes, nosotras somos cien por ciento bisexuales, así que disfrutamos tanto el mamar de la polla de Esteban, como el devorarnos el coño entre nosotras. Kili recibe con igual agrado una descarga de lefa en su boca o bien, un squirting mío en su rostro, como te lo mencionaba, no hay tabúes, solo sexo sin tapujos ni fronteras.

Esta particular historia comenzó, cuando estábamos discutiendo con Esteban, acerca de qué regalo darle a Kili, para celebrar nuestro primer aniversario como trío, sabíamos que comprar como regalo, un juego nuevo de lencería fina, pues Kili es adicta a la ropa interior, sin embargo aparte de eso, queríamos darle algo especial, algo que nunca pudiera olvidar y que de la misma manera sirviera para fortalecer nuestra relación, en resumidas, una sorpresa inolvidable. Entonces se me ocurrió algo.

  • Oye Esteba, y que tal si volvemos realidad alguna de sus fantasías
  • Mmmm, suena bien, que se te ocurre?
  • Sabes que una de las fantasías de Kili es hacer el amor donde podamos ser descubiertos, o donde alguien nos pueda ver, verdad?
  • Si, me ha comentado algo de eso.
  • Entonces que tal si tenemos sexo en un lugar público, un parque o algo así!
  • En un parque, con todos alrededor, estás loca, sabes como es, nunca accedería
  • Mmmm, si tienes razón, necesitamos algo más privado, pero arriesgado a la vez
  • Y que tal si lo hacemos en un terreno abandonado, en un bosque o algo similar!
  • Si, que buena idea, recuerdas que de camino a la casa de campo a la orilla de la carretera hay mucho lugares así, cubiertos por la hierva y rodeados de árboles, es algo medio escondido, pero siempre hay la posibilidad de que alguien ande por ahí, en últimas la carretera queda muy cerca!
  • Para mi es una buena idea!
  • De acuerdo, pero tenemos que dar lo mejor de nosotros, seducirla para que acceda y no se arrepienta….y en eso somos muy buenos!
  • Hagámoslo entonces.
  • De acuerdo.

El día del aniversario llegó. Le dijimos a Kili que íbamos para la casa de campo, que habíamos decidido adelantar la celebración de su cumpleaños 24 y que allí le esperaba una sorpresa. Antes de salir, aprovechamos para tomar un baño juntas, lo hacíamos casi todas las mañanas y nos encantaba. Yo aprovechaba para aplicar jabón líquido sobre los monumentales senos de Kili y para masajearlos suavemente, jugando con sus delicados pezones, mientras el agua caliente relaja nuestros cuerpos.

  • Ahhh, chiquita, me encanta cuando juegas con mis senos, podrías seguir enjabonándolos con los tuyos propios.

Esto, es un juego que le encanta a Kili, yo aplico también jabón sobre mis senos y empiezo a frotarlos en contra de los suyos propios, nuestras tetas y nuestros pezones se fusionan entre si, resbalándose los unos entre los otros, nuestros pezones se ponen en contacto, colocándose duros inmediatamente, la guerra de las tetas, es un éxtasis total para mí, un juego que por lo menos a mi, me moja el coño inmediatamente.

  • Que rico Amanda, me encanta sentir tus tetas contra las mías, siente que duros y parados están mis pezones
  • A mi también me gusta princesa, me moja y me relaja
  • Tenemos las tetas más ricas y grandes del mundo, Esteban debe estar muy contento
  • Claro que lo está, no lo has notado?
  • Si tienes razón, será por eso que nos pide cubanas a cada rato
  • Mmmm que ricas tetas kili, me gustan mucho

Lo siguiente que siempre solemos hacer es afeitarnos las conchitas mutuamente, ni ella ni yo lo necesitábamos demasiado, pero un pelo de más ahí, siempre lo hemos considerado inoportuno y desagradable, nos gustaba tener nuestros coños totalmente depilados, limpios, así se disfruta mejor del sexo.

Aun en pie Kili abrió un poco sus piernas, yo me arrodillé frente a su precioso coño color canela, una preciosidad que me encanta contemplar. De labios mayores gruesos y menores finos, cortitos, que se juntan en un clítoris pequeño pero sobresaliente. Mientras aplicaba un poco de jabón sobre su monte de Venus, aprovechaba para jugar con sus labios y acariciar su clítoris. Kili simplemente suele cerrar sus ojos y disfrutar. Mientras tanto el agua resbala por nuestros cuerpos, humedeciendo nuestra piel y calentándonos, si se puede un poco más. Delicadamente con la cuchilla rasuré el coño de mi princesa dejándolo totalmente liso, perfecto.

