La Esposa Masoquista (capítulos 13 y 14)

Una mujer descubre su deseo masoquista y terminará sometida por su marido, ansiando ser castigada y degradada hasta más allá de lo posible (Serie de 16 capítulos)

13 - LA ESPOSA MASOQUISTA (UN POSIBLE FUTURO)

Me extrañó que la doctora hubiese vuelto y a mi marido también

  • Marido - "

¿Hay algún problema? Pensé que nos veríamos en tu despacho.

"

  • Doctora - "

No, ninguno, tan solo saber cuando piensas hablar con ella sobre su futuro, necesitamos una respuesta antes del alta.

"

  • Marido - "

Vaya, pensé que podría esperar a mañana

"

  • Doctora - "

Bueno, puedes esperar a mañana, esclavas de su nivel siempre son bienvenidas, pero dentro de quince días empieza un curso de adiestramiento y si no entra en este curso habrá que esperar cuatro meses para el siguiente.

Si ingresase

vamos con el tiempo justo para organizar la tapadera de su desaparición, no nos gustaría que alguien pudiese crear problemas.

"

  • Marido - "

De acuerdo, yo tampoco quiero esperar cuatro meses si es que ella acepta y mucho menos tener problemas con nadie si la echan de menos.

"

  • Doctora - "

¿Entonces hablaras con ella ahora.?

"

  • Marido - "

Sí, hablaré con ella ahora, aunque creo que sería mejor esperar a mañana.

"

  • Doctora - "

Estupendo y tranquilo, ella está más que preparada para tomar la decisión. Te veo en la cena que tengo algo más que proponerte.

En cuanto a ti querida, mañana vendré a verte y a conocer tu respuesta, tienes veinticuatro horas para pensar bien como quieres que sea el resto de tu vida.

"

Cogió la ropa y salió de la habitación tal cual estaba. Miré a mi marido, ya vestido de nuevo, esperando su reacción pero estaba mirando el culo a la doctora descaradamente mientras ella caminaba hacia la puerta. Luego vino hacia mi, me cogió la mano, me dio un beso en la frente y empezó a hablar.

  • Marido - "A

ntes de nada respóndeme con toda sinceridad. Cuando lo hagas te contaré todo y tomaras una decisión.

¿Te arrepientes de algo, por intrascendente que sea, de todo lo que hemos hecho, ya sea juntos ó por separado, desde que nos casamos?

"

  • Yo - "

No. Absolutamente de nada.

"

  • Marido - "

¿Y yo he hecho algo que te haya molestado desde que nos conocimos? Lo que sea, aunque haya sido algo banal ó hayan pasado años.

"

  • Yo - "

No y si lo hiciste no lo recuerdo.

"

  • Marido - "

Si estás aquí y en este estado, es por lo que me dijiste el pasado lunes antes de comer. ¿Quieres que volvamos a nuestra vida de antes ó prefieres seguir como esclava?

"

  • Yo - "

Quiero seguir como tu esclava.

"

  • Marido - "

Si ese es tu deseo, puede cumplirse, pero antes debes conocer las consecuencias. Una vez que las sepas tendrás hasta mañana para decidir.

Para empezar, convertirte en esclava es totalmente incompatible con seguir siendo mi esposa o con tener una vida social, salvo la de servir y ser usada, por lo tanto desaparecerás como la persona que eras hasta antes de llevarte al chalet.

Para ello y gracias a la organización que gestiona el chalet, esta clínica, la web donde pudiste ver las grabaciones de tu primera entrega y otras muchas cosas, crearemos una tapadera en la que, para todo el mundo, me habrás abandonado por un amante más joven llevándote una gran suma de dinero. Harás una grabación, que recibiré en el móvil, donde explicaras que te vas, el porqué, también que no quieres volver a tener nada que ver con tu vida anterior y pedirás que nadie te busque. Nadie de nuestro entorno ha de saber la verdad, por supuesto serás tú quien admitirá haberme engañado, robado y abandonado sin otro motivo que tu egoísmo por que no quiero tener que soportar reproches de nadie y mucho menos que alguien pueda complicarme la vida.

