La Emboscada
Como fuí objeto de una emboscada jamas pensada.
La Emboscada
Me llamo Karina y soy una chica de 20 años que muchos desearían por mi figura de sirena, aunque soy bajita tengo unas piernas muy bien contorneadas, un pompis redondo y firme, de senos del tamaño de unos aguacates con los pezones siempre eréctiles, mi color de piel es acanelado con el cabello lacio negro azabache hasta la cintura, soy achinada con los labios carnosos aunque pequeños, estoy casada desde hace seis meses con un hombre llamado Pedro al que amo con todo mi corazón aunque es algo mayor que yo porque tiene 45 años, pero a sabido brindarme todo su cariño y comprensión. Pedro trabaja en una constructora como capataz de obra, teniendo a cargo una docena de obreros que siempre le dan guerra por lo perezosos que son al momento de trabajar y porque siempre llegan a sus sitios aun ebrios por las parrandas que a diario se meten, recargando a mi marido de sus funciones debido a que tiene que emplearse como un obrero mas por las exigencia de mister O´connors que es el dueño de la constructora, hasta hace una semana que encontró a Miguel un joven mulato de unos 18 años durmiendo la borrachera en plena jornada laboral, teniendo que despedirlo en el acto cansado de tanto descaro para dar el ejemplo a sus otros compañeros, Miguel que se apreciaba todavía bajo los efectos del alcohol amenazó a Pedro con que pagaría su osadía. Mi marido me comento lo sucedido y le dije que se cuidara porque cuando conocí a este joven me daba muy mala espina y sabía que podía ser capaz de alguna tontería en contra suya, a lo que Pedro me dijo que no me preocupara que el estaría preparado a sus amenazas.
Hace dos días, cuando salí de la casa por casualidad me tope con Miguel y al verlo mi corazón me latió fuerte pues me acordé de sus amenazas y me dio un palpito que yo sería el objetivo de su venganza, al cruzar a su lado ni me miró a lo que respire con tranquilidad porque mis sospechas eran infundadas, pensando que estaba paranoica con todo eso de las intimidaciones. Ese día fui al centro comercial de compras con Carla y Deyanira, estábamos buscando unas diminutas tanguitas hilo dental con un babydoll muy provocativo para lucir a mi esposo, al salir de la tienda volví a notar a Miguel tomando café en un sitio que yo frecuento con mis amigas cuando salimos juntas, entramos y el joven se hizo el disimulado que no nos había visto pero yo sabía que me observaba por encima del periódico que leía, le comente a las chicas lo sucedido entre ellos dos, pero estas me tranquilizaron diciendo que solo era fruto de mi imaginación y de la presión por lo dicho de aquel mulato. Deyanira propuso tomarnos unos tragos para calmarme y como Pedro me había llamado al móvil diciendo que llegaría al día siguiente porque debía atender un trabajo en una población cercana, decidí que sería buena idea para así no irme tan temprano a casa y no pensar en sandeces. Cuando íbamos por el tercer trago ya ni me acordaba de Miguel solo reíamos a carcajadas cuando las muchachas me contaban de sus andanzas con los hombres y de todo lo que me estaba perdiendo por estar casada, Carla regresaba del baño cuando se topó con el joven de frente, llegando a la mesa nos comento lo sucedido y pudo detallar que Miguel era un negro feo pero tenía un cuerpazo fenomenal a lo que Deyanira dijo que no importaba si la perseguía a ella, yo a todas estas ya no le tomaba importancia a la presencia del negrito allí, así fuimos tomando otro trago hasta que les dije que debíamos irnos pero ellas tenían otros planes a los que yo no me incluí en ellos, me despedí retirándome del establecimiento, disimuladamente volteaba a ver si distinguía a Miguel pero ya no se encontraba. Al caminar por el pasillo del centro comercial sentía una mirada penetrante pero al virar no había nadie. Tome un taxi hasta mi casa pero me sentía algo mareada por los efectos de los tragos que me recosté y me dormité hasta que el hombre me despertó frente a la casa, saque el dinero y le pague pero no me percate de la presencia de Miguel en los alrededores, al abrir la puerta enciendo la luz y siento un empujón que me hacía caer tendida en la sala y oigo la puerta cerrarse a mis espalda al voltearme diferencio a ese horrible negro con ojos desorbitados que me veía con lujuria, no podía creer que tenía la osadía de ingresar a la casa con violencia, mi corazón quería salirse por la boca al ver como Miguel se comenzaba a despojar de su vestimenta, cuando ya se había quedado en ropa interior me tomo por los cabellos y me arrastro hasta la