La dura señora Leclerc 4ª parte

Sigue su acoso y jugo a la ruleta rusa conmigo.

LA DURA SEÑORA LECLERC

4ª PARTE

Violada, golpeada, con mi cabeza rapada y herida en mi amor propio me mire al espejo como buscando respuestas.

Yo, esa mujer fuerte como el acero, que se llevaba por delante a cualquiera sea hombre o mujer, estaba siendo vapuleada por un tipo que entraba y salía de mi casa a gusto de él. No podía avisar a la policía y no quería tampoco, porque nadie lo había visto en mi casa. La vigilancia no tenia registro de nadie que entrara a ella.

Tenia que ir a trabajar pero antes comprarme una peluca para disimular mi rapado de cabeza, por que sino iba a ser la comidilla de todos. No tenía ni siquiera un sostén, ni una tanga o bombacha para ponerme. Ni hablar de mi ropa fina, destruida también como todo.

Decidí vestirme con lo que podía e ir a comprar lencería. Me puse un gorro de lana esos que usaba cuando salía a correr por la noche y salí. En lugar del BMW pensé en salir con el ficus o el kan, pero desistí enseguida y en su lugar llame a un radio taxi, por lo menos así iría acompañada hasta el centro. Llame a vigilancia y le informe que vendría un radio taxi a buscarme, que entrara.

A los diez minutos llego el coche, manejado por un chofer joven. Le indique la dirección adonde iba y escuche la música que el joven había puesto.

Al llegar al lugar de lencería, pague el viaje y entre mirando a todos lados. La empleada ya me conocía porque todas mis compras de lencería las hacia ahí. Para salir del apuro compre dos sostenes y dos bombacha de seda sin encajes. Pague con tarjeta y salí. Camine hacia una casa de venta de postizos capilares. Entre y me atendió una joven muy solicita. Lejos de tratar con desdén, trate de hacerlo simpáticamente, extrañándome a mi misma por la actitud. Pedí me mostrara pelucas rubia y de pelo largo. No quise con extensiones. Me mostro tres a cuatro y pedí ir al probador. Frente al espejo me probé las tres elegidas. Eran de un color muy similar  a mi pelo natural y compre, a mi entender, la mas parecida no solo por color sino también por el largo hasta los hombros. Pregunte si se notaba que era un postizo y me dijo que no. Le dije que la llevaría puesta. Aproveche unos minutos y me puse un sostén y una bombacha. Pague y salí a la calle. Miraba para todos lados como temiendo encontrarlo de pronto frente a mi. Tenía que ser fuerte y controlar ese temor que me estaba invadiendo de a poco.

Fui a la oficina y entre decididamente. Enseguida todos saludaban como con miedo, como siempre. Llame a mi secretaria y le pedí que escribiera los nuevos contratos pendientes. Los leí me parecieron bien y los hice enviar por cadete ría a las dos direcciones. Sonó mi teléfono de línea directa y atendí. Casi me caigo de la silla cuando escuche su voz. También conocía este teléfono, que solo lo sabían íntimos y algunos clientes importantes.

ANIBAL: hola, como estas. Me parece bárbaro que hayas decidido ir a trabajar

DIANA: como sabes este teléfono y que quieres violador de mierda. No eres un hombre por lo que hiciste ayer.

ANIBAL: tranquila. Supe que anduviste de compras. No entiendes que no puedes usar lencería? Además compraste un peluca, jajaja.

Quede anonada, parece me seguía a todos lados, sabia todos mis movimientos y mis compras. Entre en pánico, este tipo me sacaba de quicio.

ANIBAL: que pasa te quedaste muda? Mis ojos están donde estés vos

DIANA: hijo de puta me estas siguiendo. Con todo esto entiendo que tus padres equivocaron tu nombre no es Aníbal es animal. No me sigas más y déjame tranquila.

ANIBAL: no te pongas así, yo solo protejo a mi esclava.

DIANA: puto de mierda no soy tu esclava ni lo seré nunca.

ANIBAL: jajaja, me gusta como te pones y me da mas animo para domesticarte.

DIANA: puto no soy animal para domarme ni domesticarme. Voy a cortar, no mereces mi tiempo.

Corte la comunicación y el teléfono volvió a llamar. Con furia atendí

DIANA: que mierda quieres ahora?

