La familia y uno más (2): LA NUERA.
Una familia con muchos secretos ocultos, que van a salir a la luz y yo, que soy ese uno más, un mero eslabón dispuesto a sacrificarse por ayudar.
En mi trabajo oficial, Nela trataba de que quedáramos algún día, pero le daba calabazas. No es que me importara mucho, pero no me gustaba ser la comidilla en mi trabajo y sobre todos con las mujeres. Por lo menos la “propaganda” que me habían hecho no era mala todo lo contrario, pero me gusta pasar más desapercibido o por lo menos controlar la situación. Aunque también estaban los y las que me miraban con “desprecio” por ser abierto en lo que se refería al sexo. Demasiados santurrones y santurronas. Lo que si me hacía gracia era sobre todo en el desayuno, eran las miradas de algunas compañeras y veía como se hacían comentarios, pero había algunas miradas muy “interesantes”
Lo de dejar de momento apartada a Nela no me suponía ninguna pena, porque de momento estaba lo que se dice bien ocupado. Mi cabeza estaba más en lograr seducir a Erica, que se estaba haciendo la dura. Llegue a mi trabajo de las tardes y le entregue a Tristán un informe sobre el descalabro de sus cuentas, lo de descalabro era porque lo tenían todo manga por hombro y no se habían ajustado en los gastos a lo más básico en gestión. Tenían que corregir muchas cosas, sobre todo de cara a impuestos. Tristán vino un poco después con la cara descompuesta y solo se preguntaba que como podían haber llegado a eso. Mi respuesta fue clara, “No estáis mal económicamente, que estáis bien , pero podíais estar mucho mejor. Aquí cada uno ha ido a su aire y se han producido gastos inadecuados para cualquier contabilidad. Es cuestión de volver a la buena senda y no es recortar, si no quitar los gastos que no se correspondan” me dijo que lo hablaría con Pilar, pero que me pusiera manos a la obra para cortar de raíz todo lo podrido.
Erica que ya no estaba tan cabreada conmigo, al ver a su padre así entro a preguntarme y se lo conté. Se echo a reír diciéndome, “jope, pues a mi cuñada Gloria y a mi hermana Nuria les va a dar un parraque, sobre todo a Gloria, que le va a poner la cabeza a mi hermano como un bombo, vas a tener a dos enemigas fijo” entonces me acerque a ella y le dije, “dos no, contigo tres, porque como no me quieres ver y no me quieres hablar ni nada” se quedó mirándome fijamente sin saber que decir y le di un beso en los labios y cuando empezó a abrir la boca me aparte y le pedí disculpas falsamente.
No estaba tan dura pero todavía no estaba de dulce. Luego vinieron Pilar y Tristán, repitiéndome lo mismo que me había dicho antes Tristán. Me pidieron dos cosas, que me encargara yo de poner a todos en vereda, para evitarse ellos los enfrentamientos directos y luego Pilar me dijo que habría una nueva incorporación, su sobrina y ahijada Oriana. Todo me pareció bien y sabía que con Gloria tendría follón, lo que no sabía que con Nuria también, pero me vino bien que me avisara Erica.
Erica me presento a su prima Oriana, 24 años, un poco más baja que ella, pelirroja y con bastante más tetas que Erica y el culo no se veía tan delicado, era un culo que no llegaba a exagerado, pero si a ser contundente, pero muy bien puesto. Nos pusimos a hablar y nos caímos muy bien de entrada. Me costaba no quitar mi mirada de sus tetas, pero lo lograba. La invite a tomar un café fuera y luego continuar. Al salir Erica nos preguntó y puso no muy buena cara. Eso me gustaba. Después de pedir los cafés Oriana fue muy directa.
+ Oye ¿Tienes algo con mi prima?
+ No, ¿Por?
+ Por el careto que ha puesto. Me parecía que teníais un no sé qué, ya me entiendes.
+ Pues ya te digo que no. casi imposible.
+ No me dirás que eres gay. Joder porque todos los tipos que estas bien sois gais.
