La entrevista a la mujer detrás de la autora.

Gárgola. La entrevista a la mujer detrás de la autora.

Hace poco más de un mes un usuario-lector de California, registrado también en esta plataforma se interesó por mis relatos y por la autora que había detrás de ellos, planteándome la idea de hacerme una entrevista. En un primer momento ese empeño me causó cierta perplejidad. Aparte de que nunca me habían propuesto nada parecido, desnudar mi alma ante los lectores también me abrumaba. Puede resultar paradójico el hecho de escribir sin pelos en la lengua y con total libertad y al mismo tiempo ser tan recelosa de custodiar mi intimidad, sin embargo, después de considerar la propuesta, pensé que quizás a mis lectores le gustaría saber un poco más de mí, de modo que acepté considerando la experiencia como algo positivo.

Después de muchos intentos no pudo publicarse, ya que los usuarios registrados en la plataforma recientemente no tienen acceso a ese servicio, dada la cantidad de relatos que se publican diariamente, (eso fue lo que dedujimos). Decidimos pues que, como última alternativa nos quedaba la de publicarla yo, y así lo hicimos.

Tanto la idea, como la entrevista pertenece a “Sancho Sancocho” y su correo electrónico es: sanchosancocho@aol.com por si alguien quiere hacerle alguna pregunta o comentario al respecto. O si lo preferís, podéis dejar aquí vuestros comentarios, que tanto él como yo leeremos. Claro, cada cual en su rincón del mundo.

Os dejo con la entrevista.

Gargola : La entrevista a la mujer detrás de la autora.

“No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”.

(Virginia Woolf).

¡Hace apenas unas semanas que descubrí tus relatos! Los he leído y releído, cada uno de ellos, y aunque algunos de ellos me "hicieron removerme en la silla" más que otros, tu trabajo como escritora me animó a intentar conocer a la mujer detrás de la autora. He de reconocer que prefiero leer tus relatos, pues tu estilo narrativo tiene una mezcla de cotidianidad y conflicto de pensamiento, sentimientos y conductas de los personajes que los hacen accesibles. Estoy agradecido por habernos extendido esa misma accesibilidad para dejarnos conocer a la mujer a través de una entrevista. Espero que esta entrevista que, aunque ha sido hecha, por escrito, a través de miles de kilómetros, facilite unos momentos íntimos entre la autora y sus lectores.

¿Consideras que la asertividad femenina durante las relaciones sexuales es algo que todavía no es aceptado por los hombres, y entonces escribir desde una perspectiva feminista es como querer avanzar la causa de la igualdad sexual?

Esa idea debería estar ya esta superada, pero todavía hay mucho que hacer y esa puede ser una manera de hacerlo.

¿Hay una vertiente en la literatura erótica, justamente porque la escriben las mujeres?

Creo que las mujeres nos explayamos más en los detalles y en los sentimientos y nos gusta escribir de forma más preciosista, los hombres se centran más en la acción, aunque siempre hablando en términos generales, porque a mí también me gusta a veces recrearme en la acción.

¿Has leído literatura erótica escrita por mujeres y cual recomendarías a tus lectores?

La verdad es que la literatura erótica no es el género que más leo, pero si he de recomendar alguna novela, me quedo con “Zorras” de Noemí Casquet.

Supongamos que eres invitada a dar una “master class” a escritores incipientes para esta página, ¿cuáles serían los argumentos con los que los impulsarías y cuales serían los que argumentarías para disuadirlos al escribir un relato erótico? ¿Serían los mismos argumentos si el incipiente autor o autora fueran de uno u otro género?

Yo en lo que haría hincapié sería en intentar hacerles ver que es más importante desarrollar una buena trama y diseñar unos personajes con sus problemas, sus miedos y demás, dado que el lector se identifica más con ellos que con unos adonis bajados del Olimpo. Evitaría huir de situaciones tópicas y de los estereotipos, y si recurren a ellos, procuraría aportar otro enfoque u otra forma más original de contar una historia que ya es manida de por sí. Y, por supuesto, independientemente de que el incipiente autor fuese de un género u otro.

Tus relatos abarcan una cierta variedad de la sexualidad, ¿hay algún aspecto tabú o incómodo para escribirlo con erotismo?

Lo que considero que para mí es tabú, simplemente no escribo sobre ello. Soy una persona liberal, para nada retrógrada, pero hay ciertos límites que soy incapaz de rebasar.

¿Podrías ser más específica con respecto a esos límites?

