La educación sexual de Alberto II

Desnuda y cubiertos sus pechazos de la leche cálida de Alberto, se giró presentándole al periscopio de don Ramón un plano frontal total, justo antes de llevarse los pezones cubiertos de semen del muchacho a la boca y chuparlos y morderlos lujuriosamente, bebiéndose así toda la leche del adolescente.

LA COMPRESIÓN DE ESTE RELATO SE HACE EXTREMADAMENTE DIFICIL SIN LEER LA PRIMERA PARTE.

Paloma, sorprendida por el sol de media mañana abrió sus redondos y pequeños ojos negros, esbozando una gran sonrisa bajo su rectilínea nariz, la mayor sonrisa de satisfacción de su vida en su carita de chica corriente. Entorno los ojos regodeándose en los recuerdos de la noche anterior y tomando la punta de la almohada con las dos manos, sin dejar de sonreír.

Debería estar más resacosa después de lo que había bebido anoche, pero siempre le pasaba, un buen polvo reducía sus resacas casi hasta dejarlas en nada. El de la noche anterior había sido el mejor polvo de su vida.

Volvió a abrir los ojos y amplio aún más la curva de su perfecta y nacarada sonrisa, cuando contemplo a Alberto. Que continuaba allí frente a ella dormido y con una mano sobre una de sus enormes mamazas en forma de gota de lluvia, desbordándose por los costados como si estuvieran a punto de desprenderse del pecho.

El chaval casi imberbe dormía plácidamente, seguramente habría dormido profundamente como ella, satisfecho de haber perdido la virginidad con la musa de sus pajas. Paloma picarona levanto la sabana, para contemplar el pollón en reposo del chico. Entornando los ojos y soltando un soplido de impresión. Aún en reposo aquel era el aparato más enorme y grueso que había visto nunca. Un escalofrió de excitación recorrió su espalda, la sola contemplación de aquella polla casi tan larga y ancha como su antebrazo la estaba poniendo a cien. Debía encontrar una forma de controlar la situación, disfrutar de aquella tranca mientras el chico estuviera allí con ellos, podría hacer muchas cosas que Carlos no le permitía, pero tenía que controlarse para no volverse adicta a ella, ni que el chico se enamorase o algo. Y sobre todo sin que se diese cuenta Carlos. El cuerpo de Paloma estaba loco por aquella polla, pero la vida con Carlos era magnifica como para echarla a perder.

El chico empezó a desperezarse y Paloma le acaricio con el reverso de su delicada y suave mano.

-        ¿Buenos días fiera, como has dormido?

Dijo con su voz dulce y sexy, sin dejar de sonreír a Alberto.

-        ¡Huuummm! Me, me, mejor que nunca.

Respondió el chico soñoliento y tímido, esbozando una leve sonrisa.

-        Jajajaja ¡Ya lo puedes decir, ya! Jajajaja.

Contesto entre risas Paloma, sin dejar de acariciar al chico con el reverso su fina y femenina mano. Mientras el chico, movía instintivamente sus dedos sobre el melonazo derecho de Paloma de forma lenta y torpe, como quien toca algo que tiene prohibido tocar.

-        ¿Pu, pu, pu-puedo?

Pregunto el chico temeroso y tímido agachando la cabeza.

-        Claro que puedes cariño y más después de anoche.

Respondió Paloma con voz aniñada, esbozando una sonrisa pícara de conformidad. Al tiempo que el chico extendió toda su mano, tratando de abarcar el pechazo magnifico de Paloma de talla H de copa de sujetador, como si sopesase su perfecta redondez, conteniendo solo su preciosa areola y su pezón que empezaba a endurecerse, apretándola entre sus dedos como si la amasase.

Paloma seguía acariciando al chico con el reverso de su mano y sonriéndole con cara de satisfacción total. Mientras el chico llevado por su impulso y su deseo, alargo la otra mano y trato de sacar la otra tetaza de Paloma para magrearla también.

Paloma sonrió calladamente ante la ansiedad y la inexperiencia del chico, al tiempo que movía su cuerpo y acomodaba su globazo izquierdo, para que el chico pudieses agarrarlo con su mano y apretarlo como las yemas de sus dedos, como si fueran garras que querían moldearlos y juguetear con sus pezones. Paloma se estaba calentando mucho.

-        Alberto cariño, sabes que tenemos que ser muy cuidadosos. Carlos no puede ni siquiera sospecharlo. ¿Entiendes?

Cuestiono Paloma al chico, que empezaba a respirar aceleradamente.

-        ¡Si, si, si….!

Respondió Alberto completamente hipnotizado, sin dejar de amasar aquellas enormes ubres, perfectas, esféricas, erectas y turgentes.

-        ¡Y siempre tienes que tener muy claro, que esto es solo sexo, SOLO SEXO! ¡No te vayas a enamorar! ¿Entendido?

Inquirió Paloma con un semblante muy serio, buscando con sus ojos negros y pequeños a los ojos del chico.

-        Si, si, si….todo lo que deseo, lo que más deseo, lo que vengo deseando desde que empecé a pajearme es tener sexo, y solo sexo contigo. Dejare que me enseñes todo lo que tú quieras, hare todo lo que quieras, solo quiero comerme estas tetas y follarte Paloma, como tú quieras……y, y, y, y lo siento-to… pero no, no, no estoy enamorado de ti…..es, es, es….solo ¡Obsesión sexual! Lo siento.

Respondió cabizbajo y casi avergonzado Alberto, que sin embargo no dejaba de amasar las tetazas de Paloma.

Paloma lo miro, primeramente, de forma seria y conspicua. Luego relajo el gesto y esgrimió una ancha sonrisa, al tiempo que lanzaba un suspiro de alivio.

-        Jajajaja…..estupendo, así ambos podremos  disfrutar del sexo como locos….jajajaja.

Contesto Paloma explotando entre risas más relajada.

-        ¡Pue, pue, pue, puedo comerte las tetas…por, por favor!

Pregunto tímidamente y balbuciendo Alberto, al tiempo que se erguía en dirección a Paloma, mostrando por el hueco de las sabanas la enorme erección de su ancho y largo garrote. La sola visión lanzo una llamarada al vientre de Paloma, que empapo su raja. Tenía que poner aquella libido bajo control, se dijo a sí misma.

-        ¡Buenoooo! Un poco antes de que vaya a la ducha….el desayuno de los campeones, ¡ehhh!! Jajajaja.

Respondió Paloma con voz sexy y picara, al tiempo que se tumbaba sobre su espalda y Alberto, se abalanzaba torpemente sobre ella, agarrando y apretando con fuerza sus tetazas enormes, empezando a chupar y succionar sus pezones duros y grandes.

-        Oooooohh que suave, es tu piel, es la cosa más suave que he probado nunca, y tus tetas son el paraísooooo. Sluuurrrpp, sluuuurrpp

Exclamaba relamiéndose de placer Alberto, mientras no dejaba de succionar, y lanzar lametones a los melonazos de Paloma, mientras está cerrando los ojos, se relajaba y dejándose llevar por el placer, le acariciaba con los dedos de ambas manos el cabello moreno al chico, al tiempo que le animaba con susurros dulces y cachondos.

-        Muy bien nene, muuuuyyy bien nene, así, así mama mis pechotes, cúbrelos con tu saliva, succiona mis pezones…ooohh lo haces de fábulaaaaa…neneee.

Se retorcía de placer Paloma, moviendo la cabeza sobre la almohada con los ojos cerrados, aquello más o menos podía tenerlo bajo control, pero el chico, que se movía encima de ella, empezó a frotarla con su erección, tropezando y rozando con sus labios vaginales y con su clítoris, aquello estaba a punto de escapar del control. ¡Aquella enorme tranca la estaba enloqueciendo, tenía que parar!

-        Vaaalee, vaaaaleee neneeeee…. Por favoooorr.

Pidió Paloma fuera de sí, de deseo por Alberto, empujándole suave y dulcemente en el pecho.

-        ¡Bien, bien, lo siento, lo siento -to!

Respondió el chico irguiéndose y mirando como si hubiera hecho algo mal.

Paloma lo miro sintiéndose culpable, sus pezones estaban duros como el granito. Y sus tetazas brillaban cubiertas de la saliva ardiente de Alberto, que corría abajo por su sedosa piel, cayendo al suelo en gotitas.

Salió de debajo del chico y se puso de pie junto a la cama, completamente desnuda, adoptando una postura conciliadora, mientras se acercaba al armario.

-        No pasa nada cariño, es solo que hoy tendremos suficiente sexo y quiero que estés fresco y no agotado. Jejeje.

Sonreía risueña Paloma, caminando descalza por la habitación agitando su perfecto cuerpo moldeado entre el ejercicio y la naturaleza.  Alberto erguido sobre la cama la devoraba con la mirada, con aquella melena suya rubia beis y sedosa, aquella piel delicada como la porcelana con aquellas torneadas piernas de muslos suaves y redondeados, sus perfectas, anchas y firmes caderas, naciendo de una finísima y estrecha cintura,  que le daban a su culo una preciosa esfericidad, un culo completamente redondo con unas nalgas curvas y duras, sin un milímetro de celulitis ni piel de naranja, grande, algo increíble de perfecta forma, con aquel vientre liso, y aquellas ubres balanceándose con los movimientos de Paloma, apetitosas y enormes perfectamente redondas y turgentes con aquellos pezones erectos apuntando al centro.

-        Ooooohhh es que eres una diosa del sexo. Eres la tía más buena del universo, podría follarte una y otra vez, sin parar y nunca tendría suficiente de tu cuerpo.

Dijo Alberto en voz alta, sin titubeos y sin miedo, inspirado y extasiado por la contemplación del cuerpo irresistible de Paloma.

Paloma se quedó paralizada, mientras se cruzaba una bata blanca de seda que había sacado del armario, se giró mirando al chico, con una amplia sonrisa de satisfacción, ardiendo de deseo y de halago. Se recogió la preciosa y larga melena beis rubio en una cola con una goma del pelo. Y sonrió sin mostrar los dientes con gran satisfacción.

-        Vamos a ver cuán machote eres campeón sígueme a la ducha. Jejeje.

Salió de la habitación Paloma, diciendo esto entre sonrisas risueñas, después de haberse calzado unas delicadas babuchas rosas. Mirando de reojo, como Alberto saltaba con desesperación de la cama con una gran erección dispuesto a seguirla hasta el baño.

-        Tranquilo Alberto, cariño, confía en mí, que vas a disfrutar.

Le decía Paloma al chico, que apenas entraron en el baño, trato de abalanzarse sobre ella, metiendo sus manos entre el cruzado escote de su bata de seda blanca, masajeando y magreando sus fantásticas y enormes tetazas, esféricas y erectas, que se habían balanceado por todo el pasillo hasta el baño, desafiando a la gravedad. Le paro suavemente, separándose de él con sus manos en el pecho, al tiempo que le daba un beso en los labios y el indicaba que entrase en la ducha. Mientras ella volvía a recogerse el pelo en un precioso moño sostenido con una pinza negra para el pelo, dejando caer a sus pies su suave batín blanco de la forma más lenta y sensual posible, mostrando toda su espectacular desnudez, antes de entrar en la ducha.

Paloma abrió el agua, mientras Alberto completamente erecto con aquel pollón como un burro trataba torpemente de acariciarla, pellizcándole los pezones anormalmente grandes y erectos y las inmensas areolas.

Paloma sin dejar de sonreír se giró en dirección al chico y sosteniendo el gel de baño, volcó sobre el pecho de Alberto un buen chorro. Después le pidió con la mirada su mano, y le puso otro chorro de gel sobre la mano, dejando a continuación la botella de gel en el suelo, para empezar a enjabonarlo.

A Alberto le costó unos segundos reaccionar, y ante la sonrisa de Paloma empezó a enjabonar su cuerpo, gozando del tacto suave y maravilloso de la suavísima piel de Paloma, y concentrando sobretodo su extensión del jabón en las caderas, el magnífico culo y las insuperables tetazas de Paloma.

Mientras Paloma extendía el jabón por todo el cuerpo del chico y cuando lo hubo extendido completamente, siguió extendiéndolo como en forma de masaje con una mano, al tiempo que con la otra trataba de abarcar el increíble diámetro de aquel pollón enorme y pajearlo, frotándolo adelante y atrás, atrás y adelante.

Como la encendía, la excitaba al mil por mil, el solo contacto con aquella polla de grosor y tamaño extraordinario hacía que sus labios vaginales ardieran y se empaparan, no podía remediarlo, quería tenerla dentro.

-        Aaahhh, aaaaahh,

Gemía de placer el chico mirándola con ojos de cordero degollado, mientras ella, intentando  controlar su deseo, contestaba levemente a los besos tiernos y torpes del chico.

-        Huuuuummm, te voy a hacer tu primera cubana, que te parece cariño, te estrenas en estas tetas.

Susurro dulce y lascivamente Paloma, provocando que el chico tragase saliva, y confirmase con la cabeza, afirmando excitado, sin apartar la mirada de Paloma, mientras esta se arrodillaba frente a él, sin dejar de sonreírle con mirada picarona y lujuriosa con su cuerpo cubierto de espuma del jabón.

-        ¡Apóyate en la pared nene!

Le dijo con su voz dulce y sexy Paloma, mientras tomaba su enorme verga cubierta de espuma con los finos y cuidados dedos de su delicada mano, y tratando de abarcar su gran diámetro empezaba a pajearlo, para luego atraerlo entre sus dos enormes y esféricas tetazas de copa H, turgentes y con los pezones como piedras, de la excitación que le provocaba la sola contemplación de la venosa y palpitante estaca de Alberto.

Paloma trato de contener la pollaza de Alberto sobre su canalillo y entre sus suaves y redondas mamazas, recorridas por sexys venas que conducián sus terminaciones nerviosas hasta sus hipersensibles pezones, pero sus extraordinarios y fuera de serie melones nunca habían engullido una tranca de aquel tamaño, con su raja empapada y ardiendo de deseo, Paloma logro contener el pollón del chico, y agarrando sus globazos por los laterales con sus delicados y femeninos dedos como si fueran garras, empezó a agitarlas, friccionando la pollaza del chaval con la suave y sedosa piel de su canalillo y sus esféricas tetazas, moviéndolas a la vez arriba y abajo, abajo y arriba.

-        Oooooohhhh, ooooooohhhhh, es un sueñoooooo, es mejoooorrr de lo que nunca pude imaginarmeeee, aaaaaaaaahhhh.

Gemía de placer Alberto con el cuerpo tensionado, apoyado contra la pared de la ducha, haciendo fuerza con las manos sobre la misma, cerrando los ojos y tirando la cabeza hacia atrás, a la vez que abría mucho la boca para gemir, mientras el chorro de la ducha caía placidamente junto a ellos.

El prepucio palpitante de Alberto sobresalía violentamente de las mamazas de Paloma golpeando su barbilla, en cada sacudida de sus tetas arriba y abajo, abajo y arriba, que ella acompañaba moviendo su cuerpo al mismo ritmo. Paloma nunca había tenido que apretar tanto sus inmensos y maravillosos globos alrededor de una polla a la hora de hacerle una buena cubana, y gracias al jabón de sus cuerpos el ritmo era frenético y maravilloso. Aquello hacia enloquecer de deseo a Paloma, que recibía con placer los golpes en su barbilla, al tiempo que abría la boca y los ojos mucho en una expresión de mayúscula sorpresa. Con gusto abría devorado aquel prepucio cada vez que asomaba entre sus tetas si no hubiera estado cubierto de jabón.

-        ¡Oooooohhhh, ooooooohhhh, ah, ah, ah, ah…… no existeeee nadaaaa mejooor que tuuuss tetass….. Palomaaa, aaahhhh! Sigueee, sigueee, sigueee

Gemía cerca del éxtasis, el chico jadeando y hablando con su voz tímida y temblorosa.

Paloma que lo vio tan cerca del climax, libero su vergaza ardiente y palpitante de entre sus tetazas, para sorpresa y desesperación del chico, se mordió lujuriosamente el labio inferior y sin dejar de mirar a Alberto le guiño un ojo, mientras se pellizcaba hacia adelante sus pezones violentamente para que además de duros se pusieran en punta como dos flechas.

-        ¡Tranquilo nene, que ahora bien la traca final, jejeje!

Dijo Paloma tranquilizando a Alberto, el cual volvió a tragar saliva cuando está juntando sus gigantescos y turgentes melones, empezó a frotar el glande de su erecta polla como una lanza, arriba y abajo, abajo y arriba, alternativamente con cada uno de sus grandes y erectos pezones, ferozmente.

-        ¡Oooooohhhhh, ooooooohhhhh estoyyyy en el cieloooooooo!

Exclamo el chico entre aullidos de placer abriendo mucho los ojos y tensionando su cuerpo al máximo, con su pollaza más erecta de lo que estuvo nunca en su vida.

-        Aaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

El muchacho estallo en un grito al tiempo que se corría, y Paloma sentía en la piel de sus pezones el increíble calor de la pollaza de Alberto, que se contraía violentamente, haciendo que ella aumentase el ritmo de la fricción, en el momento que una primera ráfaga de la leche cremosa y ardiente de Alberto le cruzaba la cara y le obligaba a cerrar los ojos, sin dejar de aumentar el ritmo salvaje de la fricción de pezones. Al tiempo que instintivamente abría su boca y recibía una segunda y potente ráfaga de semen, que le entraba directamente en la boca y le alcanzaba la garganta, hasta tres ráfagas más de la simiente del chico recibió y una tercera volvió a untarle la cara, una cuarta le baño la piel de cuello y una quinta le alcanzo un hombro.

Entonces dejo de frotar al chico con sus pezones que estaban como piedras, y pajeandole con una mano le ayudo a hacer salir el resto de su eyaculación, mientras con la otra mano le masajeaba los testículos.

-        Huuuummm que ricaaaa, la primera lechita de la mañana, cremosa y caliente como a mí me gusta.

Dijo Paloma a Alberto, con voz dulce y viciosa, poniéndose de pie, a la vez que con su fino dedo índice recogía la corrida que se había extendido con su cara y se la llevaba a la boca relamiéndose. Mientras el chico tímidamente la contemplaba con mirada de adoración.

Apenas se limpió los restos de semen de su cuerpo Paloma, el chico volvió a sobarla torpemente, poniéndola a mil y mientras, Alberto volvía a tener una fuerte erección. Por lo que Paloma entre besos dulces, le rogo que se desenjabonase y se fuera a cambiar, mientras ella acababa de ducharse, y se arreglaba o podían pasarse todo el fin de semana en la ducha.

Que cachonda estaba, que fuerte necesidad tenía de volver a sentir aquel enorme pollón dentro de sí, sentía Paloma mientras se extendía cremas sobre su tersa y suave piel, su vientre plano natural, sus divinas y anchas caderas tras una cintura de avispa, sus tetazas que estaban erectas y firmes como dos misiles en su suavidad y turgencia. Y su magnífico culazo enorme, redondo y perfecto, sin un milímetro de celulitis, ni piel de naranja. Nalgazas, que se palmeo al tiempo que se mordía el labio inferior, dando rienda suelta a su lujuria contenida.

Paloma apareció en la cocina, limpia y radiante, con la raya de los ojos dibujada y las pestañas perfectamente rizadas por el rimmel, un ligero toque de colorete en sus preciosas y redondeadas mejillas y unos labios perfilados de carmín rosa intenso, su preciosa y brillante melena rubia beige recogida en una coleta. Vistiendo un pijama compuesto de un short de algodón rosa ajustado a su inmenso y firme culo de piedra y una de sus espectaculares y sexys camisetas blancas de tirantes finos, que apenas le cubrían los hombros y donde las enormes mamazas de Paloma ajustadas al escote redondeado, erectas y turgentes parecían que iban a hacer explotar la tela, y que tanto excitaban y enloquecían a Alberto y que habían hecho que no supiera como disimular su brutal deseo todo este tiempo.

El chico vestido con su pijama de pantalón largo y camiseta de manga corta, la miraba con adoración, siguiéndola con los ojos por toda la cocina mientras ella trasteaba, preparando el almuerzo.

-        ¡Venga ayúdame a poner la mesa y deja de mirarme embobado, jajajaja!

Le dijo Paloma picarona a Alberto.

