La factura y el artículo para publicar

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia Periodista, la relación con una Dómina y sus esclavos

Estoy nervioso, hoy es el día que por fin podré entrevistar a la Diosa de Ébano. Yo , con apenas 24 años, tengo la oportunidad de hablar con ella. Con Miranda. En los ámbitos del BDSM, es CruelFemme. Su fama llegaba más allá de Madrid, donde residía en uno de los barrios más pijos de la Capital, Salamanca. Muchas veces se había cruzado con lo que hoy en día son los personajes de la corrupción. No sólo en las calles, si no en su estudio, eso lo sabían todos los que se dedicaban al periodismo. Si ella hablara, sobre sus clientes, caería no sólo España, si no Roma y otras ciudades. El estar con ella valía un pastón. Eso si, decían que, era como un buen veneno, poco a poco te mataba.

Me sudan las manos. Es sólo una puta entrevista, tampoco exageremos, pero es con ella. La reina de la noche.”

Bajo las escaleras, no había ascensor en esos pisos del centro de Madrid. Había una portera mayor, que le sonrió.

Andrés salió a la calle, mientras sonreía al día. Aunque era un día nublado, era su primera entrevista y no iba a desperdiciar la oportunidad de hacer un buen artículo. Paseo por las calles de Madrid.

Llegó al palacete de Miranda. Estaba bien conservado, era su lugar de trabajo. Andrés sabía de buena tinta, que los nuevos ricos intentaron boicotear su reforma, cuando se enteraron quien era la persona que compró el inmueble. Ella sólo hizo dos llamadas, según cuentan las malas lenguas y el tema quedó zanjado.

Tocó el timbre, de un portero automático, espero unos instante y una voz varonil se oyó a través de él.

Buenos días ¿qué desea?

El hombre tenía una voz agradable, una manera de hablar correcta, se notaba el nivel cultural.

Buenos días, me llamo Andrés Valentín, tengo cita con Miranda.

Disculpe, no conozco ninguna Miranda.

¿Como que no? Si ella me dijo que viniera a las 11.00.

Se equivoca usted Sr. Andrés.

Perdón, quiero decir con CruelFemme.

Un momento Sr. Andrés.

Andrés quedó como un tonto, Miranda, es fuera de esas paredes, dentro es CruelFemme. Miranda no existe, ni nunca existirá. Quien diga ese nombre, no será atendido.

Sr. Andrés CruelFemme, le atenderá. Pase por favor, siga el camino por el jardín, hasta llegar a la casa, allí le estaré esperando yo.

Muy bien muy amable.

Andrés entró en uno de los jardines más hermosos que había visto. Naranjos , cipreses, almendros, castaños. Un estanque preciso, todo bien cuidado.

Llegó al palacete y lo que vio le sorprendió mucho. Al final de la escalera, había un hombre desnudo, con un collar puesto. Una sonrisa era lo único que llevaba. Pero era feliz, no le importaba estar desnudo. No le importaba el frío que hacía, no importaba que algún vecino o vecina de los pisos adyacentes lo miraran con prismáticos, él era feliz, lo demás le importaba una mierda. Le llamaban obsceno, maricón, poco hombre. Al esclavo de CruelFemme, ellos eran los esclavos, no eran libres, se debían al peor veneno que hay hoy es día, las apariencias y el dinero. Él servía con total libertad a la Mistress, podía irse cuando quisiera. Servirla, era lo que más deseaba, adorarla. Una sonrisa suya equivalía a todo. Ella era su mundo.

Andrés al llegar a su altura, no pudo dejar de fijarse en su miembro, era bastante grande, calculó que sobre los 19 cm.

El esclavo se llamaba Fabián, pero todos los de la mansión lo conocían como esclavo 1. Era el encargado de hacer que las tareas de la mansión se hicieran. Limpieza, contratar lo que hiciera falta para la mansión. Él supervisaba todo lo relacionado con las empresas de CruelFemme.

Era musculoso, medía sobre 1.78 m. Dientes perfectos, sonrisa blanca y su mirada, era una mirada de paz y equilibrio.

¿No tiene frío? - Preguntó Andrés.

El frío se supera con el abrigo, de mi Ama adorada.

¿Qué abrigo?

El del amor que siento por ella y ella por mi.

Pero ir desnudo, es una crueldad, en este tiempo.

Y yo lo elegí, ella no me obliga a hacerlo, me ofrecí yo.

Pero si puede ir vestido, ¿por qué ir desnudo?

Se nota que es periodista y profano en el tema.

Si, un poco cotilla si que soy.

