La espada capítulo 4: Planes rotos

Cuando te levantas lleno de ideas, pero el destino conspira en tu contra; para ponerte otro plan irrechazable, que si dices no perderás para siempre la posibilidad de hacerlo y te resignas a hacer lo planeado otro día.

Capítulo 4: Planes rotos

Despierto al día siguiente un poco confundido, hasta que ordenó todo en mi cabeza; los pájaros cantan, el sol entra por la ventana lo que indica que he dormido más de lo normal y sobre todo porque ayer ni almorce pero caí rendido.

Me muero de hambre, así que me doy prisa en acicalarme; bajo abajo, nada más bajar por las escaleras ya empiezan los murmullos y algunas risotadas pero muchas menos que ayer.

Me acerco adonde tienen las raciones, cójo una; un zumo de frutas, un vaso de leche y eso hace reír a algunos compañeros que me observan fijamente.

Simplemente los ignoro, hasta que un tipo con collar plata; el más alto de por aquí,  se acerca a mi mesa con sus cosas.

  • ¿puedo sentarme?

  • la mesa no es mía, pero si te sientas conmigo; se van a reir de ti.

  • tranquilo, ya se rien; no hay problema, con permiso.

Se sienta y comemos en silencio en un principio.

  • ¿por qué estás aquí, chico?

  • no se, tengo que comer. - digo haciéndome el tonto, aunque se a que se refiere.

El se rie.

  • ya lo se, no me refiero a eso; ¿por qué quieres hacerte aventurero? ¿venganza, fama; riqueza, imitar a alguien?

  • ...sueño...

  • ¿eh?

  • estoy aquí para cumplir un sueño.

  • ah, entiendo; ¿puedo saber cual es?

  • quiero ser un heroe.

  • eso es aspirar muy alto, chaval; hay miles de aventureros por ahí, ¿que te hace diferente?

  • no lo se, pero lo intentare al menos; y si no moriré intentándolo. - digo aferrándo el mango de mi espada inconscientemente.

  • eso es convicción, me he sentado en tu mesa; porque todos los demas son reacios a aceptar mis misiones, me preguntaba si tu las aceptarías.

  • acepto.

El parpadeo dos veces incrédulo.

  • ¿no quieres saber por qué los demas no las aceptan, aceptas sin preguntar?

  • no me importa porque los demas no las aceptan, acepto sin preguntar; porque es lo que haría un heroe, estoy aquí para hacer cosas grandes y lo difícil siempre es peligroso.

  • vaya chico, me dejas sin palabras; no se si eres idiota, un soñador o un heroe en potencia...

  • esperemos que lo último.

Río a carcajadas, algunos nos miraban con preocupación; otros negaban con su cabeza.

  • buena respuesta, termina de desayunar y nos vamos.

  • ¿ya? Pensaba hacer algunas cosas en la mañana.

  • las harás otro día si sobrevives, un héroe no tiene tiempo de descansar.

Grabe esas palabras a fuego en mi mente.

  • esta bien, tienes razón.

  • me gustas chico, espero que no mueras.

  • yo también.

  • definitivamente estas loco.

Ambos reímos y nos acercamos juntos al mostrador.

  • Buenos días Curny.

  • Buenos días Bradley, ¿que tal el desayuno?

  • muy rico.

  • Pequeña Cyr, apuntanos a la misión que te dije; ya tengo grupo.

  • ¿estas seguro? ¡es una misión peligrosa!

  • bueno, el nuevo parece de fiar y...

  • no me refiero a ti Carl.

  • si, tranquila; esta todo bajo control.

  • esta bien, acepto el grupo entonces; Carl, ya has perdido 2 grupos enteros y algún aventurero suelto...intenta que Brad vuelva con vida.

  • tranquila volveré con vida.

Carl se rie a carcajadas.

  • ya lo has oído, volverá con vida.

  • eso espero, si sigues matando aventureros; no se que va a ser de ti en el gremio, no se si te bajarán el rango o te expulsaran.

