La esteticien

La depilación de mi novia se convierte en una sesión de buen sexo.

LA ESTETICIEN

Esta historia no es real, pero gran parte del comienzo está basado en algo que le ocurrió a mi novia en unas deliciosas vacaciones en la Costa Brava.

Llegamos al hotel a media tarde y ya había acabado el turno de la esteticien, Laura quería depilarse las piernas ya que no había tenido tiempo de hacerlo en Madrid, así que pidió hora en la recepción del hotel para primera hora de la mañana y así aprovechar el día en la playa.

A las nueve en punto estaba en la puerta del gabinete de belleza del hotel esperando a la chica que lo atendía.

Isabel, llegó con un poco de retraso e hizo pasar a Laura al vestuario para que se preparara, le dijo que se desnudara, que se dejara puesta la braguita y se pusiera la bata que había dentro.

Cuando Laura salió se encontró con Isabel que se había cambiado y solo llevaba una bata de trabajo por la que se le trasparentaba el sujetador y un diminuto tanga, Laura se dio cuenta entonces que Isabel era una mujer tremenda, 1,80 de altura, bastante guapa de cara, cuerpo bien proporcionado, grandes tetas, culo respingón y largas piernas que lucía con unas sandalias de tacón algo alto para trabajar, o eso pensó ella.

Hizo tumbarse a mi novia en la camilla y le preguntó si le depilaba las piernas y las ingles, Laura le contestó que todo, ya puesta. Isabel preparó la cera y mientras se calentaba le dio un masaje por todas las piernas con una loción hidratante para evitar irritaciones, Laura se relajó y disfrutó del masaje por las piernas, cuando le separó un poco la bata para dejarle al descubierto la zona genital y le hizo separar un poco las piernas Laura notó como le rozaba con la punta de los dedos y por encima del tanga la zona de su vulva y sin querer dio un respingo y comenzó a sentirse un poco incómoda.

Le masajeaba toda la ingle, un poco a cada lado y su nerviosismo empezó a convertirse en excitación, nunca había tenido ninguna relación lésbica, pero cerrando los ojos, se dejó llevar y disfrutar del masaje.

Isabel seguía a lo suyo y empezó a aplicarle la cera sobre las piernas, con bastante maestría le hizo las piernas con rapidez y cuando llegó a las ingles le separó un poco más las piernas y sin quitarle el tanga le limpió de pelo toda la zona.

Isabel le preguntó si quería que le arreglara el monte de venus y Laura un poco cortada dudó en responderle, Isabel insistió diciéndole que era una pena arreglar solo la zona por fuera, no se arrepentiría.

Laura aceptó dudosa e Isabel le ayudó a quitarse el tanguita, ahora se notaba muy vulnerable y encima tenía que Isabel notara su calentura.

Recortó el pelo más largo con una tijera y con unas tiras de cera le quiró todo el pelo menos una tímida rayita en el centro, Laura se veía muy sexy y su calentura iba en aumento y más cuando le pidió que se diera la vuelta y se pusiese con el culito en pompa para eliminar todo el pelo de su ojete, Laura no se lo esperaba y le pilló un poco de sorpresa pero pensándolo llegó a la conclusión que ya puestas adelante.

Se dio la vuelta y le ofreció su precioso culito, Isabel rápidamente se lo arregló y antes de que se diera la vuelta le aplicó una loción para que no se le irritase la delicada zona.

A esas alturas Laura estaba que flipaba de placer e intentaba que no se le notase pero de vez en cuando se le escapaban pequeños gemidos que Isabel ya había notado aunque parecía que no le daba importancia.

Se dio la vuelta y le ofreció su conchita para que terminase con la maquinilla y le diera el masaje correspondiente. Así lo hizo y cuando le empezó a aplicar la loción y sus dedos recorrían los labios superiores la calentura de Laura era notable y a Isabel que ya había terminado con su trabajo parecía no importarle hacer horas extras viendo la calentura a la que había llegado a poner a Laura. Sus dedos seguían recorriendo los labios vaginales, perineo y ano de mi novia y siguió haciéndolo hasta que se decidió a introducir un dedito en la mojada rajita de Laura. Esta lo recibió con un gemido de placer perfectamente audible y agarró la mano de Isabel como para quitarla pero dejando que Isabel continuara.

El dedo de Isabel se convirtieron en dos y Laura ofrecía su coñito con las piernas levantadas, Isabel dio otro paso y besó el chochito de mi novia pasando su lengua por el clítoris y agujerito, Laura gemía como una loca e Isabel se desabotonó la bata dejando al descubierto su impresionante cuerpazo.

Laura se incorporó y acercó a Isabel, la abrazó y la besó en la boca, sus manos empezarén a recorrer sus respectivos cuerpos, y cuando la mano de Laura tocó la vulva de Isabel se descubrió el pastel o mejor dicho la fruta más sabrosa.

Laura se quedó impresionada cuando vió aparecer ante sus ojos tan tremendo aparato, no supo que hacer hasta que Isabel cogiéndole la mano y acercándosela a su polla la agarró y se la llevó a la boca mientras seguía en la camilla e Isabel de pié, se la chupó de arriba a bajo, metiéndosela hasta la garganta, debía medir unos 18 cms. Y la devoró con pasión durante un buen rato mientras Isabel la masturbaba con la mano y le soltaba la bata del todo dejando al descubierto sus grandes tetas.

Las dos ya desnudas se colocaron a para follar como locas, Isabel se colocó debajo y Laura subiéndose encima de la camilla de cara a Isabel se introdujo el rabo de Isabel en su chochito, sus manos recorrían las tetas de Isabel y las de Isabel las de Laura.

Laura cabalgó la polla de Isabel durante un buen rato y se llegó a correr varias veces, hasta que rendida se dejó caer sobre Isabel y le dijo al oído si la quería follar por el culo. Isabel se incorporó y cambiaron de posición, Laura se puso de pié en el suelo y se recostó sobre la camilla ofreciéndole su redondo culo, subió una rodilla a la camilla e Isabel se arrodilló para comerle todo el agujerito, mientras se ponía crema en la polla para penetrarla mejor, se puso de pié y a puntando con su mano la polla puso el capullo en la entrada del estrecho ano de mi novia, de un solo empujón se la metió toda dentro, Laura se corrió a la segunda embestida y un chorrito de líquido salió de su chochito resbalando por su pierna, Isabel continuó embistiendo hasta que de repente se corrió dentro del culo de Laura agarrándose a ella como una loca, saco la polla y se arrodilló de nuevo para recoger con la lengua su propia leche que salía lentamente del culito de Laura, cuando se incorporó la compartieron toda entrelazando sus lenguas.

Así todos los días de las vacaciones, Laura visitó a Isabel y yo con ella pasando unas vacaciones de miedo los tres.