El chico se levantó torpemente, de nuevo erecto ante la sola presencia de Paloma moviendo sus divinas curvas y dejando su aroma de hembra cachonda a su alrededor. Paloma rozaba su cuerpo con el del chico, chocando a propósito para aumentar la excitación propia y la de Alberto, al cual se le caían las cosas, entre tembleques de excitación, ante las risas picaronas de Paloma, que le miraba sonriendo con su perfecta y blanca sonrisa, agachándose a recoger lo que caía, mientras le llamaba dulcemente “torpe”, contemplando como el chico seguía obsesionado y excitado por sus enormes melones perfectamente esféricos, recorridos de venas hasta sus preciosos y grandes pezones, los cuales él miraba fijamente, balanceándose a través de su escote redondo, mientras ella en cuclillas frente a él, recogía lo que se le había caído. Sintiendo como la excitación recorría su estómago hasta su raja.

-        ¡Venga, vamos a comer ya, cariño, que ya habrá tiempo para esa otra clase de comida! Jajajaja

Dijo Paloma riendo risueña, levantándose y dirigiéndose a la mesa, mientras Alberto, torpemente le manoseaba el culo y los perfectos muslos, jadeando de deseo.

Sentados los dos a la mesa, desayunaron fuerte era ya casi mediodía.

Alberto, a pesar de haber gozado de la musa de sus pajas, no dejaba de mirarla con hambre y deseo, quizás con más que antes. A sus dieciséis años estaba viendo un sueño, habiendo perdido la virginidad con aquella diosa despampanante y la olla de hormonas que era, le pedía gozar de ella, más y más.

A Paloma le encantaba esa sensación de dominio y de encandilamiento de Alberto hacia ella, con aquel enorme pollón extra grueso, como ninguno de los que había gozado en su vida. Ella comía y bebía devolviéndole sonrisas y miradas lascivas  y picaronas, con aquel rostro normalito de perra cachonda. Mientras al chico le costaba tragar saliva, controlándose para no saltar sobre ella.

-        Venga vamos a recoger y nos preparamos para salir. Tengo ganas de hacer cosas contigo que no puedo hacer con Carlos….huuuuummm (gimió sexy mordiéndose y juntando los labios a la vez)… sabes soy muy exhibicionista, me excita saber que alguien me está mirando, me corro más y mejor, si estoy excitada….jajaja.

Comento Paloma levantándose de la mesa y llevando algunos platos al fregadero.

-        ¿Que qué vamos a hacer, dónde vamos?

Pregunto curioso Alberto.

-        Vamos a un parque en la otra punta de la ciudad, un parque donde van las parejas a tener sexo y que siempre está lleno de mirones. Pero con Carlos ha sido imposible, no le gusta eso de que lo miren a él, o a su mujercita, le incomoda y no se le levanta, al capullo.

Dijo con desdén Paloma, agitando su cabeza y moviendo sensualmente en el aire su preciosa coleta.

-        Primero debería mandar un e-mail, Paloma, nada, 10 minutos entre mandar el e-mail y cambiarme. Es para retrasar mi parte del trabajo que te dije ayer, que tenía que hacer para el lunes, puedo hacerlo mañana por la tarde.

Contesto el chico imberbe temeroso por si contrariaba a su espectacular amante, y esta no quería tener más sexo con ella.

-        Tranquilo, nene, ves a escribir ese e-mail, relájate tenemos tiempo para ir al parque…muuuuaccc.

Le contesto dulcemente Paloma, dándole un amoroso y sonoro beso en los labios.

-        Vale, no tardare nada.

Contesto Alberto, con los ojos iluminados.

-        Tomate tu tiempo, cariño, yo recogeré esto y tomare algo de fresco en el balcón.

Paloma recogió el desayuno y se dirigió al balcón de la galería interior a tomar algo de fresco. Llevaba sus babuchas de angorina rosas, que dejaban a la vista sus preciosos talones. Se apoyó en la baranda del balcón de enrejada baranda, con sus brazos por delante apretando involuntariamente sus enormes globazos, haciéndolos resaltar entre el escote redondeado de su camiseta de tirantes. Se colocó la preciosa coleta de su melena rubio beige hacía delante de forma muy sexy, y miro hacia la izquierda.

Allí enfrente contemplándola en su pijama de short rosa de tela ajustado a su enorme, redondo y perfecto culazo sin rastros de celulitis y ni de piel de naranja, con los enormes pezones de sus tetazas inmensas marcados en la fina camiseta blanca de tirantes, estaba don Ramón babeando con la boca abierta ante su esplendorosa presencia allí enfrente.

-        Hola don Ramón, ¿Cómo lleva la mañana?

Pregunto con su voz dulce y femenina, sonriendo al vecino despreocupadamente como si tal cosa.

Don Ramón era un vecino calvo, con gafas y papada de unos cincuenta y muchos años, y un escaso metro setenta de altura, algo fondón. Estaba casado con doña Margarita, una mujer de la misma edad, pecho plano, peinados rancios con medias melenas rizadas, y teñidas de rojos chillones, paticorta, con gafas y más bien feílla.

Desde el primer momento en que Carlos y Paloma aparecieron por el edificio, pudieron comprobar la grata impresión que Paloma causaba en don Ramón, como en todos los machos sanos con los que se cruzaban. Don Ramón se revolvía incomodo, con ojos de cordero degollado y sonrisas nerviosas, acompañadas de respuestas sin demasiada atención, y cuando Paloma no lo miraba directamente, por el rabillo del ojo podía contemplar el hambre de ella, que tenía el cincuentón.

Carlos también se daba cuenta de todo y no le hacía ninguna gracia, la forma en la que aquel cincuentón devoraba a su mujer con los ojos, siempre que se encontraban. Pero quién de verdad estaba molesta con aquella vecindad y no dudaba en manifestarlo y ponerse de lo más estúpida y repelente era doña Margarita. Poniéndole siempre cara de culo a Paloma, allí donde se la encontrase y poniéndose totalmente desagradable con ella sin venir a cuento.

Pero a Paloma le encantaba desde siempre ser una calienta pollas. Excitar a los hombres le encendía la libido y la ponía a cien.

Además, había visto que a pesar de las sonoras broncas que le echaba su mujer, por la manera en que la miraba y deseaba. El cincuentón la espiaba desde su casa con unos prismáticos, cuando ella se movía con su ropa cómoda por el salón de su casa, desde un cuarto que el maduro gastaba en forma de despacho para sus hobbies, como ella lo había descubierto un par de veces que había sido indiscreto a través de las cortinillas de su despachito, el viejo había ideado una especie de periscopio camuflado,  del que podía dirigir los cristales para tener una mejor visión de Paloma, cuando esta estaba en las baldosas cercanas al ventanal interior. Paloma se había dado cuenta enseguida, pero se había hecho la loca, sonriendo para su interior.

Por supuesto no le había dicho nada a Carlos, se podría montar la de Dios. Pero lo que si hacía era pasearse cerca del ventanal con sus mallas y leggings ajustadísimos, como una segunda piel para cada una de sus nalgas grandes perfectas y respingonas, con sus tops divinos con sus tetas enfundadas en sus enormes y maravillosos wonderbras, o sus camisetas de tirantes de generosos escotes, para deleitar al cincuentón.

Así que allí estaba el calvorota, contemplándola como ella sabía que Carlos nunca la dejaría salir al balcón, estaba al borde el éxtasis.

-        Si, si, Paloma, ¡Buenos, buenos, muy buenos días!

Respondió el cincuentón bobaliconamente.

-        Parece que hace un buen día habrá que salir a disfrutarlo, ¿no?

Contesto Paloma con voz dulce y sexy, sin dejar de sonreír sensualmente al hombre que la contemplaba sudoroso deleitándose.

-        ¡Ramooooón tira para dentroooo!

Se oyó en un estallido, la voz chillona de doña Margarita.

Una expresión de pánico se apodero del rostro del cincuentón.

-        Voy, voy, voy Margarita.

Respondió el calvorota apresurándose a entrar.

Presentándose en el balcón ante Paloma, la vecina, Margarita.

-        Buenos días doña Margarita.

Saludo con su voz dulce y una preciosa sonrisa Paloma.

-        ¿Menos buenos, querida y más ropita no? Que no hace aún tan buen tiempo, para ir exhibiéndose así ante el vecindario, ¡Como una fresca cualquiera!

Contesto amargada y ofensiva la cincuentona fea.

-        ¿Perdone???? ¿Me está llamando fresca???

Respondió molesta y cabreada Paloma.

-        ¡Pues a ver que te voy a decir bonita!!!! ¡Presentándote así, de esta manera en el balcón ante todos los vecinos, el siguiente paso es salir desnuda! Demasiado moderna eres tú, me parece.

Contesto autoritaria la fea amargada.

-        ¡Me va usted a decir, como debo vestirme en mi propia casa, desgraciada y vieja amargada!

Contesto altanera y brava Paloma subiendo la voz.

-        Vamos Margarita entra en casa y no montemos un número.

Suplicaba por detrás don Ramón.

-        Tú en tu casa te puedes vestir como te salga del coño, bonita, pero esto es el balcón de la galería de los vecinos, no un escaparate de barrio rojo, y vieja lo será tu madre.

Replico la vieja agresivamente.

-        Vieja y amargada, plana como el sueño de un carpintero y con el aspecto de un loro. Usted doña Margarita en un barrio rojo, solo serviría para que la gente vomitase ante su contemplación. Y me marcho, porque no quiero montar un escándalo. ¡Que le den!

Contesto Paloma fuera de sí, cabreadísima. Cerrando de un golpe la puerta del balcón de la galería.

-        ¡Putón, que eres un putón verbenero, eso es lo que tú eres!

Replicaba doña Margarita histérica, mientras don Ramón tirando de un brazo la metía en la casa, rogándole.

-        Vamos, Margarita vamos….no des el espectáculo.

Paloma se apoyó en la puerta cerrada por dentro y respiro hondo, intentando calmarse, la vieja fea de mierda, pues no la había tratado de puta. Respiraba más profundamente mientras podía distinguir claramente, como la mujer le echaba un puro enorme a su marido, echándole la culpa de todo. Para a continuación decirle, que se iba a casa de su madre y que volvería en un rato, que esperaba encontrarse la casa como los chorros del oro, su compensación por sus actividades mujeriegas con la puta de la vecina, dijo tras lo que se oyó un portazo.

Paloma observo entre el visillo del ventanal del salón como, la cincuentona salía con ademán violento y enfadado de su casa y cogía el ascensor. Corrió el visillo hasta los extremos y por el rabillo del ojo, observo como los cristales del periscopio del despachito de don Ramón se movían.

-        ¡Madre mía, que ha sido todo ese jaleo!

Dijo Alberto sorprendido al entrar en el salón.

Una idea maliciosa y excitante atravesó la mente Paloma. Tal vez por la discusión y por la excitación contenida desde el despertar, Paloma estaba ardiendo, y notaba su raja empapada.

Se acercó a Alberto, poniendo morritos, y al tiempo que le besaba, le acaricio la entrepierna con su sus finos y delicados dedos.

-        Ya no aguanto más nene, necesito sentir tu enorme polla dentro de mí. ¡Ahora mismo!

Le susurro Paloma al oído a Alberto con voz de perra lasciva, mientras le lanzaba un vicioso lengüetazo debajo de la oreja, sin dejar de frotar el enorme rabo de Alberto, que empezaba a tomar forma, mientras el chico, cerraba los ojos y empezaba a suspirar de placer.

-        ¡Si, si, si…quiero follarteeee….siiii!

Respondió el chico jadeante.

-        Desnúdate y ven a sentarte en el sillón junto al ventanal, quiero darte un buen espectáculo y ver como crecer tu enorme y maravillosa verga.

El chico se desnudó como un rayo, sin dejar de jadear ansioso, y con su polla balanceándose como una gruesa cola, se sentó en el sillón frente a Paloma, a la cual no le había quitado la vista de encima en ningún momento y que le sonreía llena de lujuria, como una loba ante su presa.

El chico se acomodó, agarrando su enorme y gruesa polla con su mano derecha y empezando a pajearse lentamente arriba y abajo.

Paloma miro por el rabillo del ojo y comprobó el reflejo de los cristales del periscopio, desde el despachito de don Ramón. Así que, con las cortinillas medio corridas, de forma que no se viera a Alberto, pero que Paloma quedase en primer plano, apoyo su Smartphone, poniendo un álbum de jazz sensual y moderno, se deshizo de sus babuchas rosas, y descalza comenzó a bailar lenta y sensualmente, dejando que la música fluyese en su cabeza y aumentase su calentura, moviendo la inmensa esfera perfecta de su culo, firme y suave, balanceando sus anchas caderas sobre su estrecha cintura de avispa. Al tiempo que subía sus sexys y delicadas manos y cogía sus enormes globazos, como si los sopesase y los ofreciese al adolescente de enorme tranca.

Se contoneaba subiendo y bajando todo su cuerpo, alzaba sus preciosas y finas piernas, se acariciaba sensualmente sus suaves y sedosos muslos turgentes y perfectos, y se palmeaba con la mano abierta lascivamente las nalgas, dando su mejor plano al ventanal, mientras Alberto, embobado no dejaba de pajearse lentamente ante la contemplación de su diosa bailando para él solo.

Paloma se soltó de forma muy sexy y desafiante la coleta, moviendo la cabeza de forma sensual, para acomodarse la melena sin dejar de bailar lenta y lujuriosamente, los reflejos enloquecidos del periscopio de don Ramón bailaban en el rabillo de su ojo.

Entonces empezó a jugar con su camiseta de tirantes, dejando caer, primero un tirante, luego otro y volviéndoselos a subir, lentamente excitando al adolescente y seguramente al cincuentón calvorota también. Al final se dejó los tirantes caídos por debajo de sus brazos y tomando la camiseta desde los extremos inferiores, se la saco por arriba muy lentamente, dejando aparecer a cámara lenta, sus enormes, esféricas y turgentes mamazas de talla de copa H, erectas y firmes, en su enormidad desafiando a la gravedad y desbordándose por el costado en forma de gota de lluvia. Para deleite de Alberto y de los ojos que la contemplaban por el periscopio.

Después sin dejar de bailar como una stripper tomándolas desde abajo, abriendo su mano en forma de garra, empezó a apretarlas, como si quisiera amasarlas ofreciendo un plano frontal de al menos 10 segundos al exterior desde el ventanal, apretando y estirando sus inmensos y apetitosos pezones.

Después volvió a mirar hacia Alberto y empezó a bajarse el short rosa, de forma muy lenta y sexy, sin dejar de bailar, subiendo y bajando su cuerpo, manteniendo todo su plano lateral hacia el ventanal y el periscopio de don Ramón, agitando sus tetazas arriba y abajo, enloqueciendo con ello al chico que no dejaba de jadear y que había dejado de masturbarse, con su enorme y grueso pollón casi del tamaño del antebrazo de un hombre, erecto palpitando ante la escena de aquella diosa del sexo, que bailaba y se desnudaba ante él.

Paloma se sacó el short, que estaba empapado en sus fluidos, y lo arrojo contra el ventanal, para a continuación alzar su pierna y lanzarse un palmetazo en su enorme y marmoleo culazo a mano abierta, al tiempo que se mordía el labio inferior.

Paloma, controlando el espacio para que no quedase al descubierto el rostro de Alberto a través del ventanal, se acercó al muchacho sonriendo e indicándole que acercase el sillón, señalándole donde debía parar y mirando de refilón, para asegurarse de que el periscopio de don Ramón tenía un magnifico primer plano, de la polla de Alberto.

Su raja goteaba de lo caliente, que estaba, lanzo una de sus miradas de zorra lasciva al pollón, y se arrodillo ante él como si quisiera adorarlo. Lo tomo con sus preciosos y finos dedos de la mano derecha y empezó a lanzarle lengüetazos por todo el tronco hasta alcanzar su glande, donde se concentraba jugueteando con su lengua y lanzándole lengüetazos cortos e intensos.

-        ¡Aaaaaahhhhhh…..oooooohhhhh……Diioooooosss….es un sueñoooooo!

Se retorcía de placer el adolescente, cerrando los ojos y tirando la cabeza hacía atrás, aferrándose a los brazos del sillón.

Paloma se acomodó sexy y sensualmente su preciosa y sedosa melena rubia beige tras sus orejitas y abriendo su boca al máximo, se tragó la punta de pollón de Alberto, ajustando sus labios y bombeando adelante y atrás, atrás y adelante sobre el pollón del chico, mientras con su mano libre se masajeaba el clítoris lentamente, notando el ardor de su raja.

-        Ooooooouuuuuuhhhhhhhhhhhhh!

Aullaba de placer el adolescente, que instintivamente tomo la cabeza de Paloma entre las manos y empezó a bombear en su boca, intentando meterle su enorme trancaza provocando, numerosas y paulatinas arcadas en la mujer. A Paloma le encantaba sentir su boca llena hasta la arcada de la tranca del chico, pero a pesar de ello, separo las manos del chico de su cabeza, dulce pero decididamente, saco el pollazo del chico de su boca, lanzándole unos últimos lengüetazos al glande y se puso de pie, juntando las piernas al adolescente  y colocándose entre ellas, cogió con ambas manos la gruesa verga de Alberto y la coloco entre sus labios vaginales, como si fuese el lomo de un caballo que fuera a cabalgar, y sosteniéndola así, empezó a balancearse adelante y atrás, atrás y adelante, frotando brutalmente su clítoris contra aquella inerte y ardiente estaca. Mientras el chico con las manos en garra amasaba sus suaves, firmes y perfectas nalgas.

-        Oooooooohhhh, esta pollaa me vuelve locaaaaaa, es, es, es, aaahhhhh, lo mejor que me ha pasado nunca.

Relinchaba de placer Paloma, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás, sintiendo arder y palpitar su clítoris, como nunca antes lo había hecho.

-        ¡¡¡Aaaaaahhhhh, siiiiiiii, eres mi diooooosaaaaa del sexoooooooooo!!!!

Jadeaba de placer el chico.

-        ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaahhhh, tu polllllaaaaaaa, solo tu pollaaaaaaa, es miaaaaaaaa, aaaaaaaahhhh!

Gritaba histérica de placer Paloma, agitando todo su cuerpo adelante y atrás, atrás y adelante, frotándose sobre el pollón del chico, balanceando salvajemente sus enormes tetazas turgentes arriba y abajo, abajo y arriba, dando un espectáculo bestialmente lujurioso a los ojos que la examinaban desde el periscopio, a la vez que se acomodaba su preciosa melena rubia beige, moviendo su cabeza al compás de la cabalgada, dándole al periscopio de don Ramón una completa escena sexual inolvidable. Durante al menos cuatro inmensos minutos de placer más.

-        ¡¡¡Oh, oh, oh, oh, neneeeeeee, ooooooooohhhh!

Empezó a jadear y a tensarse de placer Paloma, estirando su firme vientre y todo su cuerpo, y lanzando ráfagas reiteradas de corrida clitoriana, que salía como una fuente de su raja, y bañaba el pecho del adolescente, en  un primer plano perfecto para el ventanal, mientras el chico, le mordía lujuriosamente el hombro y le amasaba las tetazas en forma de garra desde abajo, justo antes de que Paloma, extasiada se enredase con él en un apasionado beso francés.

-        ¡¡¡¡Huuuuummmm…..eres lo mejor que me ha pasado, cariño, muuuaaacc!

Dijo Paloma sin dejar de morrearse con Alberto, al tiempo que podía leer en sus ojos su necesidad y su lujuria insatisfecha.

-        No te muevas nene, que lo voy a hacer yo todo… cariño, te lo has más que ganado.

Expuso Paloma con su voz dulce y sexy, sin abandonar su posición entre las piernas del adolescente, abrió sus piernas y coloco la punta ardiente y palpitante de la vergaza gruesa del chico entre los labios de su raja y apoyándose en las rodillas de él, se la introdujo lentamente.

-        ¡¡¡¡Oooooooooohhhh… no me cansooooo de sentirlaaaaaaaa!!!

Exclamo llena de lujuria y deseo Paloma, abriendo mucho la boca, y cerrando los ojos en una expresión demacrada de placer. Para a continuación empezar a bombear arriba y abajo, abajo y arriba, sobre el enorme pollazo de Alberto, retorciéndose de placer al sentir como sus paredes se ensanchaban con la polla más enorme que nunca le había perforado.

-        ¡¡Aaaaahhhhh, siiiiiiiiii, lo haces tan bieeeeeennn, me exprimes tan bieeeeennn……aaaahhh!!

Gemía el chico, jadeando de placer y tirando la cabeza hacia atrás. Mientras Paloma empezaba el bombeo salvaje y violento arriba y abajo, abajo y arriba, apoyándose en sus rodillas y moviendo en semicírculos hacia la derecha primero y después hacia la izquierda sus caderas acompasadamente con el bombeo, agitando sus hermosas y esféricas tetazas en todas direcciones, sin parar durante más de cinco minutos, aumentando y bajando la intensidad del bombeo.

