La Esposa de mi Primo (3)

Lupita me regala fotos de ella al desnudo y entre cogida y cogida, me confiesa que les gusta tomarse fotos eróticas, mostrandome un ámplio albúm de fotos de ella y mi primo incluso cogiendo.

LA ESPOSA DE MI PRIMO

III Capitulo

Después de la fantástica enculada que le di a la esposa de mi primo duré tres días sin ver a Lupita ni tampoco a él, inconscientemente me sentía culpable de lo sucedido y me remordía la conciencia por la "traición" a la confianza de mi primo al haberme cogido a su cachonda esposa y los evitaba a toda costa, sin embargo no dejaba de pensar en el delicioso cuerpo de Guadalupe y en mis oídos se repetían constantemente sus gemidos y su sensual voz diciéndome lo rico que sentía mi verga metida en su diminuto culito rogándome que no se la fuera a sacar, durante esos días tuve que conformarme espiando desnudas a mis hermanas y masturbándome frotándome el pene con las pantaletitas sucias de ellas.

Al cuarto día sonó el teléfono y al no haber quien contestara lo tuve que hacer yo, sentí un vuelco en el estomago y una placentera sensación en los genitales al escuchar la voz de Lupita que amablemente me saludaba y con cierta premura me intentaba dar explicaciones del por qué no me había llamado antes, me dijo que su esposo no se había separado de ella en esos días y no había tenido oportunidad de llamarme para invitarme a su casa y cuando menos poder vernos, yo por mi lado me excuse diciéndole que había tenido mucho que hacer por lo que no había ido a visitarlos, la platica se corto súbitamente cuando Lupita me dijo que ahí estaba su esposo que quería hablar conmigo para invitarme a unos días de vacaciones ya que iría a tocar a una boda a Manzanillo y aprovecharían para pasarse unos días de descanso, que nos la pasaríamos muy bien.

Decidí no ir por no poner en riesgo la relación con mi primo con una posible aventura con Lupita y ser descubiertos, así como la ansiedad de saber que en el cuarto contiguo ellos estarían cogiendo mientras yo solo masturbándome pensando en el sensual cuerpo de ella. Así que solo me pidieron que al día siguiente los llevara al aeropuerto, cosa que acepté con gusto ya que cuando menos podría ver a Guadalupe y recordar la sabrosa enculada que le había dado días antes.

Al día siguiente llegué a su casa a la hora en que me habían citado, ya no me baje del auto pues resultó que era un poco tarde, Lupita fue la primera en salir iba ataviada con un super minivestido completamente embarrado al cuerpo y tan corto que tan solo le cubría sus adorables nalgotas, es por demás decir que la minúscula tanga que portaba se le notaba a kilómetros de distancia, por indicaciones de su esposo se subió en la parte delantera y él subió las maletas a la cajuela y se instaló en el asiento trasero.

Desde que ella se subió al auto pude verle entre las piernas las pantaletas transparentes de color amarillo que llevaba sobre el fondo negro de su vellosidad pubica y una vez iniciado el viaje Guadalupe se sentó de forma diagonal prácticamente recargada en la portezuela de auto para poder platicar conmigo y su esposo, la pose la obligaba a mantener los muslos abiertos exhibiéndome los calzoncitos en todo momento mientras me sonreía coquetona y provocaba mi constante distracción, mi verga estaba a todo lo que daba de erección y ella volteaba a ver el bulto que se formaba bajo mi pantalón y pasaba la lengua por sus labios como saborenadose y de vez en vez ponía su mano en su vulva tocándose los labios vaginales.

Desde que abordo el auto noté que en las manos llevaba un libro a lo que no le di mayor importancia, sino hasta que llegamos al aeropuerto y me dijo delante de mi primo que ahí estaba el libro que le había pedido, mientras con los ojos me pedía que le siguiera la corriente, cosa que hice sin saber a que se refería.

