La experiencia más enriquecedora
Ese día cambiaría mi vida, el estar con mi tío, dormir con él ser su mujer, me cambio la vida...
Hola para esta página y mis fans me llamaré Iris, es un nombre que me encanta, tengo 21 años, soy la más pequeña de la casa, tengo una hermana de 30 años, un hermano de 27, ambos ya casados, mis papás se esperaron un tiempo para encargarme… soy aperlada cabello largo, lo uso hasta media espalda, mis ojos son café. La verdad es que tengo un buen cuerpo, buen pecho y buen trasero, hago ejercicio, me gusta practicar el Tae Bo, estudio mercadotecnia, hago prácticas en una agencia de publicidad, por lo que en esta carrera la imagen es la diferencia entre éxito o pasar sin pena ni gloria, solo diré que soy de México porque con algunas historias más de uno sospechará quien soy.
Como han de imaginarse, tengo muchos pretendientes, de todas las edades, por supuesto que no soy virgen, hice el amor con un novio que tuve a los 18 años y dado a las experiencias recolectadas desde entonces, decidí entrar en esto de los relatos, ya que soy una chica que disfruta tanto de la vida, que la vive, y decidí compartir mis experiencias, mis aventuras, pues han resultado muy agradables, aparte que en todo momento excitantes.
Esta introducción la usaré hasta que mis fans se familiaricen… recuerden amores pueden enviarme sus consultas dudas o porque no platicar en
recuerden cariños, aunque Iris es un seudónimo y un personaje ficticio, sus aventuras son 100% reales.
Entremos en materia mis amores, el día de hoy les contaré sobre de una de mis últimas experiencia, por cierto la más enriquecedora y secreta, mis padres se divorciaron hace varios años, yo vivo con mi madre en un departamento, es justo lo que necesitamos, tras el divorcio mi mamá se volvió muy apegada a su familia, por lo que viajábamos muy seguido a ver a mis abuelos, hasta que fallecieron, lo cual unió más a mi mamá y mis tíos, el hermano mayor de mi mamá, mi tío Juan , se volvió el más cercano a ella, por lo que desde hace varios meses lo acogimos, pues mi tía Mayra murió y mamá no quiso dejarlo solo. Mi tío es un poco más bajo que mí mamá, esta algo barrigón pero no mucho, más moreno que yo y ya solo tiene algunos pelos canosos alrededor de sus orejas, sin mencionar un abundante bigote y barba, canas también.
Mi tío rondaba los 50 años, aunque ya había tenido sexo con hombres mucho mayores que yo, el más grande había sido un cliente de la compañía de publicidad un empresario de 45 años, mi tío no era para nada el tipo de hombre mayor con el que me gustaría tirar una canita al aire, sin embargo era muy gentil, yo lo relacionaba con que jamás había tenido hijos, y desde el divorcio de mis papás pues se volvió muy apegado a mis hermanos y a mí, pero las cosas sería distintas.
Mi mamá decidió darle el que era el cuarto de Roberto, mi hermano, a mi tío, él tenía su cuarto muchas fotos de nosotros, principalmente de mí con él, y yo le creía cuando decía que era por cariño, no me pareció nada extraño, mi mamá arrugaba el ceño, pero no le daba mucha importancia, yo disfrutaba mucho, pues sentía como si tuviera un admirador.
Bueno ya estuvo de antecedentes, ahora les cuento que un día que regresé temprano a mi casa, entre sin hacer ruido, pues mi tío estaba de vacaciones y tendía a dormir siesta en las tardes, por lo que no quería despertarlo, tiré mi mochila en el sofá de la sala y me puse a ver tele, andaba vestida con jeans muy ajustados a la cadera, una blusa sin mangas sin mucho escote, entre comerciales me pareció escuchar la voz de mi tío, salí sigilosamente de mi cuarto, note que la puerta del dormitorio de mi tío estaba cerrada, me acerque a la puerta y en eso escucho una voz de mujer gimiendo sofocada, y dije a caray mi tío teniendo sexo pero con quien que no nos ha dicho nada.
Entre el muro y el marco de la puerta hay una rendija un poco más ancha de lo habitual, así que, intrigada por la curiosidad y el asombro, traté de espiar… primero vi unos pechotes blancos y unos labios pintados, vi unas botas de cuero tiradas y concluí mi tío se pago una puta. Lo primero que pensé fue si mamá supiera, sin embargo mi curiosidad no paraba así que decidí espiar.