-        ¡¡¡Ooooooohhh Diioooooos, siiiiiiiii!

Gritaba de placer retorciéndose el chico, que, guiado por el instinto, se aferró a los enormes globazos de Paloma, amasándolos y pellizcando sus enormes pezones que estaban duros como el granito, multiplicando aún más la excitación de Paloma, especialmente sensibles en aquellas terminaciones nerviosas. Al tiempo que, acompasaba aún más el bombeo de Paloma aumentando su intensidad.

-        ¡Siiiiiii, siiiiiiii, Neneeeeeeeee, eres un diooooooooossss, me corrrrroooooo!

Estallo en un enorme orgasmo vaginal Paloma. Retorciéndose y tensionando su cuerpo.

-        ¡¡¡¡Ooooohhhh, como me ordeñaaaasss, voy a corrermeeee tambieeeeeén!!!

Alerto entre gemidos Alberto.

-        ¡No cariño, dentro no, en mi cara y en mis tetas!

Exclamo autoritaria con su voz sexy Paloma, que quería dar un espectáculo completo a su voyeur vecino, al tiempo que se sacaba la pollaza de Alberto de su interior y se ponía de rodillas frente a él estratégicamente, para darle al ventanal su mejor plano.

El chico solo necesito sacudírsela un par de veces, para estallar como una manguera sobre Paloma que de rodillas abría su boca completamente, mientras cerraba sus ojos y ofrecía al semen del adolescente sus enormes y turgentes tetazas de talla de copa H, sosteniéndolas con sus delicadas manos por abajo. Y recibiendo una cálida y pegajosa ráfaga detrás de otra, lanzando una al interior de su garganta con increíble pericia y cubriendo con el resto de ráfagas toda la superficie esférica de sus turgentes y firmes mamazas en forma de gota de lluvia inmensa.

Así totalmente desnuda y cubiertos sus pechazos de la leche cálida de Alberto, se giró hacia el ventanal presentándole al periscopio de don Ramón un plano frontal total, al tiempo que lentamente se pasaba la punta de la lengua por sus labios, justo antes de llevarse los pezones cubiertos de semen del muchacho a la boca y chuparlos y morderlos lujuriosamente, bebiéndose así toda la leche del adolescente. Mientras disfrutaba, pensando en el espectáculo impresionante que le habría dado al vicioso mirón y cincuentón de su vecino, y como revancha a la vieja bruja fea y amargada.

La verdad era, que Paloma nunca había estado tan lujuriosa y cachonda en toda su vida como desde que había descubierto la polla increíble y gruesa de Alberto. Solo tenía que ganas de tener sexo ¡Aquel pene era un milagro!

Con el semblante serio y concentrado, con la mirada velada por unas gafas de sol de grandes esferas, Paloma conducía el coche en dirección al parque donde llevaba a Alberto, un parque al que Carlos siempre se había negado a ir para tener sexo, ya que era conocido por ser el parque de los Voyeurs, que rondaban por el parque buscando ver a las parejas y autosatisfacerse, esa fantasía enloquecía a Paloma, desde siempre ser contemplada mientras follaba, mirar como otros hombres alcanzaban el cenit de su lujuria y se corrían abundantemente, mientras sus enormes y turgentes globazos se balanceaban violentamente y su amante la embestía ferozmente hasta hacerla correrse, al tiempo que ella contemplaba extasiada por el doble placer a aquellos voyeurs con la mirada lasciva llena de promiscuidad.

Su vientre ardía solo de pensarlo y la punta de su lengua repasaba suave y cálidamente sus labios, mientras emitía gemidos sordos camino del parque, sin que Alberto introvertido, callado e inseguro dijera nada, con una expresión en su cara entre la de un niño que va a ser castigado y la de un niño que va a ser sorprendido.

Aparcaron y se dirigieron al parque, era mediodía, Paloma tomo con su suave, femenina y delicado mano la mano de Alberto y le sonrió para que se destensase y cogiese confianza.

Paseaban como dos novios por el parque, Paloma llevaba sus gafas de sol grandes que le ocultaban sus pequeños ojos negros de largas pestañas y raya pintada, a pesar de sus mejillas preciosas redondas y sonrojadas con algo de colorete y sus labios carnosos pintados de carmín rojo pasión tenía un rostro normal. Pero su cuerpo era un sueño, sus torneadas piernas y sus perfectas y anchas caderas le daban a su culo respingón una preciosa esfericidad, destacando un culo completamente redondo con unas nalgas curvas y duras, algo increíble con aquel estomago liso y aquella cinturita de avispa, y para redondear aquellas ubres apetitosas, enormes, inertes y turgentes.

Un cuerpazo de diosa del porno que su ropa resaltaba, se había puesto unos leggins ajustadísimos color azul pastel, que parecían una segunda piel, y que trazaban perfectamente la circunferencia firme como de mármol de sus nalgas grandes y perfectas,  separando cada una de ellas, agitándolas a cada paso, arriba y abajo, abajo y arriba, realzadas por unas deportivas de tacón, que hacía que todas las miradas masculinas se dirigieran a su perfecto culazo, en la parte superior un top ajustado rojo pasión con escote redondo donde sus enormes melonazos, encorsetados en un wonderbra deportivo de copa H asomaban en toda su redondez, expuestos a todos los ojos del parque, al llevar abierta la chaqueta de falso cuero fucsia que la vestía por encima, y que resaltaban tanto que parecía un número nueve con cabeza.

A veces un flash de conciencia y de vergüenza atravesaba la mente de Paloma, siempre había sido una exhibicionista, su excitación y sus orgasmos siempre habían sido estimulantes y enormes, cuando lo había hecho en algún lugar donde podía ser observada, con parejas anteriores a Carlos, había podido dar rienda suelta a su vena exhibicionista con moderación, pero con Carlos aquello se había cortado de raíz.

De manera que se había imaginado miles de veces observada, en miles de lugares, era una fantasía que hasta soñaba y se levantaba empapada. Cuando Marisa le conto entre risas lo de aquel parque, la idea le persiguió de manera recurrente durante mucho tiempo, frustrándola amargamente, al saber que jamás convencería a Carlos de ir al parque un anochecer a exponer un poco, alguna vez que lo intento solo recibió un rotundo no por respuesta.

Pero exponerse así de aquella manera en plena medio día, aquello era llevar su fantasía al máximo nivel, solo que era la hora de comer reducía la exposición, que aún y así era máxima, y así quería Paloma que fuera, totalmente fuera de sí, con su vientre convertido en un volcán, y su mente cegada por la lujuria, que la enorme, ancha y larga tranca de Alberto había provocado en ella, estaba enloquecida por cumplir todas sus fantasías con aquella joven y vigorosa polla, aquel milagro único.

Así de esta manera, sonriendo maliciosa y lujuriosamente a todos los viandantes del parque, agitando su preciosa, brillante y sedosa melena rubia beige, Paloma oteaba en el parque buscando el lugar preciso para realizar su lujuriosa y viciosa fantasía.

A su izquierda divisó un pequeño montículo, alejado por un camino en espiral de la senda principal del parque, en el centro del montículo entre unos setos bajos había un gran árbol con una enorme copa. Paloma se relamió excitada, se subió las gafas de sol apartándose el cabello de su frente como si fueran una diadema para el pelo y cogió con firmeza la mano de Alberto arrastrándolo hasta allí.

-        ¡Aquel lugar será perfecto!

Exclamo risueña y cachonda Paloma, mientras por el rabillo del ojo veía, como les seguía un hombre, que los había acompañado desde que entraron en el parque, de mediana edad calvo con pelo en los lados de la cabeza, regordete con papada, vistiendo un chándal cutre. La raja de Paloma ardía por momentos.

-        ¡Vamos, vamos nene, no estas cachondo….huuuummmm….dime que no deseas, este cuerpo, cariño….huuuummm, dime….!

Susurraba Paloma a Alberto lascivamente, como una zorra en celo, tomando sus manos y colocándolas sobre sus tetazas, que el chico empezó a amasar instintivamente, mirando a ambos lados del lugar con cara de preocupación, con su espalda contra el tronco del árbol.

-        ¡Pe, Pe, Pe, Pero, pero, pero, pero….Paloma, Paloma, Paloma aquí estamos muy expuestos….pue, pue, pue, puede vernos todo el mundo, todo el mundo!

Decía algo asustado, nervioso e inseguro Alberto, mirando a todas partes incómodo.

-        Uuuuuhhhhh siiiii, nene, siiii…..justamente eso es lo que me hace ardeerr……uuuuuhhhh estoy empapada solo de pensarlo……no me seas estúpido remilgado como Carlos….uuuuuuhhhh estoy ardiendo Alberto, vamos, vamos déjame sentir tu tranca dura y venosa, palpitando caliente, vamos ,vamooooossss, nene que estoy ardiendo y húmeda como nunca en mi vida…uuuuuuhhh….vamooooos, vamooooss neneeee, no me seeaass mojigatooo, por favoooorr.

Exclamaba suplicante y encendida de lujuria Paloma, mientras mordiéndose el labio inferior palpaba ansiosa y nerviosa la entrepierna de Alberto, el cual con la espalda contra el árbol sudoroso y nervioso, no dejaba de mirar alrededor con los ojos desorbitados.

-        Yooo, yoooo, yooo….ya, yaaa, yaaa….perooo, yaaa, es queee,es queeee es pleno mediodiaaa, aquiiiii nos puede ver to, to, to, todo el mundo…

Respondió tartamudeando y tragando saliva Alberto, sin dejar de mirar a todas partes observando los visitantes del parque con preocupación.

-        ¡Vengaaaa neneeeee……nooooo me digaaass, que no tienes ganas de comerte este par de jugosooos meloneees, de poseeerr este culooooo duro y turgenteee….vengaaaa Albertoooo, cariñoooooo…..follaaaaameee, foooollameeee….y no te preocuupeeesss de la genteeee…..vammoooooosss neneee, vamooooos, nunca he estadooo más calienteeee en mi vidaaaa……uuuhhhh, vengaaaaahhh!

Susurraba lasciva Paloma poniendo morritos, mientras se sacaba de un solo movimiento la chaqueta de falso cuero fucsia, dejándola caer al suelo y con sus suaves y preciosas manos, tomaba por la parte de abajo sus enormes y redondas tetazas de copa H por encima del ajustado top rojo y se las ofrecía Alberto, elevándolas por la redondez del escote como dos inmensos frutos maduros, haciendo que Alberto asombrado fijase su mirada en ellos.

-        ¡¡Huuuummm, parece que tu enorme verga se está empezando a poner duraaa…uuuuhhhh, si, si, siiiiiii!!! Así,asiiii déjate llevar nene, sin preocupación déjate llevaaarr.

Exclamaba jadeante Paloma, mordisqueándose el labio inferior y pasándose la punta de la lengua por su carnoso labio superior, al tiempo que con sus delicados dedos y sus perfectas y bien cuidadas uñas frotaba y amasaba la tranca de Alberto por encima de su pantalón, la cual empezaba a tomar forma y a palpitar dentro de su pantalón de chándal.

-        ¡Buuuuff, buuuuff, buuuufff!

Jadeaba y respiraba pesadamente Alberto, sin dejar de mirar nervioso hacía todas partes.

-        Huuuuuummmm, uuuuuuuhhhh, vamos a ver quéeee puedoooo hacer para relajarte y poner esa trancaza al 100%.....buuuufff neeeneee…estoy ardiendo.

Susurraba lasciva y maliciosamente Paloma con su dulce y sexy voz, mientras con los finos y cuidados dedos de sus manitas tomando por los lados le bajaba a Alberto el pantalón del chándal y los slips, antes de echar una mirada rápida a su costado y ver al regordete calvo en unos setos cercanos, frotándose la entrepierna y mirando boquiabierto, haciéndole sentir una ráfaga de fuego en su raja.

Paloma agarro entre sus suaves y delicados dedos la trancaza aún medio flácida pero palpitante de Alberto y lanzándole una mirada de zorra lasciva, empezó a pajearla para al instante arrodillarse y colocar la punta de su vergaza entre sus labios ajustándolos y empezando a devorar su glande, chupándolo con rapidez y deseo.

-        Sluuurrrpp, sluuuurrpp…… Sluuurrrpp, sluuuurrpp.

Chupaba con desesperación Paloma, degustando el sabor cálido y salado de la enorme tranca de Alberto

-        ¡Oooohhh….oooohhh!!

Gemía todo lo silencioso que podía Alberto, tensando su cuerpo, y tragando mucha saliva, mientras el sudor le corría por la frente y no podía evitar cerrar los ojos.

Paloma apoyo sus manos en los muslos de Alberto y abriendo al máximo su boca, se tragó lenta y paulatinamente la tranca de Alberto, como le calentaba sentir su boca y su garganta llena como nunca lo había sido, llena hasta la arcada de aquel pollón inmenso, al tiempo que le masajeaba el prepucio con expertos movimientos de su lengua, haciendo que el chico se estremeciese de placer y olvidase cualquier ojo que los estuviera observando.

-        Aaaaahhhhh…..aaahhhhhhh….

Gemía desesperado Alberto ladeando la cabeza, desesperado mientras cerraba los ojos y se dejaba invadir por el placer, al tiempo que Paloma, sin dejar de mirar por el rabillo del ojo al voyeur regordete y calvo, que desde los setos se masturbaba desesperadamente, bombeaba a buen ritmo adelante y atrás, atrás y adelante sobre la trancaza de Alberto, sintiendo como las ráfagas de calor húmedo empapaban su raja.

-        ¡¡¡Pero jodeeeerrr!!!! ¡Que coño es esto……degeneradoooos de mierdaaaa!! ¡Si son las tres de la tarde!!! A plena luz y en un lugar a la vista de todos…..peroooo que es estoooooo!!!

Alberto giro el cabeza aterrorizado quedándose helado como el hielo, con los ojos como platos y rojo de vergüenza, mientras Paloma no dejaba de bombear sobre su tranca deleitándose con su sabor, elevando un poco la vista para contemplar a un tío alto y delgado, con el pelo canoso a finales de los cincuenta, que llevaba en una correa un gracioso Beagle y que no dejaba de despotricar.

-        ¡O paran asquerosos degenerados o llamo a la policía!

Gritaba el sujeto haciendo amago de coger el móvil y llamar por él.

La erección de Alberto, ahora blanco del susto, decayó completamente.

Paloma estaba poseída por el deseo, que la enorme tranca de Alberto despertaba en ella e invadida por la lascivia salvaje, que la presencia de aquellos dos extraños despertaba en ella, ahora no podía parar, ahora no quería parar, no quedaba en ella ni el más mínimo resquicio de vergüenza o de pudor ninguno, solo deseaba tener sexo exhibicionista desesperadamente.

De forma que reacciono con violento desparpajo, poniéndose en pie y dirigiéndose al individuo canoso, se subió de un golpe el top rojo intenso, dejando a la vista su wonderbra deportivo de copa H y tomando el cierre delantero de velcro del mismo, lo abrió, para que se desparramasen ante la presencia de aquel extraño sus enormes, turgentes, maravillosos, erectos y esféricos globazos, con sus pezones gordos y erectos, duros como dos piedras al final de dos preciosas y grandes areolas.

-        Deja el teléfono, cariño….dime, dime, tu mujer tiene dos como estas….has visto tu antes dos como estas…¿corazón?

Interrogo al cincuentón Paloma con su voz dulce y mimosa de la forma más sexy y lujuriosa posible.

-        ¡No, no, no…la, la, la verdad que nooo!

Contesto sorprendido titubeante el hombre canoso con su perro.

-        Pues si eres bueno y estas calladito, mirando y autosatisfaciéndote, mientras yo y mi novio lo hacemos aquí, te dejare que te corras sobre ellas… ¿vale cariñooooh?

Respondió Paloma con su voz dulce y cachonda de zorra en celo, con los ojos entornados.

El hombre dio un paso atrás, jadeante, tragando saliva, y con la sien sudorosa, asintió en silencio abriendo mucho los ojos, ante la sonrisa de zorra satisfecha con la que le respondió Paloma, que se dirigió de nuevo hacia Alberto y después de darle un profundo y largo morreo tranquilizador, se arrodillo entre sus piernas, dejando caer saliva en gran cantidad entre su canalillo de una forma sucia y lasciva, mientras miraba al hombre canoso, que lentamente empezaba a frotarse la entrepierna, para a continuación cogiendo sus tetazas por ambos laterales, colocar entre ellas la verga enorme de Alberto y empezar a hacerle una maravillosa cubana, apretando ambas mientras las agitaba arriba y abajo, abajo y arriba y el chico se volvía a tranquilizar y jadeando recuperaba su enorme erección.

El regordete calvo se había acercado a los setos más próximos, machacándosela con los pantalones por los tobillos.

-        Ooooohhh si, siiii, cariñoooo, ya está otra vez gorda y dura como el granito, estoy ardiendoooo, nene, como me pone tu tranca… Sluuurrrpp, sluuuurrpp

Susurraba con su voz dulce de forma lasciva Paloma, empezando a succionar con fuerza el prepucio, cada vez que sobresalía el trancazo de Alberto entre sus enormes tetazas, suaves y sedosas como la porcelana, que agitaba arriba y abajo, abajo y arriba.

-Oooooooh, oooohhh, si, si, si…

Jadeaba de placer Alberto, tirando la cabeza hacía atrás y cerrando los ojos, disfrutando de nuevo de aquellos enormes globazos, como había hecho tantas veces en sus fantasías eróticas, allí en el pueblo.

-        Déjameeee, dejame montarla, déjameeee montar tu tranca, desde atrás…nene…

Exclamo en susurros cachondos y jadeantes Paloma, incorporándose y pasándose lentamente la punta de la lengua por sus labios, cegada completamente por el deseo, al tiempo que dándose la vuelta, se bajaba lentamente los ajustadísimos legings color azul pastel, mordiéndose el labio inferior y mirando lascivamente como una perra en celo a los dos hombres de mediana edad, que la contemplaban fascinados, jadeando levemente, con la mirada fija en aquella escena, sin dejar de sacudirse sus rabos erectos.

Paloma se bajó los legings por debajo de las rodillas y sin dejar de morderse el labio inferior mostro una de sus inmensas y perfectas nalgas, duras y redondas como el mármol, que se podían contemplar a través de su tanga deportivo negro a juego con su wonderbra, sin dejar de mostrar su nalga le lanzo un palmetazo fuerte y lujurioso, haciendo vibrar sus glúteos, y mostrando una expresión desencajada de placer en su rostro de mujer normal.

Con Alberto jadeando de deseo apoyado en el tronco del árbol y su enorme garrote, inerte como una lanza, vio como Paloma apartaba el hilo trasero de su tanga, con su mano derecha entre las piernas, agarro la vergaza de Alberto y se la fue introduciendo en su raja, primero lentamente, y cuando estaba bien embocada, de un golpe se sentó sobre el pubis del chico.

-        ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh!

Jadeo de placer Paloma abriendo mucho la boca y cerrando los ojos al sentir, como se abría su raja ante el tamaño del enorme pollón duro del chico.

Completamente enajenada por el deseo sexual, apoyo sus dulces y femeninas manos en sus rodillas y empezó a bombear sobre el pubis del chico, adelante y atrás, atrás y adelante, frenéticamente, haciendo aparecer y desaparecer en su raja la trancaza de Alberto, al tiempo que sus enormes y esféricos globazos se balanceaban salvajemente en todas direcciones, enloqueciendo a los dos hombres de media edad, que se pajeaban boqueando como dos peces fuera del agua.

-        Ooooohh…oooohhhh…oooohhh…siii…siii..siiii neneeee….siiii

Jadeaba sin cesar Paloma, sin dejar de moverse adelante y atrás, atrás y adelante, abriendo mucho la boca y cerrando los ojos mientras echaba la cabeza para atrás, balanceando arriba y abajo, abajo y arriba de forma salvajemente lujuriosa sus enormes y perfectamente redondas turgentes mamazas de copa H, lo que tenía hipnotizados a los dos hombres que los contemplablan y se machacaban las pollas al ritmo salvaje en que sus globazos se balanceaban.

-        Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh.

Gemía inmóvil sin dejar de cerrar los ojos Alberto, apoyando las manos en las perfectas, firmes y redondas caderas de Paloma.

-        Ooooohhh, ooooohh, oooohhh, azotameeee neneeee….por favor azotame el culooooo…..por favoooorr.

Gemía y jadeaba Paloma rogando desesperada como una zorra en celo.

