La fantasia de Gloria

Gloria lleva demasiado tiempo durmiendo sola y tiene una aventura con alguien muy especial.

Aquella noche Gloria llegó a casa muy temprano. El restaurante había cerrado antes, pues televisaban un partido muy importante y los clientes estaban más pendientes del partido que de cenar. Mejor, hoy estaba muy cansada y le venia muy bien. Entro en su habitación y se desnudo para ducharse. No era verano todavía, pero hoy había sudado a mares, en la cocina siempre hacia mucho calor...

Cerca del restaurante había un camping, que desde Semana Santa, ya empezaba a tener clientes, sobretodo del norte de Europa que venían a gozar de un buen tiempo, pues en su país hacia mucho frío todavía.

Hoy, en cambio solo había venido uno a comer y a pesar de que los europeos siempre almorzaban muy temprano, este vino cuando todos estaban ya en los postres. Era un hombre alto, moreno de unos 50 años, cuidadosamente afeitado, como si acabara de salir del baño. Dado que ya habían acabado de servir todas las mesas, Gloria estaba en la barra charlando con su compañera. El extranjero, que ya había terminado la comida y el postre, se acerco a ellas con la intención de tomar un café. Resulto que era australiano y solo estaba de paso, en ruta por Europa. Apenas hablaba alguna palabra de español, pero era entretenido y charlaron un buen rato.

La verdad es que no estaba nada mal... y ahora, sola en casa, mientras estaba bajo el chorro caliente de la ducha, le dio por pensar que quizá fuera un buen amante en la cama. Mientras pensaba en eso, se acariciaba suavemente la piel con las manos llenas de jabón y eso le producía una agradable sensación. A pesar de todo, llevaba varios días durmiendo sola... ¿Cuando fue la ultima vez que estuvo con alguien? Dos largos meses por lo menos... y encima fue con un novato que se corrió enseguida, y casi la deja a medias... bueno, de hecho después la estuvo masturbando un rato con la mano, hasta que se corrió mas o menos. Se sonrió recordando aquella anécdota... ¿cuanto tiempo hacia que no había tenido un buen amante? Ni siquiera lo recordaba... Este australiano, parecía bastante aceptable, si estuviese aquí en este momento, quizá le ayudaría a quitarse de encima esa sensación que empezaba a sentir por todo el cuerpo... Empezó a recorrerse la piel con las manos mojadas, acariciándose con delicadeza los pezones, estos reaccionaron endureciéndose con fuerza, pero al tacto de la espuma del gel, sentía pequeños temblores de deseo por todo el cuerpo cuando los pellizcaba suavemente, justo en la punta como a ella mas le gustaba. Con los ojos cerrados, imaginaba como debía de ser aquel pedazo de tío en la cama... Llevaba ropa holgada y no marcaba apenas paquete, pero ella lo imaginaba con una polla enorme, a juego con su estatura. Comenzaba a descender lentamente las manos hacia el vientre, siguiendo los pasos de su fantasía, cuando de pronto, sonó el teléfono.

-¡Mierda! ¿Quién será ahora...? Decidió que dejaría saltar el contestador y seguiría con lo que había empezado. Pero el contestador no saltaba y el timbre insistía hasta ponerla nerviosa... Joder! Seguro que era su madre que la llamaba demasiado a menudo... Finalmente dejo de sonar, pero ya se le había estropeado la fantasía. Se ducho rápidamente y se sirvió una lata de cerveza mientras encendía un cigarro. Siempre encontraba alivio en el tabaco cuando estaba nerviosa. El caso es que últimamente estaba más nerviosa de lo normal y claro... se pasaba de la raya

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Se estiro en el sofá y puso un dvd de Bruce Springsteen, que hacia semanas que había comprado y todavía no había visto.

Madre mía... como se movía Bruce... incluso hacia esfuerzos por decir alguna palabra en español... y que pantalones mas ajustados llevaba... eso si era un paquete, debía de hacer mucho calor y llevaba una camisa abierta, pegada al cuerpo. Sin apenas darse cuenta, comenzó a deslizar la mano hacia el vientre, mientras la otra comenzó un lento recorrido hacia las tetas, mientras observaba a Bruce cantando "laila" y pensó que le hubiera apetecido que fuese él quien recorriera su piel...

