La falta de comunicación 2
Roberto me da una oportunidad pero me pone tres condiciones para ello.... por mucho que quiero no logro entender nada de nada de lo que pretende.
La falta de comunicación 2
El domingo por la mañana estaba ya despierta y levantada a las seis de la mañana, era imposible para mí el poder seguir durmiendo de forma que opte por levantarme desayunar y sentarme a esperar que Roberto regresara para comunicarme su decisión.
Esos días que Roberto no estuvo, que me quede sola con toda la casa para mi, fueron muy duros ya solo tuve por compañía a mis remordimientos y a mi conciencia, vague por la casa recordando los buenos momentos y como lo había estropeado todo. Era plenamente consciente de cuál era mi situación y lo que era aun peor, de la situación en la que había colocado a mi familia por mi estupidez y falta de valor para hablar con mi propia pareja sobre mis miedos para con nuestra relación.
Roberto llego a casa sobre las diez de la mañana, cuando sentí que entraba me levante del sofá de un salto, esperando para recibir las malas noticias que presentía, nuestro divorcio definitivo. Cuando me vio en mi estado de nervios me pido por favor que me tranquilizara y me sentara para hablar. Intentare transcribir la conversación lo mejor que pueda para que sea comprensible la situación posterior.
- Por favor Raquel, cálmate y siéntate, tenemos que hablar de esta situación y como la vamos a afrontar.
- Claro, dime Roberto.
- Bien he descartado la primera opción que se me pasa siempre por la cabeza, que es divorciarme de ti directamente. Las niñas son muy pequeñas y son las que acabarían pagándolo más caro.
- Entonces ..
Bien, he pensado que solo quedan dos opciones posibles para nosotros:
Seguir haciendo vida juntos, solo de cara a la galería hasta que las niñas sean mayores y puedan comprender esto de forma que les afecte lo menos posible. Entonces podríamos divorciarnos, hasta ese entonces cada uno haría vida independiente con la debida discreción, eso sí. Raquel tiene 12 años y Pilar 10, seria aguantar así 8 años más como mínimo, por ellas yo estoy dispuesto a sacrificarme, solo queda lo que tu decidas.
- La otra opción es hacer como si nada hubiera pasado y seguir como hasta ahora, algo casi imposible. Si he barajado esta posibilidad solo es porque sin que tu lo sepas vi en el bosque como te forzaste a vomitar asqueada lo que te tragaste de tu amante y como lloraste después por haberme engañado de nuevo.
Como comprenderás eso no te exime de nada, solo lo atenúa lo suficiente como para plantearme seriamente esta posibilidad, no la desaproveches porque no habrá ninguna otra, eso sí, en compensación para esto te voy a imponer tres condiciones que has de cumplir sin salirte de ellas nunca o retomaríamos la opción A o el divorcio instantáneo, como prefirieras.
- Dime por favor que tres condiciones has pensado.
Bien son estas:
Durante los próximos dos meses y medio tendré libertad completa en todos los sentidos, no habrá preguntas y todo lo que en este tiempo pase quedara en el pasado una vez termine, al igual que tu aventura con tu compañero Julio.
- Serás a partir de ahora mi puta particular, sin objeciones de ningún tipo, sin negativas y sujeta a mi voluntad.
- La tercera te la diré a su debido tiempo, todavía es demasiado pronto para decirte cual es.
Tú decides, que eliges Raquel.
No creo que tenga elección, ¿no?, elegiré la opción B por supuesto, no quiero perderte ni a ti ni a las niñas. Pero creo que se ve muy claro lo que pretendes con todo esto para vengarte de mí con esas tres opciones:
Pretendes acostarte con todas las que quieras esos dos meses para devolvérmelos sin que sepa con quien lo haces o las veces que lo haces.
- Supongo que significara que podrás traer a nuestra cama a quien tú quieras y yo tendré que tragar.
- No hace falta ni que me digas que es, dejare mi trabajo mañana mismo, así no estaré cerca de Julio, aunque no sé porque no me lo dices ya directamente salvo que quieras probar que no te volveré a ser infiel nunca más, que voy completamente enserio.
Cuando acabe de hablar tenía un nudo en la garganta, tenía ganas de llorar así que baje la cabeza para que no se me notara. Había aceptado pero no sabía si podría soportarlo, sobre todo la segunda opción, compartir a Roberto con otra estando yo también .