-        Aaahhh…plas….aaaahh, plas, plas, plas, PLAS!

Empezó Alberto a golpear con toda su fuerza ambas perfectas y redondas nalgas de Paloma, como si estuviera enloquecido, embriagado por el deseo, golpeando el culo perfecto de Paloma de forma frenética.

-        Aaaaaaaaaahhhh…………..siiiiiiiiiii…….siiiiiii….sigueeee, sigueeee, neeeeneee……aaahhhhh…no pareess.

Bramaba de placer Paloma, aumentando el bombeo sobre el pubis del chico, sintiendo como su vagina se contraía y su clítoris palpitaba y se hinchaba. Incorporándose levemente para sostenerse sus tetazas que se balanceaban ferozmente como dos inmensas, firmes y perfectas montañas firmes, suaves y tersas de dulce gelatina. Sin dejar de bombear adelante y atrás, atrás y adelante tragándose el pollón del chico, empezó a apretarse con su finos y delicados dedos las enormes mamazas, llevándose sus pezones y su enorme areola a la boca para chuparlas y morderlas.

En un momento dado levanto la vista y vio a los dos hombres que los contemplaban extasiados de placer y deseo. El que se había mostrado tan indignado antes, había atado al pequeño Beagle a un árbol y ahora estaba allí a apenas dos metros de ella, y el gordo y calvo del seto también se había acercado, aunque un poco más atrás.

Un calambre de extasiado y morboso placer recorrió el cuerpo de Paloma, que con el culo encendido como el fuego de tanto palmetazo y sin dejar de bombear, se mordió el labio inferior mirando a aquellos hombres, con su ojos entornados y gesto desencajado de una zorra al borde de una enorme explosión de placer. Aquella era una de sus más anheladas fantasías, y soltando una de sus enormes mamazas y dejándola caer con toda su turgencia desafiante de la ley de la gravedad y sin pronunciar palabra, con el dedo índice y mirando a ambos hombres les hizo la señal de que se aproximaran.

Los dos hombres entusiasmados e hipnóticos sin dejar de pajearse se situaron junto a Paloma, que medio inclinada no dejaba de bombear sobre Alberto, adelante y atrás, atrás y adelante. El aroma del sexo la envolvía, y el olor de aquellas dos pollas extrañas delante de ella le invadió los sentidos, provocándole una nueva descarga de extasiado y morboso placer.

-        No pareeess, ahoraaaa, no pareeees, neneeeee, azotameeee, azotameeeehhh….aaaahhhhh

Gritaba enloquecida de placer Paloma, sintiendo una enorme ola de descarga y empezando a soltar ráfagas de fluidos por su clítoris de una forma espasmódica y continua, retorciéndose de placer abriendo mucho la boca y cerrando los ojos, al tiempo que su raja estrujaba como si quisiera ordeñar el garrote de Alberto, que no dejaba de palmear sus nalgas enrojecidas como carbón al fuego.

-        O que tetas tienes son maravillosas, son las más grandes y perfectas que he visto nunca, déjame golpearlas con mi polla por favor, por favor.

Dijo el gordo, calvo, barrigón, gimiendo como un niño perdido.

-        ¡¡¡Si,si,si…acercaroooooosss, siiiii… golpearlaaaass, dejarmeee que os destroze el glande con mis pezoneeess………..ssiiiiiiii!

Gritaba extasiada sin dejar de correrse espasmódicamente por su clítoris Paloma, haciendo una parada en su bombeo cada vez que sentía la llegada de una nueva ráfaga. Aquel pollón de Alberto y aquella situación lujuriosa y lasciva, la tenía fuera de control, ni ella misma se habría reconocido.

Los dos hombres de mediana edad se acercaron ansiosos y sin dejar de machacársela, aproximaron sus vergas a las tetazas enormes de Paloma, que ofrecía ambas sosteniéndolas con las manos abiertas tomándolas por abajo.

-        Ooooohhh….ooooohhh….que bieeeenn,siiiii…

Exclamaban de placer los dos hombres, al tiempo que, acercando sus pollas, golpeaban levemente la superficie de las areolas y los pezones de Paloma, como si sus pollas fueran dos pequeños látigos, al tiempo que la mujer agitaba sus enormes melones arriba y abajo, abajo y arriba frotando sus glandes con su erectos y duros pezones enormes.

Paloma se sentía en la gloria sin dejar de bombear sobre el pubis de Alberto, sintiendo aquella divina polla extragrande partiéndola en dos, destrozando su clítoris, envuelta por dos extraños que la habían observado y que ahora ciega por el deseo sexual y fuera de si, los había invitado a disfrutar de sus maravillosas y perfectas tetazas, era mucho más de lo que nunca había imaginado en sus fantasías más obscenas.

-        Aaaaaaaahhhhhh…..me corrooooo….aaaahhhh.

Empezó a ulular de placer Alberto. Al tiempo que Paloma empezó a sentir las enormes ráfagas ardientes de la semilla cremosa del chico inundándola y un enorme orgasmo vaginal, que retorcía el garrote de Alberto la volvía a llevar a la gloria entre espasmos.

-        Siiiiiiiiiiii………..siiiiiiiiiiiiiiiiiii….preñameeee…neneeeeee…preñameeee..

Gritaba de placer, extasiada girando las orbitas de los ojos enloquecida. Ya se había agenciado unas pastillas antibaby del día después, así que podía disfrutar de la inundación de la enorme verga del chico.

-        Siiiiii….siiiii….déjanos bañarte…las tetas…siiiii.

Exclamaron a la vez los dos hombres con el rostro desencajado y lleno de sudor, agarrando sus pollas por el tronco como si fueran dos mangueras y enfocándolas hacia los globazos de Paloma. La cual sonriendo como una zorra picara, les ofrecía sus enormes y perfectas tetazas sosteniéndolas por abajo y tirando la cabeza hacia atrás, agitando de forma bestialmente sensual su sedosa melena rubia beis hacia atrás, entre los últimos espasmos de su orgasmo vaginal.

-        Oooohh…oooohh..ohh..siii

Exclamaban los dos hombres, mientras bañaban con ráfagas de su leche caliente toda la superficie de las turgentes tetazas de Paloma, apuntando especialmente hacia sus pezones sus enormes y morenas areolas, hasta que las cubrieron casi completamente con su viscosa simiente, sacudiendo hasta la última gota de sus pollas sobre ellas.

Los hombres se retiraron extasiados y satisfechos, mientras Paloma con sus areolas y pezones totalmente cubiertos del semen de aquellos extraños  y gran parte de sus tetas también, sin dejar de mirarlos,  sonriendo maliciosamente estiro de su wonderbra deportivo desde atrás y se recogió sus ubres colmadas de viscosa simiente, cerrando el wondebra por delante,  antes de bajarse el top, y juguetear un poco son sus tetas cubiertas de leche, como si se las ajustase, para regocijo y satisfacción de aquellos mirones extraños, y a continuación colocar el tanga en su sitio y subirse los leggins azul pastel ajustadísimos a sus rojísimas nalgas, mientras por sus muslos abajo, manchando los leggins corría la abundante corrida de Alberto. El cual a una señal se subió slips y pantalones y siguió a Paloma que se volvió a colocar las gafas de sol y poniendo morritos paso entre los dos hombres de mediana edad diciendo:

-        Señores ha sido un placer.

Marchándose con Alberto del parque, contoneando sus caderas lujuriosamente, con una cadencia femenina y suave, dejando con la mayor sonrisa y satisfacción de su vida a aquellos dos desconocidos. Que ignoraban lo satisfecha sexual que estaba en aquel momento Paloma, que había mucho más que completado una de sus fantasías largamente reprimida, había llegado donde jamás habría imaginado, y ahora llevaba su raja y sus tetas completamente empapadas en semen y aquel fuerte olor a macho, aún humedecía y hacia palpitar su sexo. Mientras el muchacho tímidamente la seguía con devoción absoluta rendido a todo lo que ella desease.

Paloma había conducido a casa manteniendo la distancia con él chico, no solo por Alberto, sino también por ella, había que rebajar la libido o perdería el control del todo, aunque el crio no dejaba de mirarle las erectas tetas y sus labios vaginales que se ajustaban en sus leggins todo el camino.

Habían subido al piso y Paloma, haciéndose la olvidadiza había enviado a Alberto a comprar unas bebidas, para aprovechar y ducharse sin el chico en casa, para evitar que entrase en el baño y su irresistible polla enorme y vigorosa la tuviese de nuevo a su merced y no pudiese decir que no a un nuevo polvo.

Merendaron en la cocina, ella sonreía al chico, que seguía mirando como un cordero asustado, no seguro todavía si todo aquello era un sueño, si no pasaba nada o estaba actuando mal. La actitud de Paloma, sonriendo y siendo simpática, pero evitando el contacto físico con Alberto, despistaba al chico, que comía tranquilo, sin perder de vista las enormes mamazas turgentes y esféricas de talla H de Paloma, en forma de gotaza de lluvia desafiando a la gravedad dentro de su camiseta de tirantes gris con un precioso escote redondo que las mostraba como si estuvieran de oferta.

-        No me dijiste ayer algo de un trabajo que tenías que hacer hoy, cariño.

Pregunto Paloma mientras recogía la mesa de la cocina y veía como el chico torpemente probaba de acercarse a tocarla con ansiedad.

-        Ssssi…si… aunque también puedo hacerlo mañana…así he quedado.

Contesto Alberto dubitativamente.

-        Venga aprovecha algo de tiempo hoy…avisa a tus compañeros….. venga ves a hacerlo, que esta noche saldremos a “pasárnoslo” bien.

Dijo Paloma con voz dulce y picara a la vez, arrojando al chico una mirada de lujuria prometedora, antes de guiñarle el ojo.

-        Está bien voy.

Contesto Alberto sonriendo y se dirigió a su habitación.

Casi toda la tarde mientras el chico estaba en la habitación, Paloma estaba sentada en el sofá con las piernas dobladas y recogidas sobre él, con su camiseta de tirantes gris y un short de algodón negro ajustado a su magnífico y maravilloso culazo perfecto, primero se hizo las uñas de los pies y de las manos, luego se puso crema en sus piernas suaves como la porcelana, luego miraba series de Netflix, pero no podía disipar el nubarrón de los remordimientos, que le habían aparecido justo cuando el chico se había marchado a su cuarto.

Ella nunca le había sido infiel a Carlos, nunca, daba igual las circunstancias y Carlos a ella tampoco, eso le constaba, a pesar de las oportunidades que él había tenido, incluso entre conocidas de ambos, que le habían tirado los trastos a pesar de saber, primero que era su novio y luego su esposo.

Es verdad que estaban atravesando los peores momentos de su relación y que él estaba insoportable, celoso, la trataba con desdén, no mostraba que la valorase y se ocupaba poco de ella, ni la escuchaba y todo eran discusiones, pero tal vez ella estaba siendo poco comprensiva, ahora él soportaba mucha presión, pronto tendrían que decidir si tenían familia o no, y él lo daba todo por la estabilidad económica de la pareja, aunque en el camino estuviera sacrificando el cariño.

Ella tenía que ser más comprensiva, saber aguantar aquel momento de su pareja y más adelante todo volvería a ser como antes.

Por eso lo que estaba haciendo ella con Alberto aquel fin de semana era una putada, tendría que reconducir la cosa, y convencer al chico, no solo para que entendiese que todo había acabado y no volvería a repetirse, sino que lo mejor para todos era que convenciese a su familia, para irse a otro sitio. Si, si, eso era lo que tenía que hacer, todo aquello había sido una locura, ella desatendida, se había dejado llevar por la polla más gruesa, larga y vigorosa que había visto nunca, pero no se volvería a repetir.

-        Riiiing, riiiiing, riiiiing….

Estaba Paloma pensando todo esto cuando el teléfono empezó a sonar insistentemente.

-        Si, dígame.

Dijo Paloma cogiendo el teléfono.

-        Soy yo, Paloma.

Se oyó la voz de Carlos a la otra línea del teléfono.

A Paloma que estaba al borde de la lágrima por el arrepentimiento se le ilumino la mirada.

-        Hola cariño ¿Cómo van las cosas por ahí, tesoro?

Respondió Paloma con su voz más dulce y cálida, llena de amor y afecto.

-        ¡Van como van! Se puede saber dónde has estado toda la mañana que he llamado hasta tres veces.

Contesto de forma ruda y agresiva Carlos.

-        Pues no estaba en casa, he quedado con estas y después comprando. ¿Por qué no me has llamado al móvil, corazón?

Pregunto Paloma, manteniendo el tono amoroso y conciliador.

-        Porque no me ha salido de los cojones. Donde estaba el gilipollas de Alberto, que tampoco ha podido coger el teléfono, el paleto atontado.

Insistía Carlos en su tono despectivo, hablando ya a gritos.

-        Pues no sé, no soy su secretaria Carlos, tenía que hacer un trabajo o algo así me dijo ayer, no sé si habrá salido.

Contesto Paloma, intentando mantener la calma y la cordialidad.

-        Me cago en la puta madre, es que esta casa es un desmadre coño. Como es posible que no haya nadie en toda la mañana, me lo puedes explicar, me lo puedes explicar, Paloma, que solo sabes que estar todo el día fuera, pegándole fuego al sueldo, joder.

Hablaba a gritos a través del teléfono agresivamente y con desprecio Carlos.

-        Cariño, por favor ya sé que tienes estrés y estas bajo presión, pero todo está bien, solo estaba haciendo la compra de la semana, y tomándome un café, nada extra, quédate tranquilo.

Contestaba Paloma cada vez costándole más controlar su temperamento y mostrarse cariñosa.

-        Tú no tienes ni puta idea de nada, con tu trabajo de mierda, vendiendo joyitas en la galería comercial, entre risas y pausas del café enormes, para luego pegarle fuego a  tu sueldo y al mío con chorradas. Eres como tu madre una manirrota de los cojones.

Seguía gritándole Carlos.

-        Oye guapo, vale que estés con estrés y con presión y con lo que te dé la gana, pero a mi madre la respetas desgraciado, que bien que nos ayudó en la boda y a montar la casa, si quieres meterte con alguien  hazlo conmigo, que ya apechugare yo con tu mal humor.

Contesto Paloma elevando el tono por primera vez.

-        Yo me meteré con quien me salga de los cojones, que para eso meto en esta casa tres cuartas partes del dinero que entra, ¡Entendido! Y si, tu madre te crio como una estúpida caprichosa, que se gasta lo que no tiene, por eso es la responsable. Me cago en la puta.

Continuaba a gritos Carlos en el teléfono.

-        A ver, pedazo de gilipollas, cuando me he gastado yo lo que no tengo, si hasta para comprarme unos tampones te informo, si no muevo un céntimo sin decírtelo, incluso, cualquier gasto que hago con mi parte de mi sueldo te lo digo antes, y no lo hago si no te parece bien. De que tienes tú, la más mínima queja de mi o de mi madre, gilipollas.

Respondió Paloma enfurecida intentando no gritar.

-        Gilipollas será el desgraciado de tu padre, que no vale para nada, toda la vida trabajando de camionero para el de abastos, sin más aspiraciones, el puto desgraciado y a ti educándote como una princesa malgastadora. Dónde cojones habrás estado toda la mañana, pegándole fuego a mi dinero, ¿dónde?

Aullaba Carlos al teléfono.

-        Pedazo de cabrón con mi padre no te metas, que es mil veces más honrado y trabajador que tú. Y yo pensaba que esto era un matrimonio, lo mío es tuyo y lo tuyo es mío. Cuando mis padres pagaron el convite de bodas y la mitad del piso, y tus padres no podían poner ni un duro, no vi que te pareciera mal, pedazo de cabrón, entonces el dinero no era importante, y ahora es lo único que te importa, desgraciado.

Le contestaba a los gritos Paloma a Carlos por teléfono, con la cara encendida de ira.

-        Me cago y me meo en la ayuda de tus padres, con lo que gano ahora se la devuelvo en seis meses y me sobra, lo que tiene que hacer es explicarte, que hay que ahorrar, y que por muy buena que estés, no eres ninguna princesa, y dentro de poco, no estarás ni buena, porque serás una vieja más.

Seguía gritando Carlos al teléfono.

-        Mira quien fue a hablar el puto picha floja, que ya no aguanta ni un asalto, que tienes canas hasta en los cojones, vieja lo será tu puta madre cabrón.

Le chillaba enloquecida de ira Paloma.

-        La única guarra que hay aquí eres tú, Paloma, so zorra vieja, si fueras una mujer joven y atractiva no me costaría nada motivarme y aguantar, pero como te has convertido en una vieja maruja de mallas y leggins, que solo sabe que irse de compras con sus amigas marujas, pues como voy a tener ganas de follarte, bastante que te aguanto.

Contestaba lleno de ira y desprecio Carlos.

-        Buuuuuuuuuuuuuuuuuufffffff, bueno Carlos, pues ahora que tienes tiempo, ya puedes ir entrenando, porque desde hoy conmigo, ya está todo dicho, por mí ya puedes matarte a pajas.

Respondía Paloma con todo el odio y la rabia que pudo en su voz.

-        Si con lo puta, que tú eres, vas a vivir sin un macho que te monte, aunque no te lo haga como tú quieres. Eso es todo lo que eres una puta malgastadora.

Gritaba Carlos al teléfono.

-        Que te den por el culo, Carlos, cabrón de mierda, que te den por el culo.

Estallo en un chillido final Paloma, que se debió oír por toda la finca, antes de colgar el teléfono de un fuerte golpe, desconectar el cable de un tirón y silenciar su móvil.

Paloma tiraba fuego por todos los poros de la piel. Hijo de la grandísima puta, pedazo de cabrón, ahora iba a ver él. Todos los remordimientos habían saltado por la ventana, cualquier rastro de amor hacia Carlos, había muerto. Así que eso era lo que realmente pensaba el desgraciado desagradecido de ella y de su familia, después de todo.

Con la de veces que podía haberle puesto los cuernos y no lo había hecho. Ahora eso iba a cambiar, no quería a una puta malgastadora. Pues eso es lo que iba a tener, el muy cornudo, una puta, a la que no iba a tocar un pelo, y que además de ponerle los cuernos siempre que quisiera, le iba a quemar la cartera.

Casualmente había cerrado la puerta del salón, de forma que Alberto no había podido oír la fuerte discusión. Paloma abrió la puerta del salón y oyó como el chico se reía en su habitación, parecía que estaba hablando con alguien, debía estar en una video conferencia con sus compañeros. Paloma encendió sus pequeños y marrones ojos brillantes y de forma muy picara se mordió la yema de su índice derecho, al tiempo que sonreía lujuriosamente.

Paloma se calzo su babuchas rosa de angorina, cogió de un cajón de una cómoda una pinza para el pelo, se recogió su preciosa y lisa melena rubio beis en una cola-moño encima de su cabeza, dejando su frente despejada lo que dentro de su rostro normal aumentaba su belleza, tomo por las puntas su camiseta de tirantes finos gris y se la ato por encima del ombligo de su plano vientre, salió al pasillo donde había un espejo, se puso frente a él, mirando su monumental, esférico y perfecto gran culo, aquellos short negros solo podía llevarlos en casa, pues solo cubrían algo más de la mitad de sus perfectas nalgas, estiro su tanga blanco y se bajó un poco el short, para que la parte superior del tanga se viera bien. Ahora ya estaba preparada para el espectáculo.

Paloma abrió suavemente la puerta de la habitación del chico. Un gran flexo sobre la mesa alumbraba todo el interior de la estancia. Alberto estaba de espaldas, hablando despreocupado por video conferencia con otros dos chicos.

Paloma entro portando algo de ropa de cama, junto a la cama del chico había un armario con altillo. Entrando delicadamente como si no quisiera molestar, y dejo la ropa de cama sobre la misma, Paloma se acercó al altillo del armario, situándose casi en el centro del plano de la video cámara del ordenador de Alberto, sin decir nada dio la espalda a la cámara y empezó a agacharse a coger la ropa de cama y a subirla al altillo, dándole a los chicos que video conferenciaban con Alberto, un espectacular primer plano de su perfecto y esférico culo, de un tercio de sus firmes nalgas al desnudo y el principio de la raja de su culo con su preciosa tanga blanca de puntilla.

De repente cesaron las risas y las voces, y Alberto se quedó solo hablando, sorprendido, mientras los otros chicos restaban callados y boquiabiertos. Entonces Alberto se giró, para encontrarse con la lasciva tensión de las expuestas curvas firmes y perfectas de las nalgas maravillosas de Paloma, mientras ella se aupaba intentando dejar la ropa de cama en el altillo.

