La falsa pero pervertida historia de Dragon Ball 1
Bulma pasa la estafeta sexual a Goku, para así quitarle la inocencia además de convertirlo en su amante.
En algún lugar del planeta se dibujaba el rastro que dejaba un auto yendo a gran velocidad. Se trataba de Bulma, quien agobiada por lo largo que estaba resultando el viaje, tenía el radar situado a un lado del volante. Se detuvo un instante para estirar las piernas, la proximidad de la segunda esfera por conseguir le sacó una sonrisa de alegría. Continuó su recorrido con la esperanza de que estuviera situada en una ciudad cercana, por lo que apresuró el paso.
No podía recordar cuánto tiempo había pasado desde que dejara su casa. Pero lo qué realmente causaba meollo en ella, era la falta de sexo, puesto qué era la primera vez desde los encuentros que tuvo con sus padres, qué no tenía sexo, más aún en un período tan largo. Aunque había usado la cápsula donde guardaba sus juguetes, no le resultaba suficiente en comparación con las sensaciones que transmitía un trozo de carne real en sus adentros. En su recorrido se había parado en algunas ciudades, pero la mayoría de especímenes varones eran hombres feos, viejos y toscos.
La velocidad a la que viajaba apenas le permitió darse cuenta de la persona que estaba frente a ella, de prisa, frenó tan rápido como le fue posible, pero aún así le fue inevitable el impacto contra el mandandolo lejos, temerosa de las consecuencias, no le quedó más que lamentarse. No obstante y para su sorpresa, el niño estaba intacto, y loco de rabia fue hacia ella levantando el auto y aventándolo, en su lucha por la supervivencia de lo que parecía ser algo insólito, tomó su arma y rafageo hasta darse cuenta que el niño había sobrevivido a cada bala. Con el niño alegando, según escuchó le querían robar su comida y ella sin comprender lo que pasaba, trato de dar sentido al por qué de sus acciones.
Poco a poco fueron llegando a un acuerdo y cuanto más hablaba con él niño, se daba cuenta de su ignorancia, sobre todo cuando este quiso ver debajo de su vestido, exponiendo brevemente la silueta de su culo bajo una bragas de encaje, le extrañó más cuando este le mostró su cola, meditando sobre la fuerza que un infante lograba tener. Casi enseguida el niño la invitó a comer y al explicarle qué le cocinaría a Bulma, ella se sintió agradecida que él chico no contaba con las costumbres de la ciudad, aquella en la que algunos hombres sólo usaban a las mujeres para los deberes caseros olvidándose de los placeres sexuales, además de que en su vida, pocas veces cocinaba gracias a que era rica y tenía servidumbre.
Miró su radar para constatar que la dirección en la que iban era la misma donde se hallaba la próxima esfera. Su suerte no podía ser mejor, pensó. Poco le importó su auto destruido y en el camino hicieron las presentaciones. El chico se presentó con el nombre de Goku y ante la burla de él hacia al nombre de ella, recordó lo molesto que era tratar con los chicos.
Al llegar a casa del chico toda su molestia se vio recompensada cuando frente a sus ojos vio una de las esferas que buscaba, pero al parecer el chico le había tomado gran afecto debido a que este era un recuerdo de su abuelo fallecido. Ante esto, tuvo que explicarle el origen detrás de la esfera. En su intento por convencerlo de obtener la esfera, la chica apeló a su cuerpo, sabía qué pocos hombres eran capaces de resistirse, aunque Goku se vio tentado por la deliciosa forma oculta bajo las bragas, su inocencia no le permitió reconocer la invitación de esta. Al darse cuenta de que tal vez tendría que ir un poco más lento con él y de qué al igual que ella, parecía tener un hambre similar por las aventuras, le resultó fácil convencerlo y lograr qué le prestará la esfera que tenía en su poder.
Salieron de su casa y le mostró la magia de las cápsulas, apareciendo al instante una motocicleta. Aunque en su trayecto sufrió el secuestro de un dinosaurio, comprobó la fuerza del chico al ser rescatada con facilidad por el. Cuando reanudaron su viaje y este se sujetaba a ella de su cintura, recordó el ansia porque unas manos volvieran a recorrer su cuerpo desnudo. El niño era inocente e ignorante, lo cual haría sencillo el moldear sus capacidades para su gozo sexual.
Al caer la noche y el acoso del hambre en Goku y haciendo uso de las cápsulas, encontraron refugio. Después de llevarse un susto gracias al televisor, mostrándole las maravillas que ofrecía la luz eléctrica. Instó al chico a darse un baño, al desnudarlo su sorpresa sobrepasó cualquier situación hasta ahora compartida con él, a pesar de su flacidez, el niño mostraba un pene largo y grueso, superando las normas que establecía su edad, incluso superaba las medidas de su padre. Al iniciar el baño, y en la medida que Bulma tallaba su cuerpo, el pene del chico comenzó a mostrar reacción. A Bulma le costaba creer que alguien tan pequeño estuviera tan bien dotado, ciertamente su ignorancia era bien compensada con una fuerza y un pene increíble. La unión de ambas cosas suponían un placer indescriptible, el chico que no sabía lo que pasaba por la mente de la chica, se dejó llevar por las caricias cada vez más provocativas.
