La esclava sin Ama

Al llegar cada noche a su casa, Carolina cambia su vida para ser la esclava que siempre le gusta ser… Disfruta con ello en la soledad de su hogar.

La esclava sin Ama

Era ya tarde cuando Carolina regresó del trabajo y entró en su apartamento… Ella trabajaba en marketing y tenía un buen sueldo… A pesar de ello vivía en un apartamento de una habitación, casi vacio de muebles.

Y así era desde que se había convertido en esclava por decisión propia… Con esta premisa, no había razón para que ella tuviera comodidades por encima de las necesidades estrictamente básicas.

Ella tenía 33 años, de pelo castaño y color de ojos azulados que no sabía definirlos porque debido a un problema visual, quedó invidente… Medía 175 cm y pesaba 64 kilos… Con el tiempo había aprendido a vivir en la oscuridad total y también a disfrutar al máximo del sexo... Un sexo muy especial, que la excitaba de sobremanera.

Tan pronto como cerró la puerta detrás de ella, se desnudó y se arrodilló… Caminar como una persona sólo podía hacerlo en público, al igual que usar ropa.

En una pequeña mesa al lado de la puerta estaban los accesorios que debía llevar en casa: un collar de perra, una mordaza de pene con anillo incorporado, un tapón anal grande y un consolador tachonado que la intimidaba nada más tocarlo por las dimensiones que tenía.

Carolina acarició el tapón y el consolador… Antes de ponérselos tenía que quitarse los que usaba cuando iba a trabajar... Recordaba  que estos le parecieron grandes cuando se los compró, pero a estas alturas los llevaba muy cómodos... Sabía que pronto tendría que comprar otros más grandes.

Con un chasquido, sacó el tapón y se lo puso en la boca para limpiar el jugo del culo y los restos de la salsa picante con la que lo embadurnaba cada dos horas… Se sentía extraña no tener taponado el culo y se apresuró a ponerse el tapón que usaba en casa, utilizando una crema irritante que compró en la farmacia antes de volver a taponarse el culo, por tener un tamaño bastante grande y así no le costase poderselo meter por el culo.

Después de usar el tapón más pequeño todo el día, ahora se sintió muy llena… A continuación se soltó las pinzas de cocodrilo que llevaba en los labios de su coño y que sostenían el consolador en su lugar… Mientras limpiaba los jugos con su lengua, casi sonreía al recordar lo pequeño de tamaño que era cuando comenzó a metérselo en el coño y cómo lo ha ido cambiándolo con el tiempo.

Carolina lubricó el consolador con la misma crema irritante y usó de nuevo las pinzas de cocodrilo para cerrar los labios vaginales y retener el consolador… A pesar de que era una rutina diaria estirar los labios, su gran consolador se marcaba en su abdomen, cuando pasó su mano por él.

Respiró hondo cuando la crema irritante comenzó a actuar y sus agujeros comenzaron a arder... Se limpió el exceso de crema en los pezones y caminó a cuatro patas hacia el interior de su apartamento.

Como hemos dicho antes, su apartamento estaba casi vacío... Tenía un armario para la ropa que tenía que usar en público, una mesa con un ordenador, varias bolsas y cajas para poner los utensilios de tortura que usaba en ella y una cama para perros.

Ella no necesitaba más… El dinero que ganaba lo gastaba en su vida como esclava: comprar nuevos instrumentos de tortura y mantener sus sitios… Comprar cosas bonitas para ella contradecía su propósito de ser esclava.

Encendió su ordenador y revisó los correos y comentarios que recibió desde esta mañana… Una parte de ellos eran degradantes, pero disfrutaba con lo que le decían… Otros correos le daban detalles de cómo debía torturarse o degradarse.

Gracias a la tecnología actual existen recursos para que una persona invidente pueda hacerlo de la misma forma que un vidente y ella había aprendido perfectamente a moverse mediante comandos táctiles.

Desde que Carolina comenzó su blog, tuvo una gran cantidad de admiradores que disfrutaron de sus relatos detallados de todo lo que hacía y las fotos y videos que publicaba.

Podría haber obtenido dinero con eso, pero al ser una esclava sabía que no lo debía hacer... Y además, quería llegar a la mayor cantidad de personas posible, exponiéndose a la mayor audiencia.

Todas las noches, Carolina elegía al azar una sugerencia que le habían hecho sus seguidores y la agregaba a su tortura para complacerlos.

Esta noche, la elección fue la dolorosa pica de ganado y Carolina se estremeció ya que ella ya había diseñado su propio esquema para esa noche y la pica de ganado no le facilitaría las cosas.

Pero primero se ocupó de su cena... En cualquier día habría sido una lata de comida para perros y agua de su inodoro, pero el jueves tocaba pizza.

Envió un correo a la pizzería que siempre encargaba y les pidió su pizza especial… Le había costado un poco de trabajo, pero finalmente pudo convencer a los pizzeros que la cubrieran por encima con su esperma... Al principio sólo le ponían un poco de esperma, pero poco a poco cada vez le ponían mucha más esperma.