+ Jaja, gracias por el piropo pero no soy gay.
+ Bah, no me iras a decir entonces que no es tu tipo, porque mi prima es todo un caramelito, que está muy buena.
+ No te digo que no, es que la veo un poco pardilla.
+ ¿Pardilla? Si se entera te mata, jaja. Pero te entiendo. Menos mi tío has visto al resto, mi primo un calzonazos, pero CALZONAZOS, mi tía se deja llevar y mis primas fíjate, tienes razón.
+ Y si los ves así, ¿Por qué vienes a trabajar con ellos?
+ Que los vea así no quiere decir que me caigan mal, todo lo contrario y estoy aquí, porque estoy harta de poner copas en bares o aguantar de dependienta en tiendas de ropa. Que creí que cuando acabara empresariales todo iría mejor y nada. Cuando sale algo te preguntan por la experiencia y se acabó. Aquí por lo menos figurare para decir que tengo algo de experiencia, pero mi meta no es quedarme aquí.
+ Me caes bien, tu yo nos llevaremos bien.
+ Y si quieres nos llevaremos más que bien, jaja.
Nos subimos y me gusto esa indirecta tan detecta. Al vernos llegar Erica riéndonos y hablando su cara fue a peor. Por lo que se ve Pilar o Tristán debieron poner en antecedentes al resto de la familia, porque vino Nuria con cara de preocupada calmándola y diciéndole que veríamos como se encauzaba todo, pero que de momento no podía haber más gastos “extras” y que de los habidos ya se verían. Se fue bastante resignada. La última que vino fue Gloria, que seguía en plan modosita, pero se le veía la mala leche en su mirada. Al entrar lo primero que hizo fue decirle a Oriana que se saliera y cerrara la puerta que tenía que hablar conmigo. Se lo dijo despectivamente pero Oriana salto de su asiento y se fue, pero la muy lista no cerró la puerta del todo.
Su conversación se iba dulcificando y su escote estaba a punto de dejar salir esos “melonazos” y ella lo sabía. Yo no me comprometía a nada, pero tampoco negaba nada me hacía querer, pero a sabiendas de que las cosas no serían como ella pretendía. Los dos tonteábamos sin tontear, nos habíamos metido en un juego, en el que no sabes cómo terminara. El tonteo de ella era para subyugarme y el mío era para que ella siguiera intentándolo, pero de vez en cuando le hacía ver que no lo estaba consiguiendo, con lo que se ponía irritada, pero se contenía. Como veía que no bastaba solo con sus miradas, sus atributos, empezó a jugar con palabras y frases de doble sentido, siguiéndola el juego. Hasta que me volvió a invitar a cenar eso sí, de parte de su marido. Acepte pensando que era en su casa y allí ya se me ocurriría algo. Cuando le dije que sí, me dio un papel con la dirección de un restaurante y diciéndome que a las 9:30 de la noche.
No me había esperado esa jugada, así que rápidamente contraataque para que cambiara de idea o para que fuera en su casa. Le propuse, “Vale he aceptado vuestra invitación, pero con la condición de que luego tomamos unas copas donde yo elija y no es negociable” se quedó en silencio y pensando hasta que acepto. Ya sabía dónde los llevaría y seguro que nunca habían ido a ese bar o a alguno similar. Al rato de haberse ido entraron las dos primas y Erica venía diciéndole a Oriana, “como te pasas tía, que es mi hermano, que borde que eres” y cuando les pregunte que les pasaba me contesto Oriana, “que le he dicho a mi prima, que la zorra de su cuñada te quiere llevar a la cama, fijo, fijo” para calmar un poco todo, le respondí, “sí que eres retorcida además de cotilla, que ya vi como dejaste la puerta abierta, Gloria es un poco borde, pero no he visto nada de eso que has dicho” contesto algo que no entendí y cambie de conversación, la que no cambio de cara fue Erica. Su prima fue al aseo y al quedarnos solos, le dije a Erica que estaba en la puerta, “lo que espero que la próxima vez que me veas como tú sabes, tengas valor, entres y participes” me miro con animadversión, se dio la vuelta y alzo su mano haciéndome una peineta.