Por ejemplo, no me gusta el sadomasoquismo. No entiendo ciertas prácticas en donde se recurre al dolor extremo como sustituto del placer, ni siquiera como prolegómeno. Tampoco sé si se sentirá placer o lo que se busca es el dolor como sustituto, y como es algo que no concibo (aunque sea consentido), no puedo escribir sobre lo que no entiendo, ni de lo que no me interesa.

La ciencia corrobora que en el cerebro se activan las mismas áreas cuando imaginamos algo que cuando lo hacemos. ¿Qué te ocurre cuando escribes un relato erótico? ¿Te ocurre lo mismo que si lo lees?

No sé lo que dice la ciencia. Lo que sí que sé es que cuando escribo un relato erótico me convierto en la protagonista y puedo sentir cada beso y cada caricia, y no sólo eso, sino que se potencian mis sentidos. Hay una cita de Isabel Allende que dice: “ La magia de la escritura me permite vivir las vidas de mis protagonistas y el placer de describir lenta y cuidadosamente un encuentro erótico supera en ocasiones el placer de vivirlo ”.

Cuando Leo, no soy yo la protagonista, soy más bien una espectadora, lo que no significa que las mariposas no revoloteen.

¿Cuáles son tus fantasías sexuales preferidas?

Suelo fantasear con dos hombres a la vez.

Un trio con dos mujeres es la fantasía más común entre los hombres. ¿Cómo descubriste esa afinidad por un trio con dos hombres? Si pudieras compartirnos tu experiencia inicial.

¿No estábamos hablando de fantasías? Ja, ja, ja. Pero bueno, ya que te pica el morbillo te lo diré. La primera vez que hice un trio fue en mi época estudiantil, cuando estaba en la facultad. No fue algo meditado, ni mucho menos, sino, fruto de la casualidad, como muchas cosas en la vida.

En aquel momento estaba muy nerviosa y asustada, pero he de confesar que fue la mejor experiencia hasta ese momento, y en cierto modo, enmarcó unas preferencias en cuanto a fantasías se refiere.

Sabemos que el erotismo funciona tanto para hombres como para mujeres, ¿cómo encaja la perspectiva pornográfica en tus relatos?

No renuncio a usar un lenguaje pornográfico si la ocasión lo requiere, e incluso a veces es soez y obsceno, pero siempre otorgándole prioridad al argumento frente al estilo. Evidentemente la pornografía está presente en los relatos, pues queda de manifiesto cuando se relatan ciertas escenas con todo lujo de detalle. En cualquier caso, si la historia es buena y está bien contada, la pornografía, en lugar de quedar como algo ordinario y vulgar, es un acicate.

¿Tienes alguna expectativa con respecto al lector o lectora en cuanto al efecto que esperas les produzca?

Mi pretensión es que el lector disfrute de una historia morbosa y excitante, pero sobre todo, lo que me gusta es que haya un trasfondo y que el lector se remueva en su silla. Quiero darle que pensar, e incluso, a veces, que sea él/ella quien decida el desenlace, ya que la mayoría de las veces es un final abierto al debate.

Aparte del relato del voyeur, ¿por qué no has escrito más relatos basados en tu relato inicial? Por ejemplo, en E l intercambio” ella sale del lugar satisfecha sexualmente, pero sola, y yo me quedé con un montón de preguntas y considerando posibilidades con respecto de lo que haría ella o él.

Nunca me gustaron las segundas partes, ni en la literatura, ni en el cine. Por otro lado, he comprobado que las segundas partes no las lee ni el “Tato”.

Como te he dicho, la mayoría de las veces intento dejar un final abierto a la reflexión, e incluso que sea el lector quien interprete lo que pasaría si la historia continuase.

¿Cuáles son los obstáculos a los que una escritora de relatos eróticos se enfrenta y como sugieres que se pueden superar?

Evidentemente los estigmas. Por desgracia, aún existe ese remanente machista que nos impide mostrarnos tal cual. En mi caso, uso un pseudónimo, entre otras cosas, porque tampoco me apetece que me encasillen.

¿Existe algún  beneficio para la mujer derivado de escribir relatos eróticos?

El beneficio siempre es sentirse bien con lo que una hace.

¿De qué manera te afectan los comentarios de los lectores o lectoras de tus relatos?