habitación donde me rasgo todo el vestido dejándome solo con mi bikini ya que no llevaba puesto el brassier, yo respiraba fuerte por el susto que tenía no me dejaba movilizarme, me tomo de las piernas y las abrió amarrándolas a la cama con unas corbatas que Pedro tenia en un cajón de la cómoda, lo mismo hizo con mis manos deponiéndome como crucificada sobre la cama, se despojó de su bóxer y dejo ver aquel negro mazo descomunal de carne que aunque no estaba completamente erecto era grande, grueso, cabezón y venoso. Se acerco y con una navaja corto mis bombachas para dejar ver aquella parte de mí que solo mi marido había visto y que siempre mantengo depilada sin un pelito, comenzó a frotar mi clítoris que es bastante prominente con la punta de su pulgar, luego paso su nariz dentro de mi raja que empezó a emanar flujo vaginal aun sin mi voluntad, su respiración en mi entrada me daba una agradable sensación a la que internamente reprochaba, paso su lengua que se sentía rugosa al tacto con mi clítoris, lo chupaba y lo envolvía con su lengua luego lo dejaba para comenzar desde el principio, no podía creer que me estaba excitando su forma de comerme la concha que aunque estaba siendo violada me sentía extasiada, ya no forcejeaba para tratar de desatarme sino cerraba los ojos para evitar en mi mente todo pensamiento libidinoso pero era imposible al sentir como chupaba y soplaba mi clítoris, comencé a gemir muy suavemente con los labios apretados para impedir que el negro los oyera, aunque se daba cuenta de mi excitación porque de mí brotaba un manantial de líquidos vaginales preorgásmicos, de repente dejo de sorberme y abrí los ojos porque sospechaba que vendría lo peor que iba a ser poseída por ese bestial semental pero no era así, solo se despego como para hacerme suplicar que siguiera con su mamada, mi subconsciente me traicionaba haciendo menear mis caderas pidiendo mas, aunque mis labios cerrados no emitían ningún sonido. Miguel comenzó a reír diciendo Que putita eres, quieres seguir gozando.
Solo me deje llevar y asevere con mi cabeza a lo que respondió con fiereza al ubicarse encima de mí para mordisquear mis pezones que parecían piedras de lo duros que estaban, allí mismo comencé a jadear y a pedir que siguiera que no parara pero el ordinario negro me volvía a dejar encendida al despegarse de mí y contemplaba como me meneaba sola, queriendo ser penetrada.
Mira, esta zorra esta que echa fuego por la concha, vas a ser cogida cuando yo quiera no cuando tú lo desees.
Se puso a buscar dentro del closet y encontró una cámara fotográfica instantánea que usamos cuando vamos de viajes mi marido y yo.
Te voy a fotografiar para enseñársela a todos mis amigos para que vean lo puta que es la mujer de mi jefecito.
No por favor, yo hago lo que quieras pero no me tomes fotos.
Bueno, no te tomaré fotos pero harás lo que te diga.
Me desató y me indicó que debía mamarle aquella enorme tranca negra y peluda, me arrodille frente a él y lo tomé con mis manos, era tan grande y gruesa que no podía contenerla con las dos y mucho menos cerrarlas. Al principio solo le pasaba la lengua por su enorme cabeza pero me indujo a que me lo metiera en la boca, la abrí de tal forma que parecía a una culebra cuando va a engullir a sus presas, chupaba con frenesí y su miembro crecía dentro de ella con dimensiones espantosas, cuando de pronto siento como el flash me alumbraba la cara y Miguel comenzó a carcajearse.
Mi china, tu creías que iba a desperdiciar esta oportunidad de fotografiarte dándome esta rica mamada.
Solo seguí comiéndoselo pero mis lágrimas corrieron por mis mejillas, sabía que esa foto sería mi perdición. Lo sacó de mi boca e hizo que le chupara sus bolas llenas de duros pelos que hicieron que tuviera nauseas, al tiempo que me golpeaba la cara con su pene.
Ahora quiero cogerte como nadie lo ha hecho, hoy vas gozar y te haré mi perra.
Me colocó con la espalda sobre la cama, abrió mis piernas y planto su cabeza en mi entrada que estaba chorreando líquidos, levante mi cabeza para presenciar como ese animal entraría en mí. Muy suavemente fue empujando su pene dilatando mi vulva que con asombro se tragaba la mitad de su miembro, solo me quedo menearme al ritmo de su bombeo.
Te gusta así, mi china.
A lo que afirme con la cabeza, pues me sentía sofocada por aquel aparato dentro de mí, volvió a preguntármelo.
Te gusta dije, así que dímelo.
Si papi me encanta, cómeme que creo que me vengo.
Al terminar de decir esto, comencé a tener espasmos vaginales que eran el indicio que ya el orgasmo estaba llegando, a lo que Miguel acoto.