Entonces me asome con detalle y ví aquella escena, la mujer bajaba y subía, la puta montaba a mi tío con cuidado, debido a la prominente barriga de él, la posición favorita de esa mujer era montarlo, pero viendo hacia sus pies… entonces fue cuando vi aquello, yo al ver a mi tío jamás me imaginé que pidiera tener semejante pene, un pene grueso y largo, tan largo que la puta se la tenia que acomodar a cada rato.
Yo vería que mi tío se la pasaba de maravilla, y no se si era el miembro de él o la escena y el jadeo de la zorra, pero yo estaba excitada, yo ya me acariciaba los senos.
Ya cuando ví que terminaban, con cuidado de no hacer ruido volví a mi cuarto. Ya en mí cuarto la visión de mi tío haciéndolo con una puta ocupaba mi mente, mi excitación por lo que había visto, me llevo a comenzar a acariciarme, y pensaba en la escena, en eso un flashazo en mi mente me da una idea, yo puedo tenerlo si te da la gana, pero en eso me entró un escalofrío y mejor me limpié y salía a la cocina.
Estaba sirviéndome jugo, cuando sale del cuarto la puta sola, su cuerpo en sí era robusto pero curvilíneo, una cintura no muy acentuada, su rostro un poco grosero y sus labios pintados de un rojo de mal gusto, se me acercó y me dijo soy Natalia amiga de Juan tú debes ser Iris, yo solo asenté con la cabeza, ella se inclinó para decirme algo al oído: Cuando tú tío me daba duro, varias veces se le escapó tu nombre y riéndose se fue.
Me quede boqui abierta, me fui a mi cuarto me senté en la cama asimilando lo que la puta me había dicho, mi propio tío me deseaba…
Intenté olvidarme del asunto viendo televisión, pero la imagen de lo que había visto no salía de mi mente. Decidí salir hacer me de cenar para despejar la mente, mi tío seguía en su cuarto, casi cuando ya terminaba, el salió de su cuarto, me miró y apenado se volvió a meter, entonces supe que algo andaba mal.
Pasado el rato, ya alrededor de las 10:00 pm, mi tío toco la puerta de mi habitación accedí a que entrará, se sento en la silla al lado de mi cama y me confesó que había visto que los espié, entre en shock al instante no dije nada solo lo veía, el continuo diciendo que no se suponía que viera eso y se disculpo.
Lo ví tan apenado que solo le dije, cálmate, ya estoy grande, dándole una sonrisa de complicidad, le dije que no le diría nada a mamá y le ofrecí hacerle de cenar y el accedió.
Aun así, él estaba un poco alicaído, comiendo despacio, por lo que empecé hablar con él, por lo que le dije que no tenía idea que aún podía, tratando de levantarle el ánimo, sintiendo mis mejillas arder y bajando mi mirada, él sonrió y por vez primera, sus ojitos se clavaron en mí con cierto brillo de lujuria, me contestó con una sonrisa picara diciendo que el aun tenía mucha enjundia para atender damas, y entonces me hizo la pregunta obligada, ¿aun eres virgen?
Para ser honesta me agarró desprevenida, o más bien, el modo de hacerla, pero igual conteste, contándole que perdí la virginidad a los 16 años con un novio que tuve. Y entonces comenzó a pedir detalles y exclamé tío que preguntas, sonriendo, agarré aire y respondí dándole detalles, que después contaré en otra historia :P, y en eso sentí un roce por dejabo de la mesa, bajando la mirada discretamente, note que la pierna de mi tío mi rozaba, pues se acomodaba para coger su pene mientras contaba como mi ex me había pegado mi primera cogida, cuando el notó que lo ví, rápidamente volvió a la compostura, y solo asintió con un, muy interesante y sonriéndose visiblemente apenado.
Pero no paró ahí, después de un par de sorbos de refresco, me dijo, y los detalles, yo repliqué diciendo es demasiado tío, aunque sinceramente estaba muy divertida y excitada contándole a mi tío, el coincidió conmigo que era demasiado y con un gesto de desaire se levanto de la mesa y se dirigio a su cuarto, solo volteo a decirme que no le dijera nada a mi mamá de lo sucedido en la tarde, y se metió a su cuarto.
