La Familia Joyce

Como hacerle un favor a una amiga termina en una sesion algo extraña con su madre y su perro.

La familia Joyce.

Mientras el carro avanzaba lentamente hurgaba en mis bolsillos en busca de aquella llave que Helen me había dado antes de mandarme a su casa . Puta madre, olvide los papeles… y la clase comienza ¿podrías traerlos de mi casa?

  • ¿Son muy importantes Enjoy?

A Helen le molesta que la llame Enjoy, un juego de palabras por su apellido Joyce. Era nuestra palabra secreta cuando estábamos encerrados en un hostal, disfrutándonos. Solo allí me permitía llamarla así, en otros lugares se ponía una fiera. Pero en este caso lo paso por alto.

  • Mucho, es el trabajo de un semestre. Si no entrego este adelanto estoy frita ¿quieres ir de una vez? ¿Por favor?- pregunto Helen con un tono de desesperación.

  • ¿No se molestara tu madre?

La mamá de Helen es una mujer excéntrica, todo lo suyo solo ella puede usar. Era un mundo aparte al de Helen, un micro cosmo que existía en medio de un departamento. En verdad le tenía miedo. Pero una risa franca y agradable de Enjoy me lleno de ánimo y de confianza

  • Que se va a molestar, le agradas- comento mientras buscaba en su bolso las llaves- además a esta hora no esta en casa. Los papeles están en mi cuarto, encima de mi mesa de trabajo. Si te apuras estarás para cuando termine la clase, te debo una- comento Helen mientras me entregaba sus llaves y me regalaba un gran beso en la boca. Se separo unos pasos y comenzó a correr con dirección a su facultad mientras me reía porque ya sabía que significaba aquello, este fin de semana toca comer culo.

Ahora estaba en la puerta del departamento de la familia Joyce. Solo viven en ella 2 personas, Helen, mi amiga y ocasionalmente mi compañera sexual (cuando se le apetece a ELLA un buen polvo y no a mi) Y la otra persona que vivía con Helen era Fernanda, su mamá excéntrica. Y también un perro grandazo, un pastor alemán llamado Colita. Si lo se, un nombre totalmente idiota. Por lo que comento Helen la primera vez que me llevo al departamento, Colita tenía cinco años viviendo con ellas y fue un regalo del papá de Helen para ella. Y fue ella el que le puso un nombre tan idiota, solo porque movía a cada rato la cola.

  • Tarada, todos los perros mueven la cola- comente luego de que me comentara aquella historia

  • Si, pero Colita la mueve mas- respondió riéndose mientras me llevaba de la mano a saludar a Fernanda.

Lleve mis manos a los bolsillos en busca de la llave, a pesar de jugar con ellas en todo el recorrido y saber que la tenia en el bolsillo derecho. Mientras empujaba la puerta para ingresar al departamento mi móvil comenzó a sonar.

  • ¿Diga?

- Honey , ya no es necesario que traigas los papeles- comento Helen vía móvil

  • ¿Qué?

  • Acá tenía mi memoria y en ella estaba el trabajo, simplemente fui a una copiadora e imprimí de nuevo el trabajo- explico Helen jocosa- ¿no estarás molesto, verdad?

  • ¿Molesto yo? No, que vaaaaaa

Maldita sea mi estampa, me haces cruzar media ciudad para nada, perra

  • Pero a un así te debo una. Este viernes somos ¿no?- comento con una voz sensual- nos vemos mas tarde, te quiero mucho, bye- agrego mientras me dejaba con la palabra en la boca.

Como decirle no a Enjoy, simplemente soy un títere para ella. Apagué mi móvil y me dispuse a cerrar la puerta… pero aquella hora de camino había provocado ganas de vaciar la vejiga. Además Helen había dicho que no había nadie en casa así que no habría ningún problema. Me adentre en el departamento y cerré tras de mi la puerta. Aquel departamento hace 20 años cuando se inauguró parecía pequeño, pero ahora viendo los reducidos espacios de las nuevas habitaciones en los edificios de departamentos el Dep. de la familia Joyce era todo un lujo. Sin mentir en su sala se podría hacerse un departamento más. También tenía dos baños, uno para las visitas, cruzando la cocina, y otro cerca de las dos habitaciones que consta el departamento. Usualmente Helen me hace mear en el de visitas por una cuestión no de salud, sino por Fernanda, que fue el único requisito que puso a Helen para traer a sus amigos a casa. Pero mis ganas eran tan grandes que me atreví a romper aquella regla.