Mira esta puta si es caliente, tiene cangrejera y yo que pensaba que eras toda una santita.
Yo involuntariamente cada vez que obtengo un orgasmo contraigo los músculos vaginales hasta que éste culmina. Estas palabras del negro me fueron excitando más y de pronto como un disparo de cañón me provino el primer orgasmo y con un grito desgarrador le dije.
Me vengo papi, me vengo dame mas duro, papito dame, ¡me vengooooo!
Ahora mi china quiero que me cabalgues como si fueras una potra salvaje.
Me sacó su miembro que estaba blancuzco por mi lubricación hasta la mitad, lo que indicaba que solo hasta allí me lo había metido. Se tendió sobre la cama y pude notar que su cabeza le sobrepasaba el ombligo, me ubique sobre de él y le tomé el pene para encaminarlo a mi concha, lo puse en mi raja y me fui sentando suavemente para clavármelo nuevamente hasta la mitad, Miguel me ayudaba con sus manos en las nalgas para que subiera y bajara, me aferre a su pecho y emprendí mi cabalgata, me meneaba afanosamente tratando de conseguir un orgasmo de inmediato, de pronto siento que su enorme dedo se ubica en mi culito virgen y comienza a entrar fácilmente por la lubricación que había escurrido desde mi vagina en el primer orgasmo. Mi movimiento se hizo frenético al sentir como su dedo chocaba con su pene dentro de mi vulva a lo que Miguel dijo.
Mi puta te estas tragando todo mi palo completito.
No podía creer que me enterrara hasta el fondo todo su pene, desde mi perspectiva solo se podía ver sus bolas que se pegaban con mi abultado clítoris. Al observar el espectáculo se originó el segundo orgasmo. Mi sube y baje era rapidísimo, le mordía los labios hasta que me corrí, él se aferro a mi cintura e inicio sus embestidas sacándome seguidos el tercer y cuarto orgasmo, que con alaridos le pedía.
Dame, dame papi, dame duro, ¡dameeeeeeee!
Mira como te cojo pedazo de puta.
Si, soy toda una zorra para ti y tu eres mi macho, me vengo de nuevo sigue que me vengo, ¡me vengoooooo!
Afloje los brazos y quede tendida en su pecho, mientras el seguía dándome suavecito, cuando me dijo con un susurro al oído.
Ahora me toca acabar a mí.
Me subí para sacarme todo ese aparato albergado en mi conchita irritada que emanaba los líquidos orgásmicos. Me ubicó en posición canina con mi cara enterrada en la almohada y se ubico detrás de mí frotando su cabeza desde la concha hasta el ano y con una mano me pellizcaba los pezones que permanecían erectos, me dio unas nalgaditas y me dijo.
Prepárate que te voy a desvirgar ese culo.
No papi, no me vayas a coger por allí, no papito, nooooooooo, aaaayyyyyy.
Era muy tarde mi propio liquido le había servido para facilitar la entrada de esa garrafal cabeza en mi agujerito, me tomo por la cintura para que no hiciera el intento de zafarme, enterrando su pene hasta el fondo comenzó su embestida bestial, el dolor era irresistible que hacia temblar mis piernas, me deje caer quedando boca abajo completamente acostada, pero al cabo de un rato se iba calmando por la excitación obteniendo de nuevo el orgasmo pero esta vez mas intenso que los anteriores.
Clávame toda, desvírgame el culo, reviéntame, hazme acabaaaar.
Te voy a echar mi leche, puta de mierda.
Síiiii, quiero sentir tu leche, aaaaaahhhhh.
Cuando siento que despega su pecho de mi espalda y me toma por el cabello como si fueran las riendas de una yegua indómita, desparramando todo su semen en mi culo, volvió a tenderse encima de mí con su respiración en mi nuca, luego lo sacó suavemente aunque de nada servía porque sentía que me desgarraría las entrañas. Se bajo y quedo tendido boca arriba al lado mío, voltee y lo mire a los ojos le propine un largo beso, cuando noto que del culo que había quedado completamente dilatado me burbujeaba su semen con fétido excremento liquido, Miguel reía a carcajadas diciendo.
Coño putita te saque hasta la mierda, mira como te cagaste.
Claro me dejaste el culo abierto.
Pero vas a decir que no gozaste como nunca.
Ay mi negro, esta es la mejor cogida que me han dado en mi vida.
Si quieres podemos tener encuentros de vez en cuando.
Mejor no, si mi marido se entera me mata.
Tranquila, él fue quien planeo todo esto, desde mi despido hasta su salida de la ciudad, además todo esto quedo grabado para que lo vea cuando venga.
Había sido emboscada por mi propio esposo para sus juegos eróticos.