La familia de don Elias
La historia de un nieto que se transformó en el macho de la casa.
Esta historia la cuentan varios de sus personajes, pues resulta bastante compleja para que lo haga uno solo de ellos, sin que se dejen de lado muchos acontecimientos importantes.
Ocurrió en un pueblo del interior, donde cada mes un viajante lo visitaba llevando su mercadería para venderla a plazos tal como se estilaba entonces.
Don Elias era el mercachifle en cuestión, inmigrante sirio que había entrado al país como turco, porque de allí era su pasaporte, y asi lo apodaban en el pueblo, “el turco Elias”, muy querido y respetado pues su trato, figura esbelta y sus bigotes asi lo ameritaban.
Para ese entonces debería haber tenido unos 50 o mas años, muy caminador y hablador el hombre, simpatico, muy apegado a las chicas del pueblo pues se dedicaba a lencería femenina y ropa de cama.
En una de esas visitas conoce a la que luego seria su mujer, comienza un romance largo pues venia no mas de tres días por mes, con una niña de solo 18 años, modista ella, con la que termino casandose.
En el pueblo era una vergüenza pues solo lo hicieron con el juez de paz sin pasar por la iglesia ya que su religión no era la misma que la de la chica.
Aqui asienta su tarea abriendo un negocio de lencería, el único en este pueblo, todavia hoy resulta un punto obligado para las damas locales y hasta de los pueblos vecinos, por los precios y modelos que se ofrecen.
Del matrimonio nacen ocho niñas, todas mujeres, seguida una de otra formando un ramillete de bellas morochas con ojos grandes negros y cuerpos a la que mas sensual.
La mayor Leila, a los 18 años queda encinta, no se supo de quien, aunque se sospechaba que era del propio Elias.
La cosa se fue olvidando pues al tiempo el turco fallece y su viuda con las hijas se hacen cargo del negocio.
De a poco con el tiempo las chicas, no todas, reciben el bautismo y abrazan al catolicismo.
Este no fue motivo para que variasen sus costumbres de aislamiento social y sexual, propio de la religion de su padre.
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Maria, muchos años después nos cuenta la historia romantica con su turquito pijudo.
Asi lo llamaba en la intimidad pues el turco calzaba un instrumento de 20 cm por 5 de diámetro, algo que nunca habia ni siquiera imaginado podría existir.
La cosa comenzó una tarde a la siesta en la que escucha batir de manos en la puerta, era el mercachifle de las cositas para nosotras,
La verdad ya me estaba gustando desde hacia tiempo pero nunca tenia la oportunidad de atenderlo siempre lo hacia mama.
En el rancho a esa hora en verano mas que nunca se sesteaba y estaban todos durmiendo, menos yo.
Muy caradura le digo: turquito tenes corpiños de mi talla?
Me mira apenas y me dice: no tan chicos no tengo, si queres para la próxima te traigo.
Me dio bronca, y levantandome la blusa le muestro mis tetas las que ya a mis 18 estaban bastante gordas, miralas bien no te equivoques.
El trato de palpalmelas y como acto reflejo lo saco, insultándolo.
Me pide perdón, por poco se arrodilla y me dice: si, de esa medida tengo, no imaginaba fueran tan grandes.
Bueno luego me lo pruebo, que salen?
Nada, nada y mil perdones, si no te van bien te los cambio y se fue casi corriendo.
Cuando volvió al pueblo ya le había avisado a mi amiga de varias casas antes de la mia que me avisase, asi lo atendia yo y no mi vieja, tenia miedo se enterase de todo lo que pasó, además, en casa ninguna usaba corpiño había sido un capricho mio.
Juana me avisa y yo voy al camino a recibirlo, le cuento de que mama no sabe nada de lo del corpiño, y de nuevo me levanto la blusa y mis tetas estaban aprisionadas por el dichoso corpiño.
Que te parecen?, y el guacho me dice: sin nada son mas lindas.
Salamero y mentiroso, las tetas que veras vendiendo estas cosas.
Ninguna como las tuyas, es mas si lo aceptas, pensaba hablar con tu mama para iniciar un noviazgo, en serio sabes?.
No me jodas, todo por mis tetas?, no por toda usted.
La vieja pensando en mi porvenir, ya que era el financista de muchas compras y un señor mayor, aceptó que iniciásemos un noviazgo.
Al año nos casamos, previo había alquilado un localcito con vivienda en el pueblo y lo había llenado de mercadería, allí íbamos a vivir.
Tuve mucho miedo que se enterase que ya me habian pasado algunos peones sobre todo golondrinas que venían para las cosechas, es que con solo pajas nunca me conformé.