  • Listo muñeca, ya estás lisita, quedaste como una princesa
  • Mmmm, gracias, podrías revisar si también hay algo allá atrás, sabes que no me gusta
  • Está bien, pero sabes que nunca has tenido nada allí, siempre ha estado totalmente liso sabes que somos de las chicas afortunadas que nacieron con poquísimos pelitos inoportunos
  • Por fa, revisa, si?
  • Voltéate muñeca y sepárame tus nalgas

En unos segundos tuve la visión del paraíso, Kili se colocó contra la pared de la ducha, recostando sus tetas contra ésta, poniendo su colita en pompa. Con sus manos separó totalmente sus deliciosas nalgas mostrándome su ano perfecto. Vi que estaba perfectamente liso, pero no aguante la tentación de tener a mi caramelo en esa posición tan sugestiva y sin pensarlo, extendí mi lengua y la introduje sin preámbulos en su ano.

  • Ahhh!, que rico, bésame mi colita, estaba esperando que lo hicieras, pero luego, asegúrate que no tengo pelitos allí!

Entonces, le propiné una sonora palmada en una de sus nalgas a mi princesa.

  • Que no, no tienes nada!, ahora déjame disfrutar de tu culito de Diosa un rato
  • Si nena, méteme la lengua, sabes que me gusta tener tu lengua en mi ano, están mis nalgas lo suficientemente separadas para tu lengua?
  • Ábreme bien tu colita nena quiero meterte toda mi lengua

Con sus manos Kili separó completamente sus nalgas exhibiéndome su delicioso ano. Extendí mi lengua y la tensé como roca y mientras el agua caliente seguía cayendo sobre nuestros cuerpos, introduje totalmente mi lengua en el sabroso culo de Kili. Allí la empecé a mover como una serpiente frenética, saboreando el ano de mi Diosa de ébano; la sacaba y la metía, penetraba a mi deliciosa mulata con mi lengua, empujándola con los movimientos de mi cabeza, hasta el fondo de su ano. Mientras tanto ella, mantenía sus nalgas separadas, permitiéndome un acceso total. Mientras devoraba su culo, jugueteaba con mis senos. Kili tenía dentro de su boca dos de sus dedos, era una costumbre que tenía, una etapa fálica nunca superada, siempre necesitaba tener algo en su boca mientras hacía el amor, la mayoría de veces, o la verga de Esteban o mi clítoris, era una mamadora profesional.

  • Quieres más placer anal, pequeña?
  • Ahhhhh, si, comes el culo como nadie!, que rico, sí, quiero más placer, méteme un dedo en el culo
  • O preferirías el vibrador anal, está aquí en el estante del baño
  • Si, penétrame, por favor!

Cuando abrí la puerta de la ducha para alcanzar el vibrador, sentí como Esteban pitaba con el coche, nos esperaba desde hacía largo rato.

  • Chicas por favor, apúrense, si esperamos más tiempo el trafico se complica y no llegamos nunca, muévanse!

  • Mierda, Kili, lo siento muñeca, no quiero dejarte iniciada, pero tenemos que apurarnos, te lo quedo debiendo

  • Si, lo entiendo, pero espera

Kili, me sedujo a que me sentara sobre el borde de la bañera, luego separó mis piernas y se acurrucó entre ellas; tomó la cuchilla y aprovechando que el agua de la ducha caía sobre nosotras y me humedecía, empezó a rasurarme el coño delicadamente con cadencia. Mientras afeitaba mi conchita, con su dedo índice dibujaba círculos concéntricos sobre mi clítoris.

  • Tú tampoco necesitas esto, pero me encanta estar entre tus piernas, me gusta tu concha, soy adicta a ella, quieres que te la chupe un poco?
  • Si princesa, cómeme mi conchita aunque sea un ratito

Kili, delicadamente separó mis piernas, sacó su lengua larga y húmeda y delicadamente con la punta empezó a ejercer presión sobre mi clítoris y a dibujar pequeños círculos de placer sobre él, inmediatamente mis pezones se tensaron, mis tetas se pusieron duras y mi conchita empezó a inundarse de jugos.

