La Esposa Masoquista (capítulos 05 y 06)

Una mujer descubre su deseo masoquista y terminará sometida su marido, ansiando ser castigada y degradada hasta más allá de lo posible (Serie de 16 capítulos) - Los capítulos anteriores están en la sección de Dominación

(Los capítulos anteriores están en la sección de Dominación)

05 - LA ESPOSA MASOQUISTA (MASOQUISTA SIN LÍMITE)

De repente empezó a sonar la música y un buen rato después escuché como llegaban los invitados. El hombre que nos recibió al llegar volvió a presentarme del mismo modo que el día anterior, aunque en esta ocasión aclaró que " ...ayer fue un agujero muy usado como podéis ver por las marcas, pero acaba de ser limpiado y no debéis reprimiros, podéis dar rienda suelta a vuestro deseo sin preocuparos. "

Estaba claro, quería que me tratasen con la mayor dureza, parecía como si hubiesen leído mis pensamientos por que era lo mismo que estaba deseando yo y empezó a cumplirse en apenas unos segundos con una tanda de diez azotes que me hizo ver las estrellas, me los dieron con saña y por lo que el hombre había comentado de las marcas, sabrían con seguridad que el dolor sería mucho mayor al ya estar dolorida.

Tras esos azotes sentí unos dedos tanteando el agujero y al momento una penetración que me destrozó literalmente, joder, no era capaz de calcular el tamaño de esa polla, pero no sería precisamente pequeña por el dolor que sentía. Estuvo bombeando en mi agujero y azotando mis nalgas un buen rato, aunque el intenso dolor de mi ano por ser penetrado a lo bestia se había aplacado, sentir esa polla entrar y salir de mi culo era una tortura. Cuando se paró con la polla bien dentro de mi culo, di por supuesto que estaba corriéndose, justo antes de sacarla le hoy decir " Siguiente " y sin apenas poder apretar mi esfínter otra polla me penetró del mismo modo. Al final perdí la cuenta, pero creo que debieron ser como diez ó doce tíos los que me usaron durante no se cuanto tiempo, yo no dejaba de llorar, mis nalgas me dolían de manera inimaginable, mi ano me estaba matando y la fiesta acababa de empezar, sentía que las meadas ya estaban a punto de cubrir mi cabeza, así que empecé a beber todo lo que fui capaz.

La fiesta siguió durante horas, lo único que era capaz de sentir era el dolor de mi ano, de mis nalgas y las nauseas por haber bebido demasiada orina, a pesar de estar meando constantemente, no meaba tanto como bebía, por que me forzaba a mi misma a beber sin parar hasta que mi estómago dijo basta y vomité, de tal modo que pensé haber echado mi primera papilla, mezclando el vómito con la orina. Una vez mi estómago se calmó, volví a beber sin parar aquella mezcla asquerosa y me dio la sensación de que sonó una ovación justo en ese momento, digo que me dio la sensación por que mis oídos estaban sumergidos en la orina y no era capaz de distinguir los sonidos, tan solo las variaciones de volumen.

Mi cuerpo ya estaba llegando al límite, había vomitado cuatro veces en total, todo mi cuerpo estaba dolorido, me sentía como un guiñapo, hacía rato que nadie me penetraba ni me azotaba, pero seguía bebiendo la mezcla de orina y vomito que cubría mi cabeza, a sabiendas de que volvería a vomitar sin tardar demasiado, cuando sentí que mi cabeza quedaba al aire, no había música, no había gente, alguien había retirado el recipiente y también me estaban untando crema en las nalgas, luego sentí como se iban, de nuevo supuse que me habían dejado sola, estaba destrozada, pero extrañamente satisfecha y si alguien hubiese podido verme la cara me habría visto sonreír antes de que el cansancio me ayudase a dormirme de nuevo.

