La Escalera
Una mujer, atada a una escalera, siente las caricias y maniobras de su amante que la llevan a la cima absoluta del placer.
Estuvo protestando por el traslado a Palma de Mallorca hasta que vio la casa que tendría que ocupar durante esos cuatro meses.
La empresa había puesto a su disposición un chalet adosado con varias plantas y garaje. Tenía un amplio salón y lo que más la gustó fue que desde su habitación se podía acceder al trastero por una escalera. Era un trastero en forma abuhardillada. Estaba vacío y sólo lo usaba para tender a secar la ropa húmeda. En el techo tenía un tragaluz enorme y su sueño romántico era hacer el amor viendo por él las estrellas...
La escalera se bajaba tirando de un gancho. Era de madera y caía con una leve inclinación, casi verticalmente.
Allí era donde su amante la ató desde el primer día, el día que se conocieron y que la propuso un juego un tanto especial...
Para no hacerla daño, forró los peldaños con toallas. Allí la ató las manos por encima de su cabeza, de forma que sus brazos quedaron estirados. Para ese juego, la quitó los pantalones y la dejó sólo con una amplia camiseta y la ropa interior.
Luego soltó los corchetes del sujetador y sus senos se precipitaron sobre el escalón golpeándose con suavidad. En esa postura, hizo reposar sus grandes tetas entre dos peldaños.
Atada con los brazos hacia arriba, pudo sentir cómo sus manos la recorrían entera. Primero sus contornos, luego sus partes femeninas... siempre por encima de la ropa. Las caricias eran súper excitantes. La agradó sentir cómo la sobaba los pechos por encima de la tela, cómo bajaban las manos hasta las nalgas y se recreaban en sus glúteos...
Aunque estaba a su espalda, perfectamente se daba cuenta que las manos, al tocarla por encima de las bragas, iban descubriendo sus nalgas... Sus ojos se clavarían en ellas mientras sus dedos recorrían y exploraban ese nuevo territorio.
Su mirada descubriría esos pequeños hoyitos en su piel... esa celulitis que poco a poco iba creciendo en sus muslos... Atada, medio desnuda, sin poder moverse, disfrutaba mientras las manos se introducían bajo la camiseta y subían por la espalda hasta volver a apoderarse de los pechos y jugar con los pezones...
La estremecía esa extraña sensación de no responder a las caricias que recibía. La encantaba sentir cómo, sin levantarla la camiseta, la sacaba las tetas de las copas del sujetador, cómo se los masajeaba, se los estrujaba con fuerza o acariciaba con dulzura haciendo levantar los pezones...
Luego, cuando menos lo esperaba volvía a metérselos y volvía a sentir las manos perdidas por todo su cuerpo. Pronto vino la venda en sus ojos... Él podría contemplar todo su cuerpo y ella no... podría verla desnuda, mirarla obscenamente y ella no sabría nada de sus gestos, de sus miradas.
Primero la levantó la camiseta y liberó completamente sus pechos... Quedaron así desnudos... caídos ante sus ojos... La tuvo así unos momentos, inmóvil, sin tocarla... Sabía que estaba frente a ella mirándola fijamente, observando cada detalle de la forma de sus senos.
Los tenía grandes y ya un poco caídos por el tamaño y la edad... a pesar de eso, sentía cómo los hombres la miraban deseosos por la calle. El saber que la miraba hizo que sus pezones se levantaran aun más. Esa turbación la hizo sentirse completamente desnuda... La dejó así hasta que la tela fue cayendo suavemente hasta volver a cubrir sus pechos...
Luego vinieron los juegos ...
Un suave pañuelo de seda fue subiendo por sus piernas... por dentro de su muslos... La sacó de nuevo los pechos y los acarició con él mientras mimaba sus pezones y mordisqueaba el lóbulo de su oreja haciéndola estremecer...
Un plumero con sus miles de hilos rozando sus pechos la puso la carne de gallina... Cuando se internó entre sus piernas rozando el sexo, aún oculto tras sus braguitas, miles de cosquillas hicieron temblar sus carnes... Creyó no poder resistirlo...
La fue tocando con diferentes objetos por todo su cuerpo hasta que por fin, las manos la bajaron muy despacio las bragas hasta detenerse debajo de las rodillas... Fue sintiendo la presión del elástico de las braguitas casi centímetro a centímetro sobre su piel... Fue sintiendo centímetro a centímetro su desnudez.... Hasta que se detuvo del todo... Con su sexo, expuesto y por fin despojado de su cobijo, se sintió doblegada a sus caprichos...
Recogió su camiseta desnudando toda su espalda. Por el sonido de sus pasos supo que se alejaba... Podía ver tranquilamente su culo, disfrutar de su imagen...
¿Qué pensaría al vela así?...
El plumero con sus mil hilillos volvió a bajar desde su espalda, deteniéndose unos instantes en sus nalgas, hasta llegar finalmente a sus pies... De nuevo un excitante escalofrío la recorrió... Los dedos apretaron suavemente uno de sus erectos pezones...
