La educación de Beth Capítulo IV

Después de la partida de su madre Beth siente que el deseo por su padre, se acrecienta a cada día que pasa.

Compartiendo deseos obscenos

Después de la partida de su madre Beth siente que el deseo por su padre, se acrecienta a cada día que pasa.

Cada noche al irse a dormir Beth se despide de su padre con un beso de buenas noches, que muy poco tiene de convencional.

Le gusta cogerse al cuello de su progenitor con ambos brazos, acerca sus labios a la comisura de los labios, besándolo como si quisiera eternizar el beso como una puesta de sol, que parece no llegar nunca.

La sangre se le calienta al oler a su padre, un cosquilleo le recorre toda la columna, hasta la entrada de su vulva, que se humedece por momentos dejando escapar unas gotas de flujo por la tremenda excitación.

Los ojos de ella recorren su perfil anguloso y duro, cómo tratando de memorizar sus facciones para así poder rememorarlas, mientras  estimula su vulva y el clítoris estirada en su alcoba imaginando que es educada y domada por su padre, cómo una esclava de las que traían desde África los traficantes de esclavos, hasta el imperio británico.

_.Buenas noches papá que descanses_._ Buenas noches hija descansa, mañana debo salir temprano por unos asuntos de negocios, a las afueras de Wimbledon, al mediodía abre regresado para comer juntos_._ Bien papá pasare la mañana montando a caballo con la hija de los Murray_.

_.Una muy buena idea cariño_.  Joseph observó el talle de su hija Beth ceñido por el corpiño de color burdeos y estampado dorado, no pudo evitar que una alarmante erección, comenzara a tomar forma en su ajustado pantalón.

En contra de la moda de aquellos momentos, él es partidario de llevar la ropa ajustada seguramente por su agraciado físico, por el que tiene un exacerbado ego.

Beth se percata del efecto que ha producido en su padre su poco convencional beso, nota que le arden las mejillas cómo nunca antes lo había sentido.

Joseph escucha su voz sin saber de dónde le ha salido _.Cariño eres una mujer preciosa, quien sea tu dueño algún día será un hombre afortunado, espero tardes mucho tiempo en volver con tu marido.

Al escuchar estás palabras, Beth siente cómo su coño se humedece empapando su monte de Venus, notando cómo alguna gota desciende por sus tersos muslos, pues tiene la obscena costumbre de ir sin pompones o calzones bajo las enaguas.

Beth abandona el salón dedicándole a su padre un sensual contoneo de caderas, que ya quisieran saber hacerlo las nativas de las islas de Oceanía.

Nada más llegar a su alcoba, se desprende de la ropa y constata que su vulva está más húmeda de lo normal.

Una vez en el lecho su mente acude en contra de su voluntad a sus primeros recuerdos con sus padres.

Los primeros abrazos con su madre, sus primeros paseos en caballo, apenas con 3 años.  Después la “separación” de sus padres, pues aunque su madre ha pretextado ir a la India por su delicado estado de salud, ella sabe que su madre volverá a pisar Dark face moon, la mansión de su padre, únicamente para guardar las apariencias.

Precisamente su madre, junto con su perversa e incestuosa consuegra y su marido Tim, están convencidos que ella está con su tío paterno Sir Jhon, y no en casa de su padre como está en realidad.

Un contratiempo inesperado ha hecho que Sir Jhon, no pudiera hacerse cargo de recibir a Beth, así que Sir Jhosep debió anular su salida hacia New York.  Esté inesperado suceso ha precipitado el que Jhosep decidiese presentarle a Beth, a la que será a partir de ahora su “alma gemela” en las penas y las glorias, sobre todo en los placeres que las aguardan a ambas.

Beth entra en un duerme vela, mientras sus dedos estiran y retuercen sus pezones, a la vez que se pierden por su hirsuta pelambrera, acariciando su inflamado clítoris por el deseo que le despierta su padre.

El placer recorre su espalda, haciéndola curvarse ante la inminente llegada de un intenso orgasmo, mientras sus dedos penetran la vulva abierta, lubricada.