Porque la primera si no me enteraba me devorarían los celos igual porque estaba clara la intención. Al menos como dice el refrán, ojos que no ven
Cuando levante la cabeza para volver a mirar a Roberto vi como este se pasaba las manos por delante de la cara mientras soltaba un suspiro, en un gesto que parecía decir algo así como "Dios mío, que he hecho yo para merecer esto".
- Joder Raquel, ya estas otra vez sacando conclusiones apresuradas, sinceramente no es más fácil pedirme que te aclare a que me refiero que no empezar otra vez a hacerte pajas mentales. Mira donde nos ha traído esta manía tuya de no pregúntame si no entiendes mis razones o mi comportamiento.
En primer lugar si, tienes toda la razón podría usar esos dos meses y medio que he dicho para follarme a quien me dé la gana para devolverte los cuernos, pero no dudes ni un momento de que te lo diría. Dime tú a mí que venganza de mierda seria ponerte los cuernos y no decírtelo para que sufras.
Tu tranquila que no te voy a ocultar lo que haga esos dos meses. Pero todo a su debido tiempo.
Lo de ser mi puta esta creo que muy claro, si quiero hacer el amor y te apetece haremos el amor como antes, seguirás siendo mi reina y como a tal te tratare. Pero si no te apetece te joderas porque entonces me follare a mi puta, ósea, a ti.
Como ya vi que te gusta el sexo duro cuando te dejaste follar por tu compañero, tendrás sexo duro, te tratare como la puta que me has demostrado ser. Te follare, sodomizare, me la chuparas, te comeré el coño donde, cuando y como a mí me dé la gana, porque serás lo que te he dicho, mi puta particular. Olvídate de tu derecho a opinar o negarte a nada, no tendrás otra opción que hacer lo que yo quiera en todo momento.
Pero que te quede claro que en nuestra cama solo entramos tu y yo, míralo como prefieras, que te quiero demasiado como para compartirte, que soy demasiado celoso, que soy muy machista, lo que te salga del coño, pero tú eres mía y solo mía. ¡Ah!, y lo mismo vale al revés.
Y la última opción no es que dejes el trabajo, si tengo claro una cosa es que si me la quieres pegar me la pegaras donde y cuando quieras. Además estas muy orgullosa de tu trabajo y no pretendo machacarte, eres mi mujer y a pesar de todo esto te sigo queriendo. Pero que te quede claro que esto no es un jardín de rosas, yo estoy pagando por tu error sin tener culpa ninguna, vete haciendo a la idea de que tú pagaras en consonancia a mi coste, ya que el error lo cometiste tú.
Y que te quede claro que esto no es una negociación, las condiciones son inamovibles e innegociables, son como son y punto, solo puedes pedirme aclaraciones si no entiendes algo, ¿está claro?.
Asentí con la cabeza, aceptando sus condiciones y el hecho de que estas no estaban sujetas a discusión ninguna, solo a aclaración.
- Y ahora por favor, Raquel, si ya te ha quedado claro podrías por favor ponerme un café que no he desayunado todavía.
Me levante a ponerle un café con algún bollito mientras le daba vueltas a lo que me había dicho de las condiciones.
La primera la veía lógica, además que también encontraba lógico que me lo dijera. Si me ponía los cuernos y no me enteraba como él había dicho no tendría sentido.
La segunda opción me preocupaba porque no la entendía del todo, lo de follar cuando le apeteciera ya que todo había empezado por no tocarme también lo entendía. Mas cuando que volvíamos en el coche y le conté todo le dije que me había sentido falta de cariño y sexo. Que no pretendiera meter alguna otra mujer en nuestra cama u hombre ya puestos también me tranquilizaba pero no terminaba de entender lo que realmente suponía, tendría que pedirle que me lo aclarara más.
La tercera me asustaba más que nada porque no saber a qué te has comprometido es suicida, pero no tenía opción, podía suponer que tendría que ver con la primera o la segunda parte pero no veía que podía ser.
Cuando volví a la mesa nos serví café a los dos y después de tomar un sorbito de café con un bocado de un croasancito, medio temerosa, le dije que no entendía del todo a que se refería en la segunda opción, que si me podía poner algún tipo de ejemplo práctico. Vi como se quedaba con el bollo que se estaba comiendo a medio masticar mirándome fijamente.
