La excitante paga extra de Melissa (1)
Hace dos años, como cualquier otra noche, salí a conocer hombres y me encontré a Eduardo, conectamos perfectamente y fuimos a su casa a pasar una noche de placer que no solo no me esperaba, ni podré olvidar, sino que también me ofreció una forma de cubrir mis necesidades económicas inesperada.
Soy Melisa, y quiero contarles la historia de cómo acabe encontrando el trabajo de mi vida, una verdadera vocación. Mi nueva vida empezó hace dos años, tenía 25 años había dejado a mi pareja desde la adolescencia y me había mudado a Madrid para empezar una nueva vida con mi Licenciatura de Periodismo.
Pero el trabajo no aparecía y me encontré varios meses viviendo en las fiestas nocturnas y encontrando varias parejas sexuales de usar y tirar, hombres guapos o con un buen paquete que aprovechar para evitar la sequía, y empezaba a disfrutarlo.
Una noche de agosto me fui al pub de siempre, era miércoles, pero me sentía muy caliente así que me puse mi vestido ajustado azul, el Más ajustado, y caminé hasta mi mesa con mi coctel en la mano notando algunas miradas en mi trasero marcado, me senté colocando bien el escote, ya era amplio y casi no cubría mi 95 de pecho, me aseguré de que asomaran y estuvieran bien juntas y me peiné mi rubio pelo sobre los hombros
Pronto noté en una mesa no muy lejana a un hombre vestido con traje de chaqueta que me observaba descaradamente con su vaso en la mano y expresión algo seria. Debía tener unos 40 años cosa que nunca me ha importado y me recorrió un escalofrío por la forma en que me observaba así que le sonreí un momento antes de volver a mi copa. En menos de un minuto ya estaba caminando hacia mi mesa.
¿Te importa que me siente?
Claro que no -se sentó a mi lado y dejó su copa en la mesa.
¿Cómo te llamas?
Melisa
Yo soy Eduardo. ¿Sabes que estás buenísima cielo?
Vaya, gracias, aunque seas un poco directo.
No creo que te moleste mi descaro, alguien que deja ver así sus pechos busca algo descarado, y quiero jugar a tu juego.
Juguemos, ¿Se te ha puesto dura al verme entrar?
Cada vez que entras. Vengo muchas noches aquí a tomar mi whisky antes de volver a casa y de paso veo cada vez más de ti
Ya sé de qué me sonabas… ¿No te espera una mujer en casa?
No. Y hoy me acompañareis tú y tus tetas -me lo pensé un momento mientras él me acariciaba el muslo despacio.
De acuerdo, voy al servicio, si vuelvo y mi cuenta está pagada, me iré contigo, sino, tendré que seguir buscando…
Al volver le encontré de pie, la cuenta estaba pagada y había una generosa propina, sonreí y salimos juntos del local. Me rodeó a cintura y caminamos a un par de calles de distancia, a mitad de camino bajó la mano hasta mi trasero y agarró con fuerza una de mis nalgas, el vestido casi salta por abajo y noto como se me moja más la entrepierna.
Llegamos a su casa y me llevó a la cocina donde me sirvió un par de chupitos de tequila, ya tenía más calor del que podía aguantar. Dejé el vaso por segunda vez sobre la mesa y noté como sus manos aparecían desde detrás agarrándome las tetas y apretándolas contra mi cuerpo un par de veces con fuerza
- Mmm… además de grandes bien duras -apretó una vez más un par de segundos- ¿Cómo tienes los pezones preciosa? -me giré sobre el taburete de cara a él y empecé a bajar lentamente el escote de mi vestido hasta que asomaran mis pezones- Grandes y rosados, mis favoritos.
Sin más apartó mis manos y los sacó casi por completo del vestido uniéndolos con las manos y lamió uno de ellos por completo un par de veces, luego el otro, notaba como se me ponían rígidos y empezaban a despuntar. Entonces empezó a succionarlos suavemente, cada vez con más intensidad, los gemidos se me escapaban, estaba completamente mojada y notaba arder mis pechos. De repente los dejó y sirvió otro chupito y un vaso de whisky, me acercó el vaso pequeño.