Comencé a caminar por el pasillo para llegar al baño cuando vi la puerta del cuarto de Fernanda entreabierta y en ella se oía jadeos, no de enfermo sino de los que ya saben, armoniosos y sensualones. Mi primera reacción fue llevar mis manos a la cara Puta madre, la loca esta cachando . Y claro aquella loca estaba riquísima, a pesar de sus 39 años (Helen tiene 19) la gravedad no había hecho mella en sus melones, mas grandes y apetitosos que las de su hija, que se mantenían desafiantes, ingrávidos. Las curvas de sus caderas son pronunciadas y tiene un excelente culo que es el orgullo y signo de las mujeres de la familia Joyce. La verdad es que Fernanda es una copia de Helen (mejor dicho, Helen es una copia de Fernanda) pero una talla mas de sostén y con toda una vida de recorrido sexual salvaje, o eso imaginaba cada vez que entraba al departamento y Fernanda me miraba con aquellos grandes ojos color miel, en una mezcla de deseo y locura.

  • Tu mamá me mira raro- comente un tanto asustado

  • Si, siempre es igual con todos a los que traigo- respondió molesta Helen, con un tono que demostraba celos.

No sabía si irme de allí o ponerme a ver aquel espectacular cuerpo que es Fernanda. Le tenía ganas así que mi indecisión duro un suspiro, me acerque con cuidado y abrí un poco más la puerta. Solo un poco para poder ver sin temor de que el amante de Fernanda se diera cuenta que me estaba ganando con semejante montada y luego me sacara la mierda por mirón.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando vi a Fernanda tirada en la cama chupando una trancaza tornasolada. La metía y se la sacaba de su boca con sensualidad. Cuando se la sacaba totalmente de su boca, la repasaba con su lengua desde la base de arriba a abajo. No dejaba ningún espacio sin lamer de aquella verga de mas de 20 centímetros y hacia girar su lengua en la punta de aquella verga antes de volver a metérsela en la boca mientras se abría de piernas y llevaba una mano hasta su coño húmedo y comenzaba a masajearse su pija mientras que su amante comenzaba a lamerle aquella entrepierna peluda, jugosa y que seguía soltando mas jugos.

Estaba presenciando la mejor mamada que había visto en cualquier lugar. Ni por las páginas pornos de la red podía haber conseguido una imagen o video de tal calidad. Estuvieron sus buenos minutos entre mamadas y lengüetazos cada vez más rápidos hasta que Fernanda vio que ya era momento para algo más y dio una orden

  • Monta

Y obedeció. Fernanda se puso de rodillas y en cuatro mientras que su amante espero a que se pusiera en posición. Una vez listo el amante se prendió de la espalda de Fernanda mientras intentaba atravesarla con su tremendo badajo. Ella viendo que su compañero no podía metérsela llevo su mano hasta su entrada y con un toque hizo que la ensartara. Fernanda gimió de dolor un rato pero ya estaba hecho, la estaban montando y su amante lo hacia bien para tan corta edad. Aquel puto perro tenía 5 años y se estaba comiendo a la mejor perra del edificio. Un perro había podido vencer las barreras que había impuesto Fernanda con los hombres del edificio, la mayoría jóvenes que habían intentado sin éxito levantarse a aquella viuda apetecible o a la hija. Enjoy no le gustaba que la fueran a recoger en su casa luego de saber que a la que buscaban era a Fernanda y no a ella. Ahora se porque.