El roce de los dedos es obsceno y morboso, llenando la caricia la mente de Beth, la imagen de la verga de su padre, penetrándola lenta e intensamente hasta el fondo de su coño, hasta notar como sus pelambreras se enredan morbosamente, frotándose con lujuria, haciendo chillar a Beth de placer al llegar al orgasmo junto a su padre, sintiendo como el esperma caliente, la abrasa cómo si fuera lava, haciéndola estremecer con cada clavada del cipote en lo más hondo de su caliente y ofrecido coño.

_.  Ah...ah...sí más, oh que perverso eres, como me la metes...ah si...me estoy corriendo...que polla tan dura y gruesa tienes...yaaa, yaaa...¡¡PAPAAAAA...!!

El sexo de Beth aun se está convulsionando por el placer del clímax, cuándo su mente ya está lejos viajando incansable, con la imagen de su padre Joseph, tomando ambos el té uno frente al otro.

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Al día siguiente Beth se reúne con su amiga Sara con la cual le une una gran amistad, además de compartir algunos secretos, como suelen hacer todas las buenas amigas.

Después de trotar un rato detienen las monturas al lado de un pequeño lago de oscuras aguas.  En realidad son los árboles que rodean al lago, lo que produce ese efecto oscuro y misterioso al lago.

Mientras los caballos aprovechan para comer hierba fresca y húmeda, las dos chicas miran las nubes imaginando monstruos inimaginables, caras cambiantes a golpe de viento, paisajes que solo ellas pueden imaginar.

Sus rostros se rozan siguiendo ambas con la mirada, como una imagen destruye y crea otra distinta instantáneamente.

Sara gira el cuello y observa a su querida y deseada amiga, acerca sus labios a la sonrosada piel del cutis y lo roza como si temiera que fuera a desaparecer al acariciarlo.  El beso se transforma en una cómica mueca, contagiando a ambas en una sonora carcajada, sabedoras ambas de por qué se ríen.

_.  ¿Vas a contármelo o quieres que lo adivine yo, niña viciosa y lujuriosa?

_.  ¿Qué quieres decir Sara?

_.Sabes bien a que me refiero...te lo noto en tus ojos desde hace ya unos días, deseas a un hombre, y no es tu enmadrado maridito...Timmm ayuda a ma-má (le dice con retintineo) seguro que es atractivo, con experiencia con las mujeres.

_.  ¿Cómo puedes pensar tal cosa de mí?

Yo no soy tan sucia y caliente cómo tú, esa es la diferencia entre tú y yo, pequeña putilla...jejeje.

_.  Jejeje... ¿Eso crees, que no sé a quién deseas?  Yo creo que sí lo sé, me parece muy obsceno, lujurioso y perverso por tu parte, pero también muy caliente y excitante ¿Sabes?  Quizá yo también tengo un secreto tan importante como el tuyo...

Tras unos instantes los dedos de Beth acarician el talle de Sara provocándole, una suerte de tortura en forma de cosquillas, que sabe que su amiga no es capaz de soportar por mucho tiempo.

_.  ¿Tienes un secreto y no vas a contármelo?  ¿Cómo puedes ser tan oscura y perversa Sara?

Creía que te conocía...no voy a parar de hacerte cosquillas, hasta que me lo cuentes niña sucia y caliente.

_.Jejeje...Beth por favor Jejeje...no sigas me duele el costado...uh...mala, sino paras no te lo diré jamás.

Sara se asienta de lado apoyando su peso en su cadera, acerca sus labios al rostro de Beth, que la mira con descaro y sonriendo.

Recorre la mejilla hacia la oreja y desciende por el cuello, mientras entre beso y beso le va hablando incitándola, a compartir su obsceno secreto.

_.  ¿Quieres saber mí secreto pequeña y caliente viciosa?

Te gustaría saber a quién deseo por las noches al irme a dormir... ¿Mmm sí?

Los labios de Sara se encuentran con los labios abiertos de Beth, ahora no hay muecas de sonrisas, las lenguas de ambas se buscan simultáneamente de forma tímida y decidida a la vez.

_.  ¿Está casado Sara, no me digas que eres una pequeña adultera?

¿Eres capaz de llegar tan lejos por ese hombre?

No creí que fuer...Mmm.