A pesar de que antes se había enfriado, no le costo apenas recuperar el nivel de excitación de la ducha y con la urgencia del deseo, introdujo una mano entre las bragas, para llegar hasta el clítoris, que en ese momento, ya tenia vida propia y había doblado su tamaño. Solo se había puesto las bragas y una camiseta de tirantes que dejaba sobresalir las tetas, que comenzó a magrearse con fruición con la mano libre. Los pezones habían recuperado su dureza anterior y sin apenas darse cuenta, fue acelerando las caricias que le dispensaba a su precioso clítoris, que ahora estaba más grande y sensible que nunca. Mirando fijamente a Bruce, aumento el ritmo de sus movimientos, hasta que justo en el momento que él acababa la canción, el coño le estallo en la mano, empapando completamente las bragas, sacudida por un fuerte espasmo que le arranco un grito de placer, mientras pellizcaba con fuerza el pezón, hasta casi hacerse daño, dejándose caer en el sofá, donde permaneció largo rato, mientras recuperaba el aliento...

-Ufff... al fin se había corrido, pero era tanta la urgencia, que apenas había durado una canción. Siempre le pasaba igual cuando estaba sola, comenzaba a acariciarse y sin apenas darse cuenta, ya se había corrido! No duraba ni tres minutos. Pero no podía aguantar de otro modo y aquello lo hacia demasiado breve, pero, en fin... al menos le servia para quitarse de encima la tensión acumulada durante el día.

De todos modos, no se quedo a gusto. Mañana era su día libre y el sexo la había desvelado. Siempre se fumaba un cigarrillo después de correrse, pero hoy tenia ganas de algo mas fuerte. Se levanto para acercarse al baño, lavarse y cambiarse las bragas, que ahora estaban chorreando. Con parsimonia, se preparo un porro suave, con la yerba que de vez en cuando le pasaba su hermano y cogió una coronita helada de la nevera.

Siguió disfrutando del concierto que ofrecía Bruce, mientras pensaba que debía de ser fantástico echar un polvo con este tío. Cerro los ojos y le dio una fuerte calada al porro, mientras escuchaba la música. Ahora cantaba "the river", y ya casi acababa la canción, cuando de repente alguien llamó a la puerta. Desconcertada y en medio de una nube, abrió los ojos y miro la hora. Casi la una de la madrugada... atolondrada, se dirigió hasta el pasillo dando algún que otro traspié. Al abrir la puerta, se quedo con la boca abierta... Delante de sus narices estaba precisamente... ¡¡¡Bruce Springsteen!!! El mismo Bruce que estaba viendo por la tele momentos antes!! No llevaba la misma ropa que en el concierto... Sus tejanos eran ajustados y lucia una camiseta blanca sin mangas. Le dijo algo que ella no entendió y viendo que estaba atónita, la empujo suavemente al interior. Se acercaron al sofá y lentamente comenzó a quitarle la camiseta. Ella estaba paralizada por el estupor, pero le ayudo levantando los brazos, siguiendo el contorno del cuerpo con su mirada, mientras ella comenzaba a sentir un cosquilleo extraño, como si fueran sus manos y no sus ojos los que recorrían su cuerpo. Los pezones se dispararon hacia delante como si tuvieran vida propia, sin atender a ningún razonamiento lógico... (la situación ya era de por sí suficientemente extraña como para pensar en ello...) por un momento el dejo de mirarla para darle una larga calada al porro que ya estaba medio consumido y se lo devolvió para que hiciera lo propio, cosa que hizo que se sintiera extrañamente mejor. Una especie de temblor, la recorrió suavemente desde la punta de los pies, al ultimo cabello de su cabeza. Bruce la acerco hacia sí y cubrió su boca con sus labios, lo que hizo que un fuerte escalofrío, la sacudiese de la cabeza a los pies. La recostó en el sofá y arrodillándose a su lado, comenzó a recorrer su cuerpo lentamente con los labios y la lengua. Se entretuvo en sus orejas el tiempo suficiente para arrancarle pequeños gemidos de placer y fue descendiendo hacia sus generosos pechos, que temblaban ahora de puro goce... le fue dejando un rastro húmedo por su cuerpo, que hizo que este se enardeciera aun más. Bruce llevaba barba y con los pelos, los labios y la lengua sentía una mezcla de sensaciones imposibles de describir y pronto fue muy difícil poder separarlas, todo su cuerpo era una única sensación, como nunca había sentido, o al menos hacia tanto tiempo que no podía recordar cuando. Cerro los ojos y se dejo llevar, mientras Bruce seguía con su húmeda tarea de no dejar ni un solo milímetro de su piel sin cubrir con saliva. Muy despacio fue rodeando sus pezones con la lengua y con delicados mordiscos los hizo endurecer mas aun, si es que eso era posible. Lentamente se deslizo por entre sus tetas hasta llegar al ombligo, donde se entretuvo hasta que lo lleno de saliva, como un pequeño charquito que después con un dedo fue esparciendo por su piel siguiendo la goma de sus minúsculas bragas, mientras ella sentía que por momentos perdía la conciencia de donde se encontraba. De hecho, le parecía estar en un sueño y eso mismo habría creído de no ser por los increíbles espasmos de placer que la lengua de Bruce le estaba arrancando de su cuerpo. En realidad, así era como ella siempre lo había soñado, pero mucho más intenso... infinitamente más intenso... Bruce le fue bajando las bragas milímetro a milímetro, acercándose cada vez mas a su vientre, donde su coño, completamente empapado parecía una fuente, tal era así, que notaba que sus flujos resbalaban por la raja hasta el culo y de paso hasta el sofá, que debía de estar tragándoselo todo... esa sensación de placer indescriptible, aumentaba mucho mas, al notar como sus efluvios, resbalaban hasta el ojete de su culo, provocándole una reacción mas lasciva todavía antes de desaparecer entre los cojines. En ese mismo momento, Bruce, pareció leerle el pensamiento, pues de un manotazo, le arranco las bragas provocando que ella abriese los ojos sorprendida, solo para encontrarse con los suyos que la devoraban de deseo. Instintivamente abrió las piernas, momento que Bruce aprovecho para enterrar sus labios en sus muslos. ¡Aquello fue demasiado!! Sin esperarlo siquiera, una violenta descarga la atravesó de arriba abajo, concentrándose finalmente en su empapado coño, que se vació en la cara de Bruce como si de una eyaculación se tratase... Dios!! Aquello si que no lo había sentido jamás... pero él, sin dejar ni por un momento de beber todo lo que ella le daba, con su lengua, fue recorriendo desde el coño hasta el culo, tanto fue así, que seguro que no llego ni una sola gota al sofá...