Me desperté al sentir que alguien manipulaba mi ano, me dolía, a pesar que lo hacía con cuidado, pero me gustaba, estaba claro que era una mano y no demasiado grande, aunque cada vez me sentía más dilatada hasta que pude notar como me penetraba mucho más profundo de lo que nunca había sentido, era increíble, me sentía realmente llena y el placer que me causaba muy grande, entonces escuché la voz de una mujer:

Mujer - " Ves, te dije que este agujero estaba preparado para un fisting y según me has dicho es el primero ¿No? "

Hombre - " En efecto, su marido me dijo que, a pesar de que su culo era follado con cierta asiduidad, no creía que fuese posible llegar al fisting. "

Mujer - " Como ves es posible y tampoco ha sido difícil, además de que notarás que no parece desagradarle. "

Hombre - " Cierto, diría que hasta la gusta. ¿Crees que lo suficiente como para correrse? Creo que no ha gozado tanto desde que llego aquí y por supuesto no se ha corrido "

Mujer - " Bueno, probemos, tenemos más de una hora hasta que venga su marido y seguro que le encantará esta grabación, pero sumerge su cabeza y que siga bebiendo lo que dejó ayer, no quiero escuchar sus gemidos. "

Sentí como alguien volvía a colocar el recipiente bajo mi cabeza y empecé a beber. La mujer siguió a lo suyo y empujaba su mano intentando penetrar cada vez un poco más, luego la sacaba hasta que su puño hacia tope con mi esfínter, de nuevo la metía todo lo profundo que podía, también abría y cerraba su mano dentro de mi, la giraba, retorcía su brazo a un lado y a otro y por los comentarios que escuchaba había llegado a meterme su brazo hasta el codo, cosa que no ponía en duda dado lo que sentía dentro de mi. Mi ano le sentía distendido al máximo y me seguía doliendo, pero el placer venía de mi interior, de todos esos movimientos que hacía con su mano, intenté concentrarme para conseguir correrme, era complicado sin ningún otro contacto, pero estaba segura de que podría lograrlo. La mujer, que parecía darse cuenta de que estaba intentando, siguió jugando conmigo durante un buen rato, cuando notaba que empezaba a llegar al orgasmo, paraba hasta que me calmaba, luego empezaba de nuevo y así constantemente, hasta que una de las veces sacó su mano de golpe justo cuando estaba a punto de correrme, el orgasmo se me cortó en seco por el dolor que sentí en mi esfínter cuando la mano de la mujer salió de mi ano, había sido mucho peor que cuando me penetraron estando dormida, mi grito quedo ahogado al tener la cabeza metida en la orina, volví a llorar de nuevo mientras, a pesar de tener mi cabeza sumergida, pude distinguir su risa. Unos momentos después se fueron dejándome de nuevo allí sola.

No pasó mucho hasta que de nuevo sentí que venía alguien, casi de inmediato retiraron el recipiente dejando mi cabeza al aire y en cuanto les escuché hablar supe que era mi marido acompañado por el hombre con el que me dejó el viernes pasado, este le mostró su gran satisfacción por mi aguante y le pregunto su parecer al verme así, la respuesta de mi marido fue ambigua, como si no quisiese demostrar ni satisfacción ni desagrado, preguntando de inmediato que cuanto tardarían en soltarme para llevarme con él, el hombre le respondió que unos veinte minutos y le invitó a subir al despacho mientras me preparaban para exponerle algunas propuestas sobre mi. A continuación escuché como se iban, no sin antes dar la orden de soltarme y prepararme para mi partida.