La organización tiene los contactos y las influencias necesarias para hacer desaparecer ó alterar todos los datos que puedan servir para identificar a una persona, de ese modo, junto con alguna pequeña cirugía a la que serías sometida, nadie podr

ía

demostrar que, la esclava

en que te habrías convertido

eras tú.

Si aceptases, d

urante un año estarás recluida en distintos centros de adiestramiento que la organización tiene repartido por Europa, América y Asia, en ellos aprenderás a ser una esclava. Durante ese periodo no sabrás nada de mi, posiblemente yo tampoco sepa nada ti, esto será beneficioso para eliminar lazos emocionales, así, cuando vuelvas, podré mirarte sin más sentimiento que el de quien ve algo de su propiedad.

Este camino no tiene vuelta atrás, si le coges será para el resto de tu vida y aunque quisieras recuperar tu libertad, no podrás. Una vez que me respondas, si tu respuesta es sí, no volverás a verme hasta dentro de un año. ¿Tienes alguna pregunta?

"

  • Yo - "

¿Quieres que sea tu esclava?

"

  • Marido - "

Ni se trata de lo que yo quiera, ni de ser MI esclava. Si decides ser esclava, es sin condiciones, simplemente serás una esclava.

"

  • Yo - "

¿Me sigues queriendo?

"

  • Marido - "

Claro que te quiero, pero cada vez me cuesta más ver a esa dulce mujer a la que cuidar y respetar, cuando te miro veo una zorra a la que follar, prostituir y castigar sin ningún reparo.

"

En ese momento sentí que había perdido a mi marido, el tono de sus palabras denotaba cierta tristeza, pero también sinceridad. Sentí como mi estómago se encogía, mis ojos se llenaron de lágrimas y lo que me dejó absolutamente desconcertada fue percibir que mi clítoris palpitaba de excitación. Al darse cuenta de mis lágrimas me pidió perdón

e

intento consolarme.

  • Marido - "

Lo siento, sabes que siempre he sido sincero contigo y no quería hacerte daño, pero todavía te sigo queriendo y estoy dispuesto a intentar retomar nuestra vida si tu lo deseas.

"

  • Yo - "

Gracias cariño,

pero

todo lo que está pasando es lo que yo misma he provocado, n

unca me imaginé

que llegaría a esta situación, pero sabes que siempre he sido consecuente con mis actos, así que tengo claro cual ha de ser mi decisión, aunque esperaré a mañana para contestar.

"

  • Marido - "

Me parece bien, aunque tengo la sensación de que ya te has decidido.

"

  • Yo - "

Así es, pero antes quiero saber algo más. ¿Que papel juega la doctora en nuestro futuro?

"

  • Marido - "

En el caso de que aceptes la esclavitud absoluta, ella se convertirá oficialmente en mi pareja, legalmente seguirás siendo mi esposa, pero con el vídeo y tu desaparición no me será muy difícil conseguir que nuestro matrimonio quede disuelto, gracias a mis contactos y los de la organización, puede que incluso antes de que vuelvas ya que cuando lo hagas no serás más que una esclava de nuestra propiedad.

"

Me quedé absorta pensando en ese futuro que mi marido me planteaba, un futuro que podría ser terrible y al mismo tiempo me fascinaba, pensaba en mi misma sirviendo a la doctora y a mi marido como su esclava, viendo como ella recibía de mi marido las atenciones que tiempo atrás me pertenecían, degradada, destruida como persona, ni siquiera podía pensar en mi como tal, me veía convertida en un simple objeto y ese pensamiento me entristecía y excitaba a partes iguales.

