La enfermera rubia

Conocí a una enfermera y decubrió lo que es ser multiorgásmica

Me presentaré, me llamo V. tengo 39 años, castaño, ojos verdes, 1,80 y 80kg. Dicen que estoy bien y me encanta el sexo, mi prioridad cuando estoy con una mujer es que disfrute como si fuese la última vez.

En el sexo me gusta casi todo y no tengo miedo a experimentar. Siempre me han gustado las mujeres mayores que yo que saben lo que quieren y lo disfrutan.

Normalmente las conozco en algún chat, hablamos y quedamos para practicar sexo como locos.

Después de esto pasaré a contaros una de mis aventuras sexuales.

Por mi trabajo comercial frecuento muchos hospitales de Castilla y León y trato con muchas mujeres, médicas, enfermeras, auxiliares, etc.

Ella trabaja en uno de estos centros de enfermera. La llamaré Pe. Es rubia, de ojos azules, cuerpo fibrado, con una 95 de pecho y un culo que a pesar del pijama parecía fantástico.

Habíamos hablado y fumado algún cigarro juntos y me gustaba por lo que me las apañé para conseguir su móvil. Después de intercambiar algunos mensajes nos organizamos para quedar pues ella es casada como yo.

Se presentó con unos minishorts negros, medias, botines, un top negro  ajustado y una chaqueta ya que hacía frío. El top parecía que iba a estallar con esas perfectas tetas redondas desafiando la gravedad. Su culo era como había soñado, redondo y respingón.

Nos fuimos a tomar un café a un restaurante apartado y nuestras manos no podían separarse del otro deseando que la ropa desapareciese, así que nos fuimos a un motel discreto de los que entras con el coche y nadie te ve.

Una vez en la habitación nuestras bocas se fundieron en un beso, jugando con nuestras lenguas mientras nos acariciábamos el uno al otro. A mi me gusta dominar, controlar la situación así que la tumbé en la cama y la fui desnudando. Primero su top, dejándola en un sujetador negro de encaje del que pugnaban por salir dos tetas preciosas. Me dedique a acariciárselas, metiendo mis dedos entre la tela y rozándola sus pezones, cosa que le hizo empezar a gemir de una manera brutal, los tenía muy sensibles, gordos como una avellana y durísimos.

Mientras jugaba con sus tetas le iba besando el cuello, las orejas, los labios….excitándola.

Luego con mis labios baje a sus tetas, las saqué del sujetador y mis labios atraparon sus pezones, haciéndola gemir más fuerte, mientras acariciaba su culo, sus piernas y empecé a quitarle el short y las medias, dejándola en un tanga que cuando acaricié estaba calado. Me encanta que una mujer esté húmeda por mi culpa...

Ahora venía lo mejor, si hay algo que me gusta es comer un coño, me es igual que sea depilado o peludo, lo que me encanta es comerlo y se me da muy bien.

Así que le quité el tanga y descubrí una pequeña línea de pelos en su pubis.

Empecé a pasarle la lengua por los bordes de su coño, por su culo recogiendo los jugos que caían, con la lengua le separé los labios y sorbí sus jugos, sin tocar su clítoris. Ella arqueaba las caderas para acércamelo más a la cara, pero quería hacerlo a mi ritmo, disfrutando de su sabor y olor. Cuando estuvo bien empapada y abierta me apliqué a su clítoris y a los pocos minutos se estaba corriendo. La dejé descansar para empezar de nuevo esa comida de coño, ahora metiendo uno dedo en su coño, presionando su punto G y jugando con otro dedo en su culo, empapado por sus propios jugos…Su culo es sonrosado, sin pelos como su coño y también lo lamí. Sus gemidos ya eran gritos pidiendo más, pero quería seguir probando sus agujeros. Le metí un dedo poco a poco en su culo y empezó a correrse de nuevo…mi lengua en su clítoris y un dedo en cada agujero….¿que mayor deleite puede existir??

Pe se había corrido unas cuantas veces y ahora me pedía mi polla, quería montarme, follarme decía….así que me tumbé y la dejé que se fuese sentando sobre mi polla controlando que lo hiciese despacio para sentirla penetrar cada centímetro de su coño húmedo. Mi polla es normal, pero gorda así que enseguida empezó a gemir y decir como le llenaba, mientras ella subía y bajaba mis dedos jugaban con sus pezones, su culo y nos besábamos como loco. Cambiamos de postura muchas veces, ya que me gusta correrme una o dos veces y alargo muchos los polvos, controlando mi eyaculación.

Cuando ella ya no podía más, me pidió que me corriese pero le dije que no, que era ella la que tenía que hacerme correr, así que me cogió la polla, se la metió en su preciosa boca y se puso a chupármela a lo largo, jugando en mi capullo con su lengua, chupándome los huevos y deslizando un dedo a mi culo, ufff me encanta que me acaricien el culo mientras me la chupan. Pe lo adivinó porque enseguida se puso a jugar con un dedo en mi culo y a chupármela como una experta, hasta que me corrí sobre mi vientre.

Lo mejor de este primer encuentro es que me confesó que con su marido se corría como mucho una vez y cuando lo conseguía….Había despertado a la fiera y menuda fiera

Seguiré enviándoos relatos y admito sugerencias y comentarios en vitines_a@hotmail.com

Besos