Me ahorraré el resto de los días, que no hubo ninguna novedad relevante y me iré al día de la cena. Al llegar al restaurante estaban esperándome tomando un aperitivo y me recibieron con mucha amabilidad, tal vez demasiada y eso me puso en guardia. Ellos iban vestidos como si fueran de boda, el con un traje con corbata impecable y ella con un vestido que parecía más de fiesta que otra cosa. Vestido que por cierto era corto y cerrado en el cuello pero con un escote como si fuera un ojo ladeado, donde se veían perfectamente sus pechos bien apretados.
La cena se desarrolló prácticamente en temas profesionales, las ideas que tenía el para rejuvenecer y actualizar los negocios de la familia. Yo me limitaba a decirle que lo mío eran los números, la financiación, la administración, que lo demás lo dejaba para gente como él. Pero la verdad que algunas de las ideas que contaba me parecían buenas y factibles de llevar a término y así se lo dije, en ese momento noté que pasaba a ser su “mejor amigo” y me dijo que ya me pasaría un memorándum con algunas de sus ideas. Después de eso empezamos a hablar de cosas más personales. La cena salió bastante cara, sobre todo por el vino y ahora me tocaba invitarles.
Ninguno habíamos llevado coche, por el tema de la bebida y los controles. Cogimos un taxi y le di la dirección al taxista, que se debió de quedar un poco sorprendido al verlos tan arreglados. Donde íbamos no era un bar swinger, pero poco le faltaba. Las dos cosas que predominaban en ese local era la música lenta y la oscuridad. Ellos se sorprendieron cuando entramos pero aguantaron bien el tipo. Nos sentamos en uno de los pocos sitios que quedaban libres y pedimos de beber. Gloria miraba con insistencia a su marido como queriendo señalarle algo y para que pudieran hablar dije que iba al aseo, al salir pude ver como por los gestos ella le estaba pegando la bronca.
Al sentarme con ellos y sin venir a cuento, Jaime intento sacar la conversación sobre los gastos “extras” y para no liarnos con eso, le comenté que mejor en otro momento, que ahora estábamos pata tomar una copa y pasarlo bien, quedándose callado y dando por zanjada esa conversación, lo que no hizo mucha gracia a su mujer. Que de pronto se cogió un pequeño rebote y aunque sospechaba el motivo le s pregunte, “¿Pero que os pasa? Os noto algo inquietos” y Jaime cometido el error de contestar.
J AIME.- Nada que a Gloria cuando toma un vino de más, ya se sabe. (Esto provocó la ira de su mujer)
G LORIA.- Pero como puedes ser tan imbécil. ¿Cómo te atreves? (Con voz firme y segura)
Y O.- Tranquilidad, no os mosqueéis. Vamos a tener la noche en paz.
G.- Pues claro que me mosqueo. Es que me tiene hasta el mismísimo coño de que no tenga cojones para tomar decisiones.
J.- Venga Gloria, por favor, compórtate.
G.- Siempre tan fino, tan cordial, tan bien hablado, pero sin cojones.
Y.- Vamos a respirar un poco y a relajarnos, que seguro que hablando encontramos una solución. ¿Qué es lo que pasa?
J.- Nada, no le hagas caso.
G.- ¿Nada? Es que ni para eso tienes lo que hay que tener, pero yo si se lo diré. Pues te tenía que poner las “pilas”, darte un buen broncazo y ponerte en tu sitio, pero que va, el hombrecito no se ha atrevido. ¿Y sabes por qué? (Pregunta retórica) Porque te tiene miedo, si miedo. Dice que eres una mula con esos brazos y ese cuello. Y porque mis suegros lo acojonan. (Su marido se quedó avergonzadísimo, pero le obligo a tener que decirme algo)
J.- Pues es verdad y ya que estamos, te voy a decir un par de cosas (Dirigiéndose a mí en un tono un poco beligerante y tuve que cortarlo al instante)
Y.- Eh, tranquilito y con menos humos. A tu mujer le dices lo que quieras, pero a mi relajado y con mucha tranquilidad que no estamos en el trabajo y si estuviéramos tampoco. ¿Te queda claro? Pues tengamos la fiesta en paz.