Tras silenciarla con sus labios Sara le responde sin ningún arrepentimiento en la voz:

_.  Sí está casado, pero su mujer es una egoísta  lo engaña con uno de sus “amigos”.  Ella solo piensa en comprarse ropa cara en Picadilly, para estar sexy y sentirse bien puta con su amante.

_.  ¿Cómo lo sabes eso, estás tan segura como pareces?

_.  Porque él es...bueno, tú le conoces también.

_.  Yo le conozco, creo que no puede ser si sabes que no salgo mucho de casa.  ¿Cómo voy a conocerle?

_.  Sí le conoces Beth claro que sí so boba...es él, es...

El rostro de Sara se encendió como una antorcha mientras miraba a su amiga a los ojos, la veía buscando en ella una pista, de quien era su amante.

_.  ¿Él...?  ¿Quién es él Sara?  No me tengas más así, no puede ser un asesino que come chicas ¿O sí...?

Los labios de Sara se cerraron alrededor de los de Beth durante unos instantes, que a ambas les pareció una eternidad.

_.  Es Jack..._ Los labios dejan escapar cada sílaba cómo si la sopesaran, en un susurro que acaricia los labios de Beth.

_.  Jack así que tiene nombre...bueno pues es bonito, además se llama igual que tú pa...pá_.

Los ojos de Beth escrutan los de Sara mientras acaba de pronunciar la última sílaba, quedando con la boca abierta sin creer lo que ve en los ojos de su amiga.

¿Jack...qué Jack?  ¿Tú papá?...No.

Ambas vuelven a unir sus labios, esta vez con mayor deseo del que lo han hecho nunca.

Una sonrisa acaba con el cómplice beso, que ninguna de las dos desea interrumpir.

_.  Eres más puta y obscena de lo que jamás hubiera podido pensar...es tu padre ¡¡perra!!

_.  Lo sé, pero jamás voy a conocer un hombre que me quiera cómo él lo hace, estoy segura de ello.

_.  ¿Cómo puedes saberlo eso?  ¿Puedes estar tan segura si solo has tenido dos novios ó tres?

_Beth jamás un hombre sabrá acariciarme, tocarme con el amor que él lo hace, con una pasión que no puedo explicar, además del deseo y respeto que él lo hace, con la adoración que me tiene.  Cuándo lo descubras por ti misma, entenderás lo que te digo...

Sara mira a los ojos de su amiga, poniéndole un dedo sobre los labios la hace callar con un susurro, como si quisiera calmarla, sabedora de su secreto.

._  Ssshhh...  Beth sé a quién deseas todas las noches, pequeña guarra viciosa...Jejeje, no necesito qué me lo cuentesBeth mira su amiga a los ojos extrañada, los ojos de su amiga le dicen que si sabe su secreto.

Se hace un silencio pesado roto por una ráfaga de viento, que mece las ramas de los árboles, convirtiendo por unos instantes a las hojas, en improvisadas campanas silbantes, algo alejado escuchan el relinchar de los potros.

La mano de Sara da una nalgada precisa e intensa en las nalgas de Beth, haciendo que los pechos de ambas choquen y se rocen de forma convulsiva.

_.Aaah...eso dolió perversa...así que lo sabes ¿Hace mucho?

_.Desde dos semanas más o menos ¿Me equivoco?

De nuevo el rubor colorea las mejillas de Beth, como cogida en falta, por su obsceno deseo hacia su padre.

_.  No, no te equivocas...no quería ocultártelo, pero me pareció que podías pensar que estoy loca por desear a mí padre.

La verdad es qué no sé como decírselo ni si debo hacerlo o es mejor que me olvide de él.

_.  Creo que debes esperar Beth, ellos son más sensibles de lo que nos puede parecer a nosotras.  Es posible que los dos queráis lo mismo, date unos días, confía en mí.

Los caballos se dirigen hacia donde están ambas, sabedores de que han disfrutado licenciosamente de una escapada excepcional.

_.Vds. dos hoy ya han disfrutado demasiado ¿No les parece?

Ambos potros parecen responder con un largo relincho que provoca una risotada en las dos, intercambian una mirada cargada de complicidad por su gran secreto y compartir ambas un mismo deseo lujurioso, obsceno, prohibido por la doble moral victoriana.

