La esposa de mi jefe (2)

Para terminar mi relación con ella, le propuse un trío MMH, pero...

LA ESPOSA DE MI JEFE (2/5)

Con ganas de dar término a mi relación con La Esposa de mi Jefe, decidí proponerle un trío MMH, porque me resultó muy insistente en tener frecuentes encuentros, y el iluso de mí creyó que se negaría.

No porque yo sea galán, sino que ni podía ni me interesaba –por mis compromisos familiares- tener que "cumplirle" con la frecuencia que ella quería.

Por ello, le piqué la curiosidad, además de haberle picado todos sus orificios, bueno casi todos, por las orejas no le cupo. Pero traté, por supuesto con su aprobación.

Desde el primer agasajo, me gustaron su calentura y su cachondería, no obstante ser mamá tres veces y una casta ama de casa y esposa fiel. Con orgullo puedo decir que yo la curé de ésa terrible enfermedad: la fidelidad.

Decía que desperté su curiosidad por hacer un trío, con el pretexto de que sería para que la mujer que se la cogería, me enseñara a mamar, para darle más placer. Y para tener una nueva experiencia.

Como esperaba, castamente, se negó, pero el perverso de miguelito, noté el brillo de sus ojuelos, y seguí cultivándola hasta que la pérfida fingió que, por fin, aceptaría solo que se cumplieran sus condiciones. Olvidé mi propósito de que se rehusara, y seguí:

¿Y cuales son? No me vayas a salir ahora que eres muy exigente ¿Cómo te gustaría que fuera la nena con la que harás tortillitas de manteca?

La muy méndiga creo que ya lo tenía muy claro, porque inmediatamismo me detalló sus preferencias:

Quiero que sea lo contrario que yo, o sea llenita, chichona, y nalgona.

¿Blanca o morena?

Morena clara.

Pero ni que se pueda conseguir como receta.

¡Claro que SÍ!

Pondré un anuncio de lo que buscamos, en contactos de todorelatos.com y conseguiremos una exactamente como la quieres.

Estuve a un segundo de aplaudirle por sus preferencias físicas, pero con mi innata valentía, aguanté mis ganas y para chingarla, solo agregué:

Te faltó que sea BI.

¿BI?

Si, pendeja -claro que lo dije con clase y categoría- si no, yo ¿En que libro leo?

¿Vas a leer mientras nosotras nos divertimos?

Claro, taruga, y solo me la voy a jalar viéndolas. Hasta crees.

¿Qué es BI?

Por lo anterior, pensé:

  1. Está combinando medicamentos.

  2. Fumó mota y de la buena.

  3. O tuvo problemas serios con su pendejo cornudo = Raúl.

  4. Siempre se le antojaron las tortillas.

  5. O quiere recuperar todo el tiempo perdido sin orgasmos.

Y por último:

  1. ¡Soy el Doctor Frankenstein! He creado un monstruo. Lo que hace una buena cogida,

En fin, solo le aclaré su duda, claro, muy sucintamente:

BI significa que es pareja, lo mismo le gusta mamar una almejita que una buena tranca. Para que no haya dudas, mientras te mama, miguelito se la dejo ir por el culo.

¿Miguelito? ¿Quién es?

¿Qué te metiste antes de venir conmigo? ¿O con que marca de cigarros estás tronándotelas?

Soy yo, pendeja,

Se rió como estúpida, por lo cual decidí fumarme un joint de Acapulco Golden, para estar a su nivel.

Lo prendí y después de tres buenas fumadas, empezamos a hablar en el mismo canal.

Tanto que la muy tímida, me pidió:

Pasa la bacha, yo quiero que me la metas bien pacheca. Y por atrás, como la primera vez.

Pero debo hacerte una confesión: no fue mi primera vez por el culo, no te lo quise decir para que no pensaras mal de mí.

El pendejo de tu ex jefe, después de mi tercer parto, con el pretexto de que había quedado muy güanga, me la dejó ir por el culo, sin preguntarme si quería, sin prepararme el chiquito y me lastimó mucho, el recabrón.

Pero poco a poco empecé a disfrutarlo, aunque trataba de no hacérselo notar, para no darle ni ése gusto al miserable.

Olvidé mencionar que estábamos en una habitación de un motel del triángulo de Las Bermudas, esto es, en la carretera libre México-Cuernavaca, Km. 20.

Los dos, convenientemente en pelotas, bueno, ella con liguero y medias negras, y bien calientes, mientras el pendejo de su marido andaba de gira.

Hacía un mes completo desde la última vez que cogimos como conejos.

Así que me recosté en la cama, fumando mi churro, claro, sin dejar de acariciarle todo lo que me quedaba cerca.

Con el morbo de pensar en verla haciendo tortillas, hasta me dolía el de hacer gente.

¿Traes alguna novedad en tu "Caja de Pandora"?

Clarín que yes, mi querida alumna, te traje un vibrador de última generación, te vas a venir como loca con él y te lo voy a prestar para que no me extrañes.

Hace de todo, vibra y la cabeza gira como taladro, a la par que se mueve también para adentro y fuera, como un pistón, acariciando al mismo tiempo tu botoncito del placer

¿Por donde lo quieres probar?

Tú decide, pero dame las tres, no seas envidioso con la mota.

Tan tímidas ni me gustan pensé, y le acaricié las nalgas, separándolas para tener acceso a su ya no tan chiquito.

Suspiró cachondamente y quiso ponerse a veinte uñas pero la contuve diciéndole:

Ahora probaremos otra posición, pero antes quiero que te vengas ¿Qué se te antoja para lograrlo?

Un 69, pero pido arriba, para que me comas el conejito hasta adentro.

  • Como la dama disponga.

Nos acomodamos, pero le pedí que antes, ella boca abajo sobre la cama y empecé con besitos en su nuca, en el nacimiento de sus cabellos.

Fui bajando lamiéndole la espalda, hasta llegar al nacimiento de sus nalguitas. En ése momento ya bien moto, tuve una idea:

Vas a probar el beso negro, pero primero, nos bañamos.

Ven.

Saque de mi maleta un frasco con aerosol de gel para rasurar. Por si quería empezar desde la regadera.

También saqué una perillita para lavados. Soy muy delicado para los sabores y no fuera que con la lengua le sacara fruta a la piñata.

En la regadera, habiéndole lavado a conciencia su culito, ya quería que se lo metiera, pero preferí esperar al beso negro, para no ensuciar otra vez el canal donde metería mi lengüita.

La contuve y nos fuimos a la cama, ella muy linda tomó con la mano a nuestro buen amigo y tiernamente me lo acarició en el trayecto, ayudándome para que no cargara tanto peso.

Saqué el súper vibrador y lo cubrí con gel, dejándolo a la mano en el buró.

Me acosté boca arriba y ahora sí, ella sobre mí, en el clásico 69.

De inmediato empezó a mamármela de antología y yo a lamerle su culito, con movimientos circulares de mi lengua.

Como sentí que estaba por venirme, la moví hacia adelante, obligándola a que suspendiera la mamada. Me reclamó, pero le aclaré:

Déjame darte yo el máximo placer y para ello debo tener mejor acceso a tu culito.

¡Y le empecé a meter la lengua! A la par le frotaba el clítoris y con dos dedos le buscaba su punto G.

Empezó a decir obscenidades y exclamaciones de placer. Sentí como se venía, empapando mi mano.

No te detengas, me estoy viniendo como loca.

Acabó con gritos y pujidos de placer, cayendo despatarrada en la cama.

CONTINUARÁ.