Casi siempre de forma positiva, aunque tengo que estar abierta a recibir críticas, puesto que no a todo el mundo le va a gustar lo que escribo. No me importa recibirlas, siempre y cuando sean críticas constructivas o argumentadas. Lo que no concibo es cuando alguien pretende pedirle explicaciones a un personaje de mi historia. Te puede gustar el argumento o no, y el lector tiene que decidir si quiere seguir leyéndome, lo que no puede es cuestionar o pretender cambiar un final, un hecho, o una actitud. Me parece absurdo e incoherente. ¿A alguien se le ocurriría refutar por qué Agatha Christie decidió que muriese este y no el otro, o de esta manera y no de aquella. Lo que quiero decir es que hay un producto que nos ofrecen, y nos guste o no, es lo que hay, y nadie obliga a nadie seguir leyendo. Imagina que a unos cuantos autores nos ofrecen unos personajes de idénticas características físicas y psicológicas, nos dan también un ambiente y una situación para desarrollar, pues bien, cada uno aportará una historia completamente distinta contando con los mismos elementos, por lo tanto, es lo que te decía, que intentar responsabilizar a los personajes o protagonistas de las historias me parece ridículo. Si se le dan esos elementos al que lo cuestiona todo, o lo que es lo mismo, la “mosca cojonera”, él lo hará a su manera, y yo suelo decir en esos casos, pues escribe tú el final, o mejor todavía, escribe tu historia, que ya nos encargaremos los demás de criticarla. En definitiva, que me he enrollado mucho para decir que los comentarios infundados no me afectan para nada.

¿Existe un beneficio para la mujer derivado de leer sola o acompañada al leer relatos eróticos?

Yo prefiero estar sola cuando leo. Me revuelvo demasiado en el sofá.

En una “ Relación imposible” no solo describiste una experiencia voyerista, sino que el relato decantó la experiencia sublime de una mujer inexperta. ¿Qué opinas de la opción de facilitar una experiencia de aprendizaje sexual entre mujeres jóvenes y hombres con experiencia?

Me parece genial, del mismo modo que a la inversa, siempre y cuando esas/os jóvenes tengan la la mayoría de edad y la madurez suficiente para saber qué hacen y cuáles pueden ser las repercusiones de sus actos.

Crees que los/as lectores/as de relatos eróticos somos unos “mirones” (voyeurs) que no solo disfrutamos de forma vicaria de las escenas sexuales en tus relatos sino que, al mismo tiempo, ensanchamos nuestros horizontes sexuales?

No lo sé. Mi pretensión no es ensanchar nada (o sí). En todo caso, si con los relatos, el lector se evade por un momento, disfruta de la lectura y se remueve en la silla, me doy por satisfecha.

Cada vez es más frecuente escuchar a las mujeres reportar que tienen una relación marital o de pareja, pero sin sexo o sin ser satisfactorias las relaciones sexuales, ¿qué crees que puede aportarles la escritura o la lectura de relatos eróticos?

Puede ser una válvula de escape, o mejor todavía, un incentivo para resarcirse.

¿Que consideras que es un obstáculo mayúsculo para tener ese incentivo como una opción?

Te pondré un ejemplo. No hace mucho me escribió alguien en nombre de él y de su pareja dándome las gracias por el relato de “ El intercambio ”, ya que, les alentó y les sirvió de motivación para llevar a cabo algo que llevaban tiempo fraguando y que por condicionamientos de diversa índole no se habían atrevido, y el hecho de pensar que de algún modo yo les he ayudado, me anima y me fortalece.

¿Hay alguna clase de relatos eróticos sobre los cuales no escribirías y porque no?

No lo haría sobre zoofilia, tampoco sobre sobre actos incestuosos (padre-hija, madre-hijo, hermano-hermana), y mucho menos sobre pedofilia. Me parece repulsivo lo primero, indecente lo segundo y depravado y denunciable lo tercero.

Aparte de considerar esas prácticas sexuales como “repulsivo, indecente y depravado,” ¿existe una prohibición jurídica en España que pudiese repercutir negativamente en tu trabajo literario?

Lo desconozco. En cualquier caso, siendo que no voy a escribir sobre ello, no tiene por qué preocuparme, ¿no?

¿Como lectora, qué situaciones eróticas te atraen o te excitan y por qué?

Me seducen las situaciones límite y de riesgo (literariamente hablando). Las encuentro más morbosas. Huyo de la monotonía y las rutinas, por eso quiero que los protagonistas de las historias salgan de ellas y alteren sus costumbres, para bien o para mal. Las mejores cosas de la vida suceden de forma inesperada y las mejores historias comienzan con un “… y de repente”.

