La falta de comunicación 1
Cuando en una pareja no se habla y solo se suponen las cosas....
LA FALTA DE COMUNICACIÓN 1
Mi nombre es Raquel, hace un año caí enferma y me tuvieron que operar, después de la operación estuve en casa convaleciente durante casi cuatro angustiosos meses sin poder valerme de mi misma. Tuve suerte de tener el marido y las hijas que tengo, estos meses se desvivieron por mí.
Mis niñas tienen 10 y 12 años respectivamente, yo tengo 35 como mi marido, Roberto. Justo antes de que me pasara esto mi matrimonio atravesaba por unos difíciles momentos, yo sinceramente pensaba que Roberto tenía algún lio y que ya no me quería, trabajaba mucho pasando también mucho tiempo fuera de casa, además un día le seguí y vi como dejaba en un portal a una chica morena, pensé que era una compañera de trabajo pero para asegurarme continúe detrás de el una semana entera viendo que seguía dejando en el mismo portal a la misma chica siempre sobre la misma hora, lo que me hacía comerme la cabeza de mala manera.
Cuando me puse mala fue cuando comprendí lo estúpida que puedo llegar a ser a veces, le pedí a Roberto que me dejara elegir la persona que se encargara de cuidarme, el extrañado me miro y de repente se echo a reír a carcajada limpia, me dijo que las tres personas elegidas para cuidarme ya estaban decididas, que lo sentía. Esto me frustro mucho, pero le pedí que me las presentara, en ese momento pego una voz y llamo a mis hijas, cuando entraron las dijo que se pusieran con él en fila e imitando un saludo militar me dijo que las tres personas encargadas de cuidarme estaban presentes. No me reí cuando las niñas lo imitaron porque me dolía al reírme, sino me hubiera desternillado de risa con su gesto serio y adulto.
Cuando las niñas se fueron a ver la tele le pregunte qué sucedería con su trabajo y el más tranquilo que unas pascuas me dijo que se había despedido, que con nuestros ahorros y mi baja teníamos de sobra, que cuando yo estuviera bien se buscaría otro, que como estaba muy bien considerado no le costaría trabajo encontrar. Me dejo con la boca abierta de par en par. Cuando me vio así se echo a reír y me dijo entre risas que no me preocupara que en ese momento tenía el trabajo más impórtate de su vida hasta el momento, cuidar de la mujer que amaba.
Me resulto raro que los dos primeros días no apareciera nadie por casa para verme después de la operación salvo la señora que se encarga de limpiar la casa ya que por nuestros trabajos nosotros no podíamos. Roberto me lo aclaro en cuanto se lo pregunte, resulta que había prohibido a todo el mundo venir de visita hasta el cuarto día porque el médico había aconsejado que estuviera tranquila un par de días, así que prohibió a todo el mundo las visitas, sus padres, mis padres, sus hermanos, mis hermanos, etc .
El segundo día apareció por sorpresa su jefe con su mujer para visitarme, me sorprendió ya que me había dicho que se despidió pero en cuanto entro a la habitación su jefe entendí porque de su visita. Me dijo que si sabía que mi marido se había despedido sin explicaciones, y cuando le dije que sí que me lo había dicho me empezó a explicar que por supuesto no había aceptado el despido, que solo faltaría que si cuando la empresa lo había necesitado él había respondido sacrificando tiempo de su familia para solucionar un problema crucial para ellos, ahora la empresa lo dejara tirado, y dirigiéndose a Roberto le dijo que seguía contratado, además le dijo también que independientemente de sus vacaciones ya que les había salvado el culo, palabras textuales, poniendo la empresa por encima de su familia ahora podría disponer del tiempo que fuese necesario para estar conmigo sin preocuparse por nada, cobrando como siempre, etc ..
Cuando se fueron le pregunte a Roberto que a que había venido eso, y el riéndose me lo explico, y lo que me contesto me dejo helada. Yo pensaba que lo nuestro estaba casi muerto porque hacía más de seis meses que casi no me tocaba, un par de veces al mes y poco más.
Su explicación fue que como había visto estos meses que estaba tan cansada, cosa que yo no hacía más que repetirle cuando se ponía cariñoso, no me había presionado y se había conformado con lo que yo podía darle, porque ante todo era yo.