Mientras esperaba que llegara la pizza, se colocó ventosas en los pezones para agrandarlos a pesar de que ya tenían el tamaño de su dedo meñique.

Mientras esperaba la llegada del repartidor, se preguntó si debería hacerse más tatuajes… Tenía muchos… Justo encima de su coño un tatuaje decía: ` Sólo para uso de tortura ’… Otro decía: ‘ Causa dolor a esta Puta’… Y en sus nalgas tenía  otro que decía: ‘ Si puedes leer esto, no me golpearon lo suficiente’ ... Sin embargo, su orgullo era lo que decia en su espalda:

‘Antes de deshacerte de esta esclava sin valor, asegúrate de que:

- Obtuviste de ella toda la satisfacción sexual que deseabas.

- Aplastaste su orgullo a través de una implacable humillación.

- Abusaste de ella física y verbalmente hasta convertirla en un desecho.

- La hiciste gritar de dolor repetidamente.

- Estiraste sus agujeros hasta el límite.

- La azotaste y la golpeaste a fondo.

- Usaste su boca como mamadora y te corriste dentro de ella.

- Le hiciste todo lo que deseaste hacer.

Ella había pasado un día entero para hacese los tatuajes y había chupado la polla del artista durante cada descanso… Cuando él le dijo que se lo regalaba, ella se negó… Siempre pagaba el precio completo por su tortura.

En ese momento sonó el timbre de la puerta y Carolina se arrastró hacia la puerta para dejar entrar al repartidor de pizzas... Cuando abrió la puerta para coger pizza, el repartidor vio a una esclava desnuda con tatuajes degradantes por todo el cuerpo y el collar de esclavitud.

Supo que no estaba bromeando porque ella pedía una pizza todas las semanas, que debía estar cubierta por encima de esperma… Y cada semana, tras pagar, le daba como propina al repartidor, una mamada… Por eso el repartidor ya se había desabrochado los pantalones y dejó la pizza sobre la mesita de la entrada mientras ella tragaba su polla como si su vida dependiera de ello.

Todo terminó en un instante y el repartidor cogió el dinero, le escupió y se fue antes de que ella terminara de tragarse el semen de su corrida.

Un escalofrío recorría a Carolina cada vez que la usaban de esta manera… Se sentía cómo un Kleenex que respiraba para que el repartidor vaciara su esperma en su boca... Esta sería la última polla que vería y probaría en una semana.

Se arrastró hasta la caja donde estaba la pizza y la abrió… Al pasar la mano por encima de ella notó que la pizza estaba toda cubierta de esperma y Carolina succionó la masa empapada mientras aún estaba tibia.

Cuando terminó de cenar, llegó el momento de comenzar el entretenimiento nocturno para ofrecerselo a sus seguidores… Ella se preparaba diferentes torturas todos los días, a veces eran más degradantes, a veces más dolorosas… Esta noche iba a ser una noche dolorosa.

Carolina colocó la mordaza de pene más grande que cabía en la mordaza del anillo y configuró la cámara para que su audiencia pudiera verla.

Puso una bolsa en el suelo que estaba llena hasta el borde de pinzas de cocodrilo... Eran fuertes y mordian sin piedad… Se había gastado cien euros ese día y decidió usarlos todos esa noche.

Cuando la primera pinza mordió su teta, sus ojos ya se llenaron de lágrimas y supo que iba a tener una larga noche de sufrimiento y dolor.

Una a una, cada pinza mordió la carne de sus tetas y una vez que no pudo encontrar más espacio para ellas miró hacia abajo en la bolsa y vió que todavía le quedaban 20.

Su mano tembló cuando cogió la siguiente pinza y bajó a su coño… El dolor era cegador cuando le mordió el labio… Respiraba con dificultad y tuvo que recobrar la compostura antes de ponerse otra pinza.

Lentamente, sus labios se pincharon con una pinza tras otra y una vez que no pudo encontrar más espacio, buscó con su mano en la bolsa… Todavía quedaban tres.

Sollozando, las recogió y se las puso en su clítoris... Carolina se sacudió de dolor y aguantó hasta que el dolor disminuyó… Ella respiraba muy pesadamente.

Treinta minutos… Ese fue el tiempo que se había comprometido así misma mantenerlos mordiendole sus pechos, labios vaginales y clítoris.

Justo cuando estaba a punto de prepararse para aguantar ese tiempo, se dio cuenta de que no había cogido la pica que uno de sus seguidores  le había dicho que utilizara y ella aceptó hacerlo.

Carolina comenzó a llorar mientras se movía cautelosamente buscando la pica de ganado... Con cada movimiento, las pinzas le mordían y dos veces casi se derrumbó de dolor mientras trataba de alcanzar la pica.

Se arrastró hacia atrás para situarse frente a la cámara y movió la pica hasta su coño, temblando... La primera descarga la hizo ver las estrellas y ella gritó a pesar de su mordaza.

