La estriper
Los compañeros de toda la vida, estábamos celebrando el haber aprobado la selectividad y decidimos salir a divertirnos, durante el fin de semana, ese día todo cambió.
Mi nombre es Francisco pero todos me llaman Fran, tengo 18 años y soy el mayor de tres hermanos. Mis hermanos son: Javi de 14 y Carlos de 10.
Mi madre es Sandra y tiene 40. Vivimos en una zona céntrica de Madrid, en un piso grande.
Mi padre falleció hace dos años, en un accidente de tráfico y ante mi sorpresa pues ella no había trabajado nunca, mi madre comenzó en una empresa dedicada a "presentaciones y eventos" a los pocos meses, ya que las deudas eran grandes, y crecían con velocidad.
Nosotros tres continuamos viviendo casi como antes y nuestra vida se normalizó.
Los compañeros de toda la vida, estábamos celebrando el haber aprobado la selectividad y decidimos salir a divertirnos, durante el fin de semana y como mis hermanos estaban ya de vacaciones con unos tíos, y mi madre y me había dicho que trabajaría durante el fin de semana, estaba totalmente libre.
Salimos de copas por las mismas zonas de siempre y después, alguien propuso ir a ver "tías en bolas", ahora que ya teníamos la edad para entrar en esos locales.
Nos dirigimos a un local no demasiado conocido para evitar encuentros no deseados, con familiares o amistades.
El local se llamaba Edén y estaba bastante lleno y nosotros que éramos unos doce, entramos como una plaga dispuestos a ver carne en vivo.
Las estriper, eran todas ya maduritas y si bien al principio nos decepcionó, luego dio paso al morbo ya que todas ellas eran mujeres bien dotadas por la naturaleza. Y todos nosotros "hombres de mundo" estábamos a punto de la ceguera al no parpadear durante las actuaciones.
El locutor presentó a Karen, la enmascarada y de pronto, salio al escenario una espectacular mujer, madura pero impresionante, de larga cabellera oscura que contrastaba con su blanquísima piel, alta, con piernas interminables y un par de tetas que luchaban por salir de su cautiverio, en la ajustadísima ropa. Sus movimientos eran sensuales pero elegantes, casi majestuosos.
Comenzó a quitarse la ropa lentamente mientras "paseaba" por el holgado escenario, en todo momento con un pequeño antifaz negro.
A medida que las prendas iban cayendo, el griterío del público aumentaba y yo luchaba por abrirme camino hacia el escenario ya que estábamos bastante alejados.
Al acercarme, ya le tocaba el turno al sujetador, al fin, y una tremenda erección se apodero de mí, pero la estriper parecía no decidirse y yo estaba al borde de la taquicardia. La mujer se deshizo del sujetador bruscamente y dejo a la vista de todos un maravilloso par de tetas. Grandes, con unos pezones rodeados por tremendas areolas rojas que contrastaban con la blanquísima piel y un rugido ensordecedor salió al unísono de las gargantas de los allí presentes lo que provoco la erección de los pezones de la estriper, que despuntaron como flechas instantáneamente, ante la vista de todos.
Mientras caminaba por el escenario fue bajando su short negro lentamente hasta la mitad de sus muslos y así continuó caminando, hasta que finalmente cayó al suelo.
Ya solo quedaba el tanga, atado con un lazo a cada lado.
Nuevo paseo por el escenario y yo estaba ya, en trance.
Con las terribles piernotas levemente abiertas, se situó frente al público, llevo sus manos a los lazos laterales, y de un golpe seco el tanga negro desapareció, y ante nuestros ojos mostró una enorme mata de pelo oscuro.
El público gritó, silbó y aplaudió a rabiar, y cuado todos separábamos que se retirase, comenzó a caminar lentamente hacia el borde del escenario.
Completamente desnuda, con las botas negras, con esas tetazas botando al andar y esa espesa mata de pelo entre las piernas, se sentó a dos metros de mí y estirando las piernas, las abrió totalmente, ofreciéndonos un excelente primer plano de coño abierto y su clítoris totalmente erecto.
El público ya al borde de la histeria, explotó nuevamente, mientras, ella, se incorporó para levantarse, y en ese momento, la reconocí. ¡¡¡ Era mi madre !!!
¿Continuará?