La Extraña Chica Nueva (5)

Una gran sonrisa se formo en mi rostro. Que cosas tan lindas me hacia sentir esa mujer. Me levante de la cama, me cambie, y salimos tomadas de las manos hacia el carro, waoooo, que emoción, me llevo a mi casa, nos despedimos con un beso y luego se marcho. Uff, que noche, la habría de recordar toda la vida

Caí en un sueño muy profundo, tan profundo que me desperté como en eso de las dos de la tarde y todavía permanecía en el mismo lado donde me había acostado.

Tenia una resaca  (cruda, como dicen los mexicanos) del mismo diablo, fuerte dolor de cabeza, y una sed inmensa.

Tome una ducha de cabeza a pies y también un Sal Andrew, para los malestares.

No tenia ganas de nada, ese día entero me la pase acostada y pensando mucho en Awilda, pensé en llamarle, pero como que no me atrevía.

En la noche, revise unas cuantas tareas de la uni, planche la ropa que me pondría al otro día para ir al trabajo y me tire de nuevo a la cama.

Me desperté temprano como siempre y me dirigí hacia mi trabajo, no tenía ganas de nada, estaba en modo: LOW BATERY, todavía sentía el bum bum  de las bocinas en mis oídos, no podía concentrarme.

Me puse las manos en la cara cerrando los ojos, luego baje mi cabeza y la puse sobre el escritorio.

Escuche unos pasos e inmediatamente levante mi cabeza, eran la jefa y Awilda conversando acerca de el Estado Financiero de uno de los clientes.

“buenos días” dijeron ambas, dirigiéndose hacia sus oficinas, yo, por mi parte fingí estar concentrada en mi trabajo.

En eso Sharon se acercó a mí,

Sharon: ¡ay ¡amiga, que goza dimos el sábado (dijo sonriendo y sentándose a mi lado). Aun me siento aturdida por todo lo que tome.

Sharon tomo la silla, la acerco a la mía y puso su cabeza en mi regazo.

Sharon: me duele la cabeza. (Me dijo, mientras yo acariciaba su pelo).

En eso se acercó Awilda y al vernos pregunto que pasaba, con cara de enojo.

Sharon: es que me siento un poco mal.

Awilda: ahh, y por eso debe estar recostada de las piernas de esta señorita.

Sharon: pero Awilda yo simplemente…

Awilda: pero nada, (interrumpió) le recuerdo que esta es una oficina donde se viene a trabajar, vallase a su cubículo por favor señorita.

Sharon y yo nos asombramos bastante, nunca se había portado así, quizás la incomodo la postura en la que Sharon y yo nos encontrábamos.

Sharon: claro señora, disculpe. (Dijo, levantándose y caminando a su escritorio).

Yo: Awilda…. Yoo...

Awilda: shhhh, no digas nada. (Levantando el dedo índice, cortándome los ojos y regresando a su oficina).

Yo: y a esta quien la patrocina? (pregunte, acercándome a Sharon y señalando hacia la oficina de Awilda).

Sharon: no se, parece que se le revolteo el apellido o el marido no le hizo el “trabajito” anoche. (Sonriendo).

Al parecer Awilda sintió un poco de celos, volví a mi escritorio a ver si por fin me concentraba en los pendientes que tenía.

Awilda no me hablo en todo ese día, ni siquiera tomo su hora de almuerzo, si que se enojo.

Gracias a Dios estaba llegando la hora de salida, ese día paso tan lento fue toda una tortura.

Me dio un poco de sed, así que, decidí ir a la cocina para tomar un poco de agua. Me disponía a abrir la puerta y cuando lo hice encontré un obstáculo.

Awilda estaba tras la puerta, al parecer también tenia sed y estaba tomando agua. Cuando empuje la puerta también la empuje a ella y un poco de agua se derramo sobre su camisa;

Awilda: eres ciega? Porque no te fijas?

Yo: disculpa, en ningún momento imagine que estabas ahí...

Awilda: ashh, ahora estoy toda mojada. (Con cara de enojo).

Yo: nadie te manda a estar en el medio. Que es lo que pasa contigo ¿ en unas estas bien, en otras estas mal??

No dijo nada, simplemente me siguió mirando con cara de enojo.