Sesión con Kala

Al llegar a casa Beth es sorprendida por la presencia de la que parece ser una nueva sirvienta negra, permanece estática como si fuera parte del mobiliario.

Su color de piel no es negro ni nada parecido, es un color canela oscuro y se nota que está escrupulosamente aseada.

Realmente al observarla con detalle descubre que va peinada a la última moda de Londres, un peinado que parece causar furor entre los caballeros.

El cabello azabache desciende por detrás de los hombros, formando una cascada de sensuales tirabuzones verticales.

En la parte superior lleva un suave rizado recogido en un moño.

El peinado se nota que lo han hecho en una peluquería del centro de Londres, imposible que una sirvienta y además negra pueda permitírselo.

La sirvienta tiene una compostura arrogante, con los hombros rectos y el pecho erguido, cómo enseñando su estilizada figura.

Debe tener a lo sumo 24 ó 25 años, no es alta pero está bien proporcionada.

Es de caderas rectas, con las nalgas rotundas como dos medias esferas, el pecho pequeño le da apariencia de ser de piedra, por lo inhiesto que parece estar.

Beth todo esto lo ha observado con una visión felina, sin apenas detenerse en el hall.

Realmente aunque no se haya percatado de ello, entre Kala y Beth hay una similitud fuera de lo común, por no decir ciertamente sospechosa.

Tienen ambas la misma complexión física, su semejanza si no existiera la diferencia del color de piel, no podría pasar como de meramente “casual”.

En el momento de comer, Beth al dirigirse al comedor sonríe al ver a su padre sentado en su sitio.

No puede evitar abrazarlo con verdadera alegría de tenerlo tan cerca, después de haber estado durante meses sin poder disfrutar de su presencia.

Al sentarse Beth se da cuenta que hay alguien más en la mesa.

La sirvienta negra está sentada mirándola atentamente, pero sin descaro alguno, sino todo lo contrario, con discreción.  Casi exactamente a cómo ella la había observado hacia pocos instantes antes, al entrar en el hall.  Es obvio que ha sido educada por alguien, las esclavas negras por lo poco que sabe Beth, están poco menos que cazando por esas selvas que sabe Dios que habrá en ellas.

Joseph leyéndole la mente, la saca de su sorpresa.

_.  Hija te pido disculpas por no haberte dicho nada antes, pero creó que era mejor que te lo explicará estando los tres sentados a la mesa.

Está Srta.  que tengo a mi lado se llama Kala, es de Camerún un país del África, cómo habrás deducido por su color de piel.

Kala, está es mi hija Beth de la cual ya te he hablado, sé que os vais a llevar cual dos hermanas_.

Beth mira a su padre con la duda de si se trata de una broma pero no, no está bromeando en absoluto.

Joseph no pierde detalle de cómo su hija los mira a los dos, intentando comprender lo que acaba de oír.

Las miradas de las dos se cruzan, observándose detenidamente durante un instante que parece eternizarse, por la intensidad de las miradas.

Es una mirada de curiosidad, interés real por saber la una de la otra, no hay reproches en las miradas, sopesando la una la belleza de la otra.

La conclusión a la que llegan ambas es similar aunque de naturaleza muy distinta.

Beth cree que para ser una chica negra llegada de África, Kala es demasiado orgullosa, aun cuándo reconoce que tiene un físico realmente sensual y excitante.

Por su parte Kala cree percibir que Beth es una hija de papá mal criada y consentida, que nunca ha sabido lo que es tener que luchar por lo más básico.

La voz de Joseph saca a las dos chicas de sus cavilaciones, haciendo que las dos bajen la vista al ser pilladas totalmente ausentes.

_.  Hija quiero que sepas que desde hoy Kala es una más de nuestra familia, así que espero la trates cómo a tu hermana.  Quiero que os conozcáis ambas, que disfrutéis de vuestra compañía.

Estoy seguro que no es necesario volver a hablar del tema, esto va también por ti Kala desde hoy quiero que sientas a Beth cómo tu hermana.

No voy a tolerar el que haya entre vosotras el más mínimo incidente, si sucede sabed que os considerare a ambas responsables, así que desde este instante, sois la una la piel de la otra.