Usando el baño como excusa, Bulma comenzó a desnudarse frente a él. Vació un poco más de agua en la bañera y dejó que las burbujas y la temperatura fueran las ideales. Con cada prenda que caía en el suelo, Goku podía constatar la diferencia de género entre ambos, mirando, lleno de intriga y una excitación hasta ahora desconocida, preguntaba, con ella dando una explicación de la mejor manera posible. Curioso, Goku alargó su mano para sentir los redondos pechos de esta, apretando suavemente, anhelando la posibilidad de descansar su cabeza sobre ellos al descabezar un sueño. A Bulma no le incomodó el toque debido a la forma erecta de su pene, que era cada vez más pronunciada y por ello se relamía los labios casi saboreando. Lo colocó al borde de la bañera explicándole que lo que haría sería para tener una limpieza más profunda sobre su pene. Le dijo que no se moviera y abrió la boca tanto como le fue posible para engullir aquel trozo de carne. Inocente, Goku asintió antes las órdenes y no se inmutó hasta sentir la sensación de calidez qué resultaba avasalladora, Bulma había dado mamadas una y otra vez a su padre, pero ahora mismo se sentía como una primeriza ante la poca cobertura que lograba conseguir. Sintiendo el pene hundirse a lo más profundo de su garganta, el sonido de las arcadas consterno a Goku quien enseguida retiró el pene de su boca -¡Goku! ¿Qué estás haciendo? -dijo gritándole enseguida del abandono de su pene -te dije que no te movieras.
-Es qué pensé qué te estaba lastimando -la preocupación del chico hizo que se sintiera mal, moderando el tono de su voz.
-Descuida Goku, esto ya lo he hecho, aunque no con algo tan grande. Pero dime ¿te está gustando? -Ante las sensaciones experimentadas, Goku solo atinó a decir con una sonrisa.
-Si, mucho ¿podrías continuar?
-Claro que sí, pero esta vez no te muevas y déjame hacer todo el trabajo ¿lo prometes?
-Lo prometo.
-Eso es, buen chico -bulma volvió a arrodillarse frente a él prosiguiendo con la mamada. Se acomodó el pelo en una coleta. Engullo el contorno de la polla pero sin poder lograr una vez más, tragarla hasta la base. El agua estaba tibia, pero su cuerpo se ponía cada vez más caliente. Una de sus manos atrapó un pezón de sus pechos en tanto la otra bajó a su vagina, frotando sus dedos en ella, repitiendo el ritmo de la polla de Goku entrando y saliendo de su boca. Primero fue uno, y luego dos, la mano completa quería entrar, pero podía imaginarse qué no se comparaba con las dimensiones del chico. Goku abrió y entrecerró los ojos. Sentía que algo de su cuerpo quería salir, como si tuviera unas ganas terribles de orinar, pero aún así, hacía lo posible por contenerse ya que no quería hacerlo dentro de la boca de Bulma. Su abuelo le había enseñado que debía respetar a las mujeres, y no quería faltar a sus consejos -Bulma, quiero, creo que quiero orinar -le avisó entre suspiros, abriendo la boca para tomar aire. Una de sus manos se acercó a la nuca de ésta, la agarró y jaló hacia él. Bulma intentó tragar, pero no era suficiente, aunque el sonido de las arcadas se repitió, a él no pareció importarle, porque aunque no quería orinar dentro de su boca, la calidez, la lengua haciendo círculos alrededor del tronco se sentía tan bien.
Bulma cesó las caricias de su cuerpo para sujetarse a la bañera y así lograr un empuje en dirección contraria al chico, sentía que se ahogaba, pero la mezcla de ahogo y placer habían hecho llorar a su vagina los primeras gotas de su jugo mezclándose con el agua. Superando su propia fuerza, logró zafarse -go, go, go ¡Goku! -alcanzó a gritar al separarse. Le siguieron unos momentos en donde buscaba recuperar todo el aire posible. Transpirando sin cesar, vio al chico tomar aire por igual, con el placer dominando cada forma de su cara -¿¡acaso querías matarme!? -le preguntó molesta.
-Pero tú, tú dijiste.
-Te dije que no te movieras, y me tomaste de la nuca hasta casi ahogarme.