No se preocupe Sr. Andrés, voy desnudo para demostrarle que no tengo nada que esconder, es una forma de que ella lo note. Que soy todo suyo.

Osea que ir desnudo, hace que ella vea que le demuestra respeto y sinceridad.

Si, lo ha definido muy bien Sr. Andrés.

Mientras hablaban, el esclavo 1 lo llevó a un salón bien grande, estilo barroco. En el centro una mesa pequeña, plateada de madera, dos sillones y un sofá de color violeta, las patas a juego con el color plateado de la mesa. Un espejo con adornos recargados, el trozo que cubre el espejo, hay un fondo negro. El suelo de mármol blanco, sin alfombras da un toque de profundidad. Estanterías blancas con pequeños adornos, como botellas curiosas, candelabros de plata, copas negras, otro espejo pequeño al lado de la estantería y un atril de cristal. Se podía comer allí en el suelo.

Si es tan amable de esperar aquí.

Muy bien, gracias. - Andrés se sentó.

¿Desea un café? Alguna bebida, ¿quizás un cóctel?

No, bueno un café solo si es posible.

Al momento Sr. Andrés. Anunciaré su llegada a CruelFemme.

Ella apareció, parecía una pantera, vestía una vestido de color ocre, con una chaqueta negra, maquillada, no en exceso. Zapatos de tacón cuadrado, alto. No de aguja. Era una visión preciosa, tenerla al lado y oler su perfume, su sonrisa franca, sincera, pero un toque distante, no supo como definirlo Andrés. El esclavo 1 se acercó hasta donde estaba Andrés

Ama te presento al Sr. Andrés

Mucho gusto. - Dijo ella dándole la mano.

Igualmente.

Esclavo, ¿has ofrecido una bebida para el Sr?

Si mi Ama, le están preparando un café solo.

Muy bien. Puedes retirarte, pero antes ¿resolviste el tema de ayer?

Si mi Ama, te está esperando.

Bien retírate.

Si mi Ama.

El esclavo 1 se retiró mientras entraba otro hombre desnudo también, este llevaba una máscara. Estaba temblando con una bandeja que en cualquier momento podía caer al suelo. Apenas llegó a tocar la bandeja la mesita, Andrés oyó un pequeño soplido de alivio. Ella observaba bien de cerca los movimientos de ese otro sumiso o esclavo, observó como ponía el té para su Ama, primero. Le sirvió la taza, con sumo cuidado, le puso la servilleta de lino en una de las piernas y le acercó el azúcar hasta la taza.

¿Cuantos terrones mi Ama?

Uno.

El hombre le sirvió un terrón. Luego de dejarla bien servida, hizo lo mismo con Andrés, quien veía surrealista la escena. Pero no dijo nada, esperó a que terminara el proceso de servirle.

¿Ordena usted alguna cosa más Ama?

No, puedes retirarte, regresa a tus que haceres.

Si, mi Ama.

El hombre salió del salón, sin apenas hacer ruido, eso es lo que le extrañó a Andrés, veía gente pasar, limpiar, llevar cosas, pero apenas se oía ruido, todo era paz y sosiego a pesar de la gente que iba y venía.

¿Qué tal está el café Andrés?

Muy bueno Miranda. - Lo dijo a posta su nombre

Una cosa, sé que has dicho Miranda, ex profeso. Si vuelves a llamarme así te irás sin entrevista. ¿Quedó claro?

Si,

Aquí soy CruelFemme, no lo olvides. - Dijo con mucha fuerza en su voz y con seguridad.

Perdón, no volverá a pasar.

Está bien. - Su voz sonó relajada otra vez.

CruelFemme, usted no nació siendo Dómina, ¿como fue su vida antes que eso?

Ella sabía que preguntaría por su vida anterior, poca gente conocía sus andaduras antes del BDSM. Pero no se escondía de ello, así que suspiro, tomó un sorbo de se té y empezó a narrarla.

Nací en Nigeria, en un pueblo que si sale en los mapas. Mis padres eran pobres, como la mayoría de gente en ese país. Mi madre murió y mi padre me vendió como esclava sexual.

No comprendo, ¿su propio padre?

Ellos lo llaman matrimonio concertado, pero en realidad es como una esclava sexual.

Siento oírlo.

Sólo acabo de empezar Andrés. - Dijo con una mirada de serpiente. - Me casó con un comerciante de madera, bastante rico para la zona donde vivíamos, era un gordo seboso, que cuando me crecieron las tetas, acordó el precio por mi.

Hizo una interrupción en su relato, para sorber un poco de té, cosa que aprovechó Andrés para hacer lo mismo, beber un sorbo de café.