Aun con la capucha puesta, sentí que aflojaban todas las correas que me sujetaban, al soltar mis brazos casi ni podía moverlos y hacerlo era doloroso, agradecí que las chicas, suponía que lo estaban haciendo las chicas que me prepararon al llegar, masajeasen y reactivasen delicadamente mis brazos al dejarles libres, me ayudaron a levantarme, cosa que también me costó bastante, mis piernas no me sostenían y el dolor de mi culo se intensifico al juntarlas. Me hicieron caminar un poco hasta tumbarme en algo que supuse sería una camilla y allí se dedicaron a masajear todo mi cuerpo, en especial de cintura para abajo, poco a poco mi sentí que empezaba a ser capaz de mover mis extremidades con cierta normalidad, cuando vieron que era así me levantaron de nuevo, me hicieron caminar unos pasos, creo que para asegurarse de que ya era capaz de hacerlo, por fin me quitaron la capucha y los tubos de mi nariz, no había mucha luz, pero después de tanto tiempo en oscuridad me resultaba muy molesta impidiéndome abrir los ojos, pasó un buen rato hasta que fui capaz de ver con cierta claridad, en efecto eran las dos chicas que se encargaron de mi el viernes, pero estaban totalmente desnudas, sus cuerpos mostraban las marcas de haber sido azotadas brutalmente, no había zona de su cuerpo que no tuviese una marca, incluso algunas heridas donde la piel había sido arrancada, también pude ver el potro donde había estado ofrecida é inmovilizada desde el viernes, el recipiente lleno de un liquido turbio y amarillo que sería lo que llevaba bebiendo los últimos dos días, no pude por menos que sentir cierto asco al pensar en ello.

Me acompañaron hasta una escalera, me indicaron que subiese y al hacerlo vi que ellas se quedaban abajo. Arriba estaba esperándome el hombre que nos abrió la puerta de la casa al llegar, sin decir nada me señalo una puerta y me dirigí allí. Era el mismo despacho donde estaba el hombre que negoció con mi marido, al entrar estaban los dos charlando tranquilamente mientras veían algo en un televisor, al ver que llegaba, el hombre apagó la televisión, aunque antes de lo que lo hiciese pude ver que era la grabación del fisting que había recibido momentos antes.

06 - LA ESPOSA MASOQUISTA (REGRESO A CASA)

El hombre me ordenó que me fuese girando para que mi marido pudiese ver bien las marcas de mis nalgas y que abriese las piernas para mostrar el aspecto de mi entrepierna con el coño cosido. obedecí sin decir nada y con la vista baja. El hombre le hizo algunos comentarios sobre el hecho de que, tras lo sucedido este fin de semana, estaba seguro de que mi masoquismo y sumisión no tenía límite, mi marido se mostró dudoso de que fuese así, pero después de lo visto en las grabaciones no se atrevía a decir lo contrario y al despedirse dejó claro que mi vuelta a ese lugar era algo muy posible y mucho antes de que habría imaginado.

" Bueno, ha sido un placer que espero se repita. En cuanto a descoserle el coño, ya le he explicado como hacerlo y no es complicado, pero creo que será mucho más satisfactorio que la traiga el próximo sábado para usarla en la fiesta y se le descosamos aquí. Usted decide. "

Mi marido se despidió con un " Lo pensaré ", salimos de la casa, el sol me molestó bastante y sentí un poco de frío, iba tal y como llegué. desnuda, tan solo con los zapatos de tacón y las medias, atravesamos el jardín, salimos a la calle, al menos dos personas que pasaban por allí pudieron verme claramente, al llegar al coche mi marido me abrió la puerta, me senté con cierta dificultad por el dolor que sentí en mis nalgas al contacto con el asiento, cuando él entró en el coche fue a decir algo, pero no le dejé y fui yo quien habló:

" No digas nada, quiero que me uses como me han usado estos días, necesito que seas tu quien lo haga. No me hables en ningún momento, piensa en mi como un objeto para tu disfrute y sin delicadezas. "

Se quedó sin saber que hacer, yo ni le miraba, pero sentía que estaba confuso y preocupado, así que añadí una pequeña aclaración:

" Tranquilo, todo está bien, gracias por hacerme descubrir algo más de mi. Ahora vamos a casa, haz lo que te he dicho y mañana hablaremos de todo lo sucedido y también de lo que vendrá. "