Me dirigí hacia el gabinete para tomar un vaso limpio, y tuve que alzarme porque al ser tan bajita no alcanzaba. Mientras lo hacia Awilda me rodeo por la cintura;

Yo: que diablos haces??

No dijo nada, solo me tomo por la cintura,  pego su toto a mi trasero y comenzó a rozarme con movimientos circulares como si me estuviera penetrando;

Me estaba presionando contra la meseta, sentía su cuerpo presionando el mio mmm, me encantaba.

Yo: ashh Awilda que haces? Estamos en el trabajo. (Susurre).

Ella no paró ni dijo nada y a mi me encantaba sentir su cosita en mi trasero. Movió su mano hacia mi entrepierna y comenzó a acariciarla.

Yo: Awildaaaa (nerviosa y excitada).

Con su manito pequeña (la que tiene el defecto), quito el pelo que tapaba mi cuello y comenzó a besarlo. Sentí su respiración lo cual me electrizo los sentidos eso, combinado con sus roces y caricias hizo que me arquera descansando así, mi cabeza sobre su hombro derecho.

Awilda perdió un poco el equilibrio y dio dos pasos hacia atrás, subió su mano hacia mi pecho izquierdo y lo apretó mientras lamia y mordía el lóbulo de mi oreja, yo vencida por tal escena, sentía como mis rodillas me traicionaban y casi no podía sostenerme en pie.

Awilda: te quiero coger. (Susurro, al mismo tiempo que su lengua penetraba mi oído).

Yo: por... por fav... por favor (sin aliento), estamos en el trabajo, no me hagas esto...

Awilda me soltó y debido a la excitación tuve que auxiliarme de la meseta para no caer desplomada al piso debido a la debilidad de mis piernas. Ella me observaba con unas ganas terribles de meterme la mano.

Awilda: esta bien, amm, ya es hora de Salir, así que, no vemos afuera.

No dije nada, solo la mire. Me hizo señal con la mano para que saliera y cuando camine hacia la puerta sonó una nalgada en mi trasero que nos hizo estallar en risas.

Ella se dirigió a su oficina y yo a mi cubículo para recoger mis cosas e irme a mi casa, ese día no me iría con Awilda en el carro porque ella iba para la uní a su doctorado y ese día nadie se iba con ella, no me tocaban clases así que tomaba otra ruta. (Al menos eso pensaba yo).

Reunidas en recepción, nos disponíamos a salir del edificio;

Awilda: disculpen chicas, un cliente me pidió que le mostrara la situación financiera en la que se encuentra su empresa, así que, necesitare una de ustedes que me ayude.

Todas nos miramos y ninguna se ofreció.

Awilda: Mariela, que dices? Esta disponible?

No me quedo de otra, tuve que aceptar, ashh, y yo loca por llegar a mi casa (pensé).

Awilda me entrego un par de folders que cargaba en sus manos y bajamos al estacionamiento. Entramos al carro y nos pusimos en marcha, a ver al dichoso cliente.

Yo: amm, y de cual empresa estamos hablando? (pregunte, revisando los folders).

Awilda: que? Jejeje amm,

Me quito los folders de las manos,  los lanzo al asiento trasero y me dio un piquito.

Awilda: no hay ningún cliente, solo quiero estar a solas contigo, me deshice de las chicas y mi marido piensa que estoy en la uni, así que, me encantaría “conocerte mejor”.

Jejej, me había engañado, y yo quejándome porque pensé que estaría hasta tarde en una reunión hablando de activos, pasivos, capital, ingresos, costos y gastos.

Uff por fin estaría con Awilda sin interrupciones, me sentía nerviosa y un poco asustada, esa sensación de tener el deseo inmenso de hacer algo, pero también ese temor de que alguien nos descubra.

No sabía hacia donde se dirigía, hasta que vi que entro a las instalaciones de una cabaña (motel). Estaba muy asustada, nos bajamos del auto y me tomo de la mano, lo cual me calmo un poco. Gracias a Dios aquí cada habitación en las cabañas tiene su propia cochera, es cuestión de entrar, bajar la puerta y a través de una ventanilla se trata con una persona acerca del tiempo a durar en la habitación.

