La Esposa de mi Primo (2)
Por fin llegó la realización de mis fantasias con Lupita la esposa de mi primo y pude disfrutar de su candente cuerpo.
LA ESPOSA DE MI PRIMO
II Capitulo
Al día siguiente no podía apartar de mi mente la candente experiencia vivida la noche anterior con la esposa de mi primo y ansiaba que dieran las nueve de la noche para acudir a la cita con Lupita y disfrutar de su sabroso cuerpo, al medio día llamé por teléfono con el pretexto de saber como habían amanecido, me contestó mi primo comentándome que tenia una cruda espantosa y que deseaba curársela por lo que me invitó a que fuera a su casa para tomarnos unas cervezas, acepté encantado pues tenia el deseo irrefrenable de ver a Lupita, no solo su sinuoso cuerpo, sino también esos candentes labios que tan deliciosamente me habían mamado la verga la noche anterior.
Al llegar a la casa de mi primo éste me recibió y de inmediato me ofreció una cerveza, al preguntarle por su esposa me dijo que se estaba bañando, tan solo de imaginar que en ese momento estaba desnudita hizo que mi pene tuviera una reacción de endurecimiento, unos cuantos minutos mas tarde Lupita salió del baño cubierta por una bata corta que le llegaba a mitad de los muslos y calzando unas sandalias de tacón alto confeccionadas en madera, se apresuró a saludarme sin intentar nada ya que mi primo estaba frente a nosotros y hubiera sido una imprudencia cualquier galanteo.
Pero Guadalupe se las ingenió diciéndole a su marido que le trajera una cerveza, en cuanto mi primo se fue a la cocina Lupita se desabrocho la bata abriéndola por completo poniendo ante mi vista su total desnudez al tiempo que me decía que viera todo lo que me comería esa noche.
Era la primera vez que la veía desnuda, sus senos aunque un tanto pequeños eran firmes y redondeados, el abdomen totalmente plano y su pelvis totalmente cubierta de negra vellosidad que le daba un toque de extrema sensualidad, sus muslos morenos se veían y eran muy duros como de quien acostumbra hacer deporte con las piernas, en pocas palabras estaba buenisima, la verga se me endureció a mas no poder, aquella estimulante exhibición se vio interrumpida con el regreso de mi primo quien aparentemente permaneció ignorante de lo sucedido, ella se retiró a la recamara para vestirse dejándome con la verga bien parada.
En pocos minutos Lupita regresó a la sala, vestía un ceñido microvestido amarillo que le llegaba apenas unos centímetros abajo de sus portentosas nalgotas, conservaba las sandalias de madera, no se le marcaban las pantaletas a pesar de lo ajustado del vestidito y no tarde en comprobar que no llevaba ropa interior pues al sentarse frente de mí, como ya se había hecho costumbre separó sus muslos dejándome ver entre su vellosidad su excelente vulva desnuda, aprovechaba cada descuido de mi primo para abrir por completo las piernas y deleitarme con la excitante imagen de su humedecido sexo e incluso en una ocasión en que mi primo, fue al baño Lupita se levantó parándose junto a mí y aproveche para deslizar mi mano desde su rodilla por su entrepierna hasta su hendidura sexual mojando mis dedos con el néctar que fluía de su vagina.
Llegó la hora de retirarme y al despedirme de ellos Lupita me besó en la mejilla y susurró en mi oído que me esperaba a las nueve de la noche para que le diera una buena cogida.
Por fin llegó la hora convenida y llegué a casa de mi primo un tanto temeroso y muy nervioso, Lupita abrió la puerta dejándome con la boca abierta, lucia un vestido largo hasta los tobillos en color blanco totalmente transparente, abajo una tanga negra de malla (red) y sobre unas zapatillas de plástico transparente sujetas con unas tiras que daban varias vueltas en sus los tobillos.
El recibimiento fue magnifico, en cuanto cerró la puerta tras de mí, Guadalupe me abrazó por el cuello besándome en la boca e introduciendo su lengua entre mis labios, mis manos instintivamente bajaron por su talle posesionándose de sus soberbias nalgotas ante la complacencia de la esposa de mi primo que repegaba su pelvis contra el bulto que hacia mi erección, luego del besuqueo inicial nos fuimos a la sala en donde ya había una botella de licor y unos cigarrillos de yerba, ella se sentó en mis piernas y tomando un cigarrillo de droga lo encendió, compartiéndome el humo del mismo directamente de su boca a la mía mientras mis manos inquietas masajeaban sus senos por encima del transparente vestido.
Una vez que apagó el cigarrillo Lupita se levantó para preparar unos tragos de licor, pero antes modeló su vestido para mí durante algunos minutos con movimientos especialmente cachondos y acariciándose el cuerpo con lujuria, yo estaba ya tan caliente que me paré tras de ella repegandole mi miembro en sus ricas nalgotas, una mano en sus chiches y la otra en su pubis, ella servia los tragos mientras movía su cadera en círculos liberando pequeños gemidos que me indicaban que le estaba gustando, Guadalupe dio media vuelta y prendió sus labios contra los míos al tiempo que me pedía que le acariciara las nalgas y con una de sus manos sobaba mi pene y brindamos por aquella incandescente relación que habíamos iniciado.