Pero que claro el lo que tenía ganas era de pillar por banda a su mujercita adorada y hacer cositas de adultos, como además me lo empezó a explicar poniendo cara de niño malo casi se me saltan todos los puntos de la risa, que viendo que había un problema en la empresa muy serio decidió hacerse unilateralmente sin consultar con nadie para matar el tiempo y evitar querer guerra conmigo, y con toda su cara guiñándome un ojo me dijo que eso tampoco era necesario que lo supiera nadie, ¿no?.
Volvió a echarse a reír y entonces me explico que hasta había tenido que quedar todas las noches con la chiquita de la centralita de teléfonos para llevarla a casa, aprovechando que le pillaba de camino para no pasarse de tiempo trabajando porque se le iba el santo al cielo, me dijo que el que ahora lo sentiría seria el pobre novio de Inmaculada, como se llama la chica que tendría que seguir yendo a buscarla por la noche porque era muy miedosa. Me dijo riéndose que la mitad de los jueves y casi todos los viernes estaba el novio esperando a que la dejara para irse por ahí a hacer sus cositas y que no viera la envidia que los tenía porque como yo andaba tan machacada .
Joder yo pensando que no me tocaba porque tenía otra, como cuando entraba siempre estaba con que llegaba reventada de trabajar y pensaba que estaba el con otra y no me quería ya me mostraba en la cama un poco arisca con él, y ahora resultaba que si no habíamos hecho más el amor era porque solo se estaba conteniendo porque yo le decía constantemente que estaba machacada del trabajo, la casa, las niñas, etc . La madre que me trajo, y todo esto por no haberlo hablado con él en confianza, joder, joder, todo era un puñetero malentendido mío, mis malditos miedos.
Me quede echa una mierda, solo tenía ganas de llorar, me había sentido tan sola, tan abandonada, tan humillada por la situación que ahora veía que solo existía en mi mente, que acabe liándome con Julio uno de mis compañeros de trabajo, llevaba dos meses con él. Me sentía sucia por dentro, no me atrevía a mirarle a los ojos, mi marido había hecho todo esto por respetar mi decisión y no presionarme. Cuando le había necesitado lo había dejado todo de lado, se había incluso despedido del trabajo para poder estar conmigo y yo a cambio de ello, en pago, había desconfiado de él, le había espiado y lo peor de todo, le había puesto los cuernos.
La verdad es que además me asuste de pensar que Julio seguro que vendría a verme con su mujer, ya que cuando habíamos ido a las cenas de navidad o vacaciones que organizaba la empresa siempre nos habíamos sentado los dos matrimonios juntos. Tenía miedo de que me dejaran a solas con él y de que intentara besarme o algo y Roberto nos pillara, o nos pillara su mujer si alguno de los dos volvía en ese momento, pero por otro lado tenía que romper con él en cuanto pudiera, tenía que volver a ser solo para Roberto y compensarle por todo lo que le había hecho, aunque él lo desconociera.
Lo peor fue el día vino a verme Julio con su mujer, afortunadamente Roberto no me dejaba ni a sol ni a sombra. Cuando se fueron solo quería morirme, solo tenía ganas de echarme a llorar, para colmo ese día me subió la fiebre y Roberto estuvo más pendiente de mi que nunca, lo que solo hizo que me sintiera más miserable todavía y me subiera mas la fiebre hasta el punto de que llamo al médico de urgencias para que me atendiera, me dio algo para la fiebre y que pudiera dormir.
Creo que fueron los únicos días que dormí de un tirón, el resto me costaba mucho conciliar el sueño por los remordimientos, para acabar de rematarlo como Roberto se acostaba conmigo a petición mía, se quedaba en la orillita de la cama y a cualquier sobresalto mío se levantaba y se iba al sofá a terminar de dormir como podía. Yo solo podía pensar en que él se molestaba en dormir de mala manera así al lateral de la cama y yo engañándole, me entraba la llantina lo que automáticamente despertaba a Roberto que se pensaba que se había movido o algo así haciéndome daño y se iba al sofá para dejarme dormir, lo que todavía me dejaba peor de ánimos.
Cuando intente que al menos durmiera en otra habitación no quiso porque según él solo lo decía para no preocuparle, así que seguía conmigo como le pedí, fue la pescadilla que se muerde la cola, cuando le pedía algo lo hacía, pero cuando veía que dada mi situación en todos los aspectos intentaba corregirlo él se pensaba que era para no preocuparle y no hacia ni caso.