Yo apenas me enteraba, pensaba que sería como las novelas que veía de América del Sur, todo bonito, que me cuidarían, me tratarían bien, respetarían mi condición de mujer. Como podemos ser tan tontos. Todo se basa en el poder del dinero.

No todo, la salud, el amor. Eso creo yo CruelFemme.

Eso son excusas de los pobres, para decir que los ricos no tendrán esas cosas, pero te puedo asegurar que si las tienen y en cantidades industriales.

¿Qué pasó después de la boda?

La boda estuvo bien, yo al estar cansada no de di cuenta de nada. Pero por la noche si que empecé a saber el valor de cosas tan insignificantes como oler una flor o pasear por el campo acariciando los árboles.

¿La violó?

Noooooooooo, no puede violarme si estoy casada con él.

Pero aquí si que puedes denunciar.

Eso es Nigeria, allí no hay leyes que protejan a las mujeres, somos tres agujeros para proporcionar placer a los hombres. Si me violó. Tuve que aguantar el dolor de ser penetrada y aplastada por un gordo cabrón. Tenía que hacerle una felación, le gustaba no quitarse los calzoncillos sucios y yo debía sacarle el pene por la rendija del calzoncillo y mamarla. Le apretaba con los labios y movía la lengua al mismo tiempo. Esta técnica la aprendí viendo películas porno y otras formas de chuparla, que hacían, que se corriera más rápido. Cuando se corría, para mi era más liberación que para el cerdo de mi marido, yo sonreía. Él pensaba que yo disfrutaba, pero no era así, la sonrisa era que ya había terminado de ver esa cosa, que se decía llamar hombre. Cada día desde que me casé lloraba y pedía la muerte. Dios no me escuchó, le rogaba que lo hiciera. Gordo de mierda

Era la primera vez que oía como CruelFemme, soltaba un insulto, su cara lo expresaba todo, mirada un poco perdida, pero fija, en esos momentos Andrés, Sabía que estaba recordando, instante a instante lo acontecido.

¿Cuanto duró el matrimonio?

Nueve años, hasta lo 22. Luego murió de un ataque al corazón.

Entonces usted recibiría la herencia.

No, tenía parientes, hermanos y sobrinos. Pasé a formar parte del séquito de uno de sus hermanos.

Joder ¿no tuvo nada de la herencia de su marido?

Si, tristeza, eso obtuve. Pero decidí salir de esa situación. Así que una noche me escapé. Estuve, ¿qué hora es?

Las 13.00

Tenemos que dejarlo aquí, tengo una tarea que no puedo dejar de hacerla.

Estuvo un momento sin hablar, pensando, Andrés notaba como los engranajes de su mente daban forma a una idea.

Andrés, tu quieres saber como es una Dómina, te propongo una cosa.

Dígame CruelFemme.

Quédate conmigo, este fin de semana, así podrás entrevistarme, verás como vivo, podrás verme en mi estudio.

¿Puedo pedir un condición CruelFemme?

Por pedirla si, pero no que te la conceda.

¿Puedo tener total libertad en entrevistar a tus sumisos o esclavos?

CruelFemme, lo pensó un momento, pero al cabo de unos segundos sonreía. Así que Andrés lo vio como una señal positiva.

Está bien, pero deberás firmar un contrato, lo leerás y si estás conforme con las condiciones, entonces podrás entrevistar a mis sumisos y sumisas, aunque ahora no las veas, tengo sumisas en mi mansión.

Vaya, pensaba que sólo hombres.

No, algunas vienen a aprender a ser Dóminas, por supuesto ellas pagan un tributo.

¿En forma de qué, lo pagan?

Dinero o servicios, depende. Ahora te dejo. El esclavo 1 te dará el contrato y luego de firmarlo, serás libre de hacer lo que expongan las condiciones. Fuera de ellas no podrás hacerlo. ¿Entendido Andrés?

Si CruelFemme.

Nos vemos, espero.

Ella salió del salón y Andrés se sentó, estuvo esperando un rato, quizás 15 minutos y apareció esclavo 1 con unas hojas, era el contrato.

A grandes rasgos el contrato tenía una clausula de confidencialidad, que podía entrevistar a quien quisiera, pero si el entrevistado lo deseaba, que debía guardar respeto a todos, fueran quienes fueran. Se abstendría de hacer fotos. Y otras clausulas, que sería muy extenso enumerar a todas ellas.

Andrés leyó el contrato y lo firmó, Una copia para él, otra para archivar y otra para CruelFemme.

Ya está, esclavo 1 y ahora ¿qué?