Lo que le afecte a una, por no comportarse como es debido, le afectara a la otra por haberlo permitido.

_.  ¿Beth lo has entendido?_.  Sí...papá.

_.  Bien ¿Kala lo has entendido?_.  Sí papá.

La mirada de Beth fue más rápida que un rayo, porque siente como su padre la escruta buscando en su rostro, el menor atisbo de rechazo, hacia Kala.

Tras unos segundos interminables Beth se atreve a levantar la mirada tímidamente, observando a “su hermana” con solo un pensamiento en su mente ¿Papá?... ¿Le ha llamado papá?

Después del almuerzo cómo tiene por costumbre Joseph debido a sus viajes por España, se retira a echar la siesta, costumbre está totalmente desconocida en Londres.

Beth y Kala se han retirado ambas a sus respectivas habitaciones, separadas una de otra por varias estancias.

La casa tiene una superficie de más de 200 metros por planta.

En la planta superior se encuentran el dormitorio principal además de tres habitaciones más, y dos cuartos de baño.

La alcoba de Joseph está al lado de la de Kala, detalle que no es una mera coincidencia.

Pasados unos minutos Joseph llama a la puerta de su hija Kala, fruto de una aventura con una criada venida de Camerún.

En todo momento Joseph se ha hecho cargo de su manutención, preocupándose de que sea educada en los mejores colegios.

Nunca nadie ha conocido la existencia de esta hija hasta hoy.  Kala sabe quién es su madre y ha seguido viéndola de forma periódica.

Joseph cree que es bueno para su hija, que no pierda la relación con su madre, ni que se avergüence de que sea una criada.

Christine madre de Kala es una mujer atractiva, e inteligente, aun cuándo nunca haya tenido ninguna posibilidad, de salir de su estrato social.

Kala abre la puerta y dibuja una sonrisa al ver el rostro de Joseph.

_.  Papá no esperaba que vinieras a..._._Ssshhh...  sígueme y cierra la puerta sin hacer ningún ruido, vamos_.

_.  Sí papá.

Al entrar en la alcoba Kala no puede dejar de quedarse sorprendida y maravillada de lo que está observando.

La alcoba es espaciosa con más de 40 metros cuadrados de forma rectangular.

A pesar de estar escasamente iluminada, salvo por media docena de velones, observa la gran cama con dosel, con gruesas columnas de ébano, forradas en la base de una piel negra y claveteada.

La cabecera de la cama está formada por un espejo enorme, que cubre por completo el ancho de la cama, está colocado de forma, que pueda ser observada toda la superficie del colchón.

En la pared opuesta Kala ve unas cadenas que penden de unas argollas enormes.

Desde el techo observa como desciende un cable movido por una polea, al final del cable ve una barra de metal con dos argollas en los extremos, su pecho sube y baja de forma visible por la excitación y cierto temor.

La voz de Joseph la saca de su estado ensimismado_.  ¿Te gusta cariño?_

_.Oh papá jamás me había imaginado que fuera tan bonita, es increíble.

_.  Me alegra que te guste tanto cielo, ¿Estás contenta con vivir aquí con tu hermana y conmigo?

_.Sí papá no veía el momento de estar contigo, has sido muy bueno conmigo, eres el mejor padre que una chica como yo puede tener.

_.  Gracias nena, ahora quiero decirte algo.  Papá es un hombre dominante, me gusta la disciplina cómo bien sabes, quiero educarte como se educa a una Srta.  victoriana, es decir debes obedecer en

todo aquello que papá te diga sin dudar un instante, ¿Entendido cariño?_.

_.  Sí papá sé lo dominante que eres además de disciplinado, quiero que me eduques cómo creas que debes hacerlo.

_.  Bien, ahora escucha con atención, a partir de hoy dejaras de utilizar bragas, ni pompones, salvo los días que tengas el periodo.

Tu hermana Beth no debe saber nada de lo que ocurra en estas cuatro paredes.

Y desde luego no puedes compartir con ninguna amistad ni con nadie como papá te va a educar, espero me hayas entendido bien cariño.