Cuando nos visito Inmaculada acompañada de su novio, y empezó a deshacerse en darme las gracias por permitir que mi marido la acompañara a casa se me caía la cara de vergüenza, yo pensando que me la estaba pegando con esta niña que a todas luces estaba tan colgada de su novio, en los más de 50 minutos que estuvieron no le soltó la mano, parecía que se le fuera a escapar corriendo el pobre chico.
Los días que Julio me visito con su mujer fueron un autentico infierno para mi, estas visitas solo acrecentaban mis remordimientos y mi sentimiento de suciedad, como no nos quedábamos a solas tampoco podía decirle que lo nuestro se había terminado. Para colmo de males además tenía que ver como día a día Roberto estaba perdiendo peso a pasos agigantados por encargarse de mí, de las niñas, de la casa, por casi no dormir por mi culpa y yo pensando que no me quería le había engañado con otro, os juro que solo quería llorar o morirme, según el día o el momento, pero lo que tenía muy claro es que tenia compensarle como fuera por todo lo que había hecho.
Cuando todo paso y me restablecí lo primero que hice fue terminar mi relación con Julio, intento evitarlo por todos los medios pero no hice oídos, le deje bien claro que todo había acabado, que yo quería a mi esposo y no estaba dispuesta a perderlo por nada.
Solo de una cosa estaba segura, si Roberto se enterara algún día de esto mi matrimonio estaría finiquitado, nunca me lo perdonaría. Lo segundo que hice fue dedicar todo mi tiempo a intentar devolverle todo lo que me había dado y recompensarle por mi infidelidad, aunque gracias a dios él no se enteraría nunca, no quería pensar en lo que hubiera perdido de haberse enterado.
Al mes de restablecerme Roberto me sorprendió con una semana en una cabaña en la montaña, había aprovechado una semana que yo tenía concedida de antemano en esas fechas para prepararme esta sorpresa, era una especie de hotel con cabañitas en el bosque, se lo había recomendado uno de mis compañeros uno de los días que vinieron todos en bloque a verme, a mi me encanta la montaña, mucho más que la playa y él pensó que eso me volvería loca, como así fue.
Las niñas se quedaron con los abuelos que estuvieron encantados de que se quedaran con ellos, las niñas desde luego no, separarlas de mi era duro para ellas, pero separarlas de Roberto era casi misión imposible porque sienten adoración por su padre.
Menos mal que Roberto tras más de 45 minutos tratándolas como a dos mujercitas la logro convencer de quedarse con los abuelos, muy serias se dirigieron a mí para exigirme que cuidara mucho de su papa no se fuera a perder en los bosques esos a los que íbamos. Me estuve riendo mucho de esto en el coche mientras íbamos a nuestro destino.
El sitio resulto precioso, había muchísimas rutas de montaña para practicar el senderismo que me encanta. La primera noche durante la cena me lleve una desagradable sorpresa que me dejo muy mosqueada. Nos encontramos con Julio y su mujer que habían ido a pasar también la semana. Según conto la mujer de julio ellos llevaban planeando esto mucho tiempo lo que me dejo más tranquila pero no demasiado, me parecía mucha casualidad toda la situación.
El segundo día de estar iniciamos un sendero de los difíciles dado que transcurría cerca de algunos terraplenes bastante pronunciados, Roberto me pidió que no fuéramos por ahí, que mejor empezáramos por los simples primero, pero yo quería alejarme de donde pudieran ir Julio y su mujer así que me encabezone y Roberto casi tiene un accidente serio por mi culpa. Me tropecé y al sujetarme Roberto para que no rodara terraplén abajo se torció de mala forma un tobillo, un esguince en medio de la montaña no es precisamente agradable.
Sorprendiéndome Roberto me pidió que le acercara una rama de árbol que había rota cerca y sacando un cuchillo de supervivencia de esos que en el mango tienen, cerillas, bengalitas, sedal, Etc se hizo un bastón largo como los de los peregrinos para apoyarse en el descenso, gracias a eso el esguince no fue más grave de una mala torcedura, pero el médico le dijo que al día siguiente por lo menos se tendría que quedar en la cabaña reposando el pie, y le dijo que posiblemente al otro no habría problema para andar algún senderito corto de los facilitos.