Le pido a Juana me guarde unos menudos de pollo bien sangrados para frotarme la concha y la sabana la noche de bodas, asi al menos quizás lo podia engañar, rogaba que al menos que su pija fuese gorda asi pasaba mejor mi engaño.
No fue necesario, el guacho calzaba un garrote inmenso y me sangró abriéndome mucho mas de lo que estaba. Esa si fue una descomunal desvirgada.
Anduve dolorida un tiempo pero rápidamente me adapté y lo goce como nunca antes lo había hecho.
No fue brusco, trató de ser lo mas suave posible pero esa fue una noche dolorosa, solo un poco menor a cuando me rompió el orto.
Por suerte a mis hijas las tuve todas por parto natural, siempre buscando el varon, asi llegué a tener ocho preciosas hembras.
Lo de Leila fue algo aparte.
La mocosa es muy calentona, espiona, pajera insaciable.
La pescamos mirando mientras nosotros cogíamos, miraba unas revistas donde había fotos y con ellas se mandaba envidiables pajas, gritaba sus polvos que nos daban espasmos de locura por intervenir.
Una noche viene a nuestra cama y llorando nos pide que papa se la coja que ya no aguanta mas, sino se va a escapar de casa.
Apenas había comenzado a reglar.
Al final temiendo nos dejase, la prepare lo mas que pude mientras gozaba como una marrana chupándole la poronga al padre y a mi la concha.
Por mas delicadeza que puso Elias, la rompió, ocasionandole una hemorragia que por suerte pudimos detener con paños frios.
Luego de un mes volvió a cogérselo, ahora cabalgándolo como si nada. Al fin quedo embarazada de mi adorado nieto, por fin un varon en la familia.
Lastima que Elias ya no estaba para conocerlo.
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Soy Leila, la mama de Juancho, soy la hija mayor de Elias la poronga mas grande de este mi mundo.
Creo que desde que naci, lo adoré, un macho como siempre soñé, bueno tampoco conoci otros pues vivimos enclaustradas con mama y mis hermanas, un claustro que lo admito, no nos pareció nunca un encierro, pues en él somos muy felices.
Por ello no sientan lastima por las hembras de nuestro origen pues asi nos sentimos seguras, con una libertad muy particular, tampoco deseamos otra, amamos nuestra forma de vida.
Tanto yo como mis hermanas somos normales, quizás yo un tanto mas calentona que las otras, es que me parezco mucho a mama, ella también lo es.
La belleza de nuestra madre la hemos heredado, sus ojos, su semblante, su negro pelo, lo único nuestro color de piel difiere al no ser tan palido como el de ella, genes árabes que le dicen.
Somos tetudas y culonas, mas que mama, unas moras bien formadas, y desde siempre fuimos practicando un lesbianismo clásico en todo haren, siempre a la espera de un hombre, nuestro señor que nos posea, nos haga felices.
Yo tuve la suerte de conseguirlo muy joven y si bien fue doloroso, le estoy eternamente agradecida a esa pija que tanto placer me ha dado, también por el hijo que me engendró.
Nunca me perdonaré no haberlo hecho por el ojete, por miedosa, maldita cagona, no le llegue a dar el gusto que tanto adoran los de su raza.
Por suerte mama, siempre lo estimulaba a hacérselo, verlos era realmente maravilloso.
Sus gustos eran primitivos, encantadores, pues todo estaba permitido, menos la felatio.
Podíamos hacerlo entre nosotras pero nunca pude recibir de él una chupada de concha.
El advenimiento de Juancho fue la mayor bendición que pude recibir, aunque añoré sus polvos durante mis últimos meses de embarazo pues se negaba a satisfacerme.
Mama se ocupaba de él y mis hermanas aun muy chicas todavia, de mi.
Engorde enormemente, estaba deforme pero no me importaba, mis tetas eran dos moles repletas de leche, mis areolas habían crecido en forma proporcional y se oscurecian tanto que parecían casi negras, mis pezones se alargaron y siempre estaban parados.
Fueron la delicia de toda la familia hasta que el insaciable Juancho se apoderó de ellas.
Por suerte luego del parto fui recuperando lentamente mi figura, volviendo a ser casi como antes.
Desde que nació Juancho fue nuestro Sultán familiar y solo nos dedicamos a él, en la esperanza del futuro, nos convertimos en harem de nuestro señor.
Entre almohadones, terciopelo y el regazo de nueve mujeres fue creciendo “nuestro Hombre”, hasta que por fin en medio de un baño de inmersión una de mis hermanas jugando con su pijita logra que surja de ella su primera lechita.