PATRICIA: hola Diana que te pasa, soy Pato

DIANA: disculpa Patricia. Recién me llamo un proveedor muy pesado y no quiero comprarle nada y le corte. Discúlpame creí que era él de nuevo.

PATRICIA: esta bien, te llamaba porque como no tenía noticias tuyas pensé si estabas enferma.

DIANA: no Pato, estoy bien. Con mucho trabajo y problemas laborales sin importancia, ya sabes como soy.

PATRICIA: bueno, te dejo, a ver cuando tomamos un café juntas

DIANA: si estamos un poco distanciadas en eso, pero la semana que viene lo haremos o ir a cenar, te parece.

PATRICIA: perfecto, bueno que la pases bien. Buen fin de semana.

DIANA: gracias Pato y buen fin para ti también.

Corte y temblé de pensar que ya era fin de semana y no vendría a la oficina. Temía estar sola en mi casa. Ese animal parecía acosarme, sabiendo todos mis movimientos.

Mire mi correo desde la PC de mi oficina y había un mensaje de él, con temor lo abrí y era una película para abrir y mirar. Imaginando que seria, la abrí y no me equivoque eran todas las filmaciones mías con él, incluida la violación. Lo cerré enseguida, abrí el último cajón de mi escritorio y saque el revolver 38 largo mío, con permiso de portar. Estaba en una cartuchera. Lo guarde en mi bolso. Cerré todo y baje con todo el personal. Tome un taxi y fui a mi casa. El taxi entro hasta la puerta misma de mi casa.

Entre y el personal estaba en sus distintas tareas. Fui a mi dormitorio, entre y dos brazos me sujetaron de atrás, tapando mi boca para no gritar. Puso una mordaza de tela adhesiva en mi boca con un juego de esposas, puso una en mi muñeca derecha y en la cabecera de la cama de bronce mía. Luego con otro juego hizo lo mismo con ni mano izquierda. Luego hizo lo propio con mis pies, pero con abundante tela adhesiva en la parte de los pies de mi cama. Estaba completamente inmóvil. Por más resistencia que ofrecí, él era mucho más fuerte que yo.

Tomo mi cartera y ahí tuve miedo. Volcó el contenido en la cama entre mis piernas y entre ellos estaba el revolver.

Yo todavía pensaba como había logrado entrar. Mañana temprano, pediré a la agencia el cambio de los dos guardias, que era la única forma de entrar.

Cuando volcó todo sobre la cama cayó también el 38 largo. Lo tomo en su mano y lo reviso.

ANIBAL: vaya con la chica, un 38 largo. Dime puta querías matarme.

Lo negué con la cabeza.

ANIBAL: un tiro de venganza en la pierna o en mi entrepierna

Afirme con mi cabeza.

ANIBAL: (mientras iba hacia la cocina con el revolver en mano) así que eso. Y esta cargado puta

Desapareció de mi vista.

Trate de zafar pero era inútil. Estaba perdida, sin escape. El volvió de la cocina con el revolver en mano

ANIBAL: (sacándole las balas) bien ya que gusta jugar con fuego, juguemos entonces.

Saco las balas y dijo

ANIBAL: saque todas menos una. Vamos a jugar ruleta rusa con tu concha, a ver como estas de suerte.

Yo ya traspiraba sin saber aun que haría con el revolver. Completamente desnuda expuesta a él. Luego tomo el revolver y comenzó a ingresar el frio caño en mi concha. Sentí un escalofrió cuando vi eso. Lo ingreso todo en mi concha.

ANIBAL: bien probemos.

Movió el caño entrando y saliendo de mi concha y lo freno

Donde terminaba.

ANIBAL: bien ahí va mi jugaba.

En medio de mi transpiración y desesperación jalo el gatillo y se escucho un clic. La bala no salió

ANIBAL: vaya tienes suerte, estaba vacio, probemos el segundo

Yo negaba con mi cabeza, que no probara más. Pero el siguió haciéndolo ante mi desesperación. Estaba completamente sudada.

Probó varias y fallaron, yo estaba al borde de un infarto.

ANIBAL: bien la ultima bala, probemos

Así atada como estaba trate de incorporarme inconscientemente como si frenara el disparo, y antes de jalar el gatillo me desmaye.

El dejo el revolver donde estaba, con caño dentro de mi concha y fue a hacer ootras cosas dentro de mi habitación mientras yo estaba completamente desmayada.