Cuando nos levantamos al día siguiente yo me pretendía quedar con el pero me dijo que no, que era mi sorpresa para que disfrutara así que dándome el cuchillo por si me pasaba lo que a él. Como sabia que discutir con él era inútil me guarde el chuchillo la chaqueta del chándal y me fui a hacerme un sendero rápido para volver cuanto antes con Roberto.
Lo que me temía sucedió, no llevaba diez minutos haciendo el sendero cuando me alcanzo Julio, venia solo, me pido por favor parar para hablar, yo le dije que no y me amenazo con montar una escenita mientras andábamos si no lo hacía y yo como soy gilipollas accedí. Nos salimos del camino y estuvimos andando por espacio de unos cinco minutos, cuando consideramos que estábamos los bastante lejos para que nadie nos oyera o viera por accidente empezamos a hablar.
Quería que volviéramos a lo que le di un tajante no por toda respuesta, me di media vuelta para irme cuando me dijo que mejor echara un vistazo a su móvil, lo que vi me dejo helada, era una foto mía chupándole la polla. Me amenazo con hacérsela llegar a mi marido y me hizo notar que a mí se me veía perfectamente pero que no se sabía quién era el propietario de la polla que me estaba tragando con gula mientras ponía esa cara de puta que tenía en la foto, esas fueron sus palabras textuales. Me quede blanca pero le dije que no, que no volvería con él, entonces me dijo que perfecto pero que entonces quería una última vez, además de que tendría que chuparle la polla y tragarme toda su leche como regalo de despedida, ya que nuestros encuentros furtivos siempre habían sido en la oficina o en el parking de la misma y solo habíamos follado como bestias, pero nada más que eso, sin juegos previos ni nada, solo sacarla meterla corrernos y a casa. No me quedo más remedio que aceptar.
Me quite la chaqueta del chándal dejándola al lado de un arbol, luego Julio insistió en bajarme el mismo los pantalones y las braguitas, a continuación me hizo inclinarme apoyándome en el árbol. Acto seguido tras ponerse un preservativo me estuvo acariciando le coñito poniéndolo a punto, cuando noto que se humedecía me la metió de golpe e inicio un mete saca frenético, me estaba gustando a lo bestia ya que siempre me gusto que me dieran duro, de mis ojos caían lagrimas mientras me mordía los labios para evitar gritar de placer, solo quería que terminara el muy cabròn. El problema es que poco a poco mi cuerpo iba respondiendo al salvaje ritmo con que me estaba penetrando, estaba empezando a gustarme cada vez mas, mi cuerpo estaba empezando a reaccionar por su cuenta haciéndose notorio por momentos que estaba disfrutando por mucho que intentara disimularlo, cuando note esto enseguida me metí la mano en la boca para evitar darle el gusto de oír mis gemidos de placer, joder que hijo de puta sabia que resortes de mi cuerpo tocar para que este respondiera y estaba empezando a disfrutar como una autentica perra, menos mal que termino antes de que la cagara del todo y me corriera como la puta cerda que me sentía en ese momento.
Cuando se corrió me la saco e hizo que me diera la vuelta todo ufano, me pregunto si no echaría eso de menos y yo le dije que no mirándole con odio, el muy hijo de puta sabia perfectamente que de verdad había disfrutado, se rio en mi cara.
Acto seguido me miro con cara de superioridad y me mando agacharme para chupársela, me la metí en la boca empezando a succionar con fuerza y a jugar con mi lengua por su glande con la esperanza de que se corriera lo más rápido posible para terminar con esta toda esta mierda. Cuando se corrió me sujeto la cabeza para no dejarme otra que ahogarme o tragarme toda su leche. Cuando me soltó la cabeza me limpie los restos de leche que escurrían por mis labios, me coloque la ropa, cogí de nuevo la chaqueta del chándal poniéndomela y le exigí que borrara la foto ahora que yo había cumplido mi parte.
El muy cabròn me dijo que pensándolo mejor no lo haría, que así podría tenerme las veces que quisiera si no quería que mi marido se enterase de la clase puta que era, se echo a reír como un poseso el muy canalla. Aproveche esto para arrebatarle el móvil y tirándolo al suelo pisotearlo rompiéndolo, vi como su cara se transfiguraba y levantaba su brazo para golpearme pero se quedo a medio camino, en ese momento me fije en su cara y estaba pálida como la de un muerto mientras miraba mis manos.
