La esposa puritana – los amigos del pintor (parte7

Juanito ya se había follado a su cliente varias veces, tenía fotos y vídeos de sus mejores momentos, era momento de invitar a los amigos.

Juanito vivía en un barrio alejado de las afueras de la ciudad, hacía más de 30 años, y frecuentaba un bar del barrio, del que hoy día era su mejor amigo, el Bar del Turco. Le llamaban de turco porque tenía trazos árabes, piel oscura, nariz aguileña, pero de turco no tenía nada. Tenían casi la misma edad, rondado los 60, los mismos gustos y se emborrachaban juntos con frecuencia, también les encantaba jugar al póquer con algunos pocos amigos en el fondo del bar, cuando cerraban. Ambos habían estado en la cárcel, en momentos y por razones diferentes, Juanito por una agresión cuando estaba borracho, fueron sólo un par de semanas pero bueno, el Turco por robar un coche cuando era joven. Se llevaban muy bien.

Juanito le contaba todo al Turco, le explicó lo que estaba haciéndole a la mujer. El Turco se sorprendió, conocía de vista a Teresa, la había visto en la iglesia cuando su mujer le obligaba a ir. Una mujer respetable, con mucha clase y muy bonita, no me lo creo que te la hayas follado le dijo. No sólo se la había follado, además tenía pruebas, así que le mostró un resumen en un par de vídeos de menos de 2 minutos y el Turco ahora sí que se lo creyó. Quién lo diría que es tan guarra, las apariencias engañan, pero como lo conseguiste? Por lo que he visto le gusta mucho de follar contigo, diciéndo que es una delicia y pidiéndote que no parases? Pero en el vídeo no se te ve la cara, podría ser cualquier persona, pero te conozco la voz, seguro que eres tú.

Juanito le explicó todos los pormenores, así que supuestamente la madame no sabe que te la estás follando, ni el marido? Juanito le confesó que nadie sospecha nada, esa es la mejor parte. Y, cuando acabe el servicio, me gustaría continuar follándomela, pero con su consentimiento, tú podrías ayudarme, todos salimos ganando. Ahí le contó su plan…

Al día siguiente, Juanito llevó a un joven ayudante, también amigo de borracheras, Pedrito, bien delgado de unos veinte y poco años. Le contó que se estaba follando a la dueña, pero que no lo contara a nadie, ella no quería que nadie se enterara, mucho menos su marido. Pero que, si él quería, como la mujer era muy guarra y bonita (le mostró fotos que había robado de la casa) nadie podía enterarse. Él la conocía del supermercado, muy simpática y está buenísima para su edad, le dijo. Pues bien, te gustaría follártela hoy? Como no folla con cualquiera, voy a inventarme un juego, le vendaré los ojos, tu te quedarás tras la puerta y cuando me oigas decir que ya le he vendado los ojos, entras, sin decir ni pío, y te la follas. Haré un vídeo tuyo follándotela, será nuestro secreto. Sube en 20 minutos.

Juanito hizo lo de siempre, le folló el culo, el coño, le chupó todo y más, uso vibradores y cuando estaba en el auge, llegó Pedrito. Puso unas vendas a Teresa, vino Pedro y se montó encima de ella y se la folló como si no hubiera mañana, mentras Juanito lo filmaba todo. Salió de la habitación y Juanito lo ordenó todo.

Has visto? Ni sabe que te las has follado tú, pensaba que era yo. Cuando baje, le gusta dormir hasta tarde después de tanto folleteo, no digas nada, actúa con total normalidad, ella hará ver que no ha pasado nada conmigo, así lo hemos combinado para que nadie sospeche de lo nuestro, le dijo al mequetrefe que se lo creyó todo.

Cuando el marido vio el vídeo, se quedó estupefacto. Claro que no sabía nada de las conversaciones con el Turco y con Pedrito, a su modo de ver un amigo se aprovechó de la situación y también se folló a su esposa. Y serían varias más, que vinieron a lo largo de los días hasta la conclusión del servicio, algunas personas que conocía de vista. Le dio mucha vergüenza que se hubieran follado a su esposa y después la vieran en la calle, o a él, pero no podía hacer nada. Ojalá que nadie se enterara nunca!