Tómatelo y sígueme Melisa, sin cubrirte esas preciosas tetas -salió de la cocina con su vaso en la mano, bebí y le seguí viendo cómo se sentaba en un amplio sofá echando los brazos sobre el respaldo mientras yo me quedé de pie sintiendo como el alcohol me dificultaba estar quieta- Probemos lo descarada que eres… Túmbate bocabajo en mi regazo -dio un sorbo a su copa mientras me quedé pensándolo, pero me había puesto tan caliente que solo quería seguir y me coloqué- Levanta las tetas del sofá -me apoyé sobre las manos y él cogió uno de mis pezones y lo pellizcó de golpe
Ah! Joder -apretó el otro un poco más fuerte haciéndome jadear un poco.
Siempre te veo cruzar el pub con esa pequeña cintura seguida de este culo… -lo acarició sobre el vestido hasta el final mientras seguía apretando mis pezones con la otra mano- siempre marcado y sobresaliendo -levantó el vestido dejándolo hasta la cintura y apretó de nuevo mi pezón haciéndome gemir- Oh, y con tanga, habría apostado que lo llevabas zorrita… ¿te gusta que te llame zorrita Melisa? -acariciaba mi trasero suavemente, jugando conmigo- dime.
Si, me gusta -rozó con los dedos la tela que cubría mi entrepierna, noté como deslizaba y me ardía de ganas
Y tanto que te gusta, estás empapada pequeña, muy mojada -volvió a hacerlo una vez más- y estás alzando el culito. Desde el primer día supe qué necesitabas -de repente golpeo mis nalgas con la palma de su mano con algo de fuerza y escapé un pequeño grito de sorpresa, seguido de una oleada de calor- vamos a jugar un rato a mi juego ¿de acuerdo? Voy a azotar este culo como se merece
¿Como? ¿Cuántos azotes? -dije alarmada
Hasta que te guste zorrita. Si pierdes mi juego, te quedaras sin tu dosis de polla. ¿Juegas verdad? -pensé un segundo preocupada cuando noté otro fuerte golpe seco en las nalgas- contesta niña.
Au, si. Juego…
Por supuesto, es todo lo que buscas estas noches, que te rellenen -golpe- Joder ya venias chorreando jugo desde la cocina -golpeó un poco más fuerte que antes y noté una oleada de calor a través de la columna- parecías cómoda sacándote las tetas sin más, te pone exhibirte, hazlo, levanta bien el culo para mí -obedecí despacio curvando la espalda, aun con su otra mano jugando con mis pechos- lo quiero así cada vez -golpeo de nuevo sin rebajar la fuerza, acarició una de mis nalgas antes de golpearla, y repitió con la otra.
Aah -de repente pellizco con fuerza mi pezón haciéndome gritar e intentar apartarme cuando recibí de nuevo en golpe muy fuerte en mi culo, volviendo a gritar
Has bajado el culo, eso era un aviso -apreté los dientes de nuevo en mi posición- eeeso es, vuelves a tu lugar, como una buena perra… -dio un nuevo golpe provocándome un gemido- mientras ibas al baño mirándote me imaginé lo rojo que quería este culo, ya empieza a tener color -empezó a golpearlo cada pocos segundos, ya usaba bastante fuerza así que me encogí cuando empezaron a ser más seguidos
Espere un nuevo pellizco, pero en vez de eso me bajo el tanga hasta las rodillas y pasó un dedo por mi raja, abriendo los labios ligeramente un par de veces, sintiéndome empapada.
Estas aguantando bien perra, y te está gustando, ya casi chorreas ¿lo notas? -me dio otro golpe haciendo que notara salir algunos jugos ahora sin ropa interior- contéstame, no quiero repetírtelo
¡Si! Si lo noto
Ya casi tienes lo que quieres pequeña, dime lo que quieres -dio un nuevo golpe y cada vez me excitaban más.
Tu polla -nuevo azote
Muy bien, ya estas imaginando como te atraviesa -colocó dos dedos ante mi entrada y empezó a meterlos despacio mientras hablaba- hasta el fondo…
Mmm siii, ahh… -los saco despacio y repitió varias veces más, noté las gotas caer entre los muslos y empecé a moverme buscando que me los metiera de nuevo hasta que los sacó por completo y volvió a golpearme las nalgas con fuerza- Ahh!