Se sentía extrañamente bien, allí despatarrada con Bruce chupandole el coño y mordiéndole el clítoris con delicadeza. No recordaba haberse corrido así jamás. El se incorporo y pego su boca a la suya, dejándole un sabor agridulce cuando sus labios chorreando todavía los jugos de su coño se mezclaron en un apasionado beso. Las fuertes contracciones que la habían sacudido, fueron disminuyendo, pero enseguida noto como eran sustituidas por una nueva sensación, que lentamente le advirtió que su cuerpo se estaba preparando para una nueva oleada de deseo. Bruce se levanto y sin dejar de devorarla con ojos lujuriosos, se quito la camiseta, descubriendo un cuerpo mucho más musculoso de lo que parecía a simple vista y bajando la mirada hacia su entrepierna, observo que algo enorme pugnaba por salir de allí. En el momento que Bruce se desabrocho la bragueta, un enorme pedazo de carne saltó como impulsada por un resorte. Duro como una piedra, casi morado de tanto tiempo como llevaba encerrado en su prisión. La visión de aquella polla inmensa, provoco que su coño se licuase aun más que antes, si es que eso era posible. No llegaba a comprender como podía estar tan y tan mojada, parecía que fuera a deshidratarse en cualquier momento.

Bruce se quito rápidamente los tejanos y se acerco a ella que lo esperaba con las piernas completamente abiertas. Sin darle ni un segundo para pensar, le clavo su formidable polla de un solo golpe. ¡¡Fue como si la hubiese partido en dos!! ¡¡Ni siquiera noto que le llegaba de nuevo!! Sin poder hacer nada por evitarlo, un segundo orgasmo la atravesó justo en el preciso instante en que su polla llegaba al fondo de su coño... increíble... ni siquiera sabia ni donde estaba... solo sentía una especie de neblina alrededor, mientras él comenzó a bombear en su interior como si se tratara de un ariete. Lentamente el mundo volvía a desaparecer, para ocupar su lugar un placer indescriptible... estuvieron así mucho rato, entre nubes de placer y vapores de sudor mezclados con los efluvios que desprendían los dos. Gloria se corrió varias veces, incluso perdió la cuenta... en cambio él, seguía aguantando sin dar muestras de que le importara demasiado. Ella lo empujó suavemente hasta sacar su enorme polla de su cuerpo. Con suavidad agarro aquel trozo de hierro chorreante. Lo admiro largamente y sin mediar palabra alguna, se arrodillo a sus pies comenzando a acariciarlo, contra su cara y sus cabellos. Bruce se inclino hacia atrás, dejando escapar un gemido de placer. Tras tantos orgasmos, estaba ligeramente mareada, supuso que también influía el porro que se había fumado, pero pensó que le debía una buena corrida a su increíble amante, que la había hecho sentir como nadie nunca antes. Fue recorriendo lentamente con la lengua aquella enorme polla en toda su longitud, saboreando la mezcla de sabores que la impregnaba y al mismo tiempo valorando si seria capaz de engullirla.