Fue mi marido quien me hizo reaccionar, yo seguía tumbada en la cama, abierta de piernas, sentí el semen saliendo de mi coño, chorreando hasta manchar la sábana, mi marido me ordenó limpiarme y le obedecí de inmediato, con mi mano recogí todo el semen que pude, me lo llevé a mi boca lamiéndolo con mi lengua y lo repetí varias veces hasta que me dejé el coño más ó menos limpio. Al hacerlo reparé en mi cuerpo, estaba todo amoratado por los golpes recibidos durante la semana pasada, en especial por los recibidos el sábado en el chalet, por primera vez era consciente de lo sucedido, desde luego había sido algo excesivo y me asusté de lo que había sido capaz de soportar, mejor dicho, realmente me asusté de haber disfrutado con todo el dolor y la degradación como lo había hecho.

Mi marido me besó en la frente, me dijo que la doctora y él habían quedado para comer con el hombre del chalet para hablar sobre un par de negocios que le había propuesto y se despidió hasta el día siguiente. Tenía claro que mi marido pasaría esa noche con la doctora y sinceramente, prefería estar sola para poder pensar en lo que me había dicho, mi intención al saber el futuro que me proponía era la de aceptar esa esclavitud absoluta, pero su actitud y la implicación de la doctora me provocaron algunas dudas sobre si realmente estaba dispuesta a dar ese paso, aunque después de saber lo que mi marido veía en mi tampoco confiaba que fuese posible retomar nuestra relación como un matrimonio "normal", además, ni me veía capaz de conseguir que cambiase de idea, ni tenía muy claro que yo misma quisiese vivir sin ser degradada y castigada.

El resto del día tan solo vi a las enfermeras que vinieron a realizar mis curas y traerme las comidas, todas encantadoras y muy delicadas conmigo me confesaron que nunca habían conocido a una mujer de mi aguante, en parte con admiración, pero también con cierta tristeza por lo que me esperaba si aceptaba ser esclava. Tras cenar no tardé en dormirme, aunque dormí francamente mal, me despertaba cada poco tiempo y angustiada, en mis sueños se repetían una y otra vez imágenes de lo sucedido esta semana, pero siempre estaban presentes la doctora y mi marido, el único hombre al que no tenía permiso para tocar.

14 - LA ESPOSA MASOQUISTA (DECIDIENDO MI FUTURO)

Las enfermeras me despertaron sobre las nueve de la mañana, me ayudaron a levantarme y a dar unos paseos por la habitación, desayuné, me di una ducha, esta con agua caliente y realmente placentera, todo en presencia de las enfermeras quienes me secaron al salir de la ducha y luego me volví a quedar sola hasta que entró la doctora en compañía de mi marido. Eso fue como al mediodía, yo estaba paseando por la habitación totalmente desnuda, las enfermeras se habían llevado todas las toallas y en la habitación tampoco había ninguna prenda de ropa, aunque hacía mucho que no sentía el más mínimo pudor al estar desnuda frente a otras personas, en esta ocasión me provocaba un sentimiento de inferioridad.

Mi marido se quedó junto a la puerta, mirándome sin decir nada, pero sonriéndome con una extraña mezcla de ternura y desprecio mientras que la doctora hablaba conmigo.

  • Doctora - "

Hola querida, tengo entendido que no has dormido muy bien esta noche ¿Ha sido por algo en concreto?

"

  • Yo - "

Hola señora. Si he tenido muchas pesadillas en las que se mezclaba lo sucedido estos últimos días con lo podría ser mi futuro.

"

  • Doctora - "

Bueno, es algo normal. Por el resto ¿que tal te encuentras?

"

  • Yo - "

Bien, siento mi cuerpo muy dolorido, pero no me importa.

"

  • Doctora - "

Eso me gusta, acércate que he de comprobar tus reacciones a ciertos estímulos.

"

Me acerqué a la doctora hasta que estuve frente a ella y antes de que me pudiese dar cuenta cogió mis pezones con

sus

manos pellizcándoles con fuerza y retorciéndoles brutalmente. Me dolió muchísimo, pero me mantuve quieta y tan solo emití un gemido al evitar gritar por el dolor.

  • Doctora - "

¿Tienes algo que decir?