No continúo diciéndome nada y cambie de conversación y como seguían con cara de perro los dos, me levante, estire mi mano e invite a Gloria a bailar. Ella no se movió y Jaime me dijo otra vez con tono subido, “antes se pregunta al marido si lo permite” le respondí rápidamente y con el mismo tono, “machote tu no mandas en tu mujer, que es mucha mujer para ti y como contigo no quiero bailar por eso le he preguntado a ella” ya no supo que decirme, pero sabía que estaba pensando algo para contestarme, pero lo que dijo a continuación su mujer lo dejo planchado, “tienes razón, bailare contigo, porque este no me va a decir lo que puedo hacer o no puedo hacer” y nos fuimos a bailar.
Olía muy bien, algo que es primordial para mí. Como toda la música era lenta, bailábamos pegados, pero cada vez más. Mis manos estaban en la frontera de sus nalgas, poco faltaba para poder agárraselas bien o acariciarlas. Todo cambio después de una breve conversación mientras bailábamos y entre susurros.
+ Hemos dado el espectáculo y ante ti, lo peor que podía pasar. ¿Qué pensaras ahora de nosotros?
+ Jaja, mejor no lo digo.
+ Ah, ¿Si has pensado algo? ¿El que?
+ Pues está muy claro. Tu marido es muy buen profesional en lo suyo, tiene muy buenas ideas y sabe lo que quiere, pero es difícil que pueda hacer algo porque aunque quiere aparentar otra cosa es un pusilánime, seguro que buena persona, pero un acobardado y muy sumiso sobre todo ante sus padres o ante alguien con más espíritu que él. Y tu sin embargo eres todo lo contrario. A ti lo que te hace falta es alguien que te domine, te dome y sobre todo que te follen bien, que te hagan locuras, porque con el espíritu de tu marido, seguro que no ha estrenado este culo que tienes. (Sobándoselo en condiciones y ella sin decir nada)
+ No tienes pelos en la lengua.
+ Ni en la lengua ni en otros sitios.
+ Jaja, como eres. Sabes que siempre he tenido una fantasía.
+ ¿Cuál?
+ No, no, que si te lo digo pensarías de mi peores cosas.
+ Si tienes miedo a que piense que eres muy puta, ya lo sé.
Dejamos de bailar porque ella salió en dirección a donde estaba su marido. La cara de Jaime era de enfado y cambio cuando Gloria dijo que ya se quería ir. Su cara fue de alivio. Aunque insistí en tomar otra no hubo manera. No es que fuera muy tarde pero no había marcha atrás. No pasaba ningún taxi y de pronto apareció uno, lo que aprovechamos para ir los tres en él. Jaime quiso que diera yo primero la dirección para dejarme y luego continuar ellos, pero se adelantó Gloria que dio su dirección y dijo de tomar otra en casa.
Durante todo el trayecto fui callado y pensando, porque no me fiaba en absoluto de ella. ¿Me querría hacer una encerrona? Era la pregunta que me venía a la cabeza. Se me ocurrió con el móvil dejar grabando todo el sonido, por si era una encerrona tener algo con que demostrarlo y eso me hizo relajarme. Subimos a su casa y la cara de Francisco era de un enfado mayúsculo. Al entrar en su casa, Gloria dijo que ahora volvía y nos dejó solos, Jaime me preguntaba que quería beber y antes de contestarle le dije, “Te veo muy mala cara, no quiero malas historias, discúlpame ante tu mujer y le dices que me he tenido que ir” el con cara de entenderme me dijo, “Gloria es así, no te vayas que sería peor, total te tratara de convencer para que cambies de opinión, cuando vea que no te convence se ira a dormir enfadada y ya se le pasara”
Nos pusimos a beber y a hablar, la opinión que me había hecho de Jaime no cambiaba, era el típico niño de papa, que no había hecho ni huevo en la vida y se creía el más listo, el más guapo, el más inteligente, lo mejor de lo mejor y no se daba cuenta de que no se podía ir así por la vida. De sopetón me pregunto, “¿Qué piensas de mí? Pero la verdad” fui claro y conciso, “pues que te falta que te den una cura de humildad para que se te quite la tontería que tienes encima” tenía preparada una réplica más fuerte y contundente a lo que me dijera, pero dio un profundo sorbo a su bebida y no dijo nada.
