La evolución de la pareja

Lo que ha cambiado para bien nuestra relación en los dos últimos años

Calentamiento específico:

No sabíamos muy bien en que apartado situar nuestra historia, ya que exactamente no hay ningún apartado o mejor dicho lo podríamos haber puesto en más de uno, la decisión fue ponerla en "VOYERISMO" posiblemente a lo largo del relato se aclarara porque de esta decisión.

Ante mí insistencia, hemos decidido contar los acontecimientos que venimos viviendo desde hace dos años.

Aunque en principio yo seré el narrador iremos contando nuestra visión de la historia desde los dos puntos de vista, veremos que tal nos sale.

Mi mujer se llama Maite y yo Juan nos conocimos hace 5 años de los cuales llevamos 3 casados.

Me la presentaron unos amigos comunes y me enamore nada más verla, tenía 26 años, alegre, simpática, buenos que voy a decir si además lo va a leer, lo que si diré que es y sigue siéndolo sin duda preciosa, rubia, ojos marrones, delgada 1.70 y suple perfectamente el no tener mucho pecho con una figura esbelta y un culito perfecto.

A los 2 años de habernos conocido nos casamos, y puedo asegurar que tanto en el noviazgo y el año que precede al principio del relato fuimos muy felices y con ello no quiero decir que estos 2 últimos no lo hayamos sido todo lo contrario pero sí que después del primer año hubo un punto de inflexión en nuestras vidas que por lo menos para mí ha hecho que nuestra relación se fortalezca todavía más.

Creó que para mí todo comenzó desde que decidimos, bueno ella decidió hacernos pareja, por mí desde el primer día lo hubiese sido, la alegría que sentí fue indescriptible, me sentía el hombre más feliz de la tierra.

Hemos decidido que esta fase de nuestra vida la pasaremos de largo pues seguro que no tiene más interés que el de cualquier pareja que se enamora y empieza una relación.

Bien una vez presentados empezaré con lo que nos fue aconteciendo a partir de julio de 2008 con lo que me situó en esa fecha.

Nuestra relación sexual funcionaba bien, rara vez que presentara batalla Maite la negaba, intentábamos innovar y siempre éramos receptivos a cualquier cambio.

Maite fuera de nuestra intimidad era recatada, vestía muy normalita para su edad y figura, a pesar de que en alguna ocasión le animaba a que se comprara algo más atrevido siempre decía que para mí no necesitaba la ropa que se la quitaba y ya está.

A mí me encantaba presumir de ella, una mujer así, paseando, cenando o tomando copas junto a mí, sentía la envidia de otros cuando nos miraban bueno seguro que la miraban a ella, es una sensación que me gusta me excita porque no decirlo y más me excitaría si encima fuera más provocativa.

Maite había cambiado de trabajo hacía 6 meses aproximadamente y con Ana una compañera de trabajo entablo una buena amistad, Ana está casada y junto a su marido Carlos solemos juntarnos, cenas, salidas de copas, algún viaje, etc.

La cuestión es que Ana de vez en cuando y con el buen tiempo más de cuando en vez sale sola con alguna amiga más, y por supuesto en una de esas salidas de chicas solas invito a Maite.

  • Ana me ha dicho que este sábado va a cenar con unas amigas, que vaya con ellas.
  • ¿Y eso?
  • Que de vez en cuando salen las chicas solas a cenar y tomar una copa, pero que si te molesta le digo que no.
  • Pero a ti ¿te apetece?
  • Bueno, no creo que sea nada malo.
  • Claro que no, si te apetece por mí no hay ningún problema.
  • ¿Seguro?, que si no le digo que teníamos planes.
  • Maite, si te apetece pásatelo bien, por un sábado que no salgamos junto no pasa nada al revés nos servirá para oxigenarnos un poco.
  • Ósea qué ¿te cansas de mí?
  • No seas tonta nunca me canso de ti, pero entiendo que cambiar un poco el ambiente te irá bien, ¿Quién va a ir más?

Me dio el nombre de las otras dos chicas amigas de Ana, a una la conocía a la otra no.

  • Entonces si no te molesta le diré que sí ¿vale?
  • Que si mujer, y te estaré esperando para que termines bien la noche.
  • Entonces pensare toda la velada en la llegada a casa.

Se notaba que tenía ganas de salir nada más decir esto dando me un beso fue al teléfono a llamar a Ana para decirle que contará con ella.

Llego el sábado sobre las 8 empezó a arreglarse, la iba oyendo ducharse, arreglarse, y en mí había una sensación extraña, se arreglaba después de mucho tiempo y no era para mí. No es que fuera para otro pero en abstracto no era para mí.

Entro en el salón preparada para salir.

  • ¿Que tal voy?
  • Encantadora vas a tener un montón de admiradores.

Iba vestida con pantalón vaquero y una blusa blanca con sandalias.

  • Que tonto eres.
  • Eso no lo vas a poder evitar, te admiraran y pensaran quien será el afortunado que te llevará a la cama esta noche.
  • No me llevará nadie, me estará esperando en ella.
  • Sí, cariño te esperaré ansioso.

Con un beso me despidió, y ahí quede, dándole vueltas a la cabeza, parece mentira la imaginación que podemos llegar a tener, las imaginaba en algún bar de copas, bailando y por supuesto con tíos alrededor, intentando ligar con ellas, bailando, divirtiéndose y el caso es que por la hora que era ni siquiera habrían terminado de cenar.

Ana es mucho más atrevida que Maite a la hora de vestir, de las otras 2 no tenía referencia, pero en mi imaginación las veía desinhibidas, divirtiéndose, y lo que más morbo me causaba, imaginando a Maite bailando con alguno.

Me producía una mezcla de celos que se trasformaban en excitación.

Sobre las 12 y media me llamo, al oír el móvil el corazón se me acelero.

  • Hola cielo que tal
  • Viendo un poco la tele.
  • Hemos estado cenando hasta ahora y vamos a tomar una copa.
  • Vale cariño. Sobre qué hora volverás.
  • No lo sé pero no creo que tardemos mucho
  • Vale diviértete, besos.
  • Besos

Ahora mi imaginación trabajaba más deprisa que antes, ya estaría en el bar que me comento, bailando, los tíos empezarían el ritual de acercamiento.

Pensar en esto me volvía loco, la imaginaba hablando con alguno y me daban unos celos tremendos, pero lo curioso es que me gustaba, la excitación que me producía era inmensamente mayor que la punzada de celos.

Pasaban las horas y yo seguía con las imágenes que mi mente creaba desbordándome.

Llego a las 5 de la mañana, y aunque realmente en esta ocasión no paso nada especial, si que fue el principio de todo, la conversación que mantuvimos la narrara Maite en el siguiente capítulo si es que alguien tiene interés en ello.