  • Si Kili, sigue, sigue, me encanta que me comas el coño, continua, que Esteban espere, al diablo con el tráfico!
  • Lo siento, tú eres la que tendrá que esperar, tenemos que irnos.

Kili, se puso en pie, me besó en los labios muy sensualmente, mirándome fijamente con sus ojos color esmeralda, luego salió de la ducha. La muy puta me ha dejado súper caliente pensé, pero no importa, ahora viene la revancha.

Nos vestimos apuradamente; sabiendo lo que venía, yo simplemente me coloqué una tanguita negra, una minifalda diminuta ceñida a mis caderas y una blusita también bastante ceñida a mi busto, obviamente sin sostén. Kili se puso un delicioso hilo dental blanco, súper chiquito, la hebra se perdía deliciosamente entre sus firmes nalgas, la sensualidad de mi nena siempre me ha puesto a mil. Tampoco se colocó sostén y se vistió con un vestido de verano enterizo bastante amplio que le cubría hasta las rodillas, como te había comentado, es bastante tradicional al vestir. Bajamos corriendo las escaleras y salimos de casa.

  • Que demora chicas, tenemos que irnos ya, toma Kili, princesa tú manejas.
  • Pero por qué yo, siempre manejas tu, no?
  • Hoy quiero disfrutar del paisaje, además necesitamos llegar rápido y tu manejas como desquiciada.
  • Ja ja, que risa, está bien.

Kili tomó las llaves y se sentó al frente del volante de nuestra Ford Explorer , Esteban a su lado y yo en el asiento de atrás. Al principio, el tráfico estuvo un poco pesado, muchos semáforos en rojo y detenciones, pero luego de unos cuarenta minutos, ya saliendo de la ciudad, las cosas fueron más sencillas, el tráfico fluía y solo algunos coches nos acompañaban en la carretera, era el momento propicio para empezar nuestro juego. Miré a Esteban por el retrovisor, le guiñé el ojo, y él entendió mi mensaje perfectamente. Observé como Esteban colocó su mano sobre el muslo de Kili, hizo presión sobre su rodilla y lentamente empezó a subir su mano acariciando su pierna.

  • Ufff que calor, me muero!
  • Si quieres bajo la ventana Amanda, o prefieres que encienda el aire acondicionado.
  • Si por favor Kili, enciende el aire.

Desabotoné dos botones de mi blusa, enseñando un sugestivo escote, pasé mis dedos entre mis senos un par de veces y luego los probé con mi boca, me aseguré que Kili lo viera a través del retrovisor. Esteban continuó masajeando el precioso muslo canela de nuestra chica, subiendo lentamente hasta alcanzar su entrepierna, su mano subía disimuladamente su falda y sus dedos se acercaban peligrosamente al hilo dental de Kili, él cual, solo cubría lo necesario. Aprovechando esta situación, me acerqué a Esteban apoyándome sobre su asiento y le dí un beso bastante subido de tono, mi lengua jugueteó con sus labios antes de introducirse en su boca, Kili podía notar como mis tetas casi se salían de mi blusa.

  • Pero que es esto, que descaro!, no ven que vamos en un coche por la carretera y hay más gente, incluso podría haber policías.
  • Qué pasa princesa, es que tu también quieres otro?

Giré mi cabeza, con una de mis manos tomé la cabeza de Kili y la acerqué hasta mi, extendí mi lengua y súbitamente la metí en su boca, con mi lengua busqué la suya, jugué brevemente con ella y luego lamí el velo de su paladar. Poco a poco me despegué de Kili con una lujuriosa sonrisa en mis labios.

  • Pero, Dios, que les pasa, no ven que estoy manejando!
  • No me digas que no te gustó!
  • Me encantó, pero no es el momento!
  • Si te gustó, entonces ahora disfruta esto

Extendí mi tronco entre los asientos de Esteban y Kili y lentamente bese con suavidad el cuello de mi Diosa canela, fueron pequeños besos que se posaban sobre su piel, luego extendí mi lengua y lamí con morbo su delicado cuello, de abajo hasta arriba. Cuando llegué al lóbulo de su oreja me detuve allí y empecé a mordisquearlo con lujuria, mordía y chupaba, mis senos se recostaban sobre el cuerpo de Kili. Esteban continuaba acariciando su muslo, su vestido, ahora estaba totalmente levantado, de manera que su delicioso hilo dental quedaba a la vista, mi hombre empezó a acariciarle la entrepierna, jugando descaradamente con su vulva. Kili continuaba pendiente del camino, afortunadamente no había tráfico, en sus ojos podía notar que lo estaba disfrutando.

