La familia debe apoyarse en tiempos duros

El sexo es mucho mejor en cuarentena, todo queda entre las cuatro paredes de la habitación.

La semana pasada mi prima Andrea nos dijo a mi hermana Patricia y a mí que había dado positivo en COVID. Todos los días vamos juntos a la Universidad en su coche, entonces al enterarnos que ella se había contagiado, nos hicimos un test de antígenos y también dimos positivo.

-El martes le haremos una PCR, ahora mismo debemos de esperar unos días para estar seguros de que tienen el Covid, nos dijo el doctor a mi hermana y a mí cuando nos llamó el viernes por la mañana.

Mi madre esa misma mañana habló con mi tía y decidieron que debíamos hacer cuarentena juntos, así el tiempo se nos pasaría más deprisa y no lo pasaríamos tan mal. Lo mejor de todo era que desde siempre hemos vivido en el mismo edificio; mi prima en el 2ºB y nosotros en el 3ºA; así que no tendríamos que desplazarnos nada más que un piso.

Después de que mi madre nos preparase el macuto a mí y a mi hermana, nos pusimos las mascarillas al salir de nuestro cuarto y fuimos a casa de mi tía. Al principio nos lo pasábamos súper bien; jugábamos a juegos de mesa, contábamos chistes, gastábamos bromas telefónicas y veíamos películas. Sin embargo, con el paso del tiempo nos fuimos aburriendo de todo, aquellas cuatro paredes se nos iban a caer encima si seguíamos encerrados.

Lo más pesado durante aquellos días fueron las noches, siempre era el último en dormirme. Andrea y Patricia se tomaban la medicación con el vaso de leche y ya no volvías a saber de ellas hasta el día siguiente. Mientras ellas dormían yo seguía viendo series, leyendo o simplemente mirando por la ventana.

Estaba viendo una página web cuando de repente me apareció un anuncio porno, en ese momento me di cuenta del tiempo que llevaba sin masturbarme. Es cierto que en más de una ocasión había pensado hacerlo pero al final mi mente pareció borrar ese pensamiento para que no sufriese más, sin embargo, ese anuncio hizo que regresasen las ganas de hacerme una paja.

Me di la vuelta un momento y vi que Andrea y Patricia estaban durmiendo, por lo que no se darían cuenta de si sucediese algo durante los minutos siguientes bajo mis sábanas. Entré en una página porno y me puse a ojear los vídeos pero ninguno llamaba mi atención; la mayoría era lo mismo pero con actrices diferentes y el resto ya los había visto. En ese momento se escuchó un ruido que venía justo detrás de mí, me giré atemorizado porque mi hermana o mi prima me hubiesen pillado y se lo contasen luego a mi madre, ese castigo sí que iba a ser peor que tener el Covid.

Andrea se estaba moviendo y eran los muelles de su cama los que habían producido ese ruido, apagué en ese momento la pantalla del móvil y me hice el dormido. Cuando pasaron unos minutos todo seguía en silencio por lo que nadie se había dado cuenta de mi búsqueda pero yo sí que me di cuenta de algo. Mi prima se había destapado, tal vez porque tuviese calor o no se hubiese dado cuenta, pero independientemente de eso había dejado a la vista todo su cuerpo.

Mi prima siempre me ha parecido muy atractiva, es cierto que aunque tenga 16 años y yo 20 nos hemos entendido genial, es cierto eso que dicen de que las mujeres maduran antes. Siempre he podido hablar con Andrea de cualquier cosa, lo mismo sucede con mi hermana, ella también tiene 16 años y es muy madura.

Desde mi cama se veía que Andrea se había puesto para dormir una camiseta de tirantes blanca sin sujetador, lo supe porque aun con la oscuridad que predominaba en la habitación y la poca luz que entraba por la ventana podía ver el relieve de sus pezones erectos intentando rasgar su camiseta. Su pelo moreno parecía más oscuro de noche, eso siempre me ha parecido muy sexy en ella. Las piernas de mi prima estaban semidesnudas, podría ser un desnudo completo si no fuese por unos pantalones cortos que llevaba puesto; estos eran tan cortos que faltaban centímetros para que se le pudiese ver todo.

Sin que yo fuese consciente de ello, mi mano comenzó a bajar hasta quedar parada sobre el bulto que iba creciendo en mi pantalón. Acto seguido me agarré el pene y comencé a mover mi mano suavemente de arriba hacia abajo, notando así como mi sexo se agrandaba.

Andrea comenzó a removerse esta vez más bruscamente en la cama, como si estuviese teniendo una pesadilla, me levanté para ver que estuviese bien pero cuando llegué me di cuenta de que no estaba jadeando de terror sino de placer, estaba teniendo un sueño erótico. Sus pantalones del pijama comenzaron a dibujar una mancha redonda que cada vez se hacía más grande. Andrea se manoseaba el cuerpo a ella misma; los muslos, el cuello, el culo, los pechos…y todo eso mientras se mordía el labio inferior.