Mientras se sacudía, accidentalmente empujó la pica de ganado nuevamente y otra sacudida le disparó en el coño… Carolina resistió el impulso de ahuecar su coño para aliviar el dolor y tragó saliva mientras tocaba el reloj… Quedaban 26 minutos todavía.

Estaba sufriendo muchísimo dolor cuando el tiempo de los 30 minutos llegó a su fin… Y lloró abiertamente mientras se quitaba las pinzas una a una… Finalmente, se sacó la mordaza del pene, se arrastró hacia la cámara y trató de articular un ‘ Gracias por mirar’ a través de la mordaza de su anillo antes de quitárserlo.

Sin embargo, su noche aún no había terminado… Todavía tenía que completar su rutina diaria: 50 golpes con un bastón en cada teta, 50 golpes con una paleta tachonada en cada nalga y 50 golpes con el látigo de tiras de gato en su coño antes de que pudiera volver a aplicar la crema irritante en su tapón anal y consolador, sus pezones, clítoris y labios vaginales.

Luego tuvo que colocarse, de nuevo, las ventosas en sus pezones y clítoris para alargarlos y aplicar pesas en sus labios vaginales para lograr el mismo efecto... La idea era que con el tiempo sus pezones y clítoris se agrandarían permanentemente y sus labios se estirarían y colgarían... Y después de dos años sintió que iban por buen camino.

La hora que le llevó terminar la sesión de hoy, la pasó respondiendo correos, actualizando su blog y publicando su nuevo video para descargarlo gratis.

También se puso en contacto con las mujeres que se suponía que debía conocer durante el fin de semana… Siendo estrictamente heterosexual, la idea de complacer a las mujeres era repulsiva para ella, pero al ser esclava debía hacerlo.

Pasaría todas las semanas buscando mujeres que estarían interesadas en recibir servicios orales sin la necesidad de que ellas correspondieran de ninguna manera… Al contactar con ellas, pasaría los fines de semana enterrada entre los muslos de cualquier mujer que solicitara su servicio… Ella no se consideraba una prostituta... A las prostitutas se les paga por el servicio que ofrecen y ella lo hacia totalmente gratis.

Carolina pidió a través de anuncios clasificados, humillación gratuita para ella, con la esperanza de que vean sus tatuajes como una invitación abierta.

Mañana iba a encontrarse con uno de sus clientas habituales después del trabajo... Sabía que significaba pasar la noche atada, con las piernas abiertas y comiendo coño, como si su vida dependiera de ello mientras su propio coño sería brutalmente azotado.

Sabía que la mayor muestra de afecto que podía desear era que la dejara que se vistiera antes de que la echaran después de que su clienta se cansara de ella… Varias veces se encontró desnuda buscando su ropa, a veces bajo una lluvia intensa.

Una mujer con la que estaba una vez al mes la obligaba a hacer algunas tareas domésticas desnuda todo el fin de semana mientras la maltrataba verbal y físicamente.

En más de una ocasión (generalmente cuando ella estaba limpiando el inodoro con la lengua), la mujer expresó abiertamente su disgusto y le dijo rotundamente que sólo quería una doncella gratis… Pero ella volvía con esa mujer todos los meses a pesar de la humillación que esto le representaba.

Le hubiera encantado que los hombres se interesaran por ella... Por la noche, a veces soñaba con vivir en un agujero y pasar su vida chupando un desfile interminable de pollas anónimas de hombres que sabía que la despreciaban.

Sin embargo, si alguien mostraba interés en ella, ella siempre estaba más que dispuesta a servir como su receptáculo de semen... Carolina creía que cualquier persona, hombre o mujer, debería tener placer sexual si se compadecían de ella y mostraban interés.

En la última parte de su noche, se arrodilló frente a un gran espejo que tenía una foto suya a un lado y comenzó a masturbarse durante media hora como lo hacía todas las noches, sabiendo que, como todas las noches, no se correría, porque se suponía que no debía hacerlo, ya que era una puta cachonda.

Era la grabación de video que pondría en la  proxima conexión con su blog… Sabía que su audiencia encontraba divertida su abstinencia... Sonreía al espejo aunque no se veía reflejada en él.

A medida que crecía su necesidad de correrse, pensó que debería  hacerse un nuevo tatuaje… Se lo haría  en su pecho y diría: ‘ Nunca se correrá esta esclava’ … Estas  palabras se repitieron en su mente.

Carolina se detuvo después de que se acabó el tiempo… Si hubiera tenido una Ama que la dirigiera, ahora le habría besado los zapatos, pero Yanine la había dejado por no ser complaciente con sus exigencias.

Así pues, se arrastró hasta su cama para perros sabiendo que estaba justo donde se suponía que debía estar a la espera de que su Ama la perdonase y volviera aceptarla como su esclava sumisa… Ya no cometería más errores… Nunca más.

F I N