Una última cosa, durante las sesiones aquí en la alcoba si te llamo sumisa, perra, o  algún adjetivo similar debes responderme como a tu Amo, si te digo nena, cielo, cariño, como papá, ¿Está claro Kala?_.

_.  Sí p...mi Amo.

_.  Bien, ahora quítate toda la ropa y ponte algo que te ha comprado papá cariño.

_.  Oh papá... ¿Donde está, de verdad?

Kala se desviste sin vergüenza alguna delante de su padre, y se va vistiendo con la lencería que él le va dando.

Lleva un corpiño rojo brillante con tiras negras en las ballenas, que deja al descubierto los pezones rozándolos el borde del corpiño con la blonda, en una dulce tortura.

Al sentarse para ponerse las medias Kala abre los muslos, enseñándole a su padre la hirsuta pelambrera azabache de su carnoso coño, de labios abultados y oscuros.

Ante tal visión el papá no puede evitar sentir como su verga empieza a ponérsele dura, abultando de forma visible el pantalón.

La hija observa la erección que le ha provocado a su papá, sintiendo como el coño se le humedece de deseo.

Después de colocarse correctamente el liguero con la ayuda de su papá, Kala se calza unos botines negros que van acordonados hasta la punta.

Las medias que llegan hasta algo más arriba de medio muslo, por la sujeción del liguero, están rematadas con unas cintas rojas, que le dan un toque sensual, de chica de cabaret.

Joseph la lleva delante de un enorme espejo para que observe que tal esta “vestida” así para ser educada.

Kala no puede disimular la sonrisa de sus labios al ver reflejada su imagen.

Realmente está sexy y sensual con sus pezones inhiestos y gruesos, el tener los pechos menudos hace que se mantengan altivos.

Sus caderas son rectas sin grasa ninguna, su color canela la hace una mujer muy exuberante.

La pelambrera hirsuta y abundante, no esconde unos labios negros y abultados, que hace que Kala piense que tiene el coño de una puta, hecho para que lo usen y lo follen duro.

Solo esta idea hace que su coño esté más húmedo a cada instante.

La voz del Amo la vuelve a la alcoba:  _.  Date la vuelta Kala_.  _Sí mí Amo.

Las nalgas son quizá lo más hermoso de su físico, aunque es injusto, porque Kala es un monumento erótico, su culo son dos medias esferas, rotundas y apretadas.

_.  Agáchate hacia delante nena_ Joseph acerca su cara, separándolas lamiendo todo el ano alrededor, untándolo bien de saliva picoteando la entrada con la punta de la lengua.

Las manos no cesan de amasarlas, mientras la lengua recorre la canaleta hacia el coño, saboreando el jugo que deja escapar la húmeda y excitada vulva.

Pincela los labios abiertos sin prisa ninguna, saboreando el dulce néctar, atrapado en la herida abierta.

Las manos azotan las rotundas redondeces repetidamente, que adquieren un color rosado, haciendo quejarse por la sorpresa a su hija, mezclando de forma espontanea y excitante gemido y sollozos, por la perversa caricia de la lengua paterna, junto con los azotes cada vez más intensos.

Kala no ceja de apretar el culo contra la cara de su padre, al ritmo que le marca la lengua que la ataca sin compasión, igual su oscuro ano que el húmedo coño.

Si no fuera suficiente, que no cesa de hablarle sucio mientras intercala azotes intensos, le mete un dedo en el coño.

Kala está muy perra y excitada de cómo la trata su perverso papá, pero lo disfruta y solo desea que la trate como a su perra viciosa.

_.  Oh nena que culo tan rico tienes cielo...mmm, está hecho para que papá se lo coma todo cariño así...SLURPPPPP...SLURPPPPP...SLURPPPP...mmm

SLURPPPP...SLURPPPP...SLURPPPP...oh mereces unos azotes por provocar a papá vestida así, con estas medias tan sexys y enseñándome el coño todo húmedo...mmm, estás deseando que te coma el coño ¿Verdad puta?_

_.  Aaahhh...papá sí castígame así aaahhh...noto tu lengua en mí coño...Oooh ssíí que bueno...ah sí azota tu nena Ahhh...que perverso eres, Ohhh me has metido toda la lengua...ah...ah...ah toma mí coño sí...que perra me siento...Aaah si comete mí culo...Oooh.