Bueno puede entrevistar o yo mismo le enseñaré las instalaciones. Si no están usándolas.

CruelFemme, dijo que debía hacer algo imperativo, ¿qué es?

Ha habido un esclavo que no obedeció una orden suya, está en juicio.

¿Un juicio a un esclavo?

Así es.

¿puedo presenciarlo?

Creo que si, pero lo consultaré antes, deme un minuto Sr. Andrés.

Esclavo 1 llamó por el mobil a su Ama. Le respondió por wassap al cabo de 2 minutos, dando el OK, así Andrés podrá ver el juicio a ese esclavo.

El esclavo 1 lo llevó a un sótano. Allí una sala grande, desde donde partían varios pasillos con puertas en ellos. La sala estaba decorada con ornamentos de BDSM, algunos cuadros, todo con una iluminación indirecta, baja, pero que te permitía ver perfectamente, tonos rojos, ocres, azules. Una barra de bar con marcas caras.

El esclavo1 lo llevó a una de las habitaciones. Tocó la puerta. Andrés empezó a tener un poco de miedo, el ambiente, la decoración te hacían sentirte inseguro. Como cuando entras en el túnel del terror siendo pequeño, sabes que son actores, pero no por ello dejas de tener miedo.

Se abrió la puerta. Lo que vio Andrés fue un espectáculo que jamás olvidará. En el centro de la habitación, un hombre de unos 35 años, desnudo, al lado una maleta, en frente de él un atril con unas hojas. A su lado una mujer vestida con un corpiño negro, precioso y muy caro. Con un látigo de nueve colas. Andrés lo sabía porque investigó un poco antes de hacer la entrevista a CruelFemme. Apoyadas en las paredes, habían sillas donde estaban sentadas mujeres. Todas desnudas, estaban en la penumbra, apenas las podía ver, Andrés supuso que eran sumisas, porque las Dóminas iban vestidas. Junto a CruelFemme, estaban 4 mujeres, algunas tendrían entre 30 y 40 años, una de ellas más edad sobrepasaba los 40. Dos al lado izquierdo y dos al lado derecho, pero quien era la protagonista de la escena era la dueña del palacete.

Hoy estamos aquí reunidos, para dar castigo a una violación de mis reglas. Hoy este – señalando al sumiso – rompió una de mis órdenes, en forma escrita. Ya se le dio cuando entró aquí las normas que debía seguir. Yo he perdido mi tiempo, en instruirle, en convertirlo en lo que es, alguien mejor, más libre. Yo saqué lo que deseabas, ser sometido por una mujer. Has traicionado mi confianza y la de los que están aquí. ¿Tienes algo que decir en tu defensa?

Si, mi Ama, la quiero, intenté evitarlo pero me he enamorado de ella.

Eso no es excusa por haber follado a una sumisa, sin mi permiso. Si me hubieras pedido permiso, te lo habría concedido, pero lo hicisteis sin conocimiento mío a traición. Tú entregaste tu cuerpo y mente a un 24/7. Firmaste un contrato. Recuerdo que lo hiciste con alegría. Bien esclavo 1, ¿qué posición ocupaba este esclavo?

La número 5.

Desde hoy, si te quedas estarás relegado a la última posición, eso significa, que harás las tareas peores de la mansión. Ahora la pregunta, ¿Aceptas el castigo? O deseas marcharte.

Aquí el esclavo miró hacia un parte de la habitación, Andrés vio que desde allí, había una mujer, con una melena larga, que le tapaban los pechos, aunque cuando se movía salían un poco de la melena y observó que eran tipo pera, con el pezón grande. Estaba asustada por lo poco que pudo ver Andrés. Empezó a excitarse. El bulto, empezó a notarse, ante tanta belleza en esa habitación. El ambiente también era propicio para ello. El esclavo estaba temblando, tanto de frío como de miedo. Sabía que si se iba, no tenía nada, la maleta con la que llegó y nada más. Perdía todo, su mundo durante los 3 años que estuvo allí se romperían y si se quedaba, el castigo era los latigazos que CruelFemme daría.

Ama ¿podré ser amante de ella?

Eso no se decide aquí y ahora, pero no impediré el amor entre dos personas, eso nunca. Tú ya debes saber interpretar eso.

Incluso Andrés lo interpretaba, CruelFemme, les dejaría casarse, pero respetando sus reglas. No era un mal trato, chaval si te gustaba servir a una mujer.

¿Qué has decidido?

Me quedo Ama.

Bien, ve a la cruz y allí espera nuestra decisión.

Si mi Ama.

El esclavo 5 salió de la habitación, acompañado por esclavos.