Me dirigí a mi cuarto, me metía a bañar en el baño de mi habitación, saliendo del baño en bata de baño, me quedé impactada, mi tío estaba sentado en mi cama, yo lo observaba fijamente sin decir nada mientras continuaba secándome el pelo, estaba asustada, pero a la vez excitada, (aquí cambio de la narración a formato más interactivo).
Luego del sobresalto, le pregunte si necesitaba algo, y me dijo:
-Oh, no, nada más, hijita, nada más vengo decirte que pases buenas noches… a menos que quieras que la pasemos juntos – se me subió toda la sangre a la cabeza, la temperatura de mi habitación se elevo al 1000, y respondí diciéndole, Como quieras.
Mi tío solo contesto, ¿Qué, en serio?, y continúe alentándolo, ya estaba iniciado, aunque quería ser dominada, en ese momento decidí impulsarlo, lo quería adentro de mí, y antes de que se viniera un ataque de decencia, por lo que le dije, Claro, aunque en un principio solo quería algo de jugueteos y ver ese pene descomunal.
Me jalo de la mano, me abrazo toda por encima de la bata y comenzó a besarme lentamente por la barbilla, bajando por mi cuello, hasta brincarse a mi boca y me choco esa masa de pelos, su barba, y sus labios chuparon los míos… y sin terminar de creerlo, mi boca se abrió, permitiendo la entrada de esa lengua gorda y caliente de mi tío… le chupé la lengua y nos besamos como un par de actores porno, de manera asquerosa… los dos estábamos ebrios de lujuria y de morbo, y en eso me pregunta:
-¿Qué tal chupas el pene?, yo estaba totalmente encendida, por lo que solo atine a responder,
¿Cómo quieres que te lo demuestre? , mirándolo a los ojos, una parte de mí rogando que no se detuviera, lo empuje para tenderlo en la cama, le desabroche el pantalón y me quedé helada al ver eso, sin mencionar que estaba fláccida en esos instantes, con mi mano izquierda tomé con suavidad y comencé con mis caricias, en segundos el órgano de mi tío cobró vida vi crecer esa pieza de arte, que más bien parecía de un ogro, que terminó bien dura a pocos centímetros de mi cara, la sujeté con mis dos manos, moviéndola, y empece a titubear, ya estaba inclinada, pero algo me detuve, y entonces fue cuando mi tío tomo las riendas y empujándome de la cabeza me inclino sobre su pene, comence a besarlo hasta que me lo introduje en la boca, mi tío comenzó a jadear…
-¡Ay, sí, mija!.
Moví mi lengua en círculos, acariciando y ensalivando ese hongo inmenso, pensando cómo abriría mi boca para tragarme toda esa carne. Después, ya mi lengua recorría esa pieza de arte.
-¡Aaaah, hijita, trágatela, ricura, trágatela toda ya!, mientras me impulsaba la cabeza hacia él
Abrí mi boca al máximo y como pude, metí ese hinchado miembro en mi boca, me parecía estar chupando uno de esos enormes caramelos redondos, los rompe quijadas… sentí el sabor de mi tío como a madurez y suciedad, sólo entonces caí en la cuenta que tal vez ni se había limpiado de los fluidos de la puta… lo que me excito más y me hizo mamar más fuerte quería que me comparará y que me dijera que yo era más rica.
-Hay mamita, preciosa, que rico te la comes!
Con todo, no pude tragarme poco menos que la mitad, era demasiado ancha para mi estrecha boquita, pero me esforcé succionando toda la sección que me cabía en la boca, bajando y subiendo mi cabeza, hasta que me dolió la quijada.
Apenas sentí ese pene hermoso temblando en mis manos y bajo la presión de mi voraz lengua y de mis labios, mi tío me alzó, me tomo del rostro, me volvió a besar las manos de mi tío se movieron por mi espalda, luego buscaron mi busto y con velocidad sorprendente abriéndome la bata, me subí en mi tío, abrazando su cabeza con mis brazos, devorando su boca, mamándole la lengua, rodeando su panza con mis piernas, me moría de ganas por sentirlo dentro de mí.