_.  Oh cariño que coño tan sabroso tienes, dáselo todo a tu amo perra viciosa SLURPPPP...SLURPPPP...SLURPPPP... cuanto jugo te sale del coño, te estás corriendo en la boca de papá, puta caliente...mmm dame la leche de tu coño mí perra viciosa...así, te entra todo el dedo en el culo guarra...mmm SLURPPP...SLURPPPP...SLURPPP.

_.Aaahhh...Aaahhh...¡¡PAPAAÁ!!  ...PAPAAAÁ...sí me corro en tu boca, ooggg toma mis jugos ay que rico, comete todo mí coñooo...me corrooo.

Sin darle tiempo a reaccionar Joseph coge a su hija la pone a cuatro patas, encima de la cama haciendo que le lama la polla, hasta ponérsela bien dura

En ese instante la pone mirando hacia el espejo y él detrás apuntando el cipote, hacia el ano de su nena.

_.  Cariño ahora debes empujar suavemente cuándo te diga papá, sin prisas ¿De acuerdo nena?  Voy a enseñarte como una Srta.  Victoriana debe tomar por el culo a su papá.

_.  Sí papá,

Joseph escupe una buena cantidad de saliva en el ano, hace lo mismo con la cabeza de la verga apoyándola en el esfínter, haciendo una leve presión hasta que cede y desaparece en el culo.

_.Aaahhh suave por favor...mmm que dura y gorda es.

_.  Está bien cariño ahora sin prisas espera unos instantes y empuja suavemente eso es, que culo tienes hija...ufff tienes un culo precioso nena, que duro y rico está tan estrecho, así empuja suave.

_.Aaah papá como la siento ufff que polla tienes aaay...sí ¿Te gusta mí culo de verdad?  Oooh sí follame el culo así oh...ya me has clavado media polla...que gusto sí, no me duele.

_. Nena no tengas prisa eso es así, Oooh que culo tan caliente y estrecho tienes puta de papá, toma mí polla hija assíí...toda dentro...Oooh...Oooh...así que buena estás cariño, toma toda la polla perra viciosa...Oooh sí.

_.  AAAH...AAAH...SÍ DÁMELA TODA, FOLLA MÍ CULO NEGRO...OOOH ASÍ TODA...AY...AY...AY...

NOTO TUS HUEVOS EN MÍ CHOCHO...AH COMO ME LA CLAVAS, SÍ ¡¡FOLLAME EL CULO!!

_.OOOH NENA SÍ TE VOY A LLENAR EL CULO DE POLLA Y DE LECHE PERRA SUMISA...ASÍ TOMA LA POLLA, TODAAA...AH QUE CULO TIENES HIJA, QUE BIEN TE FOLLO EL CULO GUARRA....

_. AAAH QUE PERVERSO ERES...NOTO TU POLLA COMO ME LLENA...ME CORRO...AH LLENAME EL CULO DE LECHE CABRÓN...TE QUIERO PAPÁ ¡¡FOLLAME!!...AAAH...AAAH...ME CORROOO...SÍ.

_.OOOH NENA SÍ TOMA LA LECHE EN TU CULO PUTA...OH QUE BIEN FOLLAS HIJA...AAAH ME CORRO EN TU CULO VICIOSA.

_. ...AH CLÁVALA TODAAA...LLENAME DE LECHE OOOH...OOOH... ME CORRO CONTIGO PAPAAÁ...

Después de follar a su nena, Joseph tapona el ano de su hija con un tapón de corcho de una botella de vino, un gran reserva español.

Kala con un semblante radiante de felicidad, se acerca a su papá que la

acoge en su velludo y fibrado tórax, apoya ella la cara en el pecho, escuchando Kala los latidos del corazón de su progenitor.

Su mano recorre el vientre de él con ternura, hasta agarrar con deseo la verga que hace unos instantes, le ha brindado un placer como jamás ha conocido hasta hoy, quedándose dormida así. Jhosep hace lo propio y acoge en su mano el velludo sexo, quedando ambos dormidos así.

≈≈≈≈≈≈≈≈≈

Continuara...

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