Ya sabías lo que hizo vuestro compañero. Ahora tenéis que decirme, que castigo imponer, cuantos azotes debemos darle.

Ama, ¿me permite hablar?

Si, pero sabes que en los juicios, puedes hablar sin tener que pedir permiso.

Andrés supuso que el esclavo, sabía las normas, pero que así hacía la pelota a su Ama CruelFemme. Un poco de halago y pelotilleo gusta a todos.

Creo que 20 latigazos por cada vez que se acostaron, sería lo suyo.

Esclava 8, ven aquí. - Señalando al centro de la habitación.

La esclava 8 salió como un resorte, era la chica de la melena larga. Cuando llegó al centro de la habitación se arrodilló

Si mi Ama.

La melena te tapa las tetas, el pelo ATRÁS.

Si mi Ama, perdón.

La esclava cogió la melena con las manos y se la tiró detrás del cuello, dejando ver unas tetas preciosas y firmes.

¿Cuanta veces te acostaste con el esclavo 5?

Cuatro mi Ama.

Osea que serán 80 latigazos. No, eso en mucho.

Mi Ama.

Dime esclavo 1

Podríamos combinar, que el castigo sea azotarlo y otras formas de castigo.

¿Alguna sugerencia?

Sé que no es bisex, que sólo le gustan las mujeres, pues que el castigo sean 40 azotes y que haga un Cuckold.

¿Estáis de acuerdo? Levantad la mano quienes están de acuerdo.

Todos levantaron la mano, era un castigo bastante idóneo, ver como follan a tu novia, en este caso la esclava 8.

Este será tu castigo también, esclava 8. Como tu ya aceptaste el castigo, lo harás con 4 hombres que yo elegiré. Te follarán, el esclavo 5, será el encargado de prepararte para el evento. En diferentes días, no quiero que te arda tu vagina. ¿Aceptas?

Si, mi Ama.

Bien, ahora sólo queda el tema de azotar al esclavo. Señoras, ¿quienes de ustedes tendrá ese mal trago? Siento que deban hacerlo, pero es necesario.

Yo misma amiga lo haré. - Dijo la mujer más mayor de todas.

Está bien, se levanta la sesión.

Todos y todas las presentes, se levantaron.

Esclavo 1 ¿puedo ver el castigo?

Hablaré con la Ama que lo realizará, si ella dice que si, no hay problema. Espere aquí.

Andrés, esperó, vio como la esclava de la melena larga se quedaba para recoger los vasos, las jarras de agua, poner las sillas apiladas. Ella sabía que Andrés estaba allí, pero no dejó de hacer sus tareas. Andrés quiso ayudarla

No por favor no me ayude, es trabajo mío.

¿Por qué lo haces? Es humillante.

Lo elegí yo, libremente, sin ninguna atadura,

Entones ¿puedes irte cuando quieras?

Pues claro que si. Me gusta sentirme sometida por otra mujer.

¿Quieres al esclavo 5?

Si, estoy enamorada y si piensa usted que estamos retenidos, esto ha sido una puesta en escena, cuando queramos podemos irnos, pero aquí estamos a gusto.

Pero no os paga, no tenéis sueldo.

No y si lo tenemos. Hay una paga de beneficios que es distribuida en función de tu nivel.

¿Cuanto cobraste tú?

El año pasado 6000 €.

Vaya casi un sueldo de todo un año.

Si pero estamos 24/7, pero es cierto que trabajamos y CruelFemme, nos recompensa por ello.

¿Tanto da este negocio?

Eso no lo sé, deberá preguntárselo a la Dueña.

Sr. Andrés, el Ama Daniela, le deja ver el castigo. Le exige que si va a verlo, no diga nada, ni haga ningún ademán de desaprobación, si no puede aguantar, salga de la habitación.

Está bien.

Acompáñeme Sr. Andrés.

Regresaron a la sala espaciosa y cogieron el pasillo de la izquierda. En la primera habitación, estaba el esclavo 5 atado de espaldas en la cruz de San Andrés. Los sumisos, a un lado de rodillas, el Ama Daniela, escogiendo el látigo, daba unos cuantos golpes en el aire para calibrar el que mejor convenía. Andrés intuyó que escogería el que menos le dolería.

Este castigo esclavo, me duele más a mi que a ti.

Lo sé Ama Daniela.

Si yo te avalé. Contarás los latigazos y no quiero oír ni un quejido por tu parte.

Si mi Ama.

Daniela, soltó un latigazo en el culo, zas, era como un soplido de aire y hielo. Impactó en las posaderas del esclavo 5, apenas se quejó, pero una marca de varias colas del látigo se quedaron en el culo, como una imagen de tu vida que no puedes quitarte.