Ahora la contemplaría por delante... El mango del plumero se internó entre sus piernas... De atrás hacia delante recorrió su vagina separando sus labios... No la tocó más...
Escuchó el ruido de un encendedor... Una fuerte calada y el humo estrellándose en sus pechos... Seguramente sus ojos estarían recorriéndola entera... Sus miradas juzgarían sus formidables pechos... examinarían con detalle su cuerpo... Estudiarían sus secretas vergüenzas de mujer...
Ahora sí presumiría de haberla visto absolutamente desnuda... podría describirla delante de cualquier hombre....
La incomodó un poco su silencio... Era indudable que la estaba mirando... seguramente sus ojos estuvieran clavados en su sexo...
De repente, la aspereza del cepillo redondo de púas recorrió su cuerpo... Bajó rodando por su espalda... se movió atrevido sobre sus nalgas para bajar y subir mil veces por sus piernas... Se internó audaz en el interior de sus muslos... Sus púas metálicas se clavaron ligeramente en la base de sus senos... Sus tenues arañazos la sobrecogieron... Sobre todo cuando peinaron el vello de su pubis...
Luego fue el frío metal del abrecartas el que tensó aún más sus sensibles pezones...
La esponjilla del maquillaje acarició rostro...
Todos los objetos que caían en sus manos servían para deslizarse sobre su piel causándola mil sensaciones placenteras... haciéndola desear que la desnudara del todo, que no le estorbara nada mientras jugaba con su cuerpo... Aguardaba impaciente que la quitara las ataduras y así poder liberarse de la escasa ropa que tenía encima...
La hubiera gustado estar completamente desnuda para él... que no encontrara ningún obstáculo a sus caricias...
Disfrutó hasta el último segundo cuando su varonil pecho, ya desnudo se apoyó en sus desnudas nalgas y subió restregándose por su trasero hasta sentir la punta de su verga dura rozarla...
¿Cuándo se había desnudado?
De repente volvió a subirla las bragas... Estaba muy húmeda y deseaba ardientemente que al menos con sus dedos la tocase su sexo...
Se quedó unos segundo pensando qué nuevo juego la esperaba mientras sus manos la recogían aun más la camiseta y la sacaban los pechos...
Se imaginó qué aspecto tendría así, atada en una escalera, con la camiseta recogida entorno al cuello y los pechos asomando entre los peldaños... Se sintió un poco ridícula...
Notó su lengua lamer con suavidad uno de sus pezones... Luego sus labios se apoderaron de él y comenzaron a succionar con fuerza... Sin utilizar las manos, su boca recorrió sus senos excitándola aun más...
Sus pezones estaban erguidos, tiesos, duros como guisantes... casi hasta la dolían de la excitación...
Sin que sus labios descansaran ni un segundo, las manos se metieron entre los peldaños y tiraron de su cuerpo... Sintió el calor de su polla al lado del ombligo y gimió de gusto...
Una de sus manos se apoderó de sus glúteos y la acercó todo lo que pudo... Los peldaños la aprisionaban impidiendo su avance...
Con la otra mano, dirigía su pene haciendo extraños dibujos sobre su estómago... Sentía el sofoco de su sexo y cada vez deseaba más y más que ese pene se perdiese dentro de ella...
Lentamente, rozándola mientras la rodeaba, volvió a colocarse a su espalda... Sus manos fueron retirando un lateral de las braguitas hasta descubrir completamente su coño... El elástico de las bragas la apretaba y la molestaba... iba a decírselo y a pedirle que se las quitara, que se las arrancara si era necesario, cuando sintió un leve roce que la hizo callar...
Sin ayudarse con las manos su pene recorrió todo su sexo,... resbaló dócilmente entre sus mojados labios, llegando en varias a tocar su botón más íntimo... Se ruborizó al notarse tan húmeda... al exhibirse tan empapada delante de un hombre...
Jugó de esta forma tan exasperante hasta que encontró su abierta entrada...
Lentamente fue introduciendo en ella su punta... Se quedó quieto unos instantes... Luego reanudó su lenta aventura provocando un largo y prolongado gemido...
Despacio, muy despacio, fue introduciéndose en ella haciéndola sentir hasta la mínima rugosidad... Con la misma lentitud fue retirándose... Así una y otra vez...
Entregada, dejó caer su cabeza mientras suspiraba al compás de sus rítmicos movimientos...
Dueño ya de su coñito, empezó a meter y a sacar su polla sin concederla un segundo de respiro...
El follarla con la ropa puesta, sin desnudarla del todo, era parte del juego...
Casi sin darse cuenta fue bajando y arqueando su cuerpo todo lo que las ataduras la permitían... Buscaba que la penetrase más y más... ansiaba que se la incrustase profundamente... que la llegara hasta lo más íntimo de su persona...
Se sentía transportada y rendida por el placer... se estaba entregando completamente a ese miembro que no podía ver ...