  • es un riesgo que debo correr.

Cuando nos vamos, algún aventurero intento detenernos con palabras; metiéndose en medio y encarandose con Carl, pero a todos les pedí que nos dejaran pasar y todos contestaron lo mismo: "te arrepentirás y acabarás muerto o algo peor" no con las mismas palabras pero si similares.

Cuando salimos Carl se disculpo conmigo.

  • lo siento, siempre es así.

  • no importa, veo que la fama te precede; ¿cuantos has perdido, ya?

  • 14, eres libre de dar una vuelta por el pueblo y cobrar la recompensa luego.

  • lo siento, eso es algo que un heroe no haría.

Su sonrisa volvió a su cara.

  • vamos, entonces.

  • explicame que tenemos tiempo, ¿por qué los aventureros mueren contigo?

  • porque son unos blandos, carecen de talento; muchos heredaron el equipo de papa o se los compro la familia noble, esa gente no es aventurera de verdad.

  • entiendo, ¿y los demás que hacen?

  • ¿los demas? Eligen misiones fáciles o van en grupos grandes.

  • comprendo, ¿tu lo haces porque alguien debe hacerlo, no?

  • ...

Me pareció raro que con lo hablador que es guardará silencio a una pregunta así, debe esconder algún secreto que no le ha contado a nadie; lo observó bien ahora que vamos subiendo la montaña, mientras el va mirando el mapa y hacia delante.

Tiene una pierna de palo, un brazo de garfio; un ojo tapado con un parche, cicatrices por la poca piel que se ve y la armadura llena de reparaciones de todo tipo. Su indumentaria es extraña, se nota que no es de la zona; pero su acento si parece muy arraigado aquí, o sea que llevará años pero no nació en esta zona.

  • ¿cual es nuestra misión?

  • tenemos que rescatar a una dama en apuros de los hombres salvajes.

  • ¿en serio, existen?

  • ¿le tienes miedo a un puñado de hombres sin raciocinio en taparabos?

  • no, solo pensaba que no existían; que eran una leyenda.

  • pues créeme son muy reales y será mejor que los vigiles bien, no les gustará que les robemos a su hembra.

  • ¿cómo cayó en sus manos?

  • lo de siempre, caravana cruza montañas; un ataque de distracción por un lado, rapto de mujer por otro y retirada. La caravana los sigue, pero no son capaces de vencerlos en su propia cueva; se retiran y piden la misión, para cuando llega a nosotros la muchacha ya está embarazada de ellos.

  • tranquilo, hacemos lo que podemos.

  • ...siempre se puede hacer más...

No pude evitar darme cuenta que lo que guardaba en su interior tenia que ver con esto, apresuramos el paso sin decir nada; para cuando llego la noche, ya estábamos cerca de la cima de la montaña.

  • ¿cenamos? Tu haces guardia.

  • esta bien.

Me sorprendió que me condenará a mi a hacer la guardia de toda la noche.

  • ¿crees que nos atacarán?

  • no, no llevamos nada rico; nada que brille y ninguna mujer, pero puede aparecer algún pies grandes.

  • ¿en serio existen?

El no pudo evitar reírse, pero eso me dejo aun más con la duda.

  • ¿existe?

  • ¿quien sabe?

Encendimos el fuego y comimos, al calentar mi comida; se le hizo la boca agua.

  • ¿que comida es esa?

  • la preparo mi madre

  • mmm...madres huele que alimenta.

  • ¿quieres un poco?

  • esta bien, dejame probarla.

  • ¿sabe bien?

  • ¡riquísima!

Casi llora de la emoción.

Cuando terminamos de cenar el avivo el fuego y se fue a dormir.

  • solo por si acaso, no te alejes del fuego.

  • entendido.

La mayoría de la noche paso en extraño silencio, cuando un brillo inusual llamo mi atención; saque la espada justo a tiempo, y me metí en medio para desviar un cuchillo que iba hacia la garganta de mi gran amigo.

  • buenos reflejos, señor bronce y excelente espada.