Hablamos con esa persona, que por cierto era hombre, y al vernos tomadas de la mano nos miro con cierta morbosidad, hicimos el acuerdo, nos entregaron la llave y subimos hacia la habitación.

Entramos, yo estaba nerviosa a más no poder, pusimos nuestras carteras sobre una mesita, Awilda se sentó en la cama y yo me quede de pie mirando toda la habitación.

Observándome y convencida de que no tomaría la iniciativa, Awilda se me acerco por la espalda y comenzó a besarme el cuello;

Yo: amm, creo que debería tomar una ducha (le dije, echa un manojo de nervios, ya había estado en esta situación con ella, pero el echo de que por fin la tendría toda para mi, me ponía bastante nerviosa, además temía que mi olor no le gustara).

Awilda: jajajjajjaja (sonrió, volteándome hacia ella), bañarte noo, no tienes que bañarte.

Me tomo por la cintura e hizo que me sentara al borde de la cama, se arrodillo ante mi y me separo las piernas, yo bastante nerviosa, solo miraba el techo, ella metió su cara en mi entrepierna y pego su nariz a mi pubis;

Awilda: no hueles para nada mal, (con cara seria).

Se puso de pie y luego se sentó a mi lado, movió el pelo de mi cuello y comenzó a besarlo de nuevo.

Yo: amm, Awilda yo, (poniéndome de pie y rascándome la cabeza).

Awilda: tu queeee, ashh (desesperada).

Yo: nunca he estado con nadie. (Con cara de temor).

Awilda: ni hombre ni mujer?

Yo: ninguno.

Awilda: umm, mira, no te preocupes por eso, tengo ya seis años de casada, así que, por lo menos tengo experiencia con hombres y bueno, esto es lo mismo que hacerlo con un hombre, lo único es que no tenemos la cosita aquella, pero en lugar de eso tenemos diez dedos y una lengua, así que, no creo que haga falta, no te preocupes si??

Yo: amm,

Awilda: además, supongo que tienes imaginación ehh? Ya deja la paranoia y ven acá.

Me tomo de la mano e hizo que me sentara en la cama.

Awilda: no te preocupes nena yo te voy a cuidar. (Me dijo acariciándome el rostro).

Las dos sentadas a la orilla de la cama comenzamos a desnudarnos, me quitaba los botones de la camisa, me miraba a los ojos y sonreía, los nervios que poseían mi cuerpo fueron ahuyentados por esa calidez y seguridad que me proporcionaba Awilda.

Las dos quedamos totalmente desnudas sobre la cama, se acostó a mi lado y con su dedo acariciaba mi cuerpo desde mi ombligo hasta mi cuello, mi respiración se sobresaltaba al sentir ese dedo deslizándose por mi piel.

Lentamente se subió encima mio y sentí su entrepierna caliente y húmeda sobre mi abdomen, su boca busco la mía y nuestras lenguas se encontraron y se acariciaron fundiéndose en un apasionante beso. Su mano acariciaba mis pechos, y mis pezones reaccionaban erectandose al contacto,  pedían a gritos ser chupados y lamidos, así que, sin perder tiempo Awilda bajo hacia ellos metiéndolos golosamente en su boca, mordiéndolos suavecito y jugando un poco.

Sentía estallar de placer, todo mi cuerpo temblaba al sentir el calor de aquella mujer que tanto me gustaba, sentía como emanaban los líquidos por mis labios vaginales, doblaba mis piernas, las subía las bajaba, anhelaba que Awilda me tocara el toto.

Con  su lengua fue bajando a mi ombligo, a mi abdomen, beso mi pubis perfectamente depilado y se coloco entre mis piernas.

Acariciaba mis muslos y los besaba por la parte de dentro, sentirla tan cerca de mi toto me excitaba bastante, sentía que me latía mi botoncito.

Sentí su aliento en mi vagina y un lengüetazo la recorrió de arriba a bajo, los jadeos y gemido por mí parte no se hicieron esperar, mmm, ahhh. Su lengua resbalaba por toda mi vagina, chupaba mi clítoris y lo presionaba un poco, mmm eso si que me encantaba.