Zas otro

Dos – Dijo con voz temblorosa.

Daniela era un experta en azotar, tenía puntería y precisión increíble. Los latigazos eran como los golpes que te da la vida misma. Siempre en el lado más débil. Ella hacía igual, azotaba en las zonas donde ya había dado

Andrés empezaba a ponerse malo, no dejaba de mirar, había algo que no le dejaba apartar la mirada. Ya llevaban 30, el culo estaba rojo, el esclavo 5 sudando, temblando todo su cuerpo, su alma. Apenas le sostenían las piernas.

Espera, descansa traedle agua, que beba.

Daniela, aprovechó para llamar CruelFemme.

CruelFemme, tiene el culo casi en carne viva, creo que le daré menos fuerte.

¿Como está él?

Apenas puede moverse, está muy apenado y el dolor es menor comparado con el haberte defraudado.

Está bien,¿te parece si le das los últimos diez con sólo tocarle?

Está bien, creo que es lo mejor.

Así lo hizo, le dio los últimos diez azotes, sólo tocándole. Le quitaron las argollas de las manos y pies, el esclavo 5, se marchó lleno de moratones, pero con la mente puesta en servir más y mejor. Fue a ducharse y la sumisa a la que amaba, vino a su habitación, le trajo su nuevo collar y las órdenes de su Ama, el collar era negro, con el número 10, volvía a la casilla de salida, no le importaba. Estaba en el sitio donde quería estar., con CruelFemme.

Andrés empezaba a ver que ese mundo, era tan oscuro porque la gente no comprendía a esas personas. Ellas no se tomaban la molestia de explicar a gente de mente tan obtusa, del porque de su elección sexual.

Sr. Andrés

¿Si?

Si me permite, creo que debería enseñarle su habitación, si quiere podemos ir ahora.

No tengo ninguna muda.

Tenemos ropa de sobra, creo que usted tiene una 35 de camisa y una 52 de pantalones.

Caramba, podrías ganarte la vida como sastre.

Gracias, ese era mi oficio.

¿En serio?

Nooooo, ja, ja, ja, ja, ja.

Vaya que humor

Los esclavos también podemos hacer bromas, no sé de que se extraña.

Pues parece muy estricto, el ambiente es como definirlo

Es como es, no intentamos definirnos.

Entiendo.

Se llegaron a la habitación de Andrés, era espaciosa, con un cama grande, blanca, los muebles a juego, un escritorio, cuarto de baño, parecía una habitación de hotel de cuatro estrellas. Era cómoda, tenía incluso televisión por cable.

Estaba duchándose cuando apareció la chica de la melena larga. Estaba preciosa, iba vestida con un conjunto negro, un camisón, pero tenía unas pequeñas cintas que iban a las tetas, más abajo otra cinta hacía de veces de tanga, pero se notaba todo.

El Ama, me ha dicho que esté a tu disposición.

Andrés quedó atónito, apenas pudo articular palabra, era una visión de la perfección, no evitó mirarla a las tetas. Era preciosas, sobresalían los pezones del camisón, transparente negro. La polla de Andrés estaba a punto de romper el pantalón.

Quiso decir algo, pero los labios de la esclava 8, le besaron tiernamente, con suavidad al principio, sin lengua, despacio, tentando el terreno. Cuando ella notó la polla de Andrés y que le apretaba el culo con las manos, ella le metió la lengua, moviéndola, suavemente, pero lascivavidad. Le cogió del cuello y le giró la cara, mientras le besaba. Andrés giró la cabeza y ella aprovechó para meterle la lengua más adentro, mas profundo, tanto que Andrés tosió en un momento y tuvo que apretarse el pecho.

Dame un respiro chica, me estás matando.

Está bien, no hay problema. ¿Le gusta?

Me encanta, pero tu novio no

Mi novio ahora no existe, sólo tu y yo. Déjame darte placer.

Pero yo quiero darte placer a ti, también.

Mejor es lo que espero de esta noche.

Ella le apretó el paquete, mientras Andrés le besaba las tetas, las lamía con la lengua fuera, le daba chupetones y tiraba un poco con los dientes del pezón, notó que a la esclava 8 le gustaba. Recordó donde estaba, así que le agarró del culo, la levantó y la llevó a la cama. Ella quedó de espaldas, con el culo abierto, se agachó dejando ver su precioso coño, la rajita, era pequeña, depilada totalmente. Andrés le levantó el camisón y apareció ese culo redondo, precioso, musculoso. Esas nalgas que pedían azótame. Cosa que hizo Andrés, ella gimió de placer, mientras ponía el culo en una postura más agradable para nalguearla. Andrés estaba extasiado de pasión, sus instintos más animales salieron a flote, quería morderla, besarla, apretarle las teta, sin darse cuenta, era lo que hacía, la sangre le hervía de pasión, lujuria y sexo.