Patee a mi amigo.

  • ¿eh, que pasa?

  • despierta, nos atacan.

Este se puso en pie casi de un saltó.

  • quedate detrás - dijo Carl.

  • no importa donde lo metas, vais a morir los dos.

  • dejalo a parte, el no tiene nada que ver en esto.

  • eso iba a hacer hasta que detuvo con esa espada tan bonita mi daga de asesino envenenada, tristemente salvando tu asquerosa vida y condenando la suya.

  • entonces somos dos contra uno. - reí, el asesino encapuchado salio de entre las sombras; oculto en una gabardina bastante grande y con una capucha.

En un solo segundo lanzo 4 cuchillos a mi amigo y otros 4 a mi.

Mi amigo desvío un cuchillo, atrapó otro con su garfio y se lo devolvió; esquivo el tercero y el cuarto iba a impactarle, pero conseguí desviar ese y los 4 que me lanzo a mi.

  • ¡¿pero...?! - empezó a decir Carl

  • ¡¿que coño?! - termino el asesino.

Desenfundo una espada corta y un cuchillo de asesino, cargo hacia nosotros; Carl usando sus dos manos mantenía a raya la espada, el cuchillo lo controlaba con mi espada.

  • ¡Tu no puedes ser un bronce! - juzgo el asesino.

Hizo un corte a mi amigo superficial en el pecho atravesando la armadura, cuando iba a rematarlo con el cuchillo; le hice un corte superficial en la espalda, porque la gabardina ocultaba su cuerpo real.

El asesino pateo a mi amigo para evitar un contra ataque y que se recuperará, se me hizo difícil parar sus ataques y esquivarlo; ahora que se centró en mi.

  • ¡¿quien eres?!

  • ¡Un bronce!

Chocamos las espadas, saltaban chispas;  intento clavarme el cuchillo en el costado, me gire rápido y el tuvo que agacharse para evitar que lo cortará a la mitad.

Ascendió girando con su espada y luego con el cuchillo, esquive ambos girando y le di una patada en la espalda; le hice perder el equilibrio y le corte la mano, haciéndole perder el cuchillo.

  • ¡maldito seas!

Lanzo 4 cuchillos a quemaropa, bloquee dos con la espada y esquive los otros dos; se lanzó contra mi con la espada, la pare pero me corto el hombro.

  • ¡vas a morir, Bronce de mierda!

Pero un grito salio de su garganta, tras gritarme eso; Carl le había lanzado uno de sus cuchillos, el asesino antes de despedirse lanzo una bomba de humo.

  • ¡volveremos a vernos!

Amenazó observandome fijamente con sus ojos amarillos.

  • ¡vaya, eso estuvo cerca!

Resoplo mi amigo antes de dejarse caer en el suelo.

  • me a herido... - digo en shock

  • es un asesino del amanecer dorado, ¡¿que esperabas?!

  • ¿amanecer dorado?

  • la mejor asociación de asesinos del mundo, y ese no era de los mejores; sino estaríamos muertos, créeme.

  • vaya...el mundo es muy grande y hay tanto que no se.

  • toma, tomate esto; por si su arma estaba envenenada.

  • gracias...

Mientras me lo tomo, agarra un líquido rojo y lo reparte por las heridas.

  • peleas bien, casi como un oro.

  • ¿tu crees?

  • créeme, estamos vivos gracias a que un asesino dorado; nos subestimo, ya que eramos en calidad 2 oros contra 1.

  • ¿eres un plata por que los aventureros que te acompañan mueren?

  • eh...supongo.

  • duérmete, mañana será un día duro.

  • estas agotado, ahora duermes tu.

Asentí confundido, parece que este hombre me había empezado a tomar en serio.

  • ¿por que te siguen esos asesinos?

  • alguien que perdió a alguien, piensa que fue culpa mía.

  • entiendo.

Tras eso, todo es oscuridad y pesadillas; sobre una espada que esta viva, piensa y quiere imponerme sus pensamientos casi como una espada maldita.