Cuando mi primo se bajo del auto y empezó a bajar las maletas, ella aprovecho para decirme que me recomendaba la pagina 100 pero que no lo abriera en ese momento y yo solo acaté a decirle que me encantaban sus pantaletas, Lupita me dijo en voz baja que me prometía que me las regalaría cuando regresara, que las traería puesta y sin lavar para que yo mismo se las quitara, nos despedimos con un beso en la mejilla y aprovecho para poner su mano en mi verga y susurro en mi oído "Quiero que me cojas", y enseguida se bajo del auto.

Por fin se despidieron y no moví el auto hasta que desaparecieron por una de las puertas de la terminal aérea, ello por estar viendo el exquisito cuerpo de Lupita como se contoneaba al caminar, en especial sus sensacionales nalgas sobre las que lucía su diminuta tanga bajo el reducido vestido.

Puse en marcha el auto pero apenas había avanzado unos metros no aguante la curiosidad y abrí el libro en la pagina que Lupita me había indicado, nunca me hubiera imaginado lo que encontré, había una nota escrita por ella dirigida a mí en la que en resumen me decía lo mucho que había gozado la enculada que le di y que lo quería repetir muchas veces, que le gustaba mucho el sexo anal y le excitaba mas aun hacerlo conmigo como primo de su esposo.

Pero lo principal fue una fotografía de ella en la que aparece de cuerpo entero totalmente desnuda, solo sobre unas sandalias destalonadas de plástico transparente, esta de frente con las piernas cerradas y las manos en la nuca luciendo su desnudes, destacan el manchón negro en forma triangular que forma su vello pubico y sus firmes chichitas, esta parada delante de un espejo en tal ángulo que se ve su cuerpo por la parte posterior y se aprecian claramente sus ricas nalgotas, en su rostro se dibuja esa sonrisa maliciosa que invita al placer sexual y junto a ella, tiradas en la alfombra se ven unas pantaletas negras, la foto esta tomada en su recamara.

Por el reverso de la foto trae una dedicatoria dirigida a mi nombre en la que se lee " Para que siempre recuerdes que este cuerpecito candente constantemente estará dispuesto para darte y recibir placer" y lo firma con su nombre completo incluso con el apellido de casada.

Estuve mirando la foto por varios minutos, detalle por detalle y varias veces estuve a punto de venirme en seco tan solo de ver la fotografía de la cachonda esposa de mi primo. Esa noche y siguientes me masturbe viendo su fotografía y frotándome con las pantaletitas sucias de mis hermanas.

Pasaron tres días sin noticias de mi primo y su esposa, sonó el timbre de la puerta y grande fue mi sorpresa cuando vi a Guadalupe frente a mí, habían regresado la noche anterior, le invité a pasar y tras cerrar la puerta sin decir media palabra mi boca se junto a la suya en un apasionado beso, mis manos enseguida se posaron en sus adorables nalgas y mi erección bajo el pantalón la repegué a su pelvis, ante la complacencia de Lupita, quien un poco apurada me decía que temía que alguien nos fuera a descubrir, le calme diciéndole que estabamos solos pues mi madre se había ido al supermercado y mis hermanas una al trabajo y la otra a la escuela, mientras le decía eso mis manos se deslizaron bajo la pequeña minifalda que portaba acariciándole sus deliciosas nalgotas, entre ellas se sentían sus diminutas pantaletas y rogaba a dios que fueran las amarillas que llevaba cuando se fueron al viaje y había prometido me regalaría.

Aprovechando que estabamos solos la lleve a mí recamara para, como habíamos quedado, le quitara las pantaletas que me regalaría, al llegar a la recamara me hinqué tras de ella para además de bajarle las pantaletas aprovechar para besarle ese adorable culito con el que tanto había pensado en los últimos días, así lo hice, efectivamente traía las pantaletitas amarillas prometidas, al bajárselas sumergí mi rostro entre sus nalgonas besando desesperadamente su hermoso culo, le quité por completo los calzoncitos y al girar quedando de frente a mí, vaya sorpresa que me llevé, Lupita se había depilado totalmente la vellosidad de su panocha y tenia marcado el tatuaje de la minúscula tanga de baño que había usado en la playa y contrastaba con el bronceado del resto de su cuerpo.