-        ¿Ne.. ne… ne…necesitas que te ayude Paloma?

Pregunto atorado y sorprendido Alberto.

-        No Alberto cariño, ya he acabado, no quería molestaros.

Respondió Paloma, girándose y esbozando su más deliciosa sonrisa.

-        ¿Hola que tal chicos? soy Paloma, la mujer de Carlos, el “primo” de Alberto.

Dijo Paloma acercándose a la mesa donde se encontraba el ordenador, e inclinándose a propósito sobre la mesa apoyando sus manos en sus rodillas y juntando sus hombros, de forma que el redondeado escote de su camiseta de finísimos tirantes dejaba totalmente expuestas a la mirada de los chicos, colgando balanceante su cadenita de oro con su pequeña cruz y sobretodo sus enormes, circulares y perfectos melones turgentes de talla de copa H, con sus enormes y oscuros pezones colgando de su centro.

Los ojos de los chicos se abrieron como platos dibujando en su rostro una expresión de bobos redomados.

Paloma fue un paso más allá, y adelanto su cuerpo sin abandonar la postura, apoyando sus antebrazos en el escritorio de Alberto la mesa, balanceando así violentamente ante la mirada ansiosa de los dos chicos sus enormes mamazas, cuyos grandes pezones rozaban el borde del escote amenazando con quedar fuera del mismo, los chicos estaban blancos y los ojos se les salían de la cara.

-        Que pasa, se os ha comido la lengua el gato….jajaja…

Rio risueña y cómplice Paloma apoyando su delicada y preciosa mano derecha de finos dedos en el lateral de su frente.

-        Ho…ho..laaaa….

Dijeron casi al unísono, los dos chicos.

-        ¿Hola como os llamáis?

Pregunto Paloma moviendo sus hombros ligeramente de forma disimulada, para que sus tetazas perfectas y enormes siguiesen balanceándose a los ojos de los chicos.

Los chicos blancos y boquiabiertos no sabían que responder, a punto de caerles la baba.

-        El de la izquierda es Luis y el de la derecha Eduardo.

Dijo Alberto seguro de sí mismo, pero con los ojos inyectados de lujuria.

-        ¿Que tal como va, os falta mucho? Necesito que Alberto me ayude en la casa.

Contesto Paloma con su más resplandeciente sonrisa sin dejar de balancear sus turgentes globazos.

-        Pu, pu, pu, pues…ya, ya, ya, ya casi hemos acabado.

Respondió Edu sosteniéndose las gafas de pasta, con la cara llena de granos y su cuerpo fofo.

-        Muy bien, así me gusta que necesito su ayuda. Alberto es muy atento y servicial, espero que aprendáis de él. Bueno ahora os dejo, a ver si nos conocemos pronto.

Dijo Paloma sonriendo, justo antes de levantarse del escritorio coger a Alberto con delicadeza por la barbilla y girándole la cabeza, el dio un piquito en los labios antes de dejar la habitación y a los tres chicos alucinando en shock.

Paloma cerró la puerta del cuarto delicadamente, esbozando su más picara y malévola sonrisa, los amigos de Alberto, se iban a unir al club de las pajas a su salud, pensaba riendo por el pasillo, lo que no sabía era como iba a reaccionar el chico, que estaba a su lado ardiendo como un volcán.

Paloma se dirigió a su cuarto y estuvo un rato arreglando sus cajones, observando su lencería y pensando cómo usarla para seducir a cuantos más hombres mejor , luego entro en el cuarto que Carlos usaba de despacho y de cuarto para sus cosas, cuando él estaba allí, no quería que nadie le molestase, era como su espacio sagrado en la pareja.

Paloma estaba dejando allí unas cartas, cuando sintió la presencia de Alberto tras ella, se giró confiada y se quedó petrificada.

Frente a ella en chanclas y desnudo de cintura para abajo estaba Alberto, jadeando ansioso con su pene del grosor y tamaño del antebrazo de un hombre erecto.

-        ¡Pero qué haces nene! Dónde vas a así por la casa.

Dijo Paloma recriminándole, saliendo de su asombro, pero sin apartar sus ojos hipnóticamente del enorme pene del adolescente.

Alberto con gran agilidad y aprovechándose de la quietud de Paloma se abalanzo sobre ella, con los ojos fueras de las orbitas y sin dejar de jadear, agarro con fuerza las tiras de la camiseta de tirantes gris y tirando con todas sus fuerza la rompió por el centro del escote  haciendo que las enormes tetazas, esféricas  y turgentes saltasen violentamente expuestas.

-        Pero que haces nene, no seas bruto, no seas animal………ooooooooooohhh

Grito de sorpresa Paloma con su voz tan femenina y dulce, abriendo mucho sus oscuros y brillantes ojos pequeños, cuando el chico abriendo mucho sus manos agarro sus tetazas como si quisiera exprimirlas sujetándola contra el escritorio, y bajando su cabeza y abriendo su boca al máximo para devorar sus oscuros y grandes pezones, y sus enormes areolas.

Succionándolos con una fuerza brutal, al tiempo que con su enorme verga frotaba en la entrepierna de Paloma, adelante y atrás, atrás y adelante.

-        Ooooooohhhh…..esperaaaaaaa…..ooooooohhhh esperaaaaaaa….aaaahhhh, nene, neneeeeeeh.

Paloma perdiendo el control, reflexionaba que Alberto solía quedarse petrificado e incapaz de hablar, cuando le interrogabas directamente, pero enloquecía y se dejaba llevar por instintos brutales cuando se ponía tan caliente y de donde sacaba aquella fuerza.

El chico había cubierto de babas y chupetones sus mamazas y su canalillo, y bajaba por su vientre lamiendo y besándolo todo, mordisqueando las caderas de Paloma, mientras con sus manos apretaba sus nalgas como si sus dedos fueran garras y tratase de amasar aquella perfecta esfericidad respingona.

-        Ooooooooohhhhh….neneeeee….paraaaa esperaaaa…aguantaaaa…esperaaaa a esta nocheeeee…

Intentaba frenar Paloma al chico, intentando apartarle la cabeza con sus delicadas manos.

-        Aaaah..uuufff…aaahh…uuuf..

Alberto jadeando, se alzó con los ojos fuera de las orbitas, y le lanzo un profundo morreo a Paloma, enroscando su lengua en la de la mujer, al tiempo que la cogía con fuerza por las muñecas, y juntándolas tras su espalda de un giro brusco le dio la vuelta, para sorpresa de Paloma.

-        Aaaaaoooooooohhhhh.

Grito muy femeninamente la mujer, sorprendida siendo girara violentamente.

-        Esperaaaaa neneeee…esperaaaaa….no seas tan brutooooo

Protestaba Paloma a gritos.

Aprisionándola con sus piernas contra el escritorio Alberto tomo por la cintura el short negro de algodón y con una fuerza increíble de suponerle, los pellizco y empezó a rajarlos por la mitad.

-        Noooooo, noooooo, que son los short favoritos de Carlos , noooooo.

Volvió a protestar a gritos super sexys y femeninos  Paloma.

-        Me importa una mierda, Carlos, quiero tu cuerpo, y lo quiero ahora, ahora.

Grito con fuerza y autoridad Alberto, mientras le temblaba la voz de ansiedad.

Después dejando caer a girones el short negro de algodón, se agacho y la emprendió a mordiscos y chupetones con las perfectas nalgas respingonas de Paloma y con sus firmes muslos.

-        Aaaaahhhh….aaaahhhh…..oooooohhhh….paraaaa neneeee…aaaahh….aaahhh

Aullaba de dolor Paloma, mientras un escalofrió de placer recorría su cuerpo.

El culazo y los muslos firmes de Paloma estaban rojos por las mordeduras y los chupetones, cuando Alberto sin dejar de jadear, sujetando con una mano con firmeza por las muñecas a Paloma la obligo a doblarse sobre el escritorio, con su divino y magnifico culo en pompa y sus tetazas aprisionadas contra mesa.

El muchacho torpe pero violentamente trato de apartar la tela entre las nalgas del tanga blanco de encaje, sin éxito.

-        Alberto cariño, espera, espera, que quieres hacer cariño…esperaaaaa…esperaaaa

Decía Paloma con su dulce voz, a la vez que intentaba revolverse sin éxito, pues el chico la agarraba con más fuerza cegado por su determinación, mientras se peleaba sin éxito con el trozo de tela entre las nalgas, al tiempo que situaba la punta de su enorme tranca entre sus nalgas.

Alberto sin paciencia alguna presiono con sus muslos contra el escritorio a Paloma de forma que estaba inmovilizada, aunque ella gritaba e intentaba incorporarse, mientras el chico liberadas las dos manos, agarro con fuerza el tanga blanco de encaje con ambas manos e imprimiéndole esa fuerza desconocida en él, rompió el tanga liberando las nalgas de la tela de encaje que las separaba y protegía el ano de Paloma.

Para a continuación volver a sujetar con fuerza sus muñecas con la mano izquierda y con la derecha agarrarla por el moño, de forma que le servía de sujeción, al tiempo que enderezaba su cabeza, haciéndola mirar al frente.

El chico intentaba meter su enorme y grueso pollón por el ano de Paloma sin éxito.

-        No vaaaaa a entraaaarrr…. Es demasiadoooo grandeeeee y no estoyyyy lubrificadaaaa…..animaaaaaallll…no va a entraaaaarrrrr….vamoooos al bañooooo que tengoooo aceiteeeee….has de lubrificaaaarrrr….aaaaahh

Gritaba con su femenina voz de dolor Paloma, apretando los cachetes del culo para que le costase más a Alberto metérsela.

El chico, no desistía en su empeño, pero veía que costaba muchísimo, era la primera vez en su vida, y aquello no era como en las escenas porno. Pero tampoco quería ceder e ir al baño, no fuera que Paloma lograba darle la vuelta a la situación, por una vez él quería tener el control.

Miro a su alrededor y vio un tubo de crema sobre la mesa en vertical, de esa que se usa para la piel y sobretodo las manos en invierno.

No se lo pensó dos veces, agarro el tubo y chorreo abundantemente sobre su punta, el resto de su verga y el ano de Paloma.

-        No esa crema no, que es muy cara, que es la crema de Carlos para sus manos cuando toca el órgano, se la traen de Islandiaaaaaaaahhhh…..aaaaahhhh…maaaasss despacioooo….

Intentaba advertir Paloma con su dulce voz, cuando el chico que había vaciado el tubo sobre ella y su pene lo arrojó al suelo violentamente y empezó a empujar con todas sus fuerzas, con su tremendo garrote.

Paloma miro al frente, en realidad le gustaba que el chico hubiera tomado el control en vez de ser siempre como un cervatillo, frente a ella en el borde de la mesa, había unas ocho fotos en sus marcos de ella y Carlos, en diferentes lugares, viajes, cenas, ocasiones, siempre besándose y abrazándose, en plan pose de súper enamorados en muchos sitios, en un flash volvieron los remordimientos a su mente, pero luego las palabras y la verdad emergente de lo que Carlos pensaba de ella, apagaron sus remordimientos, justo en el momento en que la ardiente punta de Alberto entraba en su cuerpo, como un enorme ariete.

-        Ooooooooohhhhhhh.

Grito de dolor y placer Paloma.

El chico siguió empujando ante el éxito de aquella embestida. Paloma lo vio claro, no iba a parar hasta follarle su magnífico y perfecto culo, así que, con su magnífica agilidad de gacela, Paloma subió su pierna derecha estirada apoyando su pie en el extremo del escritorio, abriendo así sus nalgas para la penetración del chico, relajo su esfínter como ella sabía, y se preparó para sentir la dura penetración de su adolescente amante.

Alberto viendo que la rubia beis de ojos marrones cedía, sintiéndose triunfador, se aferró con más fuerza a sus muñecas y su pelo, y usándolos de apoyo metió completamente su gruesa y enorme polla en el cuerpo de Paloma.

-        Ooooooooouuuuuuuhhh

Grito resoplando Paloma, cuando sintió aquel enorme rabo, el más grueso y gordo que nunca se había follado, abriéndole el culo como nunca se lo habían abierto.

El chico jadeaba conteniendo la respiración, justo antes de sacar su enorme y gruesa verga hasta dejar la punta dentro y con una violencia salvaje, penetrar de una vez hasta el fondo a Paloma.

-        Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhh.

Aulló de dolor y placer Paloma.

El chico volvió a hacerlo, otra vez, y otra vez, sacaba su tranca enorme hasta la punta y volvía a clavársela toda de una vez, hasta golpear con su pubis y sus testículos el culo de Paloma.

-        Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh

-        Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh

-        Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh ………siiiiiiiiiiiiiiii………..aaaaaaaaaaahhhhh…..siiiiiii…

Alberto se recreaba en los aullidos de placer de Paloma, que a partir de la cuarta embestida solo sabía que gritar de placer, mirando a su víctima como un sádico imberbe. Menos mal que los cristales de la habitación eran de climalit, sino los vecinos habrían llamado a la policía.

Cuando ya llevaba como una docena de embestidas, sosteniéndola por el pelo, el chico soltó las muñecas de Paloma y con la mano libre empezó a lanzarle palmetazos brutales en sus perfectas nalgas.

-        Plash, plash, plash,plash……

Retumbaba por toda la habitación, mientras Alberto bombeaba en el culo de Paloma, adentro y afuera, afuera y adentro, a un ritmo frenético, ensanchando las paredes del culo de Paloma y llegando donde nunca antes había llegado nadie dentro ella.

-        Si, si, si, si….aaaaaahhhhhh………..aaaaaaahhhh……neneeeee. siiiiiii……..aaaaahh

Aullaba de placer Paloma moviendo al mismo ritmo que las embestidas sus caderas, abriendo mucho la boca y disfrutando ahora de las fotos con el cabrón de su marido, como le encantaba pensar, que le estaba poniendo los cuernos sobre el escritorio del despacho, que él consideraba su refugio particular, su lugar único en la casa, tendría que follar más a menudo allí, con cualquiera, porque aquel morbo la ponía a cien. Jodete hijo de puta, pensaba entre aullido y aullido de placer.

-        Ooooohhhh…ooooohhh……siiiii…… Palomaaaa….siiiiii.

Gritaba el chico de vez en cuando.

Paloma había perdido la noción del tiempo, el chico como siempre no se cansaba, no se corría, ella lleva algunos minutos lanzando chillidos mudos, y agarrándose al borde del escritorio, retorciéndose de placer, no podía más había tirado algunas de las fotos de la mesa, cuando el orgasmo anal exploto dentro de ella.

-        Aaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh………….aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh

Recupero la voz abriendo mucho los ojos.

-        Ooooooooohhhhhhhhh…….siiiiii

Grito Alberto aferrándose a las nalgas de Paloma, al tiempo que enterraba su enorme y gruesa verga en el culo de la mujer, que sentía como una enorme cantidad de semilla ardiente del chico la inundaba.

Alberto lentamente saco su pollón semierecto del culo de Paloma, la cual lentamente y entre espasmos, bajo su pierna izquierda, apenas se podía tener en pie.

-        Lo, lo, lo lo siento…lo, lo, lo, lo necesitaba.

Dijo Alberto recuperando su típica actitud compungida y tímida.

-        Noooohhh…noooooh…no pasa nada cariñooooh…ven dame un beso y vete a la ducha…que vamos a cenaaar y salir.

Dijo Paloma jadeando de cansancio. El chico y le dio un pico, antes de obedientemente abandonar el despacho en dirección al baño.

Paloma se sostenía como podía apoyada sobre el escritorio, con el culo rojo encendido de cientos de palmetazos y el ano palpitándole, sin dejar de escupir el cálido semen del chico que le había inyectado su carga más abundante del fin de semana.

Cenaron en silencio, Alberto se mostraba tímido y arrepentido, aunque Paloma no dejaba de sonreírle todo el tiempo, e incluso le tocaba cariñosamente, para que el chico no se sintiera mal, ella vestía con una camiseta ancha de manga larga y unos pantalones de chándal anchos también para disimular sus lascivas y perfectas curvas, recogiendo su preciosa melena rubia veis en una cola de caballo.

-        No te preocupes Alberto, cariño, en cierta forma me ha encantado, pero solo de puertas para adentro y cuando estemos solos, el resto del tiempo, tienes que dejar que yo dirija todo, cariño….. y nada de celos, que quede claro….solo sexo. Venga ves a cambiarte que salimos a ver que se me ocurre.

Dijo Paloma sonriendo pícaramente y dirigiéndose a su habitación.

Su carita era de una chica del montón, pero sus pómulos redondos y tersos, maquillados con colorete con mucha clase, sus cejas perfectamente perfiladas, con su grosor y curvatura exacta, sus pestañas largas y rizadas, resaltadas con rímel en su exacta medida, la raya del ojo perfectamente pintadas, una ligera sombra de ojos del color del colorete, y un carmín rosado húmedo y brillante para los perfectos labios de su boca de fresa.

Un tanga negro de hilo para su perfecto culo de nalgas esféricas, respingonas y fibrosas, y sobre su cuerpo un minivestido de noche negro intenso de tirantes finos que se pasaba por detrás del cuello y que se le ajustaba como una segunda piel a su cuerpo, cuya falda solo cubría la mitad de sus perfectos y esculturales muslos, subía ajustándose a sus firmes y perfectas caderas, a su natural vientre plano y que recogía juntándolas con fuerza sus enormes tetazas, turgentes y en forma de gotaza de lluvia a punto de desbordarse en su circular perfección en un escote redondeado. Unos zapatos negros brillantes de tacón, con suela roja, que realzaban aún más sus perfectas y firmes curvas, sobretodo su perfecto y respingón culazo perfecto.

-        ¿Bueno nos vamos, oh que chaval?

Le dijo Paloma al chico con aquel aspecto espectacular, pasándose los dedos finos y delicados por su preciosa y larga melena lisa y suelta de raya al medio, al tiempo que cogía el bolso y se dirigía a la puerta, contoneando lentamente sus caderas, mostrándole al chico sus firmes y redondas nalgas ajustadas al minivestido negro, subiendo y bajando, bajando y subiendo, a cada paso que daba hacia la puerta, dejando al chico paralizado, hipnotizado contemplando aquel cuerpazo dirigirse a la puerta.

Llevaban tres locales ya, pero Paloma no conseguía encontrar aquello que estimulase su fantasía morbosa. Había dado a Alberto una americana de Carlos, para que pareciera  mayor, pero con un éxito relativo.

Lo que si había conseguido es que el chico se inhibiese, a base de copas, pero ella también estaba muy relajada, con una muy buena dosis de alcohol en su cuerpo.

Paloma había decidido ir a pequeños disco pubs, para evitar tener problemas con la edad de Alberto, en el primer local, no había mucha gente bailando, la mayoría estaban sentados, Alberto que había ido todo el camino boquiabierto, babeando de deseo por Paloma, estaba muy tenso y se movía muy torpemente, aunque Paloma después del primer cubata, lo había sacado a bailar.

Había mucha mujer espectacular, exhibiendo curvas espectaculares, pero Paloma destacaba, por su desparpajo y desvergüenza mostrando sus muslos, sus tetazas armónicas y enormes botando al ritmo de la música y sus nalgas dibujando circunferencias perfectas en el aire.

En el segundo local, la música era demasiado ligera, muchas mesas y poco espacio para bailar, allí aprovecho Paloma, para “relajar” con alcohol a Alberto, donde ella tampoco fue menos.

En aquel tercer local, muy iluminado con paredes de colores claros y decorado como  si fuera un lugar caribeño o hawaiano, el chico estaba más suelto, se pegaba al cuerpo de Paloma bailando, tan torpe como siempre, pero su manos recorrían su cuerpo con deseo, y ella no dejaba de moverse, bambolearse, dar vueltas, y dejarse sobar por el chico. Que hacía que sus manos recorriesen y apretasen sus muslos, sus nalgas, se apretase contra sus pechos y se enrollasen apasionadamente, mientras ella le cogía la cabeza con sus manos delicadas de finos dedos, calentando sobremanera al personal que les envolvía.

Paloma mando al chico a la barra y se quedó junto a una columna, después de uno de aquellos lascivos morreos, estaba sedienta. Entonces se le acerco sonriendo y bailoteando un tío delgaducho con gafas y pelo rizado, con unos vaqueros, una camisa a cuadros y un blazer, tendría unos cuarenta años y llevaba una copa en la mano, se movía y miraba como un babosin.

-        Vaya, tú sí que sabes cómo moverte, nena.

Le dijo el flacucho a Paloma torpemente.

-        Muchas gracias, tengo práctica, zumba, salsa, hago muchas horas en el gimnasio.