Yo intento obsequiar con mis palabras lo que me gustaría a mí que me ofreciesen como lectora.

Dícese que hay que leer mucho para escribir mejor. ¿Hay algún escritor o escritora o personaje sobre el cual hayas leído que te motivó a escribir relatos eróticos?

Yo cambiaría un poco esa definición. Hay que leer mucho para poder escribir, pero también hay que escribir mucho para llegar hacerlo mejor. No ha habido ningún autor/a, ni personaje que me haya influenciado en ese sentido. Quizás sí en otros géneros.

¿Y, cuáles son algunos de los otros géneros sobre los que has escrito? ¿Y, cómo consideras que se relacionan con la habilidad de escribir relatos eróticos?

Novela negra y novela gótica. La relación está en la capacidad de poder sumergirse en un género u otro dependiendo de lo que en cada momento quiera contar.

¿Cuál fue la motivación para decidirte a escribir relatos eróticos?

Un exceso de la libido. Siempre he convivido con una hipersexualidad considerable y una elevada frecuencia de fantasías, y los relatos me servían como válvula de escape y me ayudaban a explayarme en un momento y una situación determinada de mi vida.

¿Cuál fue la circunstancia que facilitó la escritura de tu primer relato erótico? ¿De los relatos que has escrito, cuál es tu favorito?

Mi primer relato erótico lo escribí en mi adolescencia y fue como el medio más tangible en ese momento para materializar una fantasía, pues siempre me gustó escribir. A ese le siguieron otros tantos que deben estar en alguna libreta perdidos en el baúl de los recuerdos, sin embargo, esa inquietud la dejé de lado para escribir sobre otras cosas. Fue no hace mucho, cuando retomé el hilo de los relatos eróticos por el motivo que he mencionado anteriormente.

Como favorito me quedo con “Una luz en mitad del camino” y como paradoja, decir que es de los menos eróticos, si no el que menos, aunque con una carga emocional notable. Hay otros que también me gustan mucho, pero había que elegir uno.

Sabemos que existe sexismo en la literatura erótica, ¿cómo manejas ese aspecto en tus relatos?

No lo sé. No huyo de él. ¿Existe? Sí. Pues ahí está. Hay roles que, por suerte o por desgracia siguen ahí, de hecho están presentes en algunos porque pretendo que sean lo más verosímil posible. No son relatos de ficción, sino todo lo contrario. Mis relatos aluden a la cotidianeidad, con elementos con los que nos movemos a diario, y por ende, el sexismo es uno de ellos.

Para algunos lectores, la fantasía puede ser más excitante que la ejecución de la fantasía, ¿cómo logras que tus relatos sean excitantes para los lectores?

Supongo que culminar una fantasía es el summum para cualquier mortal, por tanto, decir que la fantasía es más excitante que su ejecución es aventurarse mucho. En contraposición a esto, puedo asegurar que la cita anterior de Isabel Allende es cierta, y me explico: cuando estoy desarrollando una escena de sexo me transmuto en el personaje. No voy a decirte que pueda ser lo mismo, pero casi. ¿Cómo logro que sean excitantes? Por eso mismo, porque vivo cada momento y lo voy plasmando en el papel o en la pantalla.

¿Has recibido mensajes explícitos de tus lectores acerca de la sensación que tus relatos provocaron en ellos? ¿Qué sensación te causa, como mujer, el recibir esa información?

Por supuesto que sí, muy a menudo.

Me causa una enorme satisfacción pensar que lo que escribo no cae en saco roto. El saber que lo que haces llega a muchas personas y que valoran el trabajo y el esfuerzo, me enriquece.

¿Consideras que la pornografía o la literatura erótica son excluyentes el uno del otro? ¿Cuál consideras que es más excitante?

Inevitablemente la controversia está servida. Sí, sí que lo son. Si bien el erotismo, al igual que la pornografía, representa a dos personas sexualmente activas, el primero se dedica a dejar todo lo que sucede liberado a la imaginación, mientras que el segundo es una representación gráfica o explícita de la relación en sí misma. ¿Cuál es más excitante? Para gustos, colores. Para mí la literatura erótica.

Como autora, ¿consideras que leer sin prejuicios, sin miedos y sin sentirse culpable facilita una experiencia sensual que deriva en una práctica sexual más satisfactoria?

Por supuesto que lo creo.