Cuando estaba pisoteando el móvil y vi su cara me entro miedo e hice lo primero que se me ocurrió, metí la mano en mi chaqueta del chándal y saque el cuchillo que Roberto me había dado, por eso había parado la mano, cuando se fijo que tenía un cuchillo y bastante enorme en la mano se quedo parado con la cara completamente blanca.
No sé que se me paso en ese momento por la cabeza pero creo recordar que le dije algo como que si mi marido se enteraba de lo nuestro y averiguaba que era cosa suya lo degollaría como a un cerdo, que si por su culpa perdía a mi marido y a mis hijas me lo llevaría a el por delante acto seguido al hecho, supongo que el verme con el cuchillo sumado a mi cara de odio debió de convencerlo de que hablaba en serio porque me dijo que era broma, que no haría nada que lo nuestro terminaba aquí y salió como alma que lleva el diablo.
Cuando vi que se perdía de vista solté el cuchillo y caí de rodillas llorando, lo primero que hice fue meterme los dedos en la boca y vomitar hasta que solo salió bilis de mi estomago echando todo lo que ese hijo de puta me había obligado a tragar, mi único consuelo era que no había logrado que me corriera, pobre consuelo.
Cuando termine de vomitar me arrastre hasta un árbol, creo que estuve más de una hora sentada apoyada la espalda contra el árbol mientras sujetaba mis piernas con los brazos y lloraba sin parar reposando mi cabeza en mis rodillas.
No podía parar, había vuelto a engañar a mi marido de nuevo, cierto que obligada y que no había disfrutado, no me había corrido, pero eso no me eximia del hecho de que yo solita me lo había buscado todo por mi estupidez, cuando me calme lo bastante, recogí el cuchillo, me lo metí de nuevo en la chaqueta por si acaso y me volví para nuestra cabaña, antes de entrar me arregle lo mejor que pude para entrar y que Roberto no notara nada.
Cuando entre le dije como siempre que ya había llegado y fui a darle un beso, pero no me lo dio, se quedo mirando mi jersey y puso una cara rara, me temí lo peor, que se hubiera manchado con la corrida de Julio, pero afortunadamente no era así, se había manchado de vomito, por eso miraba así. Le dije que me había sentido mal pero que estaría mejor mañana, lo que hizo que me obligara a acóstame inmediatamente. Luego pedimos cena en la cabaña, allí funcionaba el móvil y le vi toda la tarde hablando por él, le pregunte y me dijo que hablaba con sus nenas, y me guiño un ojo. Le reñí por no pasarme, pero como se suponía que estaba mala y en la cama me tuve que callar.
Cuando al día siguiente nos levantamos me volvió a preguntar si estaba bien, si había sucedido algo el día anterior, tragado algo raro en el paseo o hecho algo fuera de lo normal, al oír eso y recordar lo que Julio me había obligado a hacer por imbécil, creo que me puse pálida, porque me volvió a decir que no me veía bien. Aproveche la ocasión para darle la razón y pedirle que nos fuéramos que no me encontraba bien, además le dije que el con el pie tampoco lo disfrutaría, afortunadamente me hizo caso y nos despedimos volviendo para casa.
Iba echa una mierda, le había engañado, le había jodido la semana de vacaciones, casi le hago polvo el pie al empeñarme en ir por un sitio difícil el primer día, con suerte además que no se cayó por el terraplén . Estaba ensimismada pensando en todo esto, además de luchar contra la sensación de ser una mierda, de no valer para nada, solo para hacer cosas que harían mucho daño a mi familia y a mi marido si se enteraban alguna vez cuando una pregunta suya me sobresalto, pero no podía haber entendido bien .
Cuando mire a Roberto lo vi muy serio y le pregunte que por favor me repitiera la pregunta que no la había entendido, el me la repitió
- Te he preguntado que si no hubieras estado mejor en el hotel, al fin y al cabo en algún momento me hubiera despistado y podrías echar un polvo con tu amante, ¿o me vas a negar que Julio es tu amante?.
Me puse pálida como una muerta, le dije que de que hablaba, me dijo que había sumado dos y dos al ver a Julio en el hotel, a la fiebre que tenía en casa cuando él me visitaba, sin duda por el miedo y esta repentina urgencia por irme. Me pregunto si había terminado ya con él o solo era una rabieta de amantes.
