La entrevista 02

Sofia, la exquisita postulante, supera a sus oponentes poniendo en juego sus mejores atributos. Pero aún hay cabos sueltos por atar.

La entrevista

Capítulo 2

Todas las miradas se concentraron en ella. Las mujeres la examinaban con envidia y admiración, en tanto los varones, sin excepción, no podían disimular las miradas de deseo con las que recorrían las curvas del cuerpo armonioso y seductor de Sofía que se desplazaba rumbo a la mesa donde la esperaba Miguel Sanchez, que no  ocultaba su satisfacción por la bellas formas de la hermosa mujer que se acercaba.

Buenas noches. Está resplandeciente.

Muchas gracias

Con una sonrisa de satisfacción aceptó el asiento que le ofrecía don Miguel, el cual se sentó al frente con el pecho hinchado por el orgullo de saber que era objeto de la envidia de todos los varones presentes.

Y bien, ¿qué desea beber?

Preferiría un vino.

Dejó la elección del vino en manos de su anfitrión, que se sintió muy agradado de tener la posibilidad de demostrarle sus conocimientos enológicos. A ella le encantó la selección y tuvo palabras de admiración cuando, con un delicado gesto,  probó el vino elegido por don Miguel

La conversación se paseó por diferentes tópicos, todos alejados del tema trabajo. Ella demostró ser una mujer que se manejaba con seguridad en los campos de la política, economía e incluso temas mundanos. A partir de sus referencias a diferentes países, sus  costumbres e historia, el dedujo que había viajado por diferentes latitudes del mundo, lo que le había otorgado un barniz cultural que manejaba con delicadeza para no aparecer presuntuosa ni pedante. Y era evidente que se manejaba al más alto nivel social, lo que implicaba la posibilidad de excelentes relaciones que podrían ser usadas en su futuro trabajo, lo que le tranquilizó por la temprana decisión de asignarle el puesto a ella.

Al momento de elegir los platos, don Miguel le preguntó por lo liviano de los  que ella había elegido, con una sonrisa encantadora  le explicó que para cuidar su figura debía cuidarse de los alimentos que ingería aunque para ello corriera el riesgo de quedar con apetito después de cada comida.

“El que quiera celeste, que le cueste” , concluyó, riendo.

“¿También se le aplica lo de para ser bella hay que ver estrellas?” respondió don Miguel con una sonrisa divertida.

Ambos rieron. La velada continuó en un ambiente relajado en que don Miguel demostró ser un excelente anfitrión, haciendo reír repetidamente a su acompañante, teniendo la delicadeza de no referirse en ningún momento al verdadero objetivo de esta cita, lo que ella valoró como un gesto de caballero.

Cuando llegaron al café, Sofía creyó llegado el momento de facilitarle las cosas.

¿Dónde nos tomaremos el bajativo, don Miguel?

¿Tiene alguna idea al respecto, Sofía?,

Había llegado el momento de hacer realidad sus insinuaciones y pagar el precio que tenía el cargo que ya le habían asignado. El le había asegurado que el puesto era de ella y ahora esperaba que cumpliera lo prometido.

Ya que estamos aquí, podríamos tomar un departamento.

Excelente idea. Discúlpeme un momento por favor.

Don Miguel se levantó y fue a recepción a reservar una suite. Al cabo de unos minutos volvió y con delicadeza retiró la silla de Sofía y la condujo fuera del restaurant. Tomaron un ascensor y se dirigieron a la habitación. Ambos conversaban como si lo que estaba sucediendo entre ellos era normal y no se trataba de una pareja de amantes furtivos.

Ya dentro de la suite, se sentaron en el living y él le ofreció un whisky, que ella aceptó con una sonrisa de complacencia.

Sofía, quiero saber hasta dónde está dispuesta a llegar.

Creo que eso es evidente a estas alturas ¿no cree?

Entonces,  es hora de que actuemos con sinceridad, ¿no cree?

Si, estoy completamente de acuerdo. Es la hora de la verdad.

¿Sabe?, cuando estuvimos en mi oficina me encantaron sus piernas  o lo que alcancé a ver de ellas.

Se había acabo el juego. Ahora las cosas iban en serio. Sofía abrió las piernas un poco, mostrándole sus hermosos muslos por dentro.

¿Y ahora?

Exquisito. Por favor, ábrelas más .

Ella abrió más sus piernas, de manera que su calzoncito blanco se asomara al final de estas, en un espectáculo increíblemente erótico.

¿Te gusta lo que ves?

Mmmm.

Sofía empezó a acariciar sus muslos, subiendo una de sus manos hasta cerca del bulto que se formaba al final de estos, provocando a su acompañante.

Tócate

Su mano acarició su sexo, oculto por la suave seda del calzoncito, mientras con sus ojos clavados en el, sonreía al ver la excitación que se evidenciaba en su pantalón.

Sácate el calzón

Ella se desprendió de la prenda, la que arrojó a un lado, quedando con las piernas nuevamente abiertas, mostrando su sexo completamente depilado.

Recuéstate y abre las piernas, que voy a hacerte al amor  en el sillón. Quiero darme el gusto de hacerlo sin que te saques la ropa. Es una fantasía que tuve desde que entraste a la oficina con tu hermoso traje de ejecutiva.