Volvió a sentarse en mis piernas luego de haberse levantado el vestido hasta la cintura por lo que podía acariciar sus firmes muslos y su panocha por encima de las pantaletitas, ella con los ojos entrecerrados me musitaba que le frotara el clítoris, así que hice a un lado la tanga e introduje el dedo medio entre sus labios vaginales masajeando su clítoris, se notaba sumamente caliente y su raja sexual emanaba gran cantidad de fluido empapando la tanguita.
A petición expresa de ella le baje la tanga a medio muslo posesionandome de su panocha y dedeando su vagina hasta empapar mi mano, luego liberé sus senos del vestido para chupárselos metiéndolos lo mas que podía en mi boca, luego de unos minutos se levantó y se quito el vestido conservando las pantaletitas a mitad de muslo procediendo a exhibirme su adorable cuerpo, se abría las nalgas para mostrarme su lindo culito tocándoselo ella misma así como sus labios vaginales para que pudiera verle la entrada de la vagina y su suculento clítoris al tiempo que bailaba voluptuosa al compás de la música que sonaba en la estancia, mientras sonreía maliciosamente, se notaba que ya tenia experiencia en bailes eróticos por la desenvoltura y precisión con lo que lo hacia.
Sin dejar de autoacariciarse el cuerpo me preguntó cuál parte de su sensacional anatomía me gustaba mas y le indiqué que toda pero en especial sus sabrosas nalgotas, se acercó a mí y dándome la espalda me dijo que le besara las nalgas, se las empecé a lamer y besuquear cada centímetro de ellas, luego metí mi cara entre ellas para también besar y lengüetear su hermoso culito, Lupita me ayudaba abriéndose las nalgotas con ambas manos y tuve la impresión de que alcanzó un orgasmo ya que no cesaba de hablar con voz entrecortada y jadeante diciéndome frases obscenas con relación a que le encantaba mi boca en su culito y no dejara de chupárselo.
Varios minutos después me pidió que ella también quería gozar de mi verga en su boca llamándola "caramelo", y ayudó a desnudarme por completo, aun con las pantaletitas a medio muslo se hincó entre mis piernas y me sacó la verga del pantalón, lo colmó de besos y chupetes, pasaba su lengua desde el nacimiento de los güevos hasta la punta de mi falo para introducirlo por completo en su boca alojándolo en su garganta, enseguida me pidió que me acostara boca arriba en el sofá, y deshaciéndose de las diminutas pantaletas se montó en mí en sentido contrario de tal manera que sus preciosas nalgas quedaron cubriendo mi cara para darme un banquete de panocha y culo, mi verga quedó entre sus labios dándome una soberbia mamada, se notaba su gran experiencia en el arte de mamar verga.
Sin decirme nada Lupita se volteó en el mismo sentido que yo y colocó mi verga entre sus labios vaginales sentándose en ella muy lentamente moviendo su cadera en círculos, su caliente y húmeda hendidura fue tragando mi verga hasta que sus ricas nalgas se asentaron en mi vientre alojando la totalidad de mi verga en sus entrañas e inicio movimientos de sube y baja incrementando la velocidad en cada embate sin dejar de mover sus nalgotas en forma circular.
Mientras mis manos se asían de sus lindas chichitas, se inclinó de forma que sus labios se pegaron en los míos fundiéndose en un lascivo beso de intercambio de lenguas, moví mis manos hacia su cadera acariciándole las nalgotas que no estaban quietas ni un segundo, pronto mis dedos buscaron entre ellas su pequeño culo frotándolo con las yemas de mis dedos hasta que Lupita con agitada voz me dijo que le dedeara su colita, por lo que introduje en su culo lo mas que pude de mi dedo medio metiéndolo y sacándolo al compás de los movimientos de su cadera.
En la misma pose duramos un buen tiempo, los sonidos guturales de la esposa de mi primo me excitaban sobre manera, pero principalmente las frases obscenas que profería ensalzando el enorme placer que estaba sintiendo y del goce que experimentaba cuando tenia una verga dentro de ella autodefiniendose como una gran cachonda, hasta que me hizo saber que se estaba viniendo y me pedía que no eyaculara dentro de ella que prefería recibir mi semen en la boca.
Luego de unos minutos se desmontó de mí e hincándose tomó mi miembro y lo introdujo en su boca mamándolo de una forma exquisita, metiéndoselo por momentos en su totalidad alojándolo en su garganta, culminando la faena cuando mi pene empezó a arrojar el esperma que Lupita tragaba mientras repetía constantemente que le fascinaba el sabor del esperma, no dejó de succionar mi pene hasta tragar la ultima gota y que mi erección empezó a descender.
Lupita se incorporó para servir otra copa, yo mismo le puse nuevamente los sensuales calzoncitos ya que tenia la idea de llevármelos como recuerdo de nuestra primer cogida y deseaba que estuvieran lo mas impregnados que se pudiera de su intimo aroma. Ella accedió complaciente.