Esclava 8 le quitó los calzoncillos y apareció el quinto miembro. Tieso, fuerte viril.

Le masajeo con las manos, mientras Andrés intentaba tocarle las tetas, ella se giró como una serpiente y lo dejó tumbado boca arriba. Ella su puso entre sus piernas mientras le chupaba la polla. Era una experta, la lengua y los labios hacían una fricción y al mismo tiempo una succión que dejó a Andrés casi sin fuerzas para poder hablar. Sólo podía suspirar. Andrés pensó que no quería que esa sumisa, llevara la iniciativa, además estaba a punto de correrse y no quería terminar tan pronto. Así se se la quitó de encima. La ladeo para ponerse entre sus piernas, empezó a lamerla, primero las piernas, los muslos, subiendo poco a poco, como la temperatura de un tetera, hasta que se oye un piiiiiiiiiii. Ella empezó a jadear, luego a gemir, sobre todo cuando le mordía con cariño los labios de la vagina. Apareció el clítoris, amplio, bonito, rosado. Andrés lo besó tiernamente antes de lamer y acariciarlo. Ella se tensaba cada vez más, jadeaba y gemía, mientras la espalda se arqueaba. Su cuerpo era un delito, para quien la vea como un pecado. Esta gente retrógrada, jamás sabrá lo que se siente un hombre al lado de un mujer así. Andrés ese día lo sabía.

La esclava 8 no quería correrse, no deseaba hacerlo, aún no quiso salir de esa lengua no tan experta como otras, pero si que era bienintencionada, iba mejorando la técnica a medida que lamía. Se notaba que no había comido muchos coños, pero la práctica hace la perfección. Ella notaba que estaba a punto de correrse. “Puto cabrón, no me deja dame la vuelta y chuparle la polla que para eso vine. Dios que me viene, para cabrón, para”.

Se arqueo, su boca se abrió para soltar un gemido de placer, intenso, agradable, le gustó, “no estuvo mal, con el tiempo serás un buen amante”

Estuvo jadeando, su respiración era fuerte, al cabo de unos minutos, fue tranquilizándose, sus mejillas estaban rojas, una sonrisa amplia, plena, apareció.

Deja que me tranquilice, Andrés, que te toca a ti disfrutar.

No te preocupes, estoy muy casado, no hace falta.

Si que hace falta, yo quiero que disfrutes.

¿Perdona? Tu no quieres nada, lárgate.

¿Como? Pero

He dicho que te largues, punto.

La esclava 8 apenas lo podía creer, estaba siendo Dominante, no lo entendía, ella era una buena lamedora, pero ese puto cabrón la despreció y no sólo eso, si no que la trató como lo que era una esclava. Salió sin casi vestirse, Andrés la echó fuera.

“Menudo gilipollas que estás hecho. Acabas de sacar a un belleza, una tía que estaba por ti, has renunciado a un mamada”. “Tú eres un imbécil”. Esos fueron los pensamientos de Andrés, pero no pudo follar con un mujer que su corazón pertenecía a otro. No por obligación. mier

Esclava 8 se quedó helada, “me ha rechazado”, “joder, ese puto cabrón, me ha rechazado, a mi”. “ Pero como me ha puesto, estoy chorreando, me tengo que masturbar, espero que CruelFemme no se entere de ello, que tengo que pedirle permiso para pajearme”. “Puto niñato, me ha puesto a mil y más cuando me rechazó”.

Andrés tuvo que masturbarse varias veces para poder dormir. Estaba lleno de ella, su aroma a jazmín y rosas, la piel oscura de mujer andaluza, esos ojos miel que le miraban mientras estaba entre sus piernas, la sonrisa franca y cariñosa, que le ponía por su falta de experiencia. Toda ella era su anhelo de la mujer que deseaba tener.

A la mañana siguiente, el desayuno que cogió sabía a cemento, polvo y mierda. Había croasan y otras buenas viandas, recién hechos de la cocina. No se la quitaba de su cabeza, lo intentaba.

“Tiene a ese puto esclavo 5 o como se llame”. “Ella está enamorada de ese gilipollas, que de gili mucho, pero polla, poca”. “No se la merece”. “Oye tú estás aquí para hacer un reportaje sobre CruelFemme y punto, concéntrate, joder”.