En ese momento debido al miedo que sentí al ver que estaba al descubierto con Roberto creo que me cortocircuite, no era capaz de pensar con claridad, empecé a decir lo primero que me venía a la mente, le dije que veía fantasmas, que solo decía idioteces, le monte un pollo de muy señor mío en el coche por pensar eso, en ningún momento me dio por pensar que nos hubiera visto en el bosque, era imposible, estaba con un esguince. De modo que seguí con escusas tontas y montando el circo.
Cuando me calle haciéndome la ofendida pero muerta de miedo por lo que me había dicho giro entonces un segundo la cabeza, me llamo por mi nombre, momento en que le mire, vi como me miro con una tristeza que hizo que mi corazón se detuviera por un instante al ver sus ojos, me dijo que me había dado una oportunidad de confesárselo y la había desaprovechado, acto seguido me conto que cuando yo sali se sintió mal porque al fin y al cabo era mi semana que intento alcanzarme y vio como me salía del sendero al bosque con Julio, que le costó encontrarnos pero que cuando lo hizo fue para ver como estábamos follando. Después con tono duro dijo algo que me había estado aterrando en mis sueños durante toda mi convalecencia
- Raquel, quiero el divorcio.
Le suplique que se lo pensara, le dije que solo había sido un error estúpido, que no volvería a pasar, por favor que pensara en las niñas . Cuando llegue aquí me grito que no las mencionara, que no las manchara nombrándolas, juro que me dio miedo. Vi como apretaba con fuerza el volante hasta ponérsele los nudillos completamente blancos, rechinando los dientes me dijo que se lo contara todo, toda la verdad.
Giro la cabeza y vi una mirada despiadada en sus ojos y me dejo bien claro que no sea había caído de un guindo, que sabia ciertas cosas que si por un instante lo que le contaba no coincidía o algo de lo que sabía lo había omitido no dudaría en divorciarse, dejarme sin nada y llevarse a las niñas. Entonces recordé que había estado hablando por teléfono según él con las niñas pero que no me paso con ellas .. considere que estaba perdida así que cante como un canario, le conté todo de pe a pa llorando, no me podía arriesgar porque tenía claro que si de verdad sabía algo y no lo contaba me dejaría llevándose a las niñas, lo malo de Roberto es que nunca dice nada en vano, cuando lo dice lo hace. Seguimos el resto del camino sin que me dirigiera la palabra o me mirara tan siquiera, me pase todo el camino llorando.
Cuando llegamos a casa y entramos, me enfrento y me dijo que como todavía quedaban cuatro días para el domingo se marchaba a un hotel para no tener que estar bajo mi mismo techo, que además debía de pensar que hacer. Le suplique pero solo logre la advertencia de que no quería saber nada mas de mi hasta el domingo, por la cara que puso supe que debía de callarme y esperar lo que decidiera, también supe que lo que fuera que decidiera debería de pagar un alto precio por lo que había hecho, solo rezaba para que el precio no fuera mi familia.
Esos cuatro días resultaron infernales, por una parte mis remordimientos, porque en contra de lo que cualquiera pueda pensar me arrepentía de todo lo que había pasado, del daño que había hecho a mi familia porque aunque Roberto me perdonara y no lo tuviera en cuenta, que desde luego no seria así, el daño indefectiblemente había sido hecho sin remisión.
Por otra parte el miedo a la decisión que Roberto pudiera tomar, sabía que tomara la que tomara yo lo pagaría de una u otra forma, sobre todo con nuestras hijas y hay sabia que Roberto no tendría nada que ver.
Si nos divorciábamos era consciente de que el ganaba más, tenia mejor horario, las niñas lo querían con locura, además yo era la infiel, en el caso de que el juez en contra de todo pronóstico me dejara a mí a las niñas estas me odiarían toda la vida por separarlas de su papi, si se las dejaran a él me odiarían también por hacerle daño a su papi y hacer que no quisiera estar conmigo, sea como fuere era yo quien perdería a las niñas, y además no podría quejarme porque yo sola me lo había buscado. Como bien sabia ellas a mi me adoraban pero lo de su padre era devoción, no tenía ni punto de comparación, estaba sentenciada, solo podía esperar que Roberto me quisiera todavía lo suficiente como para tener otra oportunidad ..
CONTINUARA