-Ah sí, lo siento, es qué se sentía tan bien. Demasiado, yo diría -Goku decía esto sin la menor preocupación, provocando más ira en Bulma, sin embargo -por cierto, también me estaban dando muchas ganas de orinar, pero no quise hacerlo en tu boca -dijo juntado un par de dedos en sus manos.
-¿Eh? -Bulma pudo entender de qué se trataba y admirando su aguante le dijo -te querías venir y aun así aguantaste. Sabes Goku, creo que serás un gran amante. Creo que este viaje me ha dado algo mejor que unas tontas esferas. Pero primero, como todo científico, debo corroborar si mis sospechas son correctas.
-¿Eh? -Goku no sabía de qué estaba hablando, solo la vio abandonar la bañera, pasar la toalla en su cuerpo y el de él. Le extendió la mano y dijo.
-Ven, vamos a la cama.
-¿Ya nos vamos a dormir?
-Antes de eso, haremos algo mejor -Goku se subió contento de lo cómoda que era la cama, brincando y brincando sin parar. Ver toda esa energía en el chico hacía que Bulma se humedeciera cada vez más. Se subió a su lado y acomodó un par de almohadas detrás de su espalda, abrió la piernas, llevó sus manos a la vagina para abrir sus pliegues y le dijo -ya basta Goku. Vamos a jugar a algo más divertido. Goku se detuvo y volteó a verla. Bulma estaba con el pelo desparramado, sus pechos firmes y exponiendo su intimidad. Para su pene la reacción fue instantánea, sabía adonde pertenecía, una gota del líquido preseminal sobresalió resbalóndose por él.
-Bulma, ¿qué estás haciendo?
-Ven Goku, vamos a coger. Si te gustó lo de hace un rato esto te va a encantar, será mucho más divertido y placentero -la idea de poder repetir las sensaciones anteriores fue suficiente aliciente para hacerle caso. Curioso, se acercó siguiendo cada orden de la chica. Colocándose en medio de sus piernas, con una de sus manos tomó la polla acercándose a la vagina de esta. Bulma podía sentir las descargas eléctricas barrer su cuerpo, en la antesala de los placeres que tremenda herramienta suponía darle. La proximidad se le hizo lenta, cuando los primeros centímetros acariciaron sus pliegues, soltó su vagina para sujetarse a las sábanas. La calidez de su boca no podía podía compararse con la que su polla experimentaba al entrar en la vagina de la chica, Goku se sentía tan contento que enseguida se enchufo a ella, sintiendo la polla entrar como una puñalada, Bulma se lamentó de placer -¡aaaarrrrggghhhh!
-¿Te lastimé? -preguntó Goku a punto de retirar su polla a pesar de lo bien que se sentía en esa funda de carne.
-Claro que no. Hacía tiempo no me sentía tan bien. De hecho, creo que es la primera vez que experimento un placer tan grande. Vamos Goku, ahora la vas a meter y sacar, tan rápido o fuerte como puedas. ¿Entendiste?
-Sí, entendido.
-Ah, y sólo si te digo que pares, entonces lo harás, haga lo que haga y escuches lo que escuches no hagas nada más.
-Entendido -Goku tuvo un instante sin saber dónde colocar sus manos hasta que tomaron la cintura de la chica. Enseguida comenzó el mete y saca ordenado.
-¡Aaahhhh! ¡Si, así, eso es! -decía Bulma, la entrada y salida de tremendo miembro, golpeando sus paredes, entrando a los más profundo le daba un placer indescriptible. A pesar de que su padre había sido el primer hombre en su vida, podía apostar que sería Goku quien arruinara su vagina para cualquier hombre que conociera en la posteridad. La sensaciones en su vagina se expandían a cada poro de su cuerpo, todos los vellos de su cuerpo se erguían, sus pezones estaban duros, filosos, sus manos apretaban cada uno de ellos, agarrando con la palma el contorno de sus pechos y magreandolos. Goku se sujetaba y aumentaba las embestidas con mayor fuerza cada vez más, no podía creer lo bien qué sentía, su pene siento aprisionado por la paredes, la punta tenía que llegar a lo más hondo, las ganas de orinar se estaban avivando una vez más, pero no haría nada a menos que la chica dijera algo al respecto si es que podía adivinarlo -eso es Goku. Sigue así. ¡Dios! Qué bien se siente. Estoy teniendo la mejor cogida de mi vida. ¿Verdad que esto es divertido Goku? ¿Verdad que sí?
-Si, es muy divertido. Me encanta -dijo Goku quien arremetió con más fuerza.