Baje mi cremallera y saque mi pancho que ya estaba crecido y hecho un palo para comenzarme a pajearme cuando se me ocurrió una idea. Fernanda estaba gozando como una loca (que lo es) mientras que Colita se movía más aprisa detrás del culo de su ama. El perro jadeaba y dejaba caer un hilo de saliva espesa a la espalda y se formaba un pequeño hilo de baba que bajaba por la raya del culo de una Fernanda perra para toparse con la verga que comenzaba a crecer. Colita dio un aullido y Fernanda gimió con el. Sabía que los perros luego de copular se quedaban pegados y luego me entere que la base de aquella tranca era como un globo que se llenaba de sangre para atrancar el coño de sus perras evitando que su semen saliera de aquel calido lugar.

Y eso había pasado con Fernanda. Colita ya no se movía y se había desmontado de la espalda de su perra, pero se encontraba aun pegada a ella, cola con cola. Y Fernanda había llevado su mano hasta su coño ensartado y volvía a masajearse su clítoris con ganas mientras que movía el culo en un vaivén que, supongo, la ponía mojada, pues Colita no protesto ni se movió de su sitio. Simplemente se quedaba tranquilo y quieto mientras miraba el cuarto y en un momento fijo sus grandes ojos marrones en los míos, pero no ladro y eso me dio seguridad para lo que iba a hacer. Me desnude por completo y espere a que Fernanda gimiera un rato mas para que sus defensas estuvieran bajas para poder ofrecerle mi bastón y que se lo engullera como hizo con el de Colita.

El momento preciso fue cuando Fernanda dio un grito y comenzó a masturbarse con más fuerza. Comenzó a llamar a Colita y a dar la orden de que la montara varias veces, pero Colita seguía inmóvil, y no se digno a obedecer. Vi que era mi oportunidad y me acerque hasta ella y en un gesto, tal vez estúpido de mi parte, la golpee en sus mejillas con mi verga para que se diera cuenta de que me encontraba frente a ella, desnudo y deseando que su lengua explore cada parte de mi verga que ya me estaba doliendo de lo crecida que estaba.

-¿Qué haces aquí?- pregunto Fernanda mientras seguía masturbándose de lo lindo

  • ¿Tu que crees?- pregunte a su vez mientras dirigía mi verga a su boca.

Pero Fernanda giro su cara para evitar que la penetrara por su boca. Me dirigió una mirada extraña, como la de la primera vez que Helen nos presento, y dijo.

  • No penetraciones, no felaciones. Ni besos en la boca, ni sexo anal. Solo hago masturbaciones. Sin preguntas. Eso o nada. ¿Qué dices al respecto?

No lo pensé dos veces, lleve una mano de Fernanda a mi verga que estaba palpitando y ella comenzó su trabajo. Comenzó masajeándome los huevos y luego agarro mi tronco con suavidad y comenzó a moverlo de arriba abajo. El movimiento y sentir la piel suave de Fernanda me había puesto al cien y aquello le agrado pues comenzó a masturbarme un tanto lento y luego cogía ritmo para volver a masajearme los huevos para luego ir de frente a la cabeza. Y emulando con su índice lo que hizo con su lengua en la verga de Colita, comenzó a girar y estimular la cabeza de mi cíclope, que comenzaba a expulsar unas cuantas gotas. Al ver las gotas Fernanda hizo un amago de llevarse mi tranca a su boca y yo también hice el intento de metérsela entre aquellos carnosos labios. Pero Fernanda se dio cuenta, se detuvo y al mismo tiempo presiono más fuerte mi verga.

  • Te dije que no felaciones- dijo molesta Fernanda mientras mantenía cautivo en su mano a mi cíclope

  • Te lo ibas a llevar a la boca- me defendí y ella soltó mi tronco un tanto asustada