No pude resistir el impulso de besar y chupar su zona pélvica ya que por primera vez en mi vida estaba besando y chupando una panocha depilada en su totalidad, mi lengua se introducía entre sus labios vaginales lamiendo su endurecido clítoris ante el goce de la esposa de mi primo que entre sollozos de placer me pedía que la hiciera mía en estilo anal.

Había que actuar rápidamente pues mi madre podría llegar en cualquier momento, así que solo le levante la faldita hasta la cintura y la empiné apoyada sobre el tocador, me saqué la verga que estaba que me reventaba de parada, le separé las nalgas y con saliva le lubriqué el culo para enseguida poner la cabeza de mi pene en su adorable culito que la fue tragando poco a poco hasta que sus nalgas hicieron contacto con mi vientre, el mete y saca fue tomando velocidad a cada embate y en tan dolo diez minutos ella llegó al orgasmo y le advertí que mi venida estaba próxima, Guadalupe me pidió que eyaculara dentro de su intestino y dos minutos mas tarde mi leche bañaba sus entrañas en un palo muy rápido pero no por ello menos placentero.

Sin mayor tramite bajamos a la sala quedando sus preciosas pantaletitas sobre mi cama, corrimos con toda la suerte del mundo ya que en cuanto arribamos a la sala mi madre entró a la casa y fingimos que Lupita acababa de entrar también, mientras mi madre fue a la cocina a dejar los víveres que había comprado, Guadalupe me dijo que habían llegado un día antes pues a mi primo le había surgido una tocada inesperada para ese día por lo que me esperaba esa noche en su casa para mostrarme lo bronceado que le había quedado su perturbador cuerpecito, así mismo me entregó un sobre pidiéndome que por el momento no lo abriera.

Le indiqué que se sentara pero me advirtió que no lo haría ya que mi semen ya disuelto se le estaba saliendo de su culito y le mojaba los muslos y mancharía los sillones, solo fue a la cocina y se despidió de mi madre, le acompañe a la puerta de la calle y nos despedimos con un pequeño beso en los labios mientras me recordaba que me esperaba por la noche en su casa.

Enseguida subí a mi recamara ya que la curiosidad de que habría en el sobre que me había dado me inquietaba y para olfatear, besar y lamer los diminutos calzoncitos que me había regalado y que por cierto aun conservo y de vez en cuando hago que se los ponga por unas horas para impregnarlos nuevamente con su aroma intimo.

Al estar en mi dormitorio lo primero fue aspirar repetidamente las sensuales pantaletitas y enseguida abrir el sobre, en él se encontraban cuatro fotografías instantáneas que de seguro le tomó mi primo y en las que aparece ella, en la primera está desnuda con las pantaletitas que me regaló a medio muslo en actitud de estárselas quitando, en la segunda, también desnuda, se esta depilando la panocha, en la siguiente ya está bronceada y aparenta que se esta quitando el diminuto traje de baño y por último toda encueradita esta empinada abriéndose las nalgas con ambas manos mostrando su divino culito y su rostro aparece reflejado en el espejo del tocador del cuarto de hotel. Mientras aspiraba el aroma de su vulva y culo a través de los calzoncitos, no cesaba de ver las excitantes fotografías, que en la orilla en donde queda una tira de papel blanco escribió "para mi primo con todo mi deseo" y enseguida su nombre completo, ansiaba que llegara la noche para gozar de su delicioso cuerpo.

A la hora convenida llegué a su casa, me confirmó que mi primo se acababa de ir, Lupita lucia espectacular cubierta solo con un baby-doll en color rojo transparente con encajes en las orillas y unas pantaletas tipo bikini que completaban el conjunto y sobre unas zapatillas del mismo color que se sujetaban con cintas que daban varias vueltas en sus tobillos, se percibía ya un ligero olor a mariguana, tal vez antes de irse mi primo se habían dado un "toque".