Date el gusto, Miguel. Cumple tu fantasía.

Se subió el vestido hasta la cintura, abrió sus piernas y esperó.

Miguel sacó su verga y la llevó a la entrada del sexo de Sofía, que esperaba feliz de al fin poder pagar el precio por el cargo que le habían entregado. Estaba actuando como una puta, lo sabía, pero una puta que se había ganado un puesto millonario y con muchas posibilidades, por lo que no le importaba que su conciencia la acusara por ahora, ya se apaciguaría cuando se hiciera cargo del puesto.

Ven, estoy dispuesta

Es un sueño tenerte con el vestido subido y las piernas abiertas,, solamente para mí.

Puso su instrumento a la entrada del túnel de Sofía y empezó a empujar, sin dejar de mirarla, para ver su reacción a medida que su verga se introducía entre sus labios vaginales. Ella apretó sus labios y suspiró mientras era invadida por el trozo de carne de Miguel en sus entrañas.

Rico, Miguel

Eres exquisita, Sofía

Me gusta. Sigue así

Y el empezó a tomar el ritmo de las metidas y sacadas, en tanto ella inició un movimiento acompasado de su cuerpo para acoplarse a los movimientos de Miguel, que iban adquiriendo mayor velocidad en la medida que sentía que iba a acabar.

Cieloooooooooo

Aghhhh, mijitaaaaa

Y ambos acabaron al unísono, dejando una mancha parduzca en la tela del sillón.

Miguel no pudo evitar un comentario final, ya que le había dejado sorprendido la estrechez de las paredes vaginales de Sofía.

¿Hacía tiempo que no tenías sexo?

¿Lo dices por lo estrechas de mis paredes?

Si, me llamó la atención.

Sí, hace mucho tiempo que no tenía sexo. De hecho he tenido poco sexo en mi vida.

Me asombra, con lo hermosa que eres y el cuerpo que luces

Es que este cuerpo no es para cualquier hombre

Y por lo visto no has encontrado muchos hombres que sean dignos de tenerte

Cierto. Tu eres uno de esos pocos varones

Gracias

Cuando se hubieron repuesto, empezó a desvestirla. A cada prenda que caía al suelo el descubría un nuevo aspecto de su hermoso cuerpo. La falda dejó expuestas sus hermosas piernas en todo su esplendor, como un par de pilares esculpidos que remataban en esos muslos que tanto le atrajeron cuando la conoció por vez primera. El sostén reveló un par de senos como dos globos apetecibles, de dimensiones adecuadas y atrayentes, enhiestos y rematados en un par de pezones que lucían su dureza desafiante, invitantes a que los rozaran con los labios.

Sofía, parada frente a Miguel, completamente desnuda, le regaló el espectáculo de sus formas perfectas, donde todo estaba en su lugar, en una vorágine de curvas que hacían perder el aliento en su armonía. Y todo ello en una actitud de seguridad que realzaba más aún la belleza de su cuerpo.

Y no obstante su seguridad y su actitud segura de si misma, ella le miró excitada y besándolo en los labios, le pidió hacer el amor otra vez.

Miguel, hazme tuya nuevamente. Lo deseo

El la abrazó, llevándola con delicadeza hacia la cama, donde ella quedó acostada, completamente desnuda, esperándolo. Miguel se desnudó, se ubico al lado de ella y empezó a besarla en el rostro, los labios, el cuello y los senos, donde se entretuvo en apretar delicadamente sus duros pezones, para después ponerse entre las piernas abiertas de Sofía y volver a penetrarla. Ahora se movió con una velocidad mayor, casi con desesperación, tomándola de las nalgas para ayudarse a cabalgarla. Ella se entregó con la misma intensidad de él, abrazándolo y besándolo mientras su cuerpo se movía al mismo compás suyo.

Ricooooooo. Siiiiiiiiiiiiiiiii

Mijitaaaaaaa, ricaaaaaaaaaaaaaa

Masssssssss, masssssssssssssssssss

Tomaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Sofía levantó sus piernas y las puso sobre la espalda de Miguel, con lo que su sexo le permitió que llegara con su verga más al fondo de ella, que estaba disfrutando a plenitud el sexo que este maduro amante le estaba brindando.

Mijitoooooooooooooo

Aghhhhhhhhhhhhh

Ayyyyyyyyyyyyyyyy

Y nuevamente llegaron al orgasmo juntos, uniendo sus líquidos que cayeron por los muslos de Sofía y fueron a dar a la sábana, donde formó un pequeño charco gelatinoso. Quedaron tendidos, completamente rendidos después del agotador esfuerzo que supuso la cabalgata sexual, en que ambos se entregaron por completo.

Miguel demostró tener una gran capacidad amatoria, que solo se aplacó a las cuatro de la mañana, cuando fueron vencidos por el sueño.

Antes de dormirse, él la miró sonriendo y le dijo:

Sofía, te ganaste muy bien el puesto.

Fue un placer, Miguel.

Ha sido una noche increíble

Lo de ahora fue realmente hermoso.

Vamos a tener muchas reuniones de trabajo como esta

Por mí, encantada. Pero esta reunión fue inolvidable.

Se abrazaron y se dispusieron a dormir. El, feliz por haber podido tener ese precioso cuerpo y ella por el puesto conseguido.