Imagina que el lóbulo de tu oído es tu clítoris, le susurre mientras mi lengua repicaba frenéticamente sobre éste. Esteban ya tenía su mano entre la ropa interior de Kili, instintivamente quiso cerrar sus piernas pero no pudo hacerlo pues tenía que mantener sus pies en los pedales.

  • Por favor, no sigan, nos pueden ver, además estoy manejando!
  • Pues eso es lo que quieres no, que nos vean mientras disfrutamos de nosotros
  • A ver Kili, demuéstrame que las mujeres pueden tirar y manejar al mismo tiempo, yo también me estoy poniendo caliente.

Esteban, poco a poco empezó a acariciarse la verga sobre el pantalón, apretándola y soltándola, mientras tanto, continuaba jugueteando con la entrepierna de Kili. Yo volví nuevamente al asiento trasero y poco a poco desabotoné lo que quedaba de mi blusa, tensé mi espalda y con mi mirada, busque la mirada de Kili en el retrovisor, cuando noté que sus ojos estaban fijos en mí, me abrí totalmente la blusa y le mostré mis tetas.

  • Te gustan mis tetas preciosa?, son los suficientemente grandes para ti?
  • Sa…sabes que tienes las tetas más ricas del mundo preciosa, pero tápate que nos van a ver!
  • Tu también tienes unas tetas súper ricas y lo sabes!

Me acerqué al asiento de Kili y rodeándola con mis brazos, sobre el vestido, tomé sus suculentas tetas entre mis manos, las empecé a masajear con firmeza, juntándolas y separándolas, sentir esos hermosos melones entre mis manos era una sensación orgásmica de por sí. Esteban, con la mano derecha continuaba agarrándose su polla, mientras que con la izquierda, jugueteaba con la conchita de nuestra amante. Kili se encontraba absorta, no sabía lo que pasaba, continuaba conduciendo como una autómata, pero con seguridad estaba excitada.

  • Mira Esteban, nuestra inocente Kili tampoco se colocó sostén hoy!

Entonces de improviso, bajé el vestido de Kili, de tal manera que su precioso seno derecho, quedó expuesto.

  • Que tetas tan ricas me dan ganas de chupar!

Entonces Esteban se abalanzó sobre el seno de Kili y comenzó a darle sendas mamadas a su pezón, mientras yo continuaba sosteniendo las deliciosas tetas de mi chica canela, Esteban, lamía y chupaba del pezón de Kili como un perro rabioso. Una de mis manos descendió hasta el hilo dental de Kili y se unió a la mano de Esteban en sus movimientos masturbatorios, mi nena estaba mojada.

  • Tu tan pudorosa y mira, mis dedos están húmedos con tus jugos, ñami!

Retiré mi mano de la conchita de mi nena preciosa y probé sus jugos que aún permanecían impregnados en mis dedos, uno a uno los lamí, deleitándome con el sabor del coño de mi amante. Esteban bajó la bragueta de su pantalón y con un solo movimiento se sacó su polla, empezaba a ponerse grande, su glande hermoso empezaba a hincharse, comenzó a masturbarse.

  • Pues si Esteban se quiere hacer una paja, pues yo también me voy a hacer una, tu nada más sigue manejando y de vez en cunado mira por el retrovisor.

Me coloqué en cuatro, con mi torso apoyado sobre el asiento de atrás para que de esa manera Kili pudiera ver mi culo a través del espejo frente a ella. Yo podía ver por el vidrio de atrás como a la distancia un auto se acercaba. Subí mí minifalda hasta la cintura y baje mi tanga hasta los tobillos, separé mis piernas, puse en pompa mi culito para mi nena y luego de lamer mis dedos índice y medio, los introduje en mi vagina. Por lo caliente del momento ya estaba totalmente mojada, así que mis dedos entraron sin dificultad. Tanto Kili como Esteban, podían ver a través del retrovisor como me masturbaba con cadencia, tenía mis piernas totalmente abiertas para ellos. Esteban tomó la mano de Kili, la puso sobre su polla y le indicó como masturbarlo, subiendo y bajando sobre ese delicioso tronco que ya se encontraba erecto, exponiendo la majestuosidad de una polla de más de veinte centímetros gorda y de huevos grandes. Esteban reclinó un poco su asiento hacia atrás para disfrutar de la paja, Kili tenía más puesta su atención en el retrovisor, para ver como me masturbaba que en el camino, menos mal, no había muchas curvas.

