La estudiante
... Siempre habían circulado rumores sobre lo que hacia en su despacho durante las tutorías... Pues bien, yo acudí a la cita confiada. Entré en su despacho, y me recibió muy amablemente.
Me explicó que mi exámen no era todo lo bueno que cabia esperar y que tendría que esforzarme un poco mas para aprobar su asignatura. Yo no sabía que más podía hacer porque había estudiado mucho para ese examen, asi que le pregunté que tenía en mente. Él me explicó que tal vez si me conociera un poco mas podría ayudarme. Yo empezaba a imaginar a lo que se refería, y pensaba si merecía la pena decir que no y volver a estudiar, o dejar que me hiciera lo que quisiera y aprobar... Poco a poco, fue preguntando cosas sobre mi vida, y cuando me preguntó si tenía novio, con la excusa de que quedar con él quizás quitaba tiempo de mis estudios, tuve que decirle que hacía tiempo que no tenía. Él pensó que era una lástima que durmiera sola y que tal vez la falta de sexo era la causa de mi bajo rendimiento.
En aquel momento yo ya sabía lo que iba a pasar y la verdad es que estaba deseosa de que ocurriera, asi que le dije que hacía mucho tiempo que necesitaba que un hombre me tocara, me besara...y me lamiera entera. Conforme iba hablando, me di cuenta de que un bulto enorme asomaba por su pantalón. Seguí fantaseando con lo que deseaba que me hicieran y entonces él, sin ningún reparo, saco una enorme polla de dentro del pantalón, y comenzó a meneársela por debajo de la mesa. A mi se me ocurrió la idea de que si se corría, tal vez se quedara satisfecho y me aprobara, pero me di cuenta de que no quería que pasara eso. Quería sentir al cabrón dentro de mi, quería que me comiera el coño hasta dejarme seca. Asi que me incorporé de la silla, y ante su sorpresa, me empecé a desabotonar la camisa. Seguía explicando como me gustaba que me follaran y lo mucho que lo echaba de menos, y él no podía dar crédito a lo que veía. M is tetas son perfectas, redondas y generosas, y mis pezones estaban tan eréctos, que parecía que fueran a romper my sujetador. Me acerque a él y aparté su mano de la polla enorme, y la llevé por debajo de mi minifalda. Mi raja estaba tan húmeda que fue un placer su tacto. El comenzó a frotarla con ganas y yo me arrodillé frente a él y le empecé a dar pequeños besitos en su polla. El introdujo sus dedos por dentro de mis braguitas y supe que era el momento esperado. Me levanté y dándome la vuelta, me bajé las braguitas de modo que él pudiera ver bien mi rajita hinchada y húmeda. Él no podía mas. Su polla estaba a punto de explotar, pero era un cabrón resistente y podía aguantarse. Poco a poco, fui sentando me en su regazo, y dejé que aquel pollón enorme entrara poco a poco dentro de mi coñito. Me moría de ganas. E l me agarró las tetas y comenzó a masajearlas y a pellizcar mis pezones endurecidos. Yo gemía de placer y le decía, ¿lo hago bien profesor?, él respondía: Si, zorra, sigue follando... Entonces me levanté y me la saqué, y me di la vuelta para quedar cara a cara y volví a sentarme sobre su polla y seguí follándomelo cada vez con más violencia. El me mordía las tetas y me metía la lengua hasta la garganta... Yo estaba a punto de explotar cuando de repente, la puerta del despacho se abrió. Era otra de mis profesoras que compartía despacho con el. Nos miró sorprendida y dijo: - Pero Ernesto, ¿otra vez?!.
Si aquel hubiera sido un día normal, yo me habría muerto de vergüenza pero no lo era, y lo único que hice fue reírme y seguir moviéndome arriba y abajo, Sacando y metiendo aquel pollón. Mi profesor sonreía a su compañera de despacho y esta, supongo que sintió curiosidad, porque se acercó y dijo: - Marisa, no sabía que te fueran estas cosas...Y o le pregunté cortésmente que si quería participar. En aquel momento era la situación más surrealista que jamás habría imaginado, y más cuando ella contestó que sí, pero que no quería que él se la metiera porque siempre le había sido fiel a su marido. "En realidad la que me gustas eres tu" me dijo. Asi que me encontré follándome a mi profesor y besando a mi profesora. El no podía aguantar mas y dando un grito se corrió dentro de mi. A mi me excitó tanto pensar en lo que había conseguido que tuve el mayor orgasmo de mi vida. Me saqué su polla y me tumbé en el suelo sobre mi profesora. Le fui desabrochando la camisa. Ella se lamía los labios y suspiraba. Era una mujer de unos 40 años y tenía unas tetas preciosas...Lamí sus labios, su boca, su cuello...mordisqueé sus pezones.. y de pronto, mi profesor que ya se había recuperado, me embistió por detrás y empezó a follarme como a una perra. Yo me moría de placer. Me retorcía sobre mi profesora mientras él me agarraba las tetas y me follaba. Ella se movió hacia delante y coloco su falda frente a mi. Yo se la levanté y descubrí unas preciosas braguitas negras y unas medias de seda. Lamí las medias luego sus muslos, y finalmente le quite las braguitas. Q uedó su coño arregladito frente a mi, y yo sabía lo que hacer. Con cuidado metí la lengua para separar sus labios, estaba mojado y caliente, con un excitante sabor salado... Ella gemía y me pedía que me la comiera, asi que , aprovechando las embestidas de mi profesor, le comía el coño a ella. Jugué a darle mordisquitos, besos, lametones...y finalmente, metí mis dedos en ella. Se retorcía de placer. Yo no podía aguantar mas y cuando mi profesor saco la poya de mi, y se corrió en mi espalda, yo me corrí como nunca. Sentía su semen en mi espalda y mi propio liquido entre mis muslos. No quería parar de hacer gemir a mi profesora, asi que acelere el movimiento de mis dedos, y ella exploto en un rio generoso que yo me apresure a lamer y limpiar. Nos tumbamos los tres en el suelo, exhaustos y satisfechos. Nos besamos, lengua con lengua los tres juntos, y nos tocamos y acariciamos para relajarnos. Me levanté entonces y comencé a vestirme.
- ¿Que tal lo he hecho, profesor? - Ya sabía yo que eras una alumna de matrícula.