Esa posición favoreció la glotonería de mi inusual amante, que me hizo apoyarme de manos, arqueando mi espalda, hacia la silla de madera ahora desocupada, quedando mis senos bastante parados apuntando a su cara. De inmediato, mi vicioso tío enterró su cara peluda en mis pechos, lamiendo, mordisqueando, besando y chupándome los pezones…
-¡Qué rico, siempre te había querido mamar estos melones, amor! -me confesó en medio de su frenesí. A lo cual respondí, tío, son tuyos hoy, aquí los tienes para que te los comas como quieras, ya no había marcha atrás, mi tío me dominaba, me manipulaba con pericia, y entonces cruzamos la frontera, el punto sin retorno, crucé el punto de no retorno,me dejé hacer, y mi tío me tendió sobre la cama, besándome de nuevo, su panza pegada a la mía, luego fue bajando, deteniéndose un rato más en mis “melones”, luego, prosiguió su exquisito descenso hasta llegar a mi panquecito, que ya se le salía el relleno de tanto líquido que humectaba, restregó su cara contra mi sexo, me lamió y mordisqueó por mis muslos, solo exclame hazme tuya, y mi tío introdujo sus dedos en mi intimidad de manera instintiva, abrí más mis piernas, para que mi jugara como quisiera con mis genitales, teniéndome en su poder, incluso llegó a introducir sus dedos en mi chiquito, que a todo esto, lo tenía virgen y él lo notó sin duda.
Yo mantenía mis ojos cerrados, sólo sintiendo oleada tras oleada de placer, entonces sentí a mi tío encima de mí, abrí mis ojos y hallé su mirada, destilaba deseo, y mirándolo fijamente, se introdujo en mí, despacio, volví a cerré mis ojos de inmediato, abriendo mi boca sin emitir ningún sonido, mi tío era consciente que podía hacerme daño con esa cosota, así que me la introdujo lenta y deliciosamente, abriéndose paso entre mis trémulas paredes, ensanchándolas… nunca había tenido adentro algo tan grande, al ver mi placer me dijo:
-¿Te gusta, te gusta mi pinga?
-¡Sí, sí, la tiene bien rica, hágame suya!
Yo ya no era yo, rodeé su grueso cuello con mis brazos y me entregué a ese desenfrenado placer incestuoso, mi tío sujetó mis contorneadas piernas con sus brazos y empezó a castigarme con más furia…
-¡tío, fuerte, fuerte, más!, exclamaba, le pedía que me dijera puta, yo le decía, soy su puta, tío, soy su puta, toda suya!
Qué bien me sentí al decir esas cosas. Noté que transpiraba a chorros, costándole mucho esfuerzo bombearme en esa posición, por lo que lo invite a que me dejarla montarlo, se inclinó a mí y nos dimos un obsceno beso de lengua que duró casi el minuto, luego obedeció y se acostó boca arriba, yo me acomodé, sentándome a horcajadas sobre él, entonces experimenté uno de los más grandes placeres de mi vida, que fue, sentarme poco a poco en esa pija descomunal.
-¡Vamos, trágala toda, perra, puta inmunda! -me instó.
-¡qué bien se siente, qué delicia! -gemí, cuando me la encajé completa, sintiendo algo inmenso trabado en mi pelvis, y como pude, empecé a montarlo, no sin cierto dolor que solamente espoleó más ese pecaminoso deseo que me embargaba toda.
-¡Mi sobrina tan puta, muévete, rico mamacita!
-¡Tío, mi amor, tío, usted es mi hombre, mi macho! le exclamaba, ya acostumbrada a ese tubo en mi interior, mi cabalgata fue más efectiva y por unos minutos, nuestros quejidos y gritos llenaron el cuarto, nos dijimos de todo, y entonces después de las sacudídas, me viné, salté de mi tío y me comencé a comer de nuevo su tubo, hasta venirse, al sentir aquél semen caliente me dio por comérmelo todo, yo mugía como una vaca indecente mientras continuaba bebiendo esa leche que sentí tan sabrosa, que se derramó por las comisuras de mi boca, me tomé mi tiempo en limpiar ese grueso mástil, así como lamí sus huevos y hasta creo que tragué un par de sus pelos.
Luego me acosté, desnuda y cubierta de sudor al lado de él, y me adormecí, reposando mi cabecita contra su pecho, abrazándonos y durmiéndonos juntos. Recuerdo que era miércoles, y mi madre volvería hasta el viernes. El jueves me desperté diferente, aunque ya había tenido sexo, nunca había dormido con mi macho, ese día pasaría a la historia, pero eso es otra historia…