Suspiro, meneo la cabeza y se chupo los dedos de su mano derecha para limpiarse del azúcar del bollito, acto seguido se levanto.
- Por favor cariño puedes ponerte de pie y venir un momentito.
- Claro, espera que me limpio las manos.
Me limpie las manos con la servilleta y me acerque a él para ver qué era lo que quería.
Cuando me acerque a él me cogió con la mano izquierda por el pelo levantándome la cabeza y besándome con pasión, me metió la lengua hasta las amígdalas mordisqueándome el labio inferior cuando la retiraba, para hablarme, repitiendo la operación una y otra vez.
Mientras había introducido su mano derecha por dentro de mis pantalones y mis braguitas e introduciendo los dedos índice y corazón dentro de mi chochito empezó a follarme despacio con ellos, por eso se había chupado el jodío los dedos, para lubricarlos. Su dedo pulgar mientras tanto acariciaba mi clítoris suavemente haciendo circulitos o usando su uña para darme como pellizquitos que me proporcionaban como descargas eléctricas que subían por toda mi columna poniéndome como una moto.
- Ves putita, a esto me refería, estarás así para mí cuando decida.
Cuando dijo lo de putita fue cuando introdujo de golpe sus dedos en mi coñito, el gemido que solté fue impresionante. Rápidamente mi cuerpo empezó a reaccionar a su tratamiento, mi coñito empezó a destilar fluidos mientras mis pezones se endurecían, aumentando mis sensaciones al frotarse estos contra el pecho de Roberto.
- Ahora voy a hacer que mi zorra se corra como la perra que es, ¿verdad que te quieres correr Raquelita?, putita mía.
Lo único que era capaz de hacer era asentir con la cabeza, era incapaz de contestarle, estaba ya como una burra, menos mal que cuando me llego el orgasmo Roberto me había pasado su brazo izquierdo por mi cintura para sostenerme porque se me doblaron las rodillas, se me nublo la visión . Fue algo bestial. Me dejo sentada en el sofá.
Creo que el sentir que me trataba como un objeto para su placer me puso en ese estado, aun con la contradicción de que era yo la que había gozado solamente, pero os juro que en ese momento estaba cachonda perdida, hubiera hecho lo que me hubiera pedido sin pensar.
No me pidió nada, se limito a sacarse la polla que la tenia dura como una piedra, acercar mi cabeza y metérmela en la boca. Acto seguido me sujeto la cabeza de forma que no la pudiera mover y empezó a follarme la boca como un animal, su polla llegaba hasta el fondo de mi garganta dándome algunas arcadas aunque sin llegar a llevarme al vomito, parecía que sabía perfectamente hasta donde metérmela. Después de un par de minutos follándome así la boca se corrió, haciendo que me tragara toda su leche, mientras yo había estado metiéndome frenéticamente los dedos en mi coñito lo que provoco que segundos después yo obtuviera mi segundo orgasmo, otra vez fue brutal, quede destrozada sobre el sofá jadeando sin aliento, mientras buscaba con la lengua los restos de leche que tenía en los labios.
Cuando se arreglo me miro y me dijo que a esto se refería con lo de su puta particular, que estaba desde este momento a su disposición para lo que quisiera hacerme, aquí, en la calle, en el ascensor, donde a él le diera la gana y se le ocurriera.
Yo solo podía asentir con la cabeza, estaba en el sofá completamente desmadejada por los dos orgasmos que había tenido. Sé que debería haberme sentido humillada por cómo me había tratado, tal y como él había dicho, como a una autentica puta. Por algún motivo era todo lo contrario, estaba como enfebrecida, solo deseaba que siguiera tratándome así, me había gustado sentirme así para él, quería mas.
Después de esto me dijo que me fuera a vestir para ir a por la niñas a casa de mis padres, me puse una faldita corta y un jersey para irnos. Cuando íbamos de camino mientras paramos en un disco, metió su mano entre mis piernas alcanzando mi coñito por encima de la braguita empezando a acariciármelo, empecé a mojarme otra vez nada mas sentir sus dedos jugando con mi coñito.