Tenia solo 12 añitos y pronto cumpliría los 13.
La fiesta que hicimos fue magnifica, todas tratamos de repetir la hazaña, mama fue la que sorbio su eyaculación precoz.
No somos de tomar alcohol pero mama había preparado uvas en grapa, al ingerirlas estabamos todas muy alegres, casi en pedo, terminamos en una orgia lesbiana total.
Habían pasado años suficientes para que todas mis hermanas ya reglasen y gozacen de los placeres del sexo, asi que mama tuvo que hacer valer su liderazgo para turnar a todas y cada una ser servidas por nuestro señor, sin debilitarlo ni hacer que decayese su rendimiento.
Por el tamaño de su miembro, la mayoria opto por mamarlo y que él o nosotras hiciésemos otro tanto con ella.
Pero la mas chica de sus tias quiso probarla y logró la cogiese con éxito, quizás la haya deflorado, no lo recuerdo.
Las sucesivas defloraciones de resto de las tias fueron realizadas en medio de festejos a cada cual mas bonito.
Sus preferidas sexuales seguimos siendo mama y yo.
Las mas compinches son las dos hermanas mas pequeñas, por afinidad de edades, juegos y aventura de chicos.
Asi pasaron los años y cuando cumplió los 17 orgia mediante, su pija a pesar de eyacular no disminuía ni su tamaño ni su dureza, con el consiguiente dolor que le causaba. Solo el hielo lo logró.
Una amiga de mama, medica ella le diagnosticó, priapismo.
El síntoma principal es una erección que dura más de cuatro horas o que vuelve de manera intermitente durante varias horas. El pene suele estar dolorido y sensible.
Se necesita tratamiento con medicamentos para restringir la irrigación sanguínea al pene.
Todas hemos disfrutado de tan larga erección, por suerte para Juancho lentamente le fue desapareciendo y no se le volvió a repetir.
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Hola soy Juancho, ya con mis 20 años me siento mucho mayor.
Estoy enamorado de mi madre desde siempre, no obstante comparto el amor de mi abuela y mis siete tias, todas muy bellas mujeres y mejores hembras.
Salvo a la abuela y a mama, al resto las he desvirgado con mi pija, que sin ser muy grande, solo 17 de largo por 4 de diámetro, las hace disfutar a diario.
Mi record esta en seis polvos diarios, lo nomal no son mas de cuatro. Mas que suficiente para sentirme satisfecho.
A pesar de que todas mis hembras reglan normalmente siempre hay mas de un par en condiciones de coger sin problema alguno.
No se si por suerte o no, sin perder potencia mis espermatozoides son escasos e inofensivos, no puedo procrear.
Durante algún tiempo hace años sufri una rara enfermedad llamada priapismo.
Si bien era doloroso por momentos me convertía en un fauno dentro de mi harem, pues todas sin excepción disfrutaron de esos acontecimientos en larguísimas sesiones de sexo desenfrenado.
Pero lo importante para mi ha sido el inicio con cada una de mis tias, el amor ininterrumpido de mi madre y abuela con su maestria pues fueron mis profesoras en el difícil arte de amar.
Desde que tengo uso de razón, conocí lo que para muchos es un secreto hasta la pubertad, saber como era una mujer.
Me criaron entre ellas, siempre dormimos desnudos, ellas suelen usar camisones y lencería de la mas atrevida entre las que se venden en el negocio, yo no recuerdo lo que es usar un pijama para dormir.
El baño de inmersión compartido también es de tiempo inmemorial, pues el hidro siempre esta completo junto a mi.
Recuerdo cuando Violeta mi tia mas joven jugando con mi pijita enjabonada me pajeaba, lo hizo hasta que sentí como por allí se me escapaba en medio de fuertes latidos algo que me causaba una gran alegría hasta que disminuia la sensación y la emisión de una aguita blanca algo pegajosa, todo acompañado por una algarabía que no comprendía muy bien.
Había sido mi primera eyaculación.
La abuela de inmediato me limpio y siguió jugando con mi pijita se la puso en la boca como solia hacerlo y succionaba a la vez que con su lengua acariciaba mi cabecita, haciendo que creciese de nuevo se me parase y volviese a sentir los espasmos tan agradables que anunciaban una nueva emisión ahora dentro de su boca.
Mama, fue la tercera, en hacérmelo, tarde bastante en eyacular pero lo disfruté mas que nunca estaba siendo chupado por el amor de mi vida.
