La estancia de los abuelos

Jamás hubiera imaginado que pasara con mi prima

Hola, me dicen Lito, vivo en Argentina, en la ciudad de Buenos Aires, tengo 18 años y soy de contextura mediana, con un físico bastante trabajado, debido a mi afición por la natación y el tenis.

Somos una familia bastante numerosa, 1 hermano varón y 3 mujeres, mi padre a su vez tiene 2 hermanos y 4 hermanas, cada uno con esposos y novios y montones de hijos (primos y primas míos) y mi madre también es de mucha familia (4 hermanas todas mujeres, casadas y con hijos también, pero eso no viene a mi historia), debo aclarar que mis abuelos también son de familia numerosa, con muchas hectáreas de campo, casas, vacas, caballos, peones, capataces, y otras yerbas, así que las reuniones familiares resultan un verdadero vendaval de gente, donde todos se divierten y bailan hasta altas horas.

En la estancia de mis abuelos viven además, mi tío Juan (45 años, ingeniero agrónomo) con su familia, que tiene a su cargo todo el movimiento de la estancia, mi tía Zulema( 37 años) y familia, a cargo del transporte de la hacienda, mis tías Catalina(30 años) y Jorgelina (29 años) ambas contadoras y solteras a cargo de las ventas, compras y todo el papeleo, y también vive mi tía Adriana (30 años, melliza con Catalina, arquitecta), recién separada con un hijo de 8 años. Mi papá (40 años, ingeniero) y mi familia y la familia de mi tío Esteban (42 años, arquitecto)vivimos en la Capital Federal donde ambos tienen una empresa constructora, pero vamos muy seguido al campo.

En el mes de febrero era el cumpleaños de mi abuelo, así que varios días antes nos fuimos todos al campo a preparar todo para la gran fiesta, ya que mi abuelo es una persona muy conocida e iba a venir mucha gente. He de contarles que la casa de mi abuelo es enorme. Con muchas habitaciones y además hay varias casas vacías para la gente que se quedaba a dormir. La cosa era que todo el mundo estaba ajetreado, con un montón de cosas para hacer y poco para el ocio. Mi abuela Angélica, mi mamá y mis tías eran un poco las encargadas del evento y a los chicos nos daban diversas tareas para no entorpecer las tareas rurales y molestar a los peones y capataces. Como yo ya sabia manejar, me mandaron al pueblo a comprar diversas cosas y mi prima Mariana (hija de mi tío Juan) quiso acompañarme. El pueblo estaba lejos, como a 40 kilómetros, por un camino todo de tierra, descampado y bastante maltratado.

Partimos a la mañana bien temprano en una de las camionetas para no sufrir mucho calor, mi prima iba vestida con un minúsculo shortcito blanco y un top naranja.

Debo hacer un párrafo aparte y decirles como es ella; una diosa, un hembrón, 19 años, de cabellos rubios por debajo de los hombros, ojos celestes, hermosos pechos y piernas largas y esa ropa la hacía aún mejor, por lo que al verla se me paró la verga, y ella lo notó enseguida. Mientras íbamos en viaje, charlábamos de la fiesta, de la sorpresa al abuelo y los que iban a venir, tomando unos mates, fue como empecé a notar como ella ponía la boca en la bombilla para tomarlos, me imaginé que era mi verga y se me paró de nuevo, y ella lo volvió a notar, y supuse que ya lo hacía a propósito, entonces jugándome el todo por el todo paré la camioneta y puse mi mano en su pierna, mirándole a los ojos, y diciendo lo mucho que me atraía y las ganas de hacerla mía, ella me miró y dijo que yo también le gustaba pero que éramos primos y que no se podía , por lo que le tomé la cara suavemente y le planté un beso, intentando abrirle la boca con mi lengua, ella se resistía aunque debilmente, hasta que le agarré el pecho derecho por arriba del top y empecé a rozarle muy suavemente el pezón, eso fue lo que terminó de vencer sus pocos temores, ya que ahí me manoteó la verga por sobre mi pantaloncito. Como era un camino que no pasaba nadie, no corríamos riesgo de que nos vieran, pero igual me dijo que vayamos hacía una arboleda cercana, a la vera de un arroyito. Más rápido que un rayo llegué al sitio y empezamos a desvestirnos y besarnos. Ya desnudos, fui bajando por su cuello, besándole cada parte, hasta llegar a las tetas, donde me fui turnando con la lengua de un pezón al otro, así me entretuve un rato y luego seguí bajando hasta encontrarme con una conchita depiladita y muy cuidada y me zambullí a comerle, morderle, chuparle ese chocho tan lindo y parece que le gustó lo que le hacía ya que con su mano me agarró de la nuca, manteniéndome presionado hacia abajo.

Así estuve un buen rato, ella por su parte gozaba de lo lindo, sus jugos que fluían hacia mi boca, con un sabor exquisito, me lo confirmaban, y ya estando llegando al orgasmo gritaba, gemía, suplicaba, sacudía las piernas, se estrujaba los pechos, se metía los dedos en la boca, vuelta a los pechos, mientras yo la miraba desde abajo, sin dejar de chuparla, hasta que se quedó quieta, ahí tomé mi verga y se la puse en la puerta de la concha y empujé muy suavemente, entraba como si fuera a la medida (y eso que tengo un pedazo considerable) y muy despacio empece un mete y saca. Puse sus piernas arriba de mis hombros y seguí bombeando, ella ya había reaccionado y me pedía más y más, y se volvió a venir, y enseguida otra vez, mientras yo ya estaba por llegar, agarrando mi verga la saqué de su concha empapada y acabé sobre su estómago de unos cuantos lechazos y caí con mi cara sobre sus pechos sudorosos.