  • No se qué pasa pero estoy putamente excitada!
  • Esa es la idea mi preciosa puta canela, sigue pajeándome así, mi verga está dura para ti
  • Que verga tan rica, quiero chuparla pero no puedo!, te estoy pajeando bien mi vida?
  • si, mira lo duro que estoy!
  • Y tu Amanda, que culo tan rico, hasta aquí se escucha como estás de húmeda!
  • Estoy súper mojada y mis tetas están duras
  • Puedo pedirte algo mi vida?
  • Lo que quieras princesa, hoy haremos de todo solo para verte feliz
  • Métete un dedo en el culo y dámelo, quiero probarte!

Con una de mis manos, me separe las nalgas, he introduje el dedo medio en mi ano, empecé a meterlo y sacarlo con cadencia, lo introducía hasta el fondo de mi ano, para que quedara impregnado de mi, sabía que a mi amante, le gustaba probarme. Me dirigí hacia ella y la besé con lujuria, un beso corto pero caliente. Luego le puse mi dedo medio sobre sus carnosos labios. Kili lo introdujo en su boca y empezó a chuparlo con fascinación, sentía como dentro de su boca su lengua jugueteaba con mis falanges. Veía también como la mano de Kili sujetaba con firmeza la verga de nuestro hombre; subía y bajaba sobre su tronco frenéticamente, la imagen era contrastante, la pequeña mano de Kili, sujetando esa inmensa tranca que ni siquiera podía abarcar totalmente.

  • Me encanta el sabor de tu culo Amanda!
  • Quieres comértelo?
  • Si, quiero comerte el culo, chiquita!
  • Paciencia, ya casi podrás, por ahora, quieres mamar verga, por lo visto la polla de nuestro amigo, ya está preparada!
  • Si, quiero metérmela hasta el fondo de la garganta
  • Pues hazlo!
  • Y cómo, no puedo, estoy caliente, pero tampoco quiero matarme ni matarlos!
  • No te preocupes, yo tomo el volante, tu solo mantén el pie sobre el acelerador, yo te digo si pasa algo.
  • No puedo creer lo que voy a hacer, estoy loca!

Me apunté el botón central de la camisa y desde la parte de atrás del coche tomé el volante de la camioneta, Kili se inclinó hacia la verga de Esteban tomándola con ambas manos, repetidamente, lamió el glande hermoso de nuestro amante con su lengua totalmente extendida, besó su punta e introdujo la lengua en el agujerito salado del glande de Esteban, estaba lista para mamar!. Miró a Esteban con sus ojos verdes de ensueño, rogaba por verga.

  • Ya sabes como me gusta mamar, puto, profundo, métemela hasta el fondo de la garganta, no me dejes respirar, fóllame la boca!
  • Escúpeme la verga, sabes que me encanta!
  • Ahhhh, que tranca tan rica, quiero devorarla!

Kili abrió su boca de labios sensuales totalmente, sacó su lengua e introdujo la polla de Esteban hasta el fondo de su garganta. Esteban tomo del cabello a mi princesa y la obligó a engullirse toda su polla, nuestro hombre, inició unos movimientos de penetración cadenciosos con su cadera, de está manera, su pija se introducía totalmente en la garganta de Kili, estrellándose contra las paredes de ésta a cada penetración. Sabía que a mi nena le encanta que le follen la boca en esa forma, hasta al fondo, sentir la tranca de Esteban en los límites de su garganta, que se estrelle contra sus amígdalas y continúe más al fondo, que no la deje respirar.

  • Engúllela toda, princesa, no vienen carros!
  • Ahhhhh, como me gusta follarte la boca Kili, trágatela toda puta!

