La espera

Claudia (Cielo Azul) resume así su micro del Ejercicio: Era inposible que todo lo vivido quedara en el olvido. ¿Dónde estás? ¿Por qué no llegas?

Aún me parece ver a ese hombre sentado en aquella banca del parque y aunque no intercambiábamos palabras lo vi con su celular en la mano, una revista a su lado muy pegadita a su muslo, que por cierto pareciera que sintiese a ese trozo de papel como su única compañía, se veía ansioso, incómodo, podía adivinar en su mirada nerviosismo extremo. Para mi no era tarde, así que me di el tiempo para observarlo sin que él se percatara.

Buenas tardes! exclamé, tratando de que mi sonrisa fuera de lo mas amable posible.

Volteó sorprendido ante mi voz y alcancé a ver una lágrima bajando su mejilla, en ese momento quise alejarme al notar mi impertinencia pero ya era tarde.

-Tuve en mis manos hasta el último poro de su piel- balbuceó.


Alicia se mueve entre las sábanas, aún dormida en un intento vano de despertar, se asoma un pié pequeño, blanco, exquisito, luego el movimiento es mas notorio, sus manos salen de ese encierro y sus brazos se abren esperándolo e invitando sin titubeos a un abrazo. Alberto, no esperó mas, salio de su embeleso y pronto estuvo acurrucado en sus brazos.

Sus miradas se cruzaron aguantando solo un instante ese contacto, porque pudo mas la necesidad de un beso, un beso húmedo y prolongado mezclado de lenguas inquietas acariciándose sin parar, sintiendo sabores mutuos y combinando salivas distintas en total aceptación.

La sábana desaparece de ambos y deja al descubierto a dos seres deseosos el uno del otro.

Los pechos al descubierto de Alicia, se tornan duros, cuando dos dedos presionan sus pezones, no aguanta más, Alberto se inclina un poco toma en sus labios uno y succiona como loco llenando de placer a su amada.

Alicia toma en la palma de su mano con total atrevimiento sus testículos, el pene ya erecto no se escapa a la caricia y es envuelto entre unos dedos femeninos que lo llenan de placer.

Alicia no puede mas, toma posición volteando su cuerpo boca abajo, doblando su cuerpo de manera que sus nalgas se manifiestan esplendorosas e incitadoras, la penetración no se hace esperar, el vaivén urgente, no da tiempo a mas, el orgasmo mutuo llena de placer la habitación,, y a dos almas solitarias.


Luego agregó… pero sabes, no tuvo el valor de irse conmigo, la he esperado aquí desde hace horas, no llama, no llega……no llegó.