Empezó a abrirse la bragueta así que baje con cuidado del sofa arrodillándome delante de él y separándole las piernas cuando la sacó, grande y robusta pero parecía que aún podía ponerse mas dura; ese enorme glande casi me pedía que lo besara y lamiera, tan suave como parecía, poco tardé en tragármela tan adentro como pude un par de veces. Eduardo solo me observaba, con la mano me alzó la barbilla para que le devolviese la mirada y así continué.
Teniéndola casi entera dentro comencé a mamársela con mas fuerza, succionando suavemente y dejándola descansar mientras lamía un poco. Estiró un poco los brazos agarrándome las tetas y apretándolas, jugando con ellas mientras seguía comiéndosela, me sentía ardiendo y no solo por la cantidad de alcohol que me había invitado a beber, estaba gustándome más de lo que esperaba, sus juegos me habían puesto más caliente que nunca.
Le baje los pantalones hasta dejarlos caer y me senté a horcajadas sobre él que terminó de desabrocharme el vestido y sacarlo sobre mi cabeza mientras se la colocaba en mi entrada y me sentaba por completo, apretando un poco mas fuerte al final, sintiéndola llegarme muy adentro, dura como una vara. En cuanto empecé a moverme sobre él, dejándole la entrepierna bien mojada, me agarró de la cadera con una mano apretándome contra él con fuerza y haciéndome gritar de gusto.
Su otra mano agarraba mis pechos manteniendo mis pezones al alcance de su boca, mordiendo y chupándolos continuamente. En un rato más me llevaba al climax, no aguante un solo gemido hasta que empecé a temblar sintiendo llegar el orgasmo. El agarró mi cadera con ambas manos continuando el metí saca mientras yo intentaba pararle sintiendo todo tipo de escalofríos.
Pero no reunía fuerzas y me deje ir, notando cada centímetro dentro de mi, creía que iba a perder la consciencia cuando paró, echándome a un lado sobre el sofá, respire hondo un par de veces, sintiéndome llena de placer cuando volví a notar como me cogía por la cintura levantándome las piernas y me deslizaba su miembro hasta el fondo de nuevo, lo que recibí de un grito de sorpresa al que no reaccionó.
Inmediatamente comenzó a darme rápidas embestidas sin parar agarrándome bajo las rodillas, el golpeteo me volvió a llevar de nuevo a un orgasmo más intenso que no me esperaba, arqueé la espalda intentando respirar, me temblaban las piernas y solo podía gritar y sentir como me quemaba el roce y llegaban las olas de placer.
Aun estaba temblando cuando me la sacó de golpe y la rozó un par de veces sobre mi clitoris, descargándose sobre mi vientre y salpicándome un poco los pechos con su leche. En un minuto, se sentó al otro lado del sofa y bebió de nuevo de su copa.
- Al final te ha gustado mi juego -me reí mientras me sentaba terminando de limpiarme con una servilleta
- Ha sido mas que divertido, si
- ¿Quieres una copa? Debes tener sed, ve y sírvete lo que quieras
Dijo señalando a la cocina. Me levanté sin perder la sonrisa y fui hacia la cocina tal como estaba, solo con los tacones que en ningún momento me quitó. Me serví una copa bien cargada y terminé de limpiarme un poco con agua volviendo al salón, el tampoco se había cubierto.
- ¿Tienes trabajo Melissa?
- Se podría decir que sí
- ¿No te pagan bien?
- No demasiado. ¿Por qué?
- ¿Te interesaría trabajar noches sueltas para mí?
- ¿Como? No soy prostituta. Ni tengo intención de serlo.
- Nadie ha hablado de eso. Es cansado salir cada noche libre a ver si cae alguien con talento como tú para jugar un rato y no me gusta volver a casa sin conseguir nada. Pagaría por tu disponibilidad. Cuando quiera jugar, te avisaré.
- ¿Y si algún juego no me gusta?
- Podrás irte.
- ¿De cuanto hablamos?
- Cada noche que cumplas te pagare 200€.
- ¿200?
- Solo si juegas bien. 100 si solo me apetece echarte un par de polvos rápidos.
- Y hoy... ¿es gratis?