Llego Gloria y no se había cambiado nada, así que habría ido al aseo. Cogió el vaso que su marido le había preparado y estaba en guardia para esperar que sacara la conversación con lo de las cuentas, pero no, le dijo a su marido que yo bailaba muy bien, que tenía que aprender de mí. La verdad que poco bailamos, pero si ella lo decía, seria para joder un poco más a su marido. Después de decir eso se levantó, se fue a un mueble y puso música muy lenta, a continuación apago todas las luces menos la de una lampara de pie, se fue al pasillo y volvió con un pañuelo de cuello, que lo puso por encima de la lampara, quedando una luz muy tenue entre amarillento o un naranja, todo por el reflejo del pañuelo. Se veía bien, no para leer pero para el resto estaba muy bien. Se fue hacia su marido y le tendió las dos manos para que bailara, después de insistirle se levantó a desgana.
Viéndolos bailar parecían dos “enemigos” que poco “calor” se veía. Mas por parte de Jaime que se le notaba tenso, como una curda de guitarra y ella una provocadora nata. Jaime duro justo la primera canción, luego no quiso continuar y su mujer no estaba dispuesta a dejar de bailar. Empezó a hacer un baile ella sola de total lujuria, sin ninguna vergüenza, como se meneaba, como se pasaba sus manos por el contorno de su cuerpo y como agasajaba a sus tetas, teniendo los pezones como escarpias. Era imposible evitar ver a una mujer de esa manera y que el rabo no se ponga como una piedra, imposible. Ahora vino hacia mí, tendió sus dos manos y no me hice el remolón, me levanté y se las agarre. Paso sus brazos por mi cuello abrazándome y yo mis manos en su cintura.
Las dos primeras canciones fueron un me rozo no me rozo, un me aprieto no me aprieto, pero en la tercera nos pegamos como sellos. Sabía que ella notaba mi erección porque era imposible no notarla. Mis movimientos eran suaves, para no provocar un efecto no deseado, pero a ella le daba igual, porque empezó a menear sus caderas de un lado a otro de forma ostensible y meneaba mi rabo con mucho ímpetu. Se notaba como su respiración iba en aumento y supe que esa situación iba a tomar otro rumbo, porque la muy zorra no se cortó y por el lado que su marido no podía ver, me mordió el lóbulo de la oreja con mucha sensualidad. Mire a su marido, que estaba sentado, estirado como si tuviera un palo metido en el culo y con los ojos muy abiertos, con cara de mala leche y a nada de saltar.
Como me imagine cuando más nos refregábamos el uno contra el otro, Jaime le dijo a su mujer con voz muy seria, con tono disgustado, “Gloria creo que el numerito ya ha estado bien, así que deja ¡¡YA!! de bailar” mi intención fue quitarme a pesar de lo cachondo que estaba, porque ya había demasiada tensión. Pero Gloria no me dejo quitarme, me agarro mis manos, se dio la vuelta para mirar a su marido y quedando de espaldas a mí. No dejo de bailar y estiro de mis brazos para que me quedara abrazando su cintura desde atrás y mis manos en su tripa. Luego dijo con un tono procaz, “Uy, mira el hombrecito, se ha atrevido a decir algo, pues ya has dicho lo que has querido. Ahora te digo yo y escucha bien, voy a hacer lo que quiera y si no te gusta te vas, pero no a la habitación sino a la calle”
Según decía eso agarro mis manos y pegando bien su culo contra mi rabo, las coloco sobre sus tetas dejando salir por su boca un potente y largo gemido. Me quede en esa posición tocando aquellos dos melones y mirando a su marido, en espera de ver alguna reacción, la única que hubo fue que se dejó de estar tan estirado y se quedó mirando sin entender nada de lo que estaba pasando. Me agaché y empecé a comerle el cuello, ella pasaba una mano por detrás y me agarraba disfrutando de mis mordisco y mi lengua en su cuello y se notaba bien porque se le erizaba toda la piel.