"

  • Yo - "

No señora.

"

  • Doctora - "Abre las piernas"

Obedecí y la doctora, soltando mi pezón izquierdo y sin dejar de retorcerme el derecho metió sus dedos con brusquedad en mi coño, que, a pesar de estar húmedo, el dolor en mis pezones, la actitud de la doctora y la presencia de mi marido observándome mientras aceptaba las órdenes sin dudar hizo que se humedeciese aún más.

  • Doctora - "

¿Estás excitada puta?

"

  • Yo - "

Siempre estoy excitada señora, es mi estado natural.

"

A continuación sacó sus dedos con la misma brusquedad que los había metido y les metió en mi boca del mismo modo todo lo profundo que pudo provocándome varias arcadas.

  • Doctora - "

Querido, he vuelto a ganar la apuesta, tiene su esclavitud tan asumida y es tan masoquista que ni siquiera ha tenido el instinto de retirarse al coger sus pezones.

"

  • Marido - "

Desde luego, ni me imagino a donde será capaz de llegar si acepta el adiestramiento.

"

  • Doctora - "

Si lo hace podremos presumir de poseer la mejor esclava, pero antes empieza a pagar la apuesta y tu zorra, mientras tanto quédate tal como estás y observa bien.

"

  • Yo - "

Como usted mande.

"

La doctora caminó hacia la cama, lo hizo desabrochando su falda y dejándola caer al suelo, apoyó su culo en el borde de la cama con sus piernas abiertas y vi como mi marido se arrodillaba para lamerle el coño con ganas.

  • Doctora - "

Hmmm, me encanta que me comas el coño y más aún que por culpa de la puta de tu esposa sea lo único que harás los próximos cinco días

"

No entendía muy bien a que se refería, mi marido no había dejado de follar o como poco recibir un par de mamadas a diario desde que yo recuerde, pero la doctora me lo aclaró rápidamente.

  • Doctora - "

No pongas esa cara de extrañeza esclava, tu marido no puede correrse hasta el próximo lunes y me comerá el coño siempre que yo quiera.

"

Escucharla me puso como una moto, era la primera vez que mi marido obedecía a una mujer y la comida de coño que le estaba haciendo era tan espectacular que necesitaba masturbarme de inmediato.

  • Yo - "

Señora, ¿Me da permiso para masturbarme?.

"

  • Doctora - "

No, no puedes masturbarte, pero si que tienes permiso para correrte siempre que sea azotando tu coño con la regla que llevo en mi cartera. Cógela.

"

  • Yo - "

Gracias señora.

"

La regla era de madera y sobresalía por uno de los laterales, la saqué, volví a mi posición, comencé a azotarme, primero con poca fuerza, aunque no tardé en subir la intensidad de los golpes y antes de un minuto me estaba azotando de tal manera que no pude retener las lágrimas, a pesar de todo me excitaba el dolor y quería algo más, así que pedí permiso de nuevo a la doctora para estimular mis pezones.

  • Yo - "

Señora, ¿Me da permiso para estimular mis pezones?.

"

  • Doctora - "

Puedes hacerlo, pero nada de caricias, pellízcateles, retuérceteles y golpéate las tetas todo lo fuerte que puedas y no pares hasta que yo lo diga.

  • Yo - "

Gracias señora.

"

  • Doctora - "

Sigue lamiendo cabrón, quiero correrme varias veces antes de que se corra esa zorra masoquista.

"

Mi marido estuvo comiendo el coño a la doctora casi media hora hasta que ella se corrió, era evidente que retrasó su corrida todo lo que pudo ya que en varias ocasiones ordenó a mi marido que parase cuando parecía que se iba a correr.

Para entonces mi coño y mis tetas me ardían, su color era un rojo intenso, mi coño estaba inflamado de los golpes y mi llanto era constante pero por extraño que parezca estaba reteniendo mi orgasmo hasta tener el permiso de la doctora para correrme

  • Doctora - "

Puedes correrte puta y tu para ya de chuparme, no quiero agotarme tan pronto.

