La Escuela
La Señorita Smith suspende a Sarah, y, ante la amenaza de quedarse sin vacaciones, decide tomarse la justicia por su mano
El día había amanecido gris, mientras Sarah caminaba al instituto, cabizbaja. El día anterior había suspendido su primer examen del curso, y eso podía hacer que perdiera la oportunidad de pasar a un grado superior. La revisión sería en una hora, y lo tenía todo planeado; La señorita Smith, su profesora, tenía varias denuncias anteriores de acoso a alumnas; quedaba con ellas en los cuartos de baño de los anteriores institutos en los que estuvo, y se las follaba allí.
"Veremos si conmigo tiene esas agallas". Pensó Sarah, mientras abría la puerta del instituto y se dirigía a su clase.
Vestía con una falda a cuadros, una camisa blanca, y un tanga de hilo. Debido al calor de aquella mañana, sus pezones de erguían bajo su camiseta ajustada, dejando poco a la imaginación. Y lo corroboraron todos y cada uno de los chicos que pasaban por su lado.
"Apuesto a que tenéis las pollas cómo mástiles."
Iba a llamar a la puerta, pero se sorprendió de que ésta estuviese abierta. Cuándo se asomó, la señorita Smith estaba absorta en la corrección de algunos ejercicios. Llamó en al marco, para hacerse notar.
-¿Se puede?
-¡Hola, Sarah! Pasa, por favor.
Entró al aula, y no pudo evitar fijarse en los generosos pechos de su profesora. Si todo salía cómo esperaba, el aprobado lo tenía asegurado. un cosquilleo en el vientre, la sobresaltó.
-Verá, señorita Smith, he venido a revisar mi examen. Creo que tiene algunas cosas mal corregidas.
-Siéntate- Dijo, señalando su mesa.
-¿En la mesa?
Sí- Contestó- Estan retirando las sillas y los pupitres, debido al fin de curso.
Y así lo hizo, no sin antes, entregarle su examen a la profesora, que comenzó a revisarlo. Llevaba una camisa blanca, con los primeros cuatro botones desabrochados, lo que hizo que la mirada de Sarah, se posase en las tetas de la señorita Smith de nuevo.
-Bien... Parece que el examen está bien corregido, Sarah.
-¿Está segura? -Sarah cruzó las piernas, dejando ver, durante un segundo, su tanga.
La señorita Smith, lo vio de reojo.
-Sí... Parece que está bien corregido.
"Tengo que buscar alguna excusa... Aunque sea muy mala". Pensó.
-¿No hace un poco de calor aquí dentro hoy?- Dijo, desabrochándose un botón de la camisa.
La señorita Smith, clavó su mirada en los pechos de Sarah, y bajó la vista rápidamente.
-Un poco- Contestó, sonriendo.
-¿Qué va a hacer en vacaciones, señorita Smith?
La pregunta de su alumna, la cogió por sorpresa, y levantó la vista del examen.
-Pues no lo sé, Sarah.
-Mis amigas y yo vamos a ir a una playa nudista.
-¿De veras? Suena... Interesante.
-¿Usted ha estado en alguna?
-¿Yo?
-Sí, usted. Tiene un busto precioso, y los chicos seguro que no le quitaran ojo de encima.
-No he tenido oportunidad...
-Fuimos tambien el año pasado...
-Excelente.
-Y...- Se acercó a su profesora, y le susurró- No sabe la cantidad de penes grandes que vimos...
La señorita Smith palideció.
-Y tambien muchas vaginas. De todo tipo. Rasuradas, peluditas...
Sarah, sin pensarlo, levantó un poco la falda, y recorrió con su dedos los muslos, muy cerca de su coño.
-Casi como la mia.
Se desabrochó la falda, dejando a la vista su vagina rasurada. La señorita Smith, palideció.
-Sarah... Yo...
Y, sin pensarlo, la profesora, se lanzó a su clítoris. Su lengua lo recorrió lentamente, mientras, Sarah, tumbada en la mesa, gemía levemente.
-Quiero verla las tetas, señorita Smith.
Esta dejó su rasurado coño. E, irguiéndose, se quitó la camisa, dejando saltar los botones por el aula. Sus grandes pechos, quedaron a la altura de los ojos de Sarah.
-Chúpamelos, Sarah. Por favor.
Su alumna, se llevó uno a la boca, y succionó fuertemente el pezón, haciendo que la señorita Smith, gritase de placer.
-No aguanto más, profesora. Fólleme en la mesa.
La maestra, se despojó de la falda, se subió a la mesa, humedeciéndose el clítoris con la mano,y, en seguido, buscó la raja de su alumna.
-Quiero que te corras para mí- Le susurró a Sarah.
El aula se llenó de gemidos, y el choque de vagina con vagina, hacían de acompañantes. Sarha, con los ojos en blanco, tuvo su primer orgasmo en mucho tiempo.
-Me voy a correr, señorita Smith.
-Córrete en mi mesa, Sarah.
Esa frase la puso aún más cachonda, y esparció su líquido por los exámenes que la señorita Smith, estaba corrigiendo.
-Ups... Lo siento.
Por toda respuesta, su profesora, la tumbó en la mesa, puso su clítoris a la altura de la boca de Sarah, y dijo:
-Has sido mala, Sarah. Ahora vas a probar mis flujos.
Y sí, la señorita Smith se corrió en la boca de su alumna, mientras el orgasmo le flaqueaba las piernas, y caía de rodillas en la boca de Sarah.
Con la respiración acelerada final de profesora y alumna, comenzaron las vacaciones de verano.