Estábamos todo transpirados y pegoteados, cuando le dije:

-L: Oye hermosa, como estás?

-M: Estoy... estoy uff, (mirándose y riéndose) estoy toda enchastrada, pero muy bien, nunca me sentí así

-L: Me alegro, yo también la pasé genial, tu conchita tiene un rico sabor sabes?

-M: (poniéndose colorada) No, no lo sabía, pero nadie me ha hecho lo que tú me hiciste recién

-L: Dulce, no quiero romper el encanto, pero tenemos que ponernos en marcha, que te parece si nos mojamos en el arroyito, hace un calor del demonio y todavía nos queda ir al pueblo

-M: Si, dale, hace mucho calor, me va a venir bien sacarme toda la lechita que tengo encima, (y untándose un dedo con la lechada se lo llevó a la boca), mmmmmm, que rica!!, nunca la había probado

-L: No empecés que se nos va a hacer tarde, aparte... sos bastante chanchita vos

-M: (más colorada) lo que pasa es que nunca me imaginé estar con vos, bah de chica si, pero como somos primos, jamás pensé que fuera a pasar algo, entendés

-L: Sí, a mi me pasa lo mismo, pero no me arrepiento, eres hermosa y lo volvería a hacer

-M: Yo tampoco me arrepiento, estuviste genial, te juro que jamás nadie me hizo lo que vos hiciste y aparte nadie tenía lo que tú tienes abajo (desviando la mirada y poniéndose toda colorada), ejemm.. vamos mejor

La ayude a bajar de la camioneta, ya que nuestra posición no era muy cómoda y fuimos desnudos hasta la costa del arroyito.

El arroyito no era muy ancho, unos 10 metros y poco profundo, 1,5 metros en algunos lados, así que no había problemas, nos metimos juntos y nos quedamos un rato en el agua para refrescarnos.

Al rato salimos y nos pusimos al sol para secarnos, saqué un cigarrillo de mi camisa toda arrugada, lo encendí y me acerqué a ella.

M: Yo también quiero uno Lito, por favor

L: Bueno, toma el mío yo voy a buscar otro,

Sentándome al lado, ella se deslizó entre mis piernas, poniéndose con su espalda sobre mi pecho, yo la abrace desde atrás. Dio vuelta su cabeza y nos besamos muy dulcemente.

Vamos yendo, le dije, que se nos va a hacer tarde,

Nos pusimos de pie y me abrazó

M: Gracias, Lito, te debo una

y se fue hacia la camioneta. Yo la miré embobado, era bellísima

Nos vestimos y nos pusimos en marcha. Llegamos al pueblo, hicimos todas las compras, fuimos a un bar a tomar algo y luego pegamos la vuelta.

Al llegar cerca de la arboleda, ella se me acercó, me abrazó y me dijo: ahora te voy a devolver el favor. Empezó a lamerme el lóbulo de la oreja y con lo otra mano, comenzó a sobarme la verga por sobre mi pantaloncito, la cual se paró al instante. Desabrochó el pantaloncito, bajo la bragueta, pero le costó sacar el miembro parado, y trataba de bajármelos, yo mientras conducía (con dificultad, obvio) le ayudaba. Cuando logramos bajarlos hasta las rodillas, me agarró la verga y pajeándola suavemente me dijo al oído, mmmmm que grande que es; y bajó hacia ella. Tuve que hacer un esfuerzo enorme para equilibrar la camioneta cuando se la puso en la boca, por lo que paré en medio del camino y me recliné hacia atrás. Ella subía y bajaba por el miembro, me succionaba los huevos, me la chupaba como una profesional, Dios.... en la boca tenía una aspiradora como la chupaba. Verla con mi miembro en la boca, me hizo pensar en las noches que me pajee en el baño pensando en ella, y ahí estábamos, yo.... en la gloria, igual me costó un rato acabar, ya estando a punto le avisé que me venía y estallé..., estallé en su boca y ella tragaba todo lo que le enviaba al fondo de su garganta, como hacía rato que no me corría. Cuando la dejó, estaba toda limpia. Subió y se encontró con mi boca, nos besamos largo rato, tenía el gusto de mi semen, no me importó.

Luego nos separamos y vimos como estabamos parado en medio del camino, bajo el rayo del sol, y empezamos a reír, como pude me subí los pantalones y arrancamos nuevamente. Al llegar a la estancia nos recibieron nuestras madres, preguntándonos como nos había ido, ella guiñándome un ojo les contó que excelente, que yo era el mejor primito del mundo.

Mientras bajaba los paquetes me reí para adentro, deje los paquetes en la mesa del comedor y me fui a mi habitación, cerré la puerta bajé las cortinas y me tiré en la cama, me saqué los pantaloncitos mientras pensaba en lo acontecido, al rato me dormí con una sonrisa....

CONTINUARA

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