Uff, no resistía la mamada, mis gemidos eran cada vez mas escandalosos y mi cuerpo se arqueaba totalmente, Awilda se retiro un poco y me acaricio la vagina con los dedos, quedando estos llenos de mis líquidos y luego procedió a meter el dedo de en medio en mi abertura vaginal en busca de mi punto G y  luego volvió a poner mi clítoris en su boca.

Esta doble combinación me puso frenética, estuve que casi me senté en la cama, mis piernas estaban abiertas hasta mas no poder, y puse mis manos en la espalda de Awilda y en medio del frenesí de placer en el que me encontraba clave mis uñas sobre ella, a lo que ella inmediatamente reacciono recordándome que era casada y su esposo podría ver los arañazos.

Me recostó en la cama y continuo con su labor hasta que ya no pude resistir y a través de un gran gemido todas mis fuerzas me abandonaron, mi respiración era forzosa y mi cuerpo aun temblaba.

Awilda subió a mi lado, todavía podía ver por los alrededores de su boca los vestigios de mis líquidos, acaricio mi rostro un poco sudado y besaba mi cuello, mientras yo descendía de las nubes sobre una pluma.

Nos miramos, y la bese muy tiernamente colocándome sobre ella, ahora me tocaba a mi comerme ese cuerpecito tan rico.

La besaba como loca por todos lados, con suavidad y ternura mis manos recorrían todo su cuerpo, agarraba sus pechos, tocaba sus pezones y los metí a mi boca, me sentía como niña con juguete nuevo, no quería soltarla para nada.

Ella tomo mi mano y la puso en su vagina, pude sentir su toto húmedo y calientito, lo acaricie y mi mano resbalaba entre sus líquidos.

Decidí bajar a probar aquel lugar que me impacientaba tanto por conocer, así que, me coloque entre sus piernas, las cuales me esperaban completamente abiertas como diciendo: “ven mami comételo todo”.

Sus labios vaginales y su capuchón eran grandes y sobresalientes, muy a diferencia de lo mio que casi no se notaban.

Awilda estaba súper caliente, acerque mi lengua y recorrí su vagina con ella, su olor era agradable, para nada fuerte y tenía un sabor más o menos saladito.

Sin prisa, pero sin pausa le comí el toto y sus gemidos hacían que le cogiera mas gusto a mi labor, le metí un dedo, luego otro, me encanto sentirla por dentro y cuando se vino en mi mano.

Con sus piernas aun abiertas, me coloque encima de tal forma que nuestros totos se encontraron frente a frente, comencé  mover mi cintura como si la penetrara y pude sentir como sus labios grandes y sobresalientes rozaban los míos y un placer inmenso nos hizo venir al mismo tiempo.

Jadeando de placer, Awilda me pidió que suba a su lado, me acosté junto a ella y me recosté en su pecho, permanecimos así abrazadas, parecíamos una…

De vez en cuando nos besábamos, mis manos acariciaban su vientre y ella acariciaba mi pelo, ninguna dijo nada, nos comunicamos a través del famoso lenguaje de las caricias.

Faltaba poco para las nueve, perdidas en ese hermoso paraíso un ruido nos despertó del aquel lindo sueño;

“que tengo que hacer para que vuelvas conmigo vamos a dejar el pasado atrás”.

Era el celular de Awilda cuyo tono era una canción de Daddy Yankee,

Awilda: alo ¿

Era el esposo para saber si ya había salido de la uni y estaba de regreso a casa,

Awilda: amm, si, precisamente acabo de salir de clases y estaba en el baño refrescándome un poco, pero ya voy camino al carro.

Colgó y pues bueno, nuestra noche de pasión había terminado;

Awilda: me tengo que ir nena, ya mi esposo me esta jodiendo. (Acariciando mi rostro y levantándose de la cama).

Yo: amm, ok bb,  y no te ducharas?

Awilda: nooo, luego puede mi esposo darse cuenta, mejor lo hago cuando llegue. (Poniéndose la ropa), vamos princesa levántate que quiero llevarte  tu casa. (Sonriendo).

Una gran sonrisa se formo en mi rostro. Que cosas tan lindas me hacia sentir esa mujer. Me levante de la cama, me cambie, y salimos tomadas de las manos hacia el carro, waoooo, que emoción, me llevo a mi casa, nos despedimos con un beso y luego se marcho. Uff, que noche, la habría de recordar toda la vida…