Luego por mas que pedían las tias, no me dejaron seguir, la verdad, no sentía muchas ganas.
Esa noche mis dos tias, Yasmin y Marga hicieron lo mismo.
Al otro dia se fueron turnando las restantes hasta que a la noche antes de dormirme toda habían probado mi flamante semen.
Era tan bello verlas como jugaban con sus conchas usando algunas gomas de colores que simulaban pijas y otras simplemente con sus manos.
La habitación estaba llena de quejidos, suspiros y un agradable olor a pescado, mezclado con exóticos perfumes orientales.
Ya somos todos mayores de edad, yo con mis 20 al igual que mi tia Violeta, de 22 mi tia Jazmin; de 23 Marga; de 25 Petunia; de 27 Soraya; de 29 ; 30 mi tia Lucia y de 32 Leila, mi adorada madre; ya de 51 mi “anciana”, asi la bromeo, mi abuelita Maria.
La abuela parece de 30, esta un poco gordita, lo que la favorece notablemente, tiene un cutis tan terso y palido como una diosa.
Guarda las cualidades de aquella mocosa de 18 años que obnubiló con sus tetitas al que luego fue su marido, mi abuelo.
Luego de tantos partos, todos naturales, de haber gozado una pija como la del abuelo hoy, presenta sus tetas como dos gordas ubres que miran hacia abajo con pezones y areolas considerables, una panza prominente, un culo amplio con una profunda raja donde guarda su cono marroncito, lo mas oscuro de su cuerpo, y una concha que muy a pesar suyo la tiene lampiña, de donde cuelgan dos labios rojos arrugaditos en sus extremos imitando dos crestas de gallo.
Cuando se los abre, muestra la belleza del recipiente por donde han visto este mundo todas sus hijas y recibido varias visitas hasta que llegó el amor de su vida, Elias y luego su nieto que la ama.
Ella dirige la casa, y mantiene al rebaño unido, a pesar de algunas ultimas rebeldias de algunas de sus hijas que como es natural, ansian formar su propia familia.
Supongo que dos de ellas pronto nos dejaran pues ya están noviando.
Una es dibujante, nuestra diseñadora, esperamos continue con nosotros al menos en el trabajo.
Pensar que comenzaron con prendas normales de la época, agregaron modas sexis y hasta porno; la ultima anexion ha sido las prendas artesanales a medida con fines anatomicos.
Nuestra casa tiene dos dormitorios uno donde dormimos la abuela, mama y yo y el otro las tias.
En este ultimo frecuentemente hacemos reuniones tipo orgias donde el único fauno soy yo.
No todas las chicas son iguales, si bien todas son muy ardientes algunas, sobre todo las mayores son mas pajeras que las menores, por ejemplo Soraya y Lucia, suelen acomplejarme pues luego de cogerlas se pajean un buen rato logrando mas orgasmos, me hacen sentir como que no las he satisfecho.
No son muy meonas, salvo Marga que suele usar una toalla bien mullida porque acaba con squirt, no mucho pero algo se le escapa.
Las posturas son para todas multiples lo mismo que ambos orificios, pero la que mas les encanta es cabalgándome.
A la abuela ultimamente le gusta meterme un dedo en el culo y masajearme la próstata mientras cogemos con mama, la verdad es un fabuloso estimulo, que le agradezco placenteramente.
Otra cosa por la que se desesperan es bañarme, como les gusta jugar bien enjabonadas.
Asi va transcurriendo mi vida sexual. Envidiable, cierto?.
La distribución de la mercadería es mi trabajo, eso me ha dado oportunidad de probar otras cosas, al ir a la ciudad a hacer entregas y levantar nuevos pedidos, me permitia alguna noche libre, también alguna aventura entre mis clientas.
Una dama muy ampulosa, de edad incierta entre los 40 y 60 años pero muy bien puesta me hizo acordar lo que mi abuela contaba de como se levanto a Elias.
Esta mujer además de la lencería, como era medica tenia un negocio de ortopedia practicamente al lado, lo ignoraba hasta que un buen dia, me reclama adrede un corpiño que no se adaptaba a ella.
La miro, ya práctico le pregunto, es tal medida, si me contesta, entonces le ha de quedar perfecto.
No; ven, y en el probador se levanta la polera y me muestra como una teta llenaba la copa completamente y la otra no.
Pensé, que equivocación tan burda, se lo cambio le digo.
No, mira todos son iguales, y trae varios, se quita el puesto y aparecen dos preciosas tetas, amelonadas con unos chupetes larguísimos, morados divinos, se coloca otro la ayudo a abrocharlo y lo mismo.