Me cansé de tanto jueguecito y me dispuse a controlar el momento. El vestido que llevaba tenía un broche atrás en la parte superior y luego una cremallera. Quite el broche y baje la cremallera. Con su inestimable ayuda no me costó que sacar los brazos y que el vestido callera hasta su cintura, quedando las tetas libres, porque no llevaba sujetador. Que gozada agarrar esas tetas, me dijo que no fuera bruto cuando palpe y toquetee esos inmensos pezones. Me chupe bien chupado los dedos y volví a tocar sus pezones, los acaricie, los apreté con intensidad y ya no se quejaba, lo que hizo fue pasar una mano hacia atrás y me toco el rabo por encima, diciéndole a su marido, “no puede ser, joder con lo que estoy tocando, vas a alucinar cuando lo veas, que demasiado, buffff”
Su marido miraba sin saber bien que hacer, que decir y no veía con exactitud donde tenía su mano. Al llevar los tacones que llevaba, quedaba perfecta para lo que quería hacer. Baje una de las manos y levante un poco su vestido y metí mi mano, toque su coño porque no llevaba nada, me di cuenta de que estaba muy mojada y que estaba depilada salvo un poco de vello que tenía por la parte de arriba. Como Jaime no decía nada, seguro que si le pinchaba no le salía ni sangre, tire del vestido para abajo y ahora si acabo en el suelo. Jaime ponía cara de espanto y ella seguía con sus toqueteos.
Me puse a lamer su cuello y mientras me desabrochaba mi pantalón y sacaba mi rabo que estaba durísimo y se lo puse entre sus piernas desde atrás, ella se movió un poco, lo justo para que mi rabo quedara a lo largo de su raja. Se le escapo un gemido un poco exagerado y dijo “mira Jaime si asoma por delante, ¿no ves el pedazo de verga que tiene?” y como él no contestaba, ella le insistía para que se acercara y lo viera, porque la luz lo mismo se lo impedía, pero él ni decía ni se movía. Yo estaba disfrutando mucho, mi rabo cada vez estaba más mojado de sus jugos, parecía una fuente. Ella tenía una mano puesta por delante y me tocaba el capullo con mucha suavidad y de vez en cuando lo presionaba contra su clítoris, en esos momentos su respiración aumentaba considerablemente y abría y cerraba sus piernas.
En el momento que estaba disfrutando al máximo, ella se movió hacia adelante, acercándose a su marido quedándome yo en medio solo con el rabo bien tieso y los pantalones en los tobillos. Al llegar a donde su marido, puso sus manos en sus rodillas, quedando agachada sin flexionar sus piernas, lo que provocaba una imagen muy cachonda, con el culo puesto de esa manera. Se puso a hablar con él y yo mientras termine de desnudarme, le decía, “mira a lo que hemos llegado por tu mansedumbre, por tu debilidad y por no ver a la mujer que tienes a tu lado y no saber lo que le hace falta y ¿sabes lo que va a pasar? ¿LO SABES? Contesta” y el sin saber que decir le respondió, “no, no lo sé, ¿Qué va a pasar?” y ella provocándole aún más le dijo, “pues ahora el cabrón que tengo detrás vendrá me follara con esa verga enorme, no como la que tienes tu, hará lo que quiera y tú no tendrás cojones de decir nada, solo mirar mi cara cuando me empotre y ¿sabes de quien será la culpa? TUYA nada más” y no me anduve con más miramientos, me acerque a ella coloque mi rabo en la entrada de su coño y hasta que no lo tuve dentro no me pare. Gloria grito de gusto y dijo, “ves lo que te dije, ni te has movido, pues mira mi cara, mírala”
Él estaba totalmente rendido pero no sé si noqueado, que se hubiera rendido no estaba mal, porque se podía reconducir, si estaba noqueado sería malo. Iba a imprimir otro ritmo y ver como respondía él. La follaba con mucho ímpetu, controlando que su cara no diera con la de él. Ella gritaba y jadeaba, relajé el ritmo y me dirigí a su marido, “seguro que no sabias que tenías una mujer tan puta, pero creo que se merece un duro castigo, uno que tú no te atreverías, hay que domarla bien domada, ¿Te parece que empiece a domarla con un castigo?” el miraba a mi cara pero no decía nada y ella como yo estaba a la expectativa, hasta que Jaime cogió un poco de valentía y me dijo, “si, castiga a esta puta” empecé a azotar con cierta dulzura el culo, aunque ella protestaba, pero si se imaginara como la azotaría después, no se estaría quejando.