Contesto coqueta Paloma con su sonrisa más lujuriosa.

Apenas había acabado de hablar Paloma, cuando un segundo tío de unos cuarenta años,  moreno, con vaqueros, camisa estampada y americana azul clara, apareció con su copa, poniéndose a la altura del de gafas, era más bajito, fondón y con la misma cara de babosín que el otro, y que no paraba de echar miradas por detrás de la columna.

-        Ya se nota, ya que cuerpazo tienes, y como lo mueves.

Seguía en alto con gafas.

-        Muchas gracias, una hace lo que puede.

Dijo Paloma empezando a moverse al ritmo de la música, levantando los brazos por encima de la cabeza, agitando sus caderas, su culo y balanceando sus mamazas turgentes y erectas que desafiaban la gravedad.

-        Mi nombre es Jaime y este mi amigo Arturo.

Dijo el alto de gafas, bailando sosteniendo el vaso, acercándose a Paloma con los ojos fijos en su escote sin ningún disimulo.

-        Hola, yo soy Paloma.

Contesto Paloma, dando una vuelta completa sobre sus tacones negros ante los hombres, haciendo que se pusieran ojipláticos ante la contemplación del culazo perfecto de Paloma, subiendo y bajando sus nalgas al ritmo de la música.

-        Hola Paloma, un placer.

Dijo el moreno fondón. Uniéndose al baile del trio, de forma torpe sin dejar de mirar más allá de la columna.

-        El placer es mío, chicos.

Contesto provocadora Paloma, sin dejar de bailar moviendo los brazos por encima de la cabeza y bajándolos, al tiempo que agitaba todo su cuerpo.

-        ¿Vienes mucho por aquí?

Pregunto Jaime el de gafas, no era muy original precisamente.

-        Algo, con mi novio, que está en la barra pidiendo.

Respondió Paloma acercándose al de gafas con los brazos en alto, dándole un primer plano de apenas unos centímetros de sus gloriosas tetazas.

-        No es un pelín joven para ti.

Respondió, con actitud de reproche el moreno fondón.

-        Así es como me gustan, jóvenes, fuertes, vitales y con un pene inmenso.

Contesto lentamente, con su voz dulce en el tono más lascivo posible, restregando su maravilloso culo en la cadera del fondón, que se movió temeroso, volviendo a mirar más allá del pilar.

-        Que pasa os busca la policía o que Arturo, que no dejas de mirar más allá de la columna.

Dijo Paloma sacando su lengua burlona y de forma sensual, antes de dar una nueva vuelta y alegarse de los dos hombres

El alto con gafas arrojo una mirada de reproche y enfado a su amigo fondo moreno.

-        No, lo que pasa es que teníamos una cita doble, con unas chicas que conocimos en meetic, es nuestra tercera cita, ellas están hablando ahí detrás, no son muy de bailar.

Hablaba algo sonrojado con tono de disculpa el alto de las gafas.

-        Y que pasa que tenéis miedo de que os vean, conmigo….¡chicoooos!

Contesto picarona Paloma poniendo morritos y acercando su cuerpazo lujurioso, al de los dos hombres, que bailaban a su alrededor boquiabiertos.

-        No, no, no es eso, es que ya sabes cómo sois las mujeres.

Respondió excusándose torpemente el fondón moreno, sin quitar sus ojos de cada milímetro de la piel de Paloma.

-        No, no sé, cómo somos las mujeres…..voy a ver como son vuestras mujeres.

Dijo Paloma, a milímetros de la cara del fondo moreno pegándose a él con los brazos en alto, justamente antes de moverse por la sala dando vueltas, moviendo sensualmente sus caderas y contoneando todas sus curvas, hasta el lugar donde aquellas cuarentonas estaban sentadas hablando de sus cosas.

No es que fueran gran cosa, es que no valían nada, una delgaducha, con el pelo rizado y cara ratona, sin pecho ninguno, la otra bajita, y regordeta, con cara de amargada y exigente, con el pecho escaso y el culo gordo.

Con razón aquellos dos estaban babeándole. Volvió a girar, miro que Alberto seguía haciendo cola en la barra, con poco éxito y se dirigió a su posición junto a la columna, haciendo que todos los hombres se girasen a su paso y la observasen devorándola con la mirada.

-        Bueno chicos, parece que vais bien servidos con aquellas hembras.

Se dirigió Paloma burlona a los dos hombres, en su cabeza algo se empezaba a cocer.

-        Bueno, no es para tanto, comparadas contigo….

Dijo sonriendo estúpidamente, envalentonado el delgaducho de gafas.

-        Tal vez, pero yo estoy ocupada, vosotros sois dos y también estáis ocupados…si no….

Respondió Paloma malévolamente, dándoles esperanzas, viendo como la reacción de los dos hombres era de estupor e incredulidad.

-        ¿Cómo que…si no?

Pregunto parado en seco, el fondón moreno.

Paloma hizo el gesto con su dedo índice, de llamar a ambos hombres para que se acercaran. Ambos acercaron sus cabezas con los ojos fijos en el canalillo de Paloma, de forma que casi chocan.

-        Pues que como os he dicho, yo estoy ocupada, luego aunque estuviese sola, como estáis ocupados vosotros también, puuuueessss…..no sé qué podríamos hacer.

Dijo Paloma con su voz sexy más provocativa.

Los dos hombres intercambiaron miradas desorientados.

-        Nosotros, nos podemos desocupar de nuestras amigas en media hora…si tú te desocupas de tu yogurin, que nos propones.

Contesto el flacucho con gafas con maestría de estar acostumbrado a negociar.

-        Jajajaja!

Estallo Paloma en una risa tirando la cabeza hacia atrás.

-        Lo siento chicos, mi “yogurin”, tiene un arma que ninguno de vosotros puede igualar…. Así que no pienso deshacerme de él.

Respondió Paloma con suficiencia, contoneándose al ritmo de la música de forma salvaje, agitando su melena y sus tetas, hasta el punto que parecía que iban a salir del vestido, dejando a los hombres sin respuesta

-        ¿Entonces que propones?

Dijo el fondón moreno, acercándose ansioso.

-        Bueno, si estáis de acuerdo, podrías mirar, me gusta que me miren mientras los hago con mi novio…. Y si sois buenos, a lo mejor dejo que me toquéis….pero solo si yo os doy permiso…chicos malos.

Dijo esto Paloma con voz de cachonda picarona, antes de dar una vuelta sobre si misma, elevando uno de sus zapatos al bailar y mordiéndose sensualmente su labio inferior.

Los dos hombres se miraron durante un instante.

-        De acuerdo miramos…y seguimos tus instrucciones para ser buenos y tener derecho a más.

Respondió lleno de ansiedad el flacucho con gafas con la boca y los ojos muy abiertos.

El morbo invadió a Paloma, que ya sentía como el calor se extendía por su vientre.

-        Tres locales más allá, se encuentra el Calipso, un local de música caribeña, hay dos lavabos, uno grande abajo y otro pequeño en el piso de arriba donde hay como un balcón y unas mesas, el lavabo de señoras de arriba se puede cerrar, nos vemos allí dentro de tres cuartos de hora, me pone muchísimo hacerlo allí, podré gritar muuuuchooo, porque el Calypso es un local enormeeee.

Dijo Paloma, lanzándoles una mirada de perra cachonda en celo, en el justo momento que llegaba Alberto con las bebidas, y ella agarraba al chico que sostenía en ambas manos los vasos, y se dejaba llevar por Paloma, que se pasó la lengua lentamente por su carnoso labio superior, mirando a los dos hombres que sin dejar de mirarla se apresuraban a abandonar la sala, para deshacerse de sus parejas.

La raja de Paloma estaba en llamas. Había intentado sin éxito echar un polvo con el cabrón de Carlos, en el baño público de aquel local, desde que descubrió, que se podía cerrar el pestillo por dentro, la enloquecía, que la oyeran aullar de placer por fuera, y luego salir como si no pasase nada o que los echasen los seguridad, pero el capullo de Carlos, siempre se había negado, que si el escándalo, que si el qué dirán, que si incluso podrían tener problemas con la poli….ahora Paloma iba a cumplir su fantasía y a ponerle los cuernos bien puestos al gilipollas de Carlos.

Un par de cubatas más en el Calypso y la inhibición y el deseo tanto de Alberto, como de Paloma era total. El chico no dejaba de sobarla y besarla, metiéndole desesperado las manos por debajo del vestido, probando a veces de quitárselo, lo que Paloma tenía que controlar con firmeza, a su alrededor los moscones dejaban charcos de baba y el resto de mujeres hogueras de envidia.

Paloma le había contado, que lo harían en el baño público del disco pub Calypso, y que tendrían público, se lo había dicho muy acaramelada, sobándole con su perfecto muslo la entrepierna al chico, donde su enorme tranca culebreaba, el chico totalmente embriagado y desinhibido solo quería follarse a Paloma, comerle las tetazas que le volvían loco y no le importaba nada más.

El piso de arriba estaba prácticamente despejado, solo tres tíos en una mesa esquinada bebían algo mirado a la pista de abajo. Era perfecto para el plan de Paloma.

Arrastrando a Alberto entre bailoteos entraron en el baño. Paloma miro su precioso reloj de pulsera entre las pulseritas de su muñeca, faltaban menos de cinco minutos, echo el pestillo al baño.

-        Tranquilo nene, tranquilo, cariño…. Que vas a tener todo lo que quieras.

Intentaba Paloma contener a Alberto, que demasiado contento, mordisqueaba su precioso mentón, lanzaba lascivos lengüetazos a su cuello, y sus dedos alternaban amasando su precioso culo y sus enormes y turgentes tetazas esféricas, mientras Paloma trataba de contenerlo, separándolo.

-        Toc,toc,toc,toc…

Sonó la puerta, de repente.

-        Espera ansioooossooo….jajajaja.

Estallo en una risa satisfecha Paloma. Al tiempo que se dirigía a la puerta para abrirla y hacer pasar al moreno fondón y al larguirucho con gafas, que entraron rápidamente mirando hacia atrás como si los persiguiesen.

-        Bienvenidos al “espectáculo”… caballeros.

Dijo Paloma pícaramente con satisfacción, al tiempo que echaba el pestillo a la puerta.

Una suave música latina entraba desde el pub en el baño de señoras. Estaba bastante limpio, se notaba que no había pasado mucha gente por allí aquella noche, incluso se olía el ambientador.

Paloma estaba cachondisima, le encantaba que se fuera a realizar una de sus fantasías sexuales, pero aún más elaborada y al mismo tiempo, le pondría los cuernos al cabrón cornudo de Carlos.

Paloma sin dejar de sonreír, empezó a bailar lentamente alrededor de los tres hombres moviendo sus caderas y elevando sus brazos al ritmo, sobre sus tacones negros su culo perfecto subía y bajaba, bajaba y subía, al tiempo que con sus brazos y caderas agitaba de lado a lado sus enormes pechazos esféricos de talla de copa H.

Miro fijamente a Alberto, lanzándole su más lasciva mirada, mientras sentía como los otros dos hombres casi inmóviles la devoraban con la mirada.

Alberto bastante borracho y completamente caliente, se abalanzo sobre Paloma devorándole primero la boca, luego las mejillas, el mentón, el cuello, mientras sus manos amasan con avidez las tetazas turgentes y suaves de Paloma.

-        Acercaros, chicos.

Dijo Paloma con voz dulce y sexy, alargando su brazo derecho, para hacer la señal de que se acercasen a los dos hombres con el fino y alargado dedo bien cuidado de su delicada mano derecha.

Los hombres se acercaron titubeantes, sin dejar de mirar fijamente el escultural cuerpo de curvas imposibles de Paloma.

Alberto saco por el redondo escote del negro vestido de Paloma, sosteniéndolas como pudo, primero el globazo derecho y luego el izquierdo, amasándolas desde abajo, empezando a mamarlas, pasando toda su lengua con ansiedad por su enorme y redonda areola oscura, justo antes de pasar a succionar con fiereza los enormes pezones de Paloma.

-        Ooooohhh…siiiii…nene…siiiii…ooooohhh….te estas convirtiendo en un expertooooo. Chuuuupaaa…chupaaa

Gemía de placer Paloma, mientras sentía cada vez más cerca el aliento de los dos cuarentones.

Mientras Alberto le devoraba los pezones, Paloma coló sus delicadas y finas manos entre los pantalones del chico, y abriéndole los cierres, le bajo los pantalones y saco de sus calzoncillos su enorme verga, completamente morcillona, a un milímetro de estar erecta como una lanza.

-        ¡Madre mía!

Exclamo el larguirucho con gafas al contemplar el pollón de Alberto.

-        ¡Joder, menudo pollón!

Dijo a su vez el fondón moreno.

-        Ya os dije que no eráis rivales…jajaja

Dijo Paloma con su voz más dulce y sexy, al tiempo que sonreía y miraba con autosuficiencia y orgullo a los dos hombres, sin dejar de acariciar el cabello de Alberto, que no dejaba de succionar sus pezones con fuerza.

-        Vamos acercaros…oooohhh… no seáis tímidos…oooohhh…..tocarmeee….oooohhh.

Decía Paloma con su voz más lasciva de perra cachonda.

Los dos hombres se acercaron lentamente boquiabiertos, llenos de sorpresa.

-        Jodeeerrr…esto parece una peli porno…..que maravillosamente cachonda y puta eres.

Dijo el moreno fondón, resoplando, con los ojos abiertos como platos, dirigiendo tímidamente sus manos al muslo y la nalga más cercana de Paloma, mientras su amigo largirucho de gafas, cogía  con delicadeza el hilo del tirante del vestido negro por detrás del cuello  de Paloma, y se lo pasaba a ella por encima de la cabeza dejándolo caer después para que sus enormes y perfectas mamazas erectas y esféricas, se liberasen completamente, sostenidas por la manos de Alberto mientras las devora con la boca.

El larguirucho con gafas más seguro de sí mismo, con delicadeza recogió el vestido sobre la cintura de Paloma, y con sus manos empezó a recorrer el vientre plano y las caderas de Paloma, agachándose a besar y chupar su delicada, suave y cálida piel.

-        Ooooohhhh….siiiiiiii.

El moreno fondón, ya con confianza subió la minifalda negra del vestido de Paloma.

-        Ooooooohhh…que culoooooo….es perfecto……todo esto es perfectoooooo……..jodeeerr esta situación es maravilosaaaa.

Decía el moreno fondón, abriendo completamente su mano para abarcar primero una de las nalgas redondas y perfectas de Paloma, y luego la segunda, para a continuación con ansiedad y deseo empezar a cerrar sus dedos como si fueran garras, amasando sus suaves y firmes carnes.

-        Oooooooohhh….huuuuuummm…oooohhhhh…..siiiiiiii.

Gemía de máximo placer Paloma, cerrando los ojos y deleitándose, sintiendo como seis manos y seis bocas recorrían su cuerpo con deseo extremo. Pues pronto el moreno fondón, empezó a lanzar mordiscos suaves a su culo y a sus firmes y redondeados muslos, hasta bajar a los gemelos y los tobillos, mientras su amigo el larguirucho después de devorar su ombligo y vientre, se dirigió a chupar sus caderas y luego relevo a su amigo en el amasamiento del culo de paloma, lanzándole también mordiscos suaves.

-         Ooooooohhhh….oooooooohhhh……siiiiiiii…

Paloma estaba en el séptimo cielo, como se la estaban comiendo, mientras ella no dejaba de pajear levemente la enorme verga de Alberto, que tenía que coger con ambas manos para poder masturbarle.

Paloma cogió delicadamente por el pelo a Alberto llevándole hasta su boca, y sin dejar de pajearlo adelante y atrás, atrás y adelante, empezó a comerle la boca, enroscando su lengua con la del chico con deseo y ansia.

Casi al momento sintió lo que esperaba, las manos de los dos hombres, sin dejar de manosear, mordisquear y besar su cuerpo, suave y cálido, se lanzaron a amasar sus manazas babeadas por Alberto, a pellizcar suavemente sus enormes pezones, a hundir sus dedos como garras en su carne redonda, turgente, erecta, suave, firme y maleable a la vez.

Paloma jadeaba entre los besos con Alberto, cerrando los ojos y concentrándose con fuerza en todas las sensaciones que inundaban su cuerpo, su raja estaba empapada, no recordaba una sensación de mayor excitación y calentura sexual en su vida, cuando los dos hombres empezaron a meter sus dedos ansiosamente bajo la empapada parte delantera de su tanga de hilo negro.

-        Oooooooohhhh…….aaaahhhhh……aaaahhhhh….siiiiiii

Empezó a retorcerse de placer Paloma, cerrando los ojos y mirando al techo, mientras Alberto devoraba sus preciosas y delicadas orejas y su cuello.

-        Esto es maravilloso, estas buenísima y más caliente que el fuego……que mojada estas puta…..esto es un sueño, un sueño, una fantasía hecha realidad.

Dijo el larguirucho, lanzándole un apasionado beso a un hombro de Paloma, sin dejar de jugar con habilidad con el clítoris de Paloma, alternando en ese masajeo con su amigo el fondón, que, sin preocuparse por las babas de Alberto, poseído por el deseo y la ansiedad también empezó a chuparle la enorme areola y succionarle el enorme pezón.

Paloma dejo la tranca erecta de Alberto, y empezó a sobarles las pollas a los dos hombres por encima del pantalón, con sus suaves y delicadas manos.

-        Oooooohhhh…buuuuufff…oooohhh

Empezaron a jadear y resoplar los hombres aumentando más el ritmo de su fricción en el clítoris de Paloma.

-        Aaaaaaaaahhhhh……..ooooooohhhh

Tenso el cuerpo para atrás  Paloma chillando de placer contrayendo su raja y chorreando su orgasmo, rodeada por tres machos que poseían cada milímetro de su cuerpo para su deleite.

-        Ooooooohhh como te has corrido….zorraaaaa….sluurpp…sluuuurrpp

Decía el moreno fondón sin dejar de chuparle su enorme teta a Paloma.

-        Huuuuuummmmm….sacaros vuestras pollas y machacároslas…mientras os muestro mis habilidades.

Dijo Paloma, recuperándose del orgasmo y desembarazándose de los dos hombres de forma cuidadosa moviendo su cuerpo, se puso de rodillas frente a Alberto sostenida sobre sus tacones negros, cogió la cabeza de la anaconda del chico, y empezó a lamerle el glande, extendiendo su lengua, lanzándole lengüetazos extensos y cortos, jugueteando con su glande, moviendo su cabeza en círculos, para lamerle todo el glande mientras con su mano delicada y fina le pajeaba el tronco lentamente.

-        Aaaahhhh…..oooooohhh…..aaaahhhh.

Se retorcía de placer Alberto, apoyándose en el mármol de la pila del baño con las dos manos.

-        Oooooohhhh siiiiiii….putaaaa….como la chupaaaasss

Decía el larguirucho, que ya había empezado a pajearse una polla estándar de unos doce centímetros.

Paloma empezó a ajustar sus labios, abriendo mucho la boca al perímetro del pollón de Alberto y empezó a combinar bombeos sobre ella, tragándosela casi hasta el pubis del chico, adelante y atrás, atrás y adelante, con lengüetazos en su glande y prepucio, como le encantaba sentir llena su boca de aquella enorme verga, llena hasta la arcada.

-        Ooooooohhhhh…..aaaaaahhhh…siiiiiii…aaaaaahhh.

Gemía de placer Alberto, durante los más de cinco minutos que duró la mamada, antes de que Paloma tomase con sus delicadas manos sus tetazas por los lados, enormes, esféricas y totalmente enrojecidas y cubiertas de marcas y chupetones y enterró entre ellas, el enorme garrote del chico, apretándolo entre ellas, empezó a sacudirlas arriba y abajo, abajo y arriba.

-        Oh siiiii..que buena estas, pero que buena estas…y que puta eres ….jodeeeerrr ereeees una expertaaaa…

Jaleaba el fondón moreno a Paloma, sin dejar de pajearse completamente excitado.

-        Oooooohhhhh……ooooohhhh…..oooooohhhh…

Paloma noto como la vergota de Alberto empezaba a palpitar, la agarro con sus delicadas y femeninas manos y abriendo mucho la boca, apoyo su punta en su lengua, al instante una primera ráfaga de cálida leche de Alberto lleno su boca, después una segunda, una tercera y así hasta el final.

Paloma dejo la semiflacida trancaza de Alberto y se giró hacia los dos hombres,  mostrándoles como jugueteaba con la blanca semilla del chico, que rebosaba su boca, gusto antes de tragársela de una vez, llevándose una mano a la boca ante la sensación de que el semen de Alberto se le iba a salir de la misma.