No quería quedar como una estúpida mojigata después de lo que había sentido con él. Lentamente la introdujo en su boca y se asombro de que solo el capullo llenaba gran parte de ella y todavía quedaba un trozo enorme detrás... No quiso detenerse y continuo tragando hasta que llego al fondo de su garganta. En aquel momento, una arcada casi la hace vomitar, casi no podía respirar. La retuvo y se quedo quieta con toda la polla en su boca, hasta que se acostumbro un poco a su tamaño. Muy lentamente, con los ojos cerrados para evitar pensar en ello, milímetro a milímetro fue retrocediendo. La saco casi toda, para volver a tragársela casi hasta el punto al que había llegado antes. Continuo así unas cuantas veces, sin tragársela hasta el fondo, pero observando el efecto que eso producía en Bruce que comenzó a respirar con fuerza, cada vez más rápido. De repente, en uno de los vaivenes en que sentía su boca empalada por aquella enorme polla, Bruce dejó escapar un gemido, cogiendole la cabeza con las dos manos, obligándola a tragarla casi toda. Instintivamente, Gloria intento echar la cabeza atrás, pero sus fuertes manos, se lo impidieron, obligándola ahora y con un fuerte empujón a tragársela hasta la raíz... La lagrimas afloraron inmediatamente, sin que pudiera hacer nada por evitarlo y ya tenia la polla hasta la misma garganta. Ahora si se sentía empalada completamente... aun así, no quiso ser desagradecida y no hizo nada, manteniendo aquello dentro de su boca. Ni siquiera cayo en la cuenta, que un instante después Bruce explotaría y un río de esperma entro violentamente directamente en su garganta amenazando con ahogarla allí mismo. Sin otra alternativa, se agarro con fuerza a sus piernas, para no desfallecer. Sentía que cada espasmo, le llenaba él estomago de esperma, tan fuertes eran sus contracciones, que acompañaba de unos curiosos sonidos guturales y de alguna palabra que no entendía. Después de un tiempo que a ella le pareció infinitamente largo, aquella enorme polla que la había poseído casi por todo el cuerpo, fue disminuyendo su tamaño lentamente, hasta que ella consiguió respirar un poco más calmadamente. Poco a poco Bruce fue sacándola de su boca, mientras le acariciaba la cara con una sonrisa pícara en su rostro. Agotada, Gloria se dejo caer en el sofá, mientras intentaba recuperar el aliento, todavía la boca llena de esperma de Bruce. Cerro momentáneamente los ojos y una especie de entresueño la sumió en un extraño sopor.

Al abrir los ojos de nuevo, se noto rara. Parecía como si un tren la hubiese aplastado de agotada como estaba. Miro alrededor buscando a Bruce, pero en un instante había desaparecido. Su boca pastosa, estaba llena todavía del sabor tan peculiar del esperma de Bruce. Aun sentía los temblores que la invadían mientras se corría cuando Bruce la follaba antes como si fuera una maquina... Pero no entendía porque se había marchado sin despedirse... Intento levantarse, pero las piernas ni siquiera hicieron el menor intento de obedecerla y además comenzó a sentir un olor que le resultaba familiar. Observo que entre sus piernas, parecía que había algo de cristal. Se levanto la camiseta para ver mejor y descubrió que tenia la botella de coronita casi totalmente introducida en el coño y alrededor y empapando el sofá, estaba la cerveza que se había derramado mientras se masturbaba con la botella medio llena. ¡¡Joder!! No era leche lo que llenaba su coño, sino cerveza, que se había derramado igualmente en su boca y después de tragársela casi toda, ahora estaba mojando su cara...

Atónita, miro a su alrededor y descubrió que en un cenicero, había dos colillas de porro y por el suelo, tres mas... o sea que todo fue una alucinación?? Bruce no había estado entrando y saliendo de su cuerpo, ni siquiera había salido de la tele, de donde hacia ya mucho rato que había desaparecido, pues eran mas de las cuatro de la madrugada...

Que sueño más alocado, pensó con una sonrisa desganada...

¿Pero... realmente fue un sueño?