Tomamos un par de tragos reponiéndonos para una segunda cogida, en tanto la platica versaba sobre temas exclusivamente sexuales en los que nos confiábamos muestras preferencias en la materia y tuvimos una casi perfecta coincidencia, en especial por el sexo anal y todo lo relativo a la adoración del culo y ella simplemente tiene un culito adorable.
Cuando Lupita encendió nuevamente el cigarrillo de yerba supe que estaba lista para el segundo "palo", nuevamente se sentó en mis piernas compartiéndome el cigarrillo, mientras mis manos recorrían las partes de su apetitosa anatomía que estaban a mi alcance y entre fumada y fumada mi boca chupaba sus preciosos senos, cuando consideró que era suficiente la droga consumida apagó el cigarro y se levantó a bailar con toda la voluptuosidad de que era capaz, de vez en cuando se acercaba a mí ofreciéndome sus morenas nalgotas, las que besaba y lamía tratando de meter mi rostro entre ellas, por momentos le hacia a un lado las pantaletitas para lengüetear su delicioso culo tratando en vano de meter mi lengua en su delicioso orificio.
Por fin se quedó quieta ofreciéndome sus encantadoras nalgotas y ella misma hizo a un lado los calzoncitos al tiempo que separaba sus nalgas para facilitarme chuparle su pequeño orificio anal mientras le introducía dos dedos en su raja sexual metiéndolos y sacándolos en tanto me daba un banquete besando y chupando su culito y con mis labios jalando los finos vellitos que rodeaban su sabroso ano, Lupita no dejaba de proferir frases cachondas destacando el placer que le producían mis labios en su culo y motivándome para que no dejara de hacerlo ya que estaba a punto de venirse, lo que sucedió en pocos minutos, baje mi boca un poco mas y le chupe su vagina tragando el divino néctar que de ella escurría mientras le metía los dedos en su culo con movimientos de vaivén con la finalidad de distensarle el músculo anal.
Sin hacer pausa se dio media vuelta y arrodillándose ante mí me besuqueaba mi erecta verga que amenazaba con derramar su leche, la lamía por completo y la mamaba metiéndola a su garganta hasta que sus labios tocaban mi vientre, lubricándola con la espesa saliva que emergía de su traquea, acto seguido se incorporó y empinándose sobre el sofá me pidió con voz entrecortada que la penetrara por el culo.
Separando por completo sus piernas y con ambas manos abriéndose las nalgas y al tiempo que apartaba las diminutas pantaletas, esperaba la visita de mi miembro en su pequeñísima colita, apenas me di tiempo de soltar un poco de saliva en su ano para poner la cabeza de mi verga en la entrada de su culito y haciendo un poco de presión la cabeza de mi verga empezó a perderse entre los pliegues de su delicioso pedorrito, ella misma empujaba su cadera contra mi verga ayudándome a penetrarla.
Entre sollozos Guadalupe me animaba a metérsela toda gritándome que sentía delicioso como le iba entrando mi endurecido pene, en cuanto mi glande rebasó su recto ella empezó a mover simultáneamente sus nalgas en forma circular y de atrás para adelante disfrutando el enculamiento hasta que mi falo estuvo totalmente instalado en su culo, recto e intestino y sus nalgotas chocaban contra mi vientre a cada embestida.
Mi verga entraba y salía de su culito incontables veces produciendo un chasquido excitante al choque de mi vientre y sus nalgas, su ano se distensaba mas a cada embate y mi pene salía por completo de su orificio anal permaneciendo éste abierto por algunos momentos en un perfecto circulo al calibre exacto de mi verga pudiendo ver hacia adentro la motivante obscuridad de su intestino y antes de que se cerrase por completo volvía a meter mi falo en aquel diminuto y delicioso orifico de placer, Guadalupe repetía constantemente que le encantaba de "perrita", que era mi perra caliente y no dejara de cogérmela por su culo ya que le fascinaba el sexo anal.
Cambiamos varias veces de pose, luego de quitarle los minúsculos calzoncitos, en ocasiones ella se sentaba encima de mí con mi verga metida en su culo, otras de ladito, parados levantando una de sus piernas, etc., pero siempre por su adorable hoyito anal. Duramos mucho tiempo fornicando, se puede decir que habría sido la vez que más tiempo he aguantado la eyaculación haciéndolo por el culo de una chica.
Lupita como buena mujer cachonda se vino varias veces en sonoros orgasmos y cuando me tocó venirme a mí, ella me pidió que lo hiciera entre sus nalgas, no dentro de su culo sino mojándole el ano y las nalgas, así lo hice complaciéndola, Lupita me dijo que no se lavaría las nalgas ya que deseaba conservar mi semen en sus nalgotas hasta que éste se secara por completo.
Ya era tarde así que decidí que por esa vez estaba mas que satisfecho de haber disfrutado del candente cuerpo de la esposa de mi primo y me retiré a mi casa no sin antes llevarme sus pantaletitas y quedar con Guadalupe de repetir la hazaña en cuanto tuvieramos la menor oportunidad.
CONTINUARÁ
Relato dedicado especialmente a mi primo y su cachonda esposa Lupita en el tercer aniversario de su candente matrimonio.