Esteban movía sus caderas frenéticamente, de tal manera que su polla ahogaba a Kili de una manera total, cada vez que esa deliciosa pija entraba y salía de la garganta de mi nena, podía escuchar como salivaba sin control produciendo un sonido como de gargarismos que me encanta, a mi misma me dieron ganas de mamar esa suculenta polla, que era más como un regalo de los dioses. Mientras conducía, podía ver que el torso de Kili, se encontraba totalmente inclinado, así que con una mano, levanté totalmente su falda, deleitándome con la visión de su culo perfecto de mulata ancestral que se tragaba ese delicioso hilo dental que llevaba puesto, así que tomé su delicada tanga y la jalé un poco hacia arriba, para que se metiera un poco en la concha de mi nena. Esteba continuaba follándose la boca de Kili como un maniaco, metiéndola toda hasta el fondo de su garganta. De repente, mi nena se puso en píe, yo le cedí el volante nuevamente, tenía saliva y jugos de la verga de nuestro amante escurriendo por su mentón y por su cuello; se encontraba sin respiración y un fino hilo de saliva, unía el labio inferior de Kili con el Glande de Esteban. Totalmente excitada, con una mano tomó el volante y con la otra continuó masturbando salvajemente a Esteban, lo hacía con vehemencia, rápidamente quería hacerlo venir.

  • Ahhhhh, que mamada tan rica, ahora si estoy súper arrecha!, que verga tan sabrosa, no me dejaba respirar!, lo viste Amanda?.
  • Si nena, mamaste como una zorra profesional!

Kili, de un solo movimiento, sacó sus brazos de las mangas del vestido, dejando sus deliciosas tetas al aire, yo seguí su ejemplo y me quité mi blusa nuevamente, dejando las mías también desnudas. Ambas estábamos súper calientes, se notaba porque nuestros pechos estaban inundados con pequeñas gotas de sudor y porque nuestros pezones estaban erectos como lanzas de guerra.

  • Amanda, chiquita, cógeme las tetas con fuerza, amásamelas, jálame mis pezones, me quiero venir en este mismo carro, ahora!
  • Tus deseos son ordenes!

Me acerqué hacia el asiento de Kili y con mis manos agarré sus suculentas tetas, las apreté con vehemencia, busque sus pezones para estirarlos y jalaros. Los senos hermosos de mi princesa estaban duros y sus pezones erectos. Mientras jugaba con las tetas perfectas de mi amada, Esteban jugaba con la vulva de Kili, la masajeaba con estrépito, consintiendo su clítoris, Kili empezó a gemir sin inhibición. De la misma manera, podía ver como Esteban tenía su gorda polla a reventar, Kili lo pajeaba como una profesional, en el rostro de Esteban, podía ver como el orgasmo estaba cerca.

  • Tengo duras las tetas, la sientes tiesas nena?
  • Si puta, están súper duras, ricas!
  • Ahhhh, Amanda, este putito me está dando dedo súper rico, me voy a venir y si me corro, no se que pase con este carro….aaaahhhh, si, jálame los pezones.

La situación me enloqueció, oír a Kili hablar de esa manera, fue la gota que derramó la copa, no aguante más, me quité completamente las bragas, arremangue mi minifalda hasta la cintura y me cambié al puesto de adelante Me senté sobré Esteban, mirándolo a él y de espaldas al panorámico del coche, separé mis piernas mostrándole a mis amantes mi coño lleno de jugos, húmedo y caliente, listo para la acción, mis pezones estaban casi rojos y sudorosos de la excitación.

  • Kili, méteme la polla de Esteban, quiero que me coja aquí mismo, no aguanto más!

Entonces, mientras conducía, Kili introdujo con un solo movimiento la tranca de nuestro amante en mi sexo, estaba tan mojada que entró toda sin ninguna dificultad, que delicia, tenía más de veinte centímetros de polla dentro de mí. Empecé a cabalgar como una desquiciada, mis senos se balanceaban de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba; al ver esto, Kili colocó su mano derecha sobre mis tetas, masajeándolas con suavidad, luego, lamió su mano, frotó sus pezones y esparció su saliva sobre los míos, con su uñas largas de gata, los jaló hasta casi desprenderlos de mi piel, Yo subía y bajaba sobre la tranca de Esteban delirando de placer, gemía como puta. Kili, por un momento, retiró su mano de mis tetas y súbitamente, corrió su hilo dental, dejando libre su hermoso coño, brillaba, estaba totalmente mojada.

  • Méteme dos dedos Esteban, me quiero correr con ustedes… está rica la cogida putos, si, están cualiando rico?
  • Ahhhh Kili, que delicia, Esteban me tiene llena con su tranca, está súper gorda!
  • Si, mi nena, sigue montando así, disfruta de esa polla deliciosa!