Arrancó tras observarme pensativo durante un momento y nos fuimos hasta nuestra casa, lo hizo callejeando para evitar las zonas más concurridas, pero eso no evitó que mucha gente reparase en mi, no sabía cual sería mi aspecto, pero desde luego no demasiado bueno, a saber como tenía mi cara y mi pelo después de todo ese tiempo con la capucha y sumergida en las meadas de todas esas personas. Entramos al garaje, salí como pude, todavía me costaba moverme, sin darle tiempo a que me ayudase, me quedé inmóvil junto al coche, él vino todo lo rápido que pudo para cubrirme con la capa y subimos en el ascensor hasta nuestra casa evitando mirarme en los espejos. Nada más entrar me despoje de la capa, me dirigí al dormitorio, me subí a la cama en la misma posición que estaba en el potro y esperé a que mi marido hiciese lo que le había pedido.

Cuando él entró, se había entretenido poniéndose una copa, escuché como se desnudaba, despacio, sentía que no dejaba de mirarme al hacerlo, se acercó a mi, acarició mis nalgas, metió un par de dedos en mi ano, acarició mi coño cosido recreándose en las puntadas, lo cual me hizo excitarme mucho más de lo que ya lo estaba, volvió a acariciar mi culo y le dio un azote, yo pegué un respingo por la sorpresa, pero seguí en la misma postura, al rato, sin decir nada, me dio otro, los azotes picaban, no por que les diese fuerte si no por que mis nalgas estaban muy doloridas, tanto que incluso sus caricias provocaban algo de dolor. Siguió azotando mis nalgas, cada vez con más fuerza y más rápido, yo aguantaba los azotes como podía, quería que mi marido fuese el que más dolor me causase, él siempre debía tener de mi más que nadie, aunque llegó un momento en el que rompí a llorar, él paró, supongo que pensando en mi, pero al notar que paraba no pude contenerme y casi le grite:

" No pares, sigue, sigue. Soy tu agujero. Úsame sin compasión, sin límite. "

Al oírme volvieron los azotes, pero con más fuerza y más seguidos aún, ahogaba mi llanto con la almohada y no podía dejar de pensar en como sería mi vida a partir de mañana, realmente estaba disfrutando de todo lo sucedido en estos día como nunca me había imaginado. De nuevo sentí que dejaba de azotarme, pero antes de que pudiese decirle que siguiese, me penetró el culo, lo hizo a lo bestia y sin lubricarme, el dolor me cortó hasta la respiración, pero saber que era él quien estaba follándome me hacía feliz y estaba realmente contenta, a pesar de que mi llanto era imparable. Al poco de penetrarme retomó los azotes, no se el tiempo que estuvo así, pero llegó a correrse tres veces en mi culo, en ese momento fue la primera vez en que realmente sentí que podría quedarse satisfecho follando solo conmigo.

Tras la tercera corrida se retiró y se tumbó en la cama a mi lado, yo mantuve la misma posición, tan solo me moví para poder hacerle una mamada, seguía llorando cuando empecé a chupar su polla, ya había perdido parte de erección, así que primero limpie todo el semen que la cubría, luego me afané en conseguir que se volviese a empalmar y una vez dura de nuevo se la mamé hasta que volvió a correrse en mi boca tragándome hasta la última gota. No me la saqué, la dejé lo más dentro de mi boca que podía y cuando por fin su erección bajó lo suficiente, mantuve mi cabeza pegada a su pubis y su polla llenando mi boca, estuvimos así un buen rato, él volvió a acariciar mi coño, cosa que me encantaba, al tiempo que murmuraba un " Me gusta. "

Se fue a levantar, di por supuesto que querría mear, así que le hablé de nuevo para evitar que fuese al retrete:

" Si quieres mear hazlo en mi boca. "