-        Aaaaaaahhhhhh….hhuuuuuummmm….que ricaaaaaahhhh…..

Dijo voz de niña, provocadora y lasciva Paloma, después de tragársela.

-        Joooooodeeeeerrrrr……. Estas bueniiisimaaaa y que zorraaaa cachondaaaaa….

Exclamo el larguirucho fuera de sí, sin dejar de pajearse.

Paloma avanzo entre los dos hombres dándole la espalda al chico y dejando caer su vestido de forma lenta y sexy al suelo, quedando solo con su tanga de hilo finísimo, negro, liso de seda , saliendo del vestido adelantando un pie y luego el otro, con sus tacones negros, que realzaba su perfecto culo y su espectaculares tetazas enormes y esféricas, que desafiaban la gravedad.

-        Vamós acercarooooos…quierooo sentir vuestras manos en mi cuerpo….huuuummmm

Susurro Paloma con su voz de zorra enloquecida por la lascivia y el morbo, como nunca lo había estado en su vida, totalmente desinhibida por la lujuria y el alcohol.

El larguirucho con gafas y el fondón moreno, se abalanzaron lentamente sobre el cuerpo voluptuoso y de firmes curvas de Paloma, sus bocas y sus manos recorrían su cuerpo, ardientes y hambrientas, jugueteando con su raja, con sus nalgas con sus pezones, mientras las manos delicadas y los dedos finos de Paloma, se aferraban a las pollas estándar de los dos hombres pajeandolas, adelante y atrás, atrás y adelante, lentamente, las trancas erectas como estacas.

-        Oooohhh….oooohh….oooohhh

Jadeaban los tres a la vez.

Paloma sintió una quinta mano que tocaba su espalda, y la cabeza de un tercer pene que rozaba sus nalgas. Giro la cabeza, para ver a Alberto boquiabierto y de nuevo con su enorme y gruesa verga erecta y palpitante.

-        Jajajaja….chicos…no tenéis nada que hacer frente a mi semental…..jajaja.

Estallo risueña y divertida Paloma, ante el asombro de los dos hombres que se quedaron petrificados, mirando el tiempo record en que el chico se había recuperado.

-        Es, es, es, es por tu culpaaaa…. Palomaaa…estas tan buenaaaa…

Susurro Alberto de forma tímida y acomplejada, mirando al suelo avergonzado, mientras Paloma se erguía pavoneándose, dirigiendo un pensamiento malicioso al cornudo de su marido, viéndose rodeada de pollas tiesas y palpitantes, tres machos obsesionados con su espectacular cuerpo, mientras su marido no aguantaba ni un asalto.

-        Joder chaval, que suerte tienes.

Exclamo el moreno fondón, con la voz cargada de sana envidia.

-        Jajajaja…..vamos Alberto cariño, túmbate aquí abajo y te cabalgare hasta aliviarte…jajajaa.

Dijo Paloma orgullosa y dominante, sin dejar de sonreír como una perra lasciva.

El chico se tumbó entre las piernas de Paloma y esta se acercó y doblando sus rodillas se sostuvo sobe sus tacones de aguja negros, hasta que, con sus femeninas manos, aparto el triángulo empapado del tanga que cubría su raja y coloco la enorme tranca de Alberto entre sus labios, bajando lentamente sobre él, sintiendo como una vez más las paredes de su vagina se abrían brutalmente ajustándose al diámetro de la estaca del chico.

-        Oooooooohhhhh….uuuuuuuhhhhh….siiiiiiiiiiiiii….neeeeeeneeee

Estallo en un gemido Paloma, echando la cabeza para atrás, agitando así su preciosa melena rubia beis, cerrando los ojos y gozando de aquel inmenso placer.

Cuando la sintió toda dentro, apoyándose en sus rodillas y sus esculturales piernas, empezó a subir y bajar, bajar y subir sobre la erecta estaca del chico, subiendo hasta que solo la cabeza del prepucio quedaba dentro de ella, sintiendo como el chico, agarrándole por las caderas , la ayudaba a bombear, al tiempo que sus enormes y esféricos globos en forma de gota de lluvia a punto de desbordarse por los lados, se balanceaban de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, arriba y abajo, abajo y arriba, lo mismo que la crucecita que le había regalado su marido, cuando eran novios, donde estaba grabado, “fidelis”; fieles y que simbolizaba su fidelidad mutua, como le gustaba a Paloma ver zarandearse aquella cruz, sabiendo lo que significaba.

Los dos hombres, con los ojos fijos como hipnotizados en el cuerpo voluptuoso y espectacular de Paloma, seguían masturbándose, en paralelo a la pareja.

-        Acercarooooosss….aaaahhhh….acercarooooos….aaaaaaaahhh.

Les pidió Paloma alzando la voz con sus gritos de placer, mientras de fondo se oía la música ligera latina.

Tanto el larguirucho con gafas, como el fondón moreno, se acercaron cumpliendo las indicaciones de Paloma, la cual tomo cada polla con una de sus manos y siguió masturbándoles adelante y atrás, atrás y adelante, mientras aumentaba el ritmo en el que cabalgaba a Alberto.

-        Oooooooohhhh….siiiii…siiii…oooohh

Gemían ambos hombres, mientras lanzaban sus manos para agarrar y amasar los enormes melones batientes de Paloma de talla de copa H, que estaban enrojecidos, hinchados, cubiertos de babas y con los pezones erectos y duros como  dos barras de acero.

-        Aaaaaaaahhhhhhh……aaaaaahhhh….aaaaaaaahhh

Aullaba cada vez más fuerte Paloma, sintiendo el placer indescriptible que le daba la enorme y gruesa polla de Alberto, de la que no se saciaba nunca y estaba empezando a sentirse enganchada sin remedio.

-        Aaaaahhhhhh…..aaaaaaaaahhhh…..aaahahhh

No cesaba de gritar Paloma, en un éxtasis de lujuria, sintiendo aquella polla dentro de sí, al tiempo que el líquido preseminal, de las pollas de los otros dos, se escurrían entre sus delicados y femeninos dedos. El olor a sexo del ambiente del baño de mujeres de la segunda parte, se podía cortar. Paloma se retorcía de placer, sintiendo palpitar su raja como nunca, su cuerpo cubierto de chupetones y rosetones, y sus supersensibles tetas estrujadas sin piedad en su ajetreo, por aquellos dos hombres, estaba fuera de sí, poseída por el deseo.

-        Joder como chillas…zorraaaaa….como chilaaaasss….aaahhh…

Gemía el larguirucho de gafas.

-        Aaaaahhh….aaaahhhh.aaaahhh…aaaahhh

No dejaba de gritar de placer Paloma, aumentando el ritmo del bombeo sobre el chico, arriba y abajo, abajo y arriba, ayudado por el chico que hincaba sus dedos en sus firmes y redondas nalgas perfectas. Completamente poseida por la lujuria, Paloma tenía el deseo irrefrenable de chupar una buena polla.

-        Sluuurrp…sluuuurp…sluuuurp

Cegada por el deseo, se recogió sensualmente su preciosa melena rubia hacia atrás y empezó a chupar la polla del moreno fondón, atrayéndolo hacia ella, pajeando el tronco, mientras con la lengua lamia suave y cálidamente el prepucio, degustando el glande, sin dejar de masturbar al larguirucho y de cabalgar a Alberto.

-        Ooooohhhh….Diooooossss…….siiiiiiiiiii.

Aullaba de placer el fondón moreno, retorciéndose.

-        Sluuuurrrppppp…..sluuuurrrrppp….sluuuurrrpp

Chupaba desesperadamente Paloma, llenándose la boca del sabor de su polla, sin dejar de enterrar y sacar la polla de Alberto de su raja.

Y al cabo del rato, cuando notaba que el rabo del fondón moreno, empezaba a palpitar demasiado, la saco de su boca, empapada en su saliva, dejando un chorro de la misma de su boca a la verga y giro la cabeza, para lanzar su mirada más lasciva, promiscua y zorra posible al larguirucho con gafas, antes de tragarse su prepucio y empezar a masajear y devorar su glande con su juguetona lengua.

-        Sluuuuurrrppp….sluuuuuurrrppp….sluuuurrrppp

Chupaba con placer y desesperación Paloma.

-        Ooooooohhh siiiiii…chupaaaaa zorrraaaa..

Gritaba de placer el larguirucho de gafas, con el rostro desencajado y completamente rojo.

La resistencia del chico era increíble, y los dos hombres luchaban por aguantar, esperando desesperadamente las señales de que el chico iba a correrse, mientras Paloma, no dejaba de comerles las pollas, alternativamente, con unas ganas y un deseo, como nunca se las habían comido, ella seguía galopando sobre la estaca del chico, como si estuviera en trance, sin parar de gesticular con el rostro desencajado por un placer, que nunca había gozado en sus treinta y seis años de vida.

-        Oooooooohhhhhhhhh……

El moreno fondón ya no pudo aguantar más y empezó a eyacular dentro de la boca de Paloma, que totalmente en trance se aferró a aquella polla, tragándose ráfaga tras ráfaga de la simiente cálida del moreno fondón, que se retorcía de placer.

-        Pom, pom, pom, pom…..Que pasa ahí dentro….abrir la puerta…abrir la puerta.

Se oyó de repente un ruido procedente de la puerta

-        Aaaaaaaaaahhhhh.

Estallo en un orgasmo Paloma con la boca llena del semen del moreno fondón, que se tragó en el aullido de placer, mientras un relámpago de placer recorría su columna vertebral y su clítoris estallaba como una fuente, lanzando una fuente de sus fluidos hacia adelante y su raja estrujaba como si la retorciese la verga enorme de Alberto.

-        Pom, pom, pom….abrir de una vez ….o tiraremos la puerta

Se oían los golpes y voces desde la puerta.

-        Aaaaaaaaahhhhhh………..aaaahhhh.

Estallaban a la vez el chico y el larguirucho de gafas. Alberto inundándola con su enorme torrente de leche, haciendo que sus últimos bombeos por inercia, sonasen “chof –chof-chof” ,por el efecto ventosa de la enorme cantidad de semilla del chico y el larguirucho de gafas, lanzándole varias ráfagas de leche a Paloma, todas en la cara, cruzándole los ojos, las mejillas, los labios.

-        Ya va, ya va, ya vaaa….

Grito jadeando el moreno fondón.

-        Rápido, rápido…salir vosotros y luego saldremos nosotros.

Dijo Paloma, levantándose rápidamente, cogiendo su vestido negro que estaba al lado de ellos hecho un ovillo, al tiempo que cogía a Alberto y corría con él hacia una de las tazas con su puerta, mientras el semen corría por su cara y por sus piernas.

Los dos hombres de cuarenta, se vistieron rápidamente, el cuarto de baño apestaba a sexo, y algunos fluidos formaban charcos por el suelo.

Aun se estaba acomodando la camisa el larguirucho con gafas, cuando el fondón moreno abrió la puerta.

-        No, es que teníamos una urgencia.

Dijo el fondón moreno, ante uno de los dos seguridad cuadrados como armarios que entro al abrir él la puerta.

-        Que urgencia, pedazo de maricones, que os hemos oído gritar …a follar a la calle maricones.

Contesto el otro, agarrando por el cuello al moreno fondón y sacándolo violentamente del baño, mientras el primero cogía de forma brutal al larguirucho con gafas y lo sacaba de allí a empujones.

-        No, oiga, nooooo….no es lo que parece…aaaaahhh.

Gritaba quejándose el larguirucho con gafas, mientras lo arrastraba afuera retorciéndole el brazo el primer seguridad.

Paloma con una enorme sonrisa y a punto de la carcajada, le indicaba a Alberto que no hiciese ni un ruido.

La puerta se cerró, tras ellos, Paloma divertida, asomo la cabeza por la puerta del váter privado. La puerta del baño, estaba cerrada.

-        Jajajaa…cariño…ha sido genial….jajajaja.

Dijo Paloma, sin parar de reírse, mientras frente a la pila del baño, se limpiaba el semen de la cara, y volvía a ponerse el tanga en el sitio, para después volver a ponerse el vestido negro.

-        Tesoro ahora salgo yo, cuenta cinco desde que cierre la puerta del baño y sales tú, entendido.

Pregunto Paloma a Alberto. El chico, que estaba, blanco y paralizado, por el miedo y la vergüenza, asintió.

Paloma salió del baño, y a continuación tal y como le había indicado, salió Alberto muerto de miedo. En el piso de arriba no había nadie y abajo la pista estaba a tope en su punto álgido.

Paloma cogió al chico por la mano, y entre el sonido de la pista se escabulleron, mientras en la cara de ella, se podía ver la sonrisa de mayor satisfacción de su vida, salieron por la puerta trasera, sin hacerse notar, en la delantera, el moreno fondón y el larguirucho de gafas, inmovilizados por los seguridad seguían forcejeando y discutiendo.

-        No sabe usted, con quienes está hablando.

Decía el larguirucho de gafas.

-        Eso explicárselo a la policía cuando venga….par de maricones.

Una gran sonrisa divertida se dibujó en el rostro de Paloma al echar la última ojeada, antes de perderse bajo las sombras de la noche, calle abajo con Alberto de la mano.

-        Ha sido maravilloso nene, maravilloso….el mayor orgasmo y la mayor corrida de mi vida….muuuuacc.

Le dijo Paloma a Alberto, ya dentro del coche antes de darle un pico en los labios, el muchacho jadeaba, aturdido, medio borracho y todavía blanco por la impresión. Mientras Paloma más satisfecha que nunca en toda su vida, conducía en dirección a su casa, con una magnifica sonrisa y el tanga y los muslos chorreando el semén del pollón grueso y largo de su adolescente semental.

Al llegar a la casa y a pesar de la insistencia de Alberto, Paloma mando al chico a dormir a su cuarto, al día siguiente regresaba Carlos, y no sabía sobre qué hora, además tenía que arreglar la casa y Alberto aprender a contenerse. Así que se dio una reparadora ducha y se fue a dormir.

Al día siguiente se despertó, serian sobre las diez de la mañana, se tomó un ibuprofeno contra la resaca, se recogió su preciosa melena rubio beis en una coleta, y por si el chico se levantaba antes de llegar Carlos, para evitar calentarlo, se puso un pantalón de chándal de algodón negro y una sudadera fina de Carlos, de forma que sus curvas desaparecían a la vista de quien observase su cuerpo.

El chico agotado por las emociones y la resaca del alcohol seguía durmiendo, cuando sobre la una del mediodía llego Carlos.

Paloma estaba sentada con los pies femenina y sensualmente sobre el sofá.

-        ¡Hola!

Dijo Carlos al pasar junto a la puerta.

-        ¡Hola!

Contesto seca y fríamente Paloma, sin dirigirle la mirada a su cornudo marido. El cual se dirigió a su despacho y después a su cuarto.

Al rato volvió a la sala de estar donde estaba Paloma sentada en el sofá.

-        ¿Dónde está Alberto?

Pregunto Carlos con voz neutra.

-        Creo que sigue durmiendo, ayer salió y creo que volvió tarde.

Respondió Paloma con voz pétrea.

-        Vale, me voy a mi despacho, no me molestes si no es urgente.

Paloma dio la callada por respuesta, al tiempo que sonreía maliciosamente, sabiendo que el chico había hecho suyo su culo, en ese lugar que el cabrón de Carlos consideraba especial y privado.

Al rato Paloma puso en el horno un par de pollos a l´ast precocinados, una bolsa de papas y una ensalada. A las dos y media se pusieron a comer, el chico se había levantado a las dos, un silencio sepulcral y cortante recorrió toda la comida, excepto por alguna sonrisa cálida de Paloma a Alberto, el cual quería que se le tragase la tierra.

Después de comer cada uno fue a un lugar diferente, el chico a su cuarto, Carlos a su despacho y Paloma al sofá frente a la televisión.

Serían cerca de las ocho menos cuarto, cuando Carlos, entro en la sala de estar donde Paloma dormitaba frente al televisor.

-        ¿Oyes, tú o el chaval, no habréis estado en mi despacho, no?

Interrogo Carlos a Paloma.

Esta le lanzo una mirada iracunda, deseando contarle como le había reventado el culo Alberto con su prodigiosa polla, una verdadera polla y no el palillo, que él tenía entre las piernas.

-        No, por supuesto que no, pedazo de cabrón, ni él, ni mi madre, ni nadie más.

Respondió Paloma llena de rabia.

-        ¡Oye, oye tranquila, eh!

Contesto a la defensiva Carlos.

-        Que yo esté tranquila, hijo de puta…después de lo que dijiste de mí y de mi familia, que si no fuera por ellos, no habríamos podido ni comer, cabrón.

Estallo Paloma a gritos.

-        Vale, vale, vale...a lo mejor me pase un poco…joder….que estoy muy estresado…cojones.

Respondió Carlos, elevando la voz.

-        Tu estas estresado, hijo de puta, que te crees que eres el único, que esta estresado aquí. Y acaso no tengo yo comprensión con tu estrés, que no eres capaz de aguantar ni tres minutos en un polvo sin correrte, amén de que casi nunca tienes ganas…y te digo yo algo, te lo digo cabrón.

Volvió a estallar Paloma con lágrimas en los ojos.

-        Vale, vale, vale…reconozco que me pase, te pido perdón te pido perdón, por lo de tus padre joder, perdí los estribos, joder.

Contesto Carlos, mirando hacia los lados y gesticulando con los brazos.

-        Y lo que me dijiste a mi hijo de puta, manirrota, zorra, puta, vieja…te crees que yo no tengo sentimientos, cabrón de mierda.

Gritaba Paloma con las lágrimas de cocodrilo corriéndole por las mejillas, estaba hecha toda una actriz.

-        Joder perdona Paloma, ya te dije que perdí los estribos, joder.

Respondía Carlos compungido, sin saber qué hacer.

-        Te metes tu perdón por el culo, cabrón…sniiifff….esto es lo que va a pasar, a partir de ahora no quiero, ni oír de ti el más mínimo comentario, el más mínimo gesto, hacia la ropa que me ponga y donde me la ponga, como si quiero ir con lencería por la calle, está claro, está claro cabrón, así sabrás la mujer que tienes, cuando todos los demás, devoren este cuerpo que tu desprecias.¡TE HA QUEDADO CLARO!

Grito enérgica Paloma, después de haber secado las lágrimas y absorbido la nariz, dando una sentencia categórica e inapelable.

-        Si, si, me ha quedado claro.

Contesto Carlos, cabizbajo y sometido a la decisión de su mujer, al tiempo que Paloma se levantaba violentamente del sofá y pasaba junto a él, sin siquiera mirarlo, para entre lágrimas y fingidos gemidos dirigirse a su habitación, dando un portazo al entrar.

Paloma se lavó la cara, en el cuarto de baño de su dormitorio y se miró al espejo. Que cachonda le había puesto la pregunta sobre su despacho de Carlos, había pasado un rato en el sofá tocándose suavemente, con sus enormes pezones duros y erectos que hasta le dolían, todo había empezado durante la comida, la visión del chico, con aquel semblante preocupado y callado, como un cervatillo asustado, sabiendo ella la herramienta que tenía entre las piernas, como la ponía ver al chico contenerse y mostrarse tímido y retraído, totalmente desvalido, eso la ponía cachonda perdida, nunca, nunca, nunca antes en su vida le había pasado, y además con el cabrón de su marido allí, que morbo. Le habían dado ganas salvajes de meterse debajo de la mesa y comerle el rabo allí mismo a Alberto, arrancándole alaridos de placer, delante de su marido.

Volvió a lavarse la cara Paloma y se saco la sudadera fina, sus enormes tetazas estaban más erectas y redondas que nunca, con sus pezones inertes en el centro de su redondez apuntando hacia el centro, incluso sus areolas oscuras se veían mayores.

-        Buuuuuuffff

Resoplo Paloma, nunca en toda su vida había estado tan caliente, durante tanto tiempo, aquello era una locura, como si estuviera borracha, obsesionada con la enorme y gruesa verga del chico, solo de pensarlo su raja se humedecía, no sabía cómo iba a hacerlo durante la semana con Carlos en casa, pero no podía renunciar al enorme placer que le daba aquella gruesa polla, vital y joven, fuerte y grande como una barra de acero.

Estaba tan cachonda y enfurecida, tanto que casi le cuenta la verdad a Carlos de como el chico le rompió el culo sobre la mesa de su despacho.