Desde el momento en que vi a Guadalupe mi verga se tensó y al saludarnos besándonos en la boca le repegué mi falo en su monte de Venus, ella pasó sus brazos alrededor de mi cuello y mis manos fueron directas a sus soberbias nalgotas. Sin dejar de acariciarle su portentoso trasero le agradecí las fotos que me había obsequiado y me dijo que mientras servia unos tragos me enseñaría algo, se fue a la recamara contoneando cachonda su rica humanidad, yo mientras servia las copas, al volver traía en las manos un álbum fotográfico casi lleno con mas 250 fotografías.

Mientras yo admiraba las fotos ella encendió el resto de un cigarro de yerba que me compartía a cada fumada, en todas las fotos aparece ella en diferentes actitudes, todas ellas de carácter erótico, modelando lencería, bañándose, toda desnuda en infinidad de poses, masturbándose con un enorme consolador en forma de pene y en otras mamándole la verga a mi primo y éste chupándole a ella todos sus "rinconcitos" íntimos, y por ultimo donde la esta penetrando en diversas poses y por diferentes conductos.

Me comentó que ese era solo uno de los varios albumnes que tiene ya que son afectos a tomarse fotos, con el efecto afrodisiaco de la yerba y las fotografías me tenían al borde de la eyaculación y sería un desperdicio que teniendo el original me viniera con las fotos, así que deje el álbum por la paz y me concentré en acariciar el cuerpo semidesnudo de la esposa de mi primo.

Ella tampoco quería perder el tiempo, me sacó la verga del pantalón y recostada en mi regazo me la besaba y lamía con extremada lujuria, yo le buscaba las nalgas y metiendo mi mano por debajo de las pantaletas le dedeaba la vagina y el culito alternadamente, intempestivamente Lupita suspendió la chupada que me estaba dando para preguntarme si quería verle como le había quedado el bronceado de su cuerpo, yo asentí de inmediato.

Guadalupe se puso en pie y al ritmo de la música que tocaba en el aparato de sonido empezó a bailar con un erotismo digno de mencionar y se iba despojando poco a poco de la escasa ropa que llevaba puesta, una vez desnuda, conservando solo las zapatillas, me mostró cada centímetro de su agradable cuerpo muy bien bronceado, solo resaltaban los tatuajes de no bronceado de su depilada panocha y sendos triángulos en sus chiches, así como delgadas tiras que cruzaban su espalda y los hombros, la verdad se veía sensacional. Por mi parte ya me había quitado la ropa y con mi verga a todo lo que daba de erección blandiéndola invitaba a Guadalupe a gozarla.

Sin embargo lo que hizo ella fue acercarse a mí ofreciéndome sus nalgas, mismas que besuquee y lamí como desesperado así como su sabroso culito, le di media vuelta y volví a saborear su panocha depilada cuya piel era aun más suave que el resto de su cuerpo, pues a decir verdad no solo era la primera panocha depilada que mamaba sino hasta ahora ha sido la única, enseguida nos acoplamos en un 69 clásico en donde le saqué el primer orgasmo de la noche.

Lo que continuo después fue una cogida maravillosa en donde pude disfrutar el cuerpo de la esposa de mi primo de forma oral, vaginal y anal en todas poses que nos venía a la imaginación y entre tragos de licor y fumadas de mota, ella se vino no menos de 8 veces y yo eyacule en tres ocasiones dos de ellas en el interior de su boca tragando mi leche y una bañándole su estupenda panocha depilada con mi semen.

Ya era de madrugada y el temor de que fuera a regresar mi primo me indicaron que era hora de retírame, solo una duda me surgió y no quise aclararla en esos momentos, pero... si en las fotografías en que aparecía Lupita al desnudo se las había tomado su esposo, entonces en las estaban ella y mi primo... ¿quien se las había tomado?.

Pero eso y mucho más podré reseñarlo en el siguiente capitulo que promete ser muy cachondo.

Relato dedicado especialmente a mi primo y su cachonda esposa Lupita en el tercer aniversario de su candente matrimonio.