"

En cuanto la escuche dejé de aguantarme corriéndome con tal intensidad que las piernas me fallaron y terminé tumbada en el suelo con las piernas totalmente abiertas mientras que seguía golpeándome con saña, lo cual provocó que me corriese un par de veces más antes de la doctora me ordenase parar.

  • Doctora - "

Espectacular, nunca había conocido a nadie tan masoquista y dudo que llegue a hacerlo en toda mi vida, espero que tomes la decisión de seguir el programa de esclavitud absoluta, has nacido para ello.

"

Yo todavía seguía tumbada en el suelo, llorando y con los últimos espasmos de mis orgasmos y tuve que hacer un verdadero esfuerzo para levantarme, dejar de llorar y decirles cual era mi decisión.

  • Marido - "

Muy bien cariño, tu comportamiento y sumisión creo que ha demostrado claramente lo que eres realmente, así que tu decisión solo puede ser una ¿Me equivoco?

"

  • Yo - "

No, pero antes quisiera hablar contigo en privado, tengo algunas dudas.

"

  • Marido - "

Ayer ya te expliqué todo a la perfección, así pues no se las dudas que puedes tener. No obstante, habla, todo lo que me

quieras

decir lo puede escuchar la doctora.

"

Habría preferido hablar sin que la doctora pudiese influir en la respuesta de mi marido, pero tampoco podía hacer otra cosa, así que empecé a hablar.

  • Yo - "

Si no aceptase el adiestramiento, pero tampoco quisiese que nuestra relación matrimonial volviese a ser "normal" ¿Que pasaría?.

"

  • Marido - "

Nos separaríamos, te proporcionaría un lugar donde vivir, seguramente una habitación en alguna casa compartida, tan solo recibirías una pensión mínima que apenas te llegaría para comprar comida por lo que te verías obligada a buscar trabajo y dudo mucho que después de todo lo vivido pudieses hacer otra cosa que prostituirte.

"

  • Yo - "

¿No volvería a tener contacto contigo?.

"

  • Marido - "

Ni conmigo ni con nadie de nuestras amistades, además, todas las personas que fueron a las fiestas del chalet recibirían la información necesaria para saber quien eres y donde buscarte.

"

  • Yo - "

Si volviésemos a ser un matrimonio "normal" ¿Que pasaría con tu relación con la doctora?

"

  • Marido - "

Tu nunca volverías a verla, pero tampoco sabrías nada sobre mis aventuras, que ten por seguro que las tendría.

"

  • Yo - "

¿Que pasará cuando envejezca o en el caso de que tu mueras.?

"

  • Marido - "

Cuando dejes de serme útil como esclava o me canse de ti pasarás a ser propiedad de la organización, si muero antes de que eso suceda será la doctora quien decida que hacer contigo

"

  • Yo - "

¿Cuando empezaría todo.?

"

  • Marido - "

¿Eso quiere decir que aceptas el adiestramiento.?

"

  • Yo - "

Si, acepto ser adiestrada en la esclavitud total y vivir como tal durante toda mi vida.

"

  • Marido - "

Bien, aunque realmente hace tiempo que estás siendo adiestrada, desde este momento eres únicamente una esclava y así serás tratada en todo momento.

"

  • Doctora - "

Como esclava careces de identidad y por lo tanto de nombre, tampoco tienes derechos de ningún tipo, ni se necesitan motivos para castigarte, nunca lo olvides. Ahora síguenos, las habitaciones solo son para las personas, las esclavas permanecen recluidas en celdas.

"

Salimos de la habitación, caminamos hasta las escaleras y me ordenaron bajar hasta el sótano mientras ellos lo hicieron en el ascensor, durante el trayecto me crucé con varias personas, entre ellas bastantes hombres que no tuvieron ningún reparo en manosearme a su antojo, pellizcar mis pezones o darme algún azote en mis nalgas, les permití que lo hiciesen sin detenerme y sin decir nada.