-        Buuuuuuuffff

Volvió a resoplar Paloma, al tiempo que se lavó la cara por tercera vez. Cogió un bote de body milk y empezó a extenderselo por sus gloriosas y perfectas tetazas de talla de copa H, que desafiando toda lógica física, se alzaban turgentes con sus pezones erectos en punta, por los que se pasó una y otra vez la crema, al tiempo que mordía ansiosa su labio inferior, poseída por la lujuria.

Cerro los ojos, y volvió a resoplar, necesitaba la polla de Alberto la necesitaba. Se sacó los pantalones anchos del chándal sus braguitas brasileñas blancas de punto ya chorreaban, se las quito, se lavó en el bidet, sin dejar de jugar con sus pezones, y se dirigió a su cómoda, se puso otras braguitas de tipo brasileñas blancas transparentes de seda y encima un salto de cama blanco, también algo transparente donde se marcaban sus enormes pezones,  y con sus babuchas de angorina rosas, salió de la habitación sin hacer ruido, paso por el pasillo como un suspiro, viendo como Carlos, había vuelto a su despacho y estaba viendo videos de Youtube, por lo visto. Se acercó sigilosamente y pego la oreja a la puerta de la habitación de Alberto.

El chico estaba hablando en voz alta, probablemente en una videoconferencia con sus amigos. Paloma se mordió el labio inferior y una malicia inundo su mente.

Abrió la puerta muy lentamente, comprobando para su alegría que la habitación estaba totalmente oscura, un flexo encima del escritorio del chico era la única luz de la estancia, el escritorio estaba puesto enfrente de la puerta de manera que el chico tenía que girar la cabeza a la derecha para mirar a la misma.

Paloma entro abriendo lo justo la puerta, y la cerro tras de sí muy lentamente, el chico no se dio cuenta. Paloma se puso a cuatro patas y se acercó sigilosamente, como la gata en celo que era, Alberto no perdía atención a la pantalla de su ordenador.

-        Que si tío, que sí, que el world of warcraft tiene los gráficos hechos en Corea.

Decía Alberto a la pantalla.

- Venga tío, no jodas, si fuera así, serian dibujos manga….jajaja

- Jajaja.

Se oían dos voces saliendo del ordenador.

Paloma llego junto a Alberto y empezó a acariciarle, la pierna, el chico giro la cabeza alarmado y sorprendido, mirando a la vez a la puerta y preguntándose cómo había podido entrar Paloma, sin que él se diera cuenta.

Paloma empujo al chico, para intentar colarse en el hueco del escritorio sin levantarse ni dejarse ver, por los de la videoconferencia.

- Ey, Alberto, ¿Todo bien?

Se oyó la voz de Luis que decía.

-        Si, si, si…todo bien, nada…u-u-u-una corriente extraña.

Dijo Alberto, retirándose lo justo para que Paloma se pusiese debajo del escritorio en el hueco. De rodillas, se acercó al chico abriéndole las piernas de forma suave y delicada, le miro desde abajo, una mirada de zorra en celo desatada, mirada que Alberto de forma asustadiza correspondió por un momento, Paloma se había puesto colorete y pintalabios, le lanzo un beso y un guiño, y dirigió sus femeninas manos de delicados dedos a su paquete, empezando a acariciarlo lentamente.

- Pues si tío, los gráficos del warcraft son una pasada

Se oía la voz de Eduardo, mientras Alberto respiraba cada vez más lenta y entrecortadamente, quedándose blanco, las manos de Paloma se habían deslizado dentro de su paquete y masajeaban su verga, subiendo y bajando, bajando y subiendo la piel de su prepucio lentamente, Paloma miraba aquella polla como en trance, como nunca en su vida, como si estuviera narcotizada por el olor del líquido preseminal de aquel garrote.

- Y que opináis del nuevo call of duty, cada día los hacen más realistas, si juego la versión 3D me vuelvo loco.

Se oía que preguntaba la voz de Eduardo. Cuando Paloma agarrando la erecta estaca de Alberto, empezó a lamerla con su larga, ancha y cálida lengua de arriba abajo, de abajo a arriba, embriagada por la lascivia. Si, el escuchar a los chicos allí le encantaba, el hecho de que en cualquier momento pudiera entrar su marido Carlos y la pillara comiéndole el rabo al hijo de su padrino, la enloquecía de morbo.

-        Buuuuuuuuuuuuffffffff

Suspiro Alberto.

- Bueno tío, tampoco es para tanto, ya existen juegos 3D, brutales, jajaja.

Respondía Luis al suspiro de Alberto. Cuando Paloma introdujo el prepucio del chico en su boca y empezó a mover su lengua enloquecidamente, proporcionándole un brutal masaje lingual a su glande.

- ¿Qué opinas tío, del call of duty nuevo?

Interrogo de nuevo Eduardo a Alberto.

El chico estaba blanco, con la boca semiabierta, mirando levemente, hacia Paloma y hacia la pantalla.

- Yo-yo-yo- pues---no sé, no –sé…supongoooh que será genial.

Contesto Alberto tragando las palabras.

- Hombre gráficos nuevos, THI, multicolor, con definición de movimientos, lo que ha dicho Edu, si juegas en 3D. Te parapetas en el sofá y de ahí no te sacan hasta que haya un apagón. Aunque a mí en realidad, me gusta más jugar sin 3D, solo con perspectiva, me gusta que los sobresaltos me lleguen en mi sofá o en mi habitación, no en un lugar que no espero…bla, bla, bla…

Seguía Luis hablando sin parar, mientras Paloma rodeando la tranca de Alberto con las dos manos apoyadas en su pubis, ajusto sus labios a su enorme y gruesa tranca y empezó a bombear sobre ella, subiendo y bajando la cabeza, bajando y subiéndola, llenando su boca hasta la arcada, una sensación que adoraba, al principio lentamente, pero cuanto más oía, hablar sin parar a los amigos de Alberto, más aumentaba el ritmo y la potencia del bombeo, era increíble, le encantaba el sabor de aquella polla, su potencia y palpitación y mamársela mientras hablaba con sus amigos le daba un morbo magnifico.

- Si por ejemplo los videojuegos de la play, casi ninguno tiene 3D, pero las últimas versiones son inmejorables, con comentarios y con foro para que la comunidad gamer pueda aportar sus ideas, para las nuevas versiones, la verdad es que cada vez son mejores…bla, bla, bla…

Continuaba Edu, sin parar de hablar y cuantas más cosas sin sentido decía, más enloquecida la lengua de Paloma chupaba y masajeaba el tronco de Alberto.

-        Buuuuuuuuuuuuuuufffffffffffff

Volvió a gemir Alberto repantingado en su asiento, con los brazos caído y la mirada perdida.

- Ey Alberto tío, que te pasa.

Pregunto Luis

- Si tío, estas bien.

Insistió Edu. Las piernas le temblaban a Alberto, mientras entre ellas de rodillas, Paloma devoraba frenéticamente su glande, sin dejar de maturbarle el tronco de su estaca con las dos manos.

-        Noooo….noooo…noooo..me encuentro muy bien…mañana hablamos…valeee…

Contesto Alberto, acercando torpemente su mano al ratón, para colgar la videollamada de Skype.

- Vale tío, nos dejas preocupados…pero vale.

Contesto Luis antes de apagarse su voz en la videoconferencia.

Alberto tiro levemente su silla hacia atrás y miro fijamente a Paloma, que le devoraba la verga como si fuera un dulce de feria, lanzándole miradas de niña picara.

-        Toc, toc, toc,

Sonó la puerta del cuarto, en el mismo instante en que Alberto lentamente había bajado sus manos para agarrar las erectas y doloridas tetazas de Paloma, rodeándolas por abajo en toda su redondez.

-        Alberto puedo pasar.

Se oyo la voz seca y malhumorada de Carlos al otro lado de la puerta. El chico saco las manos del cuerpo de Paloma y un rayo de terror atravesó su cuerpo y se dibujó en su cara.

Paloma se metió completamente dentro del hueco del escritorio y agarrando al chico por su pollazo, lo ajusto al mismo, quedando muy apretada entre las piernas de Alberto.

-        Si, siiii

Se oyó que decía Alberto. Carlos abrió la puerta del cuarto.

-        ¿Oye has visto a Paloma?

Preguntó, ajustando sus ojos a la oscuridad, el marido de la diosa voluptuosa que le estaba chupando la polla en aquel momento, y que al oír la voz del cabrón de su marido, sosteniendo la tranca del chico se la introdujo de nuevo en la boca y empezó a mover su cabeza adelante y atrás, atrás y adelante rítmicamente, tragándose aquella polla a la vez que la masajeaba con su lengua, hasta dar con su nariz en el pubis del chico y emitiendo leves arcadas mudas, como la enloquecía aquella sensación.

Alberto tragando saliva, se abalanzo lentamente sobre el escrito cruzando los brazos aguantando como podia, respirando entrecortadamente, mientras Paloma loca de deseo y morbo aumentaba el ritmo del bombeo.

-        ¿Oye, me escuchas, estas con nosotros, que si has visto a Paloma o sabes algo de ella?

Volvió a repetir entre sorprendido y enfadado Carlos.

-        Nooohh

Dijo de forma apagada Alberto girando la cabeza y abriendo mucho los ojos, totalmente pálido, sintiendo como su polla palpitaba ferozmente y solo él podía oír las pequeñas arcadas de Paloma, cada vez que notaba como su naricita golpeaba su pubis, cada vez con más asiduidad.

-        Bueno, te dejo….que como siempre no estás  muy bien chaval, la he buscado por toda la casa, pero no la he encontrado, si la ves le dices que he bajado un rato al bar, en cosa de una hora o así, subiré, que no me espere para cenar.

Dijo Carlos, cerrando la puerta de la habitación con ostentosos gestos de su cara, que expresaban su disconformidad con la forma de ser del chico.

-        Oooooohhhh.ooooohhh….oooohhh…oooohhh…

Se contuvo gimiendo en voz baja Alberto completamente blanco, echando el cuerpo hacia atrás, mientras Paloma salía de la oscuridad del hueco del escritorio, su espléndido y perfecto culazo, descansaba sobre sus talones, y su cabeza no dejaba de moverse adelante y atrás, atrás y adelante tragándose la verga de Alberto, recogiéndose de vez en cuando muy femeninamente el pelo hacia atrás, tras una de sus orejitas.

-        Ploooff

Sonó el portazo de Carlos al salir de la casa.

-        Oooooooooooooooooooohhhhhhhhhhhh…………..oooooooooooooooooooohhh

Empezó a aullar de placer Alberto, con la polla palpitando como el corazón de un velocista, en el momento que Paloma lanzaba un profundo y ancho lengüetazo al glande del chico, que exploto como un volcán, lanzando ráfagas de semen, cruzando la cara de Paloma y alcanzando el escritorio, esta intento embocar aquella gruesa estaca hacía su cara, y la segunda, tercera y cuarta ráfaga, llenaron sus mejillas, su nariz, sus ojos, sus cejas, su frente.

-        Jajaja…para, para nene, que ya me he duchado….jajaja.

Estallo de alegría e impudicia Paloma.

El chico se retiró, lentamente, jadeando, con los ojos muy abiertos y el miembro medio flácido, mientras paloma salía del hueco del escritorio y se levantaba, de su rostro chorreaba el semen del chico, y sobre el salto de cama blanco satén se marcaban con furia los enormes pezones erectos de sus inmensas tetazas redondas.

-        Vaya, vaya…..los kleenex de las pajillas pensando en mi….jajajaja.

Reía jovial y risueña Paloma, cogiendo pañuelos de papel de una caja que había sobre el escritorio y limpiándose con fineza y feminidad la leche cálida de Alberto de su rostro.

Tan atareada estaba con eso, que no noto como el chico, rápido y ágil se abalanzo sobre ella bajándole violentamente el finísimo tirante del salto de cama de su hombro derecho, para proceder a morderle seguidamente en el mismo.

-        Aaaahhh…aaaahhh.

Exclamo sorprendida dando un respingo.

-        He estado todo el día cachondo, muerto de ganas de follarte.

Dijo Alberto con ojos de loco y voz siniestra, al tiempo que ansiosamente pasaba su boca y su lengua por los hombros y el cuello de Paloma, quitándole el tirante del salto de cama del otro hombro, para a continuación dirigir ambas manos a sus globazos turgentes, suaves y duros a la vez, agarrándolos por abajo y amasándolos con fuerza, sin dejar de chuparle el cuello y los lóbulos de las orejas.

-        Oooooohhhh….estan más grandes y duras que ayeeeerr….ooooohh

Gemía de placer y deseo Alberto.

-        Siiiiii…ellaaaaasss tambieeeennn están locas, porque te las folleeeessss…..siiiiiii…..siiiii…neneeeee…..como las amasaaaasss.

El chico la giro violentamente y agarrándola por las muñecas con sus manos fuertemente, empezó a morrearla apasionadamente, enredando sus lenguas en un apasionado beso francés. Como se calentaba Paloma cuando el chico perdía el control y la timidez y la sometía a su deseo.

Alberto bajo mordisqueando su barbilla, empotro a Paloma contra el escritorio y con sus manos como tanteando a ciegas, tiro el teclado al suelo y cogiendo el monitor por la parte de arriba, lo lanzo sobre su cama arrancando el cable de su enchufe de un tirón, despejando así la mesa, para a continuación agarrando a Paloma por las nalgas, subirla de una vez sobre el escritorio.

-        Aaaaaauuuuu…..como me excita cuando explotas tan cachondooo neneeee……

Susurro al oído Paloma al chico, con su voz sexy, más lasciva y cachonda posible.

El chico empezó a devorar su suave y sabrosa piel, bajando con su lengua y sus chupetones primero por el pecho superior, luego por el canalillo, sin dejar de amasar y manosear las tetazas, pellizcando de vez en cuando con su pulgar y su índice el enorme y granítico pezón, mientras su lengua se deleitaba con el vientre plano y jugaba en el ombligo de Paloma, antes de dirigir la lengua a sus deliciosas y pronunciadas caderas.

-        Que biiiieeeee…hueeeeleeesss…que bien sabeeeeess…….uuuuuuufff……, y que duros y erectos están tus pezones, están durisimoooooosss……sluuuurrrpp, sluuuurrrp

Empezó Alberto a chupar desesperadamente, con largos lengüetazos de abajo a arriba los pezones de Paloma, sosteniéndoselas por abajo y recorriendo las venazas azules, que se dibujaban sobre la esfericidad turgente en forma de gotaza de lluvia de sus mamazas divinas.

-        Si, nene, siiiii…como las chupaaaaasss….siiiiiii…..Carlos, nunca me las ha chupado asi…..ooooohhhhh…..las chupaaaaasss como nadieeee…..aaaaahhhhhh….siiiiii neneeeee.

Gritaba sin pudor Paloma, retorciéndose de placer, cerrando los ojos y abriendo mucho la boca, al tiempo que el chico empezaba a succionar primero un pezón, como si quisiera amamantarse de él, para acabar mordisqueándolo, clavando sus dientes lo justo.

-        OOOooooooohhh.aaaaaaahhh…ah, ah, ah, ah, ah, ah…..neneeeeeeee… siiiiii…muerdelooooossss…

Aullaba de placer Paloma, sintiendo empapada su raja, sus tetas eran unas de las zonas más sensibles y erógenas de su cuerpo, y el chico estaba tan, tan, tan, hambriento de ellas, ni comiéndoselas todo el fin de semana había sido suficiente, seguía devorando, succionando y mordisqueando, primero un pezón y luego el otro, con una ansiedad y un deseo descomunal.

Las tetazas de Paloma eran un mar de saliva del chico, ella estaba extasiada con el culo sobre el escritorio, había perdido la noción del tiempo que llevaba mamándoselas, cuando Alberto empezó un movimiento sobre su pubis, adelante y atrás, atrás y adelante. Su enorme y gruesa estaca volvía a estar erecta y frotaba sobre la raja de Paloma por encima de su braguita brasileña de seda blanca transparente.

-        Siiiiiiiiiii…………..siiiiiiiiiiiiiiii……………..siiiiiiiiiiiiii……neneeeeee…………ssssiiiiiiii…..

Gemía retorcida de placer Paloma, con la cara desencajada y los ojos cerrados.

Alberto tumbo a Paloma violentamente sobre el escritorio, pellizco con los dedos índice y pulgar de ambas manos la braguita brasileña blanca de seda transparente y tiro del roto que había producido con una violencia y un deseo desbordando.

-        Ooooohhhhh…..ooooohhhh…oooohhh…si,si,si,si,neeeeeneeeeee…….follameeee…folllameeeee.

Exclamo Paloma, sintiendo como el chico como un animal salvaje hacia girones la tela de seda de sus braguitas blancas transparentes y sin más preámbulos colocaba la cabeza de su inmensa y nervuda tranca y la penetraba lenta e implacablemente.

-        OOOoooooooooooooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhhh………..siiiiiiiiiiiiii

Grito abriendo mucho la boca Paloma, estaba tan empapada que la pollaza del chico la atravesó hasta el fondo sin piedad.

Alberto con una determinación inaudita en él, puso las piernas de Paloma hacia arriba con los talones sobre sus hombros y empezó a bombear ferozmente, asiéndose con sus dedos como dos garras en los perfectos y esculturales muslos de Paloma. Adelante y atrás, atrás y adelante….golpeando con sus huevos en la carne entre la raja de Paloma y su culo, penetrándola hasta el fondo cada vez, al tiempo que las tetazas esféricas de Paloma se agitaban adelante y atrás, atrás y adelante, en un balanceo enloquecido.

-        Aaaaaaaahh….aaaaahhhh.aaaaaaaaaahhh……..aaaaaahhhhh….siiiiiiiiiiii.

Gritaba sin cesar Paloma, abriendo la boca al máximo, aumentando la potencia de sus aullidos de placer sin importarle que toda la finca la estuviese oyendo.

El chico completamente poseído por la lujuria, sudoroso y la cara reflejando una mezcla de deseo y locura, se aferró por abajo a las gotazas de lluvia de Paloma, usándolas de soporte, apretando con todas sus fuerzas, y aumento frenéticamente el bombeo, adelante y atrás, atrás y adelante, como si quisiera perforar a Paloma, todo el escritorio temblaba como si estuviera sufriendo un terremoto.

-        Aaaaaaaaahhhhhhhh……..aaaaaaaahhhhhhhhhh.aaaaahhhh……..siiiiiiiiiiiiii…..follameeeee…..follameeeeee…..follameeeeee….siiiiiii nenene.

Desgañitaba como una loca Paloma, agarrándose como podía a los extremos del escritorio que temblaba como si en cualquier momento fuera a desmontarse, era el mejor fin de semana de su vida, jamás había tenido una satisfacción sexual tan brutal en tan poco tiempo.

-        OOooooooooooohhhhh…..oooooohhh……ooooohhhh

Empezó a jadear enloquecido Alberto.

-        Siiiiiiiiiiiiiiiiiii………………..siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii……………..siiiiiiiiiiiiiiii

Gritaba totalmente demacrada el placer, sudorosa Paloma, retorciéndose, al tiempo que su raja estrujaba la estaca de Alberto y su clítoris, bañaba brutalmente al chico, su pecho, su camiseta, su rostro.

-        Ooooooooohhh.

Estallo en un aullido mudo Alberto, inundando con su cálida leche, la insaciable raja de Paloma.

Carlos entro por la puerta, justo en el momento que Paloma juntando las piernas salía del cuarto de Alberto.

-        ¿Dónde estabas? Te he buscado.

Pregunto Carlos a su mujer.

-        He ido a hablar con una vecina, no tenía ganas de volver a cruzarme contigo.

Contesto Paloma entre girando la cara.

-        Y Alberto.

Pregunto extrañado Carlos.

-        No se encuentra muy bien, pienso que la fiesta de ayer, no le ha sentado muy bien, le he arropado y le he dado las buenas noches.

Contesto con voz neutra Paloma.

-        ¡Vestida así!

Exclamo Carlos, refiriéndose al salto de cama blanco transparente.

-        Si vestida así, y esto es solo el principio, así que vete acostumbrándote, cabrón.

Contesto Paloma, girando la espalda y dejando a Carlos con la palabra, con una pícara sonrisa, por haberle dicho a su marido “cabrón”, su estado actual y futuro, pensó maliciosamente, al tiempo que se dirigió al cuarto, con los muslos llenos de la simiente de Alberto, que pensaba conservar toda la noche en la entrepierna durmiendo junto a su marido, la semana seria larga, pero ya encontraría ella la manera de follarse al chico, aquella polla era un milagro. Pensó esbozando una lasciva sonrisa al entrar en su habitación.