Le pido perdón ya con la pija al palo, y le ofrezco cambiar todo el lote.
Me dice, no me vas a cambiar nada, mídelos.
Estaban perfectos.
Ahora a ver mídeme a mi, una teta era mas chica que la otra, apenas pero suficiente para que dejase floja una taza.
Me había jodido, no quise ser grosero y en cambio de contestarle le beso una teta acariciándole la otra.
Me dejó hacerlo y me sonrio pidiéndome que fuesemos a la trastienda donde cogimos durante mas de una hora.
Ya en confianza le digo, lo que necesitas seguro lo tienen en el negocio de al lado.
Me contesta, también es mio.
Y allí comienza un nuevo rubro confeccionar ropa intima para señoras sobre medidas especiales que nos da la ortopedia y nosotros le fabricamos a un precio realmente mucho mayor.
Esta clienta metódicamente recibe a cada visita mia por lo menos una dosis de mis débiles espermatoziodes.
Solo dos han sido mi aventuras, una de ellas fue por única vez, pues me trajo algunos inconvenientes.
Una noche fría de hotel luego de cenar me arrimo a la barra por un trago, allí como siempre hay amigos circunstanciales que bien el pedo quieren ayudar a los forasteros pues viven a comisión.
Este fulano me muestra una foto de una negra infernal totalmente desnuda, me pregunta: amigo te gusta?
Si, claro, bueno toma una tarjeta, ve al bar de la otra cuadra allí esta esperándote.
Pensé, con el pedo que tiene lo que dice es puro cuento, pero la negra era tan bella que me aventuro y voy.
Un sotano con débiles luces donde solo se podía entrar con tarjeta, la muestro y me franquean el paso.
Había parejas de todo tipo en posiciones y acciones bien guarras, apenas se veía.
Un mozo con linterna lee la tarjeta y me lleva a una mesa sobre un escenario diminuto. Le pido un trago y me dice luego de este numero viene el suyo.
No entendí nada, por fin aparece una pareja y bailan desnudándose entre si y luego se echan un polvo en publico sobre ese pequeño escenario.
La cosa me había hecho poner en trance mi pija dolia de parada.
Aparece una morocha infartante, la de la foto, que digo mucho mejor, alta delgada con una cabellera a media espalda, totalmente desnuda y baila sensualmente, parecía que lo hacia solo para mi.
Su cuerpo una escultura dos tetas medianas bien paradas parecian durísimas, con pezones parados tan negros como toda ella.
Su panza, clásica de esa raza redondita metida hacia adentro en el pubis, lo que hace que su culo se pare y yergue como esperando que desde atrás alguien la ensartase.
Sus maniobras y piruetas son agiles y diversas en una de ellas se sienta abre sus piernas, con sus dedos separa su labios vaginales grades y muy gordos, mostrando su rojo interior, la única parte clara de ella.
Termina su numero entre aplausos freneticos y viene asi como estaba solo cubierta por una bata punzó a sentarse en mi mesa, de inmediato el mozo le sirve una copa.
Yo ya no sabia como estar sentado, ella ataca, te gusto mi show?, si claro muy bueno, ticandome el bulto me pregunta te has meado?.
No, rie y me dice pobre como debes estar sufriendo, me lo saca y se arrodilla en el suelo haciéndome una mamada inigualable, lastima que por mi larga calentura, acabe muy rápido, se tragó todo lamió limpiando y me la guarda, la pobre solo había disminuido algo su volumen seguía casi parada.
Bueno encanto, esto es solo una muestra, lo mio es y me cantó una abultada cifra, a la que yo accedí sin regatear.
Nos fuimos a un piso superior a una habitacion pequeña espejada con luces rojas una gran cama y un baño contiguo sin separación alguna.
Pasamos unas horas de sexo único, la maestria del manejo de su musculos vaginales que al estar ella montada sobre mi accionaba de tal modo que parecia que varias bocas ardientes se habían apoderado de mi.
Fue única e irrepetible, a pesar de que a mi madre le pedi tratase de hacerlo.
Al regresar, a mama la encontré como rara, me decía que tenia sobre mi un aroma raro, seguramente restos del perfume de esta belleza de ebano, a pesar de haberme bañado prolijamente.
Nunca hablamos sobre el tema pero comprendí que mi madre me había perdonado el desliz.
La cosa que luego de ello solia acompañarme a mis visitas a clientes o enviaba conmigo a alguna de mis tias con el argumento que les enseñase como era el tramite.
Como seguirá la historia?, nadie lo sabe, por mi que siga igual.