Mientras me penetraba, Esteban introdujo dos dedos en el coño de Kili y empezó a penetrarla con cadencia, podía oír como los jugos del coño de mi nena producían una sinfonía de pasión cada vez que los largos dedos de nuestro hombre la penetraban.

  • Ahhhh, muchachos, no puedo mas, voy a parar un segundo!
  • Si para, no importa, si viene la policía que nos lleve!

Kili, aprovecho una pequeña desviación de la carretera y detuvo el coche a un lado de ésta. Apresuradamente, apago el carro, retiró completamente su tanga, abrió las piernas de par en par y se abalanzó sobre mis tetas. Tomó mi seno derecho con sus dos manos y empezó a mamar de mi pezón como loba en celo, lo chupaba con desenfreno y lo mordía con exquisitez, yo la tomaba de su cabeza con mis manos para que continuara brindándome placer, para que continuara comiéndome las tetas. Esteban sujetaba mis nalgas penetrándome deliciosamente con su enorme pija y controlando los movimientos de la penetración. Kili, se recostó un poco hacia atrás, abriendo sus contorneadas piernas para mí. Sabía lo que quería, giré un poco mi torso y me incliné hacia ella. Dos de mis dedos se introdujeron en su húmeda vagina mientras que con mi pulgar masajeaba su clítoris; ambas nos mirábamos a los ojos mientras gritábamos como locas que llevan de vuelta al manicomio.

  • Dame dedo puta, dame dedo!
  • Tu coño escurre que delicia!
  • Te está montando bien la putita de Amanda mi vida?
  • Si, cabalga como nadie!
  • Y dime, está húmeda, sientes que se inunda como suele hacerlo cada vez que se viene con su squirting de golfa?
  • Si, no lo escuchas

Cada vez que mi coño descendía sobre la pija de Esteban, mis abundantes fluidos hacían que sonara muy particularmente, splash, splash, splash, sin duda estaba cerca del orgasmo. Continué penetrando a Kili como una posesa, mis dedos índice y medio se introducían muy adentro de su vagina, al mismo tiempo que mi dedo pulgar masajeaba con lujuria su clítoris. Sentí como éste empezaba a vibrar al mismo tiempo que jugos del coño de mi princesa empezaron a escurrirse por mi mano, Kili, estaba llegando al orgasmo.

-Ahhhhh, que rico, me vengo, mmmmm, Dios!!!!

Kili arqueó su espalda, sus monumentales tetas se llenaron de un sudor espontáneo, su coño vibraba entre mis dedos, gritaba como posesa. De repente Esteban, aumentó su velocidad de penetración, hasta tal punto que yo tampoco pude contenerme.

  • Dios ahora me corro yo, si, me mojo, me viene un squirting, si!!!!!
  • Ahhhh, si princesa regálamelo en todo el cuerpo, estoy lista para ti, mójame desde la cara hasta las tetas, lo deseo!

Entonces exploté en un squirting de antología, saqué la verga de Esteban de mi vagina, separé mis piernas y con mis dedos separé los labios de mi conchita. Mientras gritaba, de mi coño salió un chorro brutal que se estrelló en toda la cara de mi princesa, instintivamente, ella abrió la boca y el segundo chorro, entró a su boca y se estrelló, contra su garganta; ambas gemíamos y delirábamos del placer. Un tercer chorro explosivo se desintegró contra su pecho, escurriéndose por sus deliciosas tetas. Un cuarto chorro fue a parar al techo del carro y el quinto lo recibió de nuevo gustosa en su boca. Kili quedó empapada, todo su cuerpo estaba cubierto de mi orgasmo, su rostro, sus senos, su coño, todo estaba mojado con mis jugos. Kili tomó sus tetas, inclinó su cabeza hacia atrás e hizo un poco de gárgaras con los fluidos que estaban aun en su boca, luego los tragó.

  • Grrrrrrrr, que delicia, no sabes como me gusta que me bañes toda con tus jugos, mira como me dejaste, toda bañada, eres una puta!
  • Si, tus tetas están escurriendo…perdoncito, pero estaba muy caliente
  • Ahhhh, nenas, ahora me corro yo, voy a eyacular, ahhhhhh
  • Trágatelo tu Kili, hoy es tu día, tu aniversario, disfruta tu regalo!
  • Si, me lo puedo tragar todo yo solita?
  • Si, mi vida, es todo tuyo!
  • Ahhhh, ven putito, entonces vente en mi boca, quiero tu leche caliente en mi garganta!
  • Ahhhh, me corro. Siiiii!!!