  • Vete, no quiero que estes aqui

  • No estas en condiciones de decidir, Fernanda

No le di tiempo para protestar, jale su mano de apoyo y eso le obligo a acostarse de costado, dándome los pechos de frente mientras que Colita intentaba colocarse en una mejor posición de descanso, pues aun se mantenía unido a su ama. Y yo ni tonto ni perezoso comencé a jugar con aquellos melones con mis manos mientras comenzaba a mordisqueaba y succionaba el cuello de Fernanda, quien se había olvidado que hace unos instantes me había echado de su cuarto y me pedía gimiendo que le mordisqueara sus senos. Y obedecí, baje a la altura de sus pechos y comencé a comerme aquellos melones que se mantenían duritos. Al comienzo intercalaba mis mordiscos y besos en ambos melones, pero luego me dedique a estimular con mi lengua su pezón izquierdo mientras que mi mano derecha se regodeaba con el melón libre de Fernanda. Aproveche para abrazar a Fernanda contra mi y ella también se abrazo con fuerza mientras mi tronco comenzaba a frotarse en su monte de Venus. Ella también comenzó a mover sus caderas pero lentamente pues aun se mantenía pegada a Colita, que se estaba comenzando a cansar de esto e intentaba levantarse y bajarse de la cama. Pero nuestro abrazo fue mas fuerte que sus esfuerzos y nos manteníamos abrazados y frotándonos los tres hasta que se escucho un ¡flop! Y Colita se pudo liberar de Fernanda. Ya una vez libre Colita se bajo de la cama y a los pies de nosotros comenzó a lamerse tremendo tronco que había estado enganchado en una concha a la que no podré entrar, sin saber porque.

Fernanda comenzó a moverse con más fuerza, y yo también. Estaba aguantando todo lo posible para que aquello no terminara, pero luego de unos minutos de juego de caderas y de mordiscos y besos en nuestras nucas y cuellos no aguante y solté entre nuestros cuerpos una lluvia blanca que alcanzo nuestros vientres y pechos. Fernanda rió al sentir mi leche caliente en su vientre y se separo de mí mientras hacia descender mi semen hasta su coño y se mezclaba con la leche de Colita que comenzaba a salir de su hendidura. Parecía una niña descubriendo cosas nuevas mientras yo me sentaba en la cama y llamaba a Colita a gritos. El perro llego en unos instantes y sin pedírselo subió de vuelta a la cama y comenzó a lamerle la raja a Fernanda mientras yo me puse encima de Fernanda y cogiendo ambos pechos comencé a masturbarme con rapidez, ya no me interesaba hacer sentir bien a Fernanda, solo quería verle la cara llena de mi leche caliente. Al comienzo yo mismo presionaba sus pechos para que mi tronco pueda masajearse entre tan grandes y hermosos melones, pero al rato Fernanda sin pedírselo cogió sus propios pechos y comenzó a masajearlos y según su calentura y el ritmo de Colita, que exploraba aquella concha irritada con aquella grande lengua áspera, era mas rápidos sus movimientos. El movimiento que produce aquella tetas y saber que estaba frotándome con la mamá de Enjoy me excita a mares. De cuando en cuando intento acercar mi tronco hasta su cara y Fernanda también hace el intento de llevárselo a su boca, pero al instante se aleja y comienza a frotarme con más fuerza. Estuvimos jugando de aquella manera por espacio de una hora antes de encerrarnos en el baño para que Colita no nos siguiera. Y es que luego de aquel juego de melones y tronco Fernanda dejo que Colita la volviera a penetrar de nuevo delante de mí, pero esta vez yo estaba debajo de ella y veía en primer plano como Colita atravesaba con aquella verga gigantesca aquel coño, pero no me quedaba de brazos cruzados y por petición de Fernanda comencé a masajearle el clítoris, con cuidado de no sorber ningún liquido que cayera de su raja por petición expresa de Fernanda, mientras ella comenzaba a masturbarme como solo ella sabe.

Ya en el baño nos bañamos juntos, o al menos eso intentamos. La verdad fue que Fernanda intento bañarse, pero mis manos estaban ocupadas con sus tetas llenas de espuma mientras frotaba mi verga enjabonada en medio de aquel culo que volvía locos a todos los hombres que la veían.

  • ¿Por qué no te dejas penetrar, Fernanda?- pregunte mientras llevaba mi mano hasta su raja.

  • Déjame terminar de asearme y luego hablamos de ello- respondió mientras alejaba mi mano de su raja

Luego de eso se alejo unos pasos y siguió con su baño mientras yo simplemente le ayude a tallarse la espalda.