Cuando mire a mi lado vi que había dos chicas en un coche que de reojo no perdían detalle por lo que intente sacarle la mano de donde la tenia, impidiéndomelo al darme un manotazo en ella con su otra mano. Entonces acercando su cabeza a la mía me dio un mordisquito en la oreja y me susurro que recordara que era su puta, y que ahora quería meter mano a su puta mientras esas guarras miraban como esta se corría como una cerda, fue instantáneo, me corrí soltando un grito.
Estaba como un tomate, cuando arrancamos mire a las chicas de reojo y vi como se reían entre ellas haciendo comentarios, supongo que de lo que habían visto. Tenía la Braguita encharcada, me había corrido sin poder evitarlo como una perra y lo peor es que quería más. Empezaba a ver lo que suponía la segunda condición que me había impuesto y quizá no fuese tanto castigo como yo pensaba en un principio.
Entonces empecé a preguntarme que si Roberto sabía perfectamente que esto me iba a gustar, tal y como me estaba demostrando, porque tenía claro que Roberto era plenamente consciente de que me estaba gustando y mucho, en qué consistiría mi precio por engañarle . Mas que un castigo parecía un premio, empezó a darme miedo de cual podría ser mi precio.
Cuando recogimos a las niñas volvimos a casa, esa noche hicimos el amor como siempre lo habíamos hecho, jugando mucho con nuestros cuerpos, con mucha pasión y con muchísimo cariño.
Las niñas terminaron el colegio y los abuelos pidieron permiso para llevárselas a Málaga donde mis suegros tienen un piso todo el verano, era Junio así que las veríamos otra vez en Agosto cuando Roberto y yo cogiéramos vacaciones.
Los cuatro abuelos y sus dos nietas solos para que las niñas les sacaran lo que quisieran, que miedo cuando volvieran, otra vez a educarlas después de que los abuelos las malcriaran.
Dada la situación entre Roberto y yo decidí no poner pegas, además que era consciente que tanto sus padres como los míos lo hacían para que pudiéramos estar solos después de lo de mi operación, sin saber que nos hacían un favor doble debido a mi estupidez. Para esto ninguna de las dos pillinas puso ninguna pega por separarse de su padre o de mi, como se iban a la playa no les importaba dejar a papa y a mama solitos.
Nosotros vivimos en una urbanización, en un chalet, por lo que se me ocurrió que si hacia barbacoas los fines de semana e invitaba a mis amigas y compañeras a ellas durante los fines de semana podría mantener controlado a Roberto para que no me devolviera los cuernos. Entre semana no podría hacer nada pero al menos los fines de semana si. De esa forma solo correría el riesgo si bajábamos a ver a las niñas a Málaga, pero ya vería que hacer en ese instante.
Las dos semanas siguientes fueron completamente "normales" (lo de las comillas ya lo entenderéis, ya), invite a nuestro chalet a varias amigas con sus novios o maridos los fines de semana según lo que había pensado. El Segundo fin de semana bajamos a ver a las niñas a Málaga y no se separaron de Roberto hasta que nos fuimos, así que controlado también ese fin de semana.
Dado que entre semana seguía con su rutina del trabajo y sabía que allí no podría ponérmelos, los fines de semana tampoco había puesto objeciones a las visitas para poder irse sin hacer un feo, con lo que estaba completamente tranquila pero preguntándome entonces para que quería esos meses.
Roberto me lo hizo notar el tercer fin de semana de visitas con una sonrisa, y me dijo que por él no había problema si cada fin de semana durante lo que restaba de estos dos meses de condición seguía invitando a los amigos o compañeros para mantenerle allí ocupado. Me dejo con la boca abierta, si lo sabía porque lo permitía, le daba igual, así no me podría devolver los cuernos, no entendía nada de nada.
A todo esto empecé a ver por dónde me llevaría la segunda condición que me había impuesto, por esto que voy a contar es lo de las comillas. Un miércoles me llevo a cenar a un restaurante muy romántico, con mesas discretas, velas, manteles muy largos por si las parejitas querían hacer piececitos, todo muy In.
Cuando entramos y vi el local me encanto, cenamos muy bien, los platos perfectamente condimentados y riquísimos. Cuando llego la hora de los postres pedimos unos pasteles, Roberto un café y yo según mi costumbre un Té con crema.