Kili, apresuradamente se acercó a la polla de nuestro amante que estaba a punto de explotar. Yo la tomé con mi mano derecha y la dirigí hacia la boca de Kili, solo bastaron dos enviones con mi mano, para que Esteban empezara a eyacular en abundancia, parecía un toro, chorros potentes de leche blanca y espesa empezaron a llenar la boca de Kili. Ella permanecía estática con su boca totalmente abierta y con su lengua afuera gozando de las descargas de lefa; uno, dos tres chorros de semen se estrellaron contra su garganta, luego otro y otro, podía ver como su boca ya no podía albergar tanta leche, entonces, ésta empezó a escurrirse por la comisura de su boca, bajando por su cuello, yo estaba extasiada observando como mi hombre le regalaba litros de semen a mi putísima y deliciosa amante. Tanto Kili como yo gemíamos, mientras Esteban bufaba como un toro enardecido.

  • Ufff, que orgasmo tan monumental, eyacule como nunca!
  • Si me di cuenta, le dejaste la boca a Kili repleta de tu leche!

Entonces mi princesa mulata, me hizo señas para que me acercara a ella, jaló mi pelo y me colocó justo debajo de su boca, sabía lo que quería.

  • No que lo querías para ti sola?, pero si quieres compartir, yo no me opongo.

Abrí mi boca de par en par y Kili poco a poco fue vertiendo leche deliciosa desde su boca hasta la mía, lentamente mi princesa me fue regalando el semen de mi hombre. No tardó mucho en llenarme la boca, de tal manera que las últimas dádivas de leche, se escurrieron por mis tetas.

  • Disfruta tu también de la leche chiquita, se que eres golosa, no podía quedármela yo sola… pero ven sigamos jugando, me gusta sentir la leche aún tibia sobre mi.

Kili, lamió el semen que había caído sobre mis tetas, lamió mis pezones, subió por mi cuello hasta llegar a mi boca. Nos fundimos en un beso de lujuria en el que no solo intercambiábamos saliva, sino también el semen de Esteban, ella me lo daba a beber de su boca y yo lo buscaba con mi lengua dentro de la suya, el olor y sabor de esa leche fresca nos calentaba. Esteban observaba absorto. Mientras nos besábamos parte del semen caía sobre nuestro busto, mis tetas y las tetas de Kili, estaban salpicadas de lefa, Kili al ver esto, tensionó su espalda y me dio a lamer sus maravillosos senos. Con gusto lamí y relamí sus pezones cubiertos de gotitas de leche, ella hizo lo mismo con los míos. Cuando quedamos limpias, porque como niñas buenas nos habíamos tomado nuestra leche, ambas nos abalanzamos sobre la verga de Esteban y con nuestras lenguas relamimos el hermoso glande aún erecto de nuestro hombre. Cuando allí tampoco quedó nada, nos fundimos en un tierno beso mientras la verga de nuestro semental continuaba tiesa entre nuestras manos.

  • Guuauuuu chicas, que paseo!
  • Mmmm, si que delicia, gracias amores por esta sorpresa, nunca había estado tan arrecha en mi vida.
  • Todo para ti mi cielo, pero, todavía no hemos terminado, este será un fin de semana de mucho sexo!
  • Si!!!, yupi, quiero comérmelos vivos a ambos, los adoro.
  • Bueno, mi Kili, que tal te parecen esos matorrales de allá?
  • Cómo para qué?
  • Para un poco de sexo al aire libre, por supuesto
  • Mmmmm, bueno, si ya hicimos esto, por qué no experimentar algo de sexo al aire libre también!
  • Así se habla princesa!
  • Qué quieres que hagamos ahora?
  • Será que aún tienes energía para un poco de sexo anal, es que Amanda me lo quedó debiendo esta mañana
  • Que pícara eres, morena, por supuesto
  • Yupiiii, entonces a tirar se dijo!
  • Si papi encúlanos a las dos, vente en nuestros culitos!
  • Ahhh, que rico, estoy caliente otra vez, quiero mucho sexo anal ahora!
  • Tranquila, Kili, se que todavía tenemos tranca para rato….

Esta historia continuará.