Aunque sin querer inmiscuirme en tu vida privada y sólo con la intención de poner un poco más de morbo en la entrevista, ¿podrías confirmar o desmentir que el rol de la protagonista en “El Rapto”, “Vacaciones en Cullera”, “El intercambio” o “El escort”, sólo eran un recuerdo o una fantasía de la autora?

Ja, ja, ja… Vamos a seguir alimentando el morbo.

¿Existe una edad o etapa de desarrollo en la que los jóvenes se beneficiarían de la lectura erótica en un mundo lleno de pornografía?

Quizás esa edad varía en función del grado de madurez de cada cual.

Un estudio en Inglaterra encontró que las mujeres consumían pornografía con frecuencia para explorar lo que se esperaba de ellas en el plano sexual, ¿consideras que la literatura erótica escrita por mujeres ejerce algún rol contra la misogenia?

Diría que sí.

¿La biología y el concomitante de las afecciones corporales afectan la práctica de la sexualidad, pero acaso la sensualidad y la sexualidad tienen fecha de expiración?

Espero que no.

Y, sin embargo, poco se habla o escribe de la sensualidad y/o la sexualidad en aquellas personas de cincuenta años en adelante, o con problemas de salud que afectan la relación sexual en donde un miembro de la pareja se enfrenta a un dilema. ¿Qué crees que tus relatos pueden aportarle a esos lectores y lectoras frustradas sexualmente?

Me gustaría pensar que son un estímulo para paliar esa circunstancia adversa. Me complacería que, de algún modo, alguno de mis relatos les ayudara a cambiar esa situación desfavorable.

¿Qué edad tenías cuando leíste tu primer relato erótico y que sensaciones te produjo?

Fue una novela erótica la que me tocó la fibra. Tendría sobre dieciséis o diecisiete años y tuve que masturbarme como la colegiala que era.

¿A qué peligros o dificultades se enfrenta una escritora de relatos eróticos?

A que la encasillen y a que no la tomen en serio como escritora.

¿Has escrito algo que no tuviera nada que ver con los relatos eróticos? Por ejemplo, sobre el amor, la muerte o la vida, las relaciones interpersonales o el conflicto?

He escrito novela negra y novela gótica, y en todas suele haber una pizca de todo ello.

¿Quiénes supones que son tus lectores?

El elenco es variopinto. Por lo que sé, la mayoría valoran mi trabajo y les hago removerse en su asiento. Hay otros, que como autores que son, van más allá del morbo y pueden leer entre líneas. Luego están los que tan sólo buscan un poco de morbo y desfogarse y, por último, (una minoría) los que se quejan de todo, pero yo me quedo con los aquellos que reconocen un trabajo elaborado y meditado y se van con una buena sensación.

¿Dirías que tus relatos eróticos son un reflejo de tus vivencias o son solo tus fantasías eróticas?

La mayor parte son fruto de las fantasías y la imaginación y una minoría son vivencias, en ocasiones adaptadas y transformadas, a fin de ofrecerle al lector una historia merecedora de su interés.

¿Podrías decirnos cuáles son las vivencias que has plasmado en un relato erótico y cual ha sido la consecuencia?

Si respondo a eso desvelaría la pregunta que antes hemos dejado al criterio del lector.

¿Compartes con alguna persona en particular tus relatos eróticos?

Sí, con algún lector.

¿Alguna vez has tenido el interés o han solicitado tu colaboración para escribir un relato erótico? ¿Por qué no accederías a escribir en colaboración con otro/a autor/a?

Sí, han solicitado mi colaboración en muchas ocasiones, pero sólo lo he hecho una vez. Prefiero escribir mis historias.

¿Cuál es tu mayor satisfacción al escribir relatos eróticos?

Que los lectores no queden indiferentes después de haberlo leído. Quiero que lo disfruten, pero también, provocarles cierto desasosiego, que se hagan preguntas y que reflexionen. Con eso me doy con un canto en los dientes.

¿Alguna vez has recibido mensajes de lectores/as, que habiendo leído uno de tus relatos, te hagan revolverte en la silla?

He recibido mensajes de todo tipo. Geniales, buenos, no tan buenos y malos, de lectores con gran sensibilidad y de otros que se presentan adulándome y rápidamente se les ve el plumero, pero por lo general, una mayoría son mensajes de aliento y ánimo para seguir escribiendo.

De entre los personajes de tus relatos eróticos, Cual es el/la que más se asemeja a tu persona? Cuál de ellos consideras que sería el/la más atractivo/a para tus lectores.