Deje de azotarla para poder follarla en condiciones y sus gemidos fueron en aumento, hasta el punto que apoyo su cabeza en el hombros de su marido y grito como una loca cuando se corrió, diciéndole a su marido a gritos, “esto sí que es una corrida mi amor, te quiero, aaahhhhhhh” ella casi se cae y cambio de postura sus manos y por lo que dijo unas de sus manos toco más de la cuenta, “mira tú, si este manso se ha puesto cachondo, esta empalmado, jaja” se le cayeron algunas lágrimas se levantó y desapareció. Me senté en donde había estado sentado él y le pregunte a su mujer, “¿No vas a ir detrás de el para saber que el pasa?” me sonrió lascivamente y se colocó de rodillas encima de mí, agarro mi rabo y se lo fue metiendo, su mirada era excitante y profunda, mientras lo hacía, me puse a comerle las tetas y atrapar esos enormes pezones, que hacían que la pudiera sacar los gemidos más fuertes. Cuando ya se lo había metido todo, me abrazo y se puso a morderme el lóbulo de la oreja y a pasarme su lengua por toda ella. Luego pego su boca a mi oído y muy provocadoramente me dijo, “no te preocupes por él, se ha avergonzado de haberse puesto cachondo, seguro que nos espiara y has sido muy duro conmigo, no me esperaba que me pegaras en el culo, me hiciste mucho daño”
No quise hablarla susurrando, sobre todo por si estaba su marido escuchando. “Para una puta como tu eso son solo caricias, ya verás cuando te azote de verdad, te haré sentir la más perra” ella se revolvió cachondamente, es que era muy puta. Se contoneaba moviéndose estupendamente y lleve mis manos hacia su culo, lo agarre y lo acaricie, todo iba muy bien hasta que empecé a intentar meter un dedo en su culo, se puso a protestar y me dijo muy seria, “para por ahí no, si es que lo tuyo no son dedos son pollas, que tienes unas manos muy grandes y los dedos son más grande casi que la verga de mi marido, así que para” y eso me “provoco” cualquier cosa que hubiera dicho me hubiera dado la disculpa y ahora sí, empecé a azotar su culo de verdad.
Cada azote que le daba le decía, “Yo no soy el cornudo de tu marido, a mí no me trates así, con tu culo hare lo que quiera y seguro que Francisco me ayudara a que lo profane, a que te lo destroce. ¿VERDAD QUE SI CORNUDO?” Francisco se dio cuenta de que lo había visto y entro con calma y le volví a preguntar, contestándome, “haz lo que quieras con ella” y ella seguía recibiendo unas buenas tortas en su culo aguantando estoicamente y moviéndose de arriba abajo con mucha velocidad. Se corrió quedándose clavada sobre mí y con unos movimientos de cintura únicos. Yo estaba también a punto de correrme, pero como soy como soy, cambien de posición, hice que ella se pusiera boca arriba en el sillón, agarre sus piernas las puse mor mis hombros y empecé a follármela. Llame a Jaime para que se acercara y le dije que se pusiera en el suelo y se prepare, “¿Prepararme para qué?” me dijo y con voz firme le respondí, “para lo que yo te diga cornudo, siéntate ahí y calla” se sentó en el suelo pegado a las piernas de su mujer.