- Hoy lo ibas regalando -metió la mano entre mis muslos y paso un par de dedos por mi raja
- Pues a mi tampoco me gusta irme a casa sin lo que quiero. Así que si quieres que acepte tu propuesta -me recline sobre mi lado del sofá y pasé una pierna sobre el respaldo bajando la otra al suelo y quedando abierta delante de él- tienes q comértelo todo, y que no se te escape nada.
- Si que eres una zorrita Meli -se inclinó dando un par de lamidas- te vas a hacer de oro con este coño...
Metió la cabeza entre mis piernas dedicándose de pleno a ponerme cachonda de nuevo mientras terminaba de beberme la copa mojando su cara cuando le agarraba para que continuara. Introdujo dos dedos dentro de mi sin problema, rozándome por dentro y succionando con fuerza me hizo volver a llegar al orgasmo y empaparle del todo. Me quito el vaso de la mano y me dio la vuelta poniéndome bocabajo, me levantó por la cadera y me empujó hacia fuera, dejándome colgando por el brazo del sofá, apoye los codos en el suelo, mi cabeza colgaba y mi pelvis estaba justo sobre el mueble, dejando mi culo en pompa y mi coño a su acceso.
Me cerró las piernas y las apretó entre las suyas dejándome inmóvil, intente mirar atrás con dificultad pero con la mano me empujo la espalda, teniendo que volver a apoyarme sobre los codos. Note la punta de su polla entrar y quedarse parado, moviéndola un poco y sacando mis fluido. Entonces comenzó a empujar, notaba el contacto de su miembro contra el sofá a través de mi vagina apretada. Me tomó por sorpresa como me estaba poniendo, solo podia pensar en que me atravesara del todo, que me abriera por completo con su polla. Si que tenia talento para esto.
Metió de golpe el resto casi obedeciendo a mi pensamiento. Volvió a sacarla e introducirla muy despacio, haciéndome sentir como se me llenaba cada centímetro y oyendo mis gemidos. El movimiento no se hizo esperar y sentía toda clase de escalofríos, dio un primer golpe en mi trasero con la palma de la mano al que siguieron varios azotes más, poco después agarró uno de mis brazos y mi cintura, levantándome hacia él e intensificando el roce dentro de mi. Me faltaba muy poco para volver a irme, esforzándome en aguantar en esa postura
Tiró de mi, sentándose sobre sus tobillos y sentándome aun de espaldas sobre él consiguiendo mantenerla dentro pero dejando de moverse cuando más lo deseaba y apretándome con fuerza las nalgas. Apoyé las manos en el brazo del sofá y seguí el movimiento ansiosa por volver a correrme, su mano pasó hacia delante entre mis piernas hasta llegar a frotarme el clitoris con mi propio movimiento y haciéndome terminar ruidosamente.
Acabé dejándome caer para recuperar el aliento mientras el seguía, agarrado a la cintura y yo intentaba recuperar la voluntad para moverme hasta que sentí caer unas gotas calientes sobre mi espalda. Me soltó y poco a poco quedamos sentados recuperando el aliento un par de minutos hasta que rompió el silencio.
- Bueno, aceptas o quieres pensarlo un poco mas?
- Creo que acepto, si
- Bien... Deberías vestirte, dejarme tu teléfono e irte a casa. Lo hemos pasado muy bien pero tengo cosas que hacer mañana.
- ¿Puedo darme una ducha rápida?
- No, hoy no, se ha hecho muy tarde -me molestó un poco que me mandara sola a casa después de haberme cubierto de su semen pero decidí no estropear una noche tan divertida y transformar esa molestia en algo diferente.
- De acuerdo... Recuerda que la próxima serán 200€, porque vas a pagar la tintorería de mi vestido -recogí mi ropa del suelo vistiéndome.
- No olvides dejar tu teléfono -me ofreció el suyo, lo marqué y se lo devolví. En un segundo mi movil comenzó a sonar en la cocina donde dejé mis cosas- Perfecto. Te avisaré cuando necesite tu atención.
Recogí y me fui caminando a casa donde finalmente me di una ducha antes de dormir pensando que quizá no volviera a llamarme y solo fuera parte del papel, o que por ese precio solo por ir a su casa a follar sin compromiso la llamaría cuando no pudiera más.
En cambio en menos de una semana, el lunes cuando empezó a anochecer me llegó un mensaje suyo "Hoy quiero jugar ¿quieres que te pague esa tintorería?"