De nuevo se quedó dudando, pero me cogió con cierta brusquedad, me tiro al suelo y empezó a mear en mi boca, yo me lo tragué como pude, aunque una pequeña parte se derramó mojando mi cuerpo y cayendo al suelo, mi marido me empujó la cabeza hasta el suelo y no tuvo que decirme nada, bebí y lamí toda su orina hasta dejar el suelo totalmente limpio, volví a la cama en la misma postura que antes y él tras darme unos cuantos azotes más, dijo que se iba a comer. No hizo falta que dijese nada, no pensaba moverme de como estaba, escuché la puerta y me quedé sola, en silencio, pensando en que unos días antes, soportar lo que había soportado en este fin de semana, me habría parecido algo imposible y ahora no solo lo había soportado, es que quería más, no quise preocuparme, al menos no en ese momento y me centré en recordar lo vivido esos días, la primera imagen que recordé, de lo poquísimo que pude ver, fue la de las dos chicas que me prepararon, me dio mucho morbo pensar en ellas, en su aspecto y en la posibilidad de que realmente fuesen esclavas en el sentido más estricto de la definición, seguí recordando, pero lo hice creando la imagen que tendrían quienes me viesen, como cosieron mi coño como me ataron, como me usaron, el dolor, el que nadie sintiese la mínima compasión por mi, el empacho de orina, las vomitonas, el fisting, todo ello daba vueltas en mi cabeza haciendo que me excitase, estaba deseando masturbarme, al menos tocarme el coño, el cual ni siquiera me había visto, pero aguanté, quería que fuese lo más parecido a lo vivido en ese chalet, como si siguiese inmovilizada en ese potro.

Estaba tan metida en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que había vuelto mi marido hasta sentir de nuevo su polla en mi culo, al igual que antes sin lubricarme y de un golpe, para evitar gritar mordí la almohada y aguanté el dolor, pero era demasiado, así que de nuevo rompí a llorar, intenté que mi marido no se diese cuenta, no se si lo conseguí, pero él siguió como si nada y no mucho después volvió a azotar mis nalgas, era terrible, a punto estuve de saltar de la cama y decirle que parase, pero no lo hice, seguí aguantando, mi cabeza empezó a darme vueltas con las imágenes que yo misma me había creado de lo sucedido en el chalet y de repente, no se como, sentí que me corría, mi cuerpo temblaba, todo mi culo era puro dolor, pero mi marido seguía follando mi agujero y azotando mis nalgas como si nada.

Sentí que se corrió varias veces, pero no se cuantas, me parecía increíble que fuese capaz de correrse tantas veces seguidas en un solo día después de un fin de semana con dos mujeres y follando todo lo posible. Cuando se quedó satisfecho volvió a tumbarse en la cama, yo hice exactamente igual que antes, le limpié la polla con mi boca le hice correrse de nuevo, me tragué su semen, la deje en mi boca hasta que perdió erección y finalmente, cuando bajó lo suficiente para que me cupiese toda entera en mi boca, le escuche decir, " Bebe " y acto seguido comenzó a mearse en mi boca, tragué como pude toda su meada y seguí con ella en mi boca.

Pasado un rato, sentí que se había dormido, yo seguí inmóvil, con su polla en la boca hasta que se despertó, me volvió a decir que bebiese y después que se la mamase, obedecí, volvió a correrse en mi boca y se fue, tardó mucho en volver, debía de ser tarde por que la habitación se había quedado a oscuras cuando escuche que volvía, me azotó y penetró de nuevo hasta que rompí a llorar, cuando se corrió la sacó de mi culo, pero siguió azotándome cada vez con mas dureza hasta que, cuando ya estaba a punto de pedirle que parase, se detuvo, y me habló:

" Espero haber hecho lo que querías, ahora túmbate y duerme. Mañana tenemos mucho de lo que hablar. "

Sentí que me tapaba cariñosamente con la sábana, acarició mi pelo y me besó en la cabeza, con un hilo de voz, a duras penas entre mi llanto, pude emitir un " Gracias " que ni siquiera se si pudo entender, apago la luz y salió de la habitación, escuché que ponía la televisión y al rato me quedé dormida, ni siquiera se cuando se acostó ó si lo llegó a hacer, estaba tan agotada que no me enteré de nada hasta el día siguiente.