Le repetí que se preparase y me corrí a voz en grito. Fui relajando mi movimiento y ella me decía que no parase que quería correrse otra vez. Ordene a su marido que se acercase y le dije que se preparase para nada mas quitarme que el comiera el coño a su mujer, la cara de ella era un poema, pero se puso cachondísima y él se negó, le di un par de voces más y según me quite le agarre y le pegue la cabeza contra el coño de su mujer, que manera de comérselo y dije con toda la intención del mundo, “igual de manso y cornudo que su padre, que manera de comérselo” la cara de Gloria cambio en el acto para ponérsele una cara de cachonda suprema y con la voz entrecortada dijo, “no me lo puedo creer, menudo cabrón estas hecho, eres bárbaro” y me coloque a su lado diciéndole al oído, “ya te digo que sí, padre e hijo igual de cornudos, pero lo mejor tiene que llegar, cuando la zorra de tu suegra este como esta su hijo ahora” ella se corrió en el acto.
Jaime se levantó con su cara congestionada, totalmente con toda su cara roja y sus morros empapados de todo. Nos miró compungido, se limpió con un brazo los morros y salió deprisa de allí, de nuevo salía apenado. Gloria se quedó despatarrada sobre el sillón, como si hubiera estado corriendo horas, me pidió que le pasara la copa y así lo hice, quise ahondar en algunas cosas porque luego en frio sería difícil que habláramos de eso.
+ ¿De verdad ha sido la primera vez?
+ Jaja, si ha sido la primera vez en real, porque en mi imaginación pensé siempre en algo, pero esto ha sido mucho mejor.
+ Y ahora ¿Qué pasara? porque la cara de Jaime era de pesadumbre, de estar perdido.
+ Pues no lo sé, aunque si actúa como siempre, empezara a convencerme de lo mal que he estado o hemos estado, yo le daré la razón y al final el me dirá, lo que tú digas amor, sabes que te quiero mucho.
+ Si tan claro lo tienes, mejor.
+ ¿Lo de mis suegros es verdad?
+ Claro.
+ ¿Y por qué has sido tan indiscreto contándomelo?
+ Ya te lo he dicho, porque quiero que estemos los tres y alguna cosa más, además eso te hará llevarte mejor con ella.
+ ¿Qué es eso de alguna cosa más?
+ Pues por ejemplo tu cuñadita Erica.
+ No voy a ser falsa, alguna fantasía con una mujer he tenido, pero una cosa es fantasear y otra llevarlo a la realidad, no sé si sería capaz.
+ Lo intentaremos.
+ Cuando te vi pensé, este tío es de los típicos cabrones, tiene cara de empotrador y ahora añado que además de todo eso eres un auténtico degenerado vicioso.
+ Tal vez, pero lo que es seguro que siempre atraigo a las más putas. Soy como un imán.
+ Jaja. Veo que vas a ser un revulsivo para esta familia tan estirada y lo que me doy cuenta que a mi otra cuñada Nuria la has dejado fuera, o ¿Ya te la has beneficiado?
+ Para nada, a Nuria es que la veo más parada.
+ Jaja, hay te ha fallado tu intuición, es callada pero muy “peligrosa” que ella y su marido son muy liberales.
Estuvimos follando como una hora y media más. No usamos una cama, pero robamos todo el mobiliario del salón, los sillones, una silla, la mesa de comer, un aparador, todo nos venía bien. Pero no me dejo follarle el culo, aunque no se negó en que se lo pudiera hacer en otro momento, porque quería que lo viera su marido. Le dije que lo mismo no había otra oportunidad, porque Jaime se había ido bastante jodido y ella me dijo la última frase de la noche , “¿Tú crees que me voy a conformar con que me diga que novolverá a ocurrir?”
FELIZ AÑO 2109
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