Perezosamente su pene se fue hinchando más y más dentro de ella y la fuerza de los empujones fue creciendo al mismo tiempo...
Con cada arremetida, sus gemidos aumentaban de intensidad hasta convertirse en jadeos... sin tocarla para nada con las manos estaba próxima a alcanzar su primer orgasmo... y lejos de avergonzarse de sus suspiros se sentía repleta...
Su cuerpo solo reaccionaba al placer... su sexo se entregaba como nunca... su única preocupación era que no parara... que nunca se acabara...
Y parecía no tener fin... el pene entraba en ella sin parar dándola más y más placer... empujando su cuerpo a veces con dulzura y otras con tanta fuerza que hacía que sus pechos se disparasen y al caer golpeasen suavemente contra el peldaño...
Por un instante pensó en ese pene que la estaba perforando sin encontrar ninguna resistencia... la hubiese gustado tocarle... contemplarle...
Se le habría besado de arriba abajo... le hubiese dejado que se apoderase de su boca a la mínima insinuación... hubiese sido una delicia sentirle entre sus pechos y gozar con el calor de su semen derramándose por sus tetas...
No pudo aguantar más... el orgasmo se apoderó de ella de forma brutal... Esa polla la dominaba por completo... la hacía gemir escandalosamente sin mostrar ninguna vergüenza... El clímax de su sexo la hacía temblar... y él no paraba de metérsela una y otra vez...
Sus espasmos hicieron que se le saliera...
Apenas pudo relajarse unos segundos... Volvió a sentir su miembro cerca de las nalgas... Su mano volvió a separar las bragas... Escuchó el típico sonido del rasgar de la tela... No la importó, es más ojalá se las hubiera arrancado... La presión de las bragas en su cadera cedió un poco...
Se movió un poquito y sin buscarlo, hizo que el pene rozase su segundo agujero...
El calor era delicioso...
Fue accidental... pero pensó que si él lo quería, también por ahí sería suya... Sus jadeos insinuaron que si lo deseaba podía tomarla... No necesitaba ofrecérselo...
Un leve empujón fue suficiente... Un tenue quejido su respuesta... Se sorprendió de la facilidad con la que entró en ella... No fue mucho... supuso que la mitad... Con ella dentro, sin moverse, la abrió las nalgas con las manos y esperó unos segundos a que su esfínter se acomodase a su presencia...
Luego volvió a empujar... Ahora si fue un poco más doloroso, pero no la importó...
Se retiró despacio para inmediatamente volver a embestirla... Esta vez la noto toda dentro... Sintió cómo la traspasaba el recto por entero y el placer la hizo gritar ... Y siguió gritando con cada viaje... Gritaba como una loca incontrolada mientras su amante la daba por el culo...
No podía dominarse... No lo entendía... Le había conocido esa misma tarde... Ni tan siquiera le había visto desnudo y se estaba entregando como nunca lo había hecho con ningún hombre... Le estaba permitiendo cosas que no le permitiría ni a su pareja... Incomprensiblemente había perdido el control y por primera vez en su vida gozaba sin dominar sus sensaciones...
Cuando la sacó instintivamente intentó acercar su cuerpo ofreciéndole sus dos agujeros... Que escogiera, toda ella le pertenecía... Podía tomarla como quisiera...
Esta vez fue su coñito quien recibió ese saludo tan especial... De nuevo volvió a gemir y casi al instante un nuevo orgasmo, más fuerte que el anterior, se apoderó de ella dejándola sin fuerzas...
Sus empujones cada vez eran más y más violentos... distinguía perfectamente cómo los testículos se detenían en su entrada... Además según la iba dando, sus tetas se iban dando golpes y él parecía disfrutar con ello.
Para penetrarla con más fuerza, la agarraba las nalgas y tiraba de ella hacia atrás... Las ligaduras la molestaban, pero no se quejaba... no podía... su boca estaba ocupada gimiendo y era incapaz de articular otro sonido que no fuera el del placer...
Luego fueron sus tetas las que cayeron prisioneras de unos dedos salvajes que las estrujaban con fuerza...
Su cuerpo se tensó y con un rabioso empujón se introdujo por completo en ella...
Fueron cuatro o cinco sacudidas,... como cuatro o cinco latigazos... y cada uno iba seguido de un fluido caliente que salía disparado contra sus paredes más intimas... No pudo evitar jadear mientras la regaba el interior de su coño... mientas recibía gustosa su semen...
Cuando se vació por completo dentro de ella, siguió dándola pequeños empujones... Sus movimientos continuaron hasta que el pene, ya flácido no pudo continuar...
Aun así, permaneció unos instantes en su interior acariciándola los pechos y besando su cuello... Luego dulcemente se retiró de ella...
Mientras fue al baño, ella se recostó como pudo en las escaleras buscando algo de reposo... se sentía extenuada... Todo el cuerpo la temblaba... Era como si aun le notase dentro... Al juntar un poco los muslos sintió resbalar su semen entre las piernas...
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