-Eso es Goku, hazlo así. Más fuerte. No puedo creer que un niño pueda cogerme de una manera tan rica como tú. Qué pueda tener una verga tan grande. Creo que he encontrado al hombre de mi vida. ¿Vas a cogerme todos los días en nuestros viajes Goku? ¿Lo vas a hacer? -Goku no sabía a qué se refería exactamente, pero sí con coger se refería al placer que ahora estaba experimentado, por supuesto que lo haría. Esta sensación era casi adictiva. Bulma había dejado de magrear su cuerpo para sujetarse de la cabecera de la cama, los embates con los que Goku arremetía superaban sus expectativas. Parecía que el chico quería que la polla atravesara su cuerpo y le saliera por la boca -Goku, Goku.
-Bulma, Bulma.
-¿Qué pasa Goku?
-Yo, yo, creo que quiero orinar.
-¿Qué? -Bulma no quería que el placer terminara. No, cuando sabía qué estaba apunto de venirse. De pronto recordó la ignorancia del chico en cuanto a estos menesteres, seguro estaba por venirse y estaba confundiendo la sensación. A bulma le gustó, saber qué podía aguantar el tiempo suficiente para hacerlo con su pareja en turno. El respeto que tenía por el placer de otro cuerpo, ajeno a la búsqueda de su propia placer como algunos hombres no podían. Goku sería un excelente amante, ahora lo sabía -no importa Goku, hazlo dentro de mí. Te prometo que será mejor de lo que piensas.
-¿Estás segura?
-Si, hazlo dentro de mí. Vente. Vengamonos juntos. Dios, esto será tan bueno.
-Aquí voy -Goku tomó impulso y enseguida de una última estocada pareció darle al vientre de Bulma la forma de su polla, se vino, soltando chorro a chorro. Bulma no pudo más. Era el mejor orgasmo de su vida. Había cerrado los ojos y apretado los dientes, lágrimas de felicidad surcaban sus mejillas mientras un instante se sintió en el limbo. Fuera de este mundo, completamente desnuda con la luna bañando su cuerpo y un gran vacío a su alrededor. No fue sino hasta qué Goku cayó sobre ella, exhausto, qué el peso de su cuerpo le hizo consciente del propio devolviéndole a la realidad.
La cabeza de Goku descansaba sobre los pechos de Bulma, respirando poco a poco. Ella sentía su aliento sobre ellos, los dos estaban exhaustos. Una de sus manos alcanzó su rostro, quería mirarle. Aquel chico rabioso y fuerte ahora se veía tan vulnerable. En sus ojos vio el reflejo de su expresión dándose cuenta que era la misma que su madre le había dado hace mucho. ¿Acaso se había enamorado? Enseguida salió de sus cavilaciones -¡Oh por dios! Lo había olvidado -Goku confuso, sintió como la chica lo hizo a un lado levantándose enseguida de la cama. La vio buscar en un bolso y sacar un compartimento. Dentro, había unas pastillas. Regresó con una pequeña caja a la cama.
-¿Qué es eso? ¿Son dulces?
-Claro que no, son pastillas
anticonceptivas. Con lo largo del viaje y falta de oportunidades deje de tomarlas, pero contigo a mi lado, veo que hice muy bien en traerlas. Esta bastará por ahora. Mañana empiezo a tomar las demás. Son una invención de mi padre. La posibilidad de dejarme embarazada le obligó a crearlas, y aunque no es un experto químico, con ayuda de algunos colegas logró perfeccionarlas. Claro, no reveló el porqué de su idea -Bulma sonrió ante la sorpresa y quizás desagrado que sus colegas hubieran tenido si se hubieran enterado que el prestigioso doctor Brief cogia con su hija y esposa -soy muy joven para ser madre -Goku no parecía entender nada, solo estaba cansado y de pronto el sonido de su estómago reclamando algo de comida se hizo presente -Debes tener hambre, yo también, nos prepararé algo rápido. Por hoy, creo que te mereces que la intrépida Bulma se ponga un delantal -se levantó de la cama rumbo a la cocina.
Recostado y cansado, Goku vio a Bulma ponerse un camisón rosa que apenas alcanzaba a cubrir la desnudez de sus glúteos. Después de eso, aceptó la invitación a comer y fue con ella, comieron hasta hartarse para después quedarse dormidos abrazados el uno al otro.
Al día siguiente, Bulma se despertó temerosa de la posibilidad que las esferas se hubieran perdido. Para su alivio, solo se había tratado de una pesadilla. Tras la negativa de Goku por un café, lo vio salir para calentar un poco. Debido a lo tardío de su regreso, salió y se dio cuenta que había hecho amistad con una tortuga que al parecer se había perdido. Con la promesa de devolverle a su lugar de origen, partieron rumbo a la playa. Bulma pensó que sería romántico hacerlo con Goku en una playa desierta, deseaba saciar todas las opciones que su nuevo amante ofrecía debido a su aguante y otras capacidades en general.
Goku subió a la tortuga en su espalda y Bulma con ayuda de las cápsulas apareció una motocicleta. Y así, ambos se fueron deseosos por llegar a su destino.