Cuando nos comimos los pasteles y yo me fui a poner la crema en el Te Roberto me sujeto la mano y meneo la cabeza, me dijo que no. Yo le conteste que sabía de sobra que siempre me lo tomaba con crema a lo que me respondió que sí, pero que su putita tenía 20 segundos ahora que no miraba nadie para meterse debajo de la mesa y obtener crema natural para él Te. El muy cabròn tenía los ojos Brillantes.
Lo hice, además para más inri me estaba empezando a poner cachonda sin remisión solo de pensarlo, me metí debajo de la mesa y le chupe la polla como una desesperada, la situación era morbosa a tope, entre el miedo a que nos pillaran y se armara un escándalo, mas la excitación que tenia no pude evitar masturbarme mientras se la comía a Roberto. Cuando me corrí como una burra termine de ordeñarle la verga.
Me aviso de cuando podía salir sin que se notara, cuando salí me acerque con disimulo la taza de Té a la boca y vertí toda la leche que le había sacado a Roberto, mezclándola con él Te, pero haciéndolo de forma que el viera perfectamente lo que hacía su putita. Después de removerlo bien con la cuchara me lo bebí mirando fijamente a Roberto con mi mejor cara de puta, acto seguido le dije que tenía que ir al baño y cuando pase a su lado le susurre que no sabía tratar a una puta de lujo como yo.
Entre en el servicio de señoras medio riéndome de la cara que había puesto cuando me bebí el Té con su leche y la cara que había puesto con lo de la puta de lujo cuando sentí que me cogían por la cintura, ponían una mano en mi boca y me metían de golpe en uno de los retretes del baño.
Me encontré incrustada contra la pared mientras Roberto me susurraba al oído que iba a dar a su putita de lujo lo que ella le había pedido. Levantándome el vestido me hizo a un lado el tanga que llevaba puesto y me metió la pija en el coño de un solo golpe, dios que placer sentí, me metió la mano en la boca para que mordiera algo y no montara escándalo mientras mis manos se apoyaban en la pared para evitar que sus embestidas me aplastaran.
De repente sentí como su verga abandonaba mi coñito y se situaba en la entrada de mi culo, intente moverme para evitarlo cuando sentí como se introducía dentro de mí de golpe como si fuese un taladro. Me dolió horrores, le mordí la mano con saña, pero el solo soltó un gruñido y empezó a bombearme como una perforadora, rítmicamente, menos mal que tenía su mano en mi boca porque si no a los pocos minutos habría gritado de placer como una perra en celo.
Su otra mano me masturbaba frenéticamente el clítoris mientras me destrozaba el culo. Mi corrida fue bestial, pareció que me había orinado de la cantidad de jugos que solté en ese momento. Me tubo que sujetar para que no me callera, empezaba a ser algo típico que Roberto evitara que me pegara la leche padre después de un orgasmo al doblárseme las rodillas sin fuerza.
Estaba disfrutando con Roberto más que en todo mi matrimonio y más que con cualquiera de mis anteriores novios, Roberto me tenía todo el tiempo deseando que me hiciera alguna de las suyas. Estaba más salida que el pico de una mesa.
Roberto entre semana trabajaba lo normal y si salía era siempre conmigo para terminar haciendo cosas como la del restaurante, lo que me tenía como digo todo el día como una moto en cuanto me decía que esa noche quería a su puta dispuesta.
Los fines de semana que íbamos a ver a las niñas, que no se separaban de él, el resto de fines de semana barbacoa y el además no se escaqueaba. Entonces para qué coño querría esos dos putos meses que me había pedido, si no daba señales de querer devolverme los cuernos que le había puesto y lo que era peor para mi, que sería la tercera condición que debería de cumplir. No entendía nada de nada de todo esto.
Parecía que en vez de hacerme pagar me estaba recompensando por haberle puesto los cuernos. Me estaba empezando a rallar por todo esto, así que hice lo que le prometí, una mañana antes de que se fuera a trabajar como una idiota se lo pregunte directamente, ¿sabéis que me dijo el cabronazo ..?.
Me dio un beso y me dijo algo así como .
- Tranquila zorrita mía, todo va según lo tengo previsto así que no temas que tu factura está en camino.
Después de eso me metió otro beso de tornillo que me dejo las piernas temblando y salió de casa silbando para irse a trabajar, unos minutos después me marchaba yo también en dirección a mi trabajo en el coche pensando que no entendía nada de nada.
Ahora sí que me estaba empezando a rallar de lo lindo
CONTINUARA