Mire hacia la cama de Patricia para ver si estaba despierta y encontrar una solución los dos, pero esta estaba dormida y de espaldas a nosotros. Dejé a mi prima que siguiera con su sueño y me volví a mi cama pero de regreso Andrea comenzó a gemir más fuerte. Tenía que buscar una solución, no podía dejar que Patricia se despertase por los orgasmos de nuestra prima y me encontrase empalmado, me echarían de la familia.

Volví a acercarme a la cama de Andrea y sus pantalones estaban tan húmedos que estaban comenzando a mojar las sábanas que cubrían la cama. Una vez leí en una página web que a la gente sonámbula le solían echar un perfume que les gustase para que se relajasen y así poder despertarlos, no sé si era cierto o no, pero intenté probarlo. Mi prima tenía una pequeña estantería encima de su cama, así que con suerte podría haber un tarro de colonia y echárselo a ver si así dejaba de gemir, Andrea no estaba sonámbula, pero con tal de que bajase un poco el tono era capaz de pagar dinero.

Vi que en la última leja de la estantería había un pequeño frasco, alargué el brazo y fallé durante un par de intentos hasta que por fin pude. Sin embargo, cuando agarré aquel tarro, Andrea comenzó a felarme el miembro. Al estirar tanto mi cuerpo para coger la colonia, mi cuerpo junto con mi pene erecto quedaron muy cerca de la boca de mi prima y ella que estaba tan metida en su sueño erótico decidió vivirlo aún más.

Quise gritar de placer en el momento en el que los labios de Andrea comenzaron a acariciar el tronco de mi pene y mi glande pero fue aún más satisfactorio el contener mi orgasmo y disfrutar de aquella escena. Con los ojos cerrados mi prima felaba mi miembro con su boca y una de sus manos, mientras con la mano restante bajaba lentamente sus pantalones y comenzaba a masajear su clítoris. Los gemidos de Andrea ya no se escuchaban igual que antes, pero claro, antes no tenía mi polla metida en su boca.

Los dedos de Andrea continuaron bajando y ya no masajeaban parte superior, ahora bajaban e iban entrando lentamente en su vagina. Tal fue el placer que le produjo aquellos dedos que se acaba de meter que le dedicó un pequeño mordisco a mi polla, haciendo que me retorciese de dolor y placer al mismo tiempo.

Andrea escupió mi pene de su boca y agarrándolo con una mano lo condujo hasta su coño. Casi me caigo al suelo y hecho a perder aquella oportunidad que me estaba dando Dios, pero con toda la suerte que estaba teniendo, me moví con el más absoluto sigilo. Mi prima acercó su cara a la mía y comenzó a besarme al mismo tiempo que me iba rodeando con sus piernas, mi pene estaba a punto de entrar por su vagina, faltaba el más mínimo movimiento de cadera para que entrase. Así que Andrea estrujó sus piernas alrededor de mi cuerpo y reduciendo la distancia que había entre su abdomen y el mío consiguió que mi polla entrase en su sexo.

Comenzamos a follar, lento, parece que aunque ella estuviese dormida era consciente de que no podíamos hacer ruido, me pregunto con quién estaría soñando mi prima. Nuestros cuerpos se compenetraban cada vez más, yendo a un ritmo que hacía cada vez más evidente que nos fuésemos a correr.

Comencé a mover mi cabeza hacia los lados debido al placer del momento y fue entonces cuando pude ver a mi hermana Patricia, la cual nos miraba ojiplática. Intenté decirle que nada era lo que parecía pero antes de que pudiese decirle nada, me di cuenta de que no solo nos miraba sino que ella también estaba desnuda e introducía sus dedos en su vagina al mismo tiempo que yo penetraba a Andrea.

-Cállate y sigue me susurró desde su cama.

Tal fue el placer que sentí en aquel momento que comencé a penetrar a mi prima más fuerte y más rápido, me daba igual ya si se despertaba y me pillaba. Si dijese algo seríamos mi hermana y yo contra ella, diríamos que todo era mentira o que lo había soñado por culpa de la fiebre.

Estaba a punto de correrme y Andrea también, lo podía notar, las paredes de su vagina se iban contrayendo cada vez más sobre mi pene. Andrea seguía con los ojos cerrados, así que miré a mi hermana, ella me miró a mí y los dos nos corrimos satisfechos por lo que acababa de suceder y deseosos porque la próxima vez seamos nosotros los que follemos y nuestra prima la que mire.

-Que bien he dormido esta noche, aunque he sudado demasiado dijo Andrea cuando se despertó ¿Qué tal habéis dormido vosotros?

-Genial contestamos al mismo tiempo Patricia y yo acompañado de una risa malévola.