La esclava va a cenar
Un poco de entretenimiento ligero sobre cómo llevar adecuadamente a cenar a una sumisa
La esclava va a cenar
Título original: Slavegirl Goes to Dinner
Autor: Desconocido, encontrado en
Traducido por GGG junio de 2001
Ahora un poco de entretenimiento ligero sobre cómo llevar adecuadamente a cenar a una sumisa:
Te indican que un amigo de tu amo desea compañía para una cena y que tu amo te ha prestado para la noche. Te indican que te pongas una capa, una blusa transparente, una falda corta y ajustada que no te cubra más que unas cuatro pulgadas (10 cm) por debajo del coño, medias, zapatos de tacón alto, y un liguero. Debes ponerte el liguero y las medias y esperar a tu acompañante que te usará como le dé la gana, pero no te hará daño.
Te lavas, te aplicas perfume, maquillaje, etc. y te pones las medias, el liguero y los zapatos como se te indicó. Puesto que sabes lo que se espera de ti, te arrodillas de cara a la puerta. Oyes una llave en la puerta, ¡qué raro! solo tu amo tiene una y no dijo que fuera a venir. No es tu amo sino tu compañero de cena.
Se te indica que te levantes y pongas las manos detrás de la cabeza, con las piernas totalmente abiertas y que mires al frente. Obedeces rápidamente y sientes que tu cuerpo es manipulado y sondeado. Te introducen profundamente en el coño un objeto del tamaño y la forma de un huevo de petirrojo y otro en el culo. Te dicen, "Vístete, pero tienes que dejar los cables por tu cuerpo bajo el vestido para que pueda conectarlos luego. No te quites los vibradores ni te pongas la capa todavía."
¿Vibradores? ¿Para cenar? Te pones la falda con cuidado de encaminar los cables, que tienen en los extremos pequeñas conexiones como auriculares, de manera que no se vean pero sean fácilmente accesibles. Cuando empiezas a abotonarte la blusa te dicen "Abotónate solo el último botón."
"Pon las manos sobre los codos detrás de la espalda." Cuando lo haces ves un rollo de cinta "Cinta adhesiva de alto poder pero fácil de eliminar" y sientes que tus muñecas son encintadas a los codos, las conexiones sobre tu falda - parecen algo así como un zumbador grande. La capa completa el atuendo. A menos que sepan exactamente que buscar nunca dirían que estás atada.
Te llevan escaleras abajo y te sientan en un coche y te ponen el cinturón, sujetándote en tu sitio. Cuando tu compañero se sienta en el asiento del conductor, te dice "Levanta el culo del asiento." Cuando lo haces tira del borde de tu falda y te lo sube hasta la cintura, dejando al aire tu coño. Se te echa encima y conecta un conmutador a la caja, haciendo que los vibradores tomen vida alternativamente cuando la alimentación conmuta entre ellos cada pocos segundos. Juega unos segundos con tu clítoris antes de empezar a conducir, notando que ya estás húmeda, los vibradores ya están haciendo su trabajo.
Cuando llegáis al restaurante dice "Levanta otra vez el culo" y te baja de nuevo la falda después de comprobar que tu coño ya está bastante húmedo. Te suelta el cinturón y conduce hasta la entrada. Te sientes un poco confusa cuando sale del coche y toma con él un pequeño maletín, del tamaño del que llevarías para bajar a la piscina. Abre. Mientras entras al restaurante te das cuenta de que es un establecimiento antiguo, con mesas en apartados circulares con largos manteles, el maitre D' te lleva a uno y te deslizas dentro, manteniendo el culo ligeramente fuera del asiento hasta que te suben la falda "Muy bien, has empezado a entender lo que se espera de ti." Cuando te sientas el cuero frío en el culo te hace impresión, pero estás contenta de que la capa siga en su sitio. Viene un camarero y coloca el menú delante de ti, se pide sin que hayas llegado a ver el menú.
Cuando se va el camarero, abre el maletín, poniendo al descubierto un pequeño separador que te aplica en las piernas, justo por debajo de la rodilla, manteniéndote muy abierta bajo el mantel.
Pegas un brinco y un pequeño sonido se escapa de tus labios cuando los vibradores adoptan un ritmo nuevo, más urgente. Mientras hablas tu compañero juega con tu coño y tus pechos, pellizcando y retorciendo tus pezones, los labios de tu coño y tu clítoris.
Primero viene una ensalada y te resulta difícil comerla mientras los vibradores siguen pulsando cada vez que te acerca un tenedor lleno, tus manos atadas.
Durante la comida tu compañero se encarga de darte de comer y juega contigo haciendo que te corras en silencio muchas veces. Un cubito de hielo ocasionalmente abandona el vaso de agua para encontrar su sitio entre tus piernas para estimularte el clítoris. Para cuando llega el postre estás exhausta.
Después de que llegue la cuenta tu compañero te quita el separador y lo vuelve a guardar y deja una propina generosa. Levantas el culo y esperas que te vuelva a bajar la falda antes de ir coche, como ocurre, para alivio tuyo. Cuando entras al coche sientes que te suben la falda otra vez antes de que te sientes y tu compañero dice, con el portero observando con ojos como platos, "Separa las piernas". Obedeces inmediatamente y te coloca otra vez el separador entre las rodillas.
"¿Habías visto alguna vez un coño tan húmedo?" pregunta tu compañero al portero que es incapaz de hablar (aunque el gran bulto de sus pantalones te hace saber cuál es su respuesta). Tu compañero se mete y os alejáis, contigo esperando a ver qué será lo siguiente.