El Sábado lo pasó, viendo todas las instalaciones, incluida la cocina. Está noche había noche temática romana. Asistirían gente de todos los rincones de España. Era un acto benéfico para la gente sin hogar. CruelFemme, tenía mas corazón que esos putos ricachones o nuevos ricos. A ellos les importaba un huevo si los pobres, morían en la calle. “Que se jodan, son unos vagos, no quieren trabajar”, había oído alguna niñata de papá, que lo decía. ¿Qué sabrá ella? Eran gente sin cultura del esfuerzo, más que de las frase “ papá necesito dinero para salir”. Esta ere su esfuerzo máximo. Putos niñatos, pijos. Gente sin valores, más que el dinero. Personas que son sobre protegidas, durmiendo en sábanas de satén y entre nubes de apariencias.

Andrés apenas pudo pasar esa noche, no bebió, como le gustaba, sus gin tonic eran su bebida favorita. Se fue a dormir pronto.

El Domingo, lo llamaron, a las 06.00 de la mañana.

Sr. Andrés, le requieren en la sala de juicio – Dijo el esclavo 1

Andrés se presentó allí y vio a la esclava 8. Ella asustada. La sala con todos los esclavos y esclavas, no había Dóminas sólo CruelFemme.

La esclava 8 vestida, con una maleta junto a ella.

Esto es tuyo – Señalando un bolsa blanca.

NO mi Ama, no es mío, jamás he tomado blanco.

Esto es coca, NO TOLERO DROGAS AQUI.

Pero Ama, alguien me lo habrá puesto

No hay nada más que discutir, quedas expulsada

Esclava miró al esclavo 5, estaba desnudo, sin hablar, le miró y le dijo lo que ella esperaba que fuera un SI, su mirada de ternura, desharía cualquier iceberg.

¿Te vienes conmigo? - Dijo con voz trémula.

Un silencio sepulcral, por respuesta, el esclavo 5 no respondió, sólo agachó la cabeza sin decir nada.

“Menudo hombre estás hecho. Yo habría dicho SIIIIIIIIIIIIIII” se dijo Andrés.

Ella empezó a llorar, desconsoladamente, mientras salía de la habitación. La reunión terminó.

¿Has terminado el reportaje?

Si, ya lo tengo terminado.

Pues no hace falta que sigas aquí ¿verdad?

No, cero que ya tengo suficiente.

Bien, antes de publicarlo

Si, le enviaré por correo para que usted de el OK.

Muy bien, esclavo 1 acompáñalo a la salida

Andrés salió furioso de allí, no quería saber nada de esta imbécil de mierda. Cuando salió de la mansión, vio a la esclava 8 esperando un bus. Era un día gris en el barrio de Salamanca. Pasó delante de ella sin decirle palabra. Pero inspiró el aire que había alrededor de ella, si olía a jazmín, a rosas y tristeza. Caminó doscientos metros y se giró, la vio allí, sin haber movido un músculo.

“Joder, Joder, joderrrrrrrrrrrrr.” Corrió hacia ella, cuando llegó apenas podía respirar.

Mira, no me conoces de nada, acabo de empezar a currar en un periódico, vivo en una mierda de apartamento. Es pequeño, por la noche se oye la música del pub de abajo. Pero yo bailo, ¿quieres bailar el resto de tu vida conmigo?

¿Qué quieres decir?

Que quiero que seas mi novia, mi mujer, mi reina. Deja que te admire cada día, que cuide te ti.

Ella no reaccionó, se quedó atónita, pero deseaba que ese cabrón que la puso a mil, regresara a por ella, lo pidió al altísimo, si es que hay alguien allí arriba. Parece que si.

¿Seré tu esclava?

No tengo ni idea de como hacerlo, de momento serás mi reina.

Yo te ayudaré, no te preocupes. Dijo ella mientras le puso la mano de Andrés en su pecho.

El día no fue tan gris en el barrio de Salamanca, Madrid olía a jazmín y rosas. Andrés y Laura, se casaron, se compraron un piso en el extrarradio de Madrid. Apenas podían comprar una lavadora, pero por alguna razón, una mañana vino un camión lleno de electrodomésticos nuevos, de buena marca. Nunca supieron quien se los regaló.

En la mansión de CruelFemme. El esclavo 1 archivó un factura. Él sonrió, la factura eran de una nevera, televisor, lavadora, lavavajillas y otros electrodomésticos. Él puso la coca por orden de su Ama. Ella conocía bien el espectro humano y sabía que la esclava 8 no sería feliz con el esclavo 5. Era egoísta y por eso se quedó. Cerró el archivo, lo mismo que las luces de la oficina.