Puedo decir que en alguno de ellos la protagonista soy yo, pero prefiero que sea el lector quien lo adivine. No necesariamente la protagonista más libidinosa es la más atractiva, la mayoría de las veces, la protagonista con más problemas emocionales es la más interesante.

Aunque has dicho que prefieres que el lector lo adivine, ¿para ti cual ha sido el personaje de tus relatos que has considerado como más interesante?

Benito, uno de los protagonistas de “Una luz en mitad del camino”.

¿Qué consideras que da o quita sensualidad a los personajes de tus relatos? ¿Consideras que los sentidos (olfato, tacto, sabor, olor, vista) han perdido importancia en las relaciones sexuales debido a la pornografía?

No podría decirte. Cada relato es diferente. Unos son más sensuales, otros más viscerales, los hay más emotivos y menos, con una fuerte carga emocional o con escasez de ella. Lo que intento es no repetirme, en consecuencia, cada personaje es distinto al anterior y no por ser menos sensual es menos interesante.

El que es adicto a la pornografía imagino que el uso de sus sentidos se limitará a la vista, pero, bajo mi punto de vista, una relación sexual que se precie ha de recurrir también a los otros cuatro.

Consideras que hay alguna emoción, en particular, ¿que sea la más fácil o la más difícil para incluir en tus relatos eróticos y por qué?

Me gusta bracear entre el sentimiento de culpa y el arrepentimiento. Muchas de las veces, el placer y el sexo, aunque es necesario incorporarlo, también es secundario, y puesto que mis relatos se basan principalmente en infidelidades, me gusta profundizar en esas emociones.

¿Podrías dejarnos entrever un poco más sobre esa predilección de la culpa y el arrepentimiento en tus relatos?

Somos humanos y por eso no somos perfectos. “Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Esa cita sería un buen punto de partida para el debate moralista. Entre personas con una relación estable, ¿quién no ha sentido la necesidad de estar con otra persona en un momento u otro de su vida? Algunas lo hemos llevado a cabo, bien sea por monotonía, por el morbo, o por el simple hecho de desear en un momento dado a otra persona. ¿Pero qué pasa luego? Pues que te visita esa sensación de traición y de culpa. Por eso me atrae forcejear entre el deseo y el arrepentimiento posterior. Obviamente, no siempre es así.

¿Como vistes o desnudas, ropa y calzado, a tus personajes para ser considerados seductores? ¿Hay algún artículo ‘fetichista’ en tu presentación que se transpone a tus personajes?

De ninguna forma en particular. Muchos de ellos son seductores por su propia esencia, no por su atractivo físico ni por su atuendo. Huyo en la medida de lo posible de los estereotipos, aunque también caigo en ellos algunas veces si el argumento o la historia lo requiere.

¿Cuál es el “medio ambiente o clima íntimo” que más favorece tu sensualidad y por ende la de tus personajes?

Las situaciones donde la clandestinidad y lo prohibido es el hilo conductor de la historia.

¿Como consideras el uso de la mitología ya sea local o universal en la creación de tus relatos eróticos?

No creo que tenga ninguna relevancia la mitología en ello. Mis relatos son muy terrenales y cotidianos.

¿Como escogiste tu seudónimo?

Siempre me ha fascinado la arquitectura medieval y las Gárgolas forman parte de ella, aunque más que su función práctica, me seduce su simbología, de ahí que tomara como pseudónimo “Gárgola”.

¿Como te describirías?

Soy una persona extrovertida, alegre y con sentido del humor. Responsable en mi trabajo. A veces puedo pecar de impulsiva e irreflexiva. Soy exigente en la cama, pero, a cambio, apasionada y desenfrenada. Me gusta tanto dar, como recibir. Soy principalmente heterosexual.

¿La frase “principalmente heterosexual” abarca devaneos con otras mujeres como en “ el rapto”, donde escribiste que el cunnilingus “es mejor que el más experimentado de los hombres”.

He hecho mis pinitos.

¿Si tuvieses oportunidad de escribir una novela o un conjunto de relatos eróticos para un mercado más tradicional consideras que afectaría tu perspectiva?

Supongo que tendría que reprimirme, moderar el lenguaje y, sobre todo, no ser tan descriptiva.

¿Te gustaría agregar algo acerca de la mujer que está detrás de “ Gárgola” ?

Solamente agradecer